ASTRONOMIA EN EL ANTIGUO EGIPTO
ASTRONOMIA EN EL ANTIGUO EGIPTO
ASTRONOMIA EN EL ANTIGUO EGIPTO
Durante toda la historia del Egipto faraónico se ve la relación que existía entre la
astronomía y el mundo religioso, pero no con la astrología. La astrología propiamente
dicha, de origen mesopotámico, se introduce en Egipto en época ptolemaica. Antes de
esto tenemos pruebas de que los egipcios, como muchas otras culturas antiguas,
asociaban acontecimientos celestes con malos o buenos augurios. Esto queda reflejado,
por ejemplo, en la estela del rey Merenptah, hijo de Ramsés II, en la que se dice: “Él es
quien traerá el fin de sus enemigos, dicen los que escudriñan sus estrellas”. Otro texto
más tardío, la Crónica del príncipe Osorkón, dice: “Aunque el cielo no se tragó la Luna,
una gran contienda devino en esta tierra”, es decir, un eclipse era entendido como un mal
presagio. La astrologia se ha interpretado como una importación cultural aunque en la
documentación egipcia antigua se pueden encontrar algunas evidencias que demuestran
la existència de este tipo de creencias. En época faraónica el astrónomo se manifiesta
principalmente com un horólogo, conocedor del cielo, pero podemos encontrar algún texto
ramesida como la Estela de Israel de época del rey Merenptat (ca. 1209 aC) en el que se
puede intuir el carácter adivinatorio vinculado a la observación de las estrellas. En este
texto se observa que los egipcios de época ramesida creían en la capacidad que ciertas
personas podían tener en la predicción de acontecimientos futuros a partir de la
observación de las estrellas o ciertos fenómenos atmosféricos. Hay indicios que en época
ramesida la observación del orto helíaco de Sirio pudo haver servido para fines
adivinatorios. En época grecorromana, un elemento adivinatorio importante de la
astrología en Egipto sera la estrella Sirio tanto desde el punto de vista religioso como
económico.
En el antiguo Egipto, los mejores conocedores de los fenómenos celestes eran los
sacerdotes astrónomos (Lull 2008b) que desde las terrazas de sus templos observaban el
firmamento. A ellos debemos el calendario de 365 días y la división en 24 horas del día.
Uno de los astrónomos más antiguos que podemos reconocer en la documentación fue el
gran sacerdote de Heliopolis, Tjenti, de la V dinastía, entre sus títulos figuran los de
“superior de los secretos del cielo” y “observador de los secretos del cielo”. Pero los
astrónomos eran, sobre todo, horólogos, interesados en observar las estrellas que les
servían para medir las horas de la noche, de hecho eran conocidos com «ununti»,
«observador de las horas». Al contrario que en Mesopotamia, el astrónomo egipcio
antiguo no se vinculó a la astrologia. Es a partir de la segunda mitad del I milenio aC, que
se introdujo por influencia grecobabilónica.
Los instrumentos de observación empleados por los astrónomos egipcios eran muy
simples. Por un lado tenían el bay, un nervio de palma en cuya parte superior se había
practicado una ranura para emplearlo como instrumento tipo mira. Otro elemento, el
merkhet, era básicamente una pieza de madera que se colocaba horizontalmente y del
que pendía una plomada. Podía ser utilizado en combinación con el bay. Además intuimos
la existencia de otros dos instrumentos de observación: por una parte, una especie de
gnomon, que aparece representado en muchos techos astronómicos; y, por otra, una
suerte de groma, que bien podría corresponder al extraño objeto que corona la cabeza de
la diosa Seshat. Los astrónomos egipcios también hicieron uso de clepsidras así como de
relojes de Sol y sombra. Y para sus observaciones tenian la ayuda de listas de estrellas
con información sobre sus ortos, ocasos y culminaciones.
Una estatua de un noble y astrónomo de la dinastía XVIII llamado Aanen, actualmente en
el Museo Egipcio de Turín, nos muestra a este individuo vistiendo, como lo haría un
sacerdote, una piel de pantera decorada con estrellas. Algo similar se obseva en algunas
representaciones de la diosa Seshat, vinculada al mundo celeste.Teniendo en cuenta esto
podríamos decir que, de haber una vestimenta propia de los astrónomos egipcios, esta
podría ser como la de Aanen. En época tardía, un sacerdote llamado Horkhebi nos lego
una estatua cuyas inscripciones aportan información sobre las funciones que
desempeñaba como astrónomo. La inscripción de Horkhebi dice que él es «el que
anuncia el orto helíaco de Sirio al comienzo del año y la observa en su primer día de
festival, calculando su curso en los tiempos determinados, observando lo que ella hace
todos los días, pues todo lo que ella ha anunciado está a su cargo». Esto es de gran
importancia pues es la estrella que los egipcios tenían de referencia para señalar el
comienzo del año. El orto helíaco de Sirio, que se producia a mediados del mes de Julio,
servía, para recordar que la inundación anual del Nilo ya se estaba produciendo. Así pues,
Sirio era tenida en cuenta no sólo en el ámbito de los templos y la administración sino
también en la sociedad agricultora, pues marcaba el inicio de una estación vital para la
economía de toda la sociedad egipcia. Los conocimientos astronómicos de los sacerdotes
egipcios debían ser tenidos en consideración y como algunas partes de la liturgia religiosa
egipcia, eran secretos y desconocidos por otras personas. El gran descubrimiento que
nos han legado los antiguos egipcios es el año de 365 días y la división del día en 24
horas. Catalogaron estrellas, observaron objetos del cielo profundo visibles a simple vista,
hicieron un preciso seguimiento de los movimientos del Sol y de la Luna, pero no supieron
predecir eclipses y aunque, sin duda, vieron cometas, no nos han llegado referencias al
respecto. Hay que tener en cuenta que, tampoco nos ha llegado ninguno de los libros o
tratados de astronomía escritos por los egipcios, muchos de cuyos títulos sí conocemos
(Lull 2004).
Como es usual en muchas culturas, para dar orden y reconocer mejor el fondo de
estrellas de la bóveda celeste, los egipcios formaron constelaciones a partir de grupos de
estrellas. Aunque los más antiguos relojes astronómicos conservados en Egipto, las tablas
de los relojes estelares diagonales, proceden todos ellos del Primer Período Intermedio e
Imperio Medio (hace unos 4000 años, aproximadamente), diversas citas de los Textos de
las Pirámides muestran que ya durante el Imperio Antiguo los egipcios debían tener
perfectamente desarrollado el sistema de decanos horarios, es decir, de series de
estrellas que les servían para medir las horas de la noche a lo largo de todo el año. Los
egipcios establecieron un sistema de 36 decanos, uno por cada semana del año civil (las
semanas egipcias eran de diez días) más otros 12 decanos utilizados durante los días
epagómenos con los que cerraban el año sumando 365 días.
La fusión del astrónomo y el astrólogo, en la esfera religiosa, se percibe con claridad en la
descripción que hace Clemente de Alejandría, de una procesión en honor al dios Osiris,
en Alejandría. El horóscopo más antiguo que se conoce en Egipto data del año 44 y 38
aC(Quack 2018:100n.183), de época de Cleopatra VII y está escrito en demótico, aporta
información muy completa para la práctica astrológica horoscópica. Otro tipo de textos
astrológicos, propios de Egipto, usa como referencia del nacimiento los 36 decanos
egipcios. De los escritos en griego, el más antiguo data del año 9 aC(Dieleman
2003b:280), en està época tanto los astrónomos como los astrólogos pueden ser
sacerdotes del templo. Durante està época en la cual se desarrolla la astrología
helenística, la astronomía y la astrología iran juntas. A pesar que muchos de los
documentos de carácter astrológico estan escritos en griego en vez de demótico, parece
que los sacerdotes utilizaran tanto el egipcio como el griego. El papiro de Berlin es una de
las pruebas más antiguas de la introducción del zodiaco en Egipto. En la etapa final de la
historia de Egipto se hace evidente que en los templos se practica la astrología, en época
romana algunos son autenticos centros astrológicos. La representación de las
constelaciones zodiacales en los templos asociadas a los decanos u otras constelaciones
de tradición egipcia es importante a finales de época ptolemáica y comienzos de época
romana en Egipto. Destaca el zodiaco circular de Dendera ca.50 Ac, el más antiguo
ejemplo de representación de constelaciones zodiacales que pervive en Egipto.