Romancero Gitano

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Romancero gitano

Federico García Lorca

Introducción

(Ver trayectoria del autor en la pregunta teórica: El grupo poético del 27)

El Romancero gitano recoge dieciocho composiciones escritas entre 1924 y 1927, en las que
su autor exalta la dignidad del pueblo gitano, marginado y abocado al dolor, la pena y la
muerte. La obra tuvo un enorme éxito y convirtió a García Lorca en el poeta más popular de
su tiempo, pero también recibió algunas críticas desde los círculos vanguardistas por su
tradicionalismo.

El título alude a la forma y a los personajes que ligan el texto. La forma, "Romancero", porque
el libro está compuesto exclusivamente por romances, una estrofa que consta de un número
ilimitado de versos octosílabos en que riman en asonante los pares y quedan sueltos los
impares. "Gitano", por su parte, se vincula a los personajes que se convierten en protagonistas
de los diferentes romances.

No es un libro social o testimonial de la raza gitana. Lorca parte de lo real, de lo anecdótico,


pero lo transciende porque el poeta lo funde con su propio mundo interior. El autor refleja en
el mundo gitano su mundo incomprendido, su frustración, su deseo de existencia en libertad.
El poeta se enfrenta a la norma, a la sociedad y se pone del lado del derrotado, del débil.

Lorca sobre la obra:

«El libro en conjunto, aunque se llama gitano, es el poema de Andalucía, y lo llamo gitano porque
el gitano es lo más profundo, más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el
que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal».

«Un libro donde apenas si está expresada la Andalucía que se ve, pero donde está temblando la
que no se ve. Y ahora lo voy a decir. Un libro antipintoresco, antifolklórico, antiflamenco, donde
no hay ni una chaquetilla corta, ni un traje de torero, ni un sombrero plano, ni una pandereta;
donde las figuras sirven a fondos milenarios y donde no hay más que un solo personaje, grande
y oscuro como un cielo de estío, un solo personaje que es la Pena».

1. Los temas en el Romancero gitano

En conjunto, los dieciocho romances muestran un mundo gitano legendario, abocado a la


frustración, a un destino trágico, al dolor, la pena y la muerte que se constituye en el tema
central del libro.
1. El mundo andaluz. García Lorca recrea la realidad andaluza: tipos, costumbres y
actitudes de los gitanos en su paisaje andaluz. Se inspira en su infancia, en sus
experiencias y en leyendas de la tierra. El elemento gitano es el común denominador
de todo el libro y representa la libertad, la aventura, la fantasía, la ensoñación y lo que
está al margen de la ley. Aparece el gitano idealizado, convertido en mito, prototipo
de hombre libre que intenta afirmar su individualidad frente al mundo y que sucumbe
ante un destino trágico del que no logra escapar. El paisaje andaluz sirve de fondo
para todas las figuras humanas y actitudes que aparecen en los romances.
2. Amor frustrado: tema básico, asociado siempre a la pasión erótica, amor que no
puede ser, deseo insatisfecho o amor truncado por la muerte. A excepción del
romance “La casada infiel” (en el que el deseo es exclusivamente superficial y físico)
todos las demás presencias del erotismo en el libro son inquietantes.
3. Violencia y muerte: puede apreciarse, por ejemplo, en el primer y último romance:
la luna inaugura el desfile de muerte y lo cierra con la muerte del gitano violador. En
medio toda una variedad de violencias innatas al gitano: peleas, reyertas; suicidio;
muerte enamorada; muerte violenta; asesinato colectivo y desenfrenado... Ese es el
fin de los gitanos de Lorca, todo cuanto ha creado resulta destruido por las fuerzas de
represión.
4. El dolor y la frustración: El conflicto entre las instituciones opresivas y el deseo de
libertad del individuo. La lucha contra la hegemonía cultural está marcada por el
sufrimiento y la frustración. El dolor de los personajes del Romancero manifiesta la
opresión y la soledad del individuo. Presenta un mundo donde los personajes van
perdiendo su identidad y son despojados de lo material y también se pierden o buscan
sin encontrar sentimientos.
5. El destino trágico. Este tema aparece bien definido en el libro y centrado en el
personaje de la Pena. Se trata de las fuerzas ocultas y el destino trágico del hombre.
La muerte aparece como desenlace de una situación marcada por el fatalismo. Todos
los personajes son seres al margen del mundo convencional y hostil y, por ello,
marcados por la frustración y la muerte.
6. Denuncia social. Aunque no es un libro social, este tema está muy presente a través
de la figura del gitano y de la Guardia Civil, figuras opuestas que establecen dos
extremos del mundo lorquiano. Los romances del Camborio y el de la Guardia Civil
son la expresión más clara de esta denuncia social. El romance de La monja gitana
manifiesta otro tipo de denuncia: la represión religiosa de los instintos. En San Miguel
aparece una crítica a la sociedad de Granada. En Muerto de amor se pone de
manifiesto la desigualdad social. En San Rafael aparece la marginalidad que produce
la homosexualidad.
2. Estructura externa e interna en el Romancero gitano

La estructura externa es muy evidente, está formada por dos bloques muy desiguales y con
características propias: el primer bloque, el más extenso, va desde el romance 1º al 15º. Son
los romances propiamente gitanos y que contienen la personal visión lorquiana de este
mundo. En el segundo bloque, a partir del poema 15º, se destruye ese mundo porque los
gitanos son brutalmente sorprendidos, saqueados, quemados, asesinados bajo la presencia de
la misma luna del 1º romance (que en el 1º era luna llena “polisón de nardos” y en el 15º es
luna menguante, ajena y despreocupada de la existencia humana). En este segundo bloque
están los tres poemas históricos que sirven para mostrar su visión subjetiva de momentos
históricos legendarios de extracción literaria o contenido religioso.
Formalmente, todos los romances siguen la estructura métrica del romance tradicional: serie
de versos, en su mayoría octosílabos, con rima asonante en los pares y quedando libres los
impares: a-a-a-a... (ver el apartado de métrica).

En cuanto a la estructura interna, los dos grandes bloques del Romancero se pueden
analizar de la siguiente manera:

• BLOQUE I (poemas del 1 al 15). Poemas propiamente gitanos. Es el bloque más


extenso y principal, se abre y se cierra con la presencia de la luna. Contiene la personal
visión de Lorca del mundo gitano o su personal invención de un mundo gitano: un
mundo mágico y mítico, no identificado exactamente con ninguna realidad existente.
A su vez se puede estructurar en tres bloques:
o Romances 1-7: es la parte más lírica y con dominante presencia de las
mujeres. Dos mitos envuelven a las fuerzas cósmicas: la luna y el viento.
Dominan los temas de la frustración amorosa: “Romance de la luna, luna”,
“Preciosa y el aire”, “Reyerta”, “La monja gitana”, “La casada infiel”,
“Romance de la pena negra”
o Romances 8-10: en la mitad del libro, tres poemas dedicados a ciudades
andaluzas a través de sus patrones (arcángeles): San Miguel [Granada], San
Rafael [Córdoba] y San Gabriel [Sevilla]. Estos tres poemas suponen un
intermedio del primer bloque y constituyen una exaltación de las tres ciudades
andaluzas.
o Romances 11-15: es la parte más épica en la que predomina lo masculino.
Tras los poemas centrales, el libro se inclina a temas con más sangre, violencia
y muerte: “Prendimiento de Antoñito el Camborio”, “Muerte de Antoñito el
Camborio”, “Muerto de amor”, “Romance del Emplazado”, “Romance de la
Guardia Civil Española”.
• BLOQUE II (poemas del 16 al 18): Compuesto por tres romances históricos que
sirven al poeta para dar su versión agitanada de unos cuadros histórico-legendarios,
bien de extracción literaria (17), bien de contenido religioso (16 y 18):
o “Martirio de Santa Olalla” : se refiere al martirio que la gitana Santa Olalla de
Mérida sufrió en el siglo III. Responde al deseo de Lorca de dotar de aspectos
míticos y legendarios al mundo gitano.
o “Burla de Don pedro a caballo” hace referencia a una farsa burlesca de un
tema frecuente en el romancero tradicional, parodia y escarnio de un personaje
histórico, aparentemente noble, y caballero enamorado; personaje que, al
final, muere olvidado.
o “Thamar y Amnón” recoge el tema bíblico de la violación y los amores
incestuosos entre Thamar, hija del rey David, y su hermano Amnón.

3. Componentes simbólicos y míticos en el Romancero gitano

Como ya señalamos, el gitano, personaje central del libro, es en sí mismo un símbolo que
encarna el conflicto entre el instinto y la sociedad, entre la vida en libertad y la vida sometida
a unas normas a las que el protagonista, siempre problemático, no se podrá adaptar. Simboliza
el conflicto entre primitivismo y civilización, entre instinto y razón y representa los impulsos
naturales, lo espontáneo. Por eso, a raíz de esa confrontación, es un personaje abocado a la
muerte, cumpliendo así su destino trágico.
Además del valor simbólico de los gitanos, los romances presentan una amplia y rica
simbología, en su mayor parte recogida de la tradición y de las creencias populares.
Comentamos aquí algunos de los símbolos más repetidos y que hacen referencia a los temas
principales de la obra.

Hay una serie de realidades que tienen un sentido maléfico:

• La luna es el astro de la muerte; cuando la luna aparece suele anunciarla. (Ej.:


“Romance de la luna, luna”)
• Los metales, relacionados con el frío de los cadáveres y la materia de los cuchillos
que se usan tantas veces en los asesinatos, suelen ser un presagio negativo.
• La cal, usada para evitar las pestes, también se relaciona con los enterramientos.
• Las aguas estancadas, aljibes, pozos... suelen ser escenarios propicios para la muerte
de alguien, mientras que el río que corre libre suele propiciar encuentros amorosos.
• El mar: puede simbolizar la muerte (Ej.: “Romance de la pena negra”).
• También determinados colores suelen traer malos augurios (el verde -deseo prohibido
que conduce a la frustración y a la esterilidad-, el amarillo y el blanco).
• Algunas plantas (las malvas tienen en el habla popular, y también en Lorca, un matiz
mortuorio, las adelfas son amargas y de mal augurio).
• Algunos pájaros, como la zumaya, que anuncian sucesos maléficos.

Otros elementos tienen connotaciones eróticas:


• El río que corre libre y los juncos.
• El olivar, las rosas (ambas plantas se relacionan con la pasión amorosa)
• El caballo suele tener connotaciones eróticas, representa la pasión desenfrenada que
conduce hacia la muerte, pues nunca alcanza el destino que añora; también puede
representar el mensajero de la muerte que trae malas noticias.
• El mar, ansia de felicidad amorosa (Ej.: El romance sonámbulo)
• El viento, que suele aparecer personificado, es un símbolo cargado de sensualidad y
erotismo, asociado con elementos sexuales, en muchos casos con connotaciones
dolorosas, de frustración erótica.

4. Rasgos formales: entre tradición e innovación

Lo más llamativo de la obra es la mezcla entre rasgos de estilo que están emparentados con
la poesía tradicional y con los modos de expresión más habitual del folclore andaluz con
otros que son característicos de la vanguardia (riqueza y originalidad de las metáforas que no
deben nada al estilo de la poesía de transmisión oral). El Romancero gitano sintetiza lo
popular y lo culto, la tradición y la novedad; por una parte responde a la corriente neopopular
del Grupo poético del 27, por otra, la novedad de las imágenes, muchas veces irracionales,
relaciona la obra con el interés por Góngora y con las nuevas corrientes vanguardistas.

Lo tradicional

A pesar de la diferencias entre los distintos romances que componen la obra, en conjunto
mantienen numerosos rasgos del Romancero viejo. Los rasgos del romancero tradicional que
se perciben en el de Lorca son los siguientes:
• Hilo argumental. Son composiciones lírico-narrativas, mezclan una historia
narrativa, una historia que se puede contar, con la creación de una atmósfera lírica,
en la que existe un sentimiento predominante. En palabras de Lorca: “Yo quise fundir
el romance narrativo con el lírico sin que perdieran calidad”; en efecto, la fusión de
lo narrativo, lírico y dramático en el romancero lorquiano es un hecho de primera
magnitud por el perfecto entrelazado de los tres géneros.
• Mezcla de narración y diálogo, en ocasiones sin verbo introductor, ni indicación de
quién habla. Los diálogos confieren un tono de dramatización al poema.
• Fragmentarismo: comienzo súbito de la historia narrada y final, a veces, abierto y
misterioso. Se observa en rasgos como: comienzo con la conjunción “y” o “que”
(como si fuera el fragmento de una composición previa: “Y que yo me la llevé al río”
de “LA CASADA INFIEL”), comienzo abrupto o “in medias res” (ej. Muerte de
Antoñito el Camborio); final truncado, sin que sepamos qué fue lo que pasó (por
ejemplo, en “Thamar y Amnón”).
• Métrica: el verso utilizado es el octosílabo, sólo es sustituido en contadas ocasiones
(primer verso de “La casada infiel”: ‘y que yo me la llevé al río’ (10) y el romance
“Burla de don Pedro a caballo”: hay versos octosílabos, pero la mayoría de los versos
son heptasílabos y hexasílabos; también los hay trisílabos, tetrasílabos, pentasílabos
y endecasílabos); con la estructura métrica del romance tradicional: a-a-a-a... con
rima asonante.
• Utilización de figuras de repetición: paralelismos, anáforas, epanadiplosis (“verde
que te quiero verde”), paronomasias (“el niño la mira, mira/ le niño la está mirando”),
reduplicaciones...
• Uso de fórmulas narrativas tradicionales o de preguntas dirigidas a un supuesto
auditorio (“Pero, ¿quién vendrá? ¿Y por dónde...?)
• La combinación en un mismo romance de verbos en diferentes tiempos; son
llamativos los cambios de tiempo del presente al pretérito o viceversa: “la luna vino
a la fragua”, “mueve los brazos”.

Otros rasgos que destacan en la obra:

• Realismo: se desarrollan acontecimientos de base realista que Lorca transforma a


través de la imaginación libre; pero detrás de cada imagen hay una realidad
identificable.
• Antropomorfización de lo inerte o animal: consiste en humanizar animales,
animalizar objetos, accidentes atmosféricos o situaciones (siempre de acuerdo con el
estado de ánimo de los personajes).
• Sensualismo y atención a lo concreto: hay una captación del entorno, de lo concreto
a través de los cinco sentidos. Consigue convertir conceptos, ideas o sentimientos en
algo visible o palpable.
• Simbolismo: la poesía de Lorca es radicalmente simbólica; muchos de los símbolos
utilizados proceden de antiquísimas tradiciones, muchos están basados en creencias
populares.

El vanguardismo

El carácter vanguardista del “Romancero” se muestra en la abundancia y en la novedad de


las imágenes:
• Desplazamientos calificativos (“yunques ahumados sus pechos, /gimen canciones
redondas”)
• Comparaciones (“La iglesia gruñe a lo lejos / como un oso panza arriba)
• Metáforas (“Las piquetas de los gallos/ cavan buscando la aurora”; “Lloras zumo de
limón”; “trescientas rosas morenas / lleva tu pechera blanca”; “su luna de pergamino
/Preciosa tocando viene”), algunas muy atrevidas, en las que se pone en relación un
término real y uno irreal muy alejados: “La luz juega al ajedrez/ alto de la celosía” en
la que se identifica el enrejado de la ventana del convento con un tablero de ajedrez,
a lo que se une la personificación de la luz; algunas tienen forma de aposición:
“bronce y sueño, los gitanos”). Algunas metáforas recuerdan las “greguerías” de
Gómez de la Serna (la media luna soñaba / un éxtasis de cigüeña), otras el
barroquismo de Góngora (Los densos bueyes del agua /embisten a los muchachos
/que se bañan en las lunas /de sus cuernos ondulados), en otras destaca su carácter
surrealista y su dificultad para “explicarlas” (como en los versos del “Romance
sonámbulo”: ¡dejadme subir! Dejadme / hasta las verdes barandas. / Barandales de la
luna / por donde retumba el agua).
• Símbolos (“El toro de la reyerta /se sube por las paredes”
• Hipérboles
• Personificaciones (“en las tejas de pizarra / el viento furioso muerde”)
• Sinestesias (“rumores calientes”; “viento verde”; “el agrio verde”)...
• Otro rasgo vanguardista es el hermetismo de muchas imágenes. La influencia de
Góngora explicaría este hermetismo y la densidad metafórica que aparece en muchos
poemas. Quizás los poemas más herméticos sean el Romance sonámbulo (que ha
dado lugar a múltiples interpretaciones), los tres romances dedicados a los arcángeles,
y el Romance con lagunas.

El amontonamiento de recursos tradicionales y nuevos hace del Romancero gitano uno de


los libros más brillantes de nuestras letras. Incluso, al parecer de algunos, excesivamente: la
imagen por la imagen, el ingenio por el ingenio, el arte por el arte. A veces, momentos tan
dramáticos como el de la muerte violenta resultan llamativos por una deshumanización
siempre en aras del lenguaje.

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