Jurisprudencia de Adocion Internacional en El Peru
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JURISPRUDENCIA
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Así también es señalado en otras sentencias como la del Exp. No. 0187-2009-PHC/TC, EXP. No. 02079-
2009-PHC/TC.
Este principio también impone la elaboración, interpretación y
aplicación de las normas relacionadas con los niños, así como las
políticas públicas y programas sociales, deban estar dirigidas al
pleno, armoniosos e integral desarrollo de su personalidad en
condiciones de libertad, bienestar y dignidad.
Siendo esto así es claro que el Tribunal Constitucional reconoce lo ya visto con
anterioridad en el análisis del concepto de interés superior y entiende que éste
le impone al Estado la obligación de adoptar todas las medidas que aseguren
de manera rápida y eficaz la protección de los niños y adolescentes en todo
ámbito. Y, así, el Estado sume el deber de adoptar acciones y medidas de todo
tipo con el fin de proteger a los niños de cualquier amenaza a sus derechos.
Así, agrega que la atención prestada debe ser especial en la medida en que un
niño posee características singulares y particulares y que sea cual sea el
resultado del caso, el tratamiento de sus derechos durante el proceso debe ser
escrupuloso. Así también la atención ha de ser prioritaria pues el interés
superior del niño tiene precedencia en la actuación estatal respecto de las
decisiones judiciales que no involucren sus derechos fundamentales.
El principio del interés superior fue recogido en el primer Código de los Niños y
Adolescentes de 1992 y, más tarde, en el vigente código del año 2000. El
artículo IX del Título Preliminar de este código dice:
También desarrolla lo que los jueces deben tener en cuanta al aplicar este
principio y establece que estos deben otorgar prioridad a los derechos
humanos del niño. Al resolver un conflicto de derechos, los jueces deberán
asegurar que el niño goce de una protección especial, disponiendo de
oportunidades y servicios para poder desarrollarse física, mental, mora,
espiritual y socialmente de forma saludable y normal, en condiciones de
libertad, dignidad, debiendo crecer al amparo y bajo la responsabilidad de los
padres o, en su defecto, de un ambiente de afecto y de seguridad moral y
material siendo protegido contra toda forma de abandono, crueldad y
explotación, etc.
Es claro, entonces, que este principio obliga a los jueces a la realización de un
análisis que abarque todas las formas en que puede afectar su decisión al niño
y adolescente, prefiriéndose la alternativa que sea más favorable para el niño o
adolescente en cuestión.
Este conflicto fue resuelto guiado por el principio del interés superior del niño,
prefiriéndose entonces que la niña fuese adoptada por su familia de hecho sin
necesidad del consentimiento de la madre.
Se puede ver que el poder de discrecionalidad que tienen los jueces al aplicar
este principio es muy amplio pues incluso permite que los mismos no apliquen
normas legales luego de un análisis de lo que se considera más beneficioso
para el niño o adolescente en cuestión.