ROMANCERO GITANO-2023-24 Teoría
ROMANCERO GITANO-2023-24 Teoría
ROMANCERO GITANO-2023-24 Teoría
1. INTRODUCCIÓN
Publicado por primera vez en 1928, la mayoría de los romances habían ido apareciendo en
revistas literarias (entre 1924 y 1927). Aunque su elaboración fue lenta, su éxito fue inmediato y
rotundo.
Su título inicial fue Primer Romancero Gitano, lo cual no indica que tuviese previsto publicar
otros sino destacar el hecho de que es la primera vez que se poetiza el tema gitano. El libro funde
lo renovador y vanguardista con lo tradicional y primitivo.
No se trata de un libro que pretenda darnos un testimonio social, documental del mundo
gitano. El mundo gitano que nos presenta es un mundo imaginado, soñado, inventado (“que te
busquen en mi frente / juego de luna y arena”). Lorca utiliza elementos anecdóticos y realistas del
ámbito gitano para proyectar sobre él sus aspiraciones, su inconformismo, su deseo de libertad,
escogiendo de esta cultura los rasgos que más le interesan: la marginalidad y el exotismo.
2. TEMAS
a) El amor frustrado. El amor aparece como presencia turbadora, una fuerza mítica irracional
fuente de conflictos, y cuya energía irrefrenable aboca a la tragedia, a la frustración e incluso
muerte. Tal vez los casos más extremos son el “Romance sonámbulo”, donde aparece el suicidio
por amor o “Thamar y Amnón”, que narra una bíblica y agitanada violación entre hermanastros.
Otros romances de tema erótico son “Preciosa y el aire”, “La monja Gitana”, “Romance de la pena
negra”, “Muerto de amor” o “La casada infiel”.
El proceso de redacción y edición del ROMANCERO GITANO demuestra que evolucionó de una
pluralidad de poemas a un conjunto unitario: de romances a romancero. La presencia gitana se
halla en la totalidad de los 18 romances, pero el conjunto se divide en dos bloques.
El bloque primero (quince poemas) contiene la visión de Lorca sobre el mundo gitano a través de
materiales tomados de la realidad social o folclórica. Existen nexos temáticos entre algunos
romances, lo que deja ver una organización: poema inicial (“Romance de la luna, luna”) – cinco
encarnaciones mítico gitanas femeninas (predomina el tema de la frustración amorosa) – tres
arcángeles mítico-gitanos (se ensalzan las esencias árabe y romana de la cultura andaluza) – cuatro
encarnaciones mítico-gitanas masculinas y un poema final, “Romance de la Guardia Civil”
(predominan los temas de violencia, sangre y muerte). De este modo, toda la primera parte deja
traslucir su organización estructural, con un ligero quiebro (“Reyerta”): ya que ni continúa el tema
de los dos primeros romances ni se integra a la secuencia de romances de protagonistas femeninos
La segunda parte ofrece tres cuadros que aportan una visión “agitanada” de lo histórico-
legendario: uno procedente del santoral cristiano (16), otro de la tradición literaria española (17) y
el final, de base histórica bíblica y literaria (18).
Podemos afirmar, pues, que el Romancero configura un magistral retablo compuesto por
dieciocho cuadros diferentes y organizado por subtemas relacionados.
A
1. Romance de la luna, luna → La Luna: la muerte (o la pérdida de la inocencia)
2. Preciosa y el aire → El viento: el sexo (o la amenaza de la pérdida virginal)
3. Reyerta: violencia/ refriega varonil y muerte
4. Romance sonámbulo: frustración por la ausencia
5. La monja gitana: sueño erótico CUATRO TIPOS MÍTICOS FEMENINOS
6. La casada infiel: pasión adúltera
7. Romance de la pena negra: ansia sexual
B
8. San Miguel -> Granada
9. San Rafael -> Córdoba TRES ARCÁNGELES MÍTICO-GITANOS
10. San Gabriel -> Sevilla
C
11. Prendimiento de Antoñito: dignidad gitana
12. Muerte de Antoñito: violencia y muerte TRES TIPOS MÍTICOS MASCULINOS
13. Muerto de Amor: cuita y muerte
14. El emplazado: Predicción y muerte
15. Romance de la Guardia Civil -> Romance epílogo, destrucción del mundo mítico gitano actual
Algunos romances se subdividen en secciones en las que el cambio de rima marca el reparto del material
textual. En los demás romances las secciones vienen marcadas por asteriscos de separación. Solo “La monja
gitana” es mono estrófico, carece de subdivisiones.
De los recursos que definen el estilo de la obra, destaca el equilibrio entre aquellos heredados
de los clásicos y la literatura tradicional, y los de inspiración más vanguardista, en consonancia con
las tendencias de las primeras décadas del siglo XX.
a. Métrica: octosílabos con rima asonante en los versos pares. El octosílabo, sólo es
sustituido en contadas ocasiones (primer verso de “La casada infiel”: y que yo me la llevé
al río (10) y el romance “Burla de don Pedro a caballo”: hay octosílabos, pero la mayoría
son heptasílabos y hexasílabos)
b. Fragmentarismo: comienzo "in medias res” (por ejemplo, Y que yo me la llevé al río, de “La
casada infiel”) y el final truncado (por ejemplo, en “Thamar y Amnón”). El fragmentarismo
ofrece los acontecimientos dramáticos sin antecedentes, creando romances-escena a
través de la selección de momentos culminantes: (Voces de muerte sonaron / cerca del
Guadalquivir, en “Muerte de Antoñito el Camborio”).
c. Calcos y expresiones tomados de textos medievales como: ¡Míralo por dónde viene
(“Preciosa y el aire”), o el piropo ¡Ay Antoñito el Camborio / digno de una Emperatriz!
(“Muerte de Antoñito el Camborio”), las piquetas de los gallos / cavan buscando la aurora
(“Romance de la pena negra”) inspirada en el verso del Cantar de mío Cid “apriessa cantan
los gallos e quieren crebar albores”. Las preguntas iniciales: ¿Qué es aquello que reluce /
por los altos corredores? (“Muerto de amor”) que recuerda al “¿Qué castillos son
aquellos?" del “Romance de Abenámar”. En el Romance primero la zumaya recuerda a los
presagios del vuelo de la corneja del Cantar de Mio Cid. También tiene sabor medieval el
uso del adverbio ya para asomarnos a las acciones dramáticas: en “Prendimiento y muerte
de Antoñito el Camborio” (ya mi talle se ha quebrado / como caña de maíz), o en “Thamar
y Amnón” (ya la coge del cabello / ya la camisa le rasga).
d. Cercanos a los romances medievales son los diálogos dramáticos que entran sin verbo de
presentación, y que se producen entre los personajes o entre el poeta y los personajes:
Niño, déjame, no pises / mi blancor almidonado, en “Romance de la luna, luna”. ¡Preciosa,
corre, Preciosa / que te coge el viento verde!, en “Preciosa y el aire”.
e. El uso de los tiempos verbales con los valores del romancero medieval como el
imperfecto que no indica pasado, sino subjetivismo y afectividad (Temblaban en los
tejados / farolillos de hojalata, “Romance sonámbulo”), las alternancias temporales (El
niño la mira, mira / el niño la está mirando, en “Romance de la luna, luna”)
f. Las repeticiones: reduplicaciones (el aire la vela vela del “Romance de la luna, luna”, por el
monte monte monte de “San Miguel”); anáfora, anadiplosis y epanadiplosis (Verde que te
quiero verde / verde viento, verde rama, de “Romance sonámbulo”); paralelismos
(dejando un rastro de sangre, dejando un rastro de lágrimas, en “Romance sonámbulo”).
g. La fusión de lo narrativo y lo lírico en todos ellos.
La condensación verbal llega a crear versos en los que algún elemento asume funciones que
le son absolutamente impropias: linfa de pozo oprimida / brota silencio en las jarras (Thamar y
Amnón), donde el sustantivo silencio asume un valor adverbial).
En otras ocasiones estas expresiones sintéticas van ligadas a brillantes metáforas, como
Antoñito el Camborio dando saltos / jabonados de delfín. En “Thamar y Amnón” nos comunica la
existencia de lejanos balidos: aire rizado venía / con los balidos de lana. Aunque existen casos en
que la metáfora es introducida por métodos que facilitan su comprensión (el tambor del llano del
primer romance o el toro de la reyerta del romance tercero), aparece mayoritariamente con una
estructura muy audaz, sustituyendo el objeto sometido a comparación (metáfora pura sin
TÉRMINO IMAGEN). Es la imaginación del lector, apoyándose en el contexto, la que debe
interpretar esas imágenes: en “Preciosa y el aire” las glorietas de caracolas equivalen a saltos de
peces que dibujan una trayectoria curva al asomarse a la superficie y gitanos de agua sustituye a
peces; el carámbano de luna del “Romance sonámbulo” es un rayo lunar y el pez de sombra, una
nube rasgada en el amanecer.
En el libro existe una perfecta armonía entre la imaginación más audaz para crear imágenes y
la base realista. Lorca parte de acontecimientos reales y los transforma en un mundo propio de
sabor mítico.
Para subrayar esta conexión con la realidad, Lorca nos aclara en ocasiones aquellas metáforas
más audaces en las que se ha alejado del referente. Así, en el romance primero, las cabezas
levantadas y los ojos entornados explican el sentido de bronce y sueño con que se describe a los
gitanos que regresan en la oscuridad de la noche. En el segundo, “Preciosa tira el pandero” explica
la metafórica luna de pergamino. En el décimo, los breves lutos celestiales están aclarados con
zapatos de charol. En el último, Thamar estaba cantando aclara el sentido de los versos anteriores:
Thamar estaba soñando / pájaros en su garganta.
El mito es el hilo conductor que une a todos los hombres y que intenta sacar a la luz lo que
hay de común y primario en nosotros. Eros y Tánatos, amor y muerte, son las fuerzas míticas que
configuran nuestras vidas, y Lorca deja constancia de ello en el Romancero, donde lo humano y lo
mítico se fusionan creando un nuevo plano de realidad.
Mediante el uso de los símbolos el poeta quiere poner en comunicación los sentimientos más
profundos del hombre con los elementos de la naturaleza. En el Romancero se divisa un cosmos
fecundo de manifestaciones simbólicas y míticas que hunden sus raíces en el imaginario colectivo.
Analizamos algunos de estos elementos y sus valores.
Personajes: El mundo social en el Romancero gitano está representado por los gitanos y la
Guardia Civil El gitano, además de tema y personaje, es símbolo del hombre primitivo, de la fuerza
elemental de la naturaleza, de lo antisocial y de la libertad. Expresa el alma de Andalucía y,
también, la tragedia y el dolor. La Guardia Civil simboliza la instauración de un orden que el gitano
no acepta y con la cual se entra en conflicto.
La luna circunda toda la poesía de Lorca y su presencia es portadora de dolor, tragedia y
muerte. A veces aparece como una mujer seductora pero que oculta malos presagios: en el
“Romance de la luna, luna” el niño gitano es seducido por una luna-mujer-muerte. En el “Romance
sonámbulo” la luna anuncia el destino nefasto de la gitana. En el “Romance de Thamar y Amnón” la
acción pecaminosa tiene lugar bajo la tutela de una luz lunar embrujadora.
El viento desde las mitologías más primitivas es símbolo erótico. Se trata de un elemento activo y
masculino. Adquiere especial protagonismo en “Preciosa y el aire”, donde un viento hombrón y
fálico (con una espada caliente) persigue a la joven gitana.
El agua si fluye es fuente de vida, si se estanca en pozos aljibes es símbolo de abismo y de muerte.
Así, en el “Romance sonámbulo” el aljibe contiene a la gitana muerta...
Animales
El caballo Símbolo de la pasión, del deseo, de fuerza, de juventud y de vigor sexual: En “La monja
gitana” (Por los ojos de la monja/Galopan dos caballistas”) el deseo de sexo aparece
representado por la imagen de dos caballistas por el monte, subrayado con imágenes
fálicas: llanura empinada, ríos puestos en pie). En “La casada infiel” (Aquella noche corrí/el
mejor de los caminos/montado en potra de nácar/sin bridas y sin estribos).
Ligado la luna crea una imagen fúnebre y el jinete se transforma en emisario de la muerte.
el caballo y el gitano son dos poderes inseparables en el mundo mítico del Romancero: en
“Romance del emplazado” encontramos la transmutación gitano- caballo y viceversa (Y los
martillos cantaban/ sobre los yunques sonámbulos /el insomnio del jinete/y el insomnio del
caballo).
El pez Simboliza la atracción puramente sensual y a la pasión amorosa (“San Rafael”).
El grillo En “La casada infiel” representa el ardor encendido del amante y la mujer infiel.
El gallo Es un símbolo asociado a la aurora, pero Lorca crea una imagen fúnebre asociándolo a la
oscuridad del monte (“Romance de la pena negra”).
Flores Algunas poseen un claro simbolismo erótico: la rosa azul de Preciosa, los pechos que se
abren en racimos de jacintos en “La casada infiel”, o la flor martirizada de Thamar. Las
rosas morenas son rosas de sangre, imagen de la muerte (“Romance sonámbulo”).
lirio En “Reyerta” simboliza las heridas (su cuerpo lleno de lirios); en “La casada infiel”, sin
embargo, es símbolo erótico masculino (Con el aire se batían/ las espadas de los lirios).
Flores verdes Las siemprevivas, las cicutas, las ortigas, las adelfas… simbolizan la muerte. En el romance
de la Guardia Civil: un rumor de siemprevivas / invade las cartucheras.
color En el “Romance sonámbulo” al principio muestra el color de la naturaleza que impregna el aire
verde (verde viento, verdes ramas) pero después cuando la cara fresca, negro pelo se convierten en
verde carne, verde pelo/ con ojos de fría plata hace referencia a la muerte.
negro Es negativo y se asocia con la tragedia y la muerte: en el “Romance de la Guardia Civil Española”
nos lo muestra desde el principio: Los caballos negros son.
azul Conserva su acepción tradicional de inocencia
blanco Es el color de la pureza, pero Lorca le asigna nuevos significados: en el “Romance de la luna,
luna”, aparece asociado a la luna y por lo tanto significa muerte; en cambio, en “El martirio de
Santa Olalla” la presencia constante de este color se utiliza para simbolizar la vida eterna.
Partes del cuerpo Son símbolos eróticos los muslos que en “La casada infiel” se comparan con peces
resbaladizos; la cintura, y los pechos. Estos últimos son, también símbolo de
maternidad y la mutilación de los pechos es un sacrilegio de la fecundidad, tal como
ocurre en el “Martirio de Santa Olalla” o con Rosa la de los Camborios en el
“Romance de la Guardia Civil Española”. Los ojos sirven a Lorca de espejo para
reflejar estados y sentimientos. En ocasiones, los humaniza y sienten dolor, reflejan
realidades, ilusiones, sentimientos, incluso sienten la muerte. En “Muerto de amor”
los ojos son espejos de luces lúgubres que presagian tragedia.
Los metales Se relacionan con el frío de los cadáveres y los cuchillos empleados en los
asesinatos. En el “Romance del emplazado” los ojos del personaje miran un norte/
de metales y peñascos; en el “Romance sonámbulo” los ojos de fría plata nos indican
que la gitana está muerta; en “Muerto de amor”, la luna menguante es ajo de
agónica plata y los senos de la luna del primer romance eran de duro estaño.