Clases 3 y 4

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CLASE 3

INSERCION DE LAS ADICCIONES EN LOS ESPACIOS LABORALES


El trabajo es toda aquella actividad que realiza un ser humano con el
objetivo de ganar sustento a cambio le permita mantenerse en su día a día
y realizar diversas actividades. El trabajo es la condición básica y
fundamental de la vida humana, es la fuente de los bienes y servicios que
satisfacen nuestras necesidades. También brinda riqueza intelectual y le
da la oportunidad de interactuar con otras personas. Es considerado un
derecho. El lugar de trabajo es un ambiente en el que las personas se
desenvuelven y con el cual satisfacen diversas necesidades inmediatas y
de socialización. Pasamos muchas horas de nuestra vida en el trabajo y
con nuestros compañeros. Un buen clima organizacional favorece la salud
mental, física y las consecuencias positivas en la productividad dentro de
las organizaciones laborales.
Yendo al tema que nos convoca en esta capacitación nos podemos
preguntar qué sucede con las adicciones en el ámbito laboral. La
dimensión que alcanzó el flagelo de las adicciones en lugares de trabajo es
un reflejo de lo que ocurre en el resto de la sociedad. Según la Secretaría
de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar), más del 70% de las
personas ocupadas de entre 18 y 65 años consumen alcohol; el 9%,
marihuana, y luego cocaína, psicofármacos y otras sustancias.
La gravedad del consumo de sustancias (alcohol, tabaco u otras drogas) en
el ámbito laboral ha sido reconocida ya desde hace tiempo por la
Organización Internacional del Trabajo (oit), organismo que considera que
el consumo de sustancias es un problema que integra a un número
elevado de trabajadores; la oit señala que los efectos nocivos del consumo
de sustancias corresponden a todos los niveles socioeconómicos y no son
exclusivos de los niveles más bajos, como se podría suponer, además
competen a todos los puestos desde los jerárquicos hacia abajo.
Lo que sucede es que la seguridad profesional y la productividad pueden
verse afectadas de forma adversa por empleados que trabajan bajo las
influencias de las distintas sustancias psicoactivas. La oit indica también
que el consumo de sustancias por los trabajadores produce un fuerte
impacto, que se extiende a familia y compañeros de trabajo, afectados en
términos de pérdida de ingresos, estrés y baja moral. Por tanto, el
consumo de sustancias es un problema que no solo afecta al que las
consume, sino también a las organizaciones laborales, la familia y la
sociedad en general.
Poniendo especial atención a las organizaciones laborales, las condiciones
de trabajo vienen a ser un factor importante en la vida de los trabajadores
y de la organización en sí misma, y pueden tener una influencia decisiva
en los niveles de salud y bienestar, dentro y fuera del ámbito laboral. La
prevención de riesgos laborales es un deber de las empresas y un derecho
de los trabajadores, los cuales también deben velar por la protección de
su propia salud y la de sus compañeros.
El riesgo en una organización laboral que cuenta con trabajadores que de
forma habitual consumen drogas, es que en algún momento pueden
representar un riesgo para sí mismos o para terceras personas. Las
consecuencias del consumo de drogas en los trabajadores pueden generar
responsabilidades personales (para el propio consumidor), sociales
(problemas de seguridad, delitos asociados) y laborales.
Conductas que indican el consumo de drogas en el trabajo. Entre los
hábitos que pueden indicar que un trabajador tiene contacto con las
drogas, se encuentran:
 Continuas y diversas quejas
 Impuntualidad, llegan tarde.
 Problemas de concentración
 Disminución del rendimiento laboral
 Ausencias del trabajo (2 a 3 veces mayor que los que no consumen)
 Escasa productividad
 Cambios en el estado de ánimo, es decir, marcados cambios de
humor, ataques de ira y agresividad.
 Conflictos con jefes y compañeros
 Su tarea no la realiza adecuadamente y por eso se reduce su
rendimiento
 Se siente mal, observado y a veces aislado
 Está irritado y nervioso. Reacciona mal o violentamente frente a los
demás

Con respecto a las consecuencias que conlleva el consumo de drogas en


los espacios laborales vemos:
 Bajada de la productividad: El rendimiento de la persona afectada
es inferior al habitual. Estas alternativas del ritmo de trabajo, unidas
a frecuentes ausencias, llevan a una desprofesionalización
progresiva que va a influir negativamente en su propio trabajo y en
el de su equipo o grupo laboral. En el caso del alcohol produce una
relentificacion de los procesos de información y atención.
 Disminución del ritmo de trabajo
 Deterioro de la calidad del producto fabricado
 Torpeza e irregularidad en el trabajo: El trabajador afectado trabaja
poco y además mal. La calidad del trabajo se resiente fácilmente por
la torpeza e inhabilidad que las adicciones producen, lo que origina
errores abundantes y frecuentes que producirán una pérdida final
de calidad del producto o del servicio
 Ausencias o tardanzas inmotivadas: Una de las características del
trabajador adicto al alcohol u otras drogas es un
 aumento manifiesto de las ausencias al trabajo, que pueden
cuadruplicar las habituales del personal de la Empresa.
Generalmente suelen ser bajas frecuentes, de corta duración, y
producidas por enfermedades banales. Son clásicas las ausencias de
los lunes y tras días festivos, atribuibles a la “resaca” del descanso
laboral. El pago mensual, por transferencia bancaria, ha disminuido
la clásica intoxicación o borrachera del día semanal de cobro. Existe
además un ausentismo no constatado que es el producido por las
frecuentes salidas del trabajo para beber o drogarse.
 Pérdida del empleo
 Aumento de los errores, aumento de los accidentes y de las lesiones
(entre el 20 y 25 % de los accidentes laborales): Quiero señalar
fuertemente el gran riesgo, el daño que entraña el alcohol y las
drogas sobre la Seguridad. La ecuación: TRABAJO + ALCOHOL o
DROGAS = ACCIDENTE no es una frase hecha, sino la expresión real
de un hecho analizado y comprobado en todos los países del
mundo. Las cifras hablan: El alcohol y otras drogas son responsables
del 15-25% de accidentes de trabajo. Es por lo tanto indudable que
las drogas y el alcohol influyen en forma evidente y decisiva en la
producción de accidentes a través de un olvido, o de dejar de
atender las Normas de Seguridad en el Trabajo. Además el riesgo
del accidente no sólo afecta al adicto o alcohólico, sino también a
compañeros que trabajan junto, en equipo, con él. La
accidentabilidad laboral es tres veces superior en trabajadores con
adicción a drogas y alcohol, un tercio de los accidentes laborales
mortales está relacionado con el consumo de sustancias, la tasa de
accidentes se duplica o triplica en estos trabajadores de la misma
manera pasa con las bajas laborales y el absentismo.
 Caída de la moral y del clima laboral
 Cambio progresivo de actitud de la persona, que podía ser
considerada hasta entonces como buen trabajador: discusiones,
críticas, pérdida de interés por el trabajo, pequeñas faltas de las que
busca justificarse y pequeños accidentes de los que culpa a otros o
al material como responsable
Perjudica a sus compañeros de trabajo porque:
• Crecen los conflictos personales
• Logra sobrecargas de trabajo a las demás personas
Puede producir accidentes que ocasionan peligros para la vida de los
demás
Perjudica a su empresa o espacio laboral porque:
• Deteriora la imagen de su empresa o escenario laboral
• Produce conflictos laborales y disciplinarios
• Disminuye la productividad y el rendimiento
• Puede provocar daños en equipos y maquinarias

En materia de seguridad, salud y bienestar el trabajo, en términos


amplios, también puede tener consecuencias negativas para los individuos
sobre todo si padecen alguna enfermedad.
Existen factores laborales considerados de riesgo para el consumo:
 Exceso laboral y alto rendimiento
 Tareas rutinarias y monótonas
 Insatisfacción en el trabajo
 Jornadas de trabajo prolongadas, turnos cambiantes, rotación
horaria
 ausencias largas de la casa
 cansancio intenso en el trabajo
 compañeros consumidores
 Situaciones de estrés constante, ambientes de trabajo hostiles
 Altas demandas de tarea
 Tareas rutinarias y monótonas
 Contratos laborales temporarios, inseguridad laboral (Condiciones
organizacionales desfavorables)
En relación al puesto de trabajo o tarea el riesgo puede ser:
 Trabajos repetitivos o pocos motivadores
 Cambios frecuentes de puesto de trabajo
 Condiciones laborales precarias
 Condiciones climatológicas adversas
 Trabajos solitarios
 Dificultad para compaginar el trabajo y la vida social y personal
 Trabajo donde se manipulan tóxicos
 Trabajos o tareas que faciliten contacto directo con drogas legales o
ilegales.
Con relación al Ambiente Laboral el riesgo puede ser:
 Conflictividad laboral
 Ambientes de gran competitividad
 Tolerancia al consumo de sustancias
 Falta de planificación y de flexibilidad en la ejecución de la tarea
 Inestabilidad en el puesto de trabajo
 Insatisfacción laboral: con el trabajo realizado, con el trato recibido
por el supervisor.
 Escasa valoración y remuneración de su trabajo
Pero es válido rescatar que el medio laboral también constituye un
entorno propicio para la prevención y el control del consumo de drogas y
lograr así una organización con bienestar. Un lugar de trabajo sin drogas
protege la salud y la seguridad, mejora niveles de productividad,
incrementa la satisfacción y el bienestar en el trabajador. La promoción de
la salud pocas veces se realiza en las organizaciones, donde se atiende la
enfermedad para el pronto retorno al trabajo, pero la salud debería ser un
recurso e inversión importante como capital humano y social de cualquier
organización. Además de la prevención de riesgo en el trabajo, la
promoción de la salud ha de considerarse como uno de los objetivos en
toda planeación organizacional. El trabajo no debería ser una amenaza
para la salud sino una condición favorable a la salud.
Vamos a ver ahora algunos datos de color en relación al tema. Las
sustancias psicoactivas más consumidas son las legales, entre ellas en
primer lugar el alcohol, seguido del tabaco, y de las sustancias ilegales
tiene mayor prevalencia de consumo la marihuana, seguido de la cocaína.
El porcentaje de trabajadores dentro de un espacio laboral con un
consumo abusivo de sustancias va desde el 40% hasta el 70%. Ahora bien
con respecto a la población en general el 71% de los consumidores
problemáticos de sustancias son personas que trabajan. Pero la
Asociación Proyecto Hombre destacó en su Informe sobre el Perfil de las
Personas con Problemas de Adicción en Tratamiento que la mitad de las
personas atendidas en centros de tratamiento se encuentran en actividad
laboral.
Los hombres son quienes consumen más alcohol y otras drogas, las
mujeres consumen más psicofármacos. En general, históricamente y
sobre todo en casos de adultos los hombres consumen más que las
mujeres, porque antes fumar o tomar era cosas de hombres, pero esta
distancia se está achicando con el paso del tiempo. En cambio en los
adolescentes la proporción es igual, chicas y chicos consumen de la misma
manera. Los adolescentes tienen tasas de absorción más rápidas y, sin
embargo, sus sistemas metabólicos son mucho menos eficientes que los
de los adultos. Así, llegan a la adición cinco veces más rápido.
Según las estadísticas del proyecto hombre, el perfil más común de
trabajadores consumidores son hombres dedicados a trabajos manuales
cualificados (el 17,6%) y no cualificados (el 10,7%), destacando el sector
de la construcción (el 19,4%) y de la agricultura, ganadería, pesca y
extracción (el 13,5%) como los de mayor prevalencia de consumo de
bebidas alcohólicas.
En el caso del tabaco y el cannabis, vuelve a ser el sector de la
construcción junto con el de hotelería el que más despunta. Sin embargo,
la cocaína está presente en mayor medida en las actividades artísticas,
recreativas y deportivas. Así mismo, esta prevalencia de consumo destaca
en las jornadas de trabajo continuas por la noche para el alcohol,
cannabis, tabaco y cocaína; y en jornadas partidas de mañana y tarde en el
caso de las bebidas alcohólicas.

¿QUE HACER?
La reducción del consumo de sustancias adictivas en el trabajo y sus
consecuencias, no se consigue mediante la aplicación de normas
disciplinarias, sino a través de la prevención y de un tratamiento, teniendo
siempre como referencia única y final la persona. De manera que la
adicción deje de ser tratada como un tema tabú y empiece a ser
considerada una enfermedad más de la que buscar un tratamiento
adecuado con el que trabajador y organización se sientan cómodos.
Es decir, que el objetivo no es que la persona pierda su trabajo, sino que
se recupere para que pueda continuar con su actividad y siga siendo
productivo. No se apunta a estigmatizar al trabajador adicto ni
sancionarlo. La idea es pensar las adicciones como un problema de salud y
para ello hay que generar una política de prevención de las adicciones en
el ambiente laboral para poder trabajar sobre los factores de riesgo,
intervenir y ayudar a que esa persona pueda hacer un tratamiento
efectivo.
Pese a todo, es habitual que muchas organizaciones no actúen hasta que
la adicción haya alcanzado niveles alarmantes. Entonces la cuestión que
deben plantearse en este punto es qué clase de actuación se va a llevar a
cabo. La organización tiene potestad para sancionar a los trabajadores que
mantengan en el trabajo una conducta poco profesional, como podría
suceder a consecuencia de una adicción. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que las adicciones son y deben ser tratadas como una enfermedad
crónica de salud mental. En consecuencia, en lugar de resolver el
problema por la vía del despido u otras sanciones disciplinarias, como ya
lo expresamos, es preferible remitir al trabajador a los servicios de
asesoramiento, para manejar de la forma más adecuada su enfermedad y
poner en marcha un tratamiento de cara a su rehabilitación a largo plazo.
De este modo, se estará aplicando una solución duradera y mucho más
beneficiosa para ambas partes.
En estos casos, es necesario contar con la colaboración activa del
empleado en cuestión, algo que no siempre ocurre, y por ello es necesario
facilitarla al máximo, de modo que el trabajador pueda expresarse sin
temor por su puesto de trabajo o por la pérdida de confidencialidad. Si el
trabajador no colabora con el tratamiento, entonces la organización
puede adoptar las medidas disciplinarias que considere necesarias. Esto
sobre todo sucede en el ámbito privado más que en lo público pero
también a ha habido casos de trabajadores estatales que perdieron su
trabajo.
Prevenir para evitar intervenir
La Prevención Laboral es una manera de entender que el trabajador es el
capital humano fundamental y que como tal debe ser cuidado,
respaldado, y acompañado en los riesgos propios de nuestra vida en
sociedad. Cuando una organización toma la iniciativa de implementar
estrategias de Prevención, ayuda a que un tema que seguramente está
presente pero silenciado, pase a estar sobre la mesa y trabajado de
manera positiva. Implementar Programas Preventivos nunca es generar un
problema, sino que siempre es avanzar hacia una solución.
La prevención es un elemento clave para tratar de evitar los posibles
problemas que el adicto pueda causar y no estigmatizar esta enfermedad,
sin que, a su vez, ello afecte negativamente al resto de empleados. La
identificación precoz del problema y la motivación para su tratamiento
debe ser un elemento fundamental previo a la detección y a la
intervención, y para ello es necesario incluir en la organización planes de
formación e información en el campo de las conductas adictivas y sus
efectos adversos en el trabajo.
Antes de seguir hablando de los programas de prevención vamos a pensar
un poco de que estamos hablando cuando hablamos de prevención.
¿QUE ES LA PREVENCION?
La prevención es la preparación y disposición que se hace
anticipadamente para evitar un riesgo. Es la capacidad para anticiparse
con diferentes estrategias a situaciones que pueden provocar diversos
tipos de daño, posibilitando crear conocimientos, actitudes, habilidades
que ayudaran a impedir o minimizar el daño. Preparación que busca evitar
de manera anticipada un riesgo, evento desfavorable o un acontecimiento
dañoso. La palabra clave es anticiparse, es antes no después. En este caso
estamos hablando de prevención primaria que evita la adquisición de la
enfermedad. Serían las actividades o estrategias que se llevan a cabo para
evitar que aparezca la enfermedad.
Cuando el objetivo de la prevención no es solo prevenir el uso de
sustancias, sino el desarrollo de una dependencia, es tomar medidas para
que la enfermedad no aparezca reduciendo los factores de riesgo,
hablamos de prevención secundaria que va encaminada entonces a
detectar la enfermedad en estadios precoces para evitar su progresión.
Con la prevención secundaria apuntamos a reducir o disminuir la
enfermedad.
En una prevención terciaria las medidas están dirigidas al tratamiento y a
la rehabilitación de la enfermedad para que la situación no se agrave y se
pueda mejorar la calidad de vida. La prevención terciaria trabaja sobre el
problema ya instalado y sus consecuencias.
En la práctica preventiva se tienen en cuenta dos modalidades: la
prevención específica que apunta a prevenir a partir del síntoma. Las
consecuencias directas o indirectas que influyen en la problemática.
Comprende las estrategias con contenidos referidos a temas en particular,
por ejemplo adicciones, violencia, sida. Está focalizada en una población
determinada (Desde la información) y la Prevención múltiple inespecífica
orientada a modificar aspectos que hacen al estilo de vida modificando
hábitos y actitudes tendiendo a lograr una mejor calidad de vida.
Lo ideal entonces es combinar ambas modalidades de prevención para
que sea general, inespecífica e integral dispuesta para todas las personas,
todas las edades y en todos los espacios.
En prevención la información es un requisito necesario pero no suficiente
para cambiar actitudes y comportamientos.
La promoción de la salud y la prevención de la enfermedad son todas
aquellas acciones, procedimientos o intervenciones integrales y
orientadas a lograr una vida saludable y mantenerse sanos. La prevención
es un intento de influir en la conducta.
La idea es a través de la prevención reducir o revertir los factores de
riesgo. Una intervención temprana en los factores de riesgo tiene un
impacto mayor que una intervención tardía, al cambiar la trayectoria de la
vida de la persona alejándola de los problemas y dirigiéndola hacia
conductas positivas.
Un factor de riesgo es todo aquel elemento que puede aumentar las
probabilidades de que aparezcan problemas relacionados con las
adicciones, es cualquier factor asociado con el aumento de la probabilidad
de un comportamiento que suele tener consecuencias negativas. Una
conducta de riesgo no suele presentarse aislada sino que van
relacionadas, por ejemplo el uso de sustancias se suele asociar a
ausentismo laboral, irritabilidad. Los factores de riesgo son características
o atributos individuales, familiares o sociales, que posibilitan o aumentan
el consumo de sustancias psicoactivas. A nivel individual los factores de
riesgo están asociados a baja tolerancia a la frustración, conductas
agresivas, baja autoestima; entre los factores familiares se encuentran:
consumo de sustancias psicoactivas por parte de padres de familia o
cuidadores, disciplina autoritaria, sobreprotección, falta de supervisión de
los padres o cuidadores en las actividades de los hijos, violencia
intrafamiliar; entre los factores de riesgo social se encuentran: bajo apoyo
de redes sociales, disponibilidad de las sustancias psicoactivas, uso de
sustancias psicoactivas por parte de pares, violencias en el entorno escolar
y social, entre otros.
Un factor protector es cualquier factor que reduzca el impacto de un
comportamiento de riesgo. Ayudan a las personas a no involucrarse en
comportamientos potencialmente perjudiciales o promover alternativas.
Los factores protectores son características o atributos individuales,
familiares o sociales, que reducen la posibilidad de uso, abuso o
dependencia de las sustancias psicoactivas. Entre los factores individuales
se encuentran: empatía, habilidades sociales, capacidad para afrontar
problemas, entre otros; entre los factores familiares se encuentran el
respeto, la confianza, las normas y reglas del hogar, entre otros; entre los
factores sociales se encuentran la participación en actividades
comunitarias, la normatividad respecto a las sustancias psicoactivas, el
acceso a servicios de salud y educación, entre otros.

PROGRAMAS DE PREVENCION
¿Cómo prevenir el consumo de drogas y alcohol en el trabajo?
El alcohol y cualquier otro tipo de drogas provocan discapacidad sensorial
que no exige las actividades laborales desempeñadas cotidianamente, por
tal motivo, prevenir su uso y consumo promueve el cumplimiento de un
compromiso por parte del trabajador con la organización y viceversa. De
hecho, la prevención del acto en cuestión hace parte de la responsabilidad
corporativa de mantener el bienestar individual y grupal de sus
empleados. Entorno sano, vida laboral saludable.
Por donde se debe comenzar a trabajar es por la información, el apoyo, el
análisis de los riesgos y la puesta en marcha de medidas e iniciativas para
paliarlos.
Los programas para prevenir o minimizar los problemas de consumo
deben abarcar diversos aspectos, que van desde la información hasta la
facilitación de la asistencia de los trabajadores enfermos que lo deseen.
Los programas de prevención deben incluir:
• Información básica de referencia, por ejemplo folletería hablando de las
adicciones y sus consecuencias, tipos de sustancias. Debe ser objetiva y
realista, manejarse con la verdad, no dramatizar ni recurrir al miedo.
Debe ser pertinente a la edad, comprensión. Debe resaltar las ventajas de
no consumir drogas antes que enfatizar en lo negativo de consumir. Por
ejemplo arrancar en un programa de prevención diciendo la droga mata
es arrancar mal.
• Pautas para plantear actuaciones preventivas, es decir cuáles van a ser
las medidas y estrategias a implementar. Por ejemplo enfatizar en los
factores de riesgo y promover los factores protectores. Posibilidad de
desarrollar actitudes y habilidades sociales para poder afrontar las
distintas situaciones de la vida. Otra pauta importante es tener presente a
la familia del adicto.
• Orientación para el abordaje asistencial a los trabajadores con
problemas. Por ejemplo un equipo de profesionales especializados que
puedan abordar la problemática confrontando al trabajador con el
problema y las consecuencias.
• Criterios de derivación asistencial de los problemas que no puedan
atenderse en los recursos laborales.
Normalmente, el proceso pasa por distintas fases: la detección de los
casos de adicción, evaluación de las demandas de actuación, información
y asesoramiento, oferta de tratamiento y posterior derivación a un centro
especializado y una vez que el adicto ha sido dado de alta se lo vuelve a su
reinserción laboral.
Es importante conocer las actitudes y conductas de los trabajadores hacia
el consumo, antes de definir los objetivos de carácter preventivo y
asistencial. Las políticas preventivas en relación con el alcohol y otras
drogas deben ser informativas, de protección y de sensibilización
Los programas de prevención encaminados a mejorar la situación de los
trabajadores en relación con el consumo de drogas deben promover
cambios de estilo de vida, e incluso de cultura de la salud dentro de la
empresa.
Se buscará identificar precozmente los problemas existentes relacionados
con el consumo y facilitar la atención a los trabajadores adictos que lo
deseen. Los procedimientos diagnósticos para detectar los problemas
deben ser conocidos y aceptados voluntariamente por los usuarios
respetando su confidencialidad. En ocasiones se utilizan encuestan
anónimas o detección por medio de testeos, por ejemplo hay una fábrica
grande en la plata que tiene un sistema al azar de testear alcoholemia.
También con dosajes de sustancias psicoactivas en orina. Los trabajadores
deben estar informados de dicha situación. Los tratamientos se
propondrán evitando la marginación de la persona a tratar y se facilitará la
normalización y reinserción laboral. La política debe garantizar que su
objetivo no sea perseguir a los adictos, sino contribuir a mejorar las
condiciones de salud y seguridad en el ámbito laboral. La organización
debe garantizar el respaldo a los trabajadores, su puesto de trabajo en
caso de hacer tratamiento.
La prevención de adicciones también puede realizarse en tres pasos:
universal, selectiva e indicada. La primera de ellas se aplica para todos los
trabajadores y se fomenta una buena calidad de vida. La segunda hace
referencia al tratamiento de trabajadores con indicios de adicciones. Su
atención y tratamiento debe ser personalizado y con constante monitoreo
por parte de la empresa. Finalmente, la indicada es aquella donde se debe
trabajar con quienes ya tienen un problema de abuso o dependencia. Al
clasificar el problema, es posible aportar una solución más integral.
Con respecto de los trabajadores se buscará:
 Incorporar valores positivos hacia la conservación de la salud tanto
éticos como morales
 Motivar a la práctica de actividades positivas hacia la salud
(deportivas, artísticas, culturales etc.) para un adecuado desarrollo
social e intelectual.
• Aprender a tener la capacidad para tomar decisiones y resolver
problemas cotidianos. Así mismo aprender a canalizar de manera
adecuada sus emociones.
 Autoestima y autocontrol adecuados
• Tolerancia a la Frustración
• Percepción de riesgo en torno al consumo de sustancias
 Cambiar actitudes y conductas en relación con el consumo
Con respecto al ámbito laboral se puede pensar en:
• Jornadas de trabajo adecuadas: tiempo, lugar, períodos de descanso
(cambios de horarios al trabajador adicto, evitar que trabaje de noche
etc.)
• Descansos periódicos para adaptarse a las necesidades del
trabajador/a (Fines de semanas, francos, etc.)
• Planificación consensuada de las rotaciones horarias
• Eliminar la oferta de drogas legales en el lugar de trabajo
• Capacitaciones periódicas asociadas a la función de cada trabajador/a
• Posibilidades de promoción laboral
 Pasarlo a un sector más contenido sin compañeros de consumo,
rediseñar su puesto.
 Propiciar un ambiente de contención, de escucha, de vínculos de
confianza.
 Mejorar las condiciones de trabajo y el clima organizacional.
¿Cómo ayudar a mi compañero adicto?
Si corro a un lado la organización como tal y me posiciono como un simple
compañero frente a otro compañero adicto, le pregunta sería ¿Cómo
puedo ayudarlo?
Lo primero es estar disponible para ayudarlo, en segundo lugar
escucharlo, brindando confianza, interesándome en lo que siente, en lo
que le pasa, en tercer lugar no estigmatizarlo pero tampoco victimizarlo,
contactar a la familia, siempre es positivo que la actuación de la
organización laboral y la familia se complementen, apoyando dicho
proceso. Por último ofrecer alternativas para su recuperación. (Esto lo
vamos a ver en la clase que viene)

Plantear algunas opciones para los padres de adolescentes, para poder


prevenir desde la intervención temprana. Apuntando a tener presente que
lo importante es que haya adolescentes con herramientas necesarias para
lograr poder decir que no frente a la oferta de ciertas sustancias.
La adolescencia se suele considerar una amplia franja que va desde los
12/13 años a los 23 años lindando con la juventud. En este espacio de
tiempo se producen enormes cambios tanto físicos como psicológicos, que
influirán de forma determinante en la manera de posicionarse en su
entorno social. La necesidad de establecer la propia identidad ante la
rapidez de estos cambios y la búsqueda de autonomía e independencia
ante el mundo adulto, estimulan en el adolescente la aparición de
conductas de riesgo, como pueden ser, entre otras, el consumo de drogas
y los comportamientos antisociales.
La familia es la estructura social primaria de los adolescentes sea en
positivo como en negativo. Es en el sistema familiar donde el joven
aprende y madura sus valores, sentimientos, actitudes, comportamientos.
En la familia el joven aprende o debería aprender normas, límites,
responsabilidades y el manejo de emociones, es decir los padres deben
identificar las emociones de sus hijos (miedo, ira, vergüenza) y actuar en
función de ella, enseñar a identificar y regularlas. Hay que fortalecer la
autoestima y la personalidad. Transmitirle confianza y aumentar la
seguridad en ellos.
La prevención en el marco de la familia de todo tipo de conductas de
riesgo en adolescentes es una cuestión de valores, de ejemplos y de
dialogo familiar.
Se deben proporcionar tres condiciones:
 Una relación afectiva cálida que de seguridad y estimule la
autonomía del adolescente
 Una disciplina que enseñe a respetar normas y limites
 Una comunicación constante (dedicar tiempo y paciencia, escuchar
y saber transmitir valores, una comunicación abierta que permita
debates, la aceptación y la escucha.
Proporcionar limites en el comportamiento, es fundamental para que el
menor adquiera la capacidad de autorregularse y auto controlarse, asuma
responsabilidades, aprenda a tolerar la frustración, asimile que no
siempre puede obtener lo que desea ni de forma inmediata. Establecer
este estilo educativo supone ejercer un comportamiento preventivo
aportando herramientas frente a situaciones de riesgo. (Esto es lo que se
escucha en el trabajo diario con jóvenes adictos). Los límites son
necesarios y beneficiosos, son el tutor que se les pone a las plantas para
que crezcan sanas y derechas.
Los padres están haciendo prevención cuando están atentos a la vida de
sus hijos, cuando conocen su entorno, sus amistades, esto no significa un
control exhaustivo y diario sino que mediante la comunicación se acercan
a su realidad.
Como darnos cuenta. Algunos indicios en adolescentes
 Disminución del rendimiento académico o cambios de actitud en los
estudios.
 Absentismo escolar
 Desinterés por las actividades que antes le gustaban
 Problemas de disciplina
 Conflictos familiares
 Cambios bruscos de comportamientos y de estados de animo
 Cambios en el sueño, en la alimentación y en el peso
 Quejas de cansancio
 Cambio de grupo de amigos, evitación que los padres conozcan sus
amistades nuevas.
 Retraso a la hora de llegada a casa
 Desaparición de dinero o de objetos. Piden más dinero que lo
habitual.
 Silencio o introversión
 Rebeldía ante normas

Volviendo al tema de prevención en el ámbito laboral pensemos juntos y


construyamos juntos un plan de prevención. Pensemos objetivos del
mismo, tipo y medio de información, medidas y derivación.

ACCIONES PREVENTIVAS (por ejemplo)


Cuando se habla de Estrategias de Prevención Específica se hace
referencia a aquellas actuaciones que de una forma clara, concreta y
explícita tratan de influir en el uso de drogas.
Transmitir información clara y precisa
- Brindar conocimientos sobre las distintas sustancias y los efectos de su
uso (folletos, videos, Campañas tendientes a evitar o disminuir el consumo
de sustancias)
- Favorecer actitudes saludables desalentando el consumo de sustancias.
En cuanto a las Estrategias de Prevención Inespecífica son aquellas en
donde se trata de incidir en los consumos indirectamente a través de
programas, actuaciones o ámbitos que se conectan de manera indirecta
con el uso de drogas. Es decir, acciones destinadas a favorecer el
desarrollo de actitudes, habilidades, proyectos de vida, valores, que
contribuyan a la construcción de estilos de vida saludables y permitan la
generación de nuevas opciones. (Ejemplos: Actividades deportivas,
Organización de viajes, Espacios recreativos de pintura, música, baile, etc.
Espacios recreativos destinados a la integración familiar, Capacitaciones
para oficios, etc.)

Generar alternativas saludables


- Fortalecer la autoestima y autoconfianza
- Promover actividades recreativas evitando el aburrimiento y la
alienación, Desarrollar habilidades de resistencia
-Promover alternativas de respuesta a la presión de grupo
-Normativa clara respecto al uso de sustancias dentro de la organización
Desarrollo de prácticas personales y sociales
- Fortalecer la autoestima
- Fomentar la responsabilidad en la toma de decisiones y crecimiento
personal
- Promover el desarrollo de habilidades sociales

CLASE 4
El antiguo refrán: “cuando el río suena, es porque agua lleva”, es una
declaración muy cómoda para quien observa desde “la orilla del río”, pero
no así, para el que “lucha contra la corriente”.
Porque, para el que está “dentro del río” es muy difícil escuchar los
“sonidos” que indican que “algo está mal”, muchas veces porque no
puede y otras porque definitivamente no lo desea. Cuando no puede, se
entiende que la persona quiere estar bien, pero no ha percibido el peligro;
aquí, la solución obvia sería “señalarle lo que pasa” y de esa forma “podría
darse cuenta”. El problema está en que la persona adicta,
deliberadamente, hace caso omiso de aquello que se le está planteando
como una realidad y se comporta como si nada le fuera a pasar. La
mayoría de los drogadictos actúan así, y lo hacen porque su adicción se ha
convertido en “un salvavidas” que mantiene a raya aquello que les resulta
potencialmente doloroso. Aunque para las personas que le rodean, sea
obvio que su conducta resulta contraproducente.
Para superar los problemas adictivos se necesitará un grado importante
de compromiso de la persona afectada, además de la voluntad del mismo,
del apoyo de su familia, sus compañeros y del espacio laboral. Es
importante destacar que la detección precoz y cuando más rápidamente
se actúe en este sentido, habrá mayores posibilidades de superarlo
adecuadamente.
Es realidad no es tan fácil detectar por síntomas físicos si una persona está
o no en consumo, el adicto aprende a manejar los síntomas secundarios y
siempre encuentran una manera de ocultarlo. En vez de intentar detectar
por lo orgánico los padres deben centrarse en la conducta general. Vamos
a ver algunos signos que nos permitan orientarnos.
¿Cuáles son las señales de que alguien tiene un problema de drogas?
 Pupilas contraídas o dilatadas, ojos enrojecidos y/o pequeños,
congestión nasal: Estas son algunas de las manifestaciones visibles
que pueden darnos indicios de consumo de sustancias, ya que con
el uso de estimulantes ha contracción pupilar, sudoración de
manos. Con la marihuana se enrojecen los ojos. Irritación nasal en el
caso de la cocaína. (resfríos, mocos, etc.)
 Alteraciones del apetito, peso corporal o sueño: Es otro de los
aspectos importantes para una detección precoz. El comer mucho
puede ser resultado del consumo de marihuana. El consumo de
alcohol además de su olor produce aumento de peso. La cocaína y
las anfetaminas quitan el hambre por lo que normalmente se baja
de peso. El sueño también se ve alterado, duerme poco o mal.
Cambia los días por las noches invirtiendo los ciclos normales. Viven
de noche y duermen de día.
 Sentimiento autocritico: cuestionan sus acciones, conductas, no
logran conformidad consigo mismo.
 Dificultad para aceptar la autoridad: Viven en conflicto con todo
aquel que represente una obligación o norma.
 Descuido personal: Descuidan su vestimenta y su aseo personal. No
se cuidan a sí mismos, por ejemplo, no toman duchas, no se
cambian de ropa ni lavarse los dientes.
 Cambio de amistades: Los jóvenes que comienzan a consumir
generalmente cambian de amigos, dejan a los que solían frecuentar
y se juntan con los que consumen. Pasan largar horas con ellos.
 Cambio de costumbres: Cambian sus hábitos, esto es central para
detectar el consumo. Antes solían hacer determinadas actividades,
eran buenos, alegres, y divertidos y de repente todo cambia hasta
su manera de hablar. Incorporan el léxico callejero. Empiezan a
mentir, a manipular y a minimizar situaciones.
 Salidas permanentes del hogar: comienza una suerte de salidas
misteriosas y a horas que antes no eran comunes, el joven comienza
a mentir con relación a sus actividades y no comunicar lo que hace.
 Formas de pensar extremistas: Es blanco o negro, todo o nada. La
gente es mala o buena. Respuesta a los acontecimientos
exacerbada.
 Cambios en el carácter: Dependiendo del tipo de drogas
consumidas se producen diferentes cambios en su personalidad,
puede pasar de momentos depresión a situaciones de euforia,
puede aparecer angustia o manifestaciones descontroladas. Están
de mal humor, pasar rápidamente entre sentirse mal y sentirse
bien. En otros momentos se los ve muy callados o tristes. Los
cambios en el estado de ánimo y la sensación de falta de control son
sensaciones comunes en la persona que sufre una adicción. De
hecho, ese malestar emocional es una de las razones por la cual la
persona se refugia en la adicción, alimentando así un círculo
autodestructivo.
 Desaparición de objetos: Es común que empiecen a desaparecer
objetos, al principio, pequeños e insignificantes, después con mayor
valor. También inventan que fueron robados y les sacaron el celular,
zapatillas. Pero en realidad lo que sucede es que las venden para
subvencionar la droga o las cambian por ella.
 Aparición de cosas nuevas: aparecen con cosas en la casa, que no
dan cuenta de cómo pudieron adquirirlas. Y aparece la famosa frase
“es de un amigo”. A algunos que les han encontrado droga, niegan
que sea de ellos y la atribuyen a que se la están guardando a un
amigo. También aparecen objetos como pipas, papelillos, gotas de
los ojos, lapiceras sin tinta.
 Ausencia escolar: Los jóvenes comienzan a hacerse la rata y a tener
reiteradas ausencias de la escuela. También se ausentan de citas o
compromisos importantes.
 Problemas económicos: Hay un descontrol en sus gastos. Nunca
tienen dinero suficiente. Tienen una necesidad urgente y recurrente
de disponer de dinero. Dinero de origen desconocido: piden dinero
prestado o roba dinero a sus familiares. Sacan préstamos y están
llenos de deudas.
 Síndrome de desgano: el típico “está todo bien”, “no tengo ganas”,
el joven no encuentra motivación en ninguna actividad, pierden
interés en sus cosas favoritas, dejan de compartir momentos en
familia y pasan mucho tiempo solo. No estudian ni trabajan, ya que
nada los motiva. Esta pérdida del interés por actividades que antes
producían satisfacción, se debe a que su universo de intereses se
restringe considerablemente.
 Problemas familiares: Debido a la tensión que hay en la casa
aparecen frecuentes discusiones hasta agresiones y conductas
violentas, se van dando un portazo y sintiéndose incomprendidos.
Las relaciones familiares se complican. La persona con una adicción
pasa cada vez menos tiempo con su familia y cuando está con ellos,
se comporta de manera diferente adoptando un patrón relacional
caracterizado por la irritabilidad y la distancia emocional. Por eso,
no es extraño que surjan reproches y discusiones.
 Problemas en el trabajo: La persona descuida cada vez más esta
área para sumergirse en la adicción. Cambios frecuentes de trabajo,
o pérdida del mismo.
 Problemas sociales: La adicción lleva a la persona a encerrarse en su
mundo y a abandonar las amistades que no entienden su problema.
De esta forma, el adicto se aísla cada vez más, apartándose de la
sociedad. Además hay aumento de la violencia doméstica, callejera,
delitos, accidentes. Incluso llegan a sus casas lastimados o
golpeados.

¿Cómo darnos cuenta si un compañero de trabajo consume?


En la identificación precoz del abuso del consumo puede ser útil prestar
atención a diversos síntomas que, sin asegurarlo en realidad, orientan a
pensar en la presencia del abuso en el consumo de alcohol u otras
sustancias. Es importante que los compañeros, pero sobre todo los
mandos intermedios, tengan en cuenta todos estos factores para detectar
el problema y no encubrirlos, convirtiéndolo en un tema tabú.
Recordemos que estos índices deben ser evaluados por su intensidad y
frecuencia, debiéndose observar su evolución a lo largo de un período de
tiempo, más el contexto individual, laboral y familiar. Debe tenerse en
cuenta que éstas deben aparecer combinadas, ninguna de ellas sola dará
indicios de riesgo de enfermedad adictiva.
Los mecanismos de identificación del consumo de sustancias en un
ambiente laboral son variados y la mayoría fácilmente observables:
 Incremento de incidentes y despistes. Accidentabilidad reiterada.
 Alargamiento excesivo de los periodos de descanso
 Ingesta de alcohol en las comidas.
 Dificultades en la comunicación
 Falta de compañerismo y colaboración. Desconfianza excesiva hacia
los compañeros de trabajo o superiores.
 Ruptura en las relaciones laborales.
 Respuestas intempestivas o inadecuadas. Actos de violencia
exagerada e injustificada. Agresividad, irritabilidad o intolerancia
crecientes.
 No respetar horarios. Retrasos en el inicio del horario laboral y
salidas anticipadas.
 Cambios en el estado de ánimo
 Retraimiento o incomunicación.
 Ausentismo reiterado
 Exagerada inseguridad o auto exigencia.
 Temores infundados, idea de muerte
 Actividades inadecuadas respecto a su rol laboral.
 Desgano, abulia, apatía
 Ira y descontrol intenso. Cambios drásticos de humor.
 Síntomas físicos: sin causa de enfermedad aparente, consultas
frecuentes por problemas de salud inespecíficos. Problemas
gastrointestinales. Somnolencia. Movimientos inestables o
temblores. Pupilas anormalmente dilatadas o contraídas. Ojos rojos.
Sudoración, escalofríos.
 Deterioro del atuendo, limpieza en la ropa, o en lo personal.
 Hurtos.
 Problemas familiares.
 Problemas financieros. Petición frecuente de dinero a los
compañeros de trabajo.
 Trabajo de inferior calidad, o errores en el trabajo
Los signos y síntomas más frecuentes de un consumo reciente
comprenden lo siguiente: (dependiendo de cada sustancia)
 Reiteradas idas al baño
 Tocarse la nariz y hacer gestos con la boca (mandibular)
 Percepción más intensa de los sentidos de la vista, el oído y el gusto
 Aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca
 Ojos rojos o pupilas dilatadas
 Ataques de pánico
 Sequedad de boca
 Disminución de la coordinación
 Dificultad para concentrarse o recordar cosas
 Tiempo de reacción más lento
 Ansiedad o pensamientos paranoides. Alucinaciones.
 Olor a cannabis en la ropa o color amarillento en las puntas de los
dedos. Olor a alcohol.
 Dicción rápida o incoherente
 Cambios emocionales rápidos y repentinos
 Antojos exagerados de determinados alimentos a horas inusuales
¿Cómo ayudar a un drogadicto?
Si tienes un familiar, un amigo o compañero de trabajo que consume
drogas y manifiesta la actitud de “no querer o necesitar ayuda”, lo mejor
que puedes hacer para apoyarlo es adoptar las siguientes pautas:
1. No consientas su consumo: Al enterarse que un ser querido ha
empezado a consumir drogas, solapar o minimizar dicha conducta, es la
primera reacción (o al menos la más común) de los amigos y la familia.
Tomar consciencia de la adicción es imprescindible para la recuperación
del drogadicto, por lo tanto, es necesario que reciba la retroalimentación
de que su conducta es perjudicial.
2. Toma acción inmediata: Hablar con el drogadicto acerca de su situación
y motivos para consumir drogas es una medida que debe tomarse lo más
pronto posible, lamentablemente, esto no siempre sucede así y entonces
pasan años y años. Se debe vencer el temor a la reacción del drogadicto y
abordarlo, la mejor forma de hacerlo es cuando la persona está sobria,
tranquila y existen evidencias palpables de su consumo.
3. Se claro y honesto: Comunícate abiertamente con el drogadicto
expresándole tus preocupaciones sobre su salud y las consecuencias de su
adicción, tanto para él mismo, como para la gente que le rodea. Puedes
hacerlo tomando como ejemplo alguna situación o evento reciente en la
que su conducta haya provocado algún problema significativo como
resultado de su adicción a las drogas.
4. Advierte las consecuencias: Establece límites, no sólo para proteger la
salud del drogadicto, sino también para evitar que su conducta afecte tu
bienestar (trabajo, salud, economía) o el de otros (hijos, amigos, etc.).
Déjale en claro las consecuencias de transgredir dichos límites, por
ejemplo, negarle los permisos para salir con amigos si continúa
consumiendo, llevarte a los niños o incluso denunciarlo. La intención no es
castigar al drogadicto, sino velar por el bien común, por lo tanto, habla
con firmeza, pero también con tranquilidad. No establezcas condiciones
que luego no puedas cumplir.
5. Avisa a familiares y amigos: Muchos ceden ante la petición del
drogadicto de mantener la adicción en secreto: “por favor, no lo digas a
nadie”, “sería terrible si mis padres se enteran”, “queda entre nosotros.
Esto no es otra cosa que un chantaje emocional, una manipulación muy
común de los drogadictos para poder continuar el consumo. Guardar el
secreto equivale a estimular su adicción. Un drogadicto es una persona
que está en una situación de riesgo, que requiere ayuda profesional y
cuidados especiales, no dudes en poner al tanto a la familia y amigos
cercanos.
6. Busca ayuda profesional: Las adicciones son las enfermedades más
evasivas que existen, tanto que, en muchos casos se requiere ayuda
experta para que el drogadicto admita su enfermad e inicie un
tratamiento. Para superar una adicción, además de la colaboración de la
familia y los amigos, la supervisión profesional es necesaria. Debes acudir
a un psicólogo, psiquiatra o institución especializada.
Cómo ayudar a un drogadicto en la familia
Normalmente sucede que, en el entorno familiar, los allegados al
drogadicto asumen la posición de negar, justificar, minimizar o incluso,
ignorar las primeras señales de alarma. Entendiendo la situación con
razonamientos del tipo: “fueron pocas veces las que lo hizo”, “a mí me
pasó y lo superé”, “se siente mal, pero ya se le pasa” o como “son cosas
de la edad”. Debido al estigma que rodea a las adicciones, llamar al
problema “por su nombre”, implica un alto coste social, que no es fácil de
asumir para “la familia con problemas de drogas”. En esta posición se
puede permanecer mucho tiempo, o incluso nunca superarse, impidiendo
cualquier acción de ayuda para el drogadicto, permitiendo que el
problema empeore. Por lo tanto, para ayudar a un familiar drogadicto,
primero debemos reconocer los sesgos o creencias limitantes que la
propia familia mantiene respecto a su adicción a las drogas.
Como ya comentamos, la primera reacción de la familia será la de
resistirse a la idea y negar la realidad, lo que se exterioriza y sostiene a
base de creencias como las siguientes:
 Pensar que el problema no puede pasar en mi familia. Las
adicciones son una realidad que se da “hasta en las mejores
familias” sin distinción moral, cultural o económica.
 Creer que no tenemos el derecho o la responsabilidad de
“inmiscuirnos en el problema del otro” es la principal barrera que
impide ayudar a un drogadicto en la familia.
 Miedo a la reacción del drogadicto. Hablar abiertamente con el
adicto de su enfermedad y conflictos personales es una medida
indispensable para su recuperación.
 Darle importancia al “qué dirán”. El miedo al rechazo social: “Los
vecinos hablarán…”, “¿Qué van a pensar en la escuela?”, dejando de
lado lo que más importa: su salud.
 Dar por hecho que el problema se resolverá solo es la forma de
evasión más peligrosa a corto y mediano plazo: “Quiere llamar la
atención, ignóralo y se le pasará”. Ahora no es buen momento.
Cada quien está “en lo suyo”, el contacto se limita a contextos
donde es fácil distraerse, por lo que siempre se pospone “hablar del
tema”.
 Conformarse: “no puedo hacer nada”. Es aquí donde el compromiso
de la familia empieza a menguar, cada uno espera que los demás
hagan algo y finalmente nadie actúa. Con el paso del tiempo, estas
objeciones se normalizan y hacen más frecuentes, llegando a un
punto en que, cualquier propuesta de solución pasa a ser ignorada
acríticamente.
Los reproches surgen cuando el adicto se agrava, y la familia o uno de sus
miembros se pregunta “¿Por qué no lo vimos antes?”, “¿Cómo no me di
cuenta de lo que estaba pasando?”
Las adicciones son un problema complejo, y cada familia las vive en un
contexto único. Se pueden emprender acciones como familia que actúen
como elementos de protección que promuevan la sana conducta del
drogadicto, para lo cual es indispensable:
1. Aceptar que el problema existe: Expresar lo que sentimos, nuestros
temores y la forma en que podríamos ayudar. Esto nos ayudará a
desahogarnos emocionalmente y a organizar mejor las medidas de
actuación.
2. Tomar conciencia: De las causas personales y familiares que
favorecieron la adicción y el mantenimiento de la misma. Revisar el rol
ejercido por los demás y el de uno mismo desde una perspectiva crítica.
3. Conformar un equipo familiar: Que esté dispuesto a cooperar
proponiendo expectativas de recuperación, sea capaz de afrontar la
frustración cuando se haga presente, y se comprometa a mantenerse
funcional.
4. Informarse sobre el tema: Es vital informarse sobre las características
de la drogadicción específica que padece nuestro familiar, Esto nos
permitirá comprender mejor su grado de afectación y ayudar al drogadicto
desde una mayor empatía.
5. Establecer un plan de acción: Inmediato, iniciando por aceptar que el
drogadicto necesita ayuda, y luego por establecer normas y compromisos
que la familia asumirá como condiciones de convivencia con el adicto.
6. Abordar al drogadicto en grupo: Como familia y posteriormente de
forma individualizada. Se recomienda llevar a cabo una charla por turnos,
intentando que la reunión se desarrolle en una atmósfera cordialidad. En
la que se expresen los sentimientos de forma sincera, se promueva la
escucha del otro, y exista un reconocimiento genuino de las
responsabilidades de cada miembro familiar. La familia debe exponer un
discurso claro y firme de lo que se espera de él, y dejar en claro que
cuenta con su apoyo siempre y cuando desee hacer frente a su problema.
7. Actuar de forma coherente: La familia debe compartir el discurso y ser
congruente con el mismo; no pueden desacreditarse entre sí, ni manejar o
improvisar normas antagónicas en presencia del drogadicto. Los
drogadictos suelen ser muy hábiles para detectar inconsistencias en el
discurso, ya que esto les permite justificarse, manipular, y evadir el
señalamiento para mantener su consumo.
8. Buscar ayuda especializada: Que pueda guiar un acercamiento inicial y
el manejo de las situaciones que puedan presentarse como resultado del
mismo.
9. Elegir un tipo de tratamiento: Elegir siempre un tratamiento
profesional, que podemos iniciar acompañado a nuestro familiar a terapia
individual, familiar o acudiendo directamente a una institución acreditada.
Una vez contando con la ayuda de un profesional, la familia y amigos
podrán consolidar un equipo de contención eficaz, que será capaz de
supervisar, animar y ayudar al drogadicto. Finalmente, es importante
tener en cuenta que, para poder ayudar a un drogadicto debemos poner
límites, ser responsables y aprender a decir basta cuando sea necesario.
Resumiendo ¿Qué puedo hacer si creo que mi hijo/amigo/compañero
tiene un problema con las drogas?
Si se trata de nuestro hijo adolescente, "lo primero que debemos hacer es
posponer la conversación hasta el día siguiente que no esté bajo los
efectos del alcohol o las drogas. No dramatizar y actuar con calma y en ese
momento le preguntaremos, de la manera más abierta posible, qué ha
pasado. Vamos a intentar escuchar de manera activa, sin juzgar, y
empatizar con lo que nos cuente. Si se trata de un amigo o compañero, y
tenemos la certeza de que existe un consumo, deberemos "evitar
cualquier comportamiento que invada su intimidad y vamos a buscar
espacios de diálogo y de escucha activa para intentar entender por qué y
para qué está consumiendo". Siempre lo primero es generar una
comunicación, una charla abierta y sincera sobre el tema, lo segundo a
hacer es informarnos del tema y lugares de derivación, no ocultar el
problema y hablarlo con el resto de la familia, de esta manera todos
estarán advertidos y podrán colaborar poniendo límites. Por ultimo
ofrecer la ayuda, si no la toma tendrá cada uno que ver que hace con eso.
El derecho de ellos termina cuando empiezan los nuestros. Se puede
judicializar o poner límites claros y firmes. Sacando el vínculo.

Pero tenemos que tener presente que para poder intervenir se necesita
de varias cuestiones pero lo principal es contar con la voluntad de
recuperación de la persona. Yo siempre digo una frase: “si el adicto no
quiere, nosotros no podemos”. Ningún consumidor abusivo consultaría si
su consumo no molesta a nadie. Imaginariamente si drogarse no generase
sufrimiento vincular (hacer sufrir a padres, parejas, etc.) o generase tanto
deterioro en lo personal, nadie probaría con dejar las drogas. Tengamos
presente algo que suena feo pero es real, a los adictos les gustan las
drogas. Por lo que hay que incomodar al adicto para que empiece a
hacerle ruido. Y entonces podemos ofrecer desde lo laboral o desde lo
familiar el acceso a un tratamiento, la etapa de rehabilitación debe
realizarse en los establecimientos especializados en esta materia. Lo ideal
es que los tratamientos abarquen todos los aspectos de la vida de una
persona ya que la adicción afecta a todos esos aspectos como ya vimos.
SOBRE EL TRATAMIENTO
La recuperación en un tratamiento es un proceso de cada día, cada día
construyen y mantienen su recuperación mediante diferentes estrategias
para mantener la abstinencia.
El primer objetivo del tratamiento es que la persona con una adicción
asuma que necesita el tratamiento. Tanto en las drogas legales como en
las ilegales hay un proceso de negación de muchos de los adictos a las
mismas. Las drogas les producen placer, bienestar, satisfacción y, al
mismo tiempo, la propia droga les permite evitar el síndrome de
abstinencia cuando no consumen o no tienen suficiente dosis. Por ello, la
dependencia se mantiene en el tiempo y el proceso de reforzamiento hace
que las graves consecuencias que suelen acompañar a éste impidan al
principio asumir el problema.
Una vez que la persona ha asumido que tiene que cambiar va a solicitar
distintos tipos de ayuda. Y es entonces de gran importancia hacerle ver
claramente que precisa ayuda, que tiene que cambiar su conducta por las
graves y evidentes consecuencias que le están produciendo, pero que la
persona no ve en ese momento (por ejemplo, que lo han despedido del
trabajo, que ha tenido que abandonar los estudios, que tiene conflictos
familiares, que lo ha detenido la policía, que tiene que ingresar a prisión,
que sus relaciones sociales han cambiado y ahora se relaciona sólo con
amigos consumidores, etc.).
En el proceso de recuperación hay cambios que pueden hacer la vida más
placentera y saludable, de llevarlos a cabo. CAMBIOS INTERNOS: hay que
modificar la manera de pensar, sentir y actuar. Aceptar que se tiene un
problema. En los CAMBIOS EXTERNOS hay que modificar el entorno, evitar
personas, lugares o cosas que puedan llevar a recaer solo por CREER que "
no pasa nada", hay que asistir al grupo de ayuda, salir del ocio en el que se
estaba. Si no se maneja bien el proceso de cambio el resultado
inevitablemente será una recaída.
Un tratamiento, se va a orientar inicialmente a que la persona consiga la
abstinencia. Fase de desintoxicación, en esta fase se tratan los síntomas
que experimenta el paciente por la suspensión total de la sustancia, se
interviene sobre situaciones como insomnio, de ansiedad y la inestabilidad
en los niveles de energía. En algunos casos se requiere medicación para
ello en otros con hablar de lo que sienten es suficiente.
Conseguida la desintoxicación o lo que es lo mismo, que la persona deje
de consumir la sustancia, se pasa al proceso de deshabituación
psicológica. Este es el proceso más largo y complejo del proceso adictivo.
La deshabituación psicológica pretende conseguir que la persona
dependiente de una sustancia psicoactiva o de una conducta adictiva sea
capaz de afrontar la abstinencia. Esta es una de las partes más complejas
de todo el proceso dado que las personas que acuden a tratamiento en
ocasiones llevan un buen número de años consumiendo. En esta fase se
focaliza sobre aquello que lo llevo a consumir.
Además, muchos han descubierto que cuando sienten malestar pueden
ponerse mejor rápidamente consumiendo drogas. De ahí la relevancia que
tiene el entrenamiento en estrategias de afrontamiento ante las
situaciones de riesgo para el consumo. Entrenarlo adecuadamente en que
adquiera habilidades para vivir sin drogas, que se encuentre bien subjetiva
y anímicamente y que tenga apoyo en su ambiente, son algunas de las
claves del éxito de un tratamiento. Hay que buscar alternativas de
refuerzo para el individuo y para que pueda contraponer las
consecuencias negativas del consumo (ya que cuando es adicto solo ve las
positivas) a las ventajas que tiene no consumir a nivel personal, familiar,
social, etc.
Finalmente, si la persona cambia su estilo de vida anterior por un estilo de
vida saludable es más probable que mantenga la abstinencia a largo plazo.
Aunque ello es hoy claro, la realidad nos muestra que un cambio en el
estilo de vida no siempre es fácil, y va a depender de múltiples
circunstancia, tanto del sujeto como de la familia y del medio social,
oportunidades, madurez, etc. Cuando conseguimos un cambio en el estilo
de vida relacionado con la abstinencia, entonces es más probable y fácil
conseguir mantener la abstinencia tanto a corto como a largo plazo. El
análisis de la comorbilidad, relacionado con el cambio en el estilo de vida,
cobra una gran relevancia. Hacer un seguimiento de ella y poder intervenir
en los problemas asociados al consumo de drogas puede ser uno de los
factores que facilitan el mantenimiento de la abstinencia. Esta es la fase
de reinserción. En esta fase se trabaja la superación del miedo al cambio
de hábito y de estilo de vida con el aprendizaje multidisciplinar de cómo
tener mejores relaciones interpersonales. En esta fase la persona asume el
vacío que le dejó la droga o la adicción en cuestión, y lo supera. Yo sugiero
que busquen otras actividades placenteras en su vida, que los llenen de
motivaciones, adrenalina que permita hacer un intercambio de droga por
vida saludable.
La terapia para las adicciones ayuda a que la persona aprenda a distinguir
las situaciones que promueven el consumo y desarrolle estrategias
eficaces para evitarlas. Un programa cognitivo-conductual se focaliza en
desarrollar el autocontrol, aprender a lidiar con la compulsión o deseo y
manejar las emociones negativas relacionadas con el consumo y la
desintoxicación.

¿Qué se logra con el tratamiento para la adicción?


 Detectar y eliminar las creencias negativas que sustentan la adicción
 Desarrollar un mayor autocontrol y autoconfianza
 Aprender a detectar y evitar las situaciones que promueven el
deseo de consumir
 Desarrollar estrategias de afrontamiento emocional y de conflictos
que te ayuden a prevenir las recaídas
 Implementar cambios positivos en tu estilo de vida.
 Superar la adicción a cualquier tipo de sustancia, actividad o
relación.
OFERTAS DE TRATAMIENTOS
Para ella hay que ver la relación directa que hay entre el grado de libertad
del consumidor en relación a la sustancia y la necesidad de limites
terapéuticos (conductuales, familiares, edilicios o químicos). Lo
importante es derivar a la persona a una institución que se dedique al
tema quienes harán un diagnóstico para poder ofrecer los distintos
dispositivos. Vamos de las más leves a los más intensos.
 Psicoterapia individual en consultorio externo (cualquiera sea la
corriente teórica, modalidad, frecuencia): Lo más frecuente es la
modalidad individual que trabaja lo psicodinámico. Con una
frecuencia semanal en algunos casos dos veces por semana. Para
usadores o abusadores sintomáticos, para quienes la droga no es su
problema principal o uno digno de priorizar.
 Psiquiatra en consultorio externo: Muchos psiquiatras además de
tratar la adicción desde lo farmacológico hacen terapia.
 Psiquiatra más Psicólogo individual: en muchos casos se va a un
psiquiatra por un lado que médica y por el otro a un psicólogo.
(Estas opciones no son las más recomendables para personas que
están implicadas con el consumo) Porque además no se puede
prohibir en estos espacios el consumo, solo trabajarlo en tanto y en
cuanto se presente como un síntoma.
 Sistema ambulatorio: Tratamiento complejo en etapas, donde se
brinda herramientas, articula con grupos terapéuticos, terapia
individual. Se asiste entre dos a tres veces por semana por el
espacio de dos horas. Se continua el tratamiento desde sus casas
con monitoreo de la familia. Para abusadores leves, medianos y
para aquellos que tienen pocos años de consumo, siendo un primer
tratamiento. El tratamiento ambulatorio pude ser el camino previo
a una internación. Es importante la contención familiar.
 Centro de día: Tratamiento complejo de 4 horas diarias para
pacientes con expectativas de estudio o trabajo. Intensifica las
herramientas de contención. Para abusadores medios o graves sin
contención familiar. Actividades grupales, talleres, terapia.
 Centro de noche: Consiste en una convivencia en donde se
pernocta y se organiza una actividad diurna terapéuticamente. Para
abusadores medios y graves. Con o sin contención familiar.
 Hospital de día: Igual que el centro de día pero de 8 horas.
Pacientes que no tengan expectativas de estudio o trabajo. Para
abusadores graves con o sin contención familiar.
 Internación Domiciliara: Básicamente el consumidor está en su casa
pudiendo realizar salidas controladas por el equipo tratante. Puede
colaborar un acompañante terapéutico. Es una estrategia para
abusadores leves y graves que posteriormente realicen centro y
hospital de día.
 Grupos de autoayuda: Alcohólicos Anónimos AA, narcóticos
anónimos NA, alanon, noranon. Son grupos no profesionalizados, de
libre asistencia, generalmente tres veces por semana. Están
coordinados por un adicto recuperado o en recuperación avanzada.
Para abusadores medios, graves y dependientes. Son una
alternativa y un complemento con la psicoterapia individual.
 Internación en comunidad terapéutica: Hay una gran variedad
cerrada, abierta, profesionalizada o no, con contención psiquiátrica,
religiosa, para judiciales. Para dependientes con poca contención
familiar o con grandes problemas con el consumo.
 Internación en Institución psiquiátrica: Tratamiento cerrado
centrado básicamente en medicación farmacológica. Para
pacientes duales con riesgo para sí o para terceros. No hacen
tratamiento de adicciones solo trabajan con la urgencia, con la
necesario para a otro tipo de dispositivos para trabajar la adicción.
Lo ideal con respecto a la internación que sea como el último recurso,
cuando ya se agotaron las otras instancias. La tendencia mundial es a los
ambulatorios.
Hay que trabajar en dos tiempos distintos, primero lo extra psíquico
buscando abstinencia y luego lo intrapsiquico trabajando lo más profundo.
No podemos arrancar con los dos a la vez porque no podemos movilizar
contenidos profundos a un paciente en carrera toxica.
Una vez lograda la abstinencia, el residente entra en un programa
específico, focalizado, pautado, donde hace operativas instancias que le
permitirán enfrentar las recaídas, preverlas, prevenirlas, enfrentarlas, y
cuando esto ocurren, no instalarse en el fracaso sino utilizar el episodio
para lo que va a venir.
¿Se puede tratar la drogadicción?

Sí, pero no es simple. Como la adicción es una enfermedad crónica, una


persona no puede simplemente dejar de consumir drogas unos pocos días
y curarse. La mayoría de los pacientes necesitan atención a largo plazo o
repetida para poder dejar completamente las drogas y recuperar su vida.
El tratamiento de la adicción puede ayudar a una persona a:
Dejar de consumir drogas, mantenerse alejada de las drogas, ser
productiva en la familia, el trabajo y la sociedad.
Principios de un tratamiento eficaz: todo programa eficaz de tratamiento
debería tener como base los siguientes principios fundamentales:
La adicción es una enfermedad compleja pero tratable que afecta el
funcionamiento cerebral y el comportamiento. No existe un tratamiento
único que sirva para todos. Las personas necesitan tener acceso rápido al
tratamiento. El tratamiento eficaz abarca todas las necesidades del
paciente, no solo el consumo de drogas. Continuar con el tratamiento
durante todo el tiempo que sea necesario es un factor clave. La
orientación psicológica y otras terapias conductuales son las formas más
comunes de tratamiento. Los medicamentos son a menudo una parte
importante del tratamiento, especialmente cuando se combinan con
terapias conductuales. Los planes de tratamiento se deben evaluar con
frecuencia y se deben modificar como sea necesario para adaptarlos a las
necesidades cambiantes del paciente. El tratamiento debe abordar
también otros posibles trastornos mentales. No es necesario que el
tratamiento sea voluntario para que sea eficaz.
Ley salud mental

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