CURSO - FILOSOFIA DEL DERECHO Unidad 1.1

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UNIDAD 1

A) LA FILOSOFÍA DEL DERECHO

1. CONCEPTO DE FILOSOFÍA. PARTES DE ELLA. LA UBICACIÓN DE LA


FILOSOFÍA DEL DERECHO DENTRO DEL AMPLÍSIMO CAMPO DE LA FILOSOFÍA
Una definición clásica y sencilla de la Filosofía dice que es “la ciencia que
estudia todas las cosas, a la sola luz natural de la razón, indagando los primeros
principios o últimas causas de ellas”.
En el enunciado siguiente se manifiesta de manera más analítica el objeto de la
filosofía, y se hacen patentes las múltiples disciplinas que la constituyen:
"Filosofía es la ciencia que estudia
a) las primeras causas del ser como tal y lo que tiene conexión con el ser como
tal; los primeros axiomas de todo ente, las primeras causas de las varias
categorías de seres;
b) el orden del pensamiento, sus leyes, el fundamento de ellas; la estructura de
la ciencia, el valor y el alcance del conocimiento humano;
c) las leyes del deber moral y sus últimos fundamentos; la naturaleza de la
sociedad, y los últimos fundamentos de sus normas" 1.

Según sean las cosas que se abordan, se distinguen muchas clases de saberes
filosóficos.
La Filosofía comprende dos grandes partes:
La Filosofía Teórica o Filosofía Especulativa, que investiga lo que es (el ser en
general y los diversos seres– el hombre y los seres de la naturaleza física–, la belleza
–la natural y la de las artes–, el conocimiento, y todas las demás realidades).
La “Filosofía Práctica” (término derivado del griego “praxis”, que significa acción)
o Filosofía del Obrar, que estudia las acciones y relaciones humanas desde el punto
de vista de lo que debe obrarse, o sea de lo correcto.
La primera estudia los seres tales como existen, o sea que investiga un orden
ya dado ("ordo existens"), un orden que el hombre no realiza, sino que solamente
considera. En cambio, la Filosofía Práctica comprende aquellos saberes que estudian
lo que el hombre debe hacer para vivir honestamente en todos los aspectos, y lo que
se debe obrar en la Comunidad para que ésta, y por ende sus miembros, alcancen
sus fines propios; se trata de un orden que debe realizarse ("ordo efficiendus"), y sea
en el vivir individual, ya sea en la vida comunitaria.
La Filosofía Especulativa es un saber que se busca con el solo fin de saber; La
Filosofía Práctica es un saber para obrar, para obrar rectamente. Ésta es la primera
división del saber filosófico, como enseñara Aristóteles 2.

1
Cfr. Henry Van Laer, Philosophy of Science. A study of the division and nature of various groups of
sciences, parte 2, Duquesne University press, Lovaina, 1962, p. 293. El autor holandés nos refiere que su
connacional J. Hoogveld es el autor de este enunciado definitorio, en la obra Inleiding tot de Wijsbegeerte,
4ª. ed., Utrecht, dedicada especialmente a la naturaleza y tarea de la Filosofía.
2
Aristóteles, Metafísica E, 1, 1025 b 25; Tópicos VI, 6, 145 a 15; VII, 1, 152 b 4, Del Alma, III, 9, 432
a y III, 10, 433 a.
Algunas partes de la Filosofía Especulativa son:
la Ontología o Metafísica General –la más abstracta de las disciplinas
filosóficas–, que estudia el ser en general y sus propiedades, las clases de entes, la
distinción de sustancia y accidentes en el ser, la distinción entre esencia y existencia,
las causas del ser…;
la Antropología Filosófica, que investiga acerca del hombre (con un enfoque
filosófico, a diferencia de la Antropología Cultural; estudia la constitución esencial del
hombre y sus propiedades, entre ellas el libre albedrío 3);
la Filosofía de la Naturaleza o Cosmología Filosófica, cuyo objeto de estudio
son los entes del mundo físico (la constitución esencial de los seres inertes y de los
seres vivos, el espacio, el tiempo, el movimiento; la causalidad y el azar); trata del
mismo objeto material que las Ciencias Naturales, pero desde otro punto de vista u
objeto formal, y con otro método: la Filosofía de la Naturaleza es un saber
especulativo, mientras que las Ciencias Naturales son experimentales;
la Teología Racional o Teodicea, que estudia acerca de Dios: la cuestión de su
existencia, sus atributos y su relación con el mundo, todo ello en cuanto pueda
indagarse con el solo recurso de la razón humana;
la Gnoselogía o Teoría del Conocimiento, que aborda las cuestiones del
conocimiento humano (qué conocimientos son posibles, cómo se originan, en qué
consiste el conocimiento, qué clases de conocimientos hay, cuál es el criterio de
certeza del conocimiento);
la Epistemología o Filosofía de la Ciencia, que versa sobre los principios,
fundamentos y métodos de los diversos saberes humanos (puede incluirse dentro de
la Teoría del Conocimiento, antes mencionada, o separarse como una disciplina
aparte);
la Estética, que reflexiona sobre la belleza, tanto en sí misma, como en las
cosas naturales y en las que son producidas por el hombre.
Se incluyen en la Filosofía Práctica:
La Ética o Filosofía Moral, cuya materia son las acciones humanas desde el
punto de vista del bien personal;
la Filosofía Política, que estudia la Comunidad Política, así como las acciones
de sus miembros y de sus gobernantes, y sus instituciones, desde el punto de vista
del bien común o interés general, y
la Filosofía del Derecho, que indaga acerca de la justicia en las relaciones entre
los hombres y reflexiona acerca de las realidades jurídicas.

3
La Antropología Cultural o Etnología estudia, entre otras cosas, respecto de cada pueblo, sus
actividades de producción, manifestaciones artísticas, normas y costumbres morales, jerarquías sociales,
medicina, creencias religiosas, festividades, atuendos, organización familiar, administración de justicia…
2. DEFINICIÓN DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO
Como acontece con todas las disciplinas, existen muchas definiciones de la
Filosofía del Derecho. En esta exposición inicial presentaremos una concepción
clásica del objeto de la Filosofía del Derecho, que lo concibe principalmente como una
indagación acerca de la justicia en las diversas relaciones humanas.
Citamos una definición sintética de Joaquín Ruiz Giménez 4: “El objeto de la
Filosofía del Derecho es la averiguación de lo justo” 5.
Gustavo Radbruch 6 caracterizó la disciplina que nos ocupa como “la teoría del
derecho justo” 7. La concibió como una “actividad racional estimativa, realizada de
modo sistemático, acerca de las realidades jurídicas”. “Estimativa” significa que hace
valoraciones, o sea que concluye juicios de valor sobre las realidades jurídicas:
acciones humanas, situaciones, instituciones, normas legales, decisiones judiciales,
etc. Y los juicios de valor, en estas cosas, son mayormente juicios acerca de lo que es
justo o es injusto.
Si queremos tener una definición más explicativa de la Filosofía del Derecho, en
la misma línea de las caracterizaciones sintéticas que ya expusimos, podemos decir
que ella es:
“la parte de la Filosofía Práctica que comprende
el conjunto sistemático de conocimientos,
en parte ciertos y en parte probables, acerca de
los principios que rigen el orden debido y exigible
en todas las varias clases de relaciones entre los hombres y acerca
de las normas jurídicas y las instituciones políticas y sociales,
estimadas desde el punto de vista de la justicia”.

Expliquemos ahora brevemente los términos de la definición.


Parte de la Filosofía Práctica: su objeto es el obrar, desde el punto de vista de lo
correcto. La Filosofía Jurídica tiene por materia de estudio el Derecho y el Derecho es
algo que, por definición, debe ser realizado.
Conjunto sistemático de conocimientos: como sucede en toda ciencia, unos
conocimientos se van derivando de otros y todos se ordenan en partes y partes de
partes. Unos conocimientos sirven para deducir otros o para fundarlos. Se denomina
“sistema” la “distribución de las diferentes partes de una ciencia en un orden en que se
sostienen todas mutuamente, y en el que las últimas se explican por las primeras” 8.
En parte ciertos y en parte probables:

4
Joaquín Ruiz Giménez (1913-2007), profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad
Complutense de Madrid.
5
Joaquín Ruiz Giménez, Introducción elemental a la filosofía jurídica cristiana, Madrid, Edic. y Public.
Españolas, Madrid, 1945, p. 91
6
Gustavo Radbruch (1878-1949), profesor de Derecho Penal y de Filosofía del Derecho en las
Universidades de Kiel y de Heidelberg
7
Gustavo Radbruch, Filosofía del Derecho, Madrid, Rev. de Derecho Privado, 1959, pp. 11 s. y
passim.
8
Lalande, André y colab., Vocabulario técnico y crítico de la Filosofía, El Ateneo, Buenos Aires, 1966,
voz Sistema, T. II, p. 958.
Existen saberes en los que todas las conclusiones gozan de certeza absoluta;
son las “ciencias exactas”, esto es, la Lógica Formal y las Ciencias Matemáticas; no
puede haber diferencias de opinión entre quienes estudian estos saberes, pues todos
sus conocimientos se obtienen mediante demostraciones rigurosas que generan
certidumbre absoluta; no es posible que un matemático sustente un teorema
determinado y otro matemático asevere una conclusión contraria sobre el mismo
punto, salvo por un error accidental de uno de ellos.
En cambio, la mayoría de las ciencias se compone de un conjunto de
conocimientos que son demostrados con plena certeza y otros que son afirmados
como más o menos probables, fundados en razones, pero razones que no son
suficientemente concluyentes para producir certidumbre, al menos respecto de todos.
Así por ejemplo en el terreno de la Fisiología sucede que un investigador publica sus
conclusiones sobre el funcionamiento de una glándula, y después en otra revista
científica, o en la misma revista, otro investigador publica un estudio con una
conclusión contraria. Así también un experto afirma con total convicción, conforme a
su experiencia, que determinada sustancia química es idónea para tratar y curar cierta
enfermedad, mientras que otro experto, también fundándose en razones, niega
categóricamente la eficacia de tal sustancia para la misma dolencia.

Así también en la Filosofía del Derecho existen conocimientos ciertos, y otros


que son probables.
Son ejemplos de proposiciones ciertas, en materia de justicia: que es injusta la
discriminación en los derechos civiles por causa de la raza o la religión o el sexo de la
persona o la clase social a la que pertenezca; que no es lícito causar directamente la
muerte de un ser humano inocente; que es lícito causar daño a otro para defensa
propia, cuando se cumplen ciertos requisitos; que no es lícito aplicar una condena
penal a una persona que obró sin culpa (“principio de culpabilidad”). Todos estos son
juicios sobre lo justo que tienen máxima evidencia. Y hay muchos otros en los que se
alcanza la evidencia, o sea la plena certeza, después de un razonamiento
demostrativo.
Pero hay también cuestiones cuya respuesta sólo puede apoyarse en razones
que no causan una convicción plena. Respecto de ciertas conclusiones acerca de lo
justo existen razones en favor y razones en contra de ella, y de manera que para
algunos las razones en favor son concluyentes y en cambio para otros las razones en
contra son decisivas. O hay razones que unos ven y otros no ven, y así se suscitan
desacuerdos acerca de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto. E incluso
suele acontecer que un autor afirme una respuesta como una mera opinión suya y sin
certeza, como una mera opinión sustentada en alguna razón plausible pero que no
sea totalmente demostrativa, ni siquiera para sí mismo.
El carácter probable de algunas conclusiones de la Filosofía (y en nuestro caso,
de la Filosofía Jurídica) no quiere decir que en esta materia las aseveraciones sean
meramente “subjetivas”, como a veces suele decirse, incorrectamente. “Subjetivo” es
lo que depende totalmente de la subjetividad del individuo, o sea de lo que él siente.
Subjetivos son los juicios acerca de los sabores de las cosas (que uno diga que una
bebida o una comida es más exquisita que otra, es una afirmación meramente
subjetiva, porque se trata de lo que tal persona siente). También son subjetivos los
juicios que se expresen acerca de las temperaturas que se perciben (hoy hace calor,
hoy está fresco). En estos casos estamos en el nivel del conocimiento meramente
sensible, y es el campo de la subjetividad. Por el contrario, en las materias de la
Filosofía Práctica (Ética, Filosofía Política, Filosofía del Derecho) las afirmaciones se
apoyan en razones, y en ello hay objetividad (aunque a veces pueden estar influidas o
interferidas por la subjetividad del individuo y aunque a menudo las razones que
concibe el intelecto no sean suficientes para demostrarlos).

Los principios que rigen el orden debido y exigible en todas las varias clases de
relaciones entre los hombres, y acerca de las normas jurídicas y las instituciones
políticas y sociales: Según una definición clásica y sencilla de la Filosofía, ella es el
“estudio de todas las cosas, a la sola luz natural de la razón, desde los primeros
principios o las últimas causas de ellas”. La Filosofía del Derecho, como toda filosofía,
investiga su objeto en relación con los primeros principios (en su caso, son los
principios de justicia). La Filosofía del Derecho establece y analiza los principios
que deben regir en todo el Derecho y los que deben regir en cada sector de la vida
jurídica; y reflexiona sobre las diversas cuestiones en relación con tales principios.

Estimadas desde el punto de vista de la justicia: La idea de justicia es la idea


primordial o principal en esta disciplina.
La justicia es el criterio de estimación para las conclusiones de la Filosofía del
Derecho. Precisamente los principios en este ámbito de reflexión son los principios de
justicia.

3. ORIGEN DE ESTA DISCIPLINA


El filosofar sobre las cosas jurídicas y políticas ha sido probablemente la
especie de conocimiento más antigua de que se ha ocupado el hombre. La Filosofía
fue cultivada por los antiguos griegos de manera sistemática antes que en otros
pueblos. Y lo fue antes que las Matemáticas y las Ciencias Naturales, que también
comenzaron a desarrollarse en la antigua Grecia. En el siglo VI a. C. florecieron
muchos pensadores que se dedicaron principalmente a discurrir sobre el mundo físico
(Tales de Mileto y los demás “presocráticos”); pero las primeras producciones
filosóficas sucedieron en el siglo anterior, y versaron acerca de la justicia, las
relaciones entre el individuo y la Comunidad Política, las leyes, la igualdad y
desigualdad entre los hombres, la distribución de la riqueza y otros asuntos aledaños.
Hesíodo –en su obra poética Los trabajos y los días– y Solón (640–559 a. C.) –en sus
Elegías–, escribieron sobre estos temas, y con ellos, pensadores del siglo VII a. C., se
inician los anales de la Filosofía.
Hesíodo fue un poeta que, como consecuencia de hechos de injusticia que
sufrió –su hermano se quedó con toda la herencia paterna, y después el juez ante
quien acudió no le hizo justicia porque fue sobornado–– reflexionó sobre la justicia en
el poema mencionado. Allí, entre otras cosas, afirma la diferencia entre el mundo de
los animales irracionales y la sociedad humana. En el primero reina absolutamente
Bía, o sea las leyes naturales que se cumplen necesariamente, y por las cuales, por
ejemplo, el águila toma como presa pájaros más pequeños; en cambio los hombres
pueden regirse por Díke, o sea la justicia, que es un orden que la razón puede
conocer: “peces, bestias y aves aladas pueden devorarse unos a otros, pues no existe
Dike entre ellos. En cambio, a los hombres Zeus les dio, en cambio, a Díke, que
sobrepasa, en mucho, lo mejor que ellos tienen”.
Solón también fue un poeta de la misma época, quien asimismo llegó a ser
arjonte, o sea el máximo gobernante de Atenas, por elección de los ciudadanos, e
investido con poderes extraordinarios, para superar la crítica situación de su
ciudad–estado. En esa función implementó reformas políticas y jurídicas que fueron
aplicación de su doctrina sobre la eunomía, que significa “buen orden”, lo cual incluye
lo que hoy denominamos “justicia social”, la cual faltaba en su ciudad–estado, pues los
ricos eran cada vez más ricos y los más pobres eran cada vez más pobres, y había
peligro de una guerra civil entre los nobles y campesinos tan empobrecidos y
endeudados; eliminó la esclavitud por causa de deudas y extinguió las hipotecas que
gravaban los campos. Asimismo, prohibió el préstamo de dinero con garantía del
propio cuerpo –“hipoteca del propio cuerpo”, que en caso de muerte del deudor, se
trasmitía al hijo–. En general, fue un legislador justo, como podemos ver en los libros
de historia que describen su actuación como gobernante de Atenas. Solón también
empleó en su texto el término Bía, pero con el significado de la fuerza del poder
político, y dijo: “con Bia y Díke he logrado reconducir la polis hacia la Eunomía 9.
Denominación de esta disciplina
Desde principios del siglo XIX autores alemanes usan la expresión Philosophie
des Rechts (Filosofía del Derecho) y en 1821 Georg Hegel publicó en Berlín la primera
obra con ese título: Grundlinien der Philosophie des Rechts (Fundamentos de la
Filosofía del Derecho). En los siglos anteriores la temática filosófico–jurídica se había
abordado dentro de la Ética y la Filosofía Política (y también dentro de la Teología
Moral).

4. COMPARACIÓN DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO CON LAS DEMÁS


CIENCIAS JURÍDICAS

La Filosofía del Derecho es una ciencia jurídica


Es filosófica en su índole o género de saber, en su enfoque, en su método; es
jurídica en su objeto.
Existen muchas ciencias jurídicas particulares: la Ciencia del Derecho Civil, la
Ciencia del Derecho Comercial, Derecho Penal, la Ciencia del Derecho Procesal, la
Ciencia del Derecho Internacional Público, etc.
Tales Ciencias Jurídicas y la Filosofía del Derecho se distinguen en: 1) la
extensión y 2) el fundamento.
1) Cada ciencia particular tiene por objeto de estudio un ámbito circunscripto
dentro de la universalidad del derecho.
En cambio, la Filosofía del Derecho tiene por objeto la totalidad del derecho. La
universalidad de esta disciplina se cumple doblemente: a) investiga aquello que está
presente en todas las partes o ramas del derecho (v. gr. el concepto de derecho, las
relaciones entre lo moral y lo jurídico, el derecho subjetivo, los criterios para la
interpretación e integración de los textos legales, la cuestión de la ley injusta, la
equidad o epiqueya); b) indaga los principios que rigen en cada uno de los sectores
del derecho y las cuestiones de índole filosófica que se suscitan en cada una de ellas.
2) Las ciencias jurídicas particulares tienen que fundar sus conclusiones en
reglas generales que emanen de las distintas fuentes del derecho positivo: los actos
9
Solón, Dichtungen: Sämtliche Fragmente, trad. Eberhard Preime, E. Heimeran, Munich, 1940, frag.
24, 15, cit. por Alfred Verdross, La Filosofía del Derecho en el mundo occidental. Visión panorámica de sus
fundamnetos y sus principales problemas, trad. Mario de la Cueva, Universidad Nacional Autónoma de
México, México, 1962, p. 16.
legislativos, las resoluciones de los jueces, la costumbre jurídica y la doctrina de los
juristas. Normalmente las soluciones que se obtienen dentro de una ciencia jurídica
particular están condicionadas por las fuentes del derecho positivo de la época y
comunidad de la cual se trate.
En contraste, la obtención de las conclusiones de la Filosofía del Derecho no
está condicionada por tales fuentes del derecho positivo. La Filosofía del Derecho
funda todas sus conclusiones con la sola luz natural de la razón. Las premisas de sus
demostraciones son principios cognoscibles por el entendimiento humano. Podemos
hallar en las obras de los iusfilósofos citas de normas legales y de sentencias
judiciales, pero ellas tienen un papel ilustrativo, como ejemplos de aplicación de las
conclusiones filosófico–jurídicas, o se traen para suscitar un análisis crítico. Suelen
servir también como inspiración para la reflexión iusfilosófica, pero no cumplen una
función fundamentadora. Pues
“la Filosofía no recibe leyes, sino que las da” 10.
Es verdad que el jurista en sentido estricto o sea el tratadista– y asimismo el
jurista en sentido amplio –que incluye al profesor, el juez, el fiscal, etc.) también en
ciertas ocasiones se sustrae a tales condicionamientos del derecho positivo, y a veces
debe hacerlo, para evitar decidir una solución que repugne a las exigencias de la
justicia. Pero esto sucede con respecto a una cantidad minoritaria de cuestiones, para
las cuales el ordenamiento vigente no ofrece una solución razonable. Además, cuando
el jurista salta las limitaciones del derecho positivo y sustenta una conclusión contraria
a éste, debe justificar su apartamiento con una fundamentación suficiente, rigurosa 11.
Por esto decimos que el desarrollo de las Ciencias Jurídicas particulares está
condicionado por las fuentes del derecho positivo local y actual, pero no está
determinado por ellas.

5. TEMÁTICA DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO


Parte General y Parte Especial
Conforme a lo expuesto en el apartado anterior, la Filosofía Jurídica comprende
una Parte General y una Parte Especial.
La primera contiene las cuestiones que están presentes en todos los sectores
del derecho, por ej. las relaciones entre lo moral y lo jurídico, las reflexiones sobre la
ley humana, la equidad, la cuestión de la ley injusta, el bien común…
En la Parte Especial se indagan los principios y asuntos propios de una parte
del Derecho. Comprende una Filosofía del Derecho Penal, una Filosofía del Derecho
de los Contratos, una Filosofía del Derecho de Familia, una Filosofía del Derecho
Internacional, etc.

10
Belisario J. Montero, Miguel Cané. Impresiones y recuerdos (de mi diario), G. Ricordi, Buenos Aires,
1928, pág. 211)
11
Al respecto, Robert Aléxy en su obra Teoría de la argumentación jurídica. La teoría del discurso
racional como teoría de la fundamentación jurídica expresa que en el razonamiento para hallar la solución
jurídica “los argumentos que expresan una vinculación al tenor de la ley o a la voluntad del legislador
histórico deben prevalecer sobre otros argumentos, a menos que puedan aducirse razones que concedan
prioridad a otros argumentos [entre éstos, el argumento teleológico, o sea del fin de justicia]” (Centro de
Estudios Constitucionales, Madrid, 1989, trad. Manuel Atienza e Isabel Espejo, p. 239).
Temas clásicos
Atribuimos aquí la calificación "clásicas" a aquellas cuestiones que de suyo
siempre han conservado su importancia e interés en el pensamiento jurídico.
En la Parte General de la Filosofía Jurídica, son temas clásicos ineludibles:
a) el concepto del derecho;
b) la comparación de las nociones de la moral y el derecho;
c) las diversas relaciones entre tales ordenaciones de la conducta humana;
cuáles contenidos de la moralidad instituye –o debe instituir– el derecho positivo, y
cuáles no (lo cual incluye la doctrina sobre la tolerancia);
d) la cuestión de la existencia de un derecho natural;
e) el concepto de bien común, el análisis de su contenido y el papel de este
concepto en la teoría jurídica;
f) la equidad o "epiqueya" en la aplicación del derecho;
g) la doctrina acerca de la obediencia de las leyes, respecto del hombre en
general, y del juez en particular;
Son algunos temas clásicos de la Parte Especial de la disciplina:
a) los límites de la autonomía de la voluntad en los contratos;
b) la cuestión del justo precio en la compraventa;
c) la problemática en torno del "derecho de resistencia" contra los abusos del
poder político;
d) los fines de la pena jurídica;
e) los fundamentos y límites del "derecho de propiedad privada";
f) la cuestión de la justa distribución de la riqueza: su fundamento, su alcance,
el cometido del Estado al respecto;
g) el adecuado grado de injerencia del Estado en la vida de las personas, y las
libertades individuales que hayan de reconocerse en favor de éstas (lo cual incluye el
asunto de la moralidad pública y la "censura", así como la restricción de los derechos
de los individuos por razones de seguridad del Estado), tema que exige una previa
elucidación del concepto de "bien común político" (así como de su contenido y de las
relaciones con el bien singular de los individuos), que es una de las nociones centrales
de la Filosofía Práctica.
Temas de especial actualidad
Las siguientes son algunas de las cuestiones iusfilosóficas que han surgido en
la época contemporánea:
a) problemas que suscitan los trastornos ecológicos y, en general, lo que hace a
la "justicia entre generaciones";
b) los temas bioéticos, o sea los que conciernen al respeto de la vida humana y
a la disposición de ella (eutanasia, suicidio asistido, suspensión de terapias,
experimentación con personas, etc.; las muchas cuestiones éticas y jurídicas que ha
suscitado el desarrollo de las técnicas de fecundación artificial; el análisis axiológico
de los procedimientos eugenésicos que pueden ponerse en práctica con ocasión de
los nuevos conocimientos genéticos, y en general cuanto se refiere a la manipulación
del genoma humano); casi todas las cuestiones bioéticas pertenecen al campo de la
Filosofía del Derecho, porque la Bioética se ocupa de los comportamientos de una
persona que afectan la vida o la salud de otra, y por lo tanto se da la alteridad que es
propia de la materia de la justicia y la injusticia;
c) la noción y el basamento de los "derechos humanos", y la consideración
particular de cada uno de ellos; la cuestión de si existe o no una jerarquía entre los
diversos "derechos humanos";
d) la cuestión del derecho de inmigrar a otro país cuando no se puede
conservar la libertad o la subsistencia en el propio, y cuáles deben ser los derechos de
los inmigrantes en el nuevo país, cuestión muy agitada con ocasión de los
desplazamientos ocurridos en Europa en los últimos años;
e) diversas cuestiones acerca de la debida intervención del Estado en la
economía, de suyo siempre importantes, pero que hoy vienen a tener especial
actualidad en la Argentina y en el mundo en general;
f) la cuestión de la injerencia legítima o ilegítima de un Estado en los asuntos de
otro Estado, que ha suscitado nuevas reflexiones con ocasión de conductas
efectuadas por el gobierno de los Estados Unidos en tiempos recientes;
g) los límites de la "libertad de prensa" en cuanto se vincula al honor, fama e
intimidad de las personas, y al derecho del público a la verdad y a la información.

6. IMPORTANCIA DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO


Los conocimientos que alcanza esta disciplina son relevantes de diversas
maneras:
1. Analiza el concepto de derecho, o mejor dicho, los diversos conceptos de
derecho. Esto es de gran importancia, no sólo teórica, sino también práctica. Véase
que los tribunales deben aplicar el derecho vigente, o sea el derecho que rige en su
tiempo y lugar. Si esperamos de los jueces de la Comunidad que apliquen el derecho
para resolver controversias, no es cosa baladí para ellos ni para nosotros, saber qué
es el derecho.
Puede presentarse un recurso de apelación contra la sentencia de un juez, y el
tribunal de apelaciones en tal caso debe resolver si la sentencia cuestionada es
conforme al derecho, o si no lo es.
Hay en realidad diversos conceptos que corresponden a la palabra ´derecho`.
Según sea el concepto de derecho, el contenido de la sentencia o resolución, puede
ser diverso.
2. La Filosofía del Derecho enseña muchas conclusiones, con sus fundamentos,
que son relevantes para cualquier persona, por ej. las cuestiones bioéticas, v. gr. lo
que se refiere a la eutanasia.
3. Hay asimismo conocimientos filosófico–jurídicos útiles para el quehacer
profesional de todo abogado, por ej. lo que atañe a la interpretación de la ley, los
principios generales del derecho, la equidad o epiqueya en la aplicación del derecho, y
muchos más.
4. La Filosofía del Derecho explica el fundamento de las diversas instituciones
jurídicas y de muchas normas jurídicas que rigen o deben regir en los pueblos.
Consecuentemente, cumple, además de dicha función fundamentadora, el papel
crítico respecto de las instituciones injustas o contrarias al bien público. Decía Giorgio
Del Vecchio: “Mientras haya una opresión del hombre sobre el hombre, la Filosofía del
Derecho será una filosofía militante”.
5. Los principios y conclusiones de la Filosofía del Derecho a veces sirven de
fundamento de decisiones jurídicas, por ejemplo, sentencias.
Un ejemplo de esto:
En setiembre de 1976, en el pleito “Vieytes de Fernández, Juana, Sucesión de c/ Provincia
de Buenos Aires”, en el que la locadora de un inmueble alquilado a la Provincia de Buenos Aires y
donde funcionaba una escuela provincial demandaba la actualización del precio de siete años de
alquiler impagos, que se había reducido a un valor insignificante como consecuencia de la
inflación, la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió que la locataria debía pagar el precio
mensual del alquiler actualizado conforme a la inflación. Dado que no existía una norma legal en
la cual pudiera fundar esta decisión, el Alto Tribunal citó el principio de la justicia conmutativa,
enseñado por Aristóteles, y según el cual, debe existir equivalencia entre las contraprestaciones
de un contrato, y si no la hay, el juez debe corregir la desigualdad 12. Después de este fallo todos
los tribunales argentinos actualizaban el importe de las obligaciones de dar dinero.

6. Además podemos ver en la historia de los pueblos que la Filosofía ha sido


causa de grandes cambios culturales y de revoluciones políticas 13.
Así, por ejemplo, la filosofía de los estoicos tuvo mucha influencia en el derecho
romano de la época clásica, a través de los grandes jurisconsultos; y el advenimiento
de Cristianismo la tuvo en la última etapa del derecho romano, o sea en la época
imperial 14.
La Revolución francesa, que sucedió a fines del siglo XVIII, estuvo precedida
por la filosofía de Juan Jacobo Rousseau, Voltaire y Diderot, que se había difundido
en las décadas anteriores.
La filosofía del liberalismo económico, expuesta por primera vez por el escocés
Adam Smith, en el siglo XVIII, fue aplicada por la legislación de varios países
europeos en la segunda mitad del siglo XIX.

12
C.S.J.N., 23/09/1976, “Vieytes de Fernández, Juana, sucesión de c/ Provincia de Buenos Aires”,
Fallos 295:973, J.A., 1976– IV, p. 368.
13
“Todos los grandes cambios políticos fueron preparados o acompañados por la Filosofía del
Derecho. En el principio era la Filosofía del Derecho; al final, la revolución” (Gustav Radbruch, Filosofía del
Derecho).
14
Al respecto, Raymond Troplong escribió La influencia del Cristianismo en el Derecho Civil romano,
trad. Santiago Cunchillos Manterola, Desclée, de Brower, Buenos Aires, 1947.
La Revolución soviética, que ocurrió en Rusia y se propagó a varios otros
Estados de la Europa oriental, y a Cuba, fue aplicación del pensamiento de Carlos
Marx. Esta doctrina también inspiró los movimientos revolucionarios que sucedieron
en China, Corea, Vietnam y varios otros países del sudoeste asiático y los regímenes
que allí se instituyeron.
Al respecto, ha dicho C. Lahr que la Filosofía es “la antorcha de la historia” 15,
pues a menudo ha ido delante de los sucesos `políticos, determinando el camino, ya
sea hacia la felicidad de los pueblos, ya sea para su infortunio, según que se trate de
una filosofía verdadera o falsa 16.—

15
Charles Lahr, Curso de Filosofía, trad. Trinidad Osuna, Angel Estrada, Buenos Aires, T. I, p. 26.
16
“Todo sale de las doctrinas; las costumbres, la literatura, las constituciones, las leyes, la felicidad de
los Estados y sus desastres, la civilización, la barbarie y las crisis pavorosas que arrastran a los pueblos, o
los renuevan” (Felicité de Lamennais, Ensayo sobre la indiferencia, L. I, cap. I.3, cit. por Lahr, Curso de
Filosofía, cit., T. I, p. 26).

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