Actividad de Continuidad Filosofía - Hume
Actividad de Continuidad Filosofía - Hume
Actividad de Continuidad Filosofía - Hume
Escuela 81 – 6to B
Respondé las siguientes consignas a partir del texto del manual (páginas 55 a 57)
Impresiones e ideas:
• ¿Cómo distingue Hume entre impresiones e ideas, y cuáles son las diferencias
fundamentales entre ellas?
• Ejemplifica con tus propias palabras una impresión y una idea según la definición de
Hume.
Simplicidad y complejidad:
• ¿Qué diferencia hay entre impresiones e ideas simples y complejas según Hume?
Proporciona un ejemplo de cada tipo.
• ¿Cómo explica Hume que podamos tener ideas de cosas que nunca hemos
experimentado, como un centauro o un cerdo volador?
Leyes de asociación:
• ¿Cuáles son las tres leyes de asociación de ideas que propone Hume? Define y
ejemplifica cada una.
• ¿Cómo la ley de Asociación por causa y efecto plantea una crítica a la idea de
causalidad tradicionalmente aceptada?
Críticas y conceptos:
• ¿Cómo critica Hume la idea de causalidad y por qué considera que la relación de causa
y efecto es una manera de operar de la mente humana más que una verdad objetiva?
ser? Pero ya
"¿Soy yo tan depend iente del cuerpo y de los sentido s que, sin ellos, no pueda
, ni cuer-
estoy persuad ido de que no hay nada en eltnund o; ni cielos, ni tierra, ni espíritu
yo no soy? Ni mucho menos; si he llegado
pos; ¿estaré, pues, persuad ido tambié n de que
es sin duda porque yo era.
a persuad irme de algo o solame nte si he pensad o alguna cosa,
a engaña rme
Pero hay cierto burlado r muy poderos o y astuto que dedica su industr ia toda
y, por mucho
siempre. No cabe, pues, duda alguna de que yo soy, puesto que me engaña ;
no sea nada, mientra s yo esté pensand o que
que n1e engañe , nunca conseguiré hacer que yo
examin ado cuidado sament e
soy algo. De suerte que, habiénd olo pensado bien y habiend o
siguien te: 'yo
todo, hay que concluir por último y tener por constan te que la proposi ción
o concibieüdo
soy, yo existo', es necesar iamente verdadera, mientra s la estoy pronun ciando
en mi espíritu .
quién soy; de
Pero yo, que estoy cierto de que soy, no conozco aún con bastant e claridad
no confund ir, por imprud encia, al-
suerte que en adelant e debo tener mucho cuidado de
que sosteng o es más
guna otra cosa conmigo, y de no equivocarme en este conocim iento,
Meditaciones
cierto y evident e que todos los que he tenido anterio rmente ." (R. Descartes,
Metafísicas.)
De la sensación
Impresiones
De la reflexión
Percepciones
De la sensación
De la reflexión
gnoseológico
A su vez, Hume explica que existen tanto impresion es como ideas simples y complejas. Las impre-
siones simples son aquellas que no pueden dividirse ni descomponerse en partes constitutiv
as; si
pudiera verse un color, y solo un color, haciendo abstracción de forma o dimensión de un objeto
en el
que se dé, tendremos una impresión pura de la sensación. Por otra parte, las impresiones complejas
son aquellas que efectivam ente pueden disolverse o descomponerse en partes; si se piensa en
una
manzana, por ejemplo, percibimo s el color, pero este es fácilmente distinguib le de su tamaño,
de
su forma y de su aroma. Es decir que pueden diferenciarse partes constitutiv as de la manzana.
Lo
mismo rige para las ideas. Las ideas simples son indisoluble s, en tanto de las complejas podemos
señalar partes constitutiv as. Ahora bien, estas ideas complejas introducen un elemento important
e
para cualquier planteo empirista que se precie.
Consideremos el caso de un centauro, o un cerdo que vuela. Nadie tiene impresion es que los hayan
generado, porque nunca nos encontram os con centauros ni con cerdos voladores, pero sí tenemos
ideas de ellos. Alguien podría decir que tenemos esas ideas, porque vimos dibujos de estos perso-
najes; pero -desde el punto de un empirista - esta justificaci ón no tendría sentido porque debería
mostrar por qué, si ellos no existen y por lo tanto nadie pudo tener impresiones de centauros o cerdos
voladores, alguna vez alguien pudo imaginar estas formas que hoy vemos reproducirse en dibujos.
La explicación empirista dice que es nuestra mente la que, a partir de ideas simples derivadas
de
impresiones complejas -de las que indudable mente debemos tener experiencia sensible- produce
nuevas ideas complejas. Hume observa que si alguien habla de una montaña de oro, segurame
nte
otros hombres, que nunca vieron una verdadera montaña de oro van a comprenderlo. ¿Qué sucedió?
El hombre que tiene una idea de montaña -porque tuvo la impresión provenien te de percibir
una
montaña- y que conoce el oro -porque también tuvo una impresión de sensible de él- compuso
una nueva idea, combinan do la montaña con el oro. La mente compone ideas, dice Hume, a
partir
de material provenien te de las impresiones, tanto externas como internas.
Lo que nuestra mente puede hacer entonces es guardar recuerdos o componer ideas en base
al
material que recibe de las impresiones; nada puede inventar sin ellas. Y, como para Hume la mente
no compone de manera aleatoria, sino siguiendo ciertos principios , formula tres leyes de asocia-
ción de ideas:
l. ley de Asociación por semejanza: está presente cuando alguien ve una cosa que ya ha visto y de
la que ha guardado una idea, y la nueva percepción lo remite inmediata mente a la idea guardada.
Si ve la foto de alguien que conoce, la asocia inmediata mente con la persona que representa
.
2. ley de Asociación por contigüid ad espacial y temporal: cuandb hay dos objetos que apare-
cen y se perciben generalme nte juntos en el espacio o seguidos en el tiempo, y aparece uno
solo
de ellos, la mente lo asocia a la idea del otro elemento con el que generalme nte aparece. Si
dos
alumnos se sientan sistemátic amente juntos, y los profesores los ven siempre uno junto al
otro,
si uno de sus profesores encuentra a uno de ellos en la calle, seguramente le remitirá a la idea
del
otro compañero, que no está presente en la situación, pero que suele compartir el tiempo con
él.
3. ley de Asociación por causa y efecto: si hay siempre dos hechos que se dan de manera' conse-
cutiva, uno después que el otro, la mente suele asociarlos no solamente en su contigüida d temporal,
sino como portadore s de una relación necesaria de dependencia. El que sucede primero genera
de
manera inevitable al segundo. Para la mente, el fósforo que toca un papel produce necesariamente
un fuego que lo destruye. Alguien objetará que es evidente e innegable que el fósforo es la causa
del efecto destructiv o del papel. Sin embargo, Hume respondería a esta crítica diciendo que, si
bien
podemos tener impresiones del primer y del segundo hecho, y de la prioridad temporal de uno sobre
el otro, no hay ninguna impresión -es decir que no hay ninguna experiencia directa- de la relación
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necesaria entre el primer hecho y el segundo. La causalidad responde entonces simplemente a una
manera de operar de la mente humana.
Esta crítica a la idea de causalidad no es la única que Hume realiza a conceptos que los filósofos en
su mayoría utilizan acríticamente. La idea de Dios, un ser perfecto, sumamente bueno y mayor que
el cual nada puede existir, es para Hume otra de esas ideas facticias del hombre. En este sentido, el
planteo empirista se aleja sustancialmen te del racionalismo cartesiano.
Como es de esperar, el pensamiento empirista generó nuevas críticas y promovió reflexiones alter-
nativas sobre el origen del conocimiento. Entre ellas, uno de los planteas revolucionarios desarro-
llados en la historia de las ideas, sin salir del periodo moderno, fue lmmanuel Kant {1724-1804}.
Kant fue un filósofo alemán, que en el siglo XVIII esclareció muchas de las ideas de la Ilustración o
del Iluminismo .. Volveremos a Kant a propósito de la ética (en el módulo 3) y de la estética (en el
módulo 5). Veamos ahora su punto de vista gnoseológico. Kant percibe la razón humana en el cen-
tro absoluto de la autonomía del hombre y de su capacidad de relacionarse con el universo. Para
analizar esta capacidad de conocer, toma los aportes tanto del racionalismo de Descartes, como
del empirismo de Hume. En una especie de síntesis superadora de estas dos posiciones, formula
los lineamientos fundamentales de la posición fenomenológica. En su esencia, estamos frente a
un pensamiento idealista moderado: Kant dice que hay una instancia existente fuera de nosotros
e incluso con independencia de todo sujeto. A esto lo llama noúmeno o "cosa en sí". Pero de esto
no es posible decir sino que el hombre tiene una cierta percepción de su existencia y que, en cierta
forma, lo afecta. Contrariamente, sobre lo que sí está autorizado a hablar el sujeto, es sobre los
fenómenos, es decir sobre cómo las cosas se le presentan, se le muestran -el término "fenómeno"
viene del griego phainómenon, es decir, "lo que aparece", "lo que se muestra"-. En el proceso del
conocimiento tal como lo concibe Kant, hay algo que proviene de los sentidos, de las impresiones
que el sujeto tiene; pero hay otra parte que el sujeto mismo pone: son estructuras o "moldes" de
acuerdo con los cuales se organiza todo lo que proviene de esas impresiones.
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