Guia Romancero Gitano 2

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Guía de lectura de Romancero gitano

1. TEMAS DE ROMANCERO GITANO.


1. El tema fundamental es el MUNDO MÍTICO DEL GITANO y su enfrentamiento con la Guardia
Civil, siendo el primero el del oprimido y empujado contra la ley. Es un gitano urbano con tres
centros (Granada, Córdoba y Sevilla) y se comporta de acuerdo con el concepto de “gitano
legítimo” en su enfrentamiento con la Guardia Civil, símbolo del mal indispensable en el mundo
de Lorca. El autor asegura que este es el poema de Andalucía con gitanos, caballos,
arcángeles, planetas, ríos crímenes, en donde no aparece la Andalucía que se ve, pero sí la que
no se ve.
El gitano es el protagonista de muchos poemas, pero no es un personaje folklórico,
representa la cercanía a los impulsos naturales, a lo espontáneo, y eso lo lleva tantas veces a
estar tan cerca de los astros o de los fenómenos meteorológicos. Es el prototipo de hombre
libre, en lucha con las fuerzas que representan la coacción, la violencia social, y está llamado a
un destino trágico al que no puede escapar y al que le afectan los sentimientos humanos en
mayor medida.
Todos los personajes del romancero son gitanos. Pero Lorca aseguró que lo gitano es
sólo un tema y que el libro es un poema de Andalucía. Gitano fuera de los códigos de la cultura
occidental. Paralelismo entre el Romancero gitano y Poeta en Nueva York. Relación
negros/gitanos. En Poeta hay una formulación social que se expresa en un lenguaje menos
brillante, más oscuro y hermético. El gitano en el Romancero choca con dos realidades
inmediatas: el amor (desemboca en el mundo del sexo) y los otros (la sociedad, la civilización
cuyo brazo armado y visible es la Guerra Civil. El hábitat de los gitanos: el viento, el agua, el
mar, la luna, la vegetación, los animales. El amor conduce, pasando por el sexo y la sangre,
casi siempre a la muerte. El código gitano es el código de la muerte.

2. Otro tema importante es el TEMA DEL AMOR, aunque Lorca desecha su envoltura
sentimental dejándolo todo reducido a lo iracundo y violento. El ser amado es un objeto sexual
principalmente y como tal debe leerse en romances como el de Thamar y Amnón, el más
complejo del libro. Lorca escribió la aportación más importante a la poesía erótica de los
tiempos modernos, recuperando una tradición lírica que parecía relegada definitivamente. Esa
aportación no concierne sólo al amor, a la parte emocional del ser humano, sino muy
especialmente al sexo, al deseo, al instinto y la carne.
Los temas amorosos han inspirado un sinfín de versos a lo largo de siglos, incluidos los
Sonetos del amor oscuro del mismo Lorca, que tienen un carácter bien distinto de otros, por
ejemplo, los del Romancero, donde la tensión lasciva es tan intensa que asistimos a un intento
de violación, un incesto, un adulterio y a las fantasías libidinosas de una monja. Recordemos la
persecución que, voluptuoso, el viento-hombrón inicia contra la gitana Preciosa: está furioso,
se levanta, muerde y quiere hurgar bajo su falda.
En el Romancero un tesoro de escenas lascivas nos excita con todos los sabores de una
noche íntima, furiosa y desatada. No trata ahí del amor oscuro sino más bien del sexo
prohibido. Más que las emociones, en la obra del granadino lo que está presente, como en
ningún otro, es la lujuria.

La pasión lúbrica está en romances explícitos, como el sensacional de La casada infiel:

Aquella noche corrí / el mejor de los caminos,


montado en potra de nácar / sin bridas y sin estribos.

3. El TEMA DE LA MUERTE cristaliza una violencia y una voluntad, por eso la sangre, que es
esencia de la vida, cuando se derrama es esencia de la muerte, tiene atributos estéticos y
metafísicos. El tema de la muerte, del destino trágico, llena toda la obra de Lorca porque las
figuras que aparecen en el Romancero son seres al margen de un mundo convencional y hostil
y están marcados por la frustración o abocados a la muerte. La muerte en la obra de Lorca se
presenta como el fatum, el inevitable final a los personajes que no pueden luchar contra la
frustración que les provoca su falta de libertad.

2. ESTRUCTURA EXTERNA E INTERNA DEL ROMANCERO GITANO.


Todos los romances son gitanos, aunque no siempre en proporciones igualmente explícitas.
Baste sólo que todos ellos llevan elementos del ambiente gitano: fraguas, yunques, metales,
ritos y creencias gitanas.
Guía de lectura de Romancero gitano

1. ROMANCES PROPIAMENTE GITANOS (del 1 al 15)


a) Romance-prólogo:
“Romance de la luna, luna” (niño que muere cuando sus padres están ausentes y es
llevado por la luna). Este romance anuncia el destino trágico del mundo de los gitanos, la
presencia de la muerte. La luna representa el poder mágico contra el que nada se puede. En
las culturas primitivas la luna siempre aparece con su poder e influencia sobre la vida de las
personas; algo que no sucede en la mentalidad moderna y racional.

b) Poemas centrados en figuras femeninas:


“Preciosa y el aire”. (Un viento humanizado y lleno de deseos eróticos persigue a la
gitana Preciosa). Si en el romance anterior la luna, fuerza mítica, perseguía al niño gitano,
ahora otra fuerza mítica (el viento, símbolo del deseo y del instinto masculino) persigue a la
niña gitana; una fuerza extrahumana amenaza el mundo de los gitanos. Es el mito de EROS, el
amor, como fuerza vital. Eros y Tánatos, el amor y la muerte como fuerzas poderosas que
configuran nuestras vidas.
· Cuatro figuras femeninas: “Romance sonámbulo” (gitano herido que regresa a su casa
donde su novia está muerta); “La monja gitana”. (una monja, en la soledad del convento,
sueña historias de amor); “La casada infiel”. (Sobre una relación adúltera); “Romance de la
pena negra”. (En la tristeza honda de Soledad Montoya se expresa la pena del pueblo gitano,
del pueblo andaluz). Las cuatro figuras femeninas representan el sufrimiento, la pena, la
frustración. El “Romance sonámbulo” representa la frustración y esterilidad del amor oscuro;
“La casada infiel”, el amor carnal (una noche marchosa y ardiente, como dice García Lorca), la
pasión amorosa; “La monja gitana”, el tema del amor, del deseo erótico; y el “romance de la
pena negra”, la encarnación del dolor perenne, la pena negra de la que no se puede salir, la
pena sin remedio, un ansia sin objeto, con la seguridad de que la muerte nos está acechando.

c) Romances que se refieren a gitanos con destino trágico


Tres tipos míticos masculinos: “Prendimiento de Antoñito el Camborio”, “Muerte de
Antoñito el Camborio”, Muerto de amor” (un enfermo que se muere de amor), “El emplazado”
(Cumplimiento de una predicción de muerte). Si en el “romance sonámbulo” aparecía el tipo
mítico femenino, ahora aparece el tipo mítico masculino. Antoñito el Camborio representa la
dignidad gitana herida por la historia, el tiempo y las circunstancias. “Gitano verdadero,
incapaz del mal como muchos que en estos momentos mueren de hambre por no vender su
voz milenaria a los señores”. Antoñito es el representante de la aristocracia gitana, un ser
nacido para la perdición o para la gloria, pero nunca para la humillación y la mediocridad.
“Muerte del emplazado” y “Muerto de amor” son los romances de la fatalidad inminente.
“Reyerta” (Lucha entre gitanos). A través de un suceso trivial transluce una historia
mítica (una historia realista y cotidiana que pasa a tener un significado general): la presencia
de seres extramundanos como los ángeles, las características cristológicas de la pasión de Juan
Antonio de Montilla, la insistencia sobre la sangre derramada.... El tema de la lucha de los que
se atacan sin saber por qué; la violencia como otro impuso vital.
“Romance de la guardia civil española” (La represión de la Guardia Civil; destrucción del
mundo mítico-gitano actual). La Guardia civil (creada para perseguir a los delincuentes en las
zonas rurales) representa al realidad frente a la fantasía, , la al fuerza del mal que va a destruir
el mundo de los gitanos; de ahí el color negro que califica a todo lo relacionado con los
guardias civiles.

d) Tres romances dedicados a tres ciudades andaluzas:


Forman una unidad los tres romances dedicados a las ciudades de Córdoba, Sevilla y
Granada, representados por sus patrones respectivos. Tres arcángeles mítico-gitanos
representantes de tres ciudades andaluzas: “San Miguel” (Granada); “San Rafael” (Córdoba);
“San Gabriel” (Sevilla).

2. ROMANCES DE PERSONAJES HISTÓRICOS que sufren un proceso de agitanización (del


16 al 18).
Cierran el libro y son los menos directamente relacionados con el tema andaluz. Son
Martirio de Santa Olalla, basado en la vida de Santa Eulalia de Mérida, que recibió martirio en
Guía de lectura de Romancero gitano

época de Diocleciano, Thamar y Amnon, basado en una historia bíblica narrada en el libro de
Samuel, y Burla de Don Pedro a caballo, que según algunos autores se refiere a San Pedro,
según otros al caballero de Olmedo y según otros a Pedro Soto de Rojas. Con este grupo puede
relacionarse el Romance del Emplazado.
“Martirio de Santa Olalla” /el mundo paleocristiano. El romance de la Andalucía romana,
dice Lorca. Se basa en la vida de Santa Eulalia de Mérida que recibió martirio en la época de
Diocleciano.
“Burla de don Pedro a caballo”/el mundo de la Edad Media; el tema parece ser el olvido.
Referencia a la soledad, ausencia de amor de un caballero
“Thamar y Amnón” / el mundo bíblico. Se basa en una historia bíblica narrada en el Libro
de Samuel

3. COMPONENTES SIMBÓLICOS Y MÍTICOS DEL ROMANCERO GITANO.

El gitano (1) simbolizaría el conflicto entre primitivismo y civilización, entre instinto y


sociedad. El gitano fracasa en sus intentos de adaptación a la sociedad y sucumbe a su ‘fatum’
o destino trágico. Simboliza al oprimido, al que no puede manifestarse por falta de libertad.
Enfrente la Guardia Civil (2), símbolo del mal y de las fuerzas que oprimen al mundo gitano.
La luna (3) representa la muerte y la petrificación. Es augurio de muerte, está a su servicio.
El viento (4) es el símbolo del erotismo masculino.
El pozo (5) es la expresión de la pasión estancada, sin salida.
El color verde (6), el deseo prohibido que conduce a la frustración y a la esterilidad. También
señala la muerte y tiñe las cosas de muerte.
La figura del caballo (7) representa la pasión desenfrenada que conduce hacia la muerte,
pues nunca alcanza el destino que añora. Conduce al jinete a su destino mortal, es muerte en
acecho. Hilo del destino que solo tiene sentido festivo en un poema. El jinete (8) es víctima de
la muerte que lo traslada al único destino seguro.
El toro (9) es potencia en sí mismo, producto del suelo. Personifica al destino.
El espejo (10) significa el hogar y la vida sedentaria. A veces representaciones metafóricas
del espejo son los ojos y la luna como gran espejo en el que se refleja el mundo.
Los metales (11): “El cuchillo de oro va al corazón, el de plata al cuello, los otros no sirven”,
decía Lorca. Simboliza la muerte, está en el mismo plano todo lo que signifique duro o helado.
La sangre (12) puede significar vida o muerte. Sangre caliente es deseo sexual.

El poema es rico en simbología erótica: se repite mucho la escena de la montura en el


vate andaluz, verdadero obseso de los jinetes y las carreras a caballo, animal que simboliza la
masculinidad y cuyas carreras sin bridas y sin estribos no son más que corridas desaforadas.
Lo mismo cabe decir de otras de sus evocaciones, como las corrientes de los ríos, o también
los ríos puestos en pie y las llanuras empinadas.
Otros dos objetos, los peces (13) y los muslos (14), aparecen reiterados muchas
veces en el Romancero, aunque la explicación más evidente de su combinación la dio en la
farsa teatral Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín: Entre mis muslos cerrados / nada
como un pez el sol.
Asociado al sol que, en contraste con la luna, es la réplica masculina, aparece el pez,
que en el Romancero tiene una presencia claramente fálica:

Pero el pez, que dora el agua / y los mármoles enluta,


les da lección y equilibrio / de solitaria columna.

Por eso también la noche está llena de peces. Los estandartes masculinos nos los
presenta Lorca siempre erectos y aparecen en numerosas ocasiones: farola, cuchillo, fusil,
espada, puñal, sable, revólver... Por un lado, se trata de objetos metálicos, fríos, instrumentos
de muerte; por el otro, aparecen caballos desbocados, enfurecidos y de larga cola:
Por supuesto, los arquetipos masculinos contrastan totalmente con los femeninos: uno
es la tierra, donde el arado deja un rastro de surcos vaginales, que a veces nos los presenta
igualmente como cicatrices; otro es la carne, penetrada por cuchillos fálicos; otro es la higuera,
cuyo fruto sirve también para denominar a la vulva. Es la incorporación al lenguaje culto del
sinnúmero de expresiones sexuales que habitualmente tenemos por vulgares e incluso soeces.
Guía de lectura de Romancero gitano

Esa sexualidad desbordante está, además, al margen del amor. En el Romance de la


casada infiel, el gitano reconoce que no quiso enamorarse: todo fue sexo puro y duro, sin
convencionalismos sentimentales. El amor es eterno, pero el deseo al que Lorca canta, se
enciende y se apaga en un instante como una llamarada. En La casada infiel se retrata sólo
una noche de placer fugaz.

4. RASGOS FORMALES: ENTRE TRADICIÓN E INNOVACIÓN.

a) Lo tradicional. El romancero gitano se inscribe dentro de la tendencia neopopulista de


la G.27 y dentro de la tradición del romancero nuevo o artístico, que ya desde el Siglo de Oro
venía siendo una constante en nuestra literatura: Lope y Góngora en el XVII, Duque de Rivas o
Zorrilla en el XIX, Machado en el XX.
Una de las características de la poesía del siglo XX es su vuelta al romancero. Este había
alcanzado en el siglo XVII su máximo auge y se había hecho épico-lírico. En el siglo XX el
romance se había hecho lírico. Lorca por su parte quiso unir en sus romances lo lírico con lo
narrativo. En efecto, varios rasgos estilísticos del romancero tradicional pueden distinguirse en
éstos romances:

1. La utilización del diálogo sin verbos de introducción y sin indicación de quién es el


personaje que habla.
2. La utilización de formas paralelísticas y de anáforas.
3. El uso de preguntas dirigidas a un supuesto auditorio.
4. La combinación en un mismo romance de verbos en diferentes tiempos.
5. El emplear un número determinado para indicar una cantidad imprecisa.
6. El fragmentarismo, que se observa en rasgos como el comienzo con la conjunción “y” o
“que” (como si fuera el fragmento de una composición previa: “Y que yo me la llevé al río” de
La casada infiel).
7. También el comienzo abrupto o “in medias res”; o el final truncado, sin que sepamos
qué fue lo que pasó (por ejemplo, en “Thamar y Amnón”).

El verso utilizado es el octosílabo, sólo es sustituido en contadas ocasiones (primer verso de


“La casada infiel” y el romance “Burla de don Pedro a caballo”.)

b) El vanguardismo
La contradicción está también en la forma. Aparentemente, por ejemplo, en el
Romancero gitano estamos en presencia de un poemario popular, folklórico, tradicional, donde
Lorca relata sucesos dramáticos en verso romance, sin duda el más típico de la poesía
española. Pero en realidad Lorca nos introduce en un mundo intelectualmente rebuscado, en
un bosque anegado de símbolos, culto hasta el extremo de incorporar las últimas innovaciones
de la vanguardia artística europea.
Pero lo que más llama la atención es lo insólito de las imágenes: desplazamientos
calificativos, comparaciones, metáforas, símbolos, hipérboles, personificaciones,
animalizaciones... Algunas recuerdan las “greguerías” de Gómez de la Serna, otras el
barroquismo de Góngora, en otras destaca su carácter surrealista. La influencia de Góngora
explicaría el hermetismo de algunos de sus poemas y algunas peculiaridades de su estilo,
como es la densidad metafórica que aparece en algunos de sus poemas. El hermetismo es
también un rasgo de la poesía vanguardista, que considera el poema como una creación
absoluta y no como representación del mundo.

Ejemplos de imágenes en el Romance de Thamar y Amnón:


 “mientras el verano siembra/ rumores de tigre y llama”: evoca el calor; no hay un nexo
lógico, es pues una imagen irracional.
 “aire rizado venía/ con los balidos de lana”: los balidos de las ovejas; y el aire rizado por
los balidos de las ovejas que tienen la lana rizada.
 “Thamar estaba soñando / pájaros en su garganta”: estaba cantando, estaba alegre.
 “Toda la alcoba sufría/ con sus ojos llenos de alas”: hipérbole para expresar su
sufrimiento amoroso; los ojos llenos de alas simbolizan la pasión.
Guía de lectura de Romancero gitano

 “son tus besos en mi espalda/ avispas y vientecillos” Los besos y las avispas no tienen
ninguna semejanza física, pero los besos como avispas provocan una determinada
emoción, por eso se identifican.
 “los cien caballos del rey/ en el patio relinchaban”: símbolo de la agresividad erótica.
 “Corales tibios dibujan/ arroyos en rubio mapa”: imagen barroca y erótica.

Coinciden, por tanto, el más elevado refinamiento estilístico con un lenguaje


espontáneo y sencillo, lo más tradicional con lo más vanguardista. Lorca desarrolló formas
renovadas de transmitir poéticamente los temas eternos del hombre y, para lograrlo, rescató
las vivencias cotidianas, abrevó en las fuentes mismas del arte popular tradicional y las
envolvió en un lirismo renovado y pletórico de sugerencias.
Esta duplicidad le permite a Lorca, por un lado, acercarse al lenguaje popular y, por el
otro, imbuir de magia y misterio a sus versos. Lo definió explícitamente en una entrevista
publicada por el diario La Voz el 18 de febrero de 1935:

La poesía es algo que anda por las calles. Que se mueve, que pasa a
nuestro lado. Todas las cosas tienen su misterio y la poesía es el
misterio que tienen todas las cosas.

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