Tierra Narca

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 304

Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 1

Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 2


Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 3
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 4
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 5
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 6
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 7

Índice

INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Capítulo I LOS PROCURADORES DE PEÑA
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
EN TIERRA DE CAPOS

Capítulo II LUVIANOZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Capítulo III TIERRA SIN LEY . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
Capítulo IV NARCOTEPEC, EL PUEBLO QUE CAMBIÓ . . . . . . . . . . 99
Capítulo V CON C DE CÁRTEL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
Capítulo VI SEÑALES DE TERROR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Capítulo VII PLACERES PROHIBIDOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
Capítulo VIII HISTORIA DE UNA MASACRE . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
Capítulo IX EN NOMBRE DEL CRIMEN ORGANIZADO . . . . . . . 226
Capítulo X LOS TRES MANZUR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248
Capítulo XI LA VERDAD ESTÁ EN EL CEMENTERIO . . . . . . . . . 269

7
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 8
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 9

Dedicatoria

Este trabajo nació en agosto de 2009 en el semanario Nuestro Tiempo


Toluca. Entre charlas y café con Selene Hernández y Miguel Alvarado
redescubrí la riqueza de la información sobre el narcotráfico en el Es-
tado de México. Estas líneas son insuficientes para plasmar lo que de
ellos hay en las siguientes historias. Como pasó en Negocios de familia,
biografía no autorizada de Enrique Peña Nieto y el Grupo Atlacomulco, el sema-
nario está en cada una de las siguientes páginas, como están la redac-
ción y la investigación del joven reportero Elpidio Hernández. Mi
agradecimiento eterno para los tres. Ojalá mi reconocimiento llegue
puntual a doña Tania.

F R A N C I S C O C RU Z J I M É N E Z
Huixquilucan, julio de 2010
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 10
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 11

Introducción

L J U E V E S 15 D E S E P T I E M B R E D E 2011, Enrique Peña

E Nieto terminará su sexenio como gobernador del Estado de


México. Desde el inicio de su administración, a través de sus
tíos, los ex gobernadores Alfredo del Mazo González y Arturo Mon-
tiel Rojas, o de personajes cercanos al ex presidente Carlos Salinas de
Gortari, se ha ido labrando la agenda —muchas veces oscura, como
pasó con el pacto “secreto” contra las alianzas políticas que firmaron
el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Na-
cional (PAN)— que ha permitido blindar a Peña y posicionarlo como
candidato presidencial para 2012.
Durante los primeros cuatro años, el apoyo comprado a las dos
grandes cadenas televisoras y a las revistas del corazón se encargó de
mantener pulcra la imagen del gobernador. Sin embargo, una serie
de hechos terribles (narcocriminales la mayoría, los cuales se extienden
por toda la entidad) obligan a revisar la caja de Pandora que se abrió
tras la llamada “masacre de La Marquesa”, la peor matanza colectiva
de la historia atribuida a la guerra del narcotráfico en territorio mexi-
quense y la peor en lo que va del sexenio de Felipe Calderón.
Ese crimen aceleró las averiguaciones previas PGR/SIEDO/UEIDCS
/304/2008, PGR/SIEDO/UEIDCS/203/2008 y PGR/SIEDO/UEIDCS/362/
2008, además de otras investigaciones oficiales, y dejó al descubierto un
extraño capítulo de la guerra interna de los narcotraficantes, el cual
empezó en junio de 2008. Las indagaciones mostraron que una falla
monumental en el levantón del narcomenudista Mizraím Jonathan Sán-
chez Avendaño y la posterior interpretación errónea de este hecho pro-

11
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 12

piciaron la autoentrega (a las autoridades federales en la Ciudad de


México) de su hermano el pequeño capo Ahiezer Noé Sánchez Aven-
daño, quien hizo visible, por primera vez, la penetración real de la de-
lincuencia organizada y la participación de las autoridades.
Contados al Ministerio Público, los secretos de Ahiezer, cabecilla
de la banda de Los Mizraínes, administrador mayor de narcorrentas, e
identificado en documentos oficiales y declaraciones ministeriales por
su nuevo nombre clave de Sergio Pérez, revelaron que, alentada por la co-
rrupción oficial, desde 2007 La Familia Michoacana estaba bien arrai-
gada en amplias zonas de la entidad. También aportaron elementos
para clarificar la sangrienta disputa de esta organización por todo el
territorio a los cárteles de Sinaloa, del Golfo, Los Zetas y los herma-
nos Beltrán Leyva.
Las delaciones de Ahiezer se sumaron a las de otros testigos como
Claudia —nombre asignado a un veterano policía ex titular de la Di-
rección contra la Delincuencia Organizada en la Procuraduría esta-
tal— o Emilio, y a las de sicarios como El Cóndor, Fernando Reyes Sán-
chez —subteniente de la Fuerza Aérea Mexicana, cuya carrera militar
terminó convirtiéndolo en jefe de informantes de La Familia en el va-
lle de Toluca—, y proporcionaron elementos para investigar al delega-
do de la Procuraduría General de la República (PGR), José Manzur
Ocaña —actual prófugo de la justicia, pero dueño de un ilustre ape-
llido en la elite social y gubernamental—, y acusarlo de poner cimien-
tos para levantar en las oficinas de la PGR un narcoimperio que con-
trolaría desde la capital del Estado de México la venta de drogas al
menudeo, así como el almacenamiento y todas las rutas de distribu-
ción de cocaína. También imputaron a Manzur otros delitos relaciona-
dos con la delincuencia organizada: secuestro, piratería y extorsión.
El Cóndor abrió un nuevo capítulo en la historia criminal con otras
revelaciones, como la compra a un policía de la Agencia de Seguridad
Estatal (ASE) de aparatos de radiocomunicación con las claves oficia-
les para seguir la ruta y la posición de los helicópteros de la guberna-
tura del Estado de México, y para mantener la ubicación precisa de los
cuerpos de agentes responsables de la seguridad personal del goberna-
dor Peña.

12
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 13

Testimonios de testigos y delincuentes sirvieron para delinear el


tendido de las narcorredes mexiquenses, las zonas de operación de los
cárteles, la distribución y venta de la piratería, las escandalosas nego-
ciaciones de la compraventa de la plaza y la indiscreta liberación, cien
mil dólares por medio, de un policía secuaz del matón texano Édgar
Valdez Villarreal, La Barbie, caído en manos de la delegación de la
PGR. Luego, en uno de los capítulos de la masacre de La Marquesa,
ese agente escoltaría la caravana de la muerte.
El rompecabezas terminó de armarse cuando los agentes federales
adscritos a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en De-
lincuencia Organizada (SIEDO) sumaron las declaraciones de Sergio
Pérez y de El Cóndor a las del ex soldado guatemalteco Baudilio Jiménez
Rebolorio o Manuel Jiménez Quiñónez, bien conocido en el bajo
mundo por su alias de El Seco y capturado en 2006, cuando era inte-
grante de La Familia Michoacana; éste dio a conocer cómo lo recluta-
ron en Centroamérica, a través de traficantes de personas, para enviar-
lo a Michoacán, hasta Tierra Caliente, zona limítrofe con el Estado de
México.
Claudia fue esencial en la investigación que se abrió contra una cé-
lula de sicarios al servicio de los Beltrán Leyva (bajo las órdenes de La
Barbie), responsable en septiembre de 2008 del levantón de veinticuatro
humildes jornaleros —porque no se ha probado que fueran narcome-
nudistas ni que hubieran construido un narcotúnel en la frontera con
Estados Unidos— que culminó con la masacre de La Marquesa y mos-
tró elementos para advertir la formación de un escuadrón de la muerte
encargado de una especie de limpieza social. Claudia llevó de la mano
a los agentes federales hasta la captura del asesino material y los jefes de
la policía que participaron activamente en el secuestro.
Un número indeterminado de policías-sicarios escoltaba a aquella
caravana, integrada por al menos cuatro camionetas en las que llevaban
al patíbulo a las veinticuatro personas. Así se puso al descubierto la co-
rrupción abierta de las policías y la infiltración de cárteles de la droga
en todas las corporaciones —municipales, estatales y federales— que
operan en el Estado de México.
Este crimen exhibió a una entidad de quince millones de habitan-

13
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 14

tes repartidos en ciento veinticinco municipios, donde coexisten todos


los tipos de violencia a través de grupos organizados que movilizan
fuentes inagotables de recursos ilícitos. La violencia sistemática con-
mociona hoy al Estado de México, que hasta hace unos años se conta-
ba entre las entidades más pacíficas del país.
De acuerdo con los conteos del semanario Nuestro Tiempo Toluca y
del diario local Alfa, basados a su vez en informes de la Procuraduría
estatal, desde el 16 de septiembre de 2005, cuando Peña tomó pose-
sión del cargo, y hasta el 31 de diciembre de 2009 se registraron al me-
nos mil asesinatos ligados al crimen organizado. A esa cifra deben su-
marse los trescientos quince reportados del 1 de enero al 28 de julio
de 2010 con características de ejecución: cuerpos con señales de tor-
tura, maniatados, mutilados, con los ojos vendados y, en su gran ma-
yoría, con el tiro de gracia.
Si bien la imagen pulcra del joven gobernador mexiquense se puso
en tela de juicio con el escándalo que estalló por la revelación del pac-
to secreto con el PAN, al deterioro de la imagen contribuye el que cada
día surjan nuevas y más salvajes perturbaciones criminales. Una de
ellas es que las averiguaciones previas involucran en el trasiego de dro-
gas a personajes de apellidos de abolengo y a comandantes federales,
estatales y municipales. A eso se suman casos extraños como el de la
muerte de la niña Paulette Gebara Farah y decisiones de la Suprema
Corte de Justicia de la Nacion en el sentido de que la justicia mexi-
quense inventó delitos a los líderes del movimiento social de San Sal-
vador Atenco.

Ésta es la historia contada a través de los sucesos de algunos de los mu-


nicipios más ricos y violentos: la Ciudad Típica de Metepec, enclava-
da en el valle de Toluca; Coacalco de Berriozábal, en el norte de la en-
tidad; Huixquilucan, en el poniente de la zona metropolitana de la
Ciudad de México; Luvianos, en la Tierra Caliente del sur, fronterizo
con los estados de Guerrero y Michoacán.
Ciertos hechos son de dominio público, periodistas de la Ciudad
de México o de Toluca se han encargado de investigar otros; pero los

14
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 15

pasajes fundamentales que dan forma a este libro se apoyan en testi-


monios extraídos de documentos oficiales y declaraciones asentadas
en averiguaciones previas que se abrieron (o que ya existían y se reto-
maron con celeridad) en agencias del Ministerio Público después de
la masacre de La Marquesa. Testigos y criminales hablan por igual so-
bre la violenta expansión de la delincuencia organizada en el territo-
rio mexiquense.
El Estado de México ocupa el lugar número veinticinco en exten-
sión: sus veintidós mil cuatrocientos noventa y nueve kilómetros cua-
drados representan apenas el uno por ciento del territorio nacional. Sin
embargo, es la entidad más rica del país, y por ello, con un crecimiento
demográfico que raya en la monstruosidad en algunos de los munici-
pios colindantes con el Distrito Federal, también es la que muestra ma-
yores contrastes sociales.
Desde ahí despachan algunos de los empresarios y de las organiza-
ciones políticas más poderosas y antiguas de México. Del Grupo Atla-
comulco —cuya forma actual se remonta hasta marzo de 1942, aun-
que sus orígenes datan de fines del siglo XIX— sobresalen, además del
gobernador Peña Nieto, Arturo Montiel y Alfredo del Mazo (ambos
ex aspirantes presidenciales), así como el diputado federal Humberto
Benítez Treviño, tres veces procurador, como él mismo lo precisa en
entrevistas de prensa: del Distrito Federal, del Estado de México y ge-
neral de la República.
Carlos Salinas tiene sus operadores más visibles en los diputados
federales Emilio Chuayffet Chemor, ex gobernador de la entidad, ex
secretario de Gobernación y cabeza de un poderoso subgrupo políti-
co (en el que destaca el presidente de la Legislatura estatal, Ernesto
Némer Álvarez), y Francisco Rojas Gutiérrez, originario de Tenango
del Valle, actual coordinador de la fracción parlamentaria priista en el
Palacio Legislativo de San Lázaro y ex secretario de Estado.
Mención aparte merece el diputado federal Luis Videgaray Caso,
secretario estatal de Finanzas con Montiel y durante los tres prime-
ros años del gobierno de Peña Nieto. Como nadie, él conoce el ma-
nejo de los dineros públicos porque ha sido el responsable de renego-
ciar la deuda en varias ocasiones. Además, es uno de los hombres más

15
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 16

cercanos a Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda en el sexenio


de Salinas.
Analistas políticos también ubican en el salinismo al procurador
estatal Alberto Bazbaz Sacal.
Del lado empresarial destacan varias familias notables: Hank
Rhon, cabeza del Grupo Financiero Interacciones y establecida en su
amurallada fortaleza de Santiago Tianguistenco. El poder de los
Hank es aún mayor debido a su parentesco con el magnate banquero
neoleonés Roberto González Barrera, quien es suegro de Carlos
Hank Rhon. González Barrera, presidente del Grupo Maseca o Gru-
ma, dio un gran salto en el sexenio de Salinas para controlar una bue-
na parte de la industria del maíz desde el sur de Estados Unidos hasta
Centroamérica.
Muy pocos analistas creen que González Barrera negaría apoyo a
su yerno Carlos Hank Rhon si éste decidiera olvidar sus rencores po-
líticos por las humillaciones que sufrió en el proceso electoral estatal
de 2005 (cuando intentaba llegar a la gubernatura aprovechando el
apellido) y se sumara a la cargada que ya ve a Peña Nieto como nue-
vo residente de Los Pinos.
Desde Atlacomulco y Acambay, la familia Alcántara —apellido
que Jesús Alcántara Miranda consolidó en la década de 1950— con-
trola a través del Grupo Inversionistas en Autotransporte de México
(IAMSA) al menos ocho mil unidades de autotransporte en veintidós
estados, que cada año movilizan a unos doscientos sesenta millones de
pasajeros en setenta rutas nacionales.
Los Alcántara manejan un conglomerado —cuya semilla se sem-
bró en los gobiernos priistas de los atlacomulquenses Isidro Fabela Al-
faro y Alfredo del Mazo Vélez, antepasados de Peña— que opera, en-
tre otros, Grupo Toluca, Flecha Roja, Ómnibus de México, Flecha
Amarilla, Enlaces Terrestres Nacionales (ETN), Ómnibus de México,
Primera Plus y Autobuses del Noreste.
Por su lado, desde Pasteje, en el municipio de Jocotitlán, fronteri-
zo con Atlacomulco, se levanta la impresionante Ciudad Industrial
Alejo Peralta, sede del emporio del Grupo IUSA, un conglomerado de
empresas que abarca los sectores de manufactura, sistemas de medición

16
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 17

para la energía eléctrica, automotriz (a través del blindaje de autos), sa-


lud, educación, inmobiliario, editorial, telecomunicaciones, agropecua-
rio y servicios.
Fundado hace casi siete décadas por el ingeniero Alejo Peralta,
IUSA es uno de los grupos empresariales más importantes de Lati-
noamérica. Su carpeta publicitaria dice: “Cuenta con uno de los por-
tafolios de negocios más completos del mercado internacional, ya que
maneja más de seis mil productos diversificados en el sector de la cons-
trucción. […] IUSA exporta a treinta y tres países en América, Euro-
pa y Asia, sin mencionar que contamos con tres mil distribuidores a
nivel mundial”.
Y en Toluca nadie disputa a la familia Monroy Cárdenas (origi-
naria también de la zona de Atlacomulco y Acambay) la conducción
de La Moderna, que desde la década de 1960 es una de las mayores
empresas del país para la elaboración de productos alimenticios: pas-
tas, galletas, sopas instantáneas, pastas para frituras y harinas de tri-
go y de arroz. Además de las dos en la capital del Estado de México,
tiene plantas industriales en Guadalajara, Gómez Palacio, Saltillo y
Guatemala.
Su historia relata: “En 1978, la empresa pasó a formar parte del
Grupo Táblex, [el cual] salió a la Bolsa Mexicana de Valores en 1987
y cotiza como Grupo La Moderna (GModern)”. La Moderna está
presente en Estados Unidos, Centroamérica, algunas islas del Caribe y
Colombia.
El Estado de México cuenta con unos noventa parques y zonas in-
dustriales, dos de las cuales se encuentran entre los tres corredores más
importantes y ricos del país: el Toluca-Lerma y el Naucalpan-Tlalne-
pantla, que albergan a empresas tradicionales de todos los sectores
productivos.
Por lo anterior, aunque sea mentira, resulta muy fácil creer que
desde el Estado de México se pueden decidir elecciones presidencia-
les. Y también por ello no resulta presuntuoso considerarlo el “la-
boratorio político nacional”. Hay analistas locales que califican tal
presunción como un alarde publicitario sin el respaldo de hechos con-
cretos, mientras que para la clase política del valle de México, advier-

17
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 18

ten otros politólogos locales, representa el desmesurado enriqueci-


miento de ciertos grupos y sectores.

Por contraste, en 2010, el penúltimo año de gobierno de Peña Nieto,


dos de cada tres mexiquenses viven en la pobreza. El Instituto Nacio-
nal de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) precisa que seis
millones novecientas mil personas se hallan en condiciones de pobre-
za patrimonial; otros tres millones son víctimas del desempleo, la mar-
ginación y la insuficiencia alimentaria por discapacidad (por edad o li-
mitación física), y al menos un millón novecientas mil no tienen para
comer, lo que las sitúa en la pobreza alimentaria.
En el llamado “estado más rico” del país —cuyo presupuesto sexe-
nal se aproxima al billón de pesos—, el programa federal Oportuni-
dades se vio en la necesidad de atender a cinco millones de mexiquen-
ses y ayudarlos a sobrevivir y a atenuar su pobreza. Los desequilibrios
regionales han generado marginación en el campo y en las ciudades.
No es de sorprender, por tanto, que el Estado de México sea una de
las primeras cinco entidades que más población expulsan a Estados
Unidos: cerca de medio millón de mexiquenses residen en aquel país.
Este suelo, donde se ubican municipios de primer mundo como
Coacalco y Metepec —según clasificaciones de la ONU en 2008 y
2009—, a la vez tiene algunos de los más pobres, como San Felipe del
Progreso o San José del Rincón. El abismo de la desigualdad se aso-
ma en cada kilómetro cuadrado.
En medio de un panorama tan poco alentador, en esta entidad
poco a poco se define gran parte del destino del narcotráfico. Ade-
más, aquí operan oficialmente seis bandas de secuestradores, aunque
en realidad se contabilizan al menos cien. Por consecuencia, en el Es-
tado de México se encuentran cinco de los quince municipios más pe-
ligrosos del país: Ciudad Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Naucalpan,
Cuautitlán y Ecatepec. Otros, como Coacalco y Toluca, son cada vez
más violentos.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM)
se enfrenta a su crisis de credibilidad más grave y a la peor ola de vio-

18
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 19

lencia de que se tenga memoria. Los índices de delincuencia se han


disparado: hay más de treinta mil órdenes de aprehensión sin cum-
plirse relacionadas con ejecuciones, secuestros, homicidios, lesiones,
robos con violencia y violación; de los seiscientos setenta y dos casos
de mujeres asesinadas, noventa por ciento no se han esclarecido, y la
cifra es de noventa y cinco por ciento en cuanto al total de homici-
dios reportados.
Durante el primer año de gobierno de Peña se contabilizaron
treinta y una muertes atribuidas al crimen organizado. En 2007, los
números se triplicaron para ubicarse en ciento once. Para 2008, las es-
tadísticas oficiales arrojaron trescientos sesenta y dos homicidios re-
lacionados con la guerra de los cárteles de la droga en la gran plaza
mexiquense, y 2009 atestiguó cuatrocientos noventa. Del 1 de enero al
28 de julio de 2010 se habían reportado trescientos quince.
El domingo 4 de enero de 2009, el diputado local Francisco San-
tos le dijo a Érika Hernández del periódico Reforma: “La extorsión de
los grupos especializados que trabajan para el narcotráfico ha replica-
do en la delincuencia local […]; el 16 de diciembre se reunió con se-
senta y dos empresarios del municipio de Tultitlán, y todos aseguraron
haber sido presionados para pagar seguridad, y quienes se negaron re-
ciben amenazas de muerte. […] La autoridad no puede seguir negan-
do que el narcotráfico se ha extendido y se mueve en dos contextos:
son ellos quienes realizan las extorsiones y, por el otro, han generado
una réplica para que delincuentes novatos extorsionen y se hagan pa-
sar por miembros de grandes bandas”.
Seis meses después, el viernes 17 de julio, Natalia Ix-Chel Váz-
quez González, maestra en Estudios para la Paz de la Universidad Au-
tónoma del Estado de México (UAEM), declaró a la periodista tolu-
queña Yamel Esquivel: “El gobierno de la entidad está rebasado por la
delincuencia organizada y la inseguridad; de ahí que se empeñen en
minimizar la situación bajo el argumento de que no son muchos los
delitos si se toma en cuenta el número de habitantes. […] Es eviden-
te que existe una falta de coordinación entre las corporaciones policia-
cas; esto lo percibe la delincuencia organizada, convierte al territorio
en una zona ideal para instalarse. Aunado a ello está el hecho de que

19
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 20

en la frontera se endureció la vigilancia y ahora busca instalarse en


otros estados. […] Es lamentable la situación que se vive en la enti-
dad, sobre todo porque ya se puede comparar con lo que pasa en
ciudades como Nuevo Laredo y Tijuana”.

Ésta no es una historia de policías y ladrones. Tampoco lo es de poli-


cías corruptos responsables de capturar o enfrentarse a los criminales,
sino de la semilla que se sembró para convertir el territorio mexiquen-
se en tierra narca. La masacre de La Marquesa y el escándalo que le si-
guió, los cuales involucran al prófugo delegado de la PGR, José Man-
zur Ocaña, ponen al descubierto la herencia negra que dejará, a partir
del primer minuto del 16 de septiembre de 2011, el aspirante pre-
sidencial más aventajado del PRI: Enrique Peña Nieto.

20
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 21

Capítulo I
Los procuradores de Peña
en tierra de capos

N L A M A D RU G A DA del viernes 11 de agosto de 2006 fueron

E halladas calcinadas en el municipio de Ecatepec cuatro perso-


nas vinculadas al homicidio de un vendedor de drogas. A dos
de las víctimas les cortaron los genitales y a tres los dedos, y se los me-
tieron en la boca. Los verdugos se tomaron su tiempo para asfixiar a
la mujer que acompañaba a los ejecutados.
Las víctimas se encontraban en el interior de un vehículo abando-
nado en un paraje del Gran Canal, en la colonia Jardines de Casa Nue-
va. Presentaban el impacto preciso de una bala en la cabeza. Al filo de
la una y media de la madrugada de ese viernes, los vecinos de esa zona
aledaña al río de Los Remedios, o Gran Canal, reportaron que un gru-
po de desconocidos le había prendido fuego a un Dodge Stratus, co-
lor vino, con placas de circulación 375SAT del Distrito Federal.
Controlado el incendio, fueron los bomberos quienes se percata-
ron de que en el interior del vehículo estaban los cuerpos calcinados
de las cuatro personas: tres apiladas en la cajuela y una en el asiento
del copiloto. Las víctimas habían sido torturadas y les habían hecho
las mutilaciones antes de asesinarlas. En los siguientes días, tres de los
cadáveres fueron identificados como los de Gerardo Pérez Hernández,
de veinte años de edad; Armando Guillermo Huerta Pérez, de treinta
y uno, y Georgina Alí López Ransel.
Aunque el caso parecía rutinario, en realidad adquirió especial
notoriedad porque constituía un indicador inequívoco del nivel de
violencia alcanzado en el Estado de México con grupos especializa-
dos en matar, es decir, sicarios. Los capos y sus organizaciones die-

21
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 22

ron así una muestra concreta de cómo querían ocupar la entidad y


cómo conservarían la posesión que ya tenían, cuando el atlacomul-
quense Enrique Peña Nieto estaba a un mes de cumplir su primer
año de gobierno.
Desde septiembre de 2005 se había registrado una explosiva con-
solidación de los cárteles del narcotráfico: ejecuciones en las calles de
Toluca y Metepec, de Luvianos e Ixtapan de la Sal; enfrentamientos
entre criminales y policías —o entre criminales y policías criminales—
en Coacalco, Tultitlán, Ciudad Nezahualcóyotl, Atlacomulco, Tejupil-
co y Ecatepec; embolsados, encobijados, secuestros, extorsiones, deca-
pitados, narcomensajes y protección policial a cárteles y a sus perso-
najes, que impusieron una narcocultura muy arraigada en otras zonas
del país.
Desde entonces, Peña Nieto no ha encontrado las fórmulas para
enfrentarse a esta problemática ni mucho menos para detener la espi-
ral de violencia. Por la Procuraduría General de Justicia del Estado de
México (PGJEM) ha hecho pasar a cuatro titulares: Alfonso Navarre-
te Prida, actual diputado federal, al jurista Abel Villicaña Estrada, al
abogado Alberto Bazbaz Sacal y al licenciado Alfredo Castillo Cervan-
tes. A ninguno le ha ido bien. Por eso no es extraño que los escánda-
los en los que se han visto involucrados muestren una política anticri-
men plagada de agujeros sin fondo.
El joven aspirante presidencial se topó con la verdad a finales de
abril de 2010 en los Foros de Reflexión Compromisos por México,
organizados por su gobierno con motivo de los festejos del Bicentena-
rio, cuando el ex secretario general de la Organización de Estados
Americanos (OEA) y ex mandatario colombiano César Gaviria Truji-
llo alertó: “Estoy muy preocupado porque hace poco hablé con algu-
nos de este país y eso me dejó muy en claro que los mexicanos no sa-
ben nada del narcotráfico”. Entre sus comentarios filtró que uno de
esos “algunos” había sido el gobernador mexiquense.
Allí, en el Centro Cultural Mexiquense en Toluca, diplomático,
correcto y quizás sin quererlo, Gaviria le tiró al anfitrión Peña una se-
gunda pedrada que escandalizó y erizó la piel a dirigentes priistas y a
funcionarios públicos estatales: “Los partidos deben saber hacer alian-

22
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 23

zas políticas con otras ideologías y dejar de creer que esto mina su
identidad. Las alianzas siempre serán benéficas para la población”.
Nada de eso se difundió al día siguiente en la información sobre
los Foros. El tema de las alianzas parece que nunca existió en el Es-
tado de México. Tampoco nadie dijo que el incómodo visitante sí sa-
bía de qué hablaba. A aquel ex presidente de Colombia le había toca-
do combatir la que quizá fue la peor escalada narcocriminal en su país
y a los capos más sanguinarios: los extraditables Pablo Escobar Gavi-
ria y El Mexicano Gonzalo Rodríguez Gacha, ambos del Cártel de Me-
dellín, así como a los menos violentos, pero igual de peligrosos, del
Cártel de Cali: los acaudalados hermanos Miguel y Gilberto Rodrí-
guez Orejuela.
A casi un año de los comicios formales para elegir al sucesor de
Peña Nieto, los Foros no incluyeron un espacio para la problemática
criminal del Estado de México. Con semejante omisión y las declara-
ciones de Gaviria Trujillo, los periodistas Miguel Alvarado y Elpidio
Hernández se dieron a la tarea de desentrañar el desempeño público
de los tres hombres de confianza de Peña Nieto en la PGJEM que pre-
cedieron al actual procurador Alfredo Castillo Cervantes.
Alfonso Navarrete Prida llegó a Toluca en 2000 para incorporar-
se al gabinete montielista como subsecretario de Seguridad Pública.
Un escándalo de espionaje político detonado en julio de 2001, que se
disipó bajo su mediación, le valió ese año la designación como procu-
rador. Aunque le precedían señalamientos de venta de plazas en la
PGR, supo mover los hilos de la política local y tejer alianzas hasta lle-
gar a ser unos de los rivales más serios de Enrique Peña Nieto. Sin em-
bargo, su candidatura naufragó en diciembre de 2004 cuando se fue
de la lengua después del asesinato del ingeniero Enrique Eduardo Sa-
linas de Gortari.
Ya gobernador, Peña Nieto aprovechó un vacío legal en septiem-
bre de 2005 y lo ratificó como procurador, pasando por encima de
los diputados de la Legislatura local. Con los alfileres que da el po-
der, lo sostuvo durante cinco meses. La imagen pública de Navarre-
te sufrió un golpe severo porque aprovechó ese tiempo para exonerar
públicamente a su ex jefe Arturo Montiel. Más tarde, Peña lo envió

23
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 24

a la Secretaría de Asuntos Metropolitanos, en la que Navarrete


aguantó hasta el 22 de enero de 2009. Ese año, al PRI estatal llegó
una orden para hacerlo candidato a diputado federal por el distrito
que incluye la exclusiva zona residencial de Interlomas, en el munici-
pio de Huixquilucan.
Antes, durante la segunda semana de febrero de 2006, era de co-
nocimiento público que se alistaba para romper con el grupo Peña-
Montiel y sumarse a la campaña de Roberto Madrazo Pintado. In-
cluso, el 15 de febrero, recogió sus pertenencias y se despidió de sus
más cercanos colaboradores para marcharse “con la conciencia tran-
quila, sin culpas y con la satisfacción del deber cumplido”, bromea-
ba el propio Navarrete. Su salida de la Procuraduría estatal fue un
hecho, pero la ruptura política nunca se concretó y se quedó bajo las
órdenes de Peña.
El 6 de diciembre de 2004, el cuerpo de Enrique Salinas de Gor-
tari, hermano menor del ex presidente Carlos Salinas, se había descu-
bierto precisamente en Huixquilucan. El cadáver tenía una bolsa de
plástico en la cabeza y se hallaba dentro de un automóvil Passat gris
abandonado en la esquina de las calles Contabilidad y Ampliación
Empresarios. Al lugar acudió Navarrete Prida. Asiduo a los reflecto-
res y con aspiraciones políticas, se comprometió a esclarecer “a la bre-
vedad” el crimen e incluso garantizó, en una entrevista para TV Az-
teca, que el caso ‘no quedaría en el olvido ni impune’, que ‘se haría
justicia’.
Luego de las primeras investigaciones sobre el asesinato, Navarre-
te Prida advirtió que ‘sacudiría’ al mundo de la política con los resul-
tados obtenidos, pero el 15 de febrero de 2006 abandonó el cargo sin
sacudir a nadie, como lo había prometido. Su célebre frase se entendió
en los círculos políticos como un recordatorio del ex procurador para
hacer saber que él poseía la verdad y que la revelaría en caso de nece-
sidad personal. El crimen del menor de los Salinas quedó en la im-
punidad, como él lo reconoció, aunque argumentó que un juez federal
había determinado que el caso era de competencia federal y, por lo
tanto, correspondía a las autoridades federales esclarecerlo.
Por otro lado, Navarrete Prida pasará a la historia por ser el pro-

24
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 25

curador que exoneró a Montiel en las investigaciones que se le siguie-


ron por enriquecimiento ilícito. Montiel lo había rescatado del de-
sempleo luego de que a inicios del milenio fuera señalado en un frau-
de derivado de una supuesta venta de plazas en la Procuraduría
General de la República (PGR). Más adelante, a finales de 2005 y
principios de 2006, fue la inexplicable fortuna que amasaron el ex go-
bernador y su parentela la que ocupó las primeras planas de diarios
locales y nacionales.
Para aquellos días, el malogrado precandidato presidencial era
dueño —en sociedad con su esposa Maude Versini— de innumerables
propiedades, algunas en el extranjero, como un lujoso departamento
en París valuado en no menos de diecisiete millones de pesos. Aquel
escándalo le costó a Montiel la candidatura presidencial y una investi-
gación judicial. Los involucrados se tranquilizaron cuando el 13 de
enero de 2006, prácticamente después de haber declarado, Navarrete
sentenció que no había delito que perseguir y envió a la reserva aquel
simulacro de investigación.
Los periodistas Alvarado y Hernández recordaron que después el
ex procurador justificó, como si él hubiera sido el representante legal
de la familia Montiel, que las diferencias entre las declaraciones patri-
moniales que el ex gobernador presentó en 1997 y las que se investi-
garon se debían a que en 1999 Montiel recuperó los dividendos de to-
das las empresas en que participaba; en una entrevista radiofónica,
Navarrete explicó que el tío de Peña Nieto construyó, entre 1995 y
1996, más de tres mil quinientas casas en el valle de Toluca pero que
había retirado sus acciones en la constructora, lo que le representó in-
gresos “muy importantes”. Añadió que Montiel también se retiró de
la empresa Cocinas Quetzal.
El par de temas que dejó en el tintero —Montiel y Salinas— se-
rán una sombra inseparable en la trayectoria del diputado federal Na-
varrete, como quedó de manifiesto en septiembre de 2009 durante la
comparecencia del secretario de Seguridad Pública, Genaro García
Luna, en San Lázaro, cuando panistas y perredistas no desaprovecha-
ron la oportunidad para recordárselo en su cara. Muy sagaz, Navarre-
te Prida repartió culpas. Sobre el asesinato de Enrique Salinas afirmó

25
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 26

que se actuó hasta donde se le permitió y que sus indagaciones apun-


taban a elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), que
en ese tiempo encabezaba García Luna.
Señaló que, cuando se pretendió llamar a declarar a dichos elemen-
tos, a éstos los enviaron a un curso fuera del país, y que cuando se le
pidió a la PGR informar sobre las llamadas realizadas a la casa de En-
rique Salinas, la respuesta de la autoridad federal fue que el “conmu-
tador estaba descompuesto”. Sobre la exoneración de Montiel, argu-
mentó: “Las pruebas que hay en ese expediente tienen que ver con la
Cuenta Pública aprobada por el Congreso del Estado [que], por cier-
to, se aprobó por unanimidad con el concurso de los diputados de Ac-
ción Nacional y no había falla alguna”.
Según Navarrete, se le pidió a la PGR su propia investigación o al-
gún caso contra el ex gobernador Montiel, y “lo único que recibimos
fue un no ejercicio de acción penal”. Remató diciendo que, por más que
hubiera gritos, sombrerazos o escritos, ‘si no había pruebas, porque ése
era un asunto de pruebas, no podía haber consignación’.
Antes de dejar su oficina en la Torre de Morelos (el edificio cen-
tral de la Procuraduría mexiquense), recomendó al jefe del Poder Eje-
cutivo que su sucesor fuera un hombre “decidido, inteligente y con
temple”, y que garantizara la impartición de justicia. Sólo Enrique
Peña sabe si se tomó en cuenta ese consejo, pero éste nombró procu-
rador al jurista Abel Villicaña Estrada, decisión avalada por sesenta y
siete de los setenta y cinco diputados locales.

La gestión de quien fuera presidente del Tribunal Superior de Justi-


cia del Estado de México muy pronto se volvió insostenible en la
Procuraduría y para finales de 2007 su salida era inminente, sólo que
el gobernador Peña Nieto siempre lo respaldó porque Villicaña se
encargó, entre otros asuntos, de consignar los expedientes de los de-
tenidos en el operativo policiaco de San Salvador Atenco de mayo de
2006 y terminó la investigación contra el ex gobernador Montiel, a
quien también exoneró de los delitos de peculado y de enriqueci-
miento ilícito.

26
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 27

Una columna firmada por Julio Aguirre Padilla, publicada en el


diario local Ocho Columnas, dice que Villicaña fue acusado de mantener
nexos con el narcotráfico y recibir costosos regalos, e incluso que fue
cesado por Peña Nieto. Sin embargo, el propio gobernador desmintió
más tarde esas afirmaciones. Luego, Villicaña Estrada se expuso a otro
escándalo similar. Una columna del director del periódico Alfa advir-
tió: “A Miguel Ángel Ocaña Loranca, director de la Policía Judicial
(bajo el mando directo de Villicaña), se le acusó públicamente de reci-
bir dos camionetas BMW de Los Zetas para dejarlos trabajar. El es-
cándalo fue tal que Ocaña tuvo que renunciar, pero no se le inició
[ningún] proceso”.
El 5 de mayo de 2006, en su papel de procurador, Villicaña fue el
encargado de consignar al atenquense Ignacio del Valle (que sería con-
denado a más de cien años de prisión), líder del Frente de Pueblos en
Defensa de la Tierra (FPDT), y a Felipe Álvarez al Juzgado Primero
de Toluca para procesarlos por el delito de secuestro equiparado. En
aquella ocasión, la Procuraduría mexiquense desempolvó el expedien-
te que abrió contra los ejidatarios de San Salvador Atenco por los
acontecimientos del 8 de febrero de ese año, cuando retuvieron al di-
rector de Gobierno en la región oriente del estado, Rosendo Rebolle-
do Montiel.
Pero uno de los pasajes más criticados en la trayectoria del procu-
rador Villicaña se registró cuando su hermano Emmanuel, entonces se-
cretario general del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM),
se vio implicado en actos de corrupción por la adjudicación del con-
trato para la elaboración de los materiales electorales en beneficio de
la empresa Cartonera Plástica. Años después, a Emmanuel le tocó fin-
car responsabilidades administrativas —porque de ahí no pasó el
asunto— a policías que participaron en la violenta represión del mo-
vimiento de San Salvador Atenco, en mayo de 2006, la cual dejó dos
muertos, decenas de heridos y mujeres violadas.
A finales de 2007, panistas y perredistas no perdían oportunidad
para tachar de ineficiente e irresponsable a Villicaña por la exoneración
de Arturo Montiel con “dictámenes que no han convencido a gran
parte de los mexiquenses”. Aquellos ataques tuvieron su efecto: el 11

27
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 28

de marzo de 2008 Villicaña renunció al cargo, aunque antes de aban-


donar su oficina reconoció que dejaba pendientes los feminicidios, que
para esos días eran uno de los mayores lastres de su gestión. De acuer-
do con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, de ene-
ro de 2007 a diciembre de 2009 se documentaron dos mil quince ho-
micidios dolosos contra mujeres y niñas en dieciocho de las treinta y
dos entidades federativas de la República, destacando el Estado de
México con quinientas cincuenta y seis muertes.
Hoy, Villicaña es director de la Escuela Judicial del Estado de
México.

Ese mismo 11 de marzo de 2008, Peña propuso a Alberto Bazbaz


Sacal para ocupar el cargo de procurador y sólo la bancada del Par-
tido de la Revolución Democrática (PRD) refutó el nombramiento.
Transcurridos dos años desde entonces, las sospechas de su honesti-
dad se cernían sobre la figura del joven procurador. En una entrevis-
ta con la revista Proceso, el presidente estatal del PRD, Luis Sánchez
Jiménez, aseguró que el principal padrino y apoyo político de Baz-
baz era el ex presidente Carlos Salinas y citó dos razones: fue defen-
sor de Raúl Salinas y estuvo al pendiente del caso de su asesinado
hermano Enrique. Otras versiones ubican al procurador como un
personaje al servicio del secretario de Agua David Korenfeld y las fa-
milias ricas de Huixquilucan.
Parecía que las cosas no podían ir peor con Villicaña cuando Peña
nombró a Bazbaz, un joven de treinta y cinco años de edad, maestro
en Ciencias Penales por la Universidad Anáhuac, abogado litigante, ca-
tedrático en Derecho Penal y Derecho Procesal, agente del Ministerio
Público en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal
(PGJDF) y director general de Control de Procesos Penales de la PGR
desde septiembre de 2007.
De inmediato fue colocado en el grupo de los verdaderos Golden
Boys. El relevo generacional era inminente. Cuarenta años menor que
su antecesor y con una ficha curricular rica en imagen y amistades,
Bazbaz tendría que enfrentarse a los problemas de la entidad más po-

28
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 29

blada del país: asaltos, violaciones, secuestros, ejecuciones y corrup-


ción. Una entidad propiedad de los cárteles del narcotráfico.
Pero nada cambió. El número de delitos denunciados permaneció
más o menos igual. En 2005 fueron doscientos treinta y cuatro mil
doscientos setenta y cuatro, con Alfonso Navarrete a la cabeza. Para
2006, la cifra aumentó ligeramente a doscientos treinta y cuatro mil
novecientos treinta y cuatro, con Abel Villicaña. En 2007, la situación
empeoró y se disparó a doscientos cincuenta mil seiscientos sesenta y
tres, con el mismo Villicaña. En 2008, ya con Bazbaz, el número se
ubicó en doscientos cincuenta mil, si bien hay que señalar que los he-
chos muestran que de cada cien robos, asaltos o actos violentos, ape-
nas se denuncia el cinco por ciento.
La cadena de pifias y omisiones mantuvo una curva ascendente,
pero el pasaje más crítico se abrió el lunes 22 de marzo de 2010, tras
la denuncia sobre la desaparición de la menor Paulette Gebara Farah.
Por el cuarto de la niña desfilaron familiares, empleadas, amigos, pe-
rros entrenados, peritos, médicos legistas, agentes ministeriales, perio-
distas, directores de Seguridad Pública, abogados, el procurador e in-
cluso el secretario general de Gobierno, Luis Enrique Miranda Nava,
quien llegó ahí para notificar al gobernador lo que acontecía. Nadie
vio nada. En forma extraña, nueve días después apareció milagrosa-
mente el cuerpo sin vida de Paulette, quien sufría una discapacidad
motriz y de lenguaje.
La vorágine informativa atrapó a Bazbaz. Después de revisar el de-
partamento (en el exclusivo y amuralllado sector residencial de Inter-
lomas) y de buscar a la niña incluso con los perros entrenados, afirmó
que se trataba de un asesinato y que el cadáver de la menor estaba de-
saparecido. En el transcurso del miércoles 31 de marzo sentenció:
“No tengo duda que se trata de investigación de un delito de homici-
dio porque su presencia en ese lugar [la del cuerpo] fue provocada evi-
dentemente por alguien más”.
Los enredos y las peripecias ministeriales no pararon ahí y se ex-
tendieron hasta el 29 de marzo, un día antes del macabro hallazgo,
cuando la Procuraduría estatal ordenó el arraigo de los padres y de
las empleadas domésticas debido a inconsistencias en sus declaracio-

29
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 30

nes. Más tarde, a Lizette Farah Simón, madre de la menor, le dieron


el estatus de indiciada; no obstante, luego de unas horas la liberaron,
junto con los demás arraigados. Se ordenó la búsqueda de uno de los
amigos íntimos de la señora, quien acudió voluntariamente a la To-
rre de Morelos en Toluca, pero no hubo personal que recogiera su
testimonio.
Desorientado, con su capacidad y eficacia en entredicho, Bazbaz se
respaldó en “evidencias científicas”, en las procuradurías General de la
República y de Justicia del Distrito Federal, así como en el Buró Fede-
ral de Investigación (FBI) de Estados Unidos, cuyos trabajos pericia-
les, al margen de los resultados y las declaraciones, poco lo ayudaron
a resarcir la maltrecha credibilidad. Antes de renunciar, concluyó que
la muerte de Paulette no fue provocada por terceras personas o algún
factor externo, por lo cual no se iniciaría proceso penal en contra de
alguna persona. Fue, dijo, un accidente involuntario sin responsables.
Y aclaró que el cadáver nunca se movió de la cama. Literalmente, la
niña obró el milagro de invisibilidad.
Durante la segunda semana de abril de 2010, Miguel Alvarado
escribió en Nuestro Tiempo Toluca: “El caso no es ejemplo de la inefica-
cia de la Procuraduría, sino de la unión de los poderosos con la apli-
cación de la justicia. Bazbaz lo sabía cuando aceptó el encargo, pro-
movido precisamente por una importante comunidad de judíos y
libaneses radicada en Interlomas (Huixquilucan) que encuentra cabe-
za visible en David Korenfeld Federman, ex alcalde de aquel lugar y
actual secretario estatal de Agua”.
Una nota que en la edición del 30 de mayo de 2010 publicó Je-
naro Villamil en la revista Proceso da cuenta de las consecuencias: “La
muerte de la niña Paulette le generó la peor crisis de opinión pública
al gobierno de Enrique Peña Nieto, cuya actuación en el caso, de
acuerdo con encuestas de las que Proceso tiene copias, se califica con
ochenta por ciento mal y muy mal. […] La trama de presiones fami-
liares, políticas y empresariales involucra a los dos principales aspi-
rantes a suceder a Peña Nieto en 2011: su primo Alfredo del Mazo
Maza, y su compadre, operador político y secretario general de Go-
bierno, Luis Enrique Miranda Nava. […] Sin embargo, no sólo fue

30
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 31

Miranda el principal interesado en cambiar radicalmente el curso de


las investigaciones de la procuraduría estatal. El alacalde Huixquilu-
can, Alfredo del Mazo Maza, es amigo de Arlette Farah, hermana de
Lizette y una de las principales responsables de que el caso se difun-
diera a través de las redes sociales, además de ser defensora de la ino-
cencia de su hermana”.
Un análisis de la diputación panista local difundido el miércoles 26
de mayo alertó que en el periodo de Bazbaz como procurador el Es-
tado de México alcanzó el primer lugar nacional en secuestros con cien-
to treinta y seis reconocidos, la mayor tasa de feminicidios con quinien-
tos cincuenta y seis, y la más alta posición en robo de autos con
veintisiete mil seiscientos cuerenta y tres.
De acuerdo con los señalamientos de la diputada Mónica Fragoso
Maldonado, tomando como base informes de la Secretaría de Seguri-
dad Pública, durante 2008 en territorio mexiquense se reportó el ma-
yor número de denuncias por extorsión, con once mil trescientas die-
ciocho, y ocupó el primer lugar por extorsiones consumadas.
Aunado a lo anterior estaba el antecedente de que, a finales de
enero de 2010, una columna firmada por el viejo periodista toluque-
ño Mario Alberto Falcón hizo público algo que muy pocos sabían so-
bre la militancia política-partidista del procurador: “La campaña de
afiliación y reafiliación del Partido Acción Nacional ha revelado cues-
tiones interesantes con relación al Estado de México. Tal vez el ‘des-
cubrimiento’ más relevante es la aparición de Alberto Bazbaz Sacal
como miembro adherente en el municipio de Huixquilucan, desde el
11 de febrero de 1998”.
En este 2010, Bazbaz tuvo a su disposición seis millones de pesos
diariamente —es decir, un presupuesto anual de casi dos mil doscien-
tos millones de pesos— para impartir justicia en el territorio mexi-
quense, pero sus resultados fueron nulos. El consuelo para Bazbaz es
que no fue el único procurador que quedó a deber en la impartición
de justicia. Ni fue el único con un rosario de escándalos: Navarrete
pasó a la historia como el procurador al que se le fue entre las manos
el caso del homicidio de Enrique Salinas; Villicaña, por desdeñar, ocul-
tar la represión y encarcelar a los líderes sociales de San Salvador Aten-

31
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 32

co; y Bazbaz, por sus desatinos en el caso de Paulette. Claro, los tres
también serán recordados porque no pudieron frenar la expansión del
narcotráfico.

Peña Nieto ha tenido el mismo problema en la cuestionada Agencia de


Seguridad Estatal (ASE), un cuerpo policial y paramilitar que se ha
utilizado abiertamente para reprimir movimientos sociales y garantizar
la tranquilidad al gobierno. Empezó con un cuestionado Wilfrido Ro-
bledo Madrid, sustituido después por Héctor Jiménez Vaca. Éste abrió
la puerta para la llegada de Germán Garciamoreno, cuyo lugar fue ocu-
pado en 2009 por David Garay Maldonado.
Nacida oficialmente el jueves 2 de febrero de 2006 por un acuer-
do de Peña Nieto, la ASE se hizo célebre en el país cuando el 3 y el 4
de mayo de ese año encabezó el operativo que dejó a San Salvador
Atenco sumido en el estupor. Con un cuerpo integrado por veintio-
cho mil policías, la ASE permanece a pesar de haber violado la ley y
tomarse facultades que competen a la autoridad ministerial.
La situación de la agencia es tan disparatada que un licenciado en
Administración Escolar es jefe de la Unidad de Análisis Criminal; un
pasante de Derecho, subdirector de Análisis Delincuencial; una licen-
ciada en Relaciones Internacionales, jefa del Departamento de Delitos
de Alto Impacto, y un ex reportero y ex vocero en varias dependencias,
subdirector de Escenarios Emergentes.
Con tales antecedentes, la violencia generada por los grupos delicti-
vos organizados era previsible. Se remonta a principios de la década de
1990, cuando el gobierno federal terminó y puso en operación el pri-
mer penal federal de máxima seguridad, que se conocería como Almo-
loya de Juárez, más tarde como La Palma y luego como El Altiplano.
La primera oleada de criminales y otros presos llegó a las celdas de
Almoloya el 25 de noviembre de 1991: asesinos, secuestradores, nar-
cotraficantes capos y algunos clasificados por los gobiernos del PRI
como terroristas o “sujetos extremistas” —era el caso del Alma Grande
Isaac Garay, calificado como asesino de sangre fría, experto en explo-
sivos y militante de la Liga 23 de Septiembre—.

32
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 33

Ello quedó puntualmente asentado en los registros de Juan Pablo


de Tavira, quien fue el primer director general del penal y años después
sufriría una serie de atentados (incluido, se sospechó, un envene-
namiento), los cuales culminaron una tarde, a las siete y media, en el
comedor del Centro de Extensión Universitaria de la Universidad Au-
tónoma de Hidalgo, cuando un sicario le arrebató la vida disparándo-
le cuatro tiros por la espalda.
A principios de 1992 llegaron a Almoloya, precedidos de fama ne-
gra, los capos, hoy conocidos como los “abuelos del narcotráfico”: El
Vampiro Miguel Ángel Félix Gallardo —llamado El Huarache por sus
amigos y socios—, Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo
—Don Neto, tío de Amado (El Señor de los Cielos), Cipriano, Vicente y
Rodolfo Carrillo Fuentes—, el cubano Alberto Sicilia Falcón y el caí-
do comandante federal y homicida Miguel Aldana Ibarra. Luego lle-
garían otros reos igual de peligrosos: Daniel Arizmendi López, secues-
trador conocido más por su mote de El Mochaorejas, y los célebres Mario
Aburto Martínez —el michoacano asesino del candidato presidencial
Luis Donaldo Colosio Murrieta— y Raúl Salinas de Gortari.
Habitantes de los municipios aledaños —Metepec, Toluca y Zi-
nacantepec, así como de otros un poco más alejados, pero más cerca-
nos a la Ciudad de México: Huixquilucan o Coacalco, y Valle de Bra-
vo en la zona sur— vieron con preocupación y recelo el arribo de sus
nuevos vecinos. Entendían de alguna manera que la economía regional
y la manifestación habitual de la violencia del fuero común sufrirían
cambios y afectaciones que, al menos en esos momentos, eran difíciles
de predecir. Silenciados por gobiernos priistas que controlaban todo,
esos mexiquenses callaron.
Inexorablemente, el crimen creció en la convivencia con los inde-
seados vecinos. La presencia de los sicarios, palabra que no ha servido
para ocultar el más crudo calificativo de asesino a sueldo, se hizo re-
currente en informaciones de la prensa, aunque la economía de algu-
nas poblaciones registró una bonanza espectacular. La violencia cruel
se volvió asunto cotidiano para los mexiquenses.
En mayo de 2008, el periodista toluqueño Agustín Germán
Márquez preparó para el diario Alfa un análisis con estadísticas de la

33
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 34

PGJEM, cuyos resultados sorprendieron al mismo gobierno: “Du-


rante los últimos cinco años se han cometido más de un millón dos-
cientos veinte mil ciento cuarenta y dos delitos, o un promedio de
seiscientos treinta y siete por día, un crimen cada dos minutos en
promedio”.
De acuerdo con esos resultados, “en el periodo comprendido de
2003 al primer trimestre de 2008 se denunciaron cuatrocientos trein-
ta y un mil cuatrocientos sesenta y seis robos; veintisiete mil doscien-
tos ochenta y siete homicidios; trece mil cuatrocientos cincuenta y seis
violaciones y doscientos dieciséis secuestros”, entre otros, “y ésos son
sólo los que se denunciaron; faltaría por saber la cifra de aquéllos no
reportados”.
Las proyecciones más confiables estiman que el Estado de México
tuvo en 2005 un subregistro de dos millones de delitos. El diputado
local Carlos Alberto Pérez Cuevas, presidente de la Comisión de Pro-
curación y Administración de Justicia, le aseveró al periodista: “El es-
quema de la delincuencia ya rebasa a las autoridades”.
La cifra negra (delitos no denunciados) en el Estado de México
está en alrededor de ochenta y cinco por ciento, según la Sexta Encues-
ta Nacional Sobre Inseguridad, que en octubre de 2009 hizo pública
el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre Inseguridad (ICESI).
Germán desmenuzó también reportes de la ASE y encontró que
“los delitos de alto impacto, como son secuestro, homicidio y viola-
ción, se incrementaron en casi veintiuno por ciento en el periodo com-
prendido del 2005 a 2007. […] En materia de secuestro, de acuerdo
con la dependencia, el porcentaje se incrementó en casi veintiuno y
medio por ciento entre 2005 y 2007, con ciento cuarenta casos en to-
tal. […] Y el homicidio aumentó [cerca de] veintitrés por ciento, ya
que en el 2005 se reportaron cinco mil ciento ocho casos, contra dos
mil trescientos sesenta y cinco denuncias de 2006 y seis mil doscien-
tos setenta y cuatro en 2007”. Por si algo le faltara, entre 2006 y 2007
se reportaron doscientos noventa y nueve homicidios dolosos de mu-
jeres, un aumento de casi diecisiete por ciento.
En 2010, cuando a Peña Nieto le queda un año en la gubernatu-
ra, la Secretaría de Gobernación ha publicado en el Diario Oficial de la

34
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 35

Federación una lista con los doscientos seis municipios de mayor peli-
grosidad en el país por su nivel de violencia. Incluyó a veintidós mu-
nicipios mexiquenses acreedores a un subsidio especial para el comba-
te a la inseguridad, entre los que destacaron los millonarios Metepec
y Huixquilucan, la capital Toluca, Coacalco de Berriozábal (el décimo
mejor municipio para vivir en México) y Ecatepec.
Ello ratificó una situación que se presentó dos años atrás: el miér-
coles 16 de enero de 2008, el Diario Oficial dio a conocer que, por pri-
mera vez en la historia de los ayuntamientos, el gobierno federal des-
tinaría una partida directa de tres mil quinientos ochenta y nueve
millones de pesos para distribuir directamente a los ciento cincuenta
municipios más violentos del país, tomando en cuenta la población
penitenciaria, el número de habitantes y el índice de criminalidad. Del
Estado de México se incluyeron dieciocho —o doce por ciento del to-
tal—, entre ellos Ecatepec, Ciudad Nezahualcóyotl, Naucalpan, Tolu-
ca, Tlalnepantla, Tultitlán, Texcoco, Huixquilucan, Coacalco y Atiza-
pán. El secretario de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara
de Diputados, Édgar Olvera Higuera, advirtió entonces que los ayun-
tamientos destinarían veinte por ciento de ese subsidio especial para el
combate al narcomenudeo.
Legislador federal por Naucalpan, Olvera Higuera resaltó que el
número de homicidios dolosos o con violencia en el Estado de Méxi-
co, en 2007, fue de dieciocho por cada cien mil habitantes, arriba de
la media nacional. La entidad ocupó el segundo lugar en materia de se-
cuestros, con setenta y cinco denunciados; el cuarto en muertes vio-
lentas, apenas por debajo de Guerrero, Oaxaca y Sinaloa. En suelo me-
xiquense se reportó uno de cada seis delitos perpetrados en el país.
La referida Sexta Encuesta Nacional Sobre Inseguridad reveló que
el número de víctimas por cada cien mil habitantes se ubicaba en diez
mil doscientas. Arriba sólo aparecía el Distrito Federal, pero la media
nacional estaba en siete mil quinientas.
Además, setenta y seis por ciento de los mexiquenses mayores de
dieciocho años consideraban que su estado era inseguro, cifra que se
hallaba once por ciento arriba de la media nacional. El Estado de Mé-
xico ocupó el tercer lugar en este rubro, pero en robo a mano armada

35
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 36

subió al primero, superando en cinco puntos porcentuales a la capital


mexicana y en diecinueve a la media nacional.
En los municipios fronterizos con el Distrito Federal, la tasa de
delitos por cada cien mil habitantes se ubicó en diecinueve mil sete-
cientos, siete mil doscientos arriba del promedio. Y en robo a mano
armada ocuparon el segundo lugar, apenas debajo de Acapulco.
En ocasiones da la impresión de que la entidad se hundió en el
caos, con especial crudeza en ciertas zonas, mientras la mercadotecnia
política encuentra novedosas formas de posicionar a su gobernador
como candidato presidencial, entre ellas, relieves o “estampitas” simi-
lares a las de San Judas Tadeo o a las del revolucionario Emiliano Za-
pata. En ellas se considera a Peña Nieto como el candidato natural del
PRI a la Presidencia en 2012 y se le califica como “el gobernador más
popular del país”. Antes de concluir 2009, se puso en circulación una
segunda edición corregida y aumentada de sus estampas biográficas.

Para 2007, en el segundo año de gobierno de Peña Nieto, en el Esta-


do de México operaban al menos diez mil negocios, simulados como
tienditas o pequeñas misceláneas (contra las seis mil de 2003), en las
que se expendía todo tipo de drogas, principalmente cocaína, cocaína
en piedra, marihuana y metanfetaminas.
En 2005, declarada la guerra en la que se hace sentir que un día
vale la vida y al otro no, la delincuencia organizada puso en marcha
una nueva campaña para territorializar el Estado de México. La san-
gre derramada por las manifestaciones criminales —tráfico de armas,
enfrentamientos, asesinatos, levantones y narcomensajes con que se fir-
man las ejecuciones— prueba que en suelo mexiquense están presen-
tes Los Zetas, La Familia, los cárteles de Sinaloa, del Golfo, los Bel-
trán Leyva y Los Pelones, y que intermitentemente aparecen
personajes como Juan José Esparragoza Moreno, El Azul. En una fran-
ca y abierta batalla campal, esos grupos criminales se expanden en la
entidad, que hasta septiembre de 2005 estuvo bajo el dominio del
Cártel de Sinaloa, de Joaquín El Chapo Guzmán Loera y de Los Zetas.
La lucha por la plaza es encarnizada en las demarcaciones del sur

36
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 37

—frontera con los estados de Guerrero y Michoacán, la llamada re-


gión de Tierra Caliente o Triángulo de la Brecha— y el valle de Méxi-
co, aunque la capital mexiquense con los municipios contiguos no ha
quedado exenta de la crueldad de la disputa.
Enclavado en el sur, Luvianos ha sido uno de los más castigados
por la pobreza y por el crimen organizado. Los sicarios y los encar-
gados de las plazas se han convertido en amos y señores de la región
—representan, dicen ellos, “el verdadero gobierno”—, al grado que en
la toma de posesión del alcalde Zeferino Cabrera nadie quiso hacerse
cargo de la Dirección de Seguridad Pública y el puesto sigue acéfalo.
La presencia del crimen organizado en el estado no es nueva. En el
sexenio anterior —cuando Peña Nieto sirvió como subsecretario, secre-
tario de Estado, diputado local, presidente de la Legislatura y se presen-
tó como candidato a gobernador impuesto por Montiel— se convirtió
en hogar de los capos y los matones más sanguinarios.
El Chapo Guzmán acaparó la atención de los medios. Su estancia en
la exclusiva zona residencial Condado de Sayavedra, en Atizapán de
Zaragoza, luego de su fuga del penal de Puente Grande en 2001, se
documentó en la revista Proceso y en el periódico Alfa que se edita en la
capital mexiquense. Más tarde se seguirían los pasos de este capo de
capos a la pacífica, exclusiva e impenetrable zona residencial de Valle
de Bravo.
Integrantes del cártel de los hermanos Beltrán Leyva también se
asentaron en territorio mexiquense. En 2006 y 2007, agentes de inte-
ligencia de la PGR se dieron a la tarea de documentar la presencia de
Héctor y Arturo Beltrán Leyva. Al primero lo siguieron hasta una de sus
mansiones en la exclusiva área de Interlomas, en Huixquilucan. Luego
le perdieron la pista, pero tuvieron tiempo suficiente para acreditar la
presencia de la familia del capo —incluida su esposa Clara Laborín,
en Cerrada de La Loma, en Lomas Anáhuac— y descubrir la logística,
controlada por Armando Ortiz y Álvaro Romero, desde su traslado de
Sonora.
Se reforzaron los patrullajes y se intensificó la vigilancia, pero, sin
resultados concretos, la PGR se perdió, mientras Arturo El H y Héc-
tor El Barbas tejían amplias redes de complicidad a través de sobornos

37
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 38

y compra de jefes policiacos municipales. Se hicieron acompañar de al-


gunos de sus matones y, sin restricciones, operaron en la clandestini-
dad. Su embate fue implacable y violento. En 2007, la PGR y la Po-
licía Federal ubicaron casas de seguridad en Huixquilucan, Naucalpan
y Valle de Bravo.
“Dispuestos a tomar la plaza”, señaló Proceso, “trazaron sus rutas
de trasiego y crearon el corredor Tecamachalco-Naucalpan-Huixqui-
lucan, cerca de unas fastuosas instalaciones militares que, lejos de in-
comodarlos, les dieron seguridad. Los hermanos Beltrán Leyva llega-
ron a considerar que su radio territorial estaba seguro.” Desde allí,
agregó, se lanzaron a la conquista de los estados vecinos de Morelos y
Guerrero.
En el Estado de México también tenían presencia intermitente
Gerónimo Gámez García, primo, operador logístico y agente financie-
ro de los Beltrán Leyva, y el sudamericano Pablo Emilio Robles Ho-
yos, El Chaparrito, representante en México del colombiano Cártel del
Valle del Norte. Ambos fueron sorprendidos con un millón de dóla-
res en efectivo haciendo negocios en Naucalpan.
Otro que se paseó casi a sus anchas por territorio mexiquense fue
el veracruzano José Filiberto Parra Ramos, La Perra, lugarteniente y
uno de los principales operadores de Teodoro García Simental, El Teo,
pero que en los inicios de su carrera delictiva fue sicario al servicio de
los Arellano Félix y estuvo encargado de la comisión de secuestros en
Tijuana. En su momento uno de los criminales más buscados por la
DEA, La Perra se refugió por un tiempo en Metepec.
En julio de 2008 fue de compras al centro comercial Pabellón Me-
tepec. Esta visita habría pasado inadvertida si no lo hubiera delatado
un enfrentamiento con pistoleros de una célula ambulante de La Fa-
milia. Aquella noche del miércoles 1 de julio, en el estacionamiento del
Pabellón, se reportó una balacera en la cual Parra Ramos recibió un
tiro en la pierna derecha. Herido, huyó mientras sus guardaespaldas se
enfrentaban a los sicarios. De estos últimos fueron capturados, en el
barrio San Miguel Totocuitlapilco (Metepec), Federico Ruiz Gutié-
rrez (de Apatzingán), el ex soldado Luis Alberto Vera García (de Pátz-
cuaro) y Miguel Ángel Álvarez Chávez (de Morelia), quienes confir-

38
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 39

maron que su objetivo era La Perra. Los tres llevaban diez días siguién-
dole las huellas, hasta que lo localizaron en Metepec.
De regreso a Tijuana, Parra cometió una serie de errores —el prin-
cipal: volver—, y el 10 de junio de 2009 fue capturado cuando, con-
fiado, se ejercitaba en un conocido gimnasio de aquella ciudad fronte-
riza con San Ysidro, California.
La Muñeca Güera o La Barbie, como es conocido el matón Édgar Val-
dez Villarreal, también se instaló cómodamente en Interlomas, aunque
se sabe que en 2005 estuvo alternadamente en Toluca y en Metepec.
Todavía vecinos de la zona de Interlomas recuerdan la cabellera dora-
da, la piel muy clara y los ojos azules de Valdez Villarreal, quien con-
troló durante mucho tiempo a la policía de Huixquilucan, por lo que
se le conoce además con el mote de El Comandante.

EL REPARTO

Comandos armados de la ASE vigilan la entidad, pero tienen objeti-


vos específicos para no meterse en problemas. Uno de ellos es, por
ejemplo, la Ciudad Típica de Metepec, donde el sábado 11 de octu-
bre de 2008 los helicópteros de la corporación sobrevolaron a baja al-
tura los exclusivísimos fraccionamientos privados y las colonias popu-
lares de aquel municipio.
Al mediodía entraron en acción. Un francotirador, con un arma
larga en posición de disparo, viajaba fuera de la cabina de una de las
aeronaves, en busca de sospechosos. La colonia Infonavit San Gabriel
fue tomada, al mismo tiempo, por un grupo de policías que se apos-
taron en calles y callejones mientras duraba el operativo.
No fue ésa la primera vez que los cuerpos de seguridad visitaban el
lugar; desde cuatro años atrás, grupos militares cateaban casas en busca
de narcotraficantes. Sin embargo, la presencia policiaca en ayuntamien-
tos y alrededor del gobernador Peña Nieto se había incrementado a par-
tir del sábado 4 de octubre de 2008, a raíz del asesinato del alcalde de
Ixtapan de la Sal, Salvador Christopher Vergara Cruz, perpetrado por
una célula de La Familia, enfrentada con la autoridad municipal.

39
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 40

Sobrino del ex director general de Servicios Periciales de la PGJEM


y ex secretario estatal del Trabajo, Ignacio Rubí Salazar —que favore-
ció negocios de los grandes empresarios hoteleros de la región, como
la familia San Román—, Vergara Cruz era amigo personal de Peña
Nieto; de hecho, éste fungió como testigo de honor en la boda civil
del presidente municipal en 2007. Ixtapan no sólo es atractivo por su
clima templado y aguas termales, sino que es lugar de descanso de po-
líticos como Peña y Arturo Montiel, de acaudalados comerciantes y de
conocidos empresarios.
En aquel octubre de 2008, un mapeo del territorio estatal, elabo-
rado por reporteros y editores de Nuestro Tiempo Toluca, confirmó que
hubo ejecuciones de todo tipo en veintinueve de ciento veinticinco
municipios y que ocurrían en zonas perfectamente definidas. Para ese
año se habían reportado ciento cincuenta ejecuciones, la matanza de
La Marquesa, al menos veinte levantones y setenta y cuatro secuestros.
En su edición del martes 14 de octubre de ese año, el rotativo ca-
pitalino El Universal publicó: “Fuentes del gobierno mexiquense revela-
ron que este nuevo escenario sólo se explica de una forma: la plaza fue
vendida por altos mandos operativos a dos cárteles distintos que se
disputan el control y la irrupción de un tercero que busca su tajada del
pastel, La Familia. […] El proceso de venta del territorio por parte de
autoridades corrompidas se inició hace dos años. […] También desta-
caron al menos veinticinco municipios controlados por los cárteles, que
presumiblemente operan detrás de una intrincada red de complicidades
oficiales, las cuales, ya inmersas en esta batalla campal, participan direc-
ta o indirectamente con pitazos eventuales —en detenciones, ejecucio-
nes y emboscadas, como la que se fraguó contra Vergara Cruz y traicio-
nes a uno y otro bando— con los que ‘firmaron’ la transacción”.
Unos meses antes, el jueves 6 de marzo de 2008, la prensa en To-
luca reprodujo declaraciones del entonces procurador general de Justi-
cia, Abel Villicaña Estrada, en las que admitió que por lo menos cin-
co cárteles de la droga operaban en territorio estatal; señaló que dichas
organizaciones se habían dividido la región para el transporte, la dis-
tribución y la venta de drogas, pero dejó cualquier investigación o ac-
ción en manos de la PGR.

40
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 41

En la ley del silencio, lo que no se dice es lo que cuenta. Con ese


número e hilando ejecuciones, el funcionario dio pie para sacar con-
clusiones. Se supuso entonces que se refería a los cárteles de Los Ze-
tas, del Golfo, de Sinaloa, La Familia Michoacana y de Juárez —este
último en el valle de México—, los cuales, desde 2005 (aunque La Fa-
milia llegó un poco después), con el ascenso de Peña al poder, se en-
frascaron en una guerra de exterminio. Villicaña siempre parecía sen-
tirse incómodo con el tema de la delincuencia organizada, pero aun así
soltó algunas perlas, como la del 18 de septiembre de 2007: ante las
Comisiones de Procuración de Justicia y Seguridad Pública en la Cá-
mara de Diputados local reconoció que en la colindancia con Guerre-
ro y Michoacán se daba la renta de sicarios.
Y sí, en el mutismo oficial, los hechos hablan de más: el crimen ha
cobrado la vida de tres personajes cercanos al gobernador Peña Nieto
(además de los homicidios emblemáticos del alcalde de Ixtapan de la
Sal y de los cuatro guardaespaldas de los hijos de la familia Peña Pre-
telini en el puerto de Veracruz; este último caso tuvo más implicacio-
nes políticas relacionadas con una rara enfermedad y la muerte poste-
rior de Mónica Pretelini Sáenz, esposa del gobernador). La primera
fue la muerte violenta del director operativo de la Policía Ministerial
mexiquense, Arturo Cuitláhuac Ortiz Lugo —primo en segundo gra-
do de Peña Nieto—, en un extraño accidente automovilístico en las
cercanías de Atlacomulco; la segunda, la ejecución de Braulio Nicolás
Hernández Zúñiga, escolta de Ortiz Lugo, y la tercera, la del empre-
sario transportista Óscar Santana Gil, hombre muy cercano a David
Korenfeld Federman, secretario del Agua y Obra Pública del gobierno
peñista y ex alcalde de Huixquilucan.
Entregados a una guerra callejera, al parecer los cárteles no quie-
ren guardarse ningún secreto. La historia de las ejecuciones, sumadas a
las declaraciones de testigos protegidos e indagaciones de agentes fe-
derales, revela que La Familia controla todo el valle de Toluca: de Me-
tepec a Toluca, Lerma, Santiago Tianguistenco, Zinacantepec, Capúl-
huac, San Mateo Atenco, Xonacatlán, Ocoyoacac, Tenango del Valle,
Almoloya de Juárez y Tenancingo… En total, veinticinco municipios.
En el sur, su guarida natural —Luvianos, Valle de Bravo, Tlatla-

41
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 42

ya, Tejupilco, Amatepec, Sultepec, Zacazonapan o Temascaltepec,


colindantes algunos con municipios guerrerenses y michoacanos—,
La Familia libra una batalla especial con Los Zetas, Los Pelones y
los cárteles de Sinaloa y del Golfo. Y en la zona metropolitana de la
Ciudad de México tiene una presencia significativa en Naucalpan,
Tlalnepantla y Atizapán (reducto Zeta), e intenta arrebatar Huix-
quilucan a los hermanos Beltrán Leyva. Al occidente se concentra en
Ixtlahuaca y pelea Atlacomulco, tierra de seis gobernadores, a célu-
las de El Azul.
La delación de malhechores permite establecer que, aprovechando
la debilidad estructural (lo cual incluye bajos salarios que propician la
compra de conciencias a través de la corrupción) o la nula presencia
de la autoridad estatal, los operadores del narcotráfico y sus pistoleros
han diversificado sus ocupaciones criminales y delincuenciales tradi-
cionales para operar como mafias neoyorquinas.
En efecto, los cárteles tienen bien estudiadas a dichas mafias y, se-
gún parece, pretenden funcionar como ellas. Por eso controlan activi-
dades menos peligrosas, pero igualmente redituables: venta de protec-
ción, robo al transporte de carga, extorsiones, piratería (audiovisual,
discográfica, de ropa y calzado), cobro de derecho de piso a empresa-
rios de giros negros —table dances, casas de citas y de masajes, bares,
cantinas y cantinas con venta de drogas—, trata de blancas, prostitu-
ción y paso de indocumentados, o “la cuenta del pollo”, sobre todo
centroamericanos.
Inserta en la sociedad mexiquense, a partir de 2005 la presencia de
los cárteles se volvió más concreta y tangible. Ya no usaron al territorio
de la entidad sólo como un cruce obligado. Trasladaron ahí sus opera-
ciones, crearon nuevas células y se quedaron. Metieron al estado —cuyo
gobierno al finalizar el sexenio de Peña habrá ejercido un presupuesto
cercano al billón de pesos— en la llamada narcoglobalización.
Eso sorprende a muy pocos en el Estado de México. Se conoce la
influencia del Cártel del Golfo y de Los Zetas en el área metropolita-
na del valle de México. Con la presencia que ya tenían en municipios
de Tierra Caliente de Michoacán y Guerrero, se les hizo natural posi-
cionarse en algunos del sur mexiquense. Y por el poder adquisitivo de

42
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 43

la zona metropolitana de la Ciudad de México —con un mercado su-


perior a quince millones de personas—, el gran movimiento financie-
ro y bancario, las rutas carreteras, además del aeropuerto con sus adua-
nas, llegaron a la zona nororiente: Ecatepec, la populosa Ciudad
Nezahualcóyotl, Tultitlán, Ixtapaluca, Chimalhuacán, Chalco, Valle de
Chalco y Los Reyes la Paz.
Por esas mismas razones, pero sacando provecho de la falta de una
estrategia anticrimen en el gobierno de Peña Nieto, aparte de la esca-
sa estructura y cultura para combatir al crimen organizado, resultó ló-
gica la expansión de El Chapo Guzmán Loera hacia el norponiente, con
su Cártel de Sinaloa e Ismael El Mayo Zambada. Apoyado por El Mayo,
este cártel y sus pelones llegaron a las zonas adineradas de Naucalpan
y Huixquilucan, para luego abarcar Tlalnepantla, Ecatepec, Ocoyoa-
cac y Toluca.
Su presencia en municipios guerrerenses de Tierra Caliente y co-
nocimiento previo de la zona le abrieron a El Chapo las puertas de Lu-
vianos, Tejupilco, Tlatlaya y Amatepec, donde se enfrascó en una san-
grienta pugna con Los Zetas y La Familia Michoacana. Aunque esta
última llegó más tarde, fue normal su interés expansionista hacia tales
municipios. Y esas dos organizaciones pelean Valle de Bravo e Ixtapan
de la Sal.
Enclavados en el llamado Triángulo de la Brecha de Tierra Calien-
te (zona productora de marihuana y amapola), los municipios pobres
del sur son muy codiciados porque, cruzando hacia Michoacán y Gue-
rrero, se encuentran los mayores laboratorios de drogas y hay caminos
poco vigilados (brecha y terracería) para acceder como ruta alterna, si
bien larga, al puerto de Lázaro Cárdenas, por donde entran precurso-
res para procesar drogas sintéticas, así como cocaína y cocaína crista-
lizada. Allí se empatan carreteras directas a Morelia, y a los estados de
Jalisco y Colima. Con un tráfico de dos mil contenedores por día, Lá-
zaro Cárdenas también es puerta de entrada de cocaína colombiana.
En Ecatepec, Naucalpan, Tlalnepantla, Coacalco, Atizapán de Za-
ragoza, Tultitlán, Ecatepec y Cuautitlán Izcalli, municipios ubicados
en la zona norte del Estado de México, vecinos del Distrito Federal,
las organizaciones criminales mantienen un flujo permanente de nue-

43
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 44

vos cuadros para sustituir las bajas derivadas de los ajustes de cuentas,
las ejecuciones entre grupos rivales y los muertos en enfrentamientos
con las autoridades.

O SCURO ESCENARIO

La atroz violencia que arrojan las guerras es una estadística más. Por
ejemplo, a las ejecuciones de 2009 —incluidas las de veinticinco po-
licías de diferentes corporaciones— se sumaron once decapitados y
treinta y un narcomensajes dejados junto a los cuerpos. Y el secuestro
aparece como otra herramienta de criminales que se saben intocables:
aquel año se reportaron al menos ciento dieciséis, cifra similar a la de
2008. A finales de noviembre de 2009, un cuestionado procurador se
vio obligado a reconocer la gravedad del problema y declaró: “En el
oriente del estado tuvimos muchos secuestros el año pasado, y a prin-
cipios de éste, relacionados con organizaciones delictivas que se ponen
nombre. […] Los grupos de delincuencia organizada están dejando de
hacer esa rutina de secuestros con rescates de montos pequeños. […]
Estamos regresando al tema más delicado, cambia la operación y cam-
bia la estrategia policial, a ellos se les cierra un camino y se abren otros,
veo otra vez las bandas de personas vinculadas con cuerpos de seguri-
dad; lo que pasó con el tema de Fernando Martí me inquieta que pue-
da regresar”. Como signo ominoso, Bazbaz vaticinó que en 2010 ha-
bría más plagios de los llamados de alto impacto.
En el ánimo de esa violencia, un grupo de sicarios dio cuenta de
la presencia concreta de La Familia —cuya aparición oficial en la en-
tidad se marca en noviembre de 2006 para consolidarse en 2007,
aunque sus acciones pueden rastrearse hasta 2005— y del significa-
do de la palabra alto impacto: la madrugada del viernes 24 de octu-
bre de 2008, un policía localizó en el área de estacionamiento de la
sede de la Procuraduría mexiquense en Cuautitlán una caja de cartón
con un macabro regalo para las autoridades: la cabeza aún sangrante
de un hombre decapitado. Y, al lado de la caja, un papel con un men-
saje escrito: “Ahí les dejo esta cabecita, así van a quedar todos… que

44
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 45

andan con La Familia y policías judiciales. PD sigues tú Pepón, Abuelo


y todos los michoacanos”.
Una semana después, cuando todavía no se digería el mensaje, del
viernes 31 de octubre al domingo 2 de noviembre se suscitaron hechos
que obligaron a Bazbaz a informar que once agentes de la policía ha-
bían sido ejecutados a tiros en media decena de ataques atribuidos a
grupos de asesinos a sueldo de bandas de narcotraficantes. Diez sos-
pechosos de pertenecer a esas bandas fueron capturados en relación
con los asesinatos, reportados principalmente en autopistas y en pues-
tos de control policial en el estado, aunque, para Bazbaz, los ataques
fueron perpetrados por traficantes de bajo nivel, no por algún cártel
de drogas.
El Estado de México ha quedado atrapado en una confrontación
que, de manera inextricable, propició que en regiones del sur se haya
creado un poder alterno: la propia delincuencia, con municipios “en
donde las mujeres golpeadas ya no van a ver al presidente municipal,
ya van con la delincuencia organizada para que le ponga quieto al es-
poso golpeador”, alertó el vicecoordinador de la bancada del PRD en
la Legislatura local, Víctor Manuel Bautista López. “Quien pone or-
den y garantiza la estabilidad ya no es la presidencia municipal, sino
poderes alternos; está comprobado en el sur del estado, el valle de To-
luca y valle de México”, precisó el legislador en declaraciones de pren-
sa, en Ciudad Nezahualcóyotl, el jueves 14 de enero de 2010.
El narcotráfico y sus guerras consolidaron dos viejos oficios: el de
secuestrador y el de sicario, verdugos que vengan con la muerte cual-
quier intento por interrumpir las labores y la sólida expansión crimi-
nal. En un pueblo cualquiera es común que los padres vean formar a
sus hijos como bandoleros. “Las organizaciones delictivas están pi-
diendo a los alcaldes plazas dentro de las administraciones y protec-
ción policiaca para que operen sin restricción alguna”, alertó Bautista.
La situación parece fuera de control, ya que los AK-47, los AR-
15, las granadas de mano encontraron un nuevo santuario en suelo
mexiquense. Niños y adolescentes de municipios como Tejupilco,
Metepec, San Mateo Atenco, Cuautitlán Izcalli, Tlalnepantla o Eca-
tepec han encontrado un nuevo pasatiempo: echarse al hombro su

45
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 46

“matapolicías” de juguete. La violencia se ve cada vez más como algo


normal.
A los adolescentes ni siquiera les impresiona que de 2000 a 2009
en Toluca hayan sido asesinados siete penalistas, defensores de algunos
personajes de la delincuencia organizada. El caso más reciente ocurrió
en la última semana de agosto de 2009 y se trató del regiomontano
Américo Delgado de la Peña, experto en Ciencias Penales. Los verdu-
gos entraron a su domicilio, en el número veintisiete de la calle de Va-
lladolid, una privada del fraccionamiento Villas Fontana, sin que nadie
se extrañara, no obstante que el lugar cuenta con guardia de seguridad
y acceso controlado. Al jurista lo acompañaba su secretaria, a quien
ataron a una silla y probablemente presenció la ejecución.
El cuerpo de la víctima se encontraba boca abajo en una de las ha-
bitaciones del inmueble que le servía como estudio. Del hecho sola-
mente queda la averiguación previa TOL/AC1/II/1381/2009, iniciada
por el delito de homicidio en contra de quien resulte responsable, y un
escueto comunicado en el que se señala que el penalista murió a con-
secuencia de las heridas producidas por un arma punzocortante en
cuello y cuerpo. La Fiscalía General de Asuntos Especiales integró la
averiguación FGAE/FAE/076/09.
Delgado de la Peña era defensor del narcotraficante Benjamín Are-
llano Félix, y a lo largo de su carrera también lo había sido de Osiel
Cárdenas Guillén, ex cabecilla del Cártel del Golfo; los hermanos
Amezcua Contreras, los reyes de las metanfetaminas; Gilberto García
Mena, El June, del Cártel del Golfo; Miguel Ángel Trillo; Juan Gar-
cía Ábrego, capo del Cártel del Golfo deportado a Estados Unidos;
Alfredo Beltrán Leyva y Eduardo Arellano Félix.
Otra víctima de la guerra entre los cárteles del narcotráfico fue el
tamaulipeco Leonardo Oceguera Jiménez, abogado defensor común
de los capos Osiel Cárdenas Guillén, Benjamín Arellano Félix y Artu-
ro Martínez Herrera, El Texas. La noche del 20 de enero de 2005, Oce-
guera fue asesinado de cinco balazos (uno de ellos en la cabeza, cuan-
do ya estaba en el suelo) cuando caminaba por una avenida en la
colonia Científicos, de Toluca. Días antes, en ese mismo mes, acompa-
ñado por esposas de algunos capos, había encabezado una protesta de

46
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 47

familiares de reos frente al penal de máxima seguridad de La Palma. Y


también días antes, la PGR había comunicado que se investigaba una
red de abogados que presuntamente operaban como “correos” de je-
fes del narcotráfico.
Previamente habían sido asesinados los penalistas Edna Martínez,
del equipo de la defensa de Jesús Labra, El Chuy; Francisco José Flores
Iruegas, defensor de Gilberto García Mena, El June, y Eugenio Zafra
García, abogado de presuntos cabecillas del Cártel de Tijuana y ulti-
mado en Toluca. La ejecución de Zafra García en julio de 2000 fue
atribuida a la guerra de los cárteles, “por la actividad profesional del
abogado”. Sus asesinos lo esperaban a las afueras de su domicilio. Has-
ta el día del crimen, llevaba la defensa de los capos Ismael Higuera, El
Mayel, Alfredo Arellana y El Chuy Labra.
Zafra García cobró notoriedad cuando logró la libertad de Vicen-
te y Rodolfo Mayoral, involucrados en el asesinato del candidato pre-
sidencial priista Luis Donaldo Colosio.
A finales de febrero de 2002, el asesinato de Flores Iruegas, de dos
balazos, se acreditó a efectivos del Ejército mexicano. El abogado mu-
rió el martes 26 en las inmediaciones del penal de Almoloya de Juá-
rez. Los militares aceptaron que hicieron disparos al auto en el que via-
jaba, pero alegaron que fue a las llantas. Los proyectiles entraron por
la cajuela, traspasaron la lámina, hasta la zona de asientos, y se le in-
crustaron en la espalda a Flores Iruegas, como en su momento escri-
bió Gustavo Castillo García, reportero de La Jornada.

47
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 48

Capítulo II
LuvianoZ

U R A N T E L A Ú LT I M A S E M A N A de mayo de 2009, habi-

D tantes de Luvianos se armaron de valor para contar su his-


toria de una vez por todas. Hicieron una denuncia pública
dramática. En los primeros días de junio y las semanas siguientes su
mensaje reveló una espiral ascendente de intimidación y violencia:
“Los Zetas nos han orillado a vivir en el terror y la muerte. […] El
motivo de nuestro comunicado no es alentador. Nuestro pueblo ha
sido tomado. Llevamos meses de vivir en toque de queda. En la no-
che no podemos salir de nuestras casas porque nos matan. Lo único
que rompe el silencio de las calles vacías es el ruido persistente de los
disparos de enfrentamientos entre ellos y los narcos locales. […] Vi-
vimos un estado de sitio permanente. No tenemos derecho a nada,
ni a nuestra vida. En el momento en que se les antoja matarnos, nos
matan. Nuestras casas son saqueadas y nuestros hermanos golpea-
dos. […] Ni nuestros niños y niñas están a salvo en las escuelas. En
varias ocasiones han ido a algunas para llevarse a nuestras niñas. Las
secuestran, las violan y a algunas ya las han matado. […] No pode-
mos seguir viviendo así, no aguantamos este ambiente de terror. ¿Y
el Estado qué hace? ¿Dónde está? ¿Por qué nos abandona? […] Hace
como dos meses entró el Ejército, pero como llegó, se fue, y Los Ze-
tas a seguir haciendo lo que quieren. Les han permitido que se nos
esclavice, comercien con nosotros, nos usen y, cuando ya no les ser-
vimos, nos matan”.
Nadie sabe cómo, pero el camino del pueblo se torció por com-
pleto en 2005. Fue ese año el de la consolidación, el de la conquista

48
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 49

final del territorio. Hace apenas nueve años Luvianos no tenía ningu-
na calle pavimentada. Era un pueblo tranquilo, medianamente en paz,
cuya lucha principal era contra su pobreza ancestral. Su dependencia
de Tejupilco se remontaba a tiempos prehispánicos. Cuando el 1 de
enero de 2002 consiguió la autonomía municipal que buscaba desde
1874, era una villa de comerciantes y campesinos pobres en el sur del
Estado de México. El destino de los treinta mil habitantes del muni-
cipio, regados y marginados en unas doscientas cincuenta comunida-
des —incluidos caseríos y rancherías—, era emigrar a Estados Unidos
o quedarse a padecer la pobreza que agobia a la mayoría de los habi-
tantes del Triángulo de la Brecha.
La autonomía fue el comienzo visible. Entonces, algunas fraccio-
nes criminales cobraron un inusual pero comprensible interés por la
nueva municipalidad, revaloraron su importancia geográfica y envia-
ron grupos de avanzada y operadores financieros con objetivos es-
pecíficos: lavar dinero y reclutar personal (sobre todo militares de-
sertores o en retiro, policías en activo y jóvenes), amedrentar a la
población, elaborar un mapa cartográfico local, formar una red de in-
formantes y otra de matones, y conquistar ese nuevo territorio pobre
e “independiente”. El dinero empezó a fluir a través de casas de cam-
bio, lo cual al principio se atribuyó a las remesas de los emigrantes
mexiquenses.
Tejupilco, Sultepec, San Simón de Guerrero, Valle de Bravo, Do-
nato Guerra, Zacualpan, Tlatlaya, Amatepec, Ixtapan de la Sal y Lu-
vianos forman la parte correspondiente al Estado de México de lo que
se conoce como Tierra Caliente, la cual se completa con municipios
colindantes de Guerrero y Michoacán.
El descubrimiento mayor de las caravanas que llegaron, presididas
por automóviles de gran lujo y camionetas de un costo cada una su-
perior al millón y medio de pesos, no fue el ancestral abandono del
gobierno estatal en Toluca, ni el insignificante número de policías
contratados por el ayuntamiento para vigilar los setecientos dos kiló-
metros cuadrados del municipio, ni la presencia esporádica de agen-
tes federales o soldados del Ejército, sino la cercanía a poblaciones
igualmente abandonadas, descuidadas y pobres de Guerrero y Mi-

49
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 50

choacán, ya controladas y sometidas por bandas del crimen organiza-


do, en especial narcotraficantes, como Los Valencia del Cártel del Mi-
lenio, Los Zetas —ya cimentados—, Los Sierra —que más tarde se
integrarían para dar forma a La Familia Michoacana—, Los Castañe-
da o Los Treinta.
El control del Triángulo de la Brecha no era ni es un capricho para
los cárteles. Para ellos, el esfuerzo vale con todo y sus muertos, por-
que allí se creó la mayor industria regional para elaborar drogas sinté-
ticas. En las decenas de cocinas michoacanas se produce el ice de me-
jor calidad, llamado también oro blanco o droga letal. La región también
es segura para el tránsito de heroína.
Aunque en la mayoría de las áreas marginadas predominan el ham-
bre y el miedo, en la cadena productiva y de distribución Tierra Calien-
te es una especie de eslabón perdido que incluye amplias zonas para el
lavado de dinero, tierra fértil para la siembra de marihuana, amplitud
de terrenos para el aterrizaje de aeronaves pequeñas llenas de cocaína,
caminos sinuosos que dificultan los operativos militares y policiacos,
disponibilidad de personas que pueden ser utilizadas como correos hu-
manos, matones a sueldo o narcomenudistas.
Por esas razones, por el histórico desdén gubernamental, la pobre-
za y la cercanía, en 2002 resultaba inevitable que Luvianos se convir-
tiera en un territorio ambicionado. La avanzada para preparar un ejér-
cito de matones se había puesto en marcha en 2000 y 2001. Fue
también el tiempo en el que llegaron nuevos y misteriosos personajes.
Pronto recorrieron los terrosos y a veces casi intransitables caminos en
esas caravanas de camionetas y automóviles blindados, sin placas o con
placas sobrepuestas de otros estados, con vidrios polarizados y ante-
nas de radiocomunicación.
Visitaron cada rincón para reconocer caminos rurales. Escoltados
siempre por guardaespaldas de corte paramilitar, vestimenta típica de
las policías federales y equipados con armas en las que resaltaban los
cuernos de chivo AK-47, los rifles AR-15 y el menos conocido, pero igual
de efectivo, fusil ligero alemán MP-5 de culata retráctil, llevaban una
consigna: “Dinero o muerte”.
La amenaza de muerte surtió efecto en la población. Todo Luvia-

50
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 51

nos se silenció. Todo el pueblo comprendió cabalmente la naturaleza


de los empleadores e inversionistas inmobiliarios recién llegados. La
prudencia aconsejó a los luvianenses ver, oír y callar.
Sin futuro claro, jóvenes campesinos cambiaron la improductiva
labor del campo y el desempleo por un AK-47. Descubrieron que la
droga se cotizaba mejor, dejaba para comer. Cambiaron las escasas co-
sechas de sus granos por las de marihuana y por el abundante trasiego
de droga. Se convirtieron en la base piramidal del narcotráfico en esta
región mexiquense.
Esos campesinos, que en épocas de cosecha obtenían ingresos de
mil quinientos pesos o menos al mes, sucumbieron a la tentación del
dinero fácil, abandonaron el sueño de emigrar a Estados Unidos y de-
sempeñaron indistintamente los oficios del narco: unos se convirtieron
en vendedores de droga; otros, de plano, aprendieron el oficio de ma-
tar, se echaron el fusil al hombro y se integraron a los comandos de si-
carios; y otros fungieron como reclutadores, los responsables de inti-
midar o “seducir y convencer”, si se vale la expresión, a otros jóvenes
para servir a los nuevos patrones de la comarca.
Guiados por aquellos recién llegados, aprendieron un nuevo len-
guaje y se volvieron sanguinarios.

Hacia 2001 ya estaba en marcha un movimiento político para separar


a Luvianos de Tejupilco, lo que indica que las primeras incursiones en
firme de las bandas del crimen organizado no fueron una casualidad.
El proyecto antiguo —y que aprovecharon algunos— tenía carac-
terísticas definidas: el nuevo municipio colindaría al norte con Zaca-
zonapan y Otzoloapan; al sur con el estado de Guerrero, además de
Tejupilco y Amatepec; al oeste con el estado de Michoacán y al este
otra vez con Tejupilco. Estaría dividido en cinco grandes regiones: Lu-
vianos, Acamuchitlán, Nanchititla, Hermiltepec y Acatitlán.
El martes 2 de octubre de aquel año —con la respectiva dispensa
de trámites y una prisa inusual—, los legisladores locales, controlados
y cooptados por el gobernador Arturo Montiel Rojas (como se docu-
mentó en su momento), aprobaron la creación de dos municipios: el

51
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 52

mencionado de Luvianos (el ciento veintitrés del Estado de México) y


el de San José del Rincón (el ciento veinticuatro).
Con una extensión territorial de treinta mil kilómetros cuadrados
y treinta y dos municipios (marginados la gran mayoría) de los tres
estados, Tierra Caliente y su cerca de medio millón de habitantes re-
presentaron desde siempre un jugoso atractivo para los cárteles del
narcotráfico, las pandillas de delincuencia común y las bandas de se-
cuestradores que se forman alrededor de las organizaciones crimina-
les. Los capos entendieron que quien dominara Tierra Caliente con-
trolaría las vías alternas para las drogas que llegan a través de la
llamada “narcorruta del Pacífico” y los precursores químicos que son
desembarcados en Lázaro Cárdenas.
Los enviados de los capos descubrieron que, con caminos poco vi-
gilados porque los ojos de las autoridades federales —los de las esta-
tales eran mínimos o inexistentes— estaban puestos en Tejupilco,
Guerrero y Michoacán, Luvianos sería una bodega de tránsito segura
desde donde la droga podría enviarse al Distrito Federal, Tlaxcala,
Puebla, Hidalgo y Querétaro. Desde allí estaban al alcance rutas a Ciu-
dad Altamirano, Arcelia, San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Pro-
greso, Tlapehuala, Coyuca de Catalán y Zirándaro, en Guerrero; y a
Zitácuaro, Susupuato de Guerrero, Tuzantla, Tiquicheo, Huetamo y
San Lucas, en Michoacán.
El desaseo gubernamental priista en Toluca que buscaba legitimar
la imposición del gobernador Arturo Montiel —quien tuvo el desca-
ro de armar su proyecto transexenal a través de su sobrino Enrique
Peña Nieto en medio de la corrupción abierta que se denunció e in-
volucró a diputados locales de los tres partidos políticos principales
(PRI, PAN y PRD)— fue bien leído, mejor entendido y aprovechado
por los capos, que sin contratiempos llegaron al sur mexiquense de la
mano del Cártel de Sinaloa. Del resto se encargaron el poder corrup-
tor de las organizaciones delictivas y los métodos nada sutiles como
los que pusieron en práctica Los Zetas.
Después de su captura en Guatemala y entrega a las autoridades
mexicanas en 1993, Joaquín El Chapo Guzmán, por ejemplo, tuvo
tiempo de estudiar la geografía mexiquense y las posibilidades de en-

52
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 53

trar a Tierra Caliente. En junio de ese año fue recluido en el penal de


máxima seguridad de La Palma, en Almoloya de Juárez, en cuyas cel-
das permaneció hasta el 22 de noviembre de 1995. Aquel día se cum-
plió la orden para trasladarlo al Centro Federal de Rehabilitación So-
cial (Cefereso) número dos, conocido como Penal de Puente Grande,
en el estado de Jalisco, a fin de que cumpliera una sentencia por aso-
ciación delictuosa, cohecho y delitos contra la salud.
Sin embargo, el 19 de enero de 2001 lo dejaron escapar de Puen-
te Grande. La fuga dio material para escribir cientos de hojas a má-
quina, por no decir miles, y para filmar al menos una película. Lo
cierto es que el escurridizo narcotraficante y su gente no perdieron
tiempo ni contactos en el Estado de México. Incluso, se ha documen-
tado que se refugió en la entidad después de la fuga. El encuentro de
El Chapo con tierras mexiquenses, aunque fuera desde Almoloya, nun-
ca terminaría.
Todavía en una de las notas principales de su edición del 18 de fe-
brero de 2008, fechada en Atizapán de Zaragoza, el matutino Alfa se-
ñaló: “Muy cerca de las casas de encumbrados políticos como Ulises
Ramírez, o de deportistas metidos a funcionarios, como es el caso de
Carlos Hermosillo, ha sido visto de nueva cuenta Joaquín Guzmán
Loera, El Chapo. […] Si bien hace años las autoridades ingresaron al
domicilio ubicado en el número 60 del Boulevard Sayavedra, en la
Zona Esmeralda, sus rondas las realiza cerca de ahí, con una nueva
imagen, aunque las autoridades locales saben bien quién es y entienden
que no deben molestarlo. […] Es en Atizapán donde se gesta el ver-
dadero negocio de los narcotraficantes, encabezados por Guzmán Lo-
era, al grado de que se ha tejido una amplia red de distribución y ven-
ta de estupefacientes. […] Funcionarios y ex funcionarios sostienen
que durante la administración de Montiel Rojas la entidad sirvió de
refugio a Guzmán Loera, tras su fuga”.
La primera gran llamada de atención sobre la presencia de los de-
lincuentes sinaloenses y su dinero ilegal, que se blanqueaba en el sur
mexiquense, se dio el domingo 2 de junio de 2002. El alcalde de Te-
jupilco, Saturnino Jaime López, pudo ver lo que el gobernador Mon-
tiel y su gabinete pasaban por alto. Alertó que en el sur había una fuer-

53
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 54

te influencia del narcotráfico sobre el mercado inmobiliario, pues se


registró una “sobrevaloración” de terrenos de uso residencial debido a
la creciente demanda de bienes inmuebles hecha por personas ajenas
a la población.
El presidente municipal no lo dijo, pero para entonces había noti-
cias de que grupos armados llegados del norte del país reclutaban a jó-
venes desempleados para formar un ejército con el que esperaban co-
sechar grandes ganancias. Los enviados de los capos habían valorado
el movimiento de las Fuerzas Armadas en todo Luvianos y sabían
cómo enfrentar a las policías estatales. De la policía municipal no se
preocuparon porque su número de elementos no llegaba a treinta para
cubrir los setecientos dos kilómetros cuadrados, y su armamento era
mínimo. Incluso años después, en los primeros meses de 2010, Luvia-
nos contaba solamente con unos cuarenta agentes para atender a una
población de cuarenta mil personas. Y carecía de un secretario de Se-
guridad Pública.
Las declaraciones de Saturnino Jaime López no cayeron del todo
en el vacío. Publicadas en la edición del lunes 3 del periódico El Uni-
versal, escandalizaron en algunos sectores, ya que venían del alcalde de
un municipio receptor de esos capitales: “Este fenómeno comenzó a
surgir hace algunos años y se tiene detectado un número importante
de inmuebles de tipo residencial que fueron construidos o adquiridos
con millonarias inversiones en sitios donde la característica principal
(como en Tejupilco, Luvianos, Temascaltepec e Ixtapan de la Sal) es
la falta de empleo, industria y comercio. […] La cotización de terre-
nos y bienes inmuebles ha alcanzado niveles sorprendentes, ya que
cualquier porción de superficie con fines habitacionales puede alcan-
zar costos de millones de pesos o incluso miles de dólares. […] Esta
situación se combina con la salida masiva de campesinos que viajan
clandestinamente, a través de las redes de polleros que operan en la
región, hacia Estados Unidos. […] En un cálculo reservado, estimó
que al menos cien mil personas de la región viven en Estados Unidos
y envían, con regularidad, divisas, inyectando un fuerte impulso eco-
nómico o movilidad económica a regiones como Tejupilco. […] Y
admitió que si no fuera por la remesas, municipios como éste enfren-

54
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 55

tarían condiciones mucho más severas de marginación y pobreza de


las que ya registran”.
El siguiente aviso llegó en septiembre de 2002, cuando los herma-
nos José Luis e Isidro Nieto Rodríguez fueron acusados de emboscar,
en un camino de terracería de la comunidad El Estanco (Luvianos), a
José Trinidad Flores, Cornelio Hernández Benítez, Ana Delia Reyno-
so Vences y José Hernández Benítez. Los cuatro fueron ejecutados a
tiros. José Luis e Isidro, cuidadores de plantíos de marihuana, se refu-
giaron en la sierra de Nanchititla. Luego, cometieron una serie de erro-
res y fueron capturados.

S IMULACIONES
Desde 2006, el miedo es real. El joven municipio ha cambiado. Es ya
un adulto en cuestiones del crimen organizado. Ese año, dos colabo-
radores del semanario Nuestro Tiempo Toluca, César A. Martínez y Jorge
Hernández, hicieron un viaje que abarcó pueblos de Michoacán. Los
dos periodistas mostraron el poder de los capos en el Triángulo de la
Brecha. Ese año, el Cártel de Sinaloa y Los Zetas, con una violencia
sistemática de terror e intimidación, consolidaron una campaña para
mantener el control de Luvianos. A finales de ese año, La Familia pon-
dría en marcha su plan de conquista.
Era ya palpable la integración de los pueblos de cada uno de los tres
estados. César y Jorge alumbraron parte del lado oculto: “Aquí es la
Tierra Caliente michoacana. Es el mediodía. Huetamo, a unos ciento
treinta kilómetros al sur de Toluca, se muestra apacible y casi desierto.
Los treinta y cinco grados a la sombra, en pleno otoño, imposibilitan
actividades al aire libre. Hace calor en serio, pero la paz es rota por una
caravana de camionetas que pasa por la pequeña placita central de la
población, de unos setenta mil habitantes. Resaltan los AK-47 en hom-
bres de lentes oscuros y sombrero texano. Todo mundo sabe que son
asesinos a sueldo. La caravana se pierde rumbo a Tuzantla, otro muni-
cipio de Michoacán, con un clima más inmisericorde.
”En las siguientes horas, otros convoyes menos sugerentes vuelven

55
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 56

a pasar. Algunos toman rumbo a Ciudad Altamirano y Coyuca de Ca-


talán, la parte guerrerense de una de las zonas más peligrosas del país
desde hace años, por el narcotráfico. Para los habitantes de Huetamo
eso es normal, sucede casi cada día de cada semana. Están habituados
al narcotráfico y a quienes se dedican a esa actividad. No les temen,
pues no les hacen daño a ellos, sino a quienes representan a grupos ri-
vales o a los agentes de policía, aunque saben que disparan en el mis-
mo bando. Hace catorce años mataron a nueve judiciales en un retén,
antes de llegar a Tuzantla. Buscaban droga, pero se les olvidó que tam-
bién los narcotraficantes andan armados. Los mataron a todos. Los ve-
laron en la iglesia de San Juan, aquí en Huetamo.
”Desde entonces hay, casi siempre, un grupo de policías que se ha-
cen de la vista gorda. También están los militares, a la entrada del pue-
blo, pero de allí no pasa su presencia, sólo de vez en cuando. Todos sa-
ben quiénes están metidos en eso, y eso es siempre en el negocio de las
drogas. Esto sucedió una semana antes de que iniciara un operativo del
Ejército en Luvianos en busca de armas y droga, y donde luego de una
semana no hubo ningún resultado.
” ‘Pero en Luvianos no hay nadie. Todos se fueron. Siempre les avi-
san cuando van a venir los operativos. Además siempre es lo mismo,
movilizan a sus policías, catean unas casas, se llevan a uno o dos y se
van. Luego los sueltan, porque no tienen pruebas’, dice sonriente un
vecino del municipio, mientras observa sentado, fuera de una tienda, a
los militares que detienen a quienes entran al poblado.”
Luvianos fue el primer municipio mexiquense donde el Ejército
intervino en forma masiva en la lucha contra el narcotráfico, aunque la
orden para irrumpir se dio un día después de que una inexperta célu-
la local de Los Zetas levantó, torturó y, por una decisión que no enca-
jaba en su comportamiento criminal, liberó a dos soldados. Durante
toda una semana de octubre de 2007, una partida de al menos tres-
cientos soldados, apoyada por un puñado de agentes del Ministerio
Público y de la Policía Federal, se instaló en carreteras y caminos se-
cundarios que comunican a la cabecera municipal con Tejupilco, Beju-
cos y el pueblo de Nanchititla. Aunque no informaron qué buscaban,
catearon catorce casas y predios.

56
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 57

Los habitantes se alarmaron, pero pronto entendieron que, si hu-


biera querido, el Ejército habría atrapado a sus presas. Fuera de buscar
a los responsables de las vejaciones a los dos militares —o lo que se
llamó en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/254/2007 priva-
ción ilegal de la libertad en su modalidad de causar daño—, se limi-
taron a patrullar y detener automovilistas. “Sabemos quiénes son los
del narco, pero de balde se los decimos, habría problemas”, dice un
hombre entre dientes, mientras camina con su bolsa de manta rumbo
a una de las tiendas cercanas. Era muy fácil identificarlos porque siem-
pre se movilizaban en caravanas con camionetas resguardadas por pis-
toleros, primero, y luego blindadas.
Jorge Hernández continuó con su crónica: “Una tanqueta y algu-
nos efectivos recorren las calles. No hablan con nadie. Optan por de-
tenerse en una de las calles principales, aparentemente para custodiar
una serie de casas de adobe. Pero en el pueblo hay otro tipo de casas.
Las más lujosas, amplias, decoradas incluso como el estereotipo que
las películas mexicanas de los hermanos Almada popularizaron hace
veinte años. Ésas no son molestadas. Pero también se sabe que allí, en
esos momentos, no se encuentra nadie. El tiempo normaliza todo y la
presencia del Ejército, luego de tres días, termina por parecer normal.
Luvianos recupera su ritmo y la gente se anima a salir, a trasladarse a
Tejupilco y abrir algunos negocios que cerraron por temor”.
En el otro extremo de la misma Tierra Caliente, en Huetamo o
San Lucas (Michoacán), la presencia de las camionetas ha cesado. Este
territorio es dominado por Los Pelones, desde allí hasta Guanajuato,
abarcando Morelia y las costas de Lázaro Cárdenas. Pero hay otros ac-
tores: La Familia Michoacana. Y el Cártel del Golfo, el de Osiel Cár-
denas Guillén, que había instalado un cuartel general en Tierra Calien-
te para unirse al Cártel de Los Valencia y librar su propia batalla contra
los sinaloenses de El Chapo Guzmán. Luvianos es otro cantar con la
presencia de Los Zetas, quienes, se creía hasta ese momento, “son un
poco menos sanguinarios que los de Michoacán”. Los luvianenses ya
tendrían oportunidad de conocer los verdaderos alcances criminales de
Los Zetas.
Tolerados y temidos, aprovechándose de la pobre, mal preparada y

57
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 58

peor armada policía municipal, los narcotraficantes se volvieron habi-


tuales en Luvianos. Los Zetas estuvieron siempre por delante, aunque
todos tenían presente el nombre de Joaquín El Chapo Guzmán. De la
mano de éste y de algunos narcotraficantes tamaulipecos empezaban a
formarse y crecer los primeros personajes locales: El General, El Diablo,
El Brito, El René y El Coronel. Más tarde, bajo la tutela de La Familia ven-
drían otros: El Faraón —conocido también por el apodo de El Gallero,
por su afición a las peleas de gallos—, Mantecas, Pelón, Lalo, El Aguacate-
ro, El Chuy, La Marrana, El Pony, El Virulo, El Jimy, El Kike, El Fausto, Ma-
rihuano o El Beto.
Sicarios y operadores de La Familia habían dado pasos firmes para
exterminar a sus rivales. Sus incursiones esporádicas habían servido
para conocer los flancos débiles de Los Zetas y del Cártel de Sinaloa.
Todos sabían quiénes eran y dónde vivían, pero nadie los mencionaba
por nombre ni por dirección. Hacerlo habría sido sinónimo de senten-
cia de muerte. Mientras acá se peleaban con los sobrenombres, en Mi-
choacán y Guerrero los criminales ponían en marcha una campaña de
brutalidad, una guerra de exterminio.
De la cabecera Luvianos, el narcotráfico se expandió a las demás
poblaciones del municipio: El Infiernillo, Palo Gordo, El Tecuán, Las
Trojes, Ojo de Agua, El Estanco, San Simón, Piedra Grande, Rincón
de Rodríguez, Lodo Prieto, El Pueblito, Santa Rosa, Cerro del Vena-
do, Nanchititla o Tenería en Tejupilco, Santa María en Zacazonapan y
Cuadrilla de López en Amatepec. Desde su base en Tierra Caliente de
Michoacán, los cabecillas de La Familia consideraron su derecho apro-
piarse de la plaza del Estado de México.
Luego de que en la sierra de Nanchititla se instalaran los prime-
ros laboratorios clandestinos para elaborar drogas cristalizadas —ice
o hielo—, en todas las comunidades de Luvianos se dispararon otros
delitos: secuestro, robo de tractores agrícolas y de maquinaria. Se hizo
más notoria la venta de seguridad a comerciantes, dueños de bares, can-
tinas y giros negros, así como la extorsión a pequeños agricultores y
la circulación de billetes falsos.
El Diablo, El Coronel y El General aprovecharon los niveles escandalo-
sos de impunidad y, abiertamente, se pasearon por las calles; uno de

58
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 59

ellos incluso tenía una plaza como supervisor en la Secretaría de Edu-


cación estatal. Y esas calles donde transitaban libremente empezaron a
mostrar signos de la prosperidad económica, aunque un día llegó tam-
bién la violencia extrema, tal como sucedió en los municipios michoa-
canos de Aguililla, Uruapan, Tepalcatepec, Coalcomán y Apatzingán o
en los guerrerenses de Ciudad Altamirano, Coyuca de Catalán y Arce-
lia. Las calles pacíficas se convirtieron en escenarios de levantones, bala-
ceras y ejecuciones.
A aquellos tres personajes se les había reclutado y educado para
servir al imperio que levantaban El Chapo Guzmán, Los Zetas y los her-
manos Beltrán Leyva, porque poseían varias cualidades, además del
gusto por las armas de fuego y el poder: conocían la zona, eran discre-
tos, por lo menos al principio, tenían amistades y sabían cómo nego-
ciar con las autoridades locales, cómo corromperlas. Su nombre, el de
cada uno, su presencia y su repentina prosperidad se fueron haciendo
familiares. Para completar, uno de ellos había sido militar y había tra-
bajado en la PGR.
La notoriedad, asimismo, alcanzó a algunas rancherías luvianenses
donde se celebraban concurridas tertulias a las que asistían desconoci-
dos personajes en automóviles lujosos, blindados, custodiados por ca-
ravanas de matones.

Para cuando Peña Nieto acababa de cumplir su segundo año como go-
bernador, en la primera y la segunda semanas de octubre de 2007 el
Ejército confirmó que Luvianos se había transformado en un centro
de operaciones de gran envergadura de los narcotraficantes. El domin-
go 7 de ese mes, los cerca de trescientos efectivos del Ejército, elemen-
tos de la Policía Federal, investigadores de la PGR y agentes del Mi-
nisterio Público sitiaron la cabecera municipal, junto con algunos de
los pueblos aledaños.
Al cabo de cinco días se informó en un comunicado oficial sobre
cateos a varias casas, durante los cuales las autoridades decomisaron
dos mil ciento diecinueve cartuchos útiles, uniformes y chalecos anti-
balas de tipo militar, una decena de armas de fuego, motosierras, cha-

59
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 60

cos de madera, chicharras eléctricas para inmovilizar o noquear reses,


además dinero en efectivo, joyas, relojes Rolex y Rado, camionetas, dos
pagarés por ciento cincuenta mil dólares y sobres con dinero en efec-
tivo para pagar la nómina de empleados municipales.
Uno de los operativos quedó asentado en la orden de cateo
13/2007 y la averiguación previa PGR/MEX/TEJ-II/189/2007, en las que
se consignó el inventario en una casa de la cerrada de la calle Prolon-
gación Jorge Jiménez Cantú. El agente del Ministerio Público federal
reportó novecientos setenta y tres cartuchos útiles —la mayoría de los
llamados de punta hueca o blanda, expansivos— para armas de dife-
rentes calibres, así como recibos que amparaban pagos de las primera
y segunda quincenas de septiembre que se hicieron a trabajadores del
ayuntamiento.
El operativo inició con un despliegue inusual y desmedido de fuer-
za. Pero los narcotraficantes recibieron un aviso de emergencia sobre
éste y en la huida abandonaron veintitrés sobres de la narconómina
con dinero en efectivo, que incluían cuatro ya rotulados, para cubrir
parte de la quincena que se pagaría el siguiente lunes 15 de octubre de
2007 en el ayuntamiento de Luvianos. Los primeros cuatro burócra-
tas municipales recibirían tres mil quinientos noventa y ocho pesos
cada uno. En los sobres restantes, las cantidades eran similares y esta-
ban repartidas en billetes de quinientos y doscientos pesos. Aparte, de-
jaron otro medio millón de pesos.
Adscritos a la Vigésima Segunda Zona Militar, con sede en Tolu-
ca, los soldados cerraron y tomaron la calle principal de Luvianos, la
avenida 16 de septiembre. Sin embargo, el ir y venir de los vehículos
blindados Humvees y la aparatosa exhibición de armas oficiales de
grueso calibre fueron inútiles. Los habitantes de las viviendas cateadas
tuvieron tiempo suficiente para escabullirse y ponerse a buen resguar-
do. Lo mismo pasó en la comunidad de El Estanco, donde los mili-
tares establecieron un puesto de control, adicional al de la carretera a
Zacazonapan.
La noticia se conoció en Toluca el miércoles 10 de octubre, cuan-
do el profesor, ferretero y constructor Ranferi González Rodríguez
denunció que, en la mañana del lunes 8, después de un allanamiento

60
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 61

militar y de la Policía Federal, de su domicilio desaparecieron fotos y


una bolsa con medio millón de pesos, propiedad de su constructora
Gopera, que hacía trabajos para el municipio. El maestro Ranferi rela-
tó: “El domingo llegaron, pero el lunes en la mañana caen a las casas;
venía una muchacha del trabajo doméstico y al momento que abre la
puerta se meten; mis hermanas se estaban bañando y les valió madres”.
No fue sino hasta el mismo miércoles 10, tres días después de que
empezó el operativo, cuando el gobernador Enrique Peña Nieto se en-
teró y se vio obligado a reconocer la existencia de una partida militar
en Luvianos, a causa de la presencia de narcotraficantes de los estados
de Michoacán y Guerrero en el lugar.
Al mediodía de aquel miércoles, después de la denuncia de Ranfe-
ri, que llegó a corresponsales de los periódicos de la Ciudad de Méxi-
co, los soldados se replegaron. Aun cuando dejaron libre la avenida 16
de Septiembre, siguieron en el pueblo. Siempre a paso veloz y en algu-
nos vehículos militares, marcharon hacia la calle Vergel e irrumpieron
en las oficinas principales de la referida empresa Gopera.
La familia de Ranferi González Peña, encabezada por el hijo de
éste, Ranferi González Rodríguez, denunció que en los allanamientos
les sembraron uniformes militares camuflados, municiones, pastillas
psicotrópicas y, como precisó en su momento Esbeidy González Ro-
dríguez, “balas, balas que nunca en mi vida había visto, así de grandes,
estaban tiradas y todo se lo llevaron”.
Fuentes policiales dieron a Fabio Fuentes, corresponsal de El Uni-
versal, una parte de la verdad sobre el operativo: los militares buscaban
a un grupo de pistoleros que, como se narró antes, en los primeros días
de ese octubre levantaron y torturaron a dos soldados que patrullaban la
zona. Los delincuentes les perdonaron la vida, como un mensaje de
“buena voluntad” o de “paz” enviado a las autoridades castrenses.
La otra parte de esa verdad aparece asentada en la denuncia y la
posterior averiguación previa a las que se tiene acceso en abril de 2010:
a las diez y media de la mañana del sábado 6 de octubre de 2007, un
comando armado que se transportaba en dos camionetas —una azul
metálica y una roja— levantó, en pleno centro de Luvianos, a los solda-
dos Gustavo Herrera Terrones, teniente de arma blindada, y Luis En-

61
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 62

rique Aragón Reyes, sargento de arma blindada, cuando, vestidos de


civil, realizaban trabajos de inteligencia para la Vigésima Segunda
Zona Militar acantonada en Toluca. Y en diciembre de ese año el caso
se siguió en el Juzgado Tercero de Distrito en Materia de Procesos Pe-
nales en el Estado de México, bajo la causa 77/2007-VI.
El teniente y el sargento se hicieron notar cuando, a bordo de una
camioneta, se apostaron en varias calles de Luvianos para tomar foto-
grafías y hacer anotaciones. Habían llegado temprano a las calles bien
pavimentadas de una cabecera municipal donde no se mueve nada sin
la autorización de los capos locales. Primero trataron de pasar como
turistas —en un pueblo marginado en el que nunca hay nada que
ver— y luego como dos visitantes que buscaban el acta de defunción
de un compañero.
A las diez y media, cuando se estacionaron en una calle para revi-
sar datos, seguir anotando y fotografiando, ya los esperaban. De la
nada salieron las camionetas azul y roja. Bajaron los sicarios encapu-
chados, bien amparados en los cañones de sus AK-47, rodearon la ca-
mioneta de los “turistas” y los bajaron “a punta de madrazos, punta-
piés y cachazos”, porque el teniente se resistió.
Ya en cautiverio, los soldados recibieron su dosis respectiva de gol-
pes y de descargas con las chicharras eléctricas para controlar ganado
mayor. Y fue un auténtico milagro que se salvaran de ser descuartiza-
dos con una motosierra: uno de los jefes de los sicarios, vía telefónica,
recibió la orden de cerciorarse si los secuestrados eran en verdad mili-
tares paseantes que supuestamente querían conseguir el acta de defun-
ción de un rural. Sí, eran militares, sólo que no buscaban ninguna acta
de defunción ni andaban paseando.
El misterioso capo que daba instrucciones del otro lado de la lí-
nea sabía que matar a los dos soldados significaría la declaración de
una guerra frontal en la que en ese momento llevaban las de perder.
Analizada y discutida la situación vía telefónica, los sicarios acata-
ron la orden que parecía menos grave: liberar a sus víctimas e intenta-
ron disculparse. “ ‘No sabíamos que eran militares, de haber sabido
nos hubiéramos abierto.’ […] Y después de eso nos subieron otra vez
a un vehículo, a los dos, haciendo un recorrido de cinco a ocho minu-

62
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 63

tos. Al llegar a ese puntos nos bajaron y nos subieron a otro vehículo,
a donde nos quitaron las esposas, nos dejaron vendados de los ojos”, y
se marcharon.
La vejación al teniente Herrera Terrones, graduado del Colegio
Militar, y al sargento Aragón Reyes, egresado de la Escuela Militar de
Clase de Armas, fue demasiado. Fue una afrenta absoluta. Matarlos y
desaparecerlos habría sido gravísimo, pero el error inicial de los mato-
nes a sueldo de los narcotraficantes de Luvianos fue secuestrarlos. Lue-
go hubo otro yerro: torturarlos, amenazar con ‘hacerlos cachitos’ con
una motosierra ‘si no decían la verdad: a quién habían ido a matar’. Y
todavía hubo un error más: no creerles que eran militares. Así que el
daño estaba hecho.
Magullados por la golpiza y las descargas eléctricas, los dos solda-
dos, junto con otros oficiales enviados también al sur mexiquense, re-
gresaron la noche del sábado 6 a su cuartel general en Toluca, donde
fueron atendidos en el Pelotón de Sanidad Médica. A las ocho de la
mañana del día siguiente, el domingo 7 de octubre de 2007, con el ho-
nor maltrecho, ambos formaron parte de la partida militar enviada
para poner en marcha un gran operativo contra el narcotráfico, pero
cuyos objetivos parecieron convertirse en uno solo: capturar a los au-
tores materiales de la humillación.
Los sicarios-secuestradores habían cometido otros errores que, el
domingo, probaron ser de costos incalculables. El primero fue la so-
berbia, ya que desdeñaron la reacción de la Comandancia de la Zona
Militar; por las declaraciones del teniente y del sargento al Ministerio
Público federal, puede inferirse que aquéllos llegaron a pensar en algu-
na negociación. Casi de inmediato descubrirían que fueron descuida-
dos e hicieron un mal trabajo porque al mediodía del domingo sus dos
víctimas guiaron a sus compañeros de armas hasta el galerón del ran-
cho en el que fueron esposados por la espalda y torturados.
Para ello, teniente y sargento se basaron en el tiempo de recorrido
(entre cinco y ocho minutos a partir de su levantón), incluido un cam-
bio de vehículos, así como los ruidos intensos de maquinaria pesada
en el lugar adonde los trasladaron. Sí, era un galerón que servía para
almacenar cargamentos de droga. Luego se sabría que desde allí tam-

63
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 64

bién salían vehículos con cocaína y que el rancho, en el paraje de Las


Culebras sobre el camino a Zacazonapan, era propiedad de Jesús Al-
berto Martínez Sosa, uno de los lugartenientes de El Coronel Albert
González Peña, el Zeta de mayor rango en Luvianos.
Acompañados por agentes federales y del Ministerio Público, los
soldados también descubrirían que en ese pueblo, uno de los más po-
bres en el Estado de México, los narcotraficantes habían colocado
alambre electrificado en la entrada de algunas de sus residencias para
evitar a los curiosos y a los delincuentes que merodeaban por la zona.
Una de las casas fue descubierta al sur de la prolongación de la calle
Jorge Jiménez Cantú. Era “una casa de dos plantas con protección de
herrería, con adornos de alcatraces. […] Cercado eléctrico, brindando
seguridad a la casa, y en el interior se aprecia un vehículo Toyota, vino,
modelo reciente”, según se asienta en los documentos de la PGR co-
nocidos en 2010.
Por órdenes superiores, el teniente de arma blindada Herrera Te-
rrones soportó la deshonra de haber cedido el arma ante el enemigo y
los días 7 y 9 de octubre declaró ante el Ministerio Público federal:
“Al momento que nos levantaron los sujetos a los que me he referido y
nos subieron a una Suburban color rojo, colocando a mi compañero
Luis Enrique Aragón Reyes, acostado en el asiento que se ubica atrás
del conductor y a mí me aventaron encima de mi compañero. […] En
ese momento el que venía de copiloto se levantó el pasamontañas a la
altura de la frente. […] Era de tez morena, cabello, frente y cejas no
se alcanzaban a ver por el pasamontañas. […] Ojos chicos, medio ras-
gados, nariz pequeña media boluda, boca chica, bigote escaso, sin bar-
ba, mentón redondo. […] Al revisarme me encontró fajada a la cintu-
ra, al lado derecho, una pistola calibre nueve milímetros. Me la quitó.
[…] Llegamos al lugar donde nos estuvieron golpeando, diciendo que
nos iban a matar […], dándonos toques con una chicharra en diferen-
tes partes del cuerpo. […] Escuché el ruido de la motosierra, con la
cual decían que nos iban a hacer cachitos si no decíamos a quién íba-
mos a matar”.
A principios de 2010, un tribunal confirmó la sentencia de veinte
años de prisión dictada a Martínez Sosa, al que se responsabilizó del

64
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 65

secuestro y tortura de los soldados. También se le condenó a pagar no-


venta y cuatro mil pesos a cada una de sus víctimas.
Y sí, sólo era parte de la verdad. Uno de los comandantes milita-
res que encabezaron el operativo le narró a Fabio Fuentes otra parte-
cita: “Estamos esperando la orden de cateo para excavar, eso le toca a
la PGR. […] El sitio militar que desde hace más de una semana fue
impuesto en Luvianos sobrevino luego de que los soldados [los dos li-
berados] regresaron a la Zona Militar, tras ser torturados. […] Les
perdonaron la vida cuando estaban a punto de cercenarlos con moto-
sierras, porque sus captores eran también de corte militar y los envia-
ron con un recado a sus superiores: Ya no se metan. […] El grupo que
ha impuesto la ley del narcotráfico en el sur del Estado de México es
liderado por un desertor de las Fuerzas Armadas, de sobrenombre El
Comandante, joven, que no llega a los treinta y nueve años de edad,
adiestrado en las mejores técnicas, y su célula la conforman al menos
sesenta individuos, también expertos en el uso de armas de alto cali-
bre. […] El líder es descrito como una persona de sangre fría, con im-
pulsos bárbaros, soberbia y desafiante. Incluso agresivo con personal
de la delegación de la PGR y peor con los veinte agentes ministeriales
que intentan proteger la zona. En dos cateos más en Luvianos, el saldo
de lo hallado fue de diez uniformes tipo militar, sesenta y dos rifles
AK-47 con cartuchos útiles y cinco uniformes con insignias de la AFI.
[…] Tejupilco, San Pedro Limón, Luvianos, El Salto y otras comuni-
dades dentro del Triángulo de la Brecha tienen una extensa red de in-
formantes al servicio de los narcos. Bajar a la cabecera de Tlatlaya o a
Luvianos sin ser de la región es un pasaporte directo al levantón”. Y en
esa zona, como en el resto del país, levantón es sinónimo de tortura y
pena de muerte.
Otra parte de la verdad quedó trunca porque en los caminos de
Luvianos se contaron una veintena de tanquetas artilladas, agentes de la
Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, un ejército de agentes
del Ministerio Público adscritos a la PGR y policías estatales. Ante
una fuerza de tal magnitud, las autoridades negaron, sin cuestiona-
mientos ni preguntas de por medio, que buscaban a El Chapo Guzmán.
Frida Guerra, seudónimo de la periodista Verónica Villalbazo, es-

65
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 66

cribió: “Las acciones fueron diezmando conforme los operativos de


rastreo y ubicación encontraban solamente campesinos, madres solte-
ras y comerciantes. El hermetismo de este asunto llegó a tal grado que
ni los propios militares sabían por quiénes iban. […] Personal encu-
bierto de la Estación México de la DEA, en cooperación con efectivos
del Centro de Inteligencia Antinarcóticos (CIAN) de la Sedena, tra-
baja en la región sur del estado desde hace casi un mes, específicamen-
te en la herradura territorial limítrofe con las montañas de Guerrero y
Michoacán. Tienen fotografías aéreas de enormes sembradíos de ma-
rihuana y amapola”.
Después surgió otra parte de la verdad oculta: los cateos se realiza-
ron dos días antes de que fueran autorizados y llegaran las órdenes fe-
derales. Se denunció que de uno de los ranchos allanados desaparecie-
ron relojes Rolex con incrustaciones de diamantes, por lo menos tres
millones y medio de pesos en efectivo y un arsenal que presuntamente
sería para uno de los cárteles de la droga que operan en Luvianos.
Como se relató antes, el responsable material de la tortura a los
dos soldados, por lo menos en la verdad jurídica, fue condenado a
veinte años de prisión. Por su parte, el misterioso General (Ranferi
González Peña) al que algunos identificaban también como El Coman-
dante, se resguardó por un tiempo. Lo mismo pasó con El Coronel.
Mientras el gobernador Enrique Peña Nieto se afianzaba como
precandidato presidencial del PRI y consolidaba su presencia a través
de publicidad pagada a Televisa, TV Azteca y algunos medios de la
prensa escrita, el Ejército identificó en sus indagaciones a Albert Gon-
zález Peña, alias El Coronel, como jefe de La Sagrada Familia, una de las
células de Los Zetas en Luvianos, que también controlaba una parte del
territorio conformada por los estados de México, Michoacán, Guerre-
ro y Morelos.
El miércoles 21 de mayo de 2008, la ASE por fin comunicó a los
periodistas de Toluca que la célula de El Coronel estaba conformada por
unos cien matones a sueldo.
Citado en las notas del día siguiente, Gerardo García Benavente,
director de Inteligencia de la ASE, reconoció que la guerra de grupos
delictivos de alto impacto en una amplia zona del sur mexiquense es

66
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 67

una realidad insoslayable. Los informes de la ASE indicaron que el tra-


bajo de El Coronel, conocido también como El Tigre desde que desertó
de las Fuerzas Armadas, era secundado por El Diablo Edson Gabriel
Sosa, cuyas redes de narcotráfico se extendieron de Luvianos a Tlatla-
ya y Ametepec.
Pero había un error en los informes de García Benavente: en los
documentos de inteligencia militar Edson tenía otros apellidos: Mora-
les López. Y Gabriel Sosa era en realidad Jesús Alberto Martínez Sosa
o Jesús Alberto Martínez Urapo, el sentenciado por la tortura de los
dos soldados, originario de Huetamo, Michoacán.
En 2010, un tribunal ratificó la sentencia. Siete meses antes de que
la ASE lo informara, el Ejército había puesto al descubierto a los mis-
mos sujetos y los mismos nombres. El único que se quedó en el aire
fue el de Edson Morales López, al que los habitantes de Luvianos atri-
buyeron, en una denuncia escrita entregada al Ejército y que se integró
a la averiguación previa y al juicio posterior, el control de Tejupilco
para Los Zetas.
El Coronel González Peña, El Diablo y el ajusticiado Ranferi Gonzá-
lez Peña, conocido también por su alias de El General, se movían entre
una y otra organización, hasta que terminó por imponerse la crueldad
de los matones de El Chapo Guzmán, para el Cártel de Sinaloa, y de los
hermanos Beltrán Leyva con Los Zetas. Aunque no está claro por qué,
más tarde los dos hermanos y El Diablo se separarían con la llegada de
La Familia Michoacana. Pero, juntos o separados, también eran res-
ponsables de secuestros y ejecuciones sangrientas.
A través de esta célula en el sur mexiquense, El Chapo y los Beltrán
Leyva tejieron una red de corrupción similar a la que operaba el Cár-
tel de Sinaloa con Los Zetas. Aunque Luvianos se vio siempre como
un gran centro de almacenamiento, con el narcotráfico llegaron la ven-
ta de protección, el tráfico de armas, el secuestro y el narcomenudeo
controlado. Poco a poco, el nuevo municipio lució diferente.
El Chapo no dejó solos a los capos locales: en un municipio cerca-
no, San Simón de Guerrero, fronterizo con Tejupilco, se asentó El Rey
Jesús Reynaldo Zambada García, hermano de Ismael El Mayo Zamba-
da. Hasta que El Rey sinaloense cayó el lunes 20 de octubre de 2008,

67
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 68

los mexiquenses se enteraron de que él era el supuesto propietario del


rancho Los Bañitos y responsable en la zona, para el Cártel de Sinaloa,
de la importación de cocaína y precursores químicos para producir
metanfetaminas. El Rey, quien dividía su tiempo entre el Estado de Mé-
xico y la colonia Lindavista del Distrito Federal, era operador de va-
rios capos: su hermano El Mayo Zambada, El Chapo e Ignacio Nacho Co-
ronel en el estado de Guerrero.
Investigadores federales adscritos a la PGR —como citan en la
averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/254/207— se encontraron
con la sorpresa de que la relación de las drogas con Luvianos tenía una
historia larga: “Se cuenta con información de una persona de nombre
Albert González Peña, quien fue detenido por elementos de la Direc-
ción de Seguridad Pública Municipal, el 16 de septiembre de 1996 en
compañía de dos personas más, a las que se les aseguraron cuatro ar-
mas de fuego (entre ellas un fusil AK-47 y una pistola calibre nueve
milímetros) y cincuenta y nueve cartuchos útiles. […] El 16 de febre-
ro de 1998, elementos de la extinta Policía Judicial Federal en Reyno-
sa, Tamaulipas, detuvieron a una persona de nombre Albert González
Peña, en compañía de tres personas más”, a quienes se aseguró un car-
gamento de marihuana.
En dicha averiguación se incluyó a un personaje más de Luvianos,
René Benítez Cruz, “[mismo que fue detenido] en compañía de otra
persona, el 9 de noviembre de 1995, en el municipio de San Fernan-
do, Tamaulipas” en posesión de un cargamento de trescientos veinti-
séis kilogramos de marihuana. “René está o estuvo recluido en el Cen-
tro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Matamoros”.
En 2007, los agentes federales también documentaron que Edson
Morales López, El Diablo, tenía una ficha laboral en la PGR, en el ru-
bro de servicios especiales, adscrito a la Dirección General de Recur-
sos Materiales y de Servicios Generales, a la que ingresó el 16 de fe-
brero de 2002, y que sus dos últimos registros domiciliarios se
terminaban en “Camino a San Ignacio kilómetro dos” en Ameca, Ja-
lisco, donde estaba asentado el cuartel de la Décimo Séptima Región
de Caballería Montada, y en el “Campo Militar número 1, Heroico
Colegio Militar”.

68
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 69

Para salvar la situación, la agente del Ministerio Público escribió en


su reporte: “Cabe hacer mención que, de conformidad con otras expe-
riencias, no se descarta la posibilidad de que en casos extraordinarios la
información de las personas pudiera corresponder a homónimos”.
El sábado 20 de febrero de 2010, el general Rubén Pérez Ramí-
rez, comandante de la XXII Zona Militar con sede en Toluca, dio a
conocer que un batallón de Infantería —unos seiscientos elementos—
sería enviado permanentemente al sur de la entidad, porque “está ha-
biendo secuestros y extorsiones”. El batallón, que partiría de la Ciu-
dad de México, acantonaría en las instalaciones militares, recién cons-
truidas, de San Miguel Ixtapa, Tejupilco. En una entrevista con El Sol
de Toluca, el militar confirmó que contarían con el apoyo de un cuerpo
de defensas rurales, gente que forma parte de su comunidad e informa
al Ejército sobre la presencia de grupos delictivos.
En las faldas del cerro de San Vicente, las instalaciones fueron
inauguradas el 14 de mayo. Y allí fue acantonado un batallón de in-
fantería. Los seiscientos elementos castrenses, especialistas en zonas
serranas, resguardan tres mil cuatrocientos cincuenta y tres kilómetros
cuadrados que comprenden Tejupilco, Luvianos, Tlatlaya y Amatepec.
Si todos trabajan las veinticuatro horas del día, cada militar será res-
ponsable de casi seis kilómetros cuadrados.

69
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 70

Capítulo III
Tierra sin ley

del narcotráfico y sus brazos eje-

L
A L L E G A DA D E C Á RT E L E S
cutores, el Cártel del Golfo primero, luego Los Zetas, seguidos
por el Cártel de Sinaloa, Los Pelones y más tarde La Familia,
cambió la percepción sobre el territorio de Luvianos. Hace seis años,
entre 2004 y 2005, las calles mal empedradas y de tierra de los barrios
del centro fueron cambiadas por bloques cuadrados de concreto refor-
zado que nivelaron el terreno. ¿La razón? Los pobladores explican que
los lujosos autos de los capos de la zona no podían circular por el de-
plorable estado de las calles.
Y así fue. Completado el extraño encementado, se volvió aún más
común ver camionetas de marcas como Mercedes-Benz y BMW. Lo
que asombró a campesinos y rancheros no fueron las camionetas blin-
dadas, resguardadas siempre por decenas de matones, sino la circula-
ción de un Ferrari de dos millones de pesos —que antes sólo se veían
en las calles bien pavimentadas de los exclusivos barrios residenciales
de Huixquilucan, Atizapán, Naucalpan o Metepec— y la aparición
esporádica de un Lamborghini.
En un pueblo que adolece de todo, en diciembre de 2009 el nue-
vo alcalde priista Zeferino Cabrera Mondragón entregó en la comuni-
dad de Sauz-Palo Gordo sus primeras obras de concreto hidráulico,
“base de cemento arena, malla electrosoldada y doce centímetros de
espesor, contando con una resistencia de doscientos kilogramos sobre
centímetro cuadrado”.
Acá, la policía municipal es de oropel, los agentes intentan sobre-
vivir como pueden en medio de las balas, por lo que los narcotrafican-

70
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 71

tes y sus pistoleros tomaron en sus manos el derecho de velar por la


seguridad e impartir justicia; de modo que impusieron nuevas reglas de
convivencia. Una de ellas, la más conocida porque fue la primera, es la
“Ley de la tabla”. Ésta impide a los lugareños salir de sus casas des-
pués de las ocho de la noche en ciertas zonas marcadas por los narco-
traficantes —sea territorio de Los Zetas o de La Familia—. Se trata
de un toque de queda de facto; es la hora en que cruzan los convoyes
que transportan droga o precursores para metanfetaminas. Si alguno
de los habitantes cae capturado por los delincuentes por primera vez,
éstos lo nalguean con trozos de madera. A la siguiente, la desobedien-
cia se paga con la vida.
Combatir desde la policía municipal a los sicarios habría signifi-
cado entregarse no a una pelea desigual, sino a una condena a muer-
te fulminante. La policía local ni siquiera tiene la capacidad de inves-
tigar a los recién llegados, mucho menos para detenerlos. Olvidada
por el gobierno de Peña Nieto, en 2007, cuando estaba “bien equi-
pada”, contaba con un inventario de seis escopetas calibre doce milí-
metros, cinco patrullas —tres de ellas fuera de servicio—, nueve to-
letes, diez chalecos antibalas, nueve radios —seis portátiles, dos
móviles y uno de base—, cinco subametralladoras y seis pistolas ca-
libre nueve para garantizar la seguridad de cuarenta mil habitantes en
doscientos cincuenta comunidades diseminadas en setecientos dos ki-
lómetros cuadrados.
En el Plan de Desarrollo 2009-2012, Cabrera acepta que el grue-
so de la policía se concentra en la cabecera municipal Villa Luvianos,
dejando en el abandono al resto de las localidades: “Sólo el treinta por
ciento de la población cuenta con servicio policiaco”. El poderío de
los cárteles es de tales dimensiones que en las primeras semanas de su
toma de posesión se quejaba: “Comandante que pongo, comandante
que se va, es algo muy delicado”. Y en su equipo añadían que nadie le
quería entrar por los argumentos que utiliza “el otro gobierno” para
convencer a los comandantes.
Tan precaria era la situación de los policías, que cuando en octu-
bre de 2007 el gobierno federal solicitó apoyo para resguardar dos re-
sidencias y un rancho “asegurado” en el paraje La Culebra, sobre la

71
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 72

carretera Luvianos-Zacazonapan, el síndico municipal Orfanel Oroz-


co Tapia respondió (el día 18 de ese mes) con una carta dramática:
“El Ayuntamiento que legalmente represento en este momento no
cuenta con las condiciones requeridas de recursos humanos [policías]
y materiales [armamento]. […] Desde los operativos recientes efec-
tuados por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional se or-
denó a la Policía Municipal se abstuvieran de portar su armamento
por no encontrarse vigente la Licencia Oficial Colectiva”. Efectiva-
mente: ya de remate, el síndico le recordó al Ministerio Público fede-
ral que los policías luvianenses ni siquiera poseían permiso vigente
para portar armas.
Hacia 2009 la situación no había cambiado, aunque en diciembre
el alcalde Zeferino Cabrera entregó “cuarenta uniformes completos,
que constan de pantalón, camisola, botas, playera, gorra, chamarra,
fornituras, esposas, lámparas de uso nocturno, así como de gas lacri-
mógeno y una banda de guerra”. Sin embargo, todavía en aquel di-
ciembre, cuatro meses después de tomar posesión, el Ayuntamiento de
Luvianos carecía de un director de Seguridad Pública y de un jefe de
policía. Nadie quería esos cargos. Tampoco se incluyó a un edil res-
ponsable de Seguridad Pública en las diez regidurías.

Si desde 2001 los luvianenses aprendieron a lidiar con una violencia


importada por los narcotraficantes sinaloenses y tamaulipecos, en
2006 se vieron obligados a replantear sus conceptos de esa violencia
porque la ofensiva de La Familia Michoacana para apropiarse de una
plaza que tenía dueño fue sangrienta y enfermiza. Desde la Tierra Ca-
liente michoacana llegaban noticias de decapitaciones y desmembra-
miento de personas. Era demasiado para un pueblo de un puñado de
policías.
Aunque la espectacular presentación de La Familia se reportó ha-
cia septiembre de 2006, el día en que un comando de sicarios irrum-
pió en un salón en Uruapan para arrojar cinco cabezas humanas a la
pista de baile, y luego se oficializó a través de dos desplegados de pren-
sa en noviembre siguiente en Morelia, desde principios de septiembre

72
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 73

la PGR tenía una idea clara sobre esta organización criminal y sus mé-
todos salvajes.
Agentes de la SIEDO sabían de su presencia consolidada en los
municipios michoacanos de Tierra Caliente fronterizos con los mexi-
quenses de Luvianos y Villa Victoria, entre otros, sus planes de expan-
sión y su fortalecimiento con soldados centroamericanos, en especial
de Guatemala y El Salvador.
El reclutamiento de extranjeros para robustecer los cuadros de
asesinos de La Familia, cuyo primer objetivo fue someter a la Tierra
Caliente mexiquense —entrando de Zitácuaro a Villa Victoria y Do-
nato Guerra, o de Tuzantla, Tiquicheo y Huetamo a Luvianos, Teju-
pilco y Zacazonapan—, empezó en los primeros meses de 2006, se-
gún consta en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEITA/063/2006, en
cual se incluyeron la captura y primeras declaraciones del ex soldado
guatemalteco Baudilio Jiménez Rebolorio o Manuel Jiménez Quiñó-
nez, conocido por su alias de El Seco.
Capturados el lunes 11 de septiembre de 2006 durante un opera-
tivo del Ejército mexicano en Apatzingán, a El Seco y cuatro de sus
cómplices —Luis Hernán Castillo Hernández, Víctor Manuel López
Espinoza (estos dos también ex soldados guatemaltecos), Rafael Peña-
losa Santos y Juan Luis Farías Macías— les decomisaron doce fusiles
de asalto AK-47 y AR-15, así como sesenta y cinco cargadores, tres
granadas de fragmentación, dos mil novecientos cuarenta y nueve car-
tuchos útiles, diez cascos blindados, nueve chalecos antibalas, unifor-
mes falsos de la Policía Federal, básculas para pesar droga y otros ob-
jetos. Algunos diarios en la Ciudad de México reportaron la captura
de los guatemaltecos, pero aún no se hablaba de La Familia.
Estos antecedentes apenas ilustran una parte de la realidad. An-
tes de asentarse en Apatzingán, el ex soldado guatemalteco hizo una
travesía de miles de kilómetros que inició en La Mesilla, en su país,
hasta llegar a Zitácuaro, un municipio michoacano a dos horas de
Toluca, la capital del Estado de México. El dato parece irrelevante,
pero en Zitácuaro —además de la Tierra Caliente, desde donde in-
cursionó a Luvianos— La Familia instaló otra base regional de ope-
raciones para expandirse al valle de Toluca. Dicho poblado, pues, era

73
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 74

el segundo cuartel desde donde el cártel se proponía conquistar el


territorio mexiquense.
Un día de mediados de 2006, comerciantes y empresarios de Zi-
tácuaro —quienes hacen muchos de sus negocios en los municipios
mexiquenses de Villa Victoria y Donato Guerra— se despertaron con
la noticia de que un cártel autonombrado como La Familia era dueño
de la plaza y cobraba por la seguridad. También descubrieron que ha-
bía fortalecido su línea de fuego con soldados extranjeros.
Originarios de Tierra Caliente michoacana, Los Sierra querían
apropiarse del narcomercado de Los Valencia y del de la delincuen-
cia común que controlaban bandas como la de Los Treinta. Luego
pretendían sustituir al Estado. Cuándo y cómo concibieron el plan
para conformar un cártel que llamarían La Familia Michoacana es
irrelevante, pero en principio incluso pactaron una alianza con el
Cártel del Golfo y Los Zetas. Muchos están convencidos de que esto
ocurrió en 2006.
Sin embargo, hay quienes creen que el origen de La Familia no está
en Los Sierra como una banda independiente, sino en una escisión del
Cártel del Golfo, cuyo brazo ejecutor estuvo en principio conformado
por tres grupos distintos: Los Zetas, Los Tangos y Los Sierra, refor-
zados con Kaibiles. Cualquiera que haya sido el origen, las declaracio-
nes ministeriales del ex soldado guatemalteco de dos nombres, Baudilio
Jiménez Rebolorio o Manuel Jiménez Quiñónez, dieron a la SIEDO
elementos para desentrañar al menos parte del misterio.
Aquel septiembre, la expansión familiar marchaba sobre ruedas,
hasta que El Seco Baudilio habló. Con una mayor capacidad, paciencia
y tiempo para fortalecerse, a principios de 2006 Los Sierra habían ini-
ciado una ambiciosa campaña de reclutamiento: buscaban especialistas
en el oficio de matar. Los cabecillas, dijo El Seco, se hacían llamar Sierra
uno, Sierra dos, Sierra tres y así consecutivamente hasta el once, que era el
número de líderes de la banda, aunque después se supo que había, por
ejemplo, dos Sierra once y un Sierra veintidós.
El Seco también contó que cada Sierra tenía bajo su mando a un jefe
operativo. A estos jefes se les conocía como Sierra Júpiter y Sierra Cuer-
vo, y cada uno manejaba de veintidós a treinta hombres de la tropa,

74
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 75

encargados de patrullar y vigilar entradas y salidas en cada municipio


de La Familia.
Luego, fuentes de la PGR filtraron a la prensa que la organización
operaba a través de un consejo ejecutivo integrado por cabezas visibles
(empresarios) y no visibles (narcotraficantes, contadores y sicarios) de
células regionales y municipales.

Ésta es la historia de la llegada del ex soldado guatemalteco. Así la


contó el 12 de septiembre de 2006, un día después de su captura:
“Hace quince años me presenté en la Zona Militar mil trescientos
dieciséis perteneciente al municipio de Mazatenango, Guatemala. Te-
nía el rango de soldado en el regimiento de Infantería”. Según sus
confesiones a medias, no aprendió a usar ninguna arma “porque me
enseñaron a correr, a marchar, a cantar. Como estuve quince días no
pudieron enseñarme nada. Hasta el mes enseñan a los reclutas a usar
las armas de fuego, cuando ya tienen confianza de que se van a que-
dar en el regimiento.
”A los quince días me sacó un coronel para trabajar en su rancho
de la ciudad de Ipala Chiquimula, donde ordeñaba vacas. Trabajé dos
años en ese lugar, con un ingreso quincenal de trescientos quetzales,
unos trescientos cincuenta pesos. Posteriormente me fui a Tiquizate,
donde trabajé empacando plátano, por dos mil cien quetzales mensua-
les. Lo hice durante diez u once años.”
Entonces decidió emigrar a otra zona guatemalteca conocida
como Cerro Colorado, “donde cortaba caña, lo que estuve haciendo
quince días porque Víctor (que trabaja para una persona de nombre
Mauricio) me dijo que iban a traer gente a México, a cortar uvas y
dar seguridad al patrón, refiriéndose como patrón al jefe de un coro-
nel retirado, coronel del Ejército guatemalteco, cuyo jefe trabajaba en
México.
”El jueves 20 de julio pasé a México por La Mesilla, sin docu-
mento alguno, con otras siete personas. Pasamos por tierra en una
pick up que nos llevó hasta la frontera de La Mesilla, donde nos con-
tactó un coyote, quien nos llevó a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. De ahí

75
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 76

nos trajo al Distrito Federal una señora a la que por radio le decían
La Camelia. Nos trajo en una camioneta gris GMC a la Ciudad de
México. Nos dejó en un hotel como a las veintitrés horas. A las cin-
co de la mañana del día siguiente nos recogió otra persona que nos
llevó a Zitácuaro, Michoacán, lugar donde nos contactó El Sierra once
de apodo El Gato.
”Esta ciudad es controlada por Sierra veintidós, el mero jefe de Zitá-
cuaro. Ellos nos mandaron en dos taxis a Uruapan. Nos recibió El
Mico, salvadoreño que no tiene ningún cargo; es como nosotros. Él nos
entretuvo dos días en casas de esa ciudad. Una era de dos niveles, fa-
chada blanca, muy bonita. La segunda era de dos niveles, con un por-
tón negro, fachada blanca también.
”De ahí nos mandaron en dos camionetas para Apatzingán, don-
de nos recibió Sierra once, que no era el mismo al que apodan El Gato.
Es una persona que vive en Cuatro Caminos y controla de Apatzingán
en adelante. Esta persona nos habló pesado. Nos dijo la verdad, que
veníamos a México para hacer el trabajo de matar gente. No íbamos a
cortar uvas.
”También nos entregó, a la mitad de los ocho, con Don Poncho. La
otra mitad se quedó. A las ocho personas que veníamos sólo las co-
nozco por apodos: Máscara, Guisquil, Escuadrón, Jason, Alacrán, Dragón, Van
Dam y yo. Nos fuimos con Don Poncho a Pizándaro, donde estuvimos
quince días en una casa que nos alquilaron. En ese lugar estuvimos co-
miendo y durmiendo. Estábamos los cuatro que habíamos llegado con
Don Poncho: El Viejo, Juilín, Dragón y yo, y otras cinco personas: Coyote, Ca-
brera, Cobra, Tigre y Camaleón.
”Durante ese tiempo pudimos platicar. Ellos eran mexicanos, que
anteriormente se dedicaban a ser policías en la ciudad de Colima. Te-
nían cuatro meses de haber salido. Pero no decían mucho, sólo que
iban a regresar a la policía, y al parecer se regresaron. Nos pagaron dos
semanas de sueldo: cuatro mil pesos, que gasté en ropa, zapatos, telé-
fono celular y tarjetas telefónicas.
”Después de esos quince días nos iban a pagar otra vez. Ya no
nos pagaron. Decían que llegaría el dinero, pero nunca llegó. Poste-
riormente nos mandaron al Aguaje. Don Poncho consiguió una casa

76
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 77

para vivir. Para allá movimos todo el equipo: armas, ropa, cartuchos
y todo lo que fue asegurado al momento en que nos detuvieron. Esas
cosas las tenía Don Poncho en Apatzingán, por eso las trasladamos al
Aguaje.
”Don Poncho nos cambió de casa porque teníamos que movernos lo
más cerca de Aguililla para conquistar esa ciudad. Sé que todas las en-
tradas están dominadas por La Familia, grupo que se une a Los Zetas
para controlar Michoacán. En relación a La Familia, quiero mencionar
que no sé quién la dirige, pero sé que la componen Los Sierra.
”Son los oficiales y son como once, se numeran Sierra uno, Sierra dos
y así consecutivamente. También La Familia la conforma gente como
nosotros, entre mexicanos y guatemaltecos, somos como soldados. So-
mos como trescientas personas y una que otra es de nacionalidad sal-
vadoreña. Pero ellos son muy pocos porque los salvadoreños no son
fieles. Cuando salen del grupo andan contando cosas.
”De los once Sierras, conocí a los dos Sierra once, al Sierra Júpiter, al
Sierra Cuervo y a Don Poncho. Cada uno tiene su grupo de entre veintidós
y treinta personas. También conocí a El Sapo, un grado menor a Sierra
ya que sólo se encuentra de encargado cuando sale Júpiter. Y conocí al
compadre de Don Poncho, una persona de la tropa, como nosotros, pero
a él casi no lo sacan y le dan buenas armas.
”Ya en el Aguaje, salimos a patrullar en motocicleta. Mi función
era la de ir a una salida de la ciudad, la que viene para Aguililla, y re-
portar a los carros sospechosos; es decir, tres camionetas juntas, o la
llegada de los chiles, los soldados. Tenía que avisar si llegaba gente de El
Chapo, un narcotraficante pesado. No lo conozco, pero sé que había es-
capado de la cárcel.
”Tenía que avisar de todo por el canal dieciocho, de un radio Mo-
torola, a Coyote. Entonces, él subía el equipo entero, con uniforme.
Agarraba su rifle cada persona y salían en camioneta a interceptar a los
sospechosos. El uniforme que usábamos era pantalón negro, camisa
negra, chaleco donde van los cargadores y a veces gorra. Teníamos una
Ford blanca, pero los vehículos los cambian muy seguido. El Aguaje
está bajo control, sólo nos falta controlar bien Aguililla.
”Tenemos como ciento setenta claves pero sólo aprendí una, la

77
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 78

ciento uno, que significa descanso, y la trece, que es la de matar. En el


tiempo que estuve en la organización, supe de una balacera en el Agua-
je. Se enfrentaron gente de El Chapo y Los Zetas. Dos de los nuestros
fueron baleados. Los nuestros traían diez camionetas y creo que los de
El Chapo eran más porque los nuestros retrocedieron.
”De las personas con las que fui detenido conozco a Viejo [luego
identificado como Luis Hernán Castillo Hernández] y a Juilín [o El
Negro, cuyo nombre real es Víctor Manuel López Espinosa], porque
son guatemaltecos. Los otros [Rafael y Juan Luis] son de Michoacán,
trabajan con Don Poncho. Son vigilantes, su actividad es ver qué gente
anda caminando y decir quién sí es de ahí y quién no, para determinar
si hay gente rara que pudiera atacar a la organización.
”Coyote es un teniente del Ejército mexicano. Es él quien usa las
granadas. Siempre anda armado con su Mágnum calibre .357. Final-
mente, quiero mencionar que hace como seis días me llevaron al Agua-
je, a unas limoneras, donde hice una práctica de tiro con un cuerno de
chivo. Tiré cuatro cartuchos al cerro”.
Más tarde, un Sierra once fue identificado como Flavio Méndez San-
tiago, alias El Amarillo, escoltado casi siempre por dos sargentos del
Ejército mexicano. El Seco aclaró el panorama: “Supe que a estas perso-
nas las habían decapitado. Coyote nos dijo que Sierra once le dijo que ha-
bía matado a cinco, que el mero jefe estaba bien contento. Los cuer-
pos los tiraron o los enterraron en Pizándaro. De esas cinco personas
no conocí a nadie, pero sí a un guatemalteco, de nombre Mario, al que
también le cortaron la cabeza. Lo detuvieron cinco días por no haber
cumplido la misión de matar a una persona que se le escapó. Lo deca-
pitaron con un machete de punta curva, usado para el corte, y que tie-
ne el nombre de guadaña.
”Hay otras cosas que me constan. Por ejemplo, lo de las armas y
lo de matar gente. Hace como veinte días El Cobra le sacó los ojos, con
un cuchillo, a una persona, era el jefe del Aguaje en la organización de
El Chapo Guzmán, y luego lo decapitó. El cuerpo lo metieron a un
pozo. La cabeza la fueron a tirar. Era una persona como de sesenta
años, robusta, blanca […] pecoso, sin bigote y pelo corto.”
Interrogado sobre si algún policía o funcionario había sido com-

78
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 79

prado por La Familia, el ex soldado guatemalteco fue contundente:


“Toda la policía, incluyendo los jefes de ese lugar, está comprada. Si
hay algún policía que no esté con La Familia, lo matan. Cuando nos
llevaron a Zitácuaro, nos recibió El Gato y a cuatro nos llevaron a co-
mer tacos. Llegó la judicial con su camioneta y una computadora por-
tátil. Se bajaron y se pusieron a tomar las placas. El chofer que nos
traía llamó a una persona y le pasó el teléfono a uno de los judiciales.
Entonces, el judicial dijo: ‘Por qué no nos lo dijeron’. El chofer le dio
un manojo de dinero y se fueron pidiéndonos disculpas”.

Desde 2005, como editor en jefe del diario Alfa y luego ya como di-
rector editorial de Nuestro Tiempo Toluca, Miguel Alvarado se ha hecho el
propósito de mantener un registro puntual, a través de crónicas y re-
portajes, de los acontecimientos de esa zona ignorada por las autori-
dades estatales en Toluca pero sí “atendida” y controlada por los ca-
pos y sus asesinos a sueldo.
Hace tiempo aprendió a tomarle el pulso a Luvianos. De regre-
so a esta localidad, a la que no deja como reportero, pero tampoco
como editor —porque en sus órdenes de información aparece de vez
en vez investigar historias sobre el desarrollo del pueblo y cada que
puede se toma el tiempo para escribir él mismo—, descubre que, en
su paso de Villa de Luvianos a municipio, se transformó en mercan-
cía. Y así lo redescubre con uno de sus colaboradores. Sabe que no
parece más un pueblo del sur sino, tal vez, un gran suburbio, aunque
todavía en la marginalidad, de Toluca. “Hace seis años”, recuerda,
“la violencia que se respiraba era más, pero no era tan peligroso
aventurarse por estos rumbos”.
La región es hoy una de las principales capitales del narcotráfico y
no porque allí se produzca, almacene o trafique, sino porque en 2005
fue elegida por algunos de Los Zetas como lugar de residencia. Más
tarde, en 2007 y 2008, cuando se pusieron en marcha los operativos
especiales en Guerrero y Michoacán, llegaron los capos de este último
estado vecino. Los Zetas de los Beltrán Leyva y El Chapo Guzmán les
habían ganado la carrera inicial. Es un secreto a voces. Todos identifi-

79
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 80

can a los primeros que arribaron y a los que llegaron después. Todos
saben que así empezó la guerra, aun cuando lo digan —si lo dicen—
en voz baja y sin mirar a los ojos.

Un extenso valle rodeado por caprichosas formaciones rocosas alber-


ga pequeños poblados. Casas diseminadas aquí y allá dan forma a las
comunidades. Una carretera, laberíntica, apenas está en condiciones
para transitar. Luvianos bien pudiera competir con Valle de Bravo, Ma-
linalco, Ixtapan de la Sal o Sultepec como atracción turística de fin de
semana, pero su encanto es otro.
Tiene el clima idóneo, poca gente, paisajes naturales impresionan-
tes y comida singular. Pese a que cuenta con uno de los balnearios
más grandes de la región, pocos se aventuran a quedarse un día ente-
ro en este municipio. También aquí se localizan la sierra de Nanchi-
titla y Nanchititla, un enorme parque estatal que es hábitat de espe-
cies en extinción y en donde se fomenta el ecoturismo… pero donde
los narcotraficantes encontraron una alternativa para la siembra de
amapola.
Carlos, un adulto joven quien trabaja en Tejupilco, pero que debe
ir a Luvianos al menos tres veces por semana, dice que hay reglas no
escritas. Está enterado de la guerra entre narcos por el control de la
región. Luvianos es la última frontera del Estado de México para ac-
ceder a Michoacán y Guerrero. Y el Estado de México es un punto
vital para quien quiera controlar un mercado más extenso, que co-
mienza en Acapulco, abarca Oaxaca y llega hasta Jalisco. Los Zetas lo
saben y disputan el territorio palmo a palmo. Primero fue con Los
Pelones, sus contrapartes en Michoacán y Guerrero, luego con La Fa-
milia Michoacana.
“Hay un líder, no sé cómo se llama, pero lo hemos visto poco,
dos o tres veces. Va rodeado de gente que conocemos que está meti-
da en el narcotráfico. Unos, por ejemplo, dicen que la inseguridad ha
disminuido casi a cero porque ahora Los Zetas controlan los caminos
por las noches. Ponen retenes y cuidan de que Los Pelones y La Fa-
milia no les tiendan emboscadas a los carros que les interesan.” La ex-

80
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 81

plicación de Carlos es amplia. Se entiende por qué nadie sale ya tan


noche; además, Los Zetas llegan a castigar con la muerte a los que no
los obedecen.
Paralela al hecho de que la pobreza se palpa por doquier, cierta ex-
traña bonanza de Luvianos se nota también en un Tejupilco, que ha
crecido económicamente y de cuya antigua traza sólo queda la plaza
central, donde la gente se reúne por las tardes a jugar lotería o a des-
cansar del ardiente sol. Por lo demás, hay una explosión de negocios
pequeños y grandes que serpentean a lo largo de la carretera estatal que
atraviesa el pueblo. No obstante que está a media hora de Temascalte-
pec, la fisonomía de Tejupilco es diferente: la marginación es similar a
la de otros municipios, pero el dinero del narcotráfico mantiene a flo-
te la economía.
La región del sur presenta otro fenómeno: la dolarización. Cual-
quier comercio acepta pagos con billetes verdes.
Carlos ha vivido toda su vida en esa zona y, por lo mismo, sabe
que “hay dueños que llegaron a Tejupilco hace pocos años y hoy son
grandes señores, con mucho dinero”. Sobre el miedo, este hombre es
aún más directo: “A quién le damos: a Los Zetas, a La Familia, a El
Chapo o a cualquier otro narquillo criminal que venga presentándose
con nosotros para obligarnos a comprar seguridad o a convencernos
sobre la necesidad de pagar el derecho de piso”. Y advierte: “A los que
se llevan jamás regresan”.
Hay municipios aledaños, Zacazonapan y San Martín Otzoloa-
pan, cuyo atraso es notoriamente mayor, salvo por contadas familias
dedicadas a la ganadería o a empresas familiares. Todos conservan la
arquitectura centenaria de sus casas, las costumbres y las tradiciones.
Todos, excepto Luvianos, que cambió sus paseos a pie en la cabecera
municipal por la ronda de autos de superlujo, entre los que, por prime-
ra vez en 2006, se incluyó ese primer Ferrari mencionado anterior-
mente y que de vez en cuando circula sin el menor empacho.
Las casas, igualmente, han cambiado. Algunas sobresalen por os-
tentosas y por sus exageradas ornamentaciones. Hay una que semeja
un pastel de cumpleaños, con decenas de arcos y pintada de verde.
Otra, por ejemplo, recuerda la fría sobriedad de un mausoleo o una pe-

81
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 82

queña fortaleza, pues su exterior está decorado con mármol y las ven-
tanas tienen vidrios polarizados. Nadie sabe a quién pertenecen. Al
menos nadie lo comenta.

PARTE DE GUERRA

Octubre 20 de 2007. Una partida del Ejército custodiaba entradas y


salidas de Luvianos. Nadie lo decía, pero había temor porque, al otro
lado de la frontera estatal, en Michoacán, los cárteles habían intensifi-
cado la guerra de exterminio. El miércoles 17, los luvianenses se ente-
raron de la ejecución del ganadero Raúl Duarte Ramírez en Ziránda-
ro, Guerrero. A las nueve y media de la noche previa, las autoridades
habían encontrado su cadáver en el rancho El Totolote, del poblado de
Alita. Antes de ajusticiarlo con cinco balazos de una pistola calibre
treinta y ocho súper, sus verdugos lo torturaron durante varios días y
lo tuvieron con las manos atadas hacia atrás con una agujeta blanca.
Duarte Ramírez fue el tercer ganadero asesinado en Tierra Ca-
liente: el 5 de septiembre de 2006, Mario Cruz Ramírez sufrió el
mismo narcocastigo; fue levantado en Coyuca de Catalán, Guerrero, y
su cuerpo encontrado dos días más tarde. Y el lunes 13 de noviembre
de ese año, también en Coyuca de Catalán, fue hallado, ejecutado de
un balazo en la cabeza, Adán Reinoso Albarrán, de treinta y cinco
años de edad.
Los narcotraficantes ya vivían su guerra en Tierra Caliente: el
miércoles 15 de noviembre de 2006, elementos del cuarenta batallón
de Infantería destacamentado en Altamirano y de la AFI localizaron
y catearon una casa de seguridad en el poblado de Cutzamala, muni-
cipio de Tierra Caliente, donde incautaron trece rifles AR-15, dos
AK-47, dos granadas de fragmentación, tres mil cartuchos útiles em-
paquetados en mochilas y cajas, sesenta y seis cargadores vacíos y
veintitrés abastecidos.
Los responsables de ese pequeño arsenal, nunca capturados, tam-
bién tenían catorce uniformes del Ejército, con sus botas y gorras, diez
playeras con las siglas de la AFI y seis camionetas de lujo, entre ellas

82
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 83

una X-Trail, una Suburban, una Lobo y una HHR, en cuyo interior
estaba el arsenal.
Mientras los criminales se daban un descanso para comer en el res-
taurante Las Hamacas, también el lunes 15 de octubre de 2007, en
Coyuca de Catalán, se hizo pública la captura de Víctor Aguirre Nie-
to, de treinta y siete años de edad; Iván Nájera Suazo, de veintisiete;
Luis Navarro Peñaloza, de veintitrés; Norberto Pineda Sotelo, de
treinta y tres; Rodolfo Maldonado Bustos, de cuarenta y ocho, y en
otro lugar, pero relacionado con ellos, de Fausto Martínez Aguirre, a
quienes les fueron decomisados cuatro rifles AR-15, un AK-47, tres
fusiles Mini-14, dos pistolas calibre nueve milímetros y treinta y ocho
súper, que transportaban en dos camionetas: una Cherokee 2007 y una
Outlander gris. En el interior de ambas camionetas fueron encontra-
dos dos cargadores para pistola nueve milímetros, uno para treinta y
ocho súper, dos para AK-47, uno para fusil 5.56X45, otro para fusil
Mini-14, siete para AR-15, doscientos noventa y nueve cartuchos AR-
15, ciento seis para AK-47, cinco celulares, veinticinco gramos de co-
caína, más de cincuenta mil pesos en joyas, y once mil pesos y sesenta
dólares en efectivo, que, junto con los seis detenidos, quedaron a dis-
posición del Ministerio Público en Coyuca de Catalán.
Ante las muertes violentas y la carrera por armarse hasta los dien-
tes características de la confrontación entre narcotraficantes, la presen-
cia de éstos había sido aceptada y tolerada en cada municipio de Tierra
Caliente. Las autoridades estaban convertidas en meros espectadores,
y en muchos de los casos, también en cómplices.
En el Triángulo de la Brecha, la guerra era abierta desde 2006. Por
ejemplo, el 31 de agosto un comando asesinó en el municipio michoa-
cano de Huetamo a dos personas —una fue identificada como José
Hilde Suárez Berrum, El Cachirul, chofer de treinta y nueve años de
edad, hermano de Ranferi Suárez Berrum, quien gobernó Cutzamala
(Guerrero) de 1993 a1 996— para enviar una serie de mensajes direc-
tos a dos de los principales operadores de Los Zetas: El Lazca Heriber-
to Lazcano Lazcano, conocido como el Z-3 (un ex integrante del Gru-
po Aeromóvil de Fuerzas Especiales —Gafes—), y El Efra Efraín
Teodoro Torres, el Z 14.

83
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 84

Sobre los cuerpos tirados en la caja de una camioneta Silverado


había un mensaje con tres destinatarios: “Esto es un saludo de parte
de los güeritos José Luis Rodríguez Olivera y Esteban Rodríguez Oli-
vera y la calabaza para Eduardo Costilla y Heriberto Lazcano y para
Efraín Teodoro, AZ 14”. Sobre el nombre de Eduardo Costilla, los in-
vestigadores supusieron que era Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, un
ex policía de Matamoros al servicio Los Zetas.
La segunda víctima de los güeritos fue identificada como José Cruz
Beltrán Reyes. Encontrados a las seis y media de la tarde, los dos cuer-
pos estaban amordazados, atados de pies y manos, y presentaban hue-
llas de tortura. Ambos fueron degollados.
Quizá el caso más recordado y que llegó con estruendo a los oí-
dos de los luvianenses fue el citado de Sol y Sombra, una cantina y tu-
gurio en Uruapan: en las primeras horas de la madrugada del 6 de sep-
tiembre irrumpió un comando de unos quince matones, quienes
viajaban en tres camionetas. Todos de negro, con vestimentas de la AFI
y encapuchados, los sicarios abrieron fuego indiscriminado contra
clientes, bailarinas, meseros y cantineros. Luego, todo fue muy depri-
sa: dos de los criminales, con bolsas de plástico, se acercaron a la pis-
ta de baile y arrojaron cinco cabezas humanas. Entre el pánico, salie-
ron por donde habían entrado, dejando un mensaje muy claro para sus
enemigos en la guerra por el control de Tierra Caliente: “La Familia
no mata por paga, no mata mujeres, no mata inocentes. Sólo muere
quien debe morir”. Sí, era La Familia Michoacana.
Hacia 2007, la Tierra Caliente de Michoacán resintió la presen-
cia de casi todos los cárteles. La zona estaba convertida en un cam-
po de batalla, pero el gobierno se estremeció el 1 de mayo, cuando
un comando de dieciocho asesinos a sueldo, encabezados por El Ja-
guar, emboscó a una partida de las Fuerzas Armadas en Carácuro, te-
rritorio dominado por Los Treinta o Los Tapancos de Flavio Rodrí-
guez Espino, operador de los cárteles de Sinaloa y de Los Valencia
en Michoacán.
Los soldados apenas pudieron repeler el fuego. En el ataque murie-
ron el coronel de Infantería Antioco Hernández Morales, el sargento
segundo de Infantería Humberto Ruiz Hernández, el cabo escribiente

84
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 85

Júpiter Francisco Carrillo Cornejo, el cabo de Infantería Armando Va-


lentín Aguilar y el cabo conductor Israel Téllez Villanueva.
Aunque un enfrentamiento posterior se prolongó por media hora,
los militares no tuvieron muchas oportunidades. La historia fue la si-
guiente: a bordo de una camioneta Ford Ranger color guinda, a las
nueve y media de la noche los militares atendían una denuncia ciuda-
dana sobre la presencia de narcotraficantes en Carácuaro. La mayoría
viajaban en la parte posterior, oculta por el cámper.
El vehículo seguía a una Ford pick up con placas de Texas, de la cual
salieron varios pistoleros que abrieron fuego. Al mismo tiempo, más
pistoleros surgieron de otro punto de la calle y acorralaron a los sol-
dados, frente a la presidencia municipal. La camioneta militar recibió
al menos un centenar de disparos de rifles de asalto AK-47 y FAL nue-
ve milímetros. Resultaron heridos otros tres soldados, y en el lugar
quedó muerto un agresor. Agentes del Ministerio Público local reco-
gieron noventa y dos casquillos percutidos.
Pasados los funerales y un homenaje que encabezó el presidente
Felipe Calderón, las Fuerzas Armadas tomaron por asalto Carácuaro,
allanaron decenas de viviendas, se hicieron de la presidencia municipal
y, en los hechos, suspendieron las garantías individuales. Pero el desa-
fío abierto al Ejército tuvo un nuevo capítulo en Apatzingán, cuando
el día 6 de mayo otro comando de sicarios recibió a balazos, en un do-
micilio particular, a un grupo de militares. La refriega duró media
hora. Murieron cuatro delincuentes. Tres soldados resultaron heridos.
La batalla se recrudeció de Guerrero a Michoacán y el efecto se re-
sintió de inmediato en la Tierra Caliente mexiquense. Por eso las au-
toridades estatales llamaron a la violencia en el sur del Estado de Mé-
xico el “efecto cucaracha”.
Lo cierto es que los narcotraficantes se armaron para atacar en to-
dos los frentes. Y atacaron: el ajuste de cuentas llegó con acciones san-
grientas y ataques despiadados. De las ejecuciones se llevó un registró
desde mayo de 2007. El comandante Guillermo Bahena Gómez, de la
policía municipal de Zacualpan, murió acribillado, el día 26, en una
pequeña miscelánea. Compañeros y subordinados de Bahena, un hom-
bre de veintiocho años de edad, afirmaron que un sujeto de nombre

85
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 86

Mario López Gómez, sin motivo alguno, abrió fuego contra el coman-
dante y otros policías.
El disparo que mató a Bahena le entró por la garganta y salió por
la nunca. López Gómez tenía buena puntería, “endiablada”, comenta-
ría un policía municipal. La Smith & Wesson, calibre trescientos cin-
cuenta y siete, de seis cartuchos, cinco percutidos y uno útil, que por-
taba el criminal, fue entregada a agentes del Ministerio Público. Se
sostuvo que con esa arma también había sido herido el oficial José
Luis Manra Mejía.
Tres días después, Camilo Damián Flores caminaba por las calles
de la cabecera de Zacualpan, acompañado por su esposa, María Elena
Barrios Rodríguez. Se dirigía a su trabajo, justo en la alcaldía de aque-
lla localidad. Eran las nueve y media de la mañana. Ambos acababan
de salir de su casa en el barrio de Chacopingo, cuando les salió al paso
un grupo armado y los acribilló.
Damián Flores, de cuarenta y dos años años, era director de Segu-
ridad Pública y, por lo tanto, jefe de la policía municipal de Zacual-
pan. Su esposa salió con vida. Él murió casi de inmediato tras recibir
la descarga de rifles M-1. A esa hora de la mañana, el pueblo estaba en
movimiento. Hubo testigos, pero nadie vio cuántos agresores eran ni
en qué autos se movían. El jefe de policía quedó tirado en la calle de
Filemón Fuentes, del mencionado barrio de Chacopingo. Vestía un
pantalón oscuro y camisa a rayas. Quedó boca abajo, con los miem-
bros en cruz, y se llevó las claves sobre sus asesinos.
El miércoles 8 de agosto, un comando abatió a tiros a Enrique
Hernández Bernardino y a su asistente, Francisco Javier Martínez,
cuando transitaban por la carretera federal Tejupilco-Ciudad Altami-
rano a bordo de un Tsuru gris. El primero era el ex presidente muni-
cipal de Tlatlaya. Regresaban de la lectura del primer informe del al-
calde de Otzoloapan, Aarón Pedraza Jaramillo.
Según señalaron algunos testigos, en la carretera les dio alcance
una camioneta oscura y se les emparejó en el kilómetro ciento quince,
a la altura de la comunidad Cuadrilla de López, en el municipio de Te-
jupilco. Los tripulantes de la camioneta abrieron fuego. En el lugar de
la agresión la policía ministerial levantó treinta cartuchos percutidos.

86
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 87

Sin pruebas —por lo menos no las hizo públicas—, el procura-


dor mexiquense Abel Villicaña Estrada, que gozaba de todas las con-
fianzas de Peña Nieto, se fue de lengua e involucró en la doble ejecu-
ción al alcalde en funciones de Tlatlaya, el perredista Crisóforo
Hernández Mena. Luego lo obligaron a ofrecer disculpas, lo cual
hizo a través de un escueto comunicado. Días más tarde se supo que
las órdenes para ajusticiar al político y a su asistente —como otras
ejecuciones en la zona— habían salido desde Luvianos, de la boca del
maestro Ranferi González Peña, alias El General o El Comandante, con-
vertido ya en el mayor representante de los capos en todo el sur me-
xiquense. Sólo rivalizaban con él su hermano El Coronel Albert y el lu-
garteniente de éste, El Diablo Edson Gabriel Sosa, quien sí era un
militar de verdad, aunque desertor.

P RELUDIO DE MUERTE

Como se ha visto, las noticias sobre homicidios, secuestros y ejecucio-


nes al estilo de la mafia proliferan en la Tierra Caliente mexiquense.
Los crímenes revelan con crudeza la situación. Y en aquel año 2007,
uno de los que más impactó —porque pegó directo al corazón del go-
bierno de Peña Nieto— fue la desaparición del comandante Patricio
Mondragón Hernández, quien daba protección a una red de narcotra-
ficantes de Tierra Caliente.
Era Mondragón un sospechoso y, por eso —después de ser vícti-
ma de un levantón en el que participó una veintena de pistoleros—, la
administración de Peña Nieto intentó lavarse las manos en julio si-
guiente. El despido y “remoción del cargo” del comandante, avalados
por la Procuraduría mexiquense, se publicaron el día 17 de ese mes en
la Gaceta del Gobierno. La irregularidad que sirvió como justificación fue:
“Haber faltado al desempeño los días 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27 y 28
de mayo”. Sin embargo, las evidencias mostraban que la desaparición
del comandante Mondragón se había reportado entre el 24 y el 25 de
mayo, en Tejupilco.
El viernes 25, el titular de la Subprocuraduría Regional en Teju-

87
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 88

pilco, Raúl Castrejón Núñez, hizo declaraciones a reporteros de El Sol


de Toluca para confirmar ‘el secuestro de dos policías ministeriales en ac-
tivo’, llevado a cabo por delincuentes que vestían uniformes e insignias
de la AFI. Claro, Mondragón era uno de ellos.
“Aunque su familia vive en Tejupilco”, le dijo Castrejón a Magda-
lena Santiago, “el policía ministerial se desempeñaba en el grupo de
Donato Guerra, perteneciente a la Subprocuraduría Regional de Valle
de Bravo y fue al regresar de su trabajo cuando fue levantado por gentes
vestidas de negro con las siglas de la AFI, aproximadamente de tres a
cuatro sujetos, quienes lo subieron a una camioneta Suburban y se lo
llevaron rumbo a Luvianos. Modragón es hermano del director de la
policía municipal de Tejupilco, Joaquín Mondragón. Hasta el momen-
to no se tienen noticias de su paradero, aunque se está tratando de
identificar a través de una cadena a un contacto de quienes supuesta-
mente se lo llevaron.”
Dicha desaparición se sumó a la del agente ministerial Bulmaro
Salgado García, víctima de un levantón, en pleno centro de Tejupilco
(donde vivía), la noche del viernes 11 de mayo. Salgado García estaba
adscrito al grupo de Villa Guerrero, en la Subprocuraduría de Ixtapan
de la Sal. Con el agente se esfumaron sus madrinas Isidro Vargas y Nar-
ciso Plácido Cervantes.
De igual manera, el martes 16 de octubre de ese 2007 se atribuyó
a narcotraficantes de Luvianos el homicidio de Roberto López Pine-
da, ocurrido en el municipio de Ocoyoacac, cerca del área de La Mar-
quesa. Era empleado del aeropuerto de Toluca y un año antes había
participado en un decomiso de droga a dos pasajeros, quienes, coinci-
dentemente, vivían en Zirándaro, Guerrero.
El cadáver de López Pineda apareció en un paraje de La Escondi-
da, sobre la carretera México-Toluca, con signos de tortura. Lo habían
estrangulado con un cable de electricidad. Acreditado como ingeniero
en aeronáutica civil, en 2006 López Pineda colaboró para asegurar se-
tenta kilogramos de marihuana, además de cocaína, y detener a dos de-
lincuentes identificados como Luis Zarco Arellano y Alberto Andra-
de Silva, que se dirigían a Tijuana. El primero de ellos era zirandense.
Según reportes de la PGR, durante una inspección de seguridad hecha

88
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 89

a los pasajeros del vuelo 212 de la línea aérea Volaris, en el área deno-
minada “ERPE Nacional Terminal Dos”, revisaron el equipaje de
mano que llevaban consigo. Los federales descubrieron cincuenta y seis
paquetes de cocaína, rectangulares y envueltos con cinta canela y plás-
tico transparente.
Invisible el narcotráfico para las policías estatales, desde años atrás
se venían dando pequeños golpes sistemáticos a narcotraficantes del
sur, pero uno de los principales tuvo lugar en 2003 en la ranchería Ba-
rranca Jalpa, donde la AFI aseguró mil seiscientos kilogramos de ma-
rihuana, así como un plantío de cuatrocientos metros de largo por cua-
tro de ancho.
Hoy los luvianenses han retomado su vida en un pueblo torcido.
Salen a las calles pero no hablan. Pese a que los autos son revisados en
retenes del Ejército, Los Zetas y La Familia operan como si nada.
“Todo mundo sabe dónde vive el líder de los narcos. No sé si es de
Los Zetas, pero llegaron hace tiempo y tienen su casa a la vista de to-
dos. A él no lo han molestado, ni siquiera tocaron a su puerta”, aseve-
ra uno de los habitantes. Agrega que, en el trienio pasado, hubo un
pleito entre la presidencia municipal y los narcos “por motivos que
desconocemos […], incluso quisieron llevarse a la esposa del alcalde,
y por eso llamaron a los militares”.
Baja la voz cuando dice: “Seguramente alguien se pasó de listo, pero
todavía no ha pasado nada”. Las revisiones y cotejo de nombres y nú-
mero de serie se efectúan sin mirar jerarquías o rangos gubernamenta-
les. Dentro del operativo nadie está exento, ni siquiera funcionarios de
alto nivel del gobierno estatal que encabeza Enrique Peña Nieto.
El martes 18 de septiembre de 2007, la situación en el sur, con de-
saparición de policías municipales, ejecución de comandantes y levan-
tones de agentes de la ASE, obligó al procurador Villicaña a reconocer
la existencia de asesinos a sueldo que operaban en la región; incluso
sostuvo que se trataba de doce. Declaró que a causa de ellos la violen-
cia en esa zona había alcanzado niveles preocupantes. Nunca explicó
de dónde sacó ese número de sicarios, porque tan sólo el grupo de El
Coronel o El Tigre Albert González estaba integrado por un centenar de
pistoleros, sin incluir a los de su compinche El Diablo, ni a los de El Ge-

89
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 90

neral Ranferi González, ni a los de confianza que se movían en la zona


por cuenta de los hermanos Beltrán Leyva, ni a los enviados persona-
les de El Chapo Guzmán.
Para matizar el problema, recordó que todo el país atravesaba por
un momento difícil en materia de inseguridad y que, en el caso del sur
mexiquense, estaba muy arraigado el fenómeno del “exterminio de fa-
milias completas”. En un encuentro con diputados locales, el funcio-
nario aceptó que en esa región era “palpable” el aumento del narco-
menudeo y una descomposición en todos los niveles sociales y que,
aprovechándose de tal situación, algunos individuos habían recurrido
a la contratación de matones.
El diputado local Epifanio López Garnica fue más explícito y ad-
virtió que, en los últimos meses, en la región se habían reportado por
lo menos sesenta y dos ejecuciones. A la masacre de dos familias com-
pletas, en mayo y junio de 2007, se sumaron los secuestros de los po-
licías Mario Pérez Carreto, Humberto Reynoso Pérez, Jesús Corneto
Navarro, Constantino Jaramillo, Hermelindo Arellano Macedo, Ale-
jandro Rojas y Domingo García.
Para culminar, en una de sus notas del 11 de noviembre de 2008,
el periódico Milenio precisó: “En la Subprocuraduría de Justicia de la
zona sur del Estado de México, que comprende los municipios de Te-
jupilco, Temascaltepec, San Simón de Guerrero, Amatepec, Tlatlaya y
Luvianos, y donde la población se calcula en unos cuatrocientos mil
habitantes, sólo hay adscritos treinta elementos ministeriales en las
áreas de investigaciones y aprehensiones, dijo en su momento el sub-
procurador Eladio Molina Monroy”.
Acosado por diputados del PRD, cuestionado por la Comisión
Nacional de Derechos Humanos y atrapado en una onda expansiva de
violencia que siempre lo superó o nunca entendió, Villicaña dimitió el
12 de marzo de 2008. Su renuncia se tardó por el apoyo incondicio-
nal de Peña Nieto, pero era inevitable.
El asesinato por encargo se inserta en una cotidianeidad a la que
asiste la ciudadanía sin quererlo ni proponérselo. Una crónica que el
23 de octubre de 2009 publicó el periodista toluqueño Elpidio Her-
nández así lo describe: “La disputa por la plaza se ha vuelto encarni-

90
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 91

zada. En menos de una semana siete personas fueron ultimadas en di-


ferentes eventos, a pesar de que las fuerzas policiales se encuentran vol-
cadas en aquella zona, considerada como una de las más peligrosas de
la entidad. […] La ola de crímenes imputados al narcotráfico inició el
jueves 15 de octubre: dos personas fueron victimadas a bordo de una
camioneta cuando viajaban sobre la carretera a San Juan Acatitlán. Las
víctimas fueron emboscadas y ejecutadas con armas de grueso calibre.
Los episodios sangrientos continuaron la mañana del jueves cuando se
registró un enfrentamiento entre sicarios de La Familia Michoacana y
Los Zetas. El hecho tuvo lugar al filo de las once de la mañana, en un
paraje boscoso de la comunidad de Caja de Agua, donde se localiza-
ron tres vehículos, el cuerpo de dos sicarios, dos masas encefálicas casi
completas y cientos de casquillos percutidos de armas de grueso cali-
bre como AK-47 cuerno de chivo, así como rifles de asalto AR-15 y me-
dia decena de granadas de fragmentación.
”Un día después se registró otro hecho violento cuando en la mis-
ma carretera fue descubierto, en el interior de una camioneta de las lla-
madas ‘Estaquitas’, el cuerpo sin vida de un hombre. En el lugar se lo-
calizaron decenas de casquillos percutidos por armas de grueso
calibre. El viernes mortal continuó con una ejecución más. El cadáver
de un hombre fue localizado en el kilómetro uno de un camino de te-
rracería que conduce a la comunidad de Los Epazotes. La víctima, de
veintiocho años de edad, presentaba un tiro en el pecho. A estos acon-
tecimientos se suma la ejecución de un hombre el mismo viernes en la
calle Benito Juárez, colonia Del Parque de la capital mexiquense. La
víctima era originaria de Luvianos y tenía nexos familiares con los dos
ejecutados del día anterior en aquel municipio. Las jornadas violentas
tuvieron un receso que fue reanudado la mañana del martes 20 de oc-
tubre cuando fue localizado el cuerpo de un hombre en la carretera
Luvianos-Pilcaya. El cadáver presentaba dos impactos de bala en la ca-
beza. Se presume que formaba parte de alguna corporación policiaca
por sus ropas y el tipo de corte de cabello. Los episodios sangrientos
se han convertido en sucesos comunes. El gobierno de Peña Nieto se
ha convertido en simple espectador del crimen organizado. Las esca-
sas detenciones de capos y sicarios en territorio mexiquense han sido

91
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 92

por cuenta de las autoridades federales. La Procuraduría estatal nave-


ga sin rumbo y hasta el martes 13 de octubre la cifra de ejecutados en
territorio estatal alcanzaba doscientos sesenta y tres.”

D ECISIÓN
En febrero de 2009, un martes de tianguis, Nuestro Tiempo Toluca regre-
sa al cuartel de Los Zetas y La Familia Michoacana en el sur mexi-
quense. Algunos mandos de éstos decidieron establecerse allí, instalar
en Luvianos una de sus bases principales mientras la Legislatura local
juramentaba a Enrique Peña Nieto como gobernador, en 2005.
Sesenta años atrás, Luvianos contaba con apenas dos mil quinien-
tos habitantes. Hoy supera los cuarenta mil. Ha cambiado. El pueblo
está feo. Los narcotraficantes tienen recursos pero mal gusto. Eso sí,
son prácticos, como lo demuestran las gruesas planchas de cemento
que permiten la circulación de sus autos costosos.
Nuestro Tiempo Toluca repite parte de los recorridos que sirvieron
para sus crónicas de 2007 y 2008, aunque acá los fuereños no son
bien vistos ni bien recibidos si no tienen negocios que atender. Uno de
estos días, Peña Nieto se encuentra en Acapulco, acompañado por la
actriz Angélica Rivera, La Gaviota de Televisa. Luego, aprovechan el fin
de semana para asistir a la boda del hijo de Humberto Benítez Trevi-
ño en Ixtapan de la Sal. La pareja y otros invitados también acuden al
rancho El Mesón, donde el ex gobernador César Camacho Quiroz cele-
bra su cumpleaños. El ajetreado fin de semana restaura las fuerzas de
Peña para afrontar una semana más de trabajo, al menos de aparicio-
nes en público.
Muy temprano, el 16 de febrero, se dirige al sur de la entidad a en-
tregar una obra carretera que, informa, costó ciento dieciocho millo-
nes de pesos. En Tejupilco deja escurrir algunas frases que suenan cada
vez más presidenciables, como: “En medio de la actual crisis económi-
ca, el gobierno del Estado de México no puede permanecer pasivo
frente a los efectos que tendrá en quienes más apoyo necesitan”.
En el acto, previo a un viaje a Nueva York, donde recibirá un pre-

92
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 93

mio por el manejo de la deuda pública estatal, hace un recuento de la


situación mundial. Reconoce que la entidad no escapa de la crisis glo-
bal, pero que, aun así, él cumplirá los compromisos adquiridos. Le va
muy bien, todo transcurre según lo planeado y le aplauden alcaldes de
la región y acarreados. Sin embargo, no se atreve a internarse en la
zona, no pisa terrenos peligrosos ni por casualidad y allí, a cuarenta
minutos del lugar de las obras, la sede del narco en la entidad guarda
discreción, no hace ruido, aunque tampoco se arredra.
Un camino secundario conecta Tejupilco con Luvianos. Por ahí
circulan algunos camiones del Ejército, en pares. Su presencia siempre
anuncia problemas para los habitantes de la región, pero esta vez pa-
trullan en son de paz, para cumplir las promesas de los militares y del
gobierno de mantener cierta vigilancia en la zona. Las anteriores in-
cursiones incluían retenes y cateo de hogares y comercios. A veces ha-
bía armas decomisadas y algún detenido, pero jamás narcotraficantes,
a pesar de que en el pueblo todos saben perfectamente dónde viven.
Luvianos luce limpio a pesar de que los martes son días de merca-
do. Los portones de acero con más cristales oscuros forman parte ha-
bitual del paisaje y curiosamente ocho de cada diez casas están en al-
gún proceso de construcción. El periodista Miguel Alvarado se ha
dado a la tarea de narrar, mientras Alfredo, entonces jefe de disribu-
ción del semanario, que las conoce de memoria, circula por las calles
encementadas.
El mercado es pequeño y nada diferente de los de otras zonas ru-
rales. Verduras, frutas, ropa, joyas de fantasía, huaraches, discos pira-
tas, ollas y artesanías se venden como en cualquier mercado. Lo que sí
cambia son algunos “compradores”. Grupos de jóvenes vestidos como
rancheros, con sombrero y botas nuevas, camisas de seda con diseños
de caballos y escenas campiranas, caminan al azar entre los puestos. Se
engalanan con pesadas joyas de oro. Anillos y cadenas sobresalen y re-
lumbran con los abrasadores rayos del sol. Parecen no buscar nada. Su
trabajo es observar y todos les ceden el paso, los miran de reojo.
Un grupo distinto, menos escandaloso, haraganea en un pequeño
portal, a un lado de la iglesia católica, que ve crecer nuevas religiones
a su alrededor, como lo demuestran dos modernos templos protestan-

93
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 94

tes, discretamente instalados en otras calles y pintados de azul. El gru-


po de flojos se levanta de vez en cuando para chiflar a las mujeres. En
parejas, también recorren las calles. Salen de cualquier lado y encaran
a los caminantes. Les echan el cuerpo, relatan unos, a manera de pro-
vocación. Usan un corte de pelo militar, son morenos y bajos de esta-
tura. Todos van de mezclilla y tenis de bota. Todos llevan cadenas de
oro o algún colguije con imágenes de santos o vírgenes, y camisetas ne-
gras y blancas. Algunos usan pantalones cortos. Todos tienen la mis-
ma cara fruncida y de perdonavidas.
Uno de los extremos del tianguis da a la Plaza Arturo Montiel,
una extensión de cemento con jardineras pintadas de verde que recibe
a visitantes y lugareños. A su alrededor hay comercios en pequeños
portales blancos y verdes.
En este pueblo, donde la mitad de las casas carecen de agua pota-
ble, Los Zetas y La Familia conviven aparentemente en paz, sin moles-
tar a los habitantes, quienes, recelosos, señalan que deben atenerse a la
ley que aquéllos les imponen. Los narcos han empezado a invertir en
su propia tierra y la gente recibe algunos beneficios, los suficientes
para dejar atrás la imagen de pobreza extrema que el lugar arrastraba
desde el siglo pasado.

En 2009 hubo una novedad: temerosos de ser víctimas de la guerra en-


tre los cárteles del narcotráfico, el alcalde Francisco Arce Ugarte y sus
regidores decidieron, sin hacerlo oficial, cambiar la sede del Ayunta-
miento y el cabildo trabajaba y sesionaba en la casa del señor presiden-
te municipal. A finales de junio y principios de julio los criminales no
daban una tregua, ni se la tomaban.
En 2010, las historias son las mismas. Se han acumulado y junta-
do con las de 2009. Es éste un pueblo sin ley.
En Luvianos todos recuerdan los meses de julio y agosto de 2009.
Afirman que en julio se abrió una nueva etapa de la guerra cruenta y
que en un solo enfrentamiento se contabilizaron hasta cuarenta muer-
tos; cada organización levantó y se llevó a sus caídos. Agosto no fue
tan encarnizado, pero en ese mes se decidió que La Familia dominaría

94
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 95

la zona, gracias a los refuerzos con que contaba al cruzar la frontera


estatal. Bajo su control quedarían también Tlatlaya, Amatepec, Tejupil-
co y todos los municipios conurbados.
Un empresario ganadero recordó que en uno de los enfrentamien-
tos cayó en manos de La Familia una lista de Los Zetas con los cobros
que hacía esta organización por venta de seguridad o extorsión a la
gente adinerada de la región. Algunos residentes optaron por abando-
nar sus propiedades, incluidos sus ranchos. “Otros se tienen que que-
dar a güevo y pagar. Pagan incluso por que los dejen sembrar sus tie-
rras, luego por que los dejen usar maquinaria y, al final, por que se les
permita cosechar. Los que levantan no regresan nunca más.”
El miércoles 21 de octubre de 2009, dos meses después de asumir
el cargo de presidente municipal, Zeferino Cabrera Mondragón redes-
cubrió la realidad de su municipio: la ejecución de dos personas en
la cabecera municipal obligó a su gobierno a dar un salto al pasado: la
guerra por el control de la plaza entre La Familia Michoacana y Los
Zetas. Eso es historia vieja, con dos nuevos ingredientes: la presencia
de La Familia Guerrerense y la Herencia Michoacana.
Los cadáveres de las dos víctimas se los fueron a tirar sobre la ave-
nida 16 de Septiembre, frente a una casa de materiales para construc-
ción, muy cerca del Palacio Municipal. Y, en los dos casos, los verdu-
gos enviaron un mensaje respectivo a El Tigre. Para que no quedaran
dudas de la amenaza, los criminales escribieron con letras grandes y
claras: “Para la familia de este puto secuestrador y extorsionador del
sur del estado. La Familia Michoacana limpiará todo el sur del Esta-
do de México de esta mierda. Vamos por ti Tigre”. El segundo fue
igual de elocuente: “Toda la gente que apoyó a esta mierda: Así aca-
barán todos los que apoyaron en información. Atte. La Familia Mi-
choacana. Vamos por ti Tigre”. En Toluca, la prensa local documentó:
“La casa de materiales en la que fueron abandonados los cadáveres era
propiedad del señor Aparicio González, ejecutado la semana pasada al
interior de su casa en la ciudad de Toluca en la colonia del Parque con
siete tiros de R-15”.
El golpe se resintió con fuerza porque una semana antes, el jueves
15 de octubre, en un paraje boscoso de la comunidad luvianense de

95
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 96

Caja de Agua, cuatro personas fueron acribilladas en el interior de una


camioneta. Sus verdugos los rociaron con cientos de disparos de fusi-
les AK-47 y los remataron con granadas de fragmentación. Antes de
morir, las víctimas respondieron con sus rifles de asalto AR-15 y tu-
vieron tiempo de lanzar media docena de granadas. Pero los rivales los
superaban en número y en armamento: dispararon balas calibre 0.762
milímetros, que tienen capacidad para perforar y atravesar automóvi-
les y camionetas blindadas. Fue ésta una batalla entre matones de La
Familia Michoacana y Los Zetas. El enfrentamiento se reportó a las
once de la mañana.
En la huida, los criminales abandonaron una camioneta Ford
Lobo roja, una Ford pick up con placas de Nuevo León, destruida con
una granada de fragmentación, y un Volkswagen Bora, con placas de
Guerrero.
En una de sus notas principales del 21 de octubre, el periódico
Alfa advirtió: “Cinco cadáveres, con signos de tortura evidencian la si-
tuación que priva en la zona sur mexiquense, en una amplia área cono-
cida como el Triángulo de la Brecha, que colinda y se conecta con Ciu-
dad Altamirano, Michoacán, y con Tlapehuala en Guerrero, ruta del
transporte de marihuana y amapola que se cultiva en las cañadas de
Nanchititla y en la sierra tarasca y guerrerense”.

E L P ROFE EN FAMILIA

La primera semana de diciembre de 2005, todo Luvianos —por lo


menos los ricos y algunos de los principales dirigentes del pueblo—
se aprestaba a recibir al maestro Fernando Zamora Morales, secreta-
rio general del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de Mé-
xico (SMSEM), organización que dirige a unas ochenta y cinco mil
personas en plazas de base, y a otras veinte mil de honorarios y diver-
sas categorías. Zamora era uno de los mayores operadores del PRI en
la entidad.
La ocasión pintaba para fiesta grande. El Profe, como lo llamaban
de cariño, no sólo era uno de los brazos políticos del gobierno del es-

96
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 97

tado, a través del control de los maestros, sino candidato a diputado


por un distrito electoral local con cabecera en Toluca.
Dada su cercanía con el otrora gobernador Arturo Montiel y la
amistad que le profesaba el sobrino de éste, Enrique Peña Nieto, po-
cos dudaban que en 2006 —después de los comicios del domingo 12
de marzo— El Profe estaría despachando en la Legislatura del Estado de
México. Todavía el miércoles 7 de diciembre de ese 2005, nadie anti-
cipaba su fracaso.
Sin embargo, el jueves 8 de diciembre fue un día que anunció una
catástrofe. Muy temprano, en la mañana, en la Ciudad de México el
periódico El Economista publicó una reveladora foto suya: uno de los tres
jefes del narcotráfico en Luvianos en particular, y del sur mexiquense
en general, le organizaba encuentros políticos con la gente de poder
precisamente en el sur. La fotografía de primera plana del rotativo
mostró a Zamora Morales montado a caballo, exhibiendo su popular
cuerno de chivo y, con la rienda del animal, un misterioso personaje que
sólo en ese momento pasaría inadvertido para las policías antinarcóti-
cos de la Ciudad de México. Las del estado lo identificarían tres años
más tarde.
La historia en El Economista, firmada por el reportero Rubén Torres,
tuvo otros matices, igualmente reveladores: “Líder magisterial acusado
de amenazas. Se llama Fernando Zamora Morales y es el líder de uno
de los gremios más grandes en el país, el SMSEM, integrado por unos
ochenta y un mil profesores estatales. […] En la foto oficial del Co-
mité Ejecutivo del gremio, el profesor Zamora aparece sonriente, per-
fectamente trajeado, junto a los otros treinta y cuatro miembros de la
dirección sindical. […] En otra imagen, tomada hace unos meses, vis-
te de rojo y está parado junto al entonces candidato a la gubernatura,
Enrique Peña Nieto. Exultantes, sudorosos, ambos encabezan un mi-
tin de campaña con maestros mexiquenses, que son utilizados de ese
modo por el PRI, prácticamente desde la fundación del sindicato.
[…] Pero hay un lado más privado de este líder sindical: el que capta
la foto que publicamos en la portada de nuestra edición de hoy. Igual-
mente sonriente, Zamora monta a caballo, en un rancho del municipio
de Luvianos. Lleva puesta ropa informal y, en la cabeza, un sombrero

97
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 98

calentano. Una veintena de personas tiene la vista fija en él, incluido


un caballerango que lleva el animal por la rienda. Nada tendría de raro
la imagen, de no ser por el arma larga, un cuerno de chivo que empuña el
personaje. En el contexto social de Tierra Caliente no es extraño ver
ese tipo de armas en convivios, e incluso que las disparen al aire en se-
ñal de algarabía. Pero Zamora es el líder del sindicato de maestros.
[…] Y ahora aspira a una diputación por Toluca”.
Tres años después de publicada la misteriosa fotografía, en mayo
de 2008, funcionarios de la ASE informaron a la prensa en Toluca que
aquel misterioso personaje que sostenía las riendas no era un caballe-
rango, sino Albert González Peña, El Coronel o El Tigre, cabecilla del
grupo criminal conocido como La Sagrada Familia. Informes de Ge-
rardo García Benavente, director de Inteligencia de la ASE, citados por
la prensa local, también advirtieron que “la guerra de grupos delicti-
vos de alto impacto en una amplia zona del sur mexiquenses es una
realidad insoslayable”.
La diputada local panista Selma Noemí Montenegro Andrade,
presidenta de la Comisión de Educación en la Cámara de Diputados,
exigió una aclaración y opinó que las autoridades debían fincar respon-
sabilidades, en caso de existir, a Zamora Morales, pero el señalamien-
to se quedó en el aire. “Por sus fotografías los conoceréis, y para mí
esto es una evidencia que las autoridades competentes deben investigar
y sancionar, y el propio involucrado se encuentra obligado a aclarar.”
Si existió la investigación, nunca se conoció. El domingo 12 de
marzo de 2006, Zamora perdió la elección en Toluca, pero más tarde
sería rescatado por los peñistas, quienes lo llevaron a la secretaría ge-
neral de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares
(CNOP) del PRI mexiquense y en 2009, con el aval de Peña Nieto,
lo designaron candidato a diputado federal.

98
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 99

Capítulo IV
Narcotepec, el pueblo que cambió

D I E Z M I N U T O S D E L A C A P I TA L del Estado de México,

A Toluca, se encuentra una de las zonas de mayor opulencia de


México. Allí, en el pueblo alfarero de Metepec, a buen resguar-
do de las miradas curiosas, se nutre una desmesurada especulación de
la tierra para edificar excepcionales fortalezas, las cuales guardan leyen-
das y mitos del narcotráfico mexicano.
Exclusivos barrios residenciales triple A, ambiciosos centros co-
merciales en miles de hectáreas donde alguna vez sólo se sembró
maíz, distribuidoras automovilísticas de lujo y colegios particulares a
los que no tiene acceso la población nativa revelan un progreso que se
inició con el traslado de los criminales más peligrosos al primer pe-
nal federal de máxima seguridad que, en terrenos del vecino munici-
pio de Almoloya de Juárez —situado a menos de treinta kilómetros
de distancia—, se inauguró con su primer paquete de reos en noviem-
bre de 1991.
Con la llegada de capos a ese reclusorio VIP, la expansión del nar-
cotráfico, en términos financieros, no tuvo límites. A pesar de los ho-
rrores de las guerras internas por el mercado de las drogas, las espo-
sas, los familiares, los pistoleros y los operadores de dinero de los
presos habían encontrado en Metepec un santuario para vivir y convi-
vir en paz.
Mientras los narcos se arreglaban en el interior del penal y desde
allí lanzaban ofensivas para mantener el control de sus organizaciones,
en los barrios residenciales de Metepec sus parientes se afanaban por
establecer contactos y que éstos fueran lo más sólidos posible. En esa

99
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 100

extraña fórmula de convivencia de allegados de capos del narcotráfico,


secuestradores sanguinarios y acaudalados jefes policiacos, fue inevita-
ble que el pueblo, elevado luego a Ciudad Típica de Metepec, devinie-
ra en cuartel general de planeación para cabecillas de algunos de los
principales cárteles contemporáneos.
Además de los abuelos del crimen organizado, por Almoloya han
pasado o están presos Oliverio Chávez Araujo, Óscar Malherbe de
León, Vicente Zambada Niebla, Jaime González Durán (El Hummer),
Víctor Magno Escobar Luna (El Matapolicías), el secuestrador Andrés
Caletri López (El Mochadedos), el pederasta Jean Succar Kuri, Alcides
Ramón Magaña (El Metro) o los juniors Vicente Carrillo Leyva, Vicente
Zambada Niebla (hijo de El Mayo Zambada) y El Chapito Archivaldo
Iván Guzmán Salazar.
Con ese coctel a tan corta distancia, a pocos extrañó que entre
2007 y 2008 viviendas típicas en los barrios del pueblo artesano de Me-
tepec sirvieran como base para administrar una red de casas de seguri-
dad que el cártel de La Familia Michoacana acondicionó en el valle de
Toluca. O que esta organización criminal lo tomara como centro de al-
macenamiento y distribución de armas.
En agosto de 2008, operadores de La Familia poseían casas de se-
guridad en Pilares, La Asunción y la colonia Lázaro Cárdenas. Este úl-
timo narcorrefugio metepequense sirvió para esconder a un comando
encabezado por el matón René Calderón López, o Comandante Enero,
que en la primeras horas de la madrugada del 12 de julio de 2008 cazó
y asesinó en Toluca al comandante Braulio Nicolás Hernández Zúñi-
ga, responsable de una escolta integrada por una decena de agentes que
se encargaba de la seguridad personal del comandante Cuitláhuac Or-
tiz Lugo, primo de Enrique Peña.
Testigos protegidos de la PGR también advirtieron en junio y
agosto de 2008 que desde la sede de la desaparecida Unidad Mixta
de Atención al Narcomenudeo (UMAN) en Metepec se controlaba
parte del negocio de la distribución de drogas al menudeo en el valle
de Toluca, y que algunos pequeños jardines de Metepec, como el de
Casa Blanca, eran usados como centros de pago de la familiar nómina
michoacana.

100
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 101

Mantener medianamente la calma en el pueblo dio a los capos pre-


sos, como Osiel Cárdenas Guillén (cabecilla del Cártel del Golfo y
fundador de Los Zetas), los hermanos Benjamín y Rafael Arellano Fé-
lix, y luego Pedro Díaz Parada, El Cacique Oaxaqueño, la oportunidad de
estar en contacto con el exterior para proteger sus intereses. A Juan
José Esparragoza, El Azul, aquello le resultó tan útil que cuando aban-
donó el penal retomó su antiguo lugar en el Cártel de Juárez.

P ROTESTAS POR “ LAS VEJACIONES ”

Construido sobre una superficie total de doscientos sesenta mil me-


tros cuadrados —de los cuales veintisiete mil novecientos son de ins-
talaciones carcelarias—, en 2008 el penal de Almoloya recibió casi
treinta y seis mil visitas, entre ellas ocho mil trescientas cincuenta de
esposas y trece mil setecientas setenta y tres de abogados. Y hacia
2009 albergaba a cuatrocientos noventa y nueve de los narcotrafican-
tes más violentos y peligrosos, doscientos setenta y seis de los se-
cuestradores más sanguinarios, ciento catorce de los peores asesinos,
veintiocho de los ladrones más habilidosos, ocho de los más noto-
rios falsificadores, seis de los más perversos depredadores sexuales y
dos procesados políticos, aunque no se les considera como tales: Ig-
nacio del Valle Medina y Héctor Galindo, los principales líderes de
los macheteros de San Salvador Atenco, de acuerdo con un informe
del Instituto Federal de Acceso a la Información, a solicitud de la
periodista Carina García, quien preparaba un trabajo especial sobre
Metepec.
En esa “bomba de tiempo”, la paz y la convivencia de los fami-
liares servían a todos por igual. Por ejemplo, después de una serie de
encuentros privados en 2003 en los exclusivos fraccionamientos resi-
denciales de Metepec, en enero de 2004 Ruth Lizeth Serrano Coro-
na y Laura Álvarez Beltrán —la primera, esposa del capo Benjamín
Arellano Félix, zar indiscutible del Cártel de Tijuana, y la segunda, de
El Pollo Arturo Guzmán Loera, hermano del huidizo Chapo Guz-
mán— encabezaron una serie de protestas frente al penal que culmi-

101
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 102

naron el viernes 16 con una presentación ante la Cámara de Diputa-


dos, en San Lázaro, Ciudad de México, para exigir que los legislado-
res les garantizaran un encuentro con el secretario de Seguridad Pú-
blica federal, Alejandro Gertz Manero.
Aquel día 16, Ruth Serrano y Laura Álvarez iban al frente de vein-
te personas que representaban a ciento dos reos —de los setecientos
treinta y dos recluidos en ese momento—, los cuales llevaban una se-
mana en huelga de hambre en protesta por los malos tratos y las veja-
ciones. Las denuncias propiciaron la remoción del director Saúl To-
rres, sustituido por Edgardo Aguilar Aranda.
Amparadas las esposas de los presos en la discrecionalidad que
ofrecían los nuevos barrios residenciales de Metepec, mantuvieron los
acercamientos y rediseñaron la estrategia para aligerar o hacer más to-
lerable —al final se incluía la exigencia para cambio de cárcel— el en-
cierro de sus esposos respectivos. Al filo de las seis de la mañana del
viernes 14 de enero de 2005, se congregaron frente al penal para de-
nunciar atropellos y diversas violaciones a los derechos humanos de los
reclusos por parte de elementos del Ejército, la AFI y la PGR que, en
la madrugada de aquel día, habían ingresado para tomar el control del
penal y revisar celdas específicas en busca de drogas y armas.
Inútil como habría sido su oposición al operativo, la recién llegada
directora del penal, María Josefina Jaime Quiroz, parecía un espectador
más de aquellos que escuchaban a las esposas quejarse por la suspen-
sión de las visitas familiares. Apostadas fuera de La Palma —nombre
que el penal recibió después—, formaron una valla con los brazos en-
trelazados para intentar ingresar y exigieron explicaciones. Los custo-
dios impidieron el paso a las esposas y familiares, quienes amenazaron
con no moverse de allí si no les informaban sobre sus reos y su estado
de salud.
Sin importarle ni consultar la opinión de Jaime Quiroz, el gobier-
no federal había puesto en marcha el operativo después de comprobar
que unos trescientos cincuenta reos de los módulos uno, dos cuatro,
cinco y ocho, encabezados por Osiel y por Benjamín, habían declara-
do una nueva huelga de hambre en el penal en protesta por las rígidas
medidas de seguridad que se imponían en Almoloya, pero ocultó ce-

102
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 103

losamente que había razones para temer la fuga de un par de reos de


altos nivel.
El gobierno tampoco informó que la cárcel era un caos y que,
como en cualquier otra, imperaba la corrupción. Ni que la autoridad
civil había sido rebasada, lo que motivó que el Ejército interviniera.
Al tráfico interno de armas y a las vulneradas medidas de seguridad
se atribuyeron las ejecuciones, en el transcurso de 2004, de Miguel
Ángel Beltrán, El Ceja Güera —el miércoles 6 de octubre—, por un
disparo de arma de fuego, y de El Pollo Guzmán Loera —el viernes
31 de diciembre—, de la misma forma. A esos crímenes se sumó el
asesinato de Alberto Soberanes Ramos, ocurrido el 3 de mayo del
mismo 2004.
Los homicidios demostraban que la tecnología —con sus circui-
tos cerrados de televisión, control de accesos, alarmas, detectores de
metal, drogas y explosivos, radiocomunicación, sensores de presencia y
telefonía— había sucumbido al poder corruptor de los jefes del nar-
cotráfico. Además de teléfonos celulares, en los cateos a las celdas se
encontraron diecisiete armas blancas y dos grapas de cocaína. La dro-
ga no era nada, pero se suponía que debía haber sido detectada en al-
guno de los controles. Además, la revisión no incluyó todos los dor-
mitorios ni determinadas áreas.
Ruth y Laura dirigieron varias protestas más. El martes 18 de ene-
ro de 2005, unas doscientas personas se manifestaron otra vez frente
al Palacio Legislativo de San Lázaro para exigir que las recibiera el nue-
vo secretario de Seguridad Pública federal, Ramón Martín Huerta, y
les explicara la causa de las restricciones para visitar a sus presos. La
mecha quedó encendida, porque tres días después, al mediodía del
viernes 21 de enero, un grupo de familiares de internos llevó las pro-
testas al Periférico Sur de la Ciudad de México, frente a la sede de la
Comisión Nacional de Derechos Humanos.
En su edición del jueves 20 de enero de 2005, El Universal infor-
mó en una nota fechada en Almoloya de Juárez: “La protesta de los
llamados acarreados y familiares de internos de La Palma tuvo una or-
ganización y una logística planeada meticulosamente para inconfor-
marse por el operativo que efectúan desde hace siete días más de sete-

103
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 104

cientos cincuenta agentes federales en esa cárcel. […] Hombres y mu-


jeres seleccionados y dotados de varios aparatos celulares fueron los
encargados de coordinar a cada uno de los grupos de personas, insta-
larlos en casi doscientas habitaciones en al menos cinco hoteles, pagar
viáticos y dotar de comida y por etapas hacer que hicieran plantón
frente a La Palma. […] Así, más de seiscientas personas viajaron a bor-
do de veintiún autobuses desde el sábado con gastos prácticamente pa-
gados de hospedaje, alimentación y los acarreados con una supuesta
recompensa de hasta mil pesos por venir a La Palma. Sobre esta ver-
sión, las esposas y abogados de internos acusaron a las autoridades de
dar filtraciones para desprestigiar su protesta. […]
”Incluso, los llamados ‘acarreados’ fueron defendidos por los fami-
liares y abogados de internos, al señalar que en realidad la mitad de
quienes vinieron por más de tres días al plantón frente a La Palma eran
amigos de los internos o vecinos de los familiares que se solidarizaron
con ellos, y que en ningún momento se les pagó dinero. […] El ope-
rativo, el mayor en un penal de máxima seguridad, ocurrió tras la re-
nuncia del titular de los penales federales, Carlos Tornero Díaz; el
arraigo del ex director de La Palma, y de las ejecuciones (de tres reos)
en esa cárcel. […] Esposas de internos y abogados dijeron que salvo
casos excepcionales se ayudó a gente realmente necesitada, pero el
grueso de quienes vinieron a la protesta costeó con sus propios recur-
sos las habitaciones que ocuparon en esos hoteles.”
A la protesta de las esposas se sumaron Olga Rodríguez, compa-
ñera de Arturo Martínez, El Tejas; Teresa Hernández Rodríguez, de
Pedro Lupercio Serratos; Kenia Morales, una de las esposas de Mi-
guel Ángel Caro Quintero; parientes de Arizmendi López, El Mochao-
rejas; y Ana Amelia Román Goytia, una de las tres esposas de Osiel
Cárdenas Guillén —aunque tuvo cuantas amantes pudo, las dos res-
tantes eran la legítima Celia Salinas Aguilar y la amante número uno
Hilda Flores, La Güera—. La residencia que Laura Álvarez ocupaba en
Metepec con sus hijos y algunos trabajadores fue cateada en varias
ocasiones.
El martes 1 de febrero, veintisiete días después de tomar posesión
del cargo, la directora Jaime Quiroz fue removida.

104
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 105

N UEVA FISONOMÍA

Las narcoesposas, los narcojuniors y otros narcofamiliares se convirtie-


ron en un atractivo que nadie podía desdeñar. En Metepec se abrieron
modernas estéticas, clínicas de belleza, spas, boutiques, tiendas de re-
galos, gimnasios, centros de yoga o de spinning. Carina García docu-
mentó en 2009 seiscientas setenta licencias con esos giros, expedidas
de finales de 2000 a enero de 2009.
También llegaron otros servicios: centros comerciales como Plaza
las Américas, Plaza San Juan, Pabellón y Galerías Metepec. Tiendas
departamentales como Liverpool, Zara, Sears y Suburbia. Tiendas de
autoservicio como Sam’s Club y Wal-Mart. Y se establecieron distri-
buidores de las marcas de automóviles más importantes: Mercedes-
Benz, Volvo, Audi, BMW , Toyota, Nissan, Lincoln, Volkswagen y
Seat. No es raro que aquí circulen con naturalidad poco habitual au-
tos Mercedes-Benz de las series superiores al 400, Lamborghini,
BMW serie 3 y hacia arriba, Porsche, Lincoln, Jaguar XKR o Mase-
ratti 3200.
Llegaron las cadenas restauranteras: Starbucks, Vips, Sanborns,
McDonald’s, Burger King y Kentucky. Para entonces ya habían pasado
a la historia las tostadas y los tacos dorados de Amalia, y los tacos de
maciza de Renovato. Por el folclor, sólo se mantuvieron los tacos aho-
gados de doña Paz.
Desde luego, no podían faltar los servicios de salud ni los banca-
rios. Carina García encontró que en ocho años se abrieron veintidós
nuevas sucursales de banco, además de casas de cambio e instituciones
financieras.
El entretenimiento tampoco se quedó atrás. El mejor ejemplo fue-
ron la pista de hielo y las salas de Cinemex y Cinépolis VIP, que des-
plazaron a los dos viejos jacalones que ofrecían domingo y lunes fun-
ciones de cine y donde la voz del padre Gustavo Salmerón se
transformaba en sermones de censura oficial.
En este pueblo, donde hasta 1972 la secundaria se concebía como
el nivel máximo de estudios, se instalaron prestigiosas instituciones
educativas de nivel medio superior y superior, como el Tecnológico de

105
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 106

Monterrey, la Universidad del Valle de México y el Instituto Univer-


sitario del Estado de México.
Alguna vez pequeño y apacible pueblo artesanal, donde la mitad
de la población se dedicaba a la elaboración manual de ollas, cazuelas,
jarros y otras artesanías de barro, y la otra mitad se ocupaba en culti-
var el campo con maíz criollo, el municipio de Metepec —fronterizo
con los de Toluca, Calimaya y el zapatero San Mateo Atenco— trans-
pira permanentemente un aire de neutralidad para el movimiento de
abogados, cómplices, secuaces y colaboradores de bandas del crimen
organizado, aliadas o enemigas.
Desde principios de la década de 1970, los campesinos fueron
atraídos con engañosos salarios (seguros y semanales, además de pres-
taciones de ley, como el seguro social) que se ofrecían en fábricas tra-
dicionales edificadas en el corredor industrial Toluca-Lerma. Veinte
más tarde, convencidos también de que el agotado campo, olvidado y
abandonado por los gobiernos priistas, no daría para más, a precios de
regalo vendieron sus parcelas y casitas humildes de barro que otros, ya
en plena especulación, transformaron en las suntuosas residencias. A
éstas se mudaron, en principio, políticos, empresarios y acaudalados
comerciantes.
Aunque uno se detuviera fascinado en las típicas calles llenas de
cerámica policroma en torno al Cerro de los Magueyes, para recrearse
con el artesanal “Árbol de la Vida”, sin hurgar en otros detalles ni zo-
nas más allá de cinco cuadras a la redonda de la cabecera municipal,
podría descubrir, casi de inmediato y sin quererlo, que se esconde otra
ciudad misteriosa, habitada por personajes que llegaron hace menos de
dos décadas y que avasallan por su poder. Frente a ellos, los habitan-
tes originales de este lugar lluvioso y frío luchan contra su desapari-
ción y mantienen vivas sus costumbres, fiestas y tradiciones.
Metepec carece de la notoriedad de Interlomas en Huixquilucan,
o de Santa Fe, Lomas de Tecamachalco, Lomas de Chapultepec y de
San Ángel en el Distrito Federal, o de Puerta de Hierro en Guadala-
jara, y nada tiene que ver con el atractivo que ofrecen la laguna de Va-
lle de Bravo ni el clima siempre generoso de Ixtapan de la Sal —si-
tios de retiro y de recreo de fin de semana de los dueños del dinero

106
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 107

nacional—, pero desde principios de la década de los noventa del si-


glo pasado se puede comparar con dichas zonas y juega un papel fun-
damental en el desarrollo e impulso del trasiego de drogas en el cen-
tro de México.
Su tradición alfarera de lunas y soles de barro describe la armonía
del viejo paisaje circundante de este pueblo que hoy reúne una serie de
conjuntos residenciales, verdaderas ciudades amuralladas, cuyo estilo
difiere de las características de construcción (las típicas casitas de teja
y barro) que erigió la población nativa.
A pesar de los vecinos, el nuevo Metepec ha sido privilegiado por-
que la guerra que siembra muertos en casi cada rincón de este convul-
sionado estado se resiente muy poco en sus calles. Investigaciones ex-
ternas y trabajos periodísticos comprueban que el crimen organizado
ha declarado una tregua permanente en el afamado club de Golf de
San Carlos primera sección, que los vientos del narcotráfico respetan
las apacibles aguas de su lago y el mensaje de paz se ha incrustado en
el ébano de su exclusivo restaurante.
Los pocos campesinos que quedan y sus herederos (atrapados en
la modernidad) se empeñan neciamente en mantener, cada mayo, su
tradicional “Paseo de los Locos”, un desfile dedicado a San Isidro La-
brador, el santo patrono, y que se distingue porque los hombres se dis-
frazan de mujeres. “Su manifestación colectiva central, fiesta de origen
rural, agrícola y colonial, cuya vitalidad no ha decaído conforme el
municipio, y en particular la cabecera municipal, se ha urbanizado”,
escribió el sociólogo José Luis Cardona Estrada.
A simple vista parecería que no pasa nada. Y así ha sido desde me-
diados de los noventa, cuando la elite del narcotráfico empezó a llegar
y se asentó en la exclusiva zona residencial de San Carlos, la cual aca-
paraban —desde principios de 1960— las clases toluqueñas que con-
trolan la vida política, comercial y empresarial. La nueva casta descu-
brió la belleza amurallada de San Carlos, levantado en honor a la
acumulación de riqueza —con la semilla de los recursos del erario y
bien enraizada la corrupción— que caracterizó toda su vida al profe-
sor Carlos Hank González.
Las crónicas sobre enfrentamientos encarnizados, uso de armas de

107
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 108

fuego y sangre que corre en otras poblaciones mexiquenses han hecho


parecer que se trata de fenómenos lejanos. Quizá por ello, al recorrer
las calles de la Ciudad Típica de Metepec, sesenta kilómetros al sur-
poniente de la Ciudad de México, se antoja poseer un pedacito de este
territorio tan singular. El pueblo vive su mayor bonanza económica,
por mucho que tal percepción sea discutible. En dicha bonanza uno
descubre pronto que los metepequenses aceptaron, de forma muy na-
tural, el narcolenguaje que cubre a toda la nación con vocablos tales
como “rafaguear”, “entambar”, “encostalar” o “pozolear”.
En las calles de este pueblo, representantes de los personajes más
reconocidos del hampa incrustaron poco a poco mensajes para hacer
entender que nadie debía meterse con ellos, porque sus peculiares
diálogos empiezan con la palabra levantón seguidos con las ráfagas de
un cuerno de chivo.

José Luis Cardona Estrada plasmó sus impresiones del Metepec de


hoy: “Por aquí y por allá se aprecian casas de construcción reciente.
Pero por todos lados, según se aleje uno de las calles principales y
transite por las estrechas, hay muchas casas de adobe, con solares de
unos cuantos metros cuadrados que verdean cuando las lluvias au-
mentan y ofrecen un escenario llamativo entre junio y agosto, antes de
la llegada del otoño. Abunda la gente sencilla, la que tiene un taller
de herrería, de reparación de bicicletas o la que tiene un taller alfare-
ro, sobre todo en las calles de Comonfort, Altamirano y Zaragoza.
[…] Son muy socorridas las misceláneas y ahora las lonjas mercanti-
les, donde se combina el negocio del abarrote y la venta de vinos.
Abunda la gente que simplemente entra y sale de sus casas para hacer
su vida cotidiana”.
Los metepequenses se apropiaron de las calles tras la llegada de
fuereños que se adueñaron de sus tierras para levantar sus modernas y
muy seguras ciudades, y que impusieron un modelo a través de leyen-
das de homicidios violentos atribuidos a sus sicarios, lugartenientes y
operadores de dinero.
Eternos humildes caminantes de buen humor, los metepequenses se

108
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 109

vengaron: se hicieron del espacio con sus humos, sus ruidos y la intem-
perancia de los conductores. “Por las mañanas y por las tardes”, escri-
bió Cardona en su tesis Interpretación, reinterpretación de la fiesta de San Isidro
Labrador y el Paseo de los Locos en Metepec, “caminan por esas calles y regre-
san por ellas”, y sólo se alejan los domingos para dar paso a una cre-
ciente llegada de turistas provenientes de la Ciudad de México.
Los lugareños y los turistas no pueden entrar a las zonas amura-
lladas y los habitantes de éstas apenas conocen que están en la Ciudad
Típica de Metepec, cuya fundación española data de 1569. A su arri-
bo, las conservadoras familias de los capos supieron apreciar esa dis-
posición y el pueblo de artesanos se transformó. Primero fue el boom
inmobiliario. En 2010, Metepec cuenta con al menos veinticuatro
fraccionamientos residenciales de gran lujo. En tal proceso resultó na-
tural que el símbolo de prosperidad de los recién llegados fuera el dó-
lar como principal moneda de cambio, y que las transacciones se hi-
cieran en efectivo.
A pesar de cierta desconfianza, y hasta rechazo oculto a los nue-
vos vecinos, la presencia de éstos tuvo un impacto inmediato cuando
el metro cuadrado de las milpas muertas pasó, de un día para otro, de
cuatrocientos pesos a mil seiscientos dólares o más, según la ubicación
y el nombre del fraccionamiento residencial. Por eso también se acep-
tó el nuevo lenguaje señalado antes, y entonces se habló de “narcofa-
milias”, “narcomenudeo”, “tiro de gracia”, “narcoempresarios”, “nar-
coprofesionistas” y “narcodólares”.
El significado real de la presencia de los familiares de los narcotra-
ficantes y su calibre se pulsó en la madrugada del sábado 2 de junio de
2001, cuando Karla Andrea Rico Fonseca, nieta del capo Ernesto
Fonseca Carrillo, Don Neto, fue asesinada de un tiro en la espalda en el
aledaño municipio de Calimaya.
Agentes de la PGJEM encontraron el cadáver y, junto a éste, un
casquillo de bala calibre cuarenta y cinco, por lo que se inició la inda-
gación correspondiente por los delitos de homicidio calificado, priva-
ción ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro y robo con vio-
lencia, en contra de quien resultara responsable.
Al salir del restaurante Sanborns en Plaza Galerías Metepec, pasa-

109
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 110

das las once y veinte de la noche del viernes 1 de junio, frente a su tía
Nydia Zulema Toledo Núñez y un amigo identificado como Carlos
Arroyo, Karla fue secuestrada por tres personas que la subieron a un
automóvil Nissan Tsuru blanco. Fue a la una y media de la madruga-
da cuando la policía encontró el cadáver de la narconieta del reo tres-
cientos setenta y uno de Almoloya de Juárez, en el paraje conocido
como El Columpio, sobre la carretera Zacango-San Juan Tilapa, en el
referido municipio de Calimaya.
Si fue crimen pasional o una venganza por parte de la delincuen-
cia organizada, en la PGJEM no se aventuraron a dar mayores explica-
ciones sobre el ataque. Un balazo fue suficiente para matar a Karla, de
dieciocho años de edad. Pocos dudaron en calificar el homicidio como
una represalia contra el reo. Los verdugos devolvieron el teléfono ce-
lular de Karla, pero le quitaron los aretes y otras joyas.
El pueblo se estremeció otra vez la noche del jueves 20 de mayo
de 2004 con la ejecución de una vecina que encajaba entre los recién
llegados: la abogada Edna Laura Martínez Álvarez, esposa del narco-
traficante Carlos Enrique Tapia Anchando, quien había caído en des-
gracia en septiembre de 1989 cuando a su jefe, el hoy extinto juaren-
se Rafael Muñoz Talavera, las policías federales de Estados Unidos le
decomisaron en una bodega de Los Ángeles, California, un cargamen-
to cercano a veintiuna y medio toneladas de cocaína base y doce mi-
llones seiscientos mil dólares en efectivo.
Edna Laura, quien se abría paso para convertirse en defensora de
algunos capos notorios, como su esposo mismo y Jesús Labra Avilés,
alias Don Chuy, fue interceptada y acorralada en su camioneta de gran
lujo, a la altura del cruce que forman las avenidas Comonfort y Las
Torres, calles donde, en esa zona fronteriza con Toluca, se alzan algu-
nos de los más exclusivos barrios residenciales de Metepec. Desde otra
camioneta, los asesinos le dispararon con armas de fuego.
Al aludir a la ejecución, el procurador estatal Alfonso Navarrete
Prida puso a salvo al gobierno del atlacomulquense Arturo Montiel
Rojas y sostuvo que la confinación de internos altamente peligrosos y
la insuficiencia de medidas de seguridad en esa zona habían derivado
en ajusticiamientos del narcotráfico.

110
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 111

“En diversas ocasiones”, declaró a la prensa, “he insistido, ante au-


toridades federales, que las medidas de seguridad en La Palma no son
las óptimas, pues si ya se registró una ejecución en el interior del pro-
pio centro federal, es que algo anda fallando.” Y recordó que ese año,
hasta mayo, se habían reportado al menos tres hechos violentos en el
valle de Toluca, relacionados con la población de internos recluidos en
Almoloya de Juárez.

LA HUELLA DE LA RIQUEZA

Bajo el concepto de la modernidad, el tiempo más exacto para explo-


rar la nueva vida en Metepec es el mediodía, a mitad de una semana
cualquiera. Y se puede hacer justo en la esquina que conforman las ave-
nidas Comonfort y Las Torres. En menos de cinco minutos se detie-
nen una camioneta Hummer H2, un BMW descapotable, un Merce-
des-Benz, un Jaguar, una camioneta Lincoln blindada y un Porsche,
también descapotable. Detrás aparecen autos escolta Intrepid, sobre
todo, con “tumbaburros” y malencarados pistoleros responsables de
cuidar la retaguardia. En 1990 era imposible ver ese tipo de automó-
viles por las amplias calles del municipio. Hoy se ha hecho habitual
admirar un Ferrari.
Con un presupuesto de alrededor de mil millones de pesos anua-
les, Metepec se ha convertido en uno de los municipios emergentes
más ricos de la nación: el noveno, de acuerdo con estadísticas de la
ONU. El crecimiento económico y la importancia estratégica de esta
zona dorada, ya muy superior a Toluca, denota los cambios que se han
fraguado en el Estado de México. De la mano de este crecimiento, el
encarecimiento del mercado inmobiliario, como se comentó líneas
arriba, es un fenómeno que no ha pasado inadvertido.
A Metepec, las autoridades le han cambiado la cara varias veces, lo
han embellecido, aunque eso de la estética sea discutible. Hace una dé-
cada el Ayuntamiento pintó, repintó o reconstruyó la fachada de las
viviendas del primer cuadro, con la esperanza de hacer atractiva la ca-
becera municipal. Sin embargo, en las entrañas del pueblo ha operado

111
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 112

otro cambio, más contundente: el del narcotráfico, que ha dejado una


huella indeleble con su derrama económica.
El proyecto incluyó la remodelación de la pequeña plaza central,
su kiosco con la gigantesca sirena de plástico, lo cual era paradójico en
una tierra histórica de alfareros. El maquillaje no era necesario. Los ca-
pos ya le habían echado el ojo desde que descubrieron que allí, en San
Carlos, convivían todos los magnates de Toluca y de algunos munici-
pios conurbados. Sin notarlo, la llegada paulatina de esos nuevos ve-
cinos, unos a la prisión federal de Almoloya —a la que le han cambia-
do el nombre, pero que sigue la misma— y las familias a Metepec,
generó transformaciones profundas y vertiginosas.
Los recién llegados resultaron un imán para los barones del comer-
cio establecido, las compañías transnacionales, las empresas construc-
toras encargadas de erigir las dos docenas de fraccionamientos supe-
rexclusivos, las pistas de patinaje sobre hielo y otras modernizaciones.
Las unidades habitacionales —ahora hay setenta y siete— quedaron
relegadas y alejadas de la cabecera municipal.
Sólo para circular por alguna de las calles de San Carlos hay que
pasar por un sofisticado sistema de seguridad; lo mismo pasa en La
Providencia o La Virgen, mientras zonas como Infonavit San Francis-
co, Las Marinas, San Gabriel, La Pilita, Casa Blanca o Izcalli no cuen-
tan con señalamientos de tránsito y, por si fuera poco, circular por sus
calles es imposible.
San Carlos es el desarrollo residencial más antiguo. En sus entradas
un conductor debe franquear varias aduanas de los cuerpos elite de la
policía estatal si se atreve a transitar por ahí. Sus amplias puertas de en-
trada tienen incluso horarios de apertura, y frente a ellas los sincroni-
zados semáforos nunca dejan de funcionar. Irónicamente, a San Carlos
lo rodea una de las unidades habitacionales más peligrosas: Infonavit
San Gabriel, delimitada por bardas y alambradas de púas.
Los asesinatos de Karla Andrea y Edna Laura no marcan un pun-
to de partida en la historia local, pero sirven como referencia para
investigar lo que mucho tiempo las autoridades dieron por invisible
o que abiertamente dejaron crecer hasta que el periodista Luis Gui-
llermo Hernández lo publicó en un reportaje en la edición del vier-

112
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 113

nes 13 de noviembre de 2004 de Diario Monitor: “Narcos en La Pal-


ma crean un boom económico en Metepec, donde se conjugan la ex-
clusividad y el lujo con olor a coca. […] Los fraccionamientos más
exclusivos del municipio se han convertido en sitios amurallados y
seguros rodeados de paredes y rejas electrificadas, púas y metales
para restringir el paso. […] Según informes del Congreso local, cua-
tro de cada diez vecinos son familiares, empleados, ayudantes o abo-
gados de narcotraficantes que purgan condenas o esperan sentencia
en La Palma. […] Ingresar a estos fraccionamientos no es fácil. Para
empezar, el oficial de seguridad que está en alguna de las entradas
obliga al visitante a bajar del vehículo, y de inmediato pregunta:
‘¿Quién eres? ¿A quién visitas? ¿A qué vas? ¿Cuánto tiempo tardarás?
¿De dónde llegas?’ y ‘¿Qué buscas?’, mientras pasa el tolete detector
de metales por el cuerpo del intruso.
”Ya dentro se pueden observar cámaras de video instaladas en casi
cada poste de luz, en cada puerta y en cada esquina. […] Las medi-
das de seguridad tienen que ver con las personas que viven en este lu-
gar y que tienen familiares en La Palma, según explica Pablo Arellano
en un estudio elaborado por la Comisión de Justicia de la Legislatu-
ra del estado. […] La Procuraduría estatal reconoce que se trata de
una bomba de tiempo, pero una bomba que ha hecho del valle de To-
luca una de las quince regiones más ricas y productivas del país en
apenas quince años.”
El estudio elaborado por la Cámara de Diputados local y al que
tuvo acceso Luis Guillermo apenas se difundió a tiempo, porque el
capo Osiel Cárdenas Guillén había elaborado un plan para fugarse con
Benjamín Arellano Félix, cabeza del Cártel de Tijuana, fundado por su
tío El Vampiro Félix Gallardo. Ninguno lograría nada, pero estaba claro
que las autoridades no garantizaban la seguridad dentro ni fuera de las
cárceles y que, por eso, sobrerreaccionaba a los rumores.
Osiel Cárdenas Guillén estuvo confinado en Almoloya desde mar-
zo de 2003 hasta su extradición en enero de 2007. Fue acusado de de-
litos de narcotráfico, lavado de dinero y delincuencia organizada. En-
tregado a la justicia de Estados Unidos, enfrentó al menos diecisiete
cargos que incluían conspiración para poseer y distribuir marihuana y

113
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 114

cocaína, lavado de dinero, asalto y amenazas de muerte contra agentes


federales y locales. El mismo camino siguió Rafael Arellano Félix.
A las familias de los capos lo mismo se les encontraba en los ba-
rrios residenciales metepequenses de La Joya que La Providencia, Bal-
moral, Club de Golf San Carlos (primera sección), La Virgen o La
Asunción.
Como escribió Luis Guillermo, “no hace falta tanto rodeo. […]
Cuando el poli te confíe que aquí está grueso y que los narcos son gen-
te decente, no hacen tanto ruido y no se meten con nadie, mientras te
basculea con su tolete, sabrás que estás en Metepec, o en Narcotepec, como
le llaman en la Procuraduría estatal. […] Si revisas los índices oficia-
les, los que no reconocen abiertamente que el narco está atrincherado
sin problemas en esta región, podrán observar que Metepec es una
zona de máximo riesgo”.

PACTOS DE SANGRE

Una pieza sola, sin embargo, no hace un rompecabezas. En febrero de


2005 el reportero Alejandro Suverza rescató declaraciones que alerta-
ban sobre la situación. El sábado 5 publicó en El Universal: “Hace doce
meses, Jorge Arellano Medina, entonces director de Seguridad Pública
y Tránsito de Metepec, había declarado que ese municipio era señala-
do por la Agencia Federal de Investigación como uno de los principa-
les focos rojos por el asentamiento de las familias de narcotraficantes
recluidos en La Palma.
”Al funcionario se le había ido la boca, y al día siguiente se retrac-
tó bajo el argumento de que no era la persona indicada para dar esa
información. Era demasiado tarde, en sus declaraciones había dicho
que en el fraccionamiento donde él vivía, el exclusivo Club Campestre
San Carlos, habitaban la madre y la esposa de Rafael Caro Quintero y
familiares de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, aunque dicho
personaje no se encontraba preso en el penal”. (Sin embargo, con toda
la carga de su historia, El Azul había sido uno de los internos ilustres
alojados en Almoloya.)

114
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 115

Sumada a la de Luis Guillermo en Diario Monitor, la información


de Suverza encendió los focos rojos en los gobiernos local y estatal: un
día después, el alcalde Salvador Robles Uribe citó a los reporteros para
calificar como “exagerado” que se hubiera catalogado a Metepec como
centro de operaciones del narcotráfico, ya que si bien desde hacía diez
años familiares de internos de La Palma se habían instalado en el va-
lle de Toluca, éstos no habían generado problemas.
Luis Guillermo y luego Suverza analizaron los informes de la Le-
gislatura del estado, compararon los símbolos de la prosperidad y cru-
zaron los datos con los de los cuerpos de inteligencia para exponer la
situación real sobre el progreso económico y financiero de Metepec,
que, por cierto, era similar al de zonas fronterizas enraizadas por el
narcotráfico, como Ciudad Juárez, en Chihuahua.
Los señalamientos de Arellano Medina, abogado por la Universi-
dad Autónoma del Estado de México (UAEM), no fueron obra del
azar. Si bien éste no contaba con formación policial ni tenía una ca-
rrera amplia en el sector público, de 1992 a 2000 fue presidente del
Consejo Directivo Estatal de la Barra Nacional de Abogados en el Es-
tado de México; desde 1999, coordinador Regional de Vigilantes Vo-
luntarios de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito; y, también
desde esa fecha, presidente del Consejo de Seguridad del Foro de Co-
legios de Profesionales del estado. Además, era apoderado de varios
bancos y de las finanzas de empresarios prominentes de la región.
Suverza reconstruyó algunos hechos que pasaron inadvertidos en
2004: “Días después de la publicación de sus palabras, un hombre que
se identificó como agente de la Agencia Federal de Investigación llegó
a un diario de Toluca” para tratar de sacar teléfonos y dirección del di-
rector de Seguridad Pública de Metepec.
Seis años después, en abril de 2010, y siendo presidente de El Co-
legio de Abogados del Estado de México, Arellano Medina concedió
una entrevista a Nuestro Tiempo Toluca en la que hizo algunas confiden-
cias sobre aquellas polémicas declaraciones que, en los hechos, le cos-
taron el puesto. Reconoció que hubo amenazas de los narcotrafican-
tes. “Ya me tenían bien identificado a mí y a mi familia, empezamos a
tocar puntos muy álgidos que en realidad no me correspondían.”

115
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 116

Reconoció que, en coordinación con las autoridades federales,


contaban con las direcciones precisas de más personas sospechosas
—además de los Caro Quintero y los Esparragoza— asentadas en los
fraccionamientos San Carlos, Don Adolfo, Villas Stefanía, Puerta de
Hierro, La Asunción, La Virgen y Del Virrey. Agregó que, hasta
2009, en el Club San Carlos seguían habitando personas ligadas al
crimen organizado, quienes “organizaban fiestas que duraban hasta
tres días”. Como director de Seguridad Pública le tocó conocer de
fiestas en San Carlos. Y aunque no recordaba con precisión el nom-
bre de un grupo musical, deslizó el de Tigres del Norte o Temerarios. Fren-
te al reportero se preguntó:
“—¿Qué tipo de gente organiza fiestas de tres días? Todo mundo
se daba cuenta del tipo de gente que entraba y salía.
”—¿Cómo analiza la violencia que se vive a nivel nacional y en el
Estado de México? —la pregunta es directa.
”—Creo que es una situación que día a día se está incrementando.
La autoridad no ha atacado de raíz el problema; vemos cada día más
incidencia en delitos del orden patrimonial: robo de vehículos, violen-
cia intrafamiliar, asaltos, robo a casa habitación. Me parece que la fal-
ta de empleo y de oportunidades es lo que está generando que aumen-
te este fenómeno. Es muy importante que nuestras autoridades le
apuesten a la prevención del delito; se están incrementando las penas
en contra de los delincuentes pero eso no basta; las estadísticas indi-
can que, de cada cien delitos que se cometen, se denuncian veinte y
sólo dos o tres son sometidos a juicio. Las autoridades deben de recu-
perar la confianza para que la gente se atreva a denunciar, porque hay
bastante impunidad y corrupción.
”—¿Por qué los gobiernos no pueden erradicar el problema? ¿Qué
sucede con la lucha del narco en Metepec?
”—Son organizaciones que tienen más poder económico que las
propias corporaciones policiacas. Incluso tienen acceso a mejores sis-
temas de telecomunicación, a mejor equipo, armamento. Desafortu-
nadamente, y siempre lo he sostenido, dentro de las corporaciones
policiacas siempre ha habido participación en este tipo de ilícitos.
Cuando sucede una situación de secuestro, narcotráfico, robo de ve-

116
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 117

hículos, casi siempre hay elemento en activo o ex elementos de algu-


na de las corporaciones. Es gente que conoce la logística, cómo ope-
ra la policía internamente y que desafortunadamente forma parte de
esas organizaciones.”

Sin embargo, la primera pieza del gran rompecabezas la había coloca-


do el extinto José Luis Santiago Vasconcelos, entonces titular de la
SIEDO, cuando en octubre de 2004 advirtió que Metepec estaba con-
vertido en zona de habitación para familiares y cómplices de narcotra-
ficantes presos en La Palma, y que algunos de ellos realizaban sus ac-
tividades de trasiego y distribución de enervantes desde ese lugar.
Durante la septuagésima asamblea general de la Organización In-
ternacional de Policía Criminal (Interpol) en Quintana Roo, el fun-
cionario confirmó que la PGR había realizado investigaciones en esa
comunidad mexiquense porque ahí se estaba tejiendo una red de “narco-
actividad” y, por ello, “se realizaron trece cateos en abril de este año
en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional”.
Agregó: “Lo que vemos ahí es que las familias de los narcotrafi-
cantes se están asentando en esas zonas por la cercanía que existe con
el penal de La Palma y algunos de ellos, independientemente de que
tienen ahí a sus familias, realizan actividades de narcotráfico, como es
el caso precisamente de la organización de El Mata-Amigos Cárdenas
Guillén”. Además, agentes del Centro de Investigación y Seguridad
Nacional (Cisen) habían filmado y fotografiado, de 2002 y 2003,
puntos sospechosos de presencia de familiares y de operaciones de nar-
cotráfico en los municipios de Toluca y Metepec.
Meses más tarde, el 13 de enero de 2005, en declaraciones a corres-
ponsales de prensa extranjera, Vasconcelos alertó sobre una alianza, es-
tratégica y coyuntural, entre capos —en la que llevaban mano Osiel
Cárdenas, por el Cártel del Golfo, y los Arellano Félix— que se gestó
en La Palma, y en privado aceptó que se había forjado en un exclusivo
fraccionamiento residencial de Metepec, para hacer frente a la asocia-
ción conformada por el Cártel de Juárez, de los Carrillo Fuentes, con
la organización de El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada.

117
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 118

La PGR tenía informes en el sentido de que en una cumbre (la de


1997) participaron Amado y Rodolfo Carrillo Fuentes, responsable
este último de conseguir credenciales de la Policía Judicial sinaloense
y asesinado posteriormente en Culiacán en septiembre de 2004. Los
narcos también querían cesar las hostilidades entre ellos, con la pro-
tección del gobierno federal, a fin de que pudieran en forma abierta
transportar dólares intercambiados en sus operaciones y que el gobier-
no les diera luz verde para transportar cargamentos de droga.
“Cárdenas y Benjamín Arellano, dentro del penal, ya estando de-
tenidos, se ponen de acuerdo, generan esta alianza […] y empiezan a
hacer una operación de pinza [cierre] hacia esta organización. Y de
ahí viene la violencia tan desatada ahora”, dijo el funcionario, y pre-
cisó que pruebas de eso se obtuvieron en siete registros a casas de se-
guridad de Osiel Cárdenas en Metepec, donde encontraron docu-
mentos que acreditaban un pago de cien mil dólares de éste a
Arellano. Y dio a conocer que la PGR interrogaría a Benjamín Are-
llano Félix y a Osiel Cárdenas en la investigación sobre el asesinato de
El Pollo Guzmán Loera.
En el futuro cercano, Vasconcelos y la PGR registrarían otros en-
cuentros en Metepec para declarar la guerra y ajusticiar a El Chapo y sus
socios del Cártel de Sinaloa, pero ante la sobre-exposición de los me-
dios, algunos operadores de los cárteles, con el aval de sus jefes, deci-
dieron alejarse un poco de Metepec y refugiarse en zonas menos visi-
bles, como Valle de Bravo, Ixtapan de la Sal y Cuernavaca, esta última
en el estado de Morelos.

EL PRECIO

La bonanza tiene sus costos. A pesar de que Metepec es uno de los


municipios más prósperos del Estado de México, a cada vuelta de es-
quina también exhibe profundos contrastes. Luego de que hasta tres
partidos políticos diferentes han gobernado este territorio en los últi-
mos veinte años, las cosas no son mejores para quienes viven en las zo-
nas populares o en los viejos barrios pobres de la cabecera. El gran

118
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 119

progreso sólo se nota en contadas zonas, aquellas donde se puede pa-


gar una residencia triple A.
En la cabecera, una barda acota un tiradero de basura que se ins-
taló en plena calle de uno de los fraccionamientos más nuevos y caros,
donde está prohibida la entrada a quienes no residan allí. Estos feudos
habitacionales privatizan los terrenos donde están asentados, restrin-
giendo accesos y circulación al resto de los ciudadanos. Las cuatro
grandes ex haciendas han dado paso a esas enormes pero cerradas y ex-
clusivas zonas habitacionales.
El populoso mercado que se instala todos los lunes en el centro de
la municipalidad también discrimina al consumidor. Quienes exhiben
mayor poder adquisitivo prefieren los centros comerciales y las gran-
des tiendas departamentales, mientras que las familias con mayor an-
tigüedad acuden al tianguis.
Además de los habitantes originales, Metepec alberga tres tipos de
población. La primera, la que se asentó hace más de seis décadas. Vive
en el centro de la ciudad y sus alrededores, en casas de barro, se dedi-
ca al comercio y en menor grado posee terrenos cultivables. La segun-
da prefirió la vida en las fábricas y se asienta en las colonias populares
como La Pila, La Pilita y los cuatro Izcalli diseminados por el muni-
cipio. La última comenzó a llegar hace unos veinticinco años o menos
e incluye a algunos políticos, como su actual alcaldesa y algunos regi-
dores, hijos de políticos cercanos a Peña Nieto. En los hechos, Mete-
pec se ha convertido en el gran santuario de políticos formados por
Arturo Montiel Rojas, a quien guardan sus lealtades, y bien aceptados
por Enrique Peña Nieto.
En el reparto de poder, da la impresión de que Peña tomó una de-
cisión salomónica para evitarse problemas. Si a Montiel le dejó el rico
Metepec, aparte de que le entregó una buena cuota de legisladores lo-
cales y federales, a su otro tío, Alfredo del Mazo González, le conce-
dió el millonario Huixquilucan, con su zona dorada conocida como
Interlomas, considerada ideal para vivir y la más exclusiva del Estado
de México, más sus diputados y secretarios de Estado.
Entre las zonas más desfavorecidas de Metepec se encuentran
San Jorge Pueblo Nuevo, La Magdalena Ocotitlán y San Bartolomé

119
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 120

Tlaltelulco, cuyos habitantes carecen de lo más elemental, como pi-


sos firmes, techos y estufas, lo que las convierte en poblaciones de
alta marginalidad.
En medio de una extraña realidad, a Metepec se le puede ver con
una mirada llena de misterios, añoranzas e interrogantes en la crudeza
de un paisaje que la delincuencia organizada cambió para siempre. Y
aunque no siempre se detectan las grandes transacciones, en la década
de 1990 comenzaron a aparecer desconocidos y bien vestidos comer-
ciantes y bodegueros de la Central de Abasto —por lo menos así se
presentaban—, que pagaban en dólares por propiedades de los mete-
pequenses. Compraban o rentaban.
Frecuente, la adquisición de bienes inmuebles o la inversión en és-
tos, que dificulta un poco más rastrear las fortunas malhabidas, mar-
có una abismal diferencia de precios: un terreno de mil trescientos
metros cuadrados en La Providencia, sobre la avenida Gobernadores,
tenía un costo promedio de cuatrocientos mil dólares, según un anun-
cio publicado en Mercado Libre, un importante sitio de ventas a través
de Internet.
La gran plusvalía de Metepec, la circulación de caravanas de autos
de gran lujo y las ejecuciones como las de Karla Andrea Rico Fonseca
y Edna Laura Martínez Álvarez han hecho que los ancianos tiren al ol-
vido historias locales de dominio público, como la de El Chacal de Me-
tepec, aquel hombre que mató a su mamá y, según la leyenda, se la co-
mió. Los viejos —como se contaba en la década de 1950— pagaban
cinco centavos para que El Chacal aceptara visitas (como en funciones
especiales de un circo llegado de la gran ciudad) y se dejara ver ence-
rrado en una celda con barrotes de madera en la vieja cárcel de Tolu-
ca, a la que prácticamente todo mundo podía llegar porque se encon-
traba justo frente a la central camionera de entonces.
Las antiguas leyendas de Metepec, como la de las ollas repletas de
oro enterradas en algunas de las cuevas del cerro que se alza en plena
cabecera municipal y la de “El charro sin cabeza”, decapitado en el
árbol de una calle del barrio San Francisco Coaxusco o La Asunción
Coaxustenco, fueron suplantada por las incursiones del Ejército,
como aquella que inició el martes 20 de abril de 2004, al mando del

120
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 121

general Virgilio Daniel Méndez Bazán, comandante de la Vigésima


Segunda Zona Militar, para buscar propiedades de dos ex funciona-
rios del estado de Morelos, José Agustín Montiel López, coordinador
general de la policía ministerial de esa entidad, y El Mico Raúl Cortés
Galindo, coordinador operativo de la misma corporación, vinculados
con el narcotráfico. Unidades artilladas y cerca de un centenar de sol-
dados se apostaron frente a varias residencias. También se enviaron
destacamentos a las calles de Leona Vicario e Ignacio Comonfort, y a
calles en la vecina Toluca. La incursión se reportó en Don Adolfo,
Prados Campestre, Puerta de Hierro y Residencial La Joya, además
de Juan Álvarez y Las Américas, estas dos últimas en Toluca. Nada
encontraron, tampoco nada se informó, pero la sombra de El Chapo
Guzmán voló de esa zona hasta uno de los más exclusivos fracciona-
mientos de Valle de Bravo.
La presencia de los militares, como el allanamiento, no impresio-
nó a ninguno de los vecinos de los fraccionamientos. La búsqueda se
minimizó porque se dio una semana después de confirmada la formal
prisión a Montiel López y a El Mico Cortés Galindo, por delitos rela-
cionados con el tráfico de drogas y delincuencia organizada. La PGR
documentó que los dos jefes policiacos eran operadores de los cárteles
de Juárez y de Sinaloa, bajo las órdenes de Vicente Carrillo Fuentes y
Juan José Esparragoza Moreno.
Santiago Vasconcelos confirmó que desde noviembre de 2002,
cuando se inició la investigación, las autoridades descubrieron que am-
bos permitían el aterrizaje de avionetas cargadas con droga en el aero-
puerto de Cuernavaca, procedente de Colombia, la cual después se
transportaba en vehículos de la policía ministerial de Morelos hasta
amplias bodegas en Los Reyes la Paz, Estado de México. Fueron re-
cluidos en el penal de Almoloya.
Como un recordatorio, durante un par de semanas los militares
dispersaron algunos elementos en aquellos fraccionamientos residen-
ciales de Metepec y dejaron una tanqueta en resguardo. Sin embargo,
la realidad era otra: en el comunicado setecientos diez que hizo públi-
co el 16 de julio de 2004, la PGR aceptó que buscaban en Metepec a
un grupo de allegados del capo Osiel Cárdenas Guillén: “Con motivo

121
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 122

de las investigaciones que en forma permanente la institución realiza


en contra del narcotráfico, la Unidad Especializada en Investigación de
Delitos Contra la Salud de la SIEDO identificó, además, a tres pre-
suntos miembros de la organización que dirige Cárdenas Guillén: José
Alfredo Cárdenas Martínez, Pablo Hernández Muñiz (a) El Negro o El
Pablito y Lucía Ibarra Salinas.
”Cárdenas Martínez y Hernández Muñiz fueron detenidos por
elementos de la SIEDO y del Ejército mexicano antes de llevarse a
cabo una serie de cateos el 20 de abril de 2004 en el Distrito Federal
y el Estado de México. Al momento de practicarse los cateos se les
aseguraron diversas pruebas que demuestran su participación en el cár-
tel que encabeza Osiel Cárdenas.
”Lucía Ibarra Salinas contaba con una orden de aprehensión gira-
da por el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Penal de Guadalaja-
ra por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y
contra la salud, misma que se cumplimentó el pasado 14 de julio en la
Ciudad de México. Cárdenas Martínez y Hernández Muñiz fueron
internados en La Palma, mientras que Ibarra Salinas fue enviada al
Centro de Readaptación Social Santiaguito, también en Almoloya.”
Sobre los narcofraccionamientos en Metepec, el comisionado para
la Prevención y Readaptación Social del gobierno federal, Carlos Tor-
nero, dijo a la revista Proceso: el pueblo “se ha convertido en un factor
más de presión para la seguridad de La Palma, por el ambiente del pe-
nal”. La misma publicación advirtió: “La noche del 20 de abril de
2004, efectivos militares y de la PGR irrumpieron en siete residencias
de los fraccionamientos Puerta de Hierro, Rinconada Don Adolfo y
Campestre del Valle, y detuvieron a José Alfredo Cárdenas Martínez
—sobrino de Cárdenas Guillén— y a Hernández Muñiz, identifica-
do como un falso abogado de Osiel, además de Lucía Ibarra.
”Y en Stefanía número cinco, Rinconada Don Adolfo, hicieron
además un importante hallazgo: legajos de cuentas bancarias, contra-
tos de arrendamiento de las mansiones en Metepec y listas de los in-
ternos de La Palma que integran la red de Cárdenas Guillén y burla-
ban las medidas de seguridad del centro penitenciario. También
localizaron un cúmulo de recados por medio de los cuales el capo daba

122
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 123

órdenes y recibía (en su celda) información de su célula. Asimismo, lo-


calizaron actas de nacimiento e identificaciones de los padres, herma-
nos e hijos de Osiel (interno 1353), de las cuales se desprende que el
capo nació el 18 de mayo de 1967, además de facturas por servicio au-
tomotriz y boletos de avión.
”Surgieron facturas de servicio de televisión satelital a nombre de
José Alfredo Lozano Martínez, con domicilio en Leona Vicario 912,
casa seis, en el residencial Country de Metepec. […] Y en diversos
mensajes internos de la organización aparecen depósitos a nombre de
un Lic. Lozano. Había contratos de arrendamiento de varias residen-
cias, uno a nombre de Juan Tapia Márquez, pero domiciliado en Ma-
ría Curié 801, casa veinte, Villas de Aconcagua, pero en la colonia
Científicos de Toluca, y uno más a nombre de Pablo Hernández Mu-
ñiz, en Stefanía cinco, Rinconada de Don Adolfo.”

En algunos fraccionamientos de Metepec se necesita, de veras, tener


dinero, porque hay inmuebles que llegan a costar un millón cien mil
dólares o más, aunque también hay precios “accesibles” en las zonas
más alejadas, donde se pueden encontrar pequeñas viviendas de cua-
trocientos mil dólares. Pero los nuevos avecindados llegaron, primero,
a zonas que ya eran exclusivas en ese entonces, como Club de Golf San
Carlos (primera sección), Puerta de Hierro, La Virgen, Villas Stefanía,
Balmoral, Campestre Del Virrey, donde se tenían localizados familia-
res de Ernesto Fonseca.
Una escena para el anecdotario sobre las cantidades de dinero que
aquí se mueven: en plena Navidad de 2009, investigadores de la Pro-
curaduría estatal hallaron el equivalente a por lo menos diez millones
de pesos en efectivo —entre euros, dólares y moneda nacional— den-
tro de la caja fuerte de una residencia en la privada Rubí del fraccio-
namiento residencial Los Arcos-Balmoral, cuando buscaban a un sica-
rio que en la madrugada del 11 de diciembre había asesinado a seis
adultos —tres hombres y tres mujeres— en una vivienda del paraje
Cañón Hondo, en San Lorenzo Cuautenco, la zona rural del munici-
pio de Almoloya de Juárez.

123
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 124

Un comando ingresó al inmueble a las seis y media de la mañana.


Aún dormían los catorce integrantes de la familia. A los ocho meno-
res, de entre cuatro y ocho años de edad, los encerraron en un cuarto,
mientras en la sala de la casa los verdugos colocaron en fila a los seis
adultos y los acribillaron.
Los ejecutados fueron identificados como Desiderio Hernández
García, de cincuenta y dos años; sus hijos Desiderio, Marina y Juan
Manuel Hernández Sánchez, de entre treinta y cinco y treinta y ocho
años, así como sus nueras Elizabeth González, de treinta, y Ernestina
Ortiz, de veinticinco años.

124
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 125

Capítulo V
Con C de cártel

N A Z O Z O B R A Q U E I N C O M O DA , asociada con la muerte

U violenta, y una indignación que cala acompañan cada amane-


cer a los habitantes de Coacalco de Berriozábal. De tanto es-
cucharlas, se han acostumbrado al estallido de las granadas y al table-
teo permanente de las armas de asalto. A medida que uno se adentra
en sus calles mal trazadas y sucias, y en su pasado reciente, adquiere
forma el escenario trágico y desmoralizador de este municipio cono-
cido simplemente como Coacalco, el cual fue considerado en 2008 el
décimo mejor para vivir en México, según los índices del Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), aunque basta con
echarle un vistazo para desmentir lo anterior.
Cada día, los coacalquenses deben lidiar con caminos llenos de ba-
ches y calles inseguras. Deben librar una nueva batalla contra el des-
crédito y contra su policía, aunque afuera, en municipios vecinos, los
crean privilegiados por vivir en una ciudad de primer mundo —de
unos trescientos veinte mil habitantes—, “superior” a algunas de Es-
tados Unidos, Japón, Francia, Reino Unido o Alemania. Entre los dos
mil cuatrocientos treinta y ocho municipios de México, y las dieciséis
delegaciones del Distrito Federal, Coacalco ocupa un lugar de privile-
gio. En calidad de vida y desarrollo, sólo lo supera el también mexi-
quense Metepec. Eso dice la ONU.
Hasta 1970, “La casa de las serpientes” o “La casa de la cultura”,
su nombre náhuatl, era un pueblo grande y católico, ciertamente con
sus ricos, caciques y terratenientes, pero de construcciones modestas
—las que soportan los terrenos fangosos en lo que alguna vez fue el

125
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 126

lago Xaltocan— y gente humilde. Era seguro pese a ser inaccesible, y


sus primeros asentamientos humanos pueden rastrearse hasta antes de
nuestra era. No obstante, en esa década de 1970, cuando había censa-
das apenas dos mil ciento quince viviendas, algo cambió y, de pueblo
“bicicletero”, Coacalco se convirtió en un microcosmos donde conver-
gen las múltiples caras de la violencia.
Encerrado por Tultitlán, Tultepec, Cuautitlán, Ecatepec y Tlalne-
pantla, Coacalco era, en esencia, un territorio de paso para los habi-
tantes de esos municipios que cruzaban entre éstos o que se dirigían
a la Ciudad de México. Todavía en 1970 pocos sabían cómo llegar a
Coacalco, que dependía, como ahora, de los accesos que le ofrecían y
permitían sus vecinos. Sin exagerar, todos los habitantes se conocían
y se saludaban de mano. Y todos envidiaban a ese “pueblote” viejo y
tranquilo.
Los coacalquenses encontraron en la industria y el comercio la cla-
ve para emparejar y superar a esos cinco municipios aledaños y acer-
carse al Distrito Federal, aunque lo hicieron de manera caótica. Como
lo reconocieron sus autoridades en los planes de desarrollo 2003-
2006: “La estructura urbana creció en forma desordenada, originando
el establecimiento de zonas habitacionales, industriales, comerciales y
de servicios. El municipio no controló su crecimiento y tampoco ob-
servó criterios de planeación urbana vinculada a su realidad socioeco-
nómica que anticipara los impactos significativos”.
En sus treinta y cinco y medio kilómetros cuadrados, las tiendas
de abarrotes cedieron ante la fuerza de Aurrera, Comercial Mexicana
y Blanco; luego llegarían Walmart y SAM’s. Y con estas tiendas de au-
toservicio arribaron sucursales bancarias, grandes restaurantes o cade-
nas restauranteras, y las mayores agencias automovilísticas.
Éstos fueron el imán, y un día, de la nada, llegaron la ropa y el cal-
zado de Suburbia. Se multiplicaron las unidades habitacionales popu-
lares, unifamiliares y multifamiliares; los fraccionamientos desplazaron
a las rancherías y, por todo el territorio, brotaron los asentamientos
irregulares. Aparecieron inmigrantes de Michoacán, Puebla, Veracruz,
Hidalgo y del Distrito Federal. Desaparecieron los indígenas y los
campesinos. Ahogaron al “pueblote” y se murió el suelo agrícola.

126
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 127

Sin embargo, había algo engañoso. Coacalco empezó a desempe-


ñar la función de municipio “dormitorio”. La mayor parte de sus ha-
bitantes se desplazaban —lo siguen haciendo y lo harán por siem-
pre— a otras zonas para laborar y realizar sus actividades comerciales,
escolares y de servicio. Un día, los coacalquenses descubrieron que pa-
san, hacinados, seis horas diarias o más en el chatarrizado, sucio y ma-
loliente transporte público mexiquense.
La fórmula que parecía haberles dado resultado tenía fisuras. El
éxito se convirtió pronto en un golpe mayor que nadie sabe con certe-
za cómo ni cuándo empezó, y nadie aventura un pronóstico sobre el
futuro, desde que el jueves 6 de noviembre de 2003 la alcaldesa Julie-
ta Villalpando Riquelme hizo pública una cara oculta del progreso, la
cara más bien del deterioro: denunció la existencia de al menos sesen-
ta narcotiendas protegidas por jefes policiacos ministeriales, estatales
y municipales. La C muy clara de cártel y de crimen organizado había
desplazado a la delincuencia común.
Rebautizada por sus electores como La Emperatriz, y estando su fa-
milia misma envuelta en escándalos de extorsiones, prisión, portación
de armas de fuego para uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, así
como narcotráfico, la señora presidenta municipal mostró lo que todo
Coacalco sabía y hablaba en susurros o callaba por temor: “En las co-
lonias Villa de las Flores, San Rafael, Granjas y Bosques del Valle se
tienen detectadas las tiendas donde se distribuyen estupefacientes”.
Denuncias ciudadanas habían permitido conocer el grave proble-
ma a que se enfrentaba esta localidad. Para entonces, Coacalco ya se
había integrado a la zona metropolitana de la Ciudad de México, con
lo cual las distorsiones del desarrollo alcanzaron al pueblo.

A principios de aquel 2003, el miércoles 26 de febrero, tras una espec-


tacular persecución policiaca que terminó en el municipio de Naucal-
pan, como lo sintetizaron los periodistas locales en sus notas del día
siguiente, “el sexto regidor del Ayuntamiento, Hugo Delfín Zamudio,
y sus tres guardaespaldas —Javier Flores, Arturo Valencia y José Luis
García— fueron detenidos en posesión de dos armas largas AR-15 y

127
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 128

un revólver calibre treinta y ocho”. El incidente tuvo matices políticos


y, al margen de las armas para uso exclusivo de las Fuerzas Armadas,
se dio por concluido con la renuncia irrevocable de Juan Manzur Chá-
vez a la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito municipal.
Cinco años después, en las primeras horas de la mañana del jue-
ves 7 de agosto de 2008, un comando arrojó, bajo un puente del Cir-
cuito Exterior Mexiquense en Ecatepec, a un costado del fracciona-
miento Los Héroes y a unos metros de la caseta de cobro de Ojo de
Agua de la autopista a Pachuca, el cadáver de Manuel Roberto Ber-
múdez Rojas, comandante de la policía municipal de Coacalco.
En las siguientes horas salieron a la luz otros detalles siniestros:
antes de ejecutarlo, los verdugos lo amordazaron, le cubrieron la cabe-
za, se la vendaron, se la fijaron con plástico y cinta adhesiva transpa-
rentes, le amarraron los pies con lazos azules de plástico y lo sometie-
ron a varias sesiones de salvaje tortura.
Sus secuestradores lo reventaron a golpes durante una semana.
Luego, cuando ya no aguantó, o cuando lo hicieron hablar, le dieron
un balazo en el abdomen y otro en el pecho. Junto al cuerpo se en-
contraron tres casquillos percutidos calibre nueve milímetros, por lo
que las autoridades conjeturaron que fue arrojado con vida, mientras
los asesinos se tomaron su tiempo para frenar, bajar del vehículo y
ejecutarlo.
En la averiguación previa TEC/II/2849/2008 quedó asentado el he-
cho de que en el sitio del crimen se recogieron los casquillos percuti-
dos y una ojiva. Al lado del cuerpo, los delincuentes colocaron una car-
tulina muy limpia y muy blanca con letras claras, grandes, y un
mensaje contundente: “Para que sepan con quién no se deben de me-
ter. Atentamente El Indio y La Muñeca”.
Por la brutalidad del crimen, los antecedentes del tráfico de nar-
cóticos en la zona y el sistema de cuotas e impuestos establecido por los
hermanos Beltrán Leyva, todos atribuyeron el alias de La Muñeca al
matón texano Édgar Valdez Villarreal. El de El Indio quedó como pie-
za suelta de un gran rompecabezas. Exigir justicia habría sido teme-
rario e inútil. Este tipo de casos se arreglan de otra manera y a otros
niveles.

128
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 129

Algunas piezas del rompecabezas se unieron en los siguientes días.


Una semana antes, en la mañana del miércoles 30 de julio, un coman-
do armado con rifles de asalto AK-47 y AR-15 había levantado al co-
mandante Bermúdez Rojas cuando éste salía de su casa para dirigirse
a sus oficinas en el Sector Siete de Villa de las Flores. Casi al mismo
tiempo, algunos de sus vecinos hicieron una llamada de emergencia a
la policía para denunciar el levantón con visos de secuestro. Informaron
que los criminales entraron en acción cuando Bermúdez Rojas apenas
subía a su automóvil, estacionado frente a su casa, en la calle Rosales
número 6 del fraccionamiento Villa Hermosa, en el municipio de Eca-
tepec. Los plagiarios le cerraron el paso con dos camionetas, una ade-
lante, la segunda atrás.
Vestido con camisa blanca, y pantalón, calcetines y zapatos negros
—su uniforme de policía, que aún llevaba puesto cuando lo encontra-
ron ejecutado—, el comandante Bermúdez, un hombre de cuarenta
años de edad, fue interceptado por al menos seis criminales que viaja-
ban en las dos camionetas referidas. Lo sometieron, desarmaron y, a
puñetazos, patadas y cachazos de arma larga, lo subieron a una camio-
neta Suburban blanca sin placas de circulación. Del vehículo no se
supo nada más, ni del conductor, ni de las otras unidades. Ante tal de-
mostración de poder, por prudencia nadie quiso decir nada más.
Surgieron otros detalles: el comandante secuestrado, torturado y
asesinado recibía generosas cantidades mensuales de La Familia Mi-
choacana para no molestar a narcomenudistas o dealers de esta organi-
zación criminal, y para que brindara protección a las narcotiendas mi-
choacanas, como si se hubiera tratado de las famosas paleterías que
llevan ese nombre por todo el país.
Lo habían contratado también como informante para que avisara
de operativos federales o militares contra la delincuencia organizada.
El compromiso era serio en un territorio ya ocupado y controlado por
gente de El Chapo Guzmán y los hermanos Beltrán Leyva. El soborno
alcanzaba a policías—y a agentes ministeriales y un empresario del
sector del autotransporte— de otros municipios, Tlalnepantla y
Huixquilucan. Bermúdez Rojas no cumplió con ninguna parte del
pacto y nadie supo dónde quedó el dinero ni cómo se repartió.

129
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 130

Su muerte vino a confirmar la descomposición de la policía y la


expansión real de La Familia Michoacana, que había salido de su refu-
gio en los municipios del sur del Estado de México, fronterizos con
Michoacán y Guerrero, para conquistar, a sangre y fuego, esas zonas
que desde 2000 controlaban El Chapo y los hermanos Beltrán Leyva,
ampliar su territorio y dominar la plaza.
Los sucesos descritos fueron sólo una parte pequeña, un trofeo
más en la guerra de los cárteles: la distribución de sustancias prohibi-
das, y luego el consumo, mostraron el crecimiento y el poder del mu-
nicipio de Coacalco, aunque otras áreas, como Ciudad Nezahualcó-
yotl, Tlalnepantla, Chalco y Ecatepec, tuvieran un incremento
poblacional más acelerado y se notaran más por su cercanía con la Ciu-
dad de México.
En aquel amanecer había confusión entre la policía de Coacalco.
Fue una mañana larga para la esposa y para toda la familia del coman-
dante. Peritos de la Procuraduría estatal determinaron que la ejecu-
ción, por sus características, había sido obra de los cárteles de la dro-
ga que durante los últimos meses habían amenazado y asesinado a
varios mandos policiales.
Para entonces, los habitantes de Coacalco (que tenía unas sesenta
mil viviendas censadas, casi cuarenta y ocho mil más que en 1970) en-
tendieron bien: estaban en una posición incómoda. Existían otras for-
mas de verse a sí mismos porque el narcotráfico había alcanzado sus
centros de poder. La violencia se les había vuelto absurda y cotidiana.
Los asaltos y el robo a viviendas eran un juego de niños.
Y otra pieza, el jueves 22 de abril de 2010, hizo a los coacalquen-
ses descubrir la dimensión real del rompecabezas. Aquella firma de El
Indio fue atribuida a Gerardo Álvarez Vázquez, que además de ese alias
poseía el de El Chayán, matón al servicio de los hermanos Belrán Ley-
va, pero que en 2010 estaba bien alineado con el equipo de operado-
res de La Barbie o La Muñeca.
Capturado en una zona residencial de alto nivel de Huixquilucan,
en la SIEDO se consideraba a El Indio responsable del tráfico de dro-
gas en este municipio y en Nucalpan, así como en regiones de la Cos-
ta Grande y Acapulco, en el estado de Guerrero. En alianza con Val-

130
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 131

dez Villarreal, El Indio disputaba el liderazgo de la organización a Héc-


tor Beltrán Leyva, El H, y a El Grande Sergio Villareal Barragán.
La captura fue significativa porque El Indio era el contacto con or-
ganizaciones de narcotraficantes de Centro y Sudamérica para la com-
pra y trasiego de droga, el encargado de laboratorios clandestinos para
producir ice (llamada la droga letal) y otras metanfetaminas, y el respon-
sable del envío de la droga sintética a Estados Unidos.
La ejecución del comandante Bermúdez Rojas aquel jueves 7 de
agosto de 2008 fue una osadía, pero El Indio era un pez gordo en las
aguas territoriales del crimen organizado. La justicia de Estados Uni-
dos ofrecía una recompensa de dos millones de dólares por informes
que llevaran a su captura. En la Corte Federal Sur del Distrito de Ca-
lifornia, El Indio se enfrenta a cargos desde 1997 por sus operaciones
de narcotráfico, primero ligadas al Cártel de Sinaloa y después a los
hermanos Beltrán Leyva. A El Indio se le vincula con la masacre de La
Marquesa de septiembre de 2008.

H ISTORIAS OCULTAS

En 2006, David Sánchez Isidoro estaba en plena campaña por la al-


caldía de Coacalco. Era el abanderado de una alianza entre el PRI y
el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). En su discurso dia-
rio incluía a la seguridad pública y el narcomenudeo como los prin-
cipales problemas. “El municipio vive una crisis que tiene que ver con
el alto índice de delincuencia y de narcomenudeo”, decía textualmen-
te en sus giras y no se cansaba de proponer un “trabajo conjunto en-
tre sociedad y gobierno para atender, como primera necesidad, la se-
guridad pública”.
Sánchez Isidoro y un eventual regreso priista a la alcaldía represen-
taban una especie de esperanza después de nueve años de que, en los
hechos, la familia Gamiño-Villalpando y el PAN se habían apoderado
de la presidencia municipal y habían formado un caciquismo político
local al convertir a Coacalco en su feudo chiquito. Nueve años lleva-
ban controlando la vida política de los coacalquenses. Sin embargo,

131
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 132

cuando el martes 7 de marzo de 2006, a unos meses de concluir su


mandato, Julieta Villalpando fue detenida en la Ciudad de México
porque pesaban sobre ella acusaciones de extorsión, la familia se había
enfrascado en una guerra fraticida, denuncias penales de por medio,
como si al hablar del municipio se hablara de un botín.
A la cabeza del clan familiar que había encontrado la fórmula
para mantener el poder estaba el ex alcalde Alejandro Gamiño Pala-
cios —tío político de la señora presidenta municipal—, que cayó en
desgracia el 16 de noviembre de 2005, cuando lo capturaron en el
Distrito Federal y le decomisaron medio kilogramo de marihuana, se-
senta y dos dosis de cocaína, una báscula digital para hacer sus cortes
y armar sus grapas, y un rifle AK-47.
Gamiño, quien se había apoderado de una parte del PAN mexi-
quense al llegar a la alcaldía para el trienio 1997-2000, tomó impul-
so para ganar una diputación en la LII Legislatura local y alcanzar la
Secretaría de Relaciones Públicas del Comité Directivo Estatal panis-
ta. Fue capturado por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del
Distrito Federal —y remitido a la PGR— luego de una persecución
que inició en la calle Jaime Nunó y Paseo de la Reforma, muy cerca
del barrio de Tepito, y terminó en el cruce de la avenida Insurgentes y
Eje 2 Norte, en Tlaltelolco.
Su Jeep Liberty, placas LYG2881, no iba a aguantar una revisión
policial. Los investigadores señalaron que el político panista mexi-
quense, originario de Veracruz, no respetó el señalamiento de una pa-
trulla del sector Cuauhtémoc y huyó a causa de su minicargamento de
drogas y el cuerno de chivo que portaba con dos cartuchos útiles.
Diez días después de la captura, preso en el Reclusorio Preventivo
Sur e iniciada la averiguación previa PGR/DF/SZC/CAM/XI-D/4729/
2005-11, el juzgado 14 de Distrito en Materia de Procesos Penales Fe-
derales en la Ciudad de México le dictó auto de formal prisión por los
delitos de portación de arma de fuego reservada para uso exclusivo del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y contra la salud en la modalidad de
posesión de drogas.
Lo ayudaron la investidura de ex edil, su militancia panista y, so-
bre todo, el activo papel que jugó en 1998 como coordinador de los

132
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 133

Amigos de Fox: el jueves 15 de marzo de 2007, un tribunal unitario


canceló la sentencia de cinco años y cuatro meses de prisión que le ha-
bía impuesto un juez de primera instancia. En diciembre de 2006, ese
juez, José Leovigildo Martínez Hidalgo, había determinado que exis-
tían elementos para considerar que Gamiño incurrió en los delitos de
portación de arma prohibida y delitos contra la salud.
El quinto tribunal unitario penal revocó la sentencia basándose en
tecnicismos legales, para que se repusiera el procedimiento judicial, se
desahogaran careos solicitados por el inculpado y se emitiera una nue-
va sentencia porque, entre otros argumentos, la detención no se efec-
tuó a causa de que los policías hubieran detectado que el ex alcalde ha-
bía comprado drogas en Tepito, sino porque circulaba en sentido
contrario. El tribunal olvidó, o en forma deliberada pasó por alto, las
sesenta y dos grapas, el medio kilogramo de marihuana y el fusil de
asalto, o de plano se inclinó porque las dosis de cocaína eran para con-
sumo personal, y la marihuana, para combatir la reúma.
Preso y convicto, Gamiño acusó a Julieta Villalpando de fabricar-
le los delitos y dijo que su sobrina política había intentado extorsio-
narlo con cinco millones de pesos. (En 2006, Villalpando le dejaría al
Ayuntamiento una deuda cercana a doscientos veinte millones de pe-
sos, y otra por trescientos sesenta millones a la Comisión de Aguas del
estado; desaparecería de la política panista mexiquense y aparentemen-
te se iría del país.)
La hermandad de los Gamiño parecía sólida en 1997. Se había
forjado en esa década, cuando los mexiquenses, ahogados por el PRI,
buscaban opciones. Ese año, los panistas ganaron la alcaldía. Y la figu-
ra de Alejandro parecía indestructible. Al llegar a la presidencia muni-
cipal dio cobijo político, empleó y formó a los dos personajes que lo
sucederían en el cargo: en 2000, su compadre Augusto Alejandro Sán-
chez Domínguez, también futuro diputado, y en 2003, su sobrina Ju-
lieta, quien en 1998 había sido admitida, con todas las de la ley y mi-
litancia plena, en el PAN, recomendada por el tío. Comunicadora ella,
éste la incorporó a Comunicación Social.
Uno de los señalamientos más conocidos y que se constituía
como una de las pruebas más sólidas del poder real de Alejandro Ga-

133
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 134

miño fue retomado en la edición del viernes 18 de noviembre de


2005 del diario La Crónica, en una nota de la periodista Cristina
Huerta: “Cuando apenas llegó a la alcaldía, en una comida con repor-
teros confesó que era mejor negocio trabajar en la administración pú-
blica que en las empresas de la iniciativa privada, porque como geren-
te regional de la Bimbo le descontaban muchos impuestos y como
presidente municipal los evadía”.
Preso Alejandro, a Julieta le ganaron las ambiciones. La herman-
dad panista le estorbó y en enero de 2006 rompió relaciones con el
tío, aunque la guerra había empezado más atrás, en 2003, cuando ella
buscaba, según versiones de la PGJEM, el control de las narcotiendi-
tas municipales, por lo menos una parte de ellas. Si se colocó ella del
lado equivocado, es otro tema, pero por ese tiempo se sintió con fuer-
za la presencia de al menos dos grandes cárteles del narcotráfico. El
movimiento de operadores de El Chapo Guzmán fue abierto y hasta
descarado, escoltado por los hermanos Beltrán Leyva.
Para entonces, y desde su fuga del penal de Puente Grande en Ja-
lisco, ocurrida el 19 de enero de 2001, El Chapo, bien afianzado en el
Estado de México y al menos otras dieciséis entidades, se había con-
vertido en el capo más poderoso de México, al grado de erigirse en
interlocutor de confianza con cárteles colombianos y hacer una alian-
za, llamada coyuntural en ese momento, con la organización de Ismael
El Mayo Zambada, y otra con la de Ignacio Nacho Coronel. Tiempo
después, el titular de la SIEDO, José Luis Santiago Vasconcelos, lo ca-
lificaría como “un tipo muy inteligente”, protegido por poblaciones
enteras que lo veían como un “héroe, un redentor y un paladín” de
los pobres.
Siendo seductor, ágil de mente, de una lucidez alerta, siempre
dispuesto a corromper y matar, un hombre al que las autoridades le
han creado una especie de halo de ser indestructible, este capo cha-
parrito, originario de Badiraguato, municipio rural de Sinaloa, y ca-
becilla único del Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones delic-
tivas más violentas de América Latina, había conquistado el Estado
de México.
Antes de terminar su periodo de tres años y literalmente huir, Ju-

134
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 135

lieta Villalpando dejó completo el cuadro familiar: la noche del martes


7 de marzo de 2006 fue detenida y permaneció ocho horas en la agen-
cia del Ministerio Público de la Ciudad de México en la delegación
Xochimilco. El procurador capitalino Bernardo Bátiz Vázquez informó
que la alcaldesa había sido capturada bajo los cargos de amenazas y ex-
torsión. “Que estuvo detenida, pues no hay la menor duda. […] Estu-
vo presente su abogado y es el que otorga finalmente la fianza.
”En este momento está libre, pero no totalmente; está libre por
una caución que ella otorgó y está sujeta a una averiguación previa; es
decir, está libre, como se dice en el argot de la Procuraduría, con las
reservas de la ley, está abierta la investigación. Alejandro Gamiño Pa-
lacios presentó la denuncia desde el Reclusorio Sur. Afirma ‘que lo está
extorsionando (con cinco millones de pesos) para no involucrar a un
sobrino de él en los mismos delitos por los que él está acusado, y cau-
sarle otros daños’.”
El subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas de
la Procuraduría capitalina, Salomón Baltazar, informó que, con base
en una orden de captura, agentes de la Policía Judicial local detuvieron
a la alcaldesa a las siete de la noche del martes y la presentaron a la fis-
calía de Xochimilco, de donde quedó en libertad a la una de la maña-
na del miércoles.
Con un PRI debilitado, una Legislatura estatal dividida, un panis-
mo engreído que a pasos agigantados adoptaba para sí todas las ma-
ñas y los vicios en el ejercicio del poder y un gobernador mexiquense
cuestionado, involucrado en actos de corrupción familiar a través de
los recursos públicos, Julieta Villalpando tuvo tres años para gobernar
a sus anchas su reino chiquito. Fetiches que se descubrieron en sus ofi-
cinas sólo alimentaron el morbo de los coacalquenses.
Y así gobernó ella de agosto de 2003 al 17 de agosto de 2006. Ni
Arturo Montiel Rojas, primero, ni el sucesor de éste después, Enrique
Peña Nieto, entraron a Coacalco. En esos tres años, toda la estructura
municipal fue puesta al servicio personal de Villalpando. Le cumplie-
ron todos sus caprichos: adjudicación de obras a su esposo, contrata-
ción de familiares en puestos clave de la administración, nóminas in-
fladas, aviadores, saqueo de mobiliario, arcas vacías y permisos a la

135
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 136

palabra para giros negros otorgados a su padre y a su hermano. De


todo tuvo su administración.
A su esposo Gilberto Gamiño Cárdenas (sobrino de Alejandro
Gamiño), por ejemplo, lo hizo presidente del consejo directivo del
Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Coacalco
(Sapasac), y se documentó cómo desde allí ofreció cargos públicos a
cambio de que lo apoyaran y votaran por él para presidir el comité
municipal panista.
Las redes políticas que tejió Alejandro Gamiño Palacios sirvieron
a Julieta para llegar, desde la oficina de Comunicación Social de Coa-
calco, a la presidencia municipal. Y el periodista Pedro Díaz, de la re-
vista emeequis, publicó sobre aquél: “En 2003, la bailarina de un grupo
musical acusó a Gamiño de violación, a punta de pistola. La denuncia
(COA/II/924/2003) nunca fue ratificada, por lo que no se integró el ex-
pediente. Alejandro Gamiño y Juan Manzur Chávez, quien ocupó la
Dirección de Seguridad Pública y Tránsito municipal en el trienio del
alcalde Alejandro Sánchez, fueron investigados por la PGR por deli-
tos de secuestro, robo de autos y tráfico de drogas, de acuerdo con la
averiguación previa PGR/SIEDO/UIEDC/001/2004”.
Díaz también reveló la otra cara de Villalpando: “Pero también
hay una parte oscura de la herencia: oficinas llenas de fetiches, platos
con cera derretida, cráneos de animales y cruces de piedra utilizadas en
la práctica de la brujería, encontradas en áreas como Desarrollo Social,
el DIF, la Tesorería y la Secretaría del Ayuntamiento. Algunos, encon-
trados en cajones de escritorios o enterrados en macetas, platos con
monedas o cruces con cera derretida, o de piedra, usadas en la sante-
ría. En el DIF, cráneos animales y, el mismo día de la entrega de ofici-
nas, vísceras utilizadas la noche anterior en una misa negra, lo que les
hace suponer la práctica de rituales por parte de algunos ex funciona-
rios panistas”.

En el moderno territorio de Coacalco de Berriozábal, a duras penas


pasa un gobierno sin escándalos del crimen organizado. Si Alejandro
Gamiño y su sobrina Julieta Villalpando mostraron la cara oculta del

136
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 137

narcotráfico, el nepotismo y el desaseo administrativo, el trienio de


Augusto Alejandro Sánchez Domínguez (2000-2003) se desdibujó
dramáticamente en 2002, cuando una investigación del periódico El
Universal descubrió que Coacalco estaba convertido en un santuario de
secuestradores, que los cabecillas de una de las bandas habían trabaja-
do como policías y que hasta la familia de un juez rentó una de las ca-
sas de seguridad de donde fueron rescatadas dos víctimas: los comer-
ciantes José Eliú Pagés Gallardo y Juan Manuel Pérez Vega.
La bomba estalló el sábado 22 de junio de 2002. En su edición
de ese día, el rotativo publicó un trabajo firmado por Silvia Otero y
Juan Manuel Barrera: “Lloró al ver a la policía. José Eliú Pagés Ga-
llardo fue rescatado después de seis meses de cautiverio. Terminaron
golpes, amenazas de muerte, cadenas que lo mantuvieron atado de
pies y manos a una cama. […] En la misma casa donde este comer-
ciante vivió el drama de su secuestro había otro hombre: Juan Manuel
Pérez Vega, quien padeció durante dieciocho días las mismas condi-
ciones que impusieron sus plagiarios: cadenas, vendas en los ojos, gol-
pes. […] La libertad de ambos se tasó en veinticinco millones de pe-
sos, diez de los cuales tendría que pagar la familia de José Eliú. […]
Los dos fueron secuestrados por la misma banda detenida este vier-
nes por el plagio de media hora del comerciante Óscar Pérez, priva-
do de su libertad en el interior de un Sanborns. Los comerciantes se-
cuestrados sobrevivían en su cautiverio en una casa aún en obra negra
del municipio de Coacalco”.
De la liberación derivaron otras noticias. Un día después se dio a
conocer que un jefe de la Policía Judicial estatal y otro de la munici-
pal eran investigados por nexos con la banda de secuestradores de Co-
acalco. Y la noticia dio todavía para más: una de las casas de seguridad
de los plagiarios, en el pueblo de San Lorenzo Tetlixtac, descubierta en
Coacalco por policías de la Ciudad de México, resultó ser propiedad
de un juez calificador o cívico de Ecatepec. El juez fue identificado
con nombre y apellidos: Daniel Díaz Medina, quien negó todo víncu-
lo aunque, con apoyo de la policía municipal, dio la orden de detener
a dos reporteros cuando fotografiaban la casa. “Yo nada más vengo a
ver la situación de unos señores”, advirtió un sorprendido Díaz Me-

137
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 138

dina. Pero agentes de la policía, bajo el mando de su director Juan


Manzur Chávez, remitieron a los periodistas al Ministerio Público,
ante la presión del juez, quien pretendía acusarlos de “allanamiento de
morada” por intentar asomarse al interior de la casa que rentaron a los
secuestradores.
El mismo sábado 22, Luis Roberto Pérez-Gil Bretón, jefe de la
Policía Judicial del estado y asignado al Grupo de Recuperación de Ve-
hículos en Ciudad Satélite, Naucalpan, se dio a la fuga al enterarse de
que había sido delatado por los secuestradores. Vecinos del lugar de-
nunciaron ante reporteros del portal esmas.com de Televisa que, desde
hacía tiempo, “se habían percatado de que varios sujetos, algunos ar-
mados, llegaban y se reunían en la casa. Tenían un mes, y al mes hicie-
ron ellos una reunión y yo le dije a mi vecina: ‘Oye, están tomando los
vecinos y vayan a tirar balazos’, y me dijo ella: ‘No te espantes, ellos
toman precauciones’; se llaman, se decían que eran judiciales”.
La arrendadora de la vivienda, Marina Espinosa, suegra del juez
calificador, y su familia abandonaron de inmediato el domicilio conti-
guo a la casa de seguridad.
El fiscal antisecuestros de la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal (PGJDF), José de Jesús Jiménez Granados, dijo a la
prensa que había sospechas fundamentadas de que los integrantes de
la banda de secuestradores trabajaban por encargo de narcotraficantes
mexiquenses, además de que, por su cuenta, elegían a algunas víctimas
entre empresarios y comerciantes.
“Fue impactante encontrarlos [a los dos secuestrados], los tenían
como si fueran animales y no hombres, pues para ellos eran simples
mercancías, relató Víctor Montaño Alcocer, jefe de sector de Álvaro
Obregón que encabezó el operativo por parte de la Secretaría de Se-
guridad Pública. […] Detalló que al llegar a la casa el resto de la ban-
da ya se había marchado, ni siquiera tuvieron tiempo de cerrar la reja.
[…] En el baño de la casa se localizó a Juan Manuel. Su compañero
de encierro, José Eliú, estaba en una de las recámaras, encadenado a
una cama, el único mobiliario de la vivienda. Estaban totalmente gol-
peados, nos platicaron que les pegaban a diario y recibían amenazas
de muerte. Entraron en crisis cuando nos vieron, el que estaba en la

138
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 139

recámara y fue secuestrado desde diciembre lloró al saber que queda-


ría libre. La buena fortuna le llegó a través de Óscar Pérez, quien ya
en manos de sus plagiarios y al ser trasladado a esa casa de seguridad
logró golpear al líder de la banda y pedir ayuda a una mujer, quien a
su vez alertó a la policía. Así, los presuntos secuestradores fueron de-
tenidos, con un arsenal que incluía tres rifles AK-47 y cerca de cua-
trocientas balas.”
Antes de que el caso concluyera, que la averiguación previa fuera
consignada a un juez en el Reclusorio Norte y que se anunciara la
destitución del juez cívico Díaz Medina, los supuestos delincuentes
—entre ellos Ricardo Noguera Galeana, El Arroz, ex comandante de
motopatrullas en Acapulco; Moisés Jiménez Paredes o Hugo Izquier-
do Yepes, El Hugo, ex policía preventivo mexiquense; y Roberto Mo-
reno, identificado como elemento de la AFI— pretendían obtener sus
veinticinco millones de pesos.
Una semana después, el miércoles 26 de junio, el procurador me-
xiquense Alfonso Navarrete Prida negó que elementos de la AFI hu-
bieran sido secuestradores, pero literalmente se le hizo bolas el asunto
cuando intentó explicar a los reporteros que los dos empresarios no
estaban secuestrados, sino retenidos o privados de su libertad en pren-
da, para obligarlos a pagar deudas de actividades ilícitas.
Nunca pudo o quizá no quiso explicar qué era la “otra cosa”, pero
en su edición del jueves 27 de aquel junio de 2002 el periódico La Jor-
nada reprodujo las declaraciones de Navarrete: “No se trataba especí-
ficamente de un secuestro, pues la retención de los empresarios José
Pagés Gallardo y Juan Manuel Pérez Vega en realidad se trató de otra
cosa”. Al corregir la información, afirmó que, incluso y de acuerdo
con declaraciones recabadas por distintos testigos, se conoció que a
uno de los dos retenidos “desde hace varios meses lo tenían en calidad
de prenda para obligar al pago de las cantidades ilícitas que se debían”.
Si fue una u otra cosa, el caso fue que al agente Pérez-Gil lo despidie-
ron de la corporación.
La realidad desmintió las palabras de Navarrete: José Eliú había
sido secuestrado la mañana del 30 de diciembre de 2001, por tres de-
lincuentes que se ostentaron como agentes judiciales federales. “Le

139
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 140

mostraron unas charolas y se lo llevaron. Así empezaron seis meses de


negociaciones”, escribió Otero. Primero, agregó, lo llevaron a una casa
de seguridad en Tlalpan y de allí hasta Coacalco, donde fue rescatado.
José permaneció ciento setenta y dos días encadenado, de pies y ma-
nos, a una cama. “Casi todos los días lo golpeaban, pues su familia no
lograba juntar el rescate… y así llegó a pensar en el suicidio. No sabía
que su padre ya había pagado un millón de pesos, como garantía de que
los secuestradores esperarían a recibir todo el dinero.”
Esas situaciones, con una delincuencia organizada fuera de con-
trol, son las que infunden miedo a los viejos y pacíficos habitantes de
Coacalco de Berriozábal, Narcoacalco, como lo llaman los jóvenes pre-
paratorianos y algunos policías que trabajan por necesidad.
Como colofón, en las primeras horas de la mañana del sábado 15
de octubre de 2005 a Silvia Otero le tocó cubrir, para El Universal, par-
te de una noticia sobre el hallazgo de cuatro muertos con impactos de
bala, una persona lesionada, tres armas de fuego calibre nueve milíme-
tros y cocaína, en un departamento del edificio G 11, Circuito Misio-
neros en Ciudad Satélite, Naucalpan.
En el departamento, propiedad del ex agente Luis Roberto Pérez-
Gil Bretón, los peritos también encontraron varios vasos con bebidas,
una botella de tequila abierta, un billete de doscientos pesos doblado
a la mitad con residuos de polvo blanco, que era cocaína, dos cenice-
ros con colillas de cigarrillos, algunas revistas y un papel con un men-
saje escrito por Pérez-Gil: “Manolo, tenía que hacerlo, me iban a ma-
tar, bye”. Nadie supo nunca a qué Manolo se refería el asesino-suicida.
Los muertos fueron identificados como Luis Roberto Pérez-Gil
Bretón, ex policía judicial mexiquense, adscrito al Grupo de Recupe-
ración de Vehículos, cesado en 2002 por proteger a un grupos de
agentes federales dedicados al secuestro, y ex federal adscrito a la PGR;
Francisco Rangel Blázquez, coordinador de Transporte Urbano y Via-
lidad del Ayuntamiento de Tlalnepantla; Miguel Ángel Mendoza Gue-
vara, segundo subcomandante y jefe del Departamento de Guardias de
la AFI, sobre quienes recaían sospechas por venta de plazas en la Pro-
curaduría estatal; y Francisco Mejía Becerra, técnico judicial del Juz-
gado Cuarto Familiar de la adscripción Coacalco-Ecatepec.

140
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 141

Herido en un brazo y en la cabeza, el ex agente federal Omar Al-


berto Morales Patiño, y en ese momento primer comandante en el
estado de Chiapas, fue internado en el hospital de Traumatología de
Lomas Verdes en la Ciudad de México. En 2002 había sido deteni-
do en el Distrito Federal por una orden de captura que giró un juez
en Chihuahua, relacionada con un homicidio, y ese mismo año se le
investigó por acusaciones de supuestos vínculos con el narcotráfico.
“Se puso loco, no sé qué pasó, Roberto [Pérez-Gil] empezó a matar
a todos y luego se disparó”, relató Morales Patiño en sus primeras
declaraciones.
“Hay un cadáver [el de Pérez-Gil] sosteniendo una pistola, los
cuatro están muertos y hay un lesionado que dice que este sujeto fue
el que comenzó con el tiroteo, sus lesiones no ponen en riesgo su
vida”, comentó a los reporteros Juan Carlos Vargas, rescatista y para-
médico de Naucalpan.
De acuerdo con un comunicado de la Procuraduría mexiquense, al
parecer, luego de estar consumiendo bebidas embriagantes —se ocul-
tó lo del consumo de cocaína—, uno de los asistentes sacó un arma
de fuego y disparó contra sus compañeros, “para después él privarse de
la vida de un disparo en la cabeza”. Fuentes de la dependencia infor-
maron a El Universal que Luis Roberto Pérez-Gil baleó a sus tres acom-
pañantes, aunque luego se sabría que, al menos dos de las víctimas (Pé-
rez-Gil y Mejía Becerra), usaron las armas. Por estos hechos se inició
la averiguación previa NJ//II/4048/05-10.
César Díaz, reportero del periódico Reforma que tuvo acceso a la
averiguación previa MJ/II/4048/05, precisó: “Morales Patiño declaró
que arribaron al departamento al filo de las seis de la mañana, estaban
consumiendo bebidas alcohólicas, y comenzaron a discutir sobre una
venta de plazas que al parecer no se había concretado o entregado y
que es la línea de investigación que la Procuraduría mexiquense tenía
hasta la tarde de ayer”.
Luego salieron otros detalles: cinco balas se alojaron en el cuerpo
de Rangel: dos en la frente y tres en el pecho; otras seis hicieron blan-
co en Mejía Becerra —quien tuvo tiempo de sacar su arma y dispa-
rar—, pero nada se dijo sobre las versiones sobre el séptimo disparo

141
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 142

(el de gracia) que tenía en la cabeza; Mendoza Guevara recibió al me-


nos dos balazos en el pecho. Durante al menos veinte minutos, Mora-
les Patiño fingió estar muerto. Con su austriaca Glock nueve milíme-
tros a buen resguardo, Pérez-Gil hizo diecisiete disparos. Éste y
Mendoza eran adictos a la cocaína. Pérez-Gil se suicidó después una
plática con su ex esposa.
El domingo 16 de octubre, el procurador Navarrete Prida infor-
mó a la prensa que se habían hecho trece disparos, reconoció que hubo
drogas y alcohol y aceptó lo de las versiones de un problema de dine-
ro, relacionado con un intento de venta de plazas en la PGJEM. En re-
sumen, precisó que las dos líneas de investigación en torno al cuádru-
ple homicidio eran un ajuste de cuentas del narcotráfico o la posible
venta de plazas.
La camioneta Cadillac Escalade de sesenta mil dólares, color are-
na, propiedad del ex agente Pérez-Gil, quedó estacionada frente al edi-
ficio G 11.

EL SELLO DEL NARCO

Los ajustes de cuentas, los levantones, la tortura y el secuestro tradicional


se caracterizan por una violencia cada día más inhumana. Los excesos
en Coacalco de Berriozábal se documentan por día y por familia:
Viernes 10 de abril de 2009. La PGJEM inició la averiguación
previa CO/I/1232-2009 por el asesinato de Roberto Elías Martínez de
la Vega, oficial de Tránsito municipal de Ecatepec y quien durante
tres años sirvió como escolta del obispo de la diócesis local, Onési-
mo Cepeda.
En los primeros minutos de la madrugada de ese día, sobre el bu-
levar Coacalco, esquina con la vía José López Portillo, frente a la clí-
nica número noventa y ocho del IMSS, a la altura del pueblo de Villa
de las Flores, un comando que viajaba en una Lincoln Navigator dio
alcance a un Ford Fusion que conducía Martínez de la Vega, se le em-
parejó, le cerró el paso y abrió fuego.
El oficial perdió el control de su Ford blanco sin placas. Abatido

142
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 143

dentro del vehículo, la víctima se impactó contra la acera de la clínica


del IMSS. Se aclaró de inmediato que desde el 5 de febrero anterior el
agente municipal había causado baja del equipo de escoltas del obis-
po, que había ingresado a la policía en 2005 y que desde su separación
del equipo del obispo no regresaba a trabajar.
Peritos investigadores de la Procuraduría estatal contaron al menos
cien impactos de arma de fuego. En el ataque murieron otras dos per-
sonas. Una cuarta, que estuvo en el lugar equivocado a la hora equivo-
cada, porque sólo acudió a la clínica para ayudar a trasladar a la espo-
sa de uno de sus vecinos, fue atendida en los servicios de urgencia y
enviada al hospital de zona de Xoco, donde finalmente murió.
El tableteo de las armas duró al menos tres minutos. Desde las
ventanas de la clínica se veían los cuerpos de las víctimas y a una cuar-
ta corriendo en busca de auxilio. Uno de los cuerpos quedó tirado
frente al Fusion blanco, el cual a su vez quedó atravesado sobre el bu-
levar, irónicamente frente a una funeraria; el conductor murió al volan-
te; otro cuerpo yacía frente a la reja del estacionamiento de urgencias
de la clínica, y el cuarto, Eduardo, que nada tenía que ver con los tri-
pulantes del Ford, alcanzó a entrar a urgencias. Llevaba en la cabeza
tres balas de cuerno de chivo. Su traslado a Xoco fue inmediato, pero los
médicos de ni siquiera tuvieron tiempo de ayudarlo a bien morir.
Fue inútil el operativo que se montó posteriormente con agentes
encapuchados y policías que no paraban de correr. La agencia local
Central Noticiosa Mexicana (CNM) difundió en uno de su despachos
informativos: “El hospital quedó sitiado, nadie podía entrar ni salir, los
cuerpos fueron levantados rápidamente, más de un centenar de casqui-
llos fueron contados en el lugar, al llegar los policías encontraron, den-
tro del Fusion, el cuerpo de una persona; más tarde se sabría que se tra-
taba del escolta del obispo. […] El occiso era hermano de Ernesto
Martínez de la Vega, cazado a bordo de su patrulla SP-20 al recibir rá-
fagas de AR-15, junto con su pareja Rubén López, el viernes 28 de no-
viembre de 2008. Ambos —escoltas de El Payo o El Alacrán Bernardino
Sánchez Gómez, padre del alcalde David Sánchez Isidoro— murieron
en la escena del crimen. En esa ocasión fueron encontrados ciento cin-
cuenta casquillos percutidos, la patrulla recibió por lo menos cien ba-

143
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 144

lazos. […] La masacre ocurrió a dos calles de distancia sobre el mismo


bulevar Coacalco esquina Dalias, en Villa de las Flores”.
Los hechos se dieron así: eran cuarto para las tres de la mañana ya
del sábado 29. Los policías municipales Ernesto Martínez de la Vega
y Rubén Ávila López, de cuarenta y tres, y treinta y nueve años de
edad, respectivamente, fueron agredidos desde otro automóvil cuando
circulaban por el bulevar Coacalco. El vehículo llegó por atrás y varios
delincuentes dispararon a los uniformados con armas de grueso cali-
bre, entre ellas AR-15.
“El silencio de la madrugada”, contó un testigo, “fue roto con una
ráfaga de metralla que se prolongó por varios segundos, seguida de un
breve silencio, y posteriormente se escucharon nuevamente balazos, de-
tonaciones que se oyeron hasta el municipio de Tultepec.”
Meses antes, el 12 de febrero de ese año, Juan Mario, otro de los
diez hermanos Martínez de la Vega, jefe del sector segundo de la po-
licía municipal de Coacalco y comandante del Grupo Escorpión de
ésta, sobrevivió a un atentado que sufrió minutos después de salir de su
casa en la Unidad Habitacional CTM San Pablo, en Tultepec.
Ese día, a las ocho de la mañana, cuando abordaba su auto, un
Ford Fiesta negro, para ir a trabajar, fue interceptado en el área de es-
tacionamiento por dos sujetos que iban en una motocicleta. El pasaje-
ro sacó un arma y disparó, pero Juan Mario tuvo tiempo para repeler
la agresión con el arma de cargo que llevaba entre las piernas. Luego
se informó que el chaleco antibalas le había salvado la vida. Recibió un
rozón de bala en el costado derecho, por el que fue trasladado preci-
samente a la clínica noventa y ocho del IMSS frente a la que casi dos
meses después asesinarían a su hermano Roberto Elías. Por el atenta-
do fallido se inició la averiguación previa CUA/III/543/2009.

La delincuencia se expande constante y temerariamente en Coacalco.


Los criminales lanzan ataques donde y contra quien menos esperan las
autoridades judiciales. No hay un rincón de las sesenta y nueve comu-
nidades de Coacalco que esté a salvo. Una ejecución apenas se empie-
za a investigar cuando otra ya está en las planas de los diarios.

144
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 145

Cada grupo delictivo que entra a la guerra por el territorio impo-


ne condiciones. Coacalco está asolado por los cárteles de la droga y
por las bandas de la delincuencia del fuero común. El camino está des-
pejado para los asesinos, lo cual se puso de manifiesto con mayor ni-
tidez el jueves 31 de julio de 2008, un día después del secuestro del
comandante Roberto Bermúdez Rojas.
La madrugada de ese 31 de julio, el líder espiritual del culto de La
Santa Muerte, el predicador Jonathan Legaria Vargas —mejor conoci-
do por sus alias de Comandante Endoque, El Padrino o Comandante Pantera—,
fue acribillado en las calles de Coacalco. En el lugar del crimen, la po-
licía investigadora levantó al menos ciento cincuenta cartuchos percu-
tidos calibres 2.23 para armas AR-15 y 7.62 para AK-47, además de
calibres nueve y cuarenta y cinco milímetros de armas cortas. Dispa-
ros hubo muchos más, pero los curiosos levantaron y se llevaron, como
souvenir, casquillos percutidos, un recuerdo de las balas que le quitaron
la vida al representante en la Tierra de La Santa Muerte o La Niña
Blanca, como la llaman también.
Endoque fue asesinado al filo de las dos y diez de la mañana cuan-
do viajaba a bordo de una camioneta Cadillac Escalade, con imágenes
de su culto pegadas a lo largo de la carrocería, sobre carriles centrales
de la vía José López Portillo, frente al centro comercial Plaza Las Pal-
mas, en la colonia Guadalupe Victoria.
La industria de la muerte en las calles de Coacalco no era desco-
nocida para este hombre siempre bien armado, predispuesto a la vio-
lencia y radicado en el municipio vecino de Tultitlán, donde en diciem-
bre de 2007 levantó una gigantesca imagen en honor a La Santa
Muerte, un culto ya popular y que, en un país necesitado de esperan-
za, se había extendido con rapidez.
La figura sin rostro de La Santa Muerte, de unos veintidós metros
de altura, realizada en metal, cartón y resinas y con una túnica en blan-
co y negro, quedó instalada (sin permisos de uso de suelo) en pleno
centro de Tultitlán, en la colonia Santa María Coatepec, sobre un te-
rreno donado por su propietario como agradecimiento a su recupera-
ción de un cáncer, que atribuyó a un milagro. El objetivo era crear allí
un santuario.

145
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 146

Condenado y calificado de espantoso el monumento por la Iglesia


católica, que se refiere a su devoción como diabólica y de gravísimas
consecuencias para los fieles que ingenuamente siguen sus preceptos,
Endoque se tomó un año al cabo del cual sorprendió aquel diciembre de
2007 a los habitantes de Tultitlán, como a los de Coacalco, con la
enorme efigie.
Gracias a un programa de radio que se transmitía por la madruga-
da, Endoque y sus excentricidades, como la de su automóvil, eran bien
conocidos en Coacalco. El culto a La Santa Muerte en el templo de
Tultitlán había incluso superado al de los seguidores organizados que
alzaban la voz y sus plegarias desde el barrio de Tepito, en el Distrito
Federal, a través de la autollamada Iglesia Santa, Católica, Apostólica,
Tradicional, Mex-USA, pero que carecía de reconocimiento como cul-
to, por lo menos por parte de la Secretaría de Gobernación.
La guerra contra el grupo de Tepito, el auto, la estatua y el progra-
ma radiofónico dieron a Endoque una presencia permanente de Tultitlán
a Coacalco. Aunque fuera por curiosidad, cada domingo a mediodía,
desde que oficialmente se inauguró el templo el 27 de enero de 2008,
cientos de seguidores acudían a las misas en honor a La Niña Blanca,
celebradas por el predicador Endoque. Su vestimenta negra o blanca pul-
cra y sus collares multicolores, como las ceremonias de sanación y lim-
pias de purificación con ramas de pirul, llamaron siempre la atención
de sus enemigos y de sus seguidores.
Sin embargo, el manto de La Santa Muerte no fue suficiente para
protegerlo en el violento Coacalco: aquella madrugada del 31 de julio
fue acribillado mientras viajaba acompañado por dos mujeres. Una de
ellas, de treinta y un años, identificada con el nombre de Marisol Ri-
vera, recibió diez impactos de bala, pero se salvó. La otra, María de la
Luz Medrano Guzmán, salió ilesa.
Las versiones de los testigos, transeúntes que cenaban en taquerías y
restaurantes sobre la López Portillo, automovilistas que circulaban a esas
horas de la madrugada y agentes de la Secretaría de Seguridad Pública
municipal que acudieron al lugar advirtieron que dos camionetas tipo
Suburban blancas, con logotipos de la AFI, habían intentado cerrar el
paso al automóvil de Endoque desde la avenida Eje 8 en Coacalco.

146
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 147

Armado, el predicador avanzó unos trescientos metros, pero los


conductores de las camionetas, más hábiles, lo alcanzaron y los compa-
ñeros de éstos abrieron fuego. Endoque también disparó. El cadáver del
líder espiritual quedó recostado sobre el asiento del conductor. Más
tarde se sabría que lo mataron pistoleros de la banda de Los Panaderos.

147
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 148

Capítulo VI
Señales de terror

P E S A R D E L A R I Q U E Z A aplaudida por la ONU, Coacalco

A es en realidad un municipio pobre, marginado y abatido por la


violencia. Y, por eso mismo, además de los abusos e irregulari-
dades panistas, en 2006 David Sánchez Isidoro ganó la elección, pero
los coacalquenses perdieron otra vez. Al menos es la percepción que
quedó después de que dejó el poder en agosto de 2009, porque el mu-
nicipio está sumido en una de las crisis de seguridad y narcotráfico más
graves de su historia, al grado que las autoridades no pueden con ella.
El ritmo que la violencia ha impuesto en esta zona es en ocasiones
frenético. Según cuentan sus habitantes, la alternancia en el poder des-
nudó todos los vicios de los gobernantes y puso al descubierto los te-
rribles problemas de seguridad. Desde hace más de una década, Coa-
calco se encuentra atrapado en una espiral criminal, con una sola ley:
la ley que imponen los pistoleros del narco.
Un análisis de la Secretaría Técnica del Ayuntamiento de Coacalco
en 2003 precisó: “Es evidente que las organizaciones criminales y el
ejercicio de la delincuencia han proliferado como actividad lucrativa ilí-
cita y medio de control social, político y económico, sostenido en el te-
rror y la violencia. […] Los delincuentes se han adueñado de nuestras
comunidades, calles y avenidas, derivado de la falta de profesionaliza-
ción de los cuerpos policiales y el incremento de las prácticas de co-
rrupción, que han rebasado los mecanismos de control institucional”.
Estándares internacionales recomiendan que haya un policía por
cada doscientos cincuenta habitantes; en Coacalco hay uno por cada
setecientos cincuenta y dos, cifra que excluye a la población flotante.

148
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 149

Los números asustan, y más si a los policías en activo se restan los


agentes de Tránsito —responsables sólo de supervisar la vialidad—,
aquellos que deben cuidar instalaciones municipales —como las del
DIF— o procurar la seguridad del alcalde y otros personajes.
A finales de 2009, los propios policías municipales advirtieron
que, con Sánchez Isidoro en la alcaldía, todo había empeorado: la vio-
lencia, el salvajismo en las ejecuciones y la proliferación de narcotien-
das. A esa situación atribuyeron la muerte de Eduardo Manzur Oca-
ña, ocurrida el 12 de diciembre de 2008. Titular de la Secretaría
Técnica del Ayuntamiento y agente de la Policía Federal Preventiva
con licencia, Manzur fue ejecutado al filo de las diez de la noche so-
bre la vía José López Portillo, a la altura del centro comercial Power
Center de Coacalco.
Asesinar a agentes y comandantes municipales era grave, pero
atentar contra un Manzur adquiría connotaciones más allá de la lucha
contra el crimen organizado. Era una osadía, un mensaje rudo, porque
Eduardo era “un pez gordo”. Por eso, su muerte podía verse como ese
tipo de transacciones de selección natural. Era hermano de José Man-
zur Ocaña, ex delegado de la PGR en el Estado de México y prófugo
de la justicia federal, investigado por vender protección en territorio
mexiquense a La Familia Michoacana, a la banda de El Chapo Guzmán
y a los hermanos Beltrán Leyva, además de poseer él mismo su cade-
na de narcotiendas, como si fuera una de supermercados.
José Manzur tuvo tiempo de sobra para desaparecer en 2008,
cuando agentes federales de inteligencia le seguían los pasos y se alis-
taba una orden de captura. Se le vinculó con el control de la distribu-
ción de cocaína en algunas zonas, así como con una de las mayores ma-
tanzas en la historia criminal del Estado de México: la masacre de La
Marquesa, la cual terminó por derrumbar un narcoimperio que se le-
vantaba desde las oficinas de la PGR en Toluca, según se desprende de
declaraciones e interrogatorios contenidos en al menos tres averigua-
ciones previas que inició la SIEDO y que contienen más de cinco mil
hojas a máquina, por ambas caras.
Por si hiciera falta, en los días de gloria de Falti Hurtado Ortiz
como jefe de la policía de Coacalco, Eduardo Manzur se convirtió en

149
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 150

su amigo, confidente y más leal colaborador. Tiempo después, Falti lle-


garía a la Dirección General para la Supervisión y Vigilancia de la ASE
y harían más sólida esa amistad. Una nota que en su edición del 15 de
diciembre públicó Alfa dio cuenta de ese tema: “Después que la PGR
informara que asumía el control de la investigación del asesinato de
Eduardo Manzur, los cuestionamientos se generaron en diversos sen-
tidos. […] Por su liga con Falti Hurtado, quien a su paso por Coacal-
co, como jefe de los policías municipales, fue acusado de enriqueci-
miento ilícito, malversación de recursos públicos, así como venta de
plazas y ascensos. […] Y por ser hermano de José Manzur Ocaña,
quien fuera delegado de la PGR y que se liga con Los Zetas”. Hacía
dos años, precisó, Eduardo había solicitado licencia a la PGR. “La eje-
cución de Eduardo es considerada por los propios empresarios como
el grado más extremo de violencia e inseguridad que se vive en la zona
del valle de México, por la presencia de células del crimen organizado
que tiene totalmente controlada la región”.
Eduardo era también medio hermano del diputado local priista
José Manzur Quiroga, uno de los hombres más cercanos al goberna-
dor Enrique Peña Nieto, de quien fue subsecretario general de Gobier-
no. En ese mismo cargo Manzur Quiroga había servido a su amigo y
paisano Arturo Montiel Rojas. Manzur Quiroga era considerado el
colaborador más acaudalado del peñismo. Entre lo que se podía cono-
cer de sus bienes, declaró casas en Valle de Bravo, Naucalpan y Temas-
calcingo; noventa y nueve vehículos antiguos de colección; cuarenta y
siete unidades de arrastre y salvamento, parte de su empresa Grúas
Manzur; otros ocho automotores de servicio y cinco autos de uso dia-
rio, además de un departamento en el Distrito Federal, dos casas en
Metepec, tres en Toluca, un predio en Coacalco, dos en Naucalpan,
cuatro terrenos rústicos en Jilotzingo y cinco en Toluca.
Aquella noche del 12 de diciembre de 2008, tres minutos después
de dejar al alcalde David Sánchez Isidoro en su casa, Eduardo Manzur
salió a bordo de su lujoso BMW blanco hacia la vía López Portillo para
encaminarse al Periférico y de allí tomar la autopista a Toluca, pues se
dirigía a su residencia en Metepec. Cuando circulaba por la menciona-
da vía López Portillo, Eduardo fue sorprendido y emboscado por una

150
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 151

caravana de autos que incluía dos camionetas blindadas. De manera sor-


presiva y ante la mirada aterrada de decenas de automovilistas, desde
esos vehículos le hicieron más de cien disparos con armas de asalto cuer-
no de chivo y AR-15. De acuerdo con los reportes médicos forenses, el
funcionario recibió al menos veinte balas de alto poder.
Al principio se habló de la posibilidad de que la ejecución hubie-
ra sido por error. Las mismas autoridades no descartaron que los ase-
sinos hubieran confundido a Eduardo con su hermano José, pero tam-
bién se manejó la versión de que lo hubieran privado de la vida en una
venganza contra el ex delegado. En todo caso, los informes médicos
mostraron que, en los hechos, los asesinos querían matar y rematar al
hombre que iba en el automóvil porque, con varias ráfagas de metra-
lleta, le cercenaron a Eduardo el brazo derecho, le deshicieron la cabe-
za y le sacaron los ojos.
Fue un espectáculo de horror, y más porque muchos automovilis-
tas presenciaron la emboscada. Las diez de la noche es una de las ho-
ras pico en la avenida López Portillo, lo cual no les importó a los pis-
toleros, quienes esperaban al funcionario con un operativo diseñado
para avasallar.
Un agente de la policía ministerial recordó que, cuatro meses an-
tes del atentado, el jueves 28 de agosto, cuando José Manzur Ocaña ya
se les había vuelto invisible a fiscales de la SIEDO, los dos principales
operadores de éste fueron levantados en Atlacomulco: el jefe regional de
la AFI, Milton Guerrero Cristóbal, y su jefe operativo, el primer co-
mandante Pedro Felipe Magaña Vázquez.
Cuarenta y cuatro días después, la mañana del 10 de octubre, ele-
mentos de la AFI encontraron los cuerpos de ambos. Estaban semien-
terrados en la parte trasera del jardín de una vivienda humilde que ser-
vía como casa de seguridad, en las calles de Morelos y Galeana,
municipio de Jocotitlán. Debido a su avanzado estado de descompo-
sición, los cuerpos no fueron identificados sino hasta dos días después,
cuando se hizo público el hallazgo.
Todavía hoy nadie sabe con certeza qué les pasó a los dos federa-
les. Existe poca información: aquel jueves de agosto salieron de su tra-
bajo en Atlacomulco, se citaron en un restaurante y desaparecieron. Ahí

151
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 152

mismo, en Atlacomulco, municipalidad vecina de Jocotitlán, se localizó


la camioneta que uno de ellos conducía. También se sabe que el 25 de
septiembre y luego en los primeros días de octubre se coordinaron va-
rios operativos de búsqueda —uno de ellos en Jocotitlán y otro en zo-
nas boscosas del parque nacional de La Marquesa—, sin ningún resul-
tado. Fue un informante quien dio una pista sólida a policías estatales.
Guerrero Cristóbal había llegado al Estado de México para poner-
se al frente de la oficina regional de la AFI, a pesar de que en Michoa-
cán se le había identificado como uno de los brazos operadores y pro-
tectores de La Familia. A Milton Guerrero, que también llegó después
de una temporada en Michoacán, se le relacionaba con el control de
las mafias de la piratería en varios estados. Aunque hubo denuncias
públicas sobre sus acercamientos a La Familia, terminó en el Estado
de México. Su frase más recordada, símbolo de su nuevo poder en te-
rritorio mexiquense, era célebre: “Ahora yo soy el jefe. Quieran o no,
le van a tener que entrar y, si no, me los chingo”.
Otro agente ministerial recordó el extraño secuestro del narcome-
nudista Mizraím Jonathan Sánchez Avendaño —quien jamás apare-
ció— y el posterior ajusticiamiento en La Marquesa del hermano de
éste, Ahiezer Noé. Los dos eran socios y cómplices de José Manzur
Ocaña en la distribución de drogas en por lo menos veinticinco muni-
cipios del valle de Toluca, según se asentó en dos averiguaciones pre-
vias federales.
Por lo anterior, y otros detalles que no encajaban, muy pocos cre-
yeron que el asesinato de Eduardo se debió al calor del momento o a
que él hubiera sido víctima por error. Por ejemplo, también había de-
saparecido el ex agente del Ministerio Público federal Alfonso Benítez
Luna. Este hombre, conocido como El Costeño, fue subdelegado de la
PGR cuando José Manzur Ocaña era delegado. Benítez era el hombre
fuerte de Manzur, su negociador.
No había lugar para la duda en la ejecución de Eduardo: los con-
ductores de las camionetas blindadas tuvieron tiempo para encajonar
al funcionario, bajar de sus vehículos, identificarlo, abrir fuego a que-
marropa durante al menos tres minutos (así lo relataron algunos testi-
gos) y escapar por una ruta bien seleccionada. Los asesinos conocían

152
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 153

la zona. No dejaron cabos sueltos. Escaparon con todo y que el ata-


que se realizó casi frente a las instalaciones de una de las bases de la
ASE y de que a esa hora la vía López Portillo se encontraba llena de
policías que patrullaban la zona.
Cuando se supo del asesinato, decenas de elementos de la Policía
Judicial y de la municipal, así como elementos de la ASE, se presenta-
ron en la zona para acordonarla, lo cual fue inútil.
Desde el Ministerio Público se ordenó levantar de inmediato el
cadáver, trasladar el BMW y ocultar el nombre de la víctima, instruc-
ciones que también fueron inútiles. Incluso, en las instalaciones del
Servicio Médico Forense (Semefo) del Centro de Justicia de Coacal-
co hubo temor cuando el personal se enteró de la identidad del hom-
bre. Una vez que una grúa remolcó el BMW , con todo y cuerpo, ha-
cia las instalaciones del Semefo, se solicitó la presencia de medio
centenar de policías para evitar que la noticia llegara a la prensa. De
nuevo, infructuosamente.
La verdad sobre el caso es del dominio público en la administra-
ción de Sánchez Isidoro. Días después del homicidio de Eduardo, el
alcalde recibió un mensaje verbal, atribuido a una célula de La Fami-
lia, hasta las puertas de su casa. Según versiones de policías municipa-
les asignados a su domicilio, los criminales le mandaron decir que era
el siguiente en línea. Los michoacanos estaban convencidos de que el
alcalde apoyaba a gente del capo Osiel Cárdenas Guillén. Y eso se in-
terpretó como una amenaza directa, lo que lo obligó a reforzar la se-
guridad y aumentar el número de escoltas que lo cuidaban a él y a su
familia, además de blindar las camionetas que lo transportaban.
Proveniente de una familia de galleros y apostadores, Sánchez Isi-
doro tomó otras precauciones. La familia entera —incluido su padre
Bernardino— abandonó tres casas de su propiedad, que se encontra-
ban conjuntas en las inmediaciones de la colonia El Calpulli del Valle,
para mudarse al fraccionamiento Residencial Coacalco, una zona “se-
gura” a la que el ayuntamiento asignó vigilancia efectiva de veinticua-
tro horas al día. Temeroso, Bernardino Sánchez Gómez se refugió por
un tiempo en la sierra del estado de Puebla. Para entonces también ha-
bía versiones en el sentido de que la PGR investigaba al edil. Las in-

153
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 154

dagaciones no se hicieron públicas sino hasta septiembre de 2009,


cuando fue arrestado su ex escolta, el agente municipal Marco Anto-
nio López Rodríguez.
Los problemas de Sánchez Isidoro no terminaron allí. Nunca se
tomaron en cuenta las denuncias públicas de que su padre Bernardino
Sánchez Gómez, conocido por los alias de El Payo y El Alacrán, era en-
cargado de cobrar “entres” o sobornos a la policía municipal de Coa-
calco. Medios como Milenio Diario, Diario Amanecer y El Capitalino difun-
dieron un revelador desglose de la averiguación previa ZUM/I/1978/09:
“Tras la captura de cinco integrantes de La Familia en Coacalco y Eca-
tepec, que se dedicaban al secuestro, homicidio, narcotráfico y extor-
sión, la SIEDO mantiene bajo investigación a policías de Coacalco por
su relación con el crimen organizado y una serie de narco-ejecuciones
cometidas contra mandos policiacos y grupos rivales de narcomenu-
deo. […] Ello derivó en la detención del policía municipal Marco An-
tonio López Rodríguez, quien de acuerdo con la averiguación fungía
como escolta del ex alcalde David Sánchez Isidoro, a quien se le rela-
ciona con los delitos de portación de arma de fuego, tráfico de in-
fluencias y acopio. […] En el desglose enviado a la SIEDO se encuen-
tra asentado que el ex munícipe, en complicidad con (su papá)
Bernardino Sánchez Gómez, son señalados de controlar a un grupo de
policías para brindar protección a narcomenudistas y traer bajo renta
a propietarios de negocios, así como de participar en secuestros. […]
Además, se les relaciona con la serie de ejecuciones y decapitados ocu-
rridos desde diciembre el año pasado, entre los que se encuentran la de
Eduardo Manzur Ocaña. […] Además, a Marco Antonio López, al ex
alcalde David Sánchez Isidoro y a Bernardino Sánchez se les vincula
con la ejecución del comandante Roberto Bermúdez Rojas. También
se les vincula con la ejecución de tres sujetos hallados en calles de la
colonia Acuales de Coacalco y se les relaciona con el doble crimen
contra presuntos narcomenudistas, abandonados en la Vía López Por-
tillo con un narcomensaje de Los Zetas, dirigido a dos mandos poli-
ciacos. […] Por ello, policías del Ayuntamiento de Coacalco —quie-
nes solicitaron el anonimato por temor a represalias—, pidieron a la
SIEDO una investigación a fondo en la corporación policiaca, ya que

154
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 155

—aseguran— también les exigen una renta semanal a cambio de no


perjudicarlos”.
Las cuotas, o “entres”, como se llamaba a las cooperaciones ilega-
les exigidas a policías municipales, dejaban de cien mil a ciento cin-
cuenta mil pesos semanales. Para reunirlas, los agentes echaban mano
de la corrupción, sobre todo de las extorsiones. Amparado por el PRI,
David, el ex alcalde, ganó una diputación local en 2009, así que todo
terminó hasta allí, con el fuero de legislador.
Al mismo tiempo, el diputado federal perredista Emilio Ulloa Pé-
rez denunció saqueo de arcas, protección a bares y abuso de autoridad.
Los panistas hicieron los mismos señalamientos y promovieron que se
practicara una auditoría al alcalde. En tales circunstancias, Sánchez vio
cómo el diputado panista Juan Manuel Sandoval Munguía presentaba
una petición al Congreso federal para condenar “las agresiones, la vio-
lencia, la tortura, el abuso de autoridad, la privación ilegal de la li-
bertad y la violación de la libre expresión ejercidos por la policía mu-
nicipal, la dirección del organismo público Sapasac y el presidente
municipal en contra de ciudadanos el sábado 8 de marzo de 2008”.
A un mes de concluir la administración municipal de Sánchez Isi-
doro y de que éste rindiera su protesta como nuevo diputado local, la
PGR aceptó que investigaba denuncias sobre la existencia de una red
de policías de Coacalco que estaba al servicio de La Familia. La inda-
gatoria llevó a la captura del policía Marco Antonio López Rodríguez.
Investigadores federales adscritos a la SIEDO pusieron al descu-
bierto que en el oriente del valle de México La Familia había des-
plazado a todos sus rivales, incluidos los matones de Osiel Cárdenas
Guillén, y que las sólidas bases de operación de los criminales michoa-
canos se encontraban en Coacalco, Ecatepec, Chimalhuacán, Ciudad
Nezahualcóyotl, Los Reyes y Tultitlán. El control de la plaza incluía
la extorsión a dueños de bares, cantinas, table dances, centros nocturnos
y giros negros, además de las apuestas y la piratería.
Una especie de maldición siguió a Sánchez Isidoro: cuando ya
ocupaba una curul en la Cámara de Diputados, el 20 de diciembre de
2009 un comando armado levantó a su cuñado Mauro López Beltrán.
Durante nueve días los criminales lo torturaron, pese a que se habían

155
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 156

iniciado negociaciones. Y el 29 de diciembre tiraron su cadáver en el


vecino municipio de Ecatepec.
El viernes 12 de febrero de 2010, Sánchez Isidoro declaró a El Sol
de Toluca que la Procuraduría de Justicia se encargaba de las averiguacio-
nes del secuestro y asesinato de su cuñado. Agregó que, hasta ese mo-
mento, no había resultados. “Seguramente las investigaciones deben
estar avanzando y, por segunda ocasión, fuimos víctimas de este mal
que existe en todo el país y que obviamente nos duele.” Negó que se
hubiera pagado algún rescate por su cuñado y comentó que las nego-
ciaciones que se habían logrado establecer con los secuestradores “las
echaron a perder. […] La Procuraduría seguirá con las investigaciones
correspondientes, pero hasta el momento no hay información”.
De acuerdo con el rotativo, el de mayor circulación en el valle de
Toluca, López Beltrán fue levantado a las afueras de su domicilio en Coa-
calco. Los secuestradores exigían cerca de diez millones de pesos como
pago del rescate. “El cuñado del legislador era representante de los
tianguistas afiliados a la Unión de Comerciantes de los Mercados So-
bre Ruedas de la República Mexicana A.C., organización que no sólo
tenía lugares privilegiados en Coacalco, sino en municipios como Tul-
titlán y Jaltenco, y extendió su poder hasta delegaciones del Distrito
Federal. […] El líder de esta organización de mercados sobre ruedas
es el señor Bernardino Sánchez Gómez, padre del legislador David
Sánchez Isidoro”.

F OCOS ROJOS IGNORADOS

El narcotráfico es el eje de la violencia en el Estado de México y da la


impresión de que los capos tienen motivos para sentirse seguros, pues
son los dueños de la fuerza y la intimidación. Sus peores enemigos son,
en la mayoría de la ocasiones, ellos mismos. Y su guerra ya no se da en
la penumbra, como antaño, ni su mano es invisible en Coacalco.
La dinámica de la delincuencia organizada cambió en los gobier-
nos estatales de Emilio Chuayffet y César Camacho. Luego despegó en
el sexenio de Arturo Montiel y se consolidó con Peña Nieto. Ningu-

156
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 157

no encontró la fórmula para hacer frente a grupos del crimen organi-


zado, capaces de repartir dinero en todos los niveles y de armarse me-
jor que los policías de cualquier municipio. Cabe señalar, sin embargo,
que la llegada de los narcotraficantes sinaloenses al Estado de México
puede rastrearse hasta los inicios del gobierno de Alfredo del Mazo
González´, sólo que entonces no se le prestaba tanta atención a la pro-
blemática. El narcotráfico parecía un tema lejano.
Pero el de Coacalco era un conflicto previsible. El plan de desarro-
llo 2003-2006 alertó sobre un mal que todos conocían: la delincuen-
cia se había apropiado de las calles, ante una policía sin preparación
adecuada, una corrupción arraigada y una falta de control por parte de
las autoridades. Quienes elaboraron dicho plan sabían que la semilla
de la violencia germinó en la década de los noventa, y que las autori-
dades locales, estatales y federales cerraron los ojos.
Los focos rojos debieron haberse encendido una madrugada de la
última semana de octubre de 1996, cuando un comando atacó sobre
la vía López Portillo, con rifles de asalto AR-15 (la versión civil del
militar M-16), a Mauricio López López, oficial motociclista del De-
partamento Municipal de Policía y Tránsito. Pero nadie pudo (y al pa-
recer nadie quiso) entender la problemática o todos se hicieron de la
vista gorda, por lo que se fue profundizando.
Luego de balear a López López, al filo de las cinco y media de
aquella mañana, el mismo comando se dirigió a la comandancia de la
Policía Estatal a bordo de un vehículo con placas extranjeras y vidrios
polarizados, cuyos ocupantes vestían uniformes de táctico negro, simi-
lares a los que usaban algunos cuerpos elite policiacos.
El 1 de noviembre de 1996, el periodista Hugo Martínez Mc-
Naught escribió en el periódico Reforma: “El policía [López López]
cayó herido sobre la avenida José López Portillo y los agresores perfi-
laron su auto hacia la pequeña oficina en Coacalco de la Policía Esta-
tal, a espaldas del Palacio Municipal y a un lado de las oficinas de la
Policía Judicial Estatal y de la Dirección de Policía y Tránsito. […]
Minutos más tarde, alrededor de las cinco y media, en medio de la fría
madrugada, los agresores dispararon decenas de balas contra la esta-
ción de Policía Estatal y las patrullas estacionadas en la calle. […] El

157
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 158

saldo, hasta ayer por la tarde, era de un policía estatal muerto y otro
herido, pero fuera de peligro. A López López, al salir de una interven-
ción quirúrgica, le fue pronosticado un diez por ciento de probabili-
dades de salvarse de una parálisis, en caso de salir del estado crítico en
que se encontraba. Baleados quedaron las oficinas de la policía, que re-
cibió al menos dieciocho impactos, y siete vehículos de policía”.
Coacalquenses, funcionarios del gobierno, encabezados en ese en-
tonces por el alcalde priista Felipe Ruiz Flores, y policías municipales
le dijeron a Hugo Martínez: “Jamás se había escenificado una agresión
similar en la historia reciente. Ignorando que se encontraban frente a
tres corporaciones policiacas distintas, ubicadas una junto de la otra,
los agresores se tomaron varios minutos para descargar sus armas, con
la aparente calma que les brindaría atacar un desprotegido centro habi-
tacional. […] La ráfaga de balas tomó por sorpresa y desprevenidos a
los elementos de las tres distintas corporaciones, a pesar de que el es-
truendo duró varios minutos. […] Las balas hirieron a los dos vigías
apostados en la calle, frente a la estación de policía estatal, con rifles
M-16 cada uno bajo el hombro. Además, perforaron la puerta metáli-
ca de entrada, destruyeron cristales y abrieron al menos dieciocho ho-
yos, de un centímetro de diámetro y dos de profundidad algunos, en las
paredes externas e internas del inmueble. […] Sobre la manufactura del
atentado y el origen de la agrupación al que pertenecen los agresores,
descritos como un grupo de entre cuatro y diez hombres vestidos con
uniformes negros y rostros cubiertos, existen distintas versiones. […]
Sin embargo, policías judiciales estatales y policías estatales manifesta-
ron escepticismo acerca de la probabilidad de que un grupo de crimi-
nales comunes se hubieran atrevido a arriesgarse a disparar contra un
núcleo de instalaciones policiacas para retar a la autoridad”.

Poco más de trece años después, la ominosa violencia, que se acentuó


con Sánchez Isidoro, cuyo trienio terminó en agosto de 2009, y que
incluye el uso lo mismo de rifles de asalto que de granadas de frag-
mentación, tuvo una de sus mayores manifestaciones hacia el medio-
día del 11 de enero de 2010, cuando, tras un incidente de tránsito, se

158
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 159

desataron una persecución y dos enfrentamientos entre elementos de


las fuerzas de seguridad y un grupo criminal. El saldo: cuatro muertos
—tres policías y un civil—, tres agentes federales y municipales lesio-
nados, dos rehenes, vehículos baleados y al menos nueve detenidos.
Los hechos se dieron así:
Al filo de las once de la mañana, cuando el conductor de una ca-
mioneta interceptó a una patrulla municipal en el Eje 8 esquina con la
vía López Portillo, municipio de Coacalco. Sus acompañantes bajaron
del vehículo y dispararon en más de veinticinco ocasiones con rifles
M-16 y cuernos de chivo contra el policía municipal Miguel Ángel Ma-
yén Hernández, de treinta y dos años, quien recibió disparos en los
hombros y en la cabeza. Más tarde murió en una clínica del IMSS.
Mayén Hernández había detenido al conductor de un Volkswagen
Jetta, placas 233-SZB, y al de una combi de pasajeros, por un choque.
Mientras se disponía a llevarlos al corralón de la zona, porque no se
ponían de acuerdo o porque se negaban a entregarle dinero, los tripu-
lantes de una camioneta Ford Lobo negra con placas MCU-6404 que
buscaban al conductor del Jetta le dieron alcance a Mayén en la esqui-
na de Benito Juárez y la Vía López Portillo, frente a la marisquería Los
Delfines, en los límites de Coacalco y Tultitlán.
Armados con rifles de asalto, al menos cinco supuestos delincuen-
tes bajaron de la camioneta, pero policías municipales y estatales que
estaban en el lugar intervinieron, en tanto el conductor del Jetta, Vicen-
te Cortez Cortez (primero identificado como Julio Gámez León), era
trasladado en la patrulla TM 76, conducida por Mayén Hernández.
Éste tomó por la vía López Portillo en dirección al Distrito Fede-
ral y dobló a la izquierda en el Eje 8, donde otro comando armado, a
bordo de una camioneta gris, al parecer Honda o Explorer, abrió fue-
go contra el vehículo oficial. Agazapado en el asiento trasero, desarma-
do y sin posibilidades de mayor movimiento, el detenido falleció en el
lugar, mientras el agente fue trasladado en helicóptero a la clínica no-
venta y ocho del IMSS, donde también, como ya se dijo, perdió la vida.
Al mismo tiempo, frente a la marisquería, la discusión entre agen-
tes estatales y tripulantes de la Ford Lobo subió de tono. Entre gritos,
empujones y mentadas de madre, los hombres armados se atrinchera-

159
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 160

ron dentro del restaurante, desde donde lanzaron a los policías, que
para entonces tenían refuerzos, dos granadas de fragmentación. En la
confusión, las mentadas, los gritos, las amenazas y la explosión de las
granadas, algunos delincuentes tomaron como rehenes a dos comensa-
les y robaron una patrulla, con todo y llaves, para darse a la fuga.
Los policías intentaron acercarse para rodear y capturar a los atrin-
cherados, pero éstos dispararon y mataron al policía Raúl Hernández
Contreras.
Los delincuentes que robaron la patrulla huyeron sin contratiem-
pos por la vía López Portillo. Al llegar a la altura de la avenida Beni-
to Juárez, colonia Lázaro Cárdenas, ya en el municipio de Tultitlán, se
percataron de un operativo policiaco y, para abrirse paso, lanzaron una
granada de fragmentación que le quitó la vida al policía tultitlense
Raúl Loreto Hernández.
Los capturados (Francisco Javier Carmona Sánchez, de cincuenta
años de edad; Ricardo Solórzano Barrón, de treinta y dos; Joel Artu-
ro Suástegui, de treinta y tres, y Gabriel Julio Rangel, de veintitrés,
quienes protagonizaron la balacera en Coacalco y Tultitlán y fueron
perseguidos por la policía hasta la Sierra de Guadalupe) dijeron ser in-
tegrantes de La Familia de Michoacán. De acuerdo con las versiones
que dieron a la policía, recibieron órdenes de asesinar al agente Mayén
Hernández.
Alfredo Castillo Cervantes, subprocurador de Justicia de Cuauti-
tlán Izcalli, dijo a la prensa que había todos los elementos para con-
signar a los implicados en los asesinatos de los tres policías y del civil,
al que también se identificó por unas horas como Clemente Márquez
Márquez. Los delitos: homicidio, daño en bienes, lesiones, delincuen-
cia organizada y lo que resultara.
Otros delincuentes estaban prófugos. En el sitio del enfrentamien-
to principal, peritos investigadores de la Procuraduría estatal localiza-
ron casquillos percutidos de fusil de asalto AR-15 y los restos de las
granadas de fragmentación.
Los policías siguieron a una camioneta Honda CR-V gris, placas
304-TTF, en la que viajaban supuestos cómplices de los agresores,
quienes llegaron hasta la zona de Cola de Caballo, en la Sierra de Gua-

160
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 161

dalupe, límites con Tlalnepantla, donde balearon a un grupo de poli-


cías federales, pero éstos lograron someter y capturar a cinco supues-
tos agresores: Miguel Arana, de veintitrés años; Ismael Martínez Rey-
na, de diecinueve; Fernando Montes de Oca, de veinte; Joel Martínez
Roldán, de veinte, y Omar Flores Robles, de diecinueve.
Los detenidos fueron trasladados a la Subprocuraduría en Cuauti-
tlán Izcalli. También fueron aseguradas las camionetas Ford Lobo y
Honda CR-V. Como parte del operativo, en la avenida Ceylán, Tlal-
nepantla, judiciales mexiquenses detectaron una camioneta tipo Hon-
da con ocho personas armadas. Los policías mexiquenses, vestidos de
civil, la rodearon y se enfrentaron a balazos con quienes más tarde se
identificaron como agentes federales, uno de los cuales fue trasladado
al Hospital de Traumatología de Lomas Verdes del IMSS. La Procu-
raduría informó que se había tratado de una confusión, ya que los fe-
derales eran ajenos al operativo.
Entrevistado por varios reporteros al término de la entrega del
premio de Ciencia y Tecnología 2009, en Palacio de Gobierno y en
medio de un impresionante dispositivo de seguridad, ese mismo día el
gobernador Enrique Peña sostuvo que los recientes hechos violentos
en el territorio estatal debían considerarse acontecimientos aislados, y
afirmó: “No guardan ninguna vinculación particular con la condición
del Estado de México”.

S ECRETO SIN SECRECÍA

El sensacionalismo ha servido a la prensa mexiquense, por lo menos a


una parte de ella, para burlar de alguna manera el rígido control o cen-
sura que ejerce el gobierno de Peña Nieto a través de generosas derra-
mas económicas para publicidad. En esa clase de noticias, la prensa
escrita y la radio, sobre todo, han dejado testimonios del nivel de vio-
lencia que han impuesto los narcotraficantes, sus organizaciones de
asesinos a sueldo y los delincuentes del fuero común, quienes aprove-
chan todos los resquicios que abre la oleada sangrienta por el dominio
del mercado de las drogas.

161
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 162

Al margen de la presentación y los cuestionamientos, bien leída la


nota roja o amarillista en Coacalco de Berriozábal, como en Huixqui-
lucan, Tlalnepantla o Ixtapan de la Sal, deja constancia de la gravedad
y la expansión de esa violencia, aunque algunos hechos, por lo mismo,
pasen inadvertidos o no se les dé la importancia ni el valor político que
tienen. El fenómeno es de tal magnitud que es necesario leer y releer las
noticias llenas de sangre como si se tratara de un asunto de seguridad.
Un caso particular es el del citado levantón (del 30 de julio de
2008), la tortura durante una semana y el asesinato (el 7 de agosto)
del comandante coacalquense Roberto Bermúdez Rojas, que pudo ha-
berse perdido en las páginas de información policiaca, de no ser por
algunas piezas que quedaron sueltas en el rompecabezas.
Al margen de señalamientos sobre tres millones de dólares que de-
bían repartirse o que se repartieron para abrir la plaza a La Familia
Michoacana en Coacalco y algunos municipios aledaños, y de que él
conocía en qué manos estaba ese dinero, se supo que el ajusticiamien-
to formaba parte de una serie de homicidios por encargo de ese cártel
en un cinturón que comprendía otros municipios limítrofes con el
Distrito Federal: Naucalpan, Tlalnepantla y Huixquilucan, de donde
los mafiosos michoacanos intentaban desplazar a los cárteles de Si-
naloa, Los Zetas y los hermanos Beltrán Leyva.
Este caso constituyó una pequeña muestra de lo que sucedía ya
consolidada la administración de Peña. No obstante, el primer homici-
dio cercano que encajó con la ejecución de Bermúdez Rojas no fue el
de otro policía, sino el del empresario mexiquense Óscar Santana Gil,
de treinta y siete años de edad, quien desapareció, también víctima de
un levantón, la tarde del 10 de junio de ese 2008 en Huixquilucan.
Aunque se movía como pez en el agua en el mundo empresarial,
especialmente en los negocios del sector del transporte, Óscar Santa-
na era un hombre de bajo perfil. Las menciones sobre él en los medios
eran inexistentes hasta el día del levantón, mientras Froylán, otro de sus
hermanos, daba pasos sólidos en la política priista mexiquense de la
mano de un egresado de la Universidad Anáhuac: un abogado, con un
doctorado, que entró al primer círculo de colaboradores de Enrique
Peña Nieto. Dicho abogado y el procurador Bazbaz se encargarían de

162
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 163

tender puentes para comunicar y acercar a Peña Nieto con las comu-
nidades judía y libanesa.
En enero de 2009, el periodista Andrés Becerril documentó que
aquel abogado “misterioso” “le vendió la idea al gobernador mexiquen-
se de que con su influencia entre la gente de la comunidad judía podría
consolidar el poder, siempre y cuando se pudieran arreglar algunas irre-
gularidades que existen en miles de hectáreas de terreno de Interlomas,
una de las zonas más costosas del país y que está conectada directamen-
te con Santa Fe, otro punto costoso del valle de México. […] Fuentes
de la Procuraduría mexiquense señalaron que les llamó mucho la aten-
ción que una de las primeras órdenes de Bazbaz, tras tomar posesión
como procurador, fue hacer, en absoluta discreción, un rastreo informa-
tivo que hizo el periódico Reforma por la venta de Interlomas. […] La
historia de esos terrenos data de principios del siglo pasado. Hay tres
propietarios distintos. Uno de ellos es un líder de la CROM que se ha-
cía pasar por dirigente de los trabajadores de la construcción y se apo-
deró casi de todos los terrenos, chantajeando a los constructores e in-
mobiliarias y obteniendo sumas millonarias. […] El asunto de los
predios de Interlomas lo heredó Peña de Montiel y [David] Korenfeld
[Federman]. Y en tiempos en los que Álger Escobar —titular del Ins-
tituto del Emprendedor Mexiquense— era tesorero municipal de
Huixquilucan. […] La nominación de Bazbaz, de origen judío, no sólo
obedece a la liga con el capital y el poder de esa comunidad, sino a una
estrategia de Peña para estar bien con el gobierno federal. Y también
con gente relacionada con Carlos Salinas de Gortari”.
Muy pocos rememoraban la época en que la familia Abed Sche-
kaiban —socia en su momento de Carlos Hank González en la desa-
parecida aerolínea Taesa— amenazó con despedir y encarcelar a los
hermanos Froylán y Óscar Santana Gil, junto con otros transportistas
conocidos sólo como los hermanos Campuzano (por un supuesto
robo de materiales a la empresa Primex, aunque nunca se levantaron
cargos). Y que, cuando se terminó de construir la autopista de cuota
México-Toluca, los dos hermanos Santana Gil adquirieron varias de-
cenas de camiones de volteo y crearon una nueva sección (controlada
por ellos) del sindicato de transportistas, Óscar empezó a ser noticia

163
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 164

debido a que desapareció. Aquella nueva sección sindical pertenecía a


la CROM. También se vinculó a Óscar y a los Campuzano al acapara-
miento de tierras y desarrollos inmobiliarios en la colonia Jesús del
Monte (en Cuajimalpa) y en Huixquilucan, donde Froylán se constru-
yó una residencia que se perdía en un terreno de tres hectáreas.
A raíz de los problemas con los Santana Gil y los Campuzano, dos
de los hermanos Abed Schekaiban —el capitán Miguel y el ingeniero
Eduardo Jorge, quienes a principios de la década de 1990 trajeron a
Diego Armando Maradona a jugar en un campo construido en la mina
arenera de la empresa Magesa— reforzaron sus cuerpos de seguridad
personal, familiar y residencial en el Paseo de Lomas Altas, en la De-
legación Miguel Hidalgo del Distrito Federal. Al margen de los desa-
seos en Taesa y otras de sus empresas, los Abed también tenían secre-
tos, pero los ocultaban bien en aquellas fiestas que tiraban para sus
trabajadores, aunque, a decir verdad, eran para sus hijos, como las ame-
nizadas por Tania Libertad, Facundo Cabral o, la última, por los lu-
chadores profesionales de la caravana Triple A —en una residencia de
Lomas Altas— que encabezaron El Hijo de El Santo, El Negro Ca-
sas, los payasos Coco Rosa, Coco Azul y Coco Amarillo, y los gladia-
dores enanitos.
A finales de esa década de los noventa, después del encarcelamien-
to del capitán Alberto y divididos en dos grupos (los de Miguel y los
de Alberto), los Abed prácticamente huyeron de México. Se refugia-
ron en ciudades estadounidenses como Benington (Vermont), Fort
Lauderdale (Florida) y San Diego (California), o en Panamá, aunque
ahora están de vuelta, trabajando en el Estado de México. Sólo Al-
berto no pudo salir del país porque enfrentaba un proceso por eva-
sión fiscal. Como mayor símbolo del poder económico de los Abed
queda el recuerdo de aquella visita en la que el papa Juan Pablo II le
dio la primera comunión al hijo del capitán Miguel, o la compra de
un lujoso departamento, por un millón de dólares, en el piso cuaren-
ta y cinco en uno de los edificios Miramar de la ciudad de Panamá, y
el intento por adquirir la mansión de La Fuente de la Ballena y los
Delfines —por seis millones de dólares— en La Joya Farms Avenue,
en La Joya, San Diego.

164
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 165

En esa época salió la orden de esconder —en la residencia del 231


de Lomás Altas, en la Ciudad de México— los archivos íntegros de la
aerolínea Taesa. Entregados para su custodia, por cuatro meses, a Moi-
sés El Indio Pelcastre, los documentos contenían todos los secretos de
la cuestionada quiebra de la empresa. Luego de ese tiempo, y a insis-
tencia del ingeniero Eduardo —quien ya vivía en Panamá, pero temía
a los auditores de Hacienda, del Seguro Social y de la PGR—, los ar-
chivos fueron sacados la mañana de un sábado en dos camiones y de-
saparecieron para siempre. Esa propiedad fue vendida en casi cuatro
millones de dólares.
Un colaborador de los hermanos Abed Schekaiban recordó enton-
ces a Óscar en su camioncito rojo de volteo con el que éste (acompa-
ñado por su inseparable hermano Froylán) daba servicio de limpieza
al Grupo Industrial Magesa. Y, luego, ya fuera de las obras de la auto-
pista e inmerso Froylán en la vida política de Huixquilucan a través del
sindicato, Óscar cambió y despegó. De la noche a la mañana, su viejo
vehículo dio paso a las camionetas de lujo, blindadas, seguidas al me-
nos por un par de automóviles que lo escoltaban y decenas de ca-
miones de volteo.
Salieron a la superficie algunas de sus cualidades: avidez por los
negocios y ambición por hacerlos rentables lo más rápido posible. Re-
portado su secuestro el mismo 10 de junio e iniciada la averiguación
previa AM/HUIX/I/796/08, las autoridades judiciales prestaron una
inusual atención y se registraron movimientos confidenciales en el in-
terior de la Procuraduría estatal, así como en el gobierno central del
Estado de México, sobre la avenida Lerdo en Toluca. Internamente se
dio la orden de llevar el caso con la mayor de las discreciones.
Sin embargo, en los siguientes días, las llamadas entre los altos
mandos de la Procuraduría y la Secretaría del Agua y Obra Pública,
además de los movimientos en la gubernatura, y la orden para mante-
ner el caso en la confidencialidad, despertaron sospechas en emplea-
dos de la Procuraduría mexiquense, quienes alertaron a los periodistas
y filtraron algunos datos. Sin tener antecedentes judiciales, los apelli-
dos Santana Gil se hicieron notorios por el anómalo tratamiento y la
secrecía que se manejó en las esferas gubernamentales.

165
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 166

Cuando se publicó la noticia sobre el “extraño” secuestro de Ós-


car Santana Gil, algunos funcionarios del gobierno estatal montaron
en cólera y buscaron culpables. No los encontraron, pero para dar un
escarmiento despidieron en forma vergonzosa y muy violenta a una
funcionaria de la unidad de Comunicación Social de la Procuraduría
mexiquense en el valle de México, identificada como María Elena Cár-
denas Rodríguez.
La virulencia del despido llamó de nueva cuenta la atención de la
prensa sobre la importancia de los apellidos Santana Gil. En la si-
guientes semanas, una nota del matutino Alfa advirtió: “Este hecho
—el levantón de Santana Gil— se trató de ocultar, pero al salir a la luz
pública, Ana Celia Casa Opriego, asesora del procurador Bazbaz, soli-
citó la intervención del Cuerpo Especializado de Investigación en Si-
tuaciones de Riesgo (CEISAR), cuyos elementos, con lujo de fuerza,
impidieron a María Elena Cárdenas entrar a sus oficinas e incluso to-
mar sus pertenencias, además de que le incautaron su computadora.
[…] En carta dirigida al procurador, al gobernador Peña y al secreta-
rio de Gobierno, Humberto Benítez Treviño, Cárdenas señaló que es
víctima de la incapacidad de Celia Casa y del personal a las órdenes
del subprocurador Urbano López Hernández, quien sin mediar un
oficio, razón o motivo, respaldó las órdenes de la dicha persona”.
A María Elena se le responsabilizó, en los hechos, de la filtración
del tema Santana Gil. Así, prácticamente en secreto, se inició un pro-
ceso laboral para despedirla, el cual concluyó el 4 de marzo de 2009
con un edicto publicado en la página dieciocho de la Gaceta del Gobier-
no del estado, rubricado por Germán Uribe Pichardo, director gene-
ral jurídico y consultivo, y cuyo texto principal fue categórico: “Es
procedente la baja definitiva de María Elena Cárdenas Rodríguez, en
la plaza de agente investigador R3, por todas y cada una de las razo-
nes y fundamentos legales expresados en los considerandos de esta
determinación. Hágase de su conocimiento el derecho que tiene de
inconformarse con la presente resolución en los términos de la últi-
ma parte del considerando quinto de este fallo. Hágase del conoci-
miento del director general de Administración, y al responsable del
Área del Registro del Sistema de Seguridad Nacional de esta institu-

166
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 167

ción, el contenido de esta resolución para los efectos legales y admi-


nistrativos consiguientes”.
Luego se hilvanaron algunos acontecimientos: Óscar Santana Gil
era un hombre de negocios, transportista y constructor de la zona de
Huixquilucan, y el abogado misterioso al que él y su hermano Froylán
estaban estrechamente ligados era el doctor David Korenfeld Federman,
titular de la Secretaría del Agua y Obra Pública del gobierno de Peña
Nieto. Froylán había sido sexto regidor del Ayuntamiento de Huixqui-
lucan, en la administración (2003-2006) del entonces alcalde Koren-
feld. Froylán era uno de sus hombres de confianza; se le podía encargar
cualquier manejo político y administrativo en Huixquilucan.
La importancia de Korenfeld se notó de inmediato: en los comi-
cios locales de 2005 perdió una diputación local, pero Peña Nieto lo
hizo secretario de Estado. Cuando Korenfeld llegó al gobierno estatal
en Toluca, dejó asegurado un puesto a su ex colaborador Froylán San-
tana Gil en la administración municipal (2009-2012), que encabeza
Alfredo del Mazo Maza. El cobijo de Korenfeld Federman fue amplio:
Del Mazo Maza nombró a Froylán presidente de la Comisión de Ha-
cienda Pública y Patrimonio del Ayuntamiento de Huixquilucan, así
como comisario en la Junta del Organismo Operador de Aguas; ade-
más, es el síndico municipal.
A pesar de la amistad —y la cercanía que les dio su antigua socie-
dad en un despacho jurídico—, ni el procurador Bazbaz ni Korenfeld
pudieron ocultar otros detalles sobre la desaparición de Óscar Santa-
na Gil. El 14 julio de 2008 —treinta y cinco días después del levan-
tón— corrió una noticia: en Tlalnepantla se habían descubierto tres
ejecutados; uno de ellos fue identificado como Óscar Santana Gil.
Encendidas las alarmas en el gobierno estatal, se dieron a conocer
los nombres de los otros ejecutados: Margarito Sergio Santillán, ele-
mento activo de la Policía Federal Preventiva en Acapulco, y El Pocho
Josué Guerrero García, sinaloense nacido en Culiacán, con anteceden-
tes penales en Durango. A ambos se les vinculó con el narcotráfico, a
través de los cárteles de Sinaloa y de los hermanos Beltrán Leyva. Na-
die supo explicar por qué el empresario mexiquense fue asesinado y su
cadáver colocado en la misma camioneta, una Toyota RAV4.

167
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 168

A Óscar Santana Gil se le había visto por última vez cuando salía
de sus oficinas, ubicadas en Jesús del Monte 165, Huixquilucan, a bor-
do de una camioneta Ford Lobo blanca, placas MBV-2832. Por extra-
ño que parezca, ese día no le acompañaban sus guardaespaldas.
Su desaparición quedó asentada en la averiguación previa
AM/HUIX/I/796/08, por una denuncia que presentó otro hermano
suyo, Jaime.
En cuanto a la camioneta Toyota RAV4 en la que estaban los tres
cadáveres, las autoridades informaron: “Ésta fue robada en los pri-
meros días de julio en la colonia Nueva Santa María del Distrito Fe-
deral. […] Las placas LZV-7741 del vehículo estaban sobrepuestas
y corresponden a un automóvil modelo Spirit. […] El 14 de julio
fueron localizados en Tlalnepantla tres cadáveres, cada uno con el
tiro de gracia, dentro de la citada camioneta, en el cruce de las calles
Viveros de la Colina y Cumbres, fraccionamiento Plazas de la Coli-
na. […] La Procuraduría informó que continuaba la indagatoria so-
bre la triple ejecución, sobre la cual fue abierta la averiguación pre-
via TLA/II/4190/08-07”.
Junto a los cuerpos de Óscar, Margarito y Josué había un mensaje
en una cartulina naranja que decía: “Así se paga la traición, Leobardo,
alias El Negro, sigues tú Cuitláhuac y Pacheco. La Familia”. Fue un mo-
tivo más para encender las alarmas rojas en el gobierno mexiquense,
porque La Familia lanzaba una amenaza directa contra un personaje
cercano a Peña Nieto: Arturo Cuitláhuac Ortiz Lugo. El “Pacheco”
mencionado fue relacionado con Gerardo Elías Pacheco Sáenz, subdi-
rector operativo y de investigaciones de la policía ministerial en Ciu-
dad Nezahualcóyotl y amigo cercano de Ortiz Lugo.
Cuitláhuac Ortiz, cuya carrera policial despegó con Peña Nieto
—unidos por lazos de sangre a través de la madre del comandante y
el extinto padre del gobernador—, fue involucrado en la cadena de je-
fes de las policías del Estado de México comprometidos con El Chapo
Guzmán y los hermanos Beltrán Leyva, pero que se habían acercado a
La Familia.
Aunque el parentesco con el gobernador Peña Nieto le sirvió
como manto protector y nunca se le abrió una investigación formal, a

168
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 169

Ortiz Lugo se le implicó asimismo en el robo de tres millones de dó-


lares que La Familia habría entregado a un grupo de policías mexi-
quenses. Esa cantidad era independiente de las que la organización
destinaba cada mes para el delegado de la PGR, José Manzur Ocaña.
Ortiz Lugo nunca pudo deshacerse de los señalamientos públicos
sobre un robo y desaparición de varios tambos de efedrina, armamen-
to, así como joyas y otros objetos de valor de una casa de seguridad
que sicarios al servicio de La Familia tenían en la zona de Ciudad Sa-
télite, Naucalpan.
Y a eso se refería, en parte, el mensaje que se encontró en las car-
tulinas que los sicarios dejaron junto al cuerpo del comandante coacal-
quense Roberto Bermúdez Rojas y en la camioneta en la que aparecie-
ron los cadáveres de Óscar Santana Gil, Margarito Sergio Santillán y El
Pocho Guerrero García.
En su momento, el periodista mexiquense Manuel Moreno Trejo
advirtió en una de su notas: “Aunque la información sobre las tres úl-
timas ejecuciones en Tlalnepantla fue tratada de ocultar por la Procu-
raduría mexiquense, porque está involucrado con el crimen organiza-
do un presunto primo del gobernador Peña, se culpó a María Elena
Cárdenas, quien fue tratada como delincuente y expulsada con violen-
cia de sus oficinas, sin permitirle siquiera recoger sus medicamentos”,
que guardaba en una de las gavetas de su escritorio.
La presión de las notas rojas y de la oleada de violencia que reco-
rría a la entidad hizo efecto en algunos de los funcionarios judiciales:
el miércoles 16 de julio de 2008, el subprocurador general de Coor-
dinación de la PGJEM, Carlos Flores González, reconoció que había
guerra entre las bandas del crimen organizado por el control del terri-
torio mexiquense.
Las declaraciones de Flores a reporteros fueron recogidas por el
periódico progubernamental El Diario —un matutino de la organiza-
ción editorial Macc (por Anuar Maccise Dibb) en Toluca—: “Las in-
dagatorias relacionadas con los tres ejecutados y con el crimen de
Braulio Nicolás Hernández Zúñiga, de la policía ministerial mexi-
quense, baleado la madruga del viernes anterior en Toluca, [señalan
que] no existe alguna relación, ni tampoco se tienen indicios de los

169
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 170

presuntos responsables, ni del móvil de los cuatro homicidios. […]


Sin embargo, aseguró que se continúan las indagatorias para esclarecer
los hechos, y señaló, que la Procuraduría abrió una investigación que
involucra a Gerardo Elías Pacheco Sáenz, subdirector operativo en Ne-
zahualcóyotl, a Cuitláhuac Ortiz Lugo, director de operaciones de la
policía ministerial en la zona oriente, y del elemento de la misma cor-
poración (Braulio Nicolás) Hernández Zúñiga, ejecutado, para esta-
blecer si entre ellos hay un vinculo con la delincuencia organizada”.
El mensaje amenazador dirigido a Ortiz Lugo —también señala-
do como uno de los comandantes que recibía una renta semanal de las
bandas dedicadas al robo de transporte y las de robacoches— cobró
significado desde la madrugada del 12 de julio de 2008, cuando un
grupo de asesinos a sueldo cazó y acribilló a Braulio Nicolás Hernán-
dez Zúñiga, agente de la Policía Judicial mexiquense, quien se desem-
peñaba como jefe de guardaespaldas del mismo Ortiz Lugo.
Peritos e investigadores ministeriales hallaron en la escena del cri-
men al menos treinta y cinco casquillos percutidos, calibre nueve mi-
límetros. Veinte hicieron blanco en el cuerpo de Hernández Zúñiga,
sorprendido por sus verdugos cuando, al filo de las dos de la mañana,
llegó a su casa en la Unidad Habitacional Victoria, de Toluca, a bordo
de un auto oficial, un Interceptor negro.
Los asesinos abrieron fuego segundos después que Hernández Zú-
ñiga bajó de su vehículo y estaba a unos pasos de la puerta de su casa.
Los elementos de la Policía Judicial del estado, de la ASE, municipa-
les y del Servicio de Urgencias del Estado de México (SUEM) sólo se
presentaron al lugar para dar fe del fallecimiento. Uno de los paramé-
dicos del SUEM dijo a los reporteros: “Recibimos el reporte a las dos
y media de la madruga, pero cuando llegamos, desafortunadamente
esta persona que fue reconocida por sus familiares ya no contaba con
signos vitales”.
Al lado de la víctima, las autoridades encontraron un nuevo men-
saje: “Con La Familia no se juega, vayan preparando el traje con el que
se van a morir”.
A la historia de Ortiz Lugo se le pueden escribir al menos cinco co-
rolarios. El primero fue muy corto: en enero de 2009, la PGJEM de-

170
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 171

cidió relevarlo de su cargo para no exponerlo más. La realidad fue que


su cercanía con Peña Nieto hacía del comandante un arma que podían
usar los rivales políticos con miras a la candidatura presidencial en
2012, así que le ordenaron recluirse en su residencia de Atlacomulco.
Dos: a un año y cuatro meses del sangriento ataque a su escolta
Hernández Zúñiga, es decir, en las primeras horas de la mañana del do-
mingo 15 de noviembre de 2009, el comandante Ortiz Lugo se llevó
para siempre todas sus acusaciones pendientes. Murió en un extraño ac-
cidente de carretera. Cerca de las siete de la mañana de ese día, soco-
rristas de la Cruz Roja de Atlacomulco acudieron a la carretera Atlaco-
mulco-Toluca, a la altura de un paraje conocido como libramiento
Jorge Jiménez Cantú, de la colonia Las Fuentes, donde un samarita-
no conductor reportó que una camioneta Silverado de color gris metá-
lico se había estrellado contra unos árboles. Su conductor, de cuarenta
y dos años de edad, era Ortiz Lugo.
A estas alturas es difícil saber si alguien creyó la versión oficial,
pero, tres días después, el procurador Bazbaz informó que las investi-
gaciones revelaron que el accidente en el que perdió la vida el ex co-
mandante se originó porque éste conducía en estado inconveniente.
Descartó la posibilidad de que su muerte fuera resultado de un acto
criminal. Cuitláhuac Ortiz, aseveró, falleció a consecuencia de los gol-
pes que recibió por el impacto cuando se salió de la carretera y chocó
contra los árboles del camellón. “Entiendo que el caso genera un tipo
de intriga derivado de sus funciones anteriores y por los mensajes que
recibió el año anterior, pero ahora lo que tenemos que hacer desde la
Procuraduría es expresar el pésame a los familiares.”
Y eso se hizo. Alberto Bazbaz y el comisionado de la ASE, David
Garay Maldonado, encabezaron la delegación gubernamental en el se-
pelio del comandante Ortiz Lugo. Un periodista local recordó: “Des-
pués de todo, la madre del comandante es familiar muy cercano del ex-
tinto ingeniero Enrique Peña del Mazo, padre del gobernador”.
Tres: la inseguridad en el estado no es un asunto de percepción. To-
mando como base declaraciones de Bazbaz y datos estadísticos de la
Procuraduría mexiquense, el 24 de diciembre de 2008 un recuento del
periódico Milenio Diario encontró: “De enero a la segunda semana de di-

171
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 172

ciembre de este año se registraron ochocientos homicidios, entre dolo-


sos y culposos, de los cuales, doscientos estuvieron relacionados con el
crimen organizado; sin embargo, el universo no presentó gran disminu-
ción en relación a 2007, cuando hubo ochocientos once de enero a oc-
tubre. […] Informes oficiales señalan que en este periodo, la PGJEM
contabilizó en Ciudad Nezahualcóyotl doscientos noventa y un homi-
cidios; en Ecatepec de Morelos, doscientos cincuenta y cuatro; en To-
luca, ciento cuarenta y seis, y en Naucalpan, ciento veinte. […]
”En el año corriente la efectividad, la frialdad y el calibre que uti-
lizó la delincuencia organizada fue mayor, pues incluso en escenas cri-
minales se hallaron casquillos percutidos calibre 5.7, balas mejor cono-
cidas como ‘matapolicías’ o FN five-seven que, con su ojiva de acero,
penetran blindajes en nivel cuatro y por supuesto chalecos antibalas,
aunque los calibres que más predominaron fueron el 7.62 milímetros
de los fusiles de asalto soviéticos AK-47 y el .223 del R-15. […] Hay
que resaltar que las declaraciones distan mucho a diversos recuentos
asesinos, pues hasta los diez meses transcurridos, el Estado de México
destacaba a nivel nacional con un promedio de trescientos homicidios
dolosos perpetrados a plomo por el crimen organizado, que utilizó ade-
más armas de alto poder, de uso exclusivo del Ejército mexicano y Fuer-
zas Armadas, vehículos robados y gran solvencia económica para ejecu-
tar sus acciones. […] Las víctimas mortales que destacan fueron
policías de los tres órdenes de gobierno, funcionarios, servidores públi-
cos estatales y municipales, hasta acabar con la vida de un líder de una
secta religiosa, lo que significó que, por mes, 31.5 personas fueron acri-
billadas. […] La ola de homicidios comenzó el 16 de enero en el mu-
nicipio de Ocoyoacac, donde Francisco Recona Mosqueda, elemento
de Tránsito del Distrito Federal, fue hallado muerto por varias heridas
recibidas de arma punzocortante sobre una zona boscosa localizada en
el kilómetro cinco de la carretera La Marquesa-Tenango del Valle.”
Cuatro: en su edición del lunes 5 de enero de 2009, el matutino
toluqueño Alfa publicó su recuento de ejecuciones: “Cierra 2008 con
trescientas cincuenta y cinco ejecuciones; cincuenta y siete eran poli-
cías. […] Como un año sin precedentes se puede considerar el 2008
para el Estado de México en cuestión de violencia, caracterizado por

172
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 173

el combate de grupos delictivos organizados para dominar cada región


de la entidad. […] Los grupos armados delincuenciales se hicieron
notar dramáticamente en todos los sectores de la sociedad y en todos
los puntos del estado, al atacar arteramente a efectivos de las policías
federal, estatal y municipal, sin que hasta el momento se tengan resul-
tados palpables por parte de la autoridad para resolver los homicidios
y dar con los culpables. […] De los policías ultimados por el crimen
organizado, once eran judiciales, veintisiete de la ASE, once municipa-
les y ocho federales. […]
”Uno de los casos más sonados por sus alcances e implicaciones
es el que tiene que ver con Arturo Cuitláhuac Ortiz Lugo. […] Brau-
lio Nicolás Hernández Zúñiga, ex colaborador cercano del mando po-
liciaco en tareas de seguridad, fue asesinado de dieciocho balazos cali-
bre .380 en el interior de una patrulla tipo Interceptor, estacionada
afuera del inmueble marcado con el número ciento treinta y cinco de
calle Gloria, en la colonia Unidad Victoria de Toluca. […] Se dice que
el presunto responsable de la muerte de Braulio es Miguel Magaña
García o Nicolás Ramos López, el que trabajaba para Javier García
Carrasco, El Chácharas, ex policía ministerial destacamentado en el mu-
nicipio de El Oro, y quien rendía cuentas al ex convicto Fernando Sán-
chez Reyes, El Cóndor, quien al momento de su captura tenía veinte to-
neladas de marihuana y un AK-47.”
Cinco: la tarde del 15 de septiembre de 2008, la autoridades me-
xiquenses confirmaron que el agente Víctor Rodrigo Solís Bernal, jefe
del cuerpo de escoltas del secretario general de Gobierno, Humberto
Benítez Treviño (actual diputado federal), fue acribillado, en el interior
de una camioneta Jeep, al filo de las cuatro de la tarde en una calle de
la colonia Científicos de Toluca. Aunque primero se habló de un in-
tento de robo, en los días siguientes se atribuyó el homicidio a un cri-
men pasional. El asesino le hizo siete disparos con un arma calibre
nueve milímetros.

173
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 174

Capítulo VII
Placeres prohibidos

L D I N E RO T O D O L O P U E D E y por eso todo puede pasar:

E en el municipio mexiquense de Huixquilucan dos enormes


campos de golf dan la bienvenida a la opulencia de Lomas
Country Club, La Herradura, Isla de Agua, Palmas Hill y Ciudad Bos-
que Real. La ostentación arquitectónica del American way of life se alza
en un ambiente glamoroso en treinta y un fraccionamientos residen-
ciales de primer nivel. Todo es posible en este lugar, hasta, como dicen
sus habitantes, lo imposible. Si Interlomas estuviera en otra ciudad
—Colima, Guadalajara, Querétaro o Cancún— pasaría inadvertido,
pero las pequeñas e indiscretas revelaciones que circulan en Huixqui-
lucan son lo que le dan su especial notoriedad.
Puesto tan de moda por el caso de la extraña desaparición, la
muerte y la burda y evidente siembra del cadáver de la niña Paulette
Gebara Farah, que transcurrió entre marzo y abril de 2010, Huixqui-
lucan es una pequeña ciudad de doscientos cincuenta mil habitantes
donde se levantan los exclusivos fraccionamientos de Interlomas, su
gran área residencial de las llamadas triple A. Y quienes habitan en una
de sus mansiones o fastuosas torres de departamentos saben que viven
en la mejor zona del Estado de México o el suburbio más exclusivo del
Distrito Federal.
Hay tanto poder económico en Interlomas que a finales de ese
abril la revista electrónica Reporte Índigo documentó las relaciones polí-
ticas, económicas y sociales del gobernador Enrique Peña Nieto con la
familia de Mauricio Gebara Rahal, padre de Paulette. Y puso de ma-
nifiesto que esa red de intereses propició la manipulación de los me-

174
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 175

dios para señalar a Lizette Farah Simón como responsable del falleci-
miento de la menor.
Por su parte, Jenaro Villamil escribió para Apro, la agencia noticio-
sa de la revista Proceso: “La cobertura reciente de los noticiarios de Tele-
visa en torno al caso Paulette ha rebasado todos los ejemplos menciona-
dos. Desde el lunes 5 de abril, cuando Bazbaz anunció un cambio radical
en las investigaciones, el principal espacio informativo de Canal 2, el no-
ticiario con Joaquín López-Dóriga, le dedicó más de la mitad del tiem-
po-aire: treinta y tres minutos; treinta y seis (punto) ocho minutos y
veintiuno (punto) treinta minutos, el lunes 5, martes 6 y miércoles 7 de
abril, respectivamente. El conductor de ese espacio dividió en tres partes
la entrevista de Adela Micha con Lizette Farah y la retransmitió conti-
nuamente en sus espacios informativos. Sus comentaristas y conducto-
res principales han pedido abiertamente la renuncia de Bazbaz. Las crí-
ticas aún no son tan abiertas en contra del propio Peña Nieto”.
Reporte Índigo desmenuzó los vínculos de los Gebara con los Chaín,
los Funtanet o los Del Mazo y las relaciones de estos grupos con Peña
Nieto. Y el rotativo Alfa de Toluca, al hacer un análisis de la informa-
ción, observó: “Los datos son un revés para el alcalde de Huixquilu-
can, Alfredo del Mazo Maza, quien negó conocer a la familia Gebara
Rahal; mientras la publicación mostró una relación sentimental de éste
con María Amelia Aguilar, una de las mejores amigas de Margaret Ge-
bara Rahal, hermana de Mauricio, a quien conoció en la Universidad
Anáhuac México Norte”. Los dos medios alertan que el caso habría
afectado las aspiraciones de Peña, porque después de las revelaciones
el estatus legal de Mauricio Gebara pasó de testigo a indiciado. Más
tarde, en un extraño giro del caso, él y su esposa quedaron libres de
toda sospecha.
Los señalamientos de Alfa no son menores. Desde hace varios años
el rotativo tiene sus oficinas de redacción y sus talleres en una nave in-
dustrial del ex líder estatal priista Isidro Pastor Medrano, un político
originario de Atlacomulco y el segundo hombre con más poder en el
sexenio de su paisano y amigo Arturo Montiel Rojas. Ese vínculo con
Pastor dio a la dirección del rotativo cierta independencia de los recur-
sos públicos, si bien lo amarró al ex líder priista.

175
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 176

Sometido a los secretos y al tejemaneje que conoce Pastor de la fa-


milia en el poder, el gobierno de Peña Nieto ha tolerado la línea edi-
torial de Alfa. Pastor es más valioso por lo que calla que por lo que pu-
blica el diario. Hoy más que nunca se considera que la apuesta de
Pastor Medrano por Alfa, a través de su propietario y fundador Mario
García Huicochea, fue una de sus decisiones políticas más acertadas y
rentables. Asociado con un personaje muy cercano a Pastor, en 2008
Mario amenazaba con publicar un muy particular diccionario de los
políticos mexiquenses. Hasta ahora, sin embargo, el plan quedó en
amago. Gracias a la política editorial del diario, Pastor mantiene su
nombre intocable en la agenda política.
Para el semanario Nuestro Tiempo Toluca, por el caso Paulette, “la
imagen de Peña Nieto está en uno de sus momentos más débiles. Y,
como toda imagen con poco sustento, se desmorona apenas la alcanza
la realidad. El asesinato, por sí solo, de la niña Gebara, no es suficien-
te para quitarle su legítima aspiración presidencial, pero se sumará a la
lista de yerros que rondan al mandatario: San Salvador Atenco, las ex-
trañas circunstancias de la muerte de su esposa Mónica Pretelini, la
cuádruple exoneración de su tío Arturo Montiel y la expansión del
narcotráfico, sazonados por todos los chismes que genera el ambiente
de farándula al que el gobernador asiste de buen agrado en calidad de
participante”.
“Si en un caso que está ventilado a la opinión pública se come-
ten errores tan garrafales, hay que imaginar lo que pasa con las víc-
timas que no tienen el poder de los papás de la pequeñita y que no
tienen la forma de dar a conocer sus asuntos”, alzó la voz en su mo-
mento la diputada local panista Mónica Fragoso Maldonado, quien
alguna vez ocupó la oficina de Asuntos Relevantes de la Procuradu-
ría mexiquense.
La muerte de Paulette, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida nueve
días después de que fuera reportada como desaparecida, ha aderezado
de desprestigio a la Procuraduría mexiquense y a su entonces titular, Al-
berto Bazbaz, cuya capacidad y eficiencia quedaron en entredicho.
A raíz de este caso, las imágenes de las exclusivas calles de Interlo-
mas le dieron la vuelta al país. En las mansiones del pequeño paraíso

176
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 177

cerrado de Interlomas —si se toman las definiciones del profesor Eloy


Méndez, investigador de El Colegio de Sonora—, hay vigilancia las
veinticuatro horas del día, durante los trescientos sesenta y cinco días
del año. Pero esa ostentación oculta que algo anda mal. Apenas se ras-
ca su superficie, emerge la convulsionada y violenta historia de un pue-
blo que hoy es considerado el lugar “ideal para vivir”.
A unos cuarenta minutos del centro de la Ciudad de México, rum-
bo al poniente, y a diez de ese lugar de primer mundo llamado Santa
Fe, destaca el impactante desarrollo inmobiliario de Interlomas —al
que se pretende acercar a Polanco, San Ángel o Lomas de Chapulte-
pec—, con sus setenta y siete pequeños edificios futuristas y sus exu-
berantes residencias de varios millones de dólares. Huixquilucan pue-
de satisfacer cualquier capricho que un millonario pueda tener. Pero,
como pasa con Luvianos, Coacalco de Berriozábal y Metepec, este
municipio mexiquense también es territorio hostil.
Al margen del caso Paulette, en las amplias y modernas calles co-
merciales que dividen la gran zona residencial de los barrios pobres el
miedo es permanente. De manera abierta, desde principios de la déca-
da de 2010 los tentáculos del narcotráfico apuntan hacia niveles insos-
pechados. El efecto sonoro de las armas se ha hecho cotidiano. Huix-
quilucan tiene un ambiente enrarecido. Allí son habituales los ajustes
de cuentas, los asesinatos sin sentido. Los criminales lo han tomado
como tiradero o sembradío de cadáveres. Es el patio de atrás.
En una residencia de Interlomas, por ejemplo, en septiembre de
2008 se fraguó una de las peores matanzas colectivas de que se tenga
registro en la historia criminal del Estado de México y del país, atri-
buidas al crimen organizado: la masacre de La Marquesa. Fueron eje-
cutadas veinticuatro personas de la mano justiciera de la policía muni-
cipal para mandar un aviso lacónico —lo que en realidad fue una
salvajada atroz— al cártel de La Familia de Michoacán o La Familia
Michoacana.
Si repasa las páginas policiacas de los periódicos de la Ciudad de
México y algunos de Toluca, y más tarde camina por las calles de Huix-
quilucan, uno descubrirá un municipio fragmentado por la intermiten-
te guerra de capos. Por un lado, un conjunto de cuarenta mil residen-

177
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 178

cias de alto valor que constituye una ciudad nueva dentro de la ciudad.
Por el otro, en las calles pueblerinas se revela un crecimiento caótico,
con asentamientos precarios, infraestructura deficiente, pobreza que se
intenta esconder, desempleo abierto y subempleo, impunidad e inse-
guridad. Lo único que las dos zonas tienen en común es el estableci-
miento de los cárteles de la droga. Ésta es la otra cara de ese pueblo
“ideal para vivir”.
Los amplios complejos residenciales se han convertido —como
definirían los urbanistas— en comunidades cerradas o islas urbanas
que se sustraen a la precariedad social y económica, y que pretenden
ser seguras, exclusivas, confortables y garantes de un estilo de vida,
aunque en gran medida no sea esto más que una ilusión.
La armonía de las orgullosas torres gemelas de Bosque Real
—cada una con setenta departamentos cuyos costos oscilan entre el
millón y medio y los dos millones de dólares, y con las comodida-
des que esas cantidades puedan comprar— no puede enmascarar la
marginación de un caserío (que no participa en esa exclusividad)
donde el pavimento no se renueva desde hace décadas y que dispone
de un pésimo transporte público. Resaltan los contrastes de un pue-
blo que carece —o los tiene a medias— de los servicios básicos y de
oportunidades para desarrollarse, como en noviembre de 2008 le
dijo el entonces diputado local Jorge Insunza Armas al periódico Mi-
lenio Diario.

Huixquilucan es como un rompecabezas al que le faltan muchas pie-


zas, y algunas otras neciamente se le acomodan solas… El miércoles
20 de enero de 2010, un comando de asesinos a sueldo, cubiertos con
pasamontañas negros y vestidos con uniformes similares a los de la de-
saparecida AFI, acribilló con rifles de asalto AK-47 a José Romero Le-
desma, comandante de la policía municipal de Huixquilucan, y a su es-
colta, el agente Samuel Rojas Peralta. Un tercer policía, Javier
Alejandro Fajardo Gasca, quedó gravemente herido.
A eso de las ocho de la noche el atentado se puso en marcha. Lue-
go de terminar su turno de vigilancia en el lujoso fraccionamiento

178
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 179

Bosque Real, Ledesma subió a su patrulla (la H-0505), junto con Ro-
jas y Fajardo, y se enfilaron hacia la carretera Río Hondo-Naucalpan
para entregar el vehículo y las respectivas armas de cargo. Sin embar-
go, casi de inmediato se percataron de que tenían compañía, pues los
escoltaban tres camionetas de lujo —dos negras y una blanca—, cu-
yos ocupantes eran hombres armados con rifles de asalto.
Lo que siguió se suscitó vertiginosamente: el policía al volante ace-
leró a fondo y se desató una persecución que se prolongó durante va-
rios kilómetros. A ninguno de los tres agentes se le ocurrió en ese
momento usar la radio del vehículo oficial para solicitar ayuda de
emergencia ante lo inminente del ataque. El comandante tenía cin-
cuenta años de edad; Rojas, treinta y cinco, y Fajardo treinta. Salvar la
vida era lo primero. Tampoco desenfundaron sus armas de cargo, lo
que, de cualquier modo, habría sido inútil. Los superaban en número,
en potencia de vehículos y, con mucho, en alcance y calibre de arma-
mento. Frenar o bajarse para hacer frente a sus enemigos no era una
opción. Los iban a matar. Podían distinguir las siluetas de los gatille-
ros que empuñaban sus cuernos de chivo.
Los conductores de las tres camionetas imprimieron todavía más
velocidad. Fue demasiado para la patrulla. Al llegar a la altura de los
lotes de deshuesaderos de autos conocidos como Los Martínez, sobre
la misma carretera Río Hondo-Naucalpan, los agentes quedaron a dis-
tancia de tiro. No tenían escapatoria. Una camioneta se les cerró. Fue
todo. Bueno, casi todo. La patrulla recibió por lo menos treinta impac-
tos de bala; el comandante Ledesma, al menos quince, y diez se con-
taron en el cuerpo del escolta Rojas.
Muerto el conductor, la patrulla se estrelló en el acotamiento de
la carretera. Al contrario de su costumbre, los criminales no frenaron
ni se bajaron a rematar a sus víctimas con el tiro de gracia. Fue una es-
pecie de desdén. Los dieron por muertos, así que aceleraron y huye-
ron. Eso le salvó la vida al malherido agente Fajardo, quien alcanzó a
pedir ayuda por la radio. Acudieron policías judiciales del estado, mu-
nicipales, elementos de la ASE y socorristas de la Cruz Roja.
Los asesinos se habían esfumado.
Antes de entrar al quirófano, Fajardo les dijo a los investigadores

179
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 180

que desconocía por qué los atacaron. No obstante, agentes de la Poli-


cía Judicial comentaron con algunos reporteros que, por la forma en
que sucedieron los hechos, los uniformados muertos pudieron haber
tenido algún nexo con sus agresores y que quizá los ejecutaron por no
haber cumplido con algo pactado.

No era nuevo poner en tela de juicio a los policías mexiquenses, so-


bre todo a los de Huixquilucan. Como se recordará, en la calle de
Contabilidad, sin que nadie se percatara, durante la madrugada del
lunes 6 de diciembre de 2004 les fueron a sembrar el cadáver (con
todo y su Volkswagen Passat) del ingeniero Enrique Eduardo Guiller-
mo Salinas de Gortari, hermano del ex presidente Carlos Salinas.
Aparecieron muchas pistas falsas, supuestamente estaban “identifica-
dos los culpables” y desde las altas esferas políticas del gobierno del
Estado de México hubo un amago de sacudir la conciencia nacional.
Al final, nadie supo explicar siquiera por qué el o los asesinos tiraron
el cadáver precisamente allí, ya que la víctima había salido de su casa
en el estado de Morelos.
En la historia de la ejecución de Enrique Salinas hubo un abierto
desafío a una de las familias políticas más poderosas del país, la del ex
presidente Salinas, y el cadáver fue arrojado en la tierra de otra de las
familia priistas más unidas, con mayor poder y más longevas del Mé-
xico posrevolucionario: la del Grupo Atlacomulco.
Las autoridades mexiquenses descubrieron que Enrique Salinas era
víctima de una extorsión por dos millones novecientos mil dólares. El
entonces procurador mexiquense Alfonso Navarrete Prida, ahora di-
putado federal por el distrito que comprende Huixquilucan, se guar-
dó las fuentes de la extorsión, aunque había indicios de que pudieron
ser elementos de la Interpol, a cambio no causarle daño por una su-
puesta investigación que el gobierno francés había ordenado en su con-
tra. Navarrete precisó en una conferencia de prensa el jueves 12 de
mayo de 2005, cuando presentó en la sede de la Procuraduría en To-
luca un avance de las investigaciones: “No lo decimos nosotros, lo se-
ñalan varios testimonios indirectos que dicen que él [Salinas] estaba

180
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 181

siendo extorsionado por agentes federales de Interpol, y desde ese mo-


mento citamos a declarar a personas de la Procuraduría General de la
República, incluso a algunos directores”.
Pues bien, las palabras y las investigaciones de Navarrete no sacu-
dieron a nadie. Nunca pasó nada en el caso de Enrique Salinas, a pe-
sar de los arraigos y del escándalo que duró meses. Sin encontrar ja-
más a los culpables, Navarrete sólo le quitó el móvil político al crimen,
cuando el PRI del Estado de México se encontraba inmerso en un
proceso extraño para imponer como candidato a la gubernatura al
atlacomulquense Enrique Peña Nieto, sobrino y protegido del enton-
ces gobernador Arturo Montiel Rojas.
De acuerdo con señalamientos que tres días antes (el lunes 9) ha-
bía hecho el mismo funcionario —tras un encuentro con Rafael Ma-
cedo de la Concha, procurador general de la República—, tomando
como base el examen del cadáver, las lesiones visibles, la ropa que ves-
tía y la posición del cuerpo, hubo tres conclusiones: la muerte de En-
rique Salinas sucedió en un lugar distinto a la calle donde fue hallado,
ocurrió en el exterior del automóvil en el que lo metieron y se produ-
jo por asfixia causada por un objeto diferente a la bolsa de plástico
amarilla que presentaba.
El asesinato de un personaje de esa envergadura, sospechoso de la-
var dinero, acaparó las miradas de toda la nación, que pudo conocer el
misterioso mundo de los barrios residenciales de Interlomas y sus ve-
cinos en el Estado de México. Los ecos del homicidio y las extrañas
circunstancias de la siembra del cadáver en esa zona llegaron a las on-
das de radio, las pantallas de televisión y las páginas de todos los pe-
riódicos y las revistas que se editan en el país.
Pero nunca nadie más volvió a acordarse de la ejecución de Enri-
que Salinas.
En enero de 2005, los rivales de Peña Nieto —entre ellos el
magnate Carlos Hank Rhon y el ex líder estatal priista Isidro Pastor
Medrano— se habían retirado de la contienda y el PRI lo impuso
como su candidato a la gubernatura. Peña Nieto inició así, ese mis-
mo mes, una silenciosa campaña adelantada en pos de la candidatu-
ra presidencial.

181
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 182

A LERTADOS POR LA DEA


El atractivo de Interlomas va más allá de su cercanía a la Ciudad de
México —en especial, a Polanco, Lomas de Chapultepec y Santa Fe,
las zonas de mayor poder económico en el país— y su plena integra-
ción inmobiliaria y comercial. Ésa es sólo una parte. La otra menos vi-
sible es la autopista de paga La Venta-Chamapa, la cual conectó a
Huixquilucan con las ricas zonas industriales de Naucalpan y Tlalne-
pantla. Además, le abrió una salida carretera rápida hacia la autopista
a Querétaro y, por ende, a todo el norte del país.
Conquistar Huixquilucan, con todo y su barrio residencial de In-
terlomas, es vital para cualquier organización del crimen, pero no es
nada nuevo. Desde mediados de la década de 1990, el extinto capo
Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, vio a Querétaro como la
tierra prometida nacional. En 1996, el jefe máximo del Cártel de Juá-
rez tenía en esa entidad su cuartel general y dividía su tiempo entre la
ciudad capital Querétaro y el centro vacacional de Juriquilla.
El hombre más buscado por el gobierno de Ernesto Zedillo llegó
acompañado de su esposa Marcela y dos hijas de ambos. En esa épo-
ca adquirió cuatro residencias en el exclusivo fraccionamiento Colinas
del Cimatario, “que se intercomunicaban a través de pasadizos y túne-
les”, como documentó el periodista Sergio Arturo Venegas en un tra-
bajo especial para Diario de Querétaro.
Otros capos de altura, como Arturo Beltrán Leyva, Ismael El Mayo
Zambada García, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, seguirían el
ejemplo y se instalarían en Querétaro. La autopista de cuota La Ven-
ta-Chamapa-Lechería dio al crimen organizado el empujón definitivo
para pelear por la zona estratégica que representaba el municipio me-
xiquense de Huixquilucan. Éste ofrecía dos ventajas claras: control de
la zona conurbada mexiquense con el Distrito Federal y la ruta carre-
tera a Querétaro.
Indiscretas, algunas de las mansiones de Huixquilucan se transfor-
maron en pequeñas islas, paraísos temporales en el reino de capos. Su
cercanía con la Ciudad de México hace que el tema de la delincuencia
sea algo más que un testimonio lejano. Y eso no lo ignora el poder eco-

182
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 183

nómico de los narcotraficantes. Vivir al lado del Distrito Federal les


permite tener acceso al mayor mercado consumidor de drogas en Mé-
xico y el de mayor poder económico; además, cuentan con rutas de sa-
lida y distribución y más posibilidades de lavar dinero.
La madrugada del lunes 12 de diciembre de 2005, al año siguien-
te del escándalo por el homicidio de Enrique Salinas, la AFI y fuerzas
especiales del Ejército desmantelaron en Huixquilucan una banda su-
damericana que ocupaba varias casas y había montado un laboratorio
clandestino y familiar para procesar cocaína. El operativo relámpago
inició a las cuatro de la mañana; más de doscientos elementos catearon,
en forma simultánea, una residencia en Huixquilucan y cuatro en Teca-
machalco. En una de estas últimas, la de Fuente Cao número cuatro,
funcionaba el laboratorio clandestino y se almacenaban éter, acetona,
hidróxido de sodio, cloruro de calcio y otros químicos altamente infla-
mables, precursores para procesar cocaína base y metanfetaminas. En el
estacionamiento estaban dos vehículos para trasladar la cocaína proce-
sada. A uno le fueron instalados compartimientos secretos con meca-
nismos automáticos en los costados de la parte trasera, en los que se
ocultaba la droga; para abrirlos, se encendían las luces de los faros y lue-
go se abatía la guantera. Hubo diez detenidos: cinco hombres y cinco
mujeres, con quienes se hallaban tres niños y un bebé.
En las demás residencias fueron capturadas ocho personas más,
casi todas colombianas y venezolanas. Esas otras casas se ubicaban en
Fuente de Cao doce, Fuente Rolland dos, Fuentes de la Concordia se-
senta (en Lomas de Tecamachalco) y Bosques de Yurécuaro seis (en
Bosques de la Herradura. Las autoridades incautaron catorce kilogra-
mos de cocaína, doscientos cincuenta y cinco mil dólares, cuarenta y
cinco mil euros, joyas, armas, diez vehículos, equipo de comunicación
celular y de cómputo.
“El hecho de que sea en una zona residencial implica el nuevo per-
fil que están utilizando muchos narcotraficantes y gente dedicada al
narcomenudeo”, explicó el entonces procurador general de la Repúbli-
ca Daniel Cabeza de Vaca. Con los químicos decomisados, los narco-
traficantes habrían podido procesar doscientos kilogramos de cocaína.
Durante el operativo en las residencias de Tecamachalco y Bosques

183
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 184

de la Herradura, donde se hacían pasar por empresarios, cayeron, en-


tre otros identificados: Juan Carlos Gasca Benítez, Alejandro Chapa-
rro Londoño o Reynaldo Medina Durán, Juan Carlos Laguna Fuen-
tes, Neil Lifeson López y Mauricio Dávalos Guerrero o Víctor Hugo
Sánchez Pardo, como presuntos responsables de narcotráfico en la mo-
dalidad de posesión de cocaína con fines de comercialización.
Para ese tiempo, la DEA había puesto la mira en los desarrollos
residenciales de Huixquilucan. De hecho, en un comunicado que emi-
tió el lunes 11 de junio de 2007, la PGR admitió que el operativo, los
cateos y las detenciones de aquel diciembre de 2005, registrados en la
indagatoria PGR/SIEDO/UEIDCS/043/2006, se habían llevado a cabo
“por una denuncia de la Drug Enforcement Administration (DEA),
en la que señalaba a un grupo de colombianos, auxiliados por mexica-
nos, que se dedicaban al transporte de cocaína y lavado de dinero pro-
ducto del narcotráfico”.
En junio de 2007, el Quinto Tribunal Unitario del Segundo Cir-
cuito, con sede en Toluca, ratificó la sentencia condenatoria de cinco
años de prisión y mil días de multa contra Juan Carlos Gasca Benítez,
uno de los líderes en México del colombiano Cártel del Valle del Nor-
te, que operaba desde al menos 2004 en zonas residenciales mexiquen-
ses de Naucalpan y Huixquilucan, y del Distrito Federal.
Esta célula del Cártel del Valle del Norte era responsable de la dis-
tribución de estupefacientes desde Centroamérica con destino a Estados
Unidos y España; asimismo, de una red de blanqueo de capitales. En su
comunicado, la PGR precisó: “Gasca Benítez pertenecía a una organiza-
ción dedicada a la elaboración de cocaína, que operaba en zonas residen-
ciales del Estado de México; fue detenido el 12 de diciembre de 2005
en la colonia Lomas de Tecamachalco, Huixquilucan, cuando portaba
una maleta con ciento noventa mil dólares americanos”.

A finales de ese mismo 2005, días después del escándalo que estalló por
el narcolaboratorio sudamericano y su red de lavado de dinero en pleno
corazón de la zona residencial más exclusiva del Estado de México, se
hizo público que agentes de la PGR mantenían abierta una investigación

184
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 185

(que por cierto se había empantanado, además de que se guardaba en la


mayor secrecía posible) sobre el secuestro y posterior asesinato de José
Francisco Antón Pérez, director general de la casa de cambio Ribadeo,
hombre buscado por la justicia española e investigado en ese momento
por la de Estados Unidos. Su cadáver apareció en el interior un automó-
vil abandonado en las calles de Huixquilucan. El tema salió a la luz pú-
blica cuando, a partir del 21 de noviembre de ese año y hasta finales de
abril de 2006, el periodista Rolando Herrera publicó una serie de infor-
maciones sobre el caso. En mayo de 2006 el tema también acaparó la
atención de algunas agencias internacionales de noticias.
Según la DEA y la policía ibérica, Antón estaba involucrado en la-
vado de dinero proveniente del narcotráfico. Hasta antes de su desapa-
rición, Antón se había conducido con discreción, aunque conocía to-
das las formas posibles de blanqueo. Como en el caso de Enrique
Salinas, fue un misterio por qué sus verdugos decidieron tirar el cadá-
ver en Huixquilucan, con toda la vigilancia de primer mundo que hay
allí. Antón se convirtió momentáneamente en protagonista de la his-
toria criminal del Estado de México porque, otra vez, los delincuentes
lograron burlar a la policía.
Y, también como en el de Salinas, este caso no era cualquiera…
De acuerdo con documentos de la Corte Federal de Distrito en San
Diego, California, contra el Union Bank, Antón Pérez sirvió como
prestanombres a narcotraficantes colombianos del Cártel del Valle y
fue fundamental en el engranaje de una sofisticada maquinaria “para
lavar millones de dólares de ganancias de la droga a través de sus cuen-
tas del UBOC o Union Bank of California en Estados Unidos, trian-
gulando recursos con la casa de cambio Ribadeo, que antes se llamó
Intercontinental”. Las autoridades juidiciales de Estados Unidos ha-
bían iniciado una investigación desde finales de 2004. En mayo de
2005 dieron a conocer que también estaban invlucrados los hermanos
colombianos Ricardo Mauricio y Juan Manuel Bernal Palacios.
Para los investigadores de aquel país, este caso tuvo uno de sus de-
senlaces más importantes en febrero de 2006: “El tráfico de drogas y
el lavado de dinero (de esa célula colombo-mexicana) terminaron [ese
febrero] cuando fueron acusados formalmente en el Distrito Sur de

185
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 186

Florida, Miami”, establecen los documentos de la corte. El 30 mayo de


2008, un juez estadounidense condenó a prisión a los dos hermanos
sudamericanos, tras declararse culpables de lavado de dinero. Ricardo
Mauricio fue sentenciado a diecisiete años de cárcel, y Juan Manuel, a
once. El otro socio colombiano y cabecilla del grupo, Camilo Andrés
Ortiz Echeverri, recibió una condena de ocho años y nueve meses.
Pese al hermetismo y al misterio del crimen de Antón en Huixqui-
lucan o la siembra del cadáver (delito también), el caso volvió a reve-
lar la cara sucia de un municipio convertido en la zona dorada del Es-
tado de México. Entre 2002 y 2006, los colombianos lavaron dinero
en Estados Unidos con el propósito de promover redes de distribución
de cocaína que operaban en Colombia, México y Europa. La conspi-
ración incluía el uso de casas de cambio mexicanas y el mercado negro
de Colombia para transferir el dinero obtenido de la venta de drogas
desde Europa a México y de este país a los traficantes en Sudamérica.
Los acusados fueron capturados el jueves 2 de marzo de 2006 por las
autoridades en Bogotá y luego extraditados a Estados Unidos.
Los departamentos del Tesoro y de Justicia norteamericanos, así
como el principal organismo de lucha contra el narcotráfico, la DEA,
documentaron que, a través de Ribadeo, se lavaron al menos trescien-
tos millones de dólares —procedentes del comercio de cocaína— en
bancos estadounidenses en apenas cuatro años. Cuando se confesaron
culpables en el juicio que se les siguió en Miami, los hermanos Bernal
Palacios confirmaron que usaban la casa de cambio Ribadeo para
triangular recursos a bancos estadounidenses y de allí transferir el di-
nero a cuentas en Colombia.
El viernes 30 mayo de 2008, cuando los delincuentes colombia-
nos fueron condenados, Antón ya estaba muerto y el fugaz protago-
nismo de la banda criminal en la que se insertó estaba también por pa-
sar al olvido. Sin embargo, el 22 noviembre de 2005, el periodista
Rolando Herrera había publicado en el diario Reforma una parte de la
intrigante historia del millonario Antón, vecino del Distrito Federal,
pero en realidad un viajero frecuente en busca de capitales para blan-
quear: “El mexicano Francisco José Antón Pérez, sobre quien España
giró (en junio) una orden de localización internacional por su presun-

186
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 187

ta implicación en una red de lavado de dinero, fue asesinado en octu-


bre pasado. […] Su cuerpo fue encontrado en el interior de un auto-
móvil abandonado en el municipio de Huixquilucan. […] Tenía al me-
nos tres balazos, las manos en la espalda atadas con una corbata y la
cabeza cubierta con una bolsa negra de polietileno. […] Se le acusa de
estar vinculado con una red de mexicanos que en España logró lavar
cerca de tres mil millones de pesos. […] De acuerdo con el Ministe-
rio del Interior español, se le transfirieron fondos depositados en aquel
país a las cuentas de los mexicanos Guillermo Francisco Ocaña y de
los hermanos Miguel David y Carlos Alberto Arce Herrera, también
buscados por la Interpol. […] Antón fungía como director general de
una casa de cambio. […] Con este negocio, contaba con poderes para
otorgar, suscribir, avalar y negociar con títulos de crédito en nombre
de la sociedad. […] De acuerdo con la versión que dieron sus familia-
res al Ministerio Público cuando fueron a reclamar el cuerpo, Antón
Pérez presuntamente fue secuestrado el 10 de octubre. […] Su cadá-
ver apareció cinco días después sin que se recibiera llamada solicitan-
do algún tipo de rescate”.
El 26 de enero de 2006, la PGR y el Ejército catearon instalacio-
nes de Ribadeo en la colonia Del Valle de la Ciudad de México. Un
mes después, el 24 de febrero, la Secretaría de Hacienda le revocó la
autorización “para organizarse y operar como casa de cambio. […]
Quedará incapacitada para realizar sus operaciones y se pondrá en es-
tado de disolución y liquidación”.
En las piezas que se unieron quedó muy clara la relación de An-
tón con los narcotraficantes colombianos, la triangulación para lavar
decenas de millones de dólares y decenas de millones de euros, pero en
el aire se esparcieron, hasta perderse, los móviles del crimen y la rela-
ción que tenía con Huixquilucan.

L UJO Y GOURMET PARA OTROS

La mayoría de los habitantes de Huixquilucan viven en la pobreza. Y


en las laderas de sus cerros pelones, donde trepan caseríos perdidos

187
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 188

y colonias irregulares con servicios públicos precarios, esa pobreza cala


aún más. Nada ha cambiado para ellos desde aquel mediodía del do-
mingo 14 de agosto de 1994, cuando los grupos Frisa y Funtanet
inauguraron el campo de golf Lomas Country Club, en el cual, se in-
formó, se invirtieron cincuenta millones de dólares, en una extensión
de ciento cincuenta hectáreas. A su alrededor se construirían mil cua-
trocientas cincuenta exclusivas residencias para el nivel triple A.
Tampoco ayudó a los pobres de Huixquilucan que un día de1962
se fraccionaran los terrenos de la hacienda y rancho ganadero La He-
rradura, propiedad del extinto presidente Manuel Ávila Camacho —el
hombre que a través de la corrupción y la intolerancia cambió los des-
tinos políticos del Estado de México en 1942, imponiendo en la gu-
bernatura al diplomático Isidro Fabela—. Con ello se puso en marcha
la construcción de un paraíso terrenal, porque así se vendió, que se co-
nocería más adelante como fraccionamiento residencial La Herradura
y que dio origen al primer boom inmobiliario de ciudades amuralladas
en aquella apacible zona.
Las crónicas de esa época rezan: “Para ese tiempo (en los años de
1960), la esposa del general y su familia radicaban en un enorme te-
rreno en el que había un rancho ganadero y una lujosa residencia, com-
puesta por tres hermosas edificaciones. Todas amuebladas y adornadas
espléndidamente con muebles finos italianos y franceses, cuadros y es-
culturas, porcelanas y platerías, vajillas y candiles componían la resi-
dencia de los Ávila Camacho. Tan grande era la propiedad que tiempo
después fue convertida en un fraccionamiento que lleva el mismo
nombre del rancho de los Ávila Camacho. El matrimonio conservó
más de cinco mil metros de jardín. Además, el lujoso hogar de don
Manuel y de doña Soledad estaba dotado de una biblioteca con libros
de la disciplina militar. El general, aquel hombre que había sido llama-
do el presidente caballero, falleció en su rancho el 13 de octubre de 1955.
Sus restos reposan en el rancho La Herradura”.
Visto así, Ávila Camacho le heredó al Estado de México no sólo
una clase política a la que encumbró en 1942 tras el asesinato del go-
bernador Alfredo Zárate Albarrán, cuya autoría intelectual se le atri-
buye, sino su más exclusivo barrio residencial. A estas alturas es difícil

188
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 189

saber cómo se hizo el general de esa extensión de terreno, pero no pa-


rece aventurado advertir que formó parte del pago por llevar a la guber-
natura a Isidro Fabela, darle manga ancha para que éste impusiera
como sucesor a su sobrino Alfredo del Mazo Vélez e imprimiera for-
ma e imagen a un grupo político disperso.
En aquella década de 1960 se consolidaron en territorio mexi-
quense las islas de seguridad. Por ejemplo, en Metepec cobró forma el
exclusivo y amurallado Club de Golf San Carlos, separado de la cabe-
cera municipal por una barda perimetral de varios kilómetros y al me-
nos tres metros de altura.
Volviendo a agosto de 1994, Gaspar Rivera Torres-Fernández, pre-
sidente de la constructora de ciudades Frisa, y Pablo Funtanet Martí,
presidente del grupo que llevaba su apellido, estaban satisfechos. El
campo de golf Lomas Country Club debía ser uno de los mejores y más
grandes del mundo. Para eso se habían invertido los cincuenta millones
de dólares. Así se hacía realidad el sueño caprichoso que, según se cuen-
ta, Funtanet alimentó a principios de la década de 1990 a fin de sem-
brar e impulsar en suelo mexiquense un desarrollo del primer nivel en
el que, de entrada, por lo menos eso se anunció ese mes, se invertirían
seiscientos millones de dólares. Fue en ese año cuando se decidió reac-
tivar y rescatar a un moribundo Centro Comercial Interlomas.
El diseño del campo de golf se encargó a Mark Mahannah Com-
pany, de Charles Mahannah, que para entonces tenía en su haber el de-
sarrollo de unos sesenta campos. El aspecto urbanístico se confió al
mexicano Fernando Green Castillo, quien aquel día señaló que las
obras viales del campo, las cuales requirieron una parte sustancial de
la inversión, no tenían parangón.
Al campo de golf seguiría, el 7 de diciembre de 2002, la inaugu-
ración de la Casa Club sobre doce mil metros cuadrados: la semilla de
lo que en el futuro serían —con cuestionamientos, atraso en obra, acu-
saciones, un posterior rescate bancario y la suma de nuevos socios para
reencauzar el proyecto— Bosque Real y Lomas Country Club, el pri-
mero concebido para convertirse, con sus quinientas setenta y cinco
hectáreas, en el mayor desarrollo residencial de América Latina.
El problema de la seguridad pública se resolvió de inmediato, aun-

189
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 190

que mantener la convivencia pacífica tiene sus costos: “Cada año (por
citar uno), el fraccionamiento Lomas Country Club de Huixquilucan
—donde viven unas novecientas familias— invierte más de nueve mi-
llones de pesos en protección. Incluye pago de nómina de sesenta ele-
mentos. Es el único residencial con un centro de monitoreo y más de
doce cámaras de videovigilancia, además de elementos de las policías
estatal, municipal y seguridad privada para monitoreo en el interior del
centro”, de acuerdo con informes publicados en la revista especializa-
da Seguridad en América.
Lo que pasa dentro de los barrios lujosos de Interlomas es secre-
to. Circular por sus vialidades internas —exclusivas para los habitan-
tes de los desarrollos residenciales— es imposible. Por eso llama la
atención la siembra de cadáveres o la instalación de narcolaboratorios.
Fuentes de Las Lomas, por ejemplo, es un desarrollo “totalmente
amurallado con vigilancia las veinticuatro horas del día”, promociona-
do como “el lugar más exclusivo de México a nivel internacional”, con
un extenso y “hermoso lago artificial, cascadas (privadas) y una isla
con alberca y su snack bar”, además de doscientos mil metros cuadrados
de áreas verdes y una piscina semiolímpica de veinticinco metros y cin-
co carriles. Destacan su gimnasio top of the line y su “salón inglés para
socializar”. Por si fuera poco, los desarrolladores inmobiliarios tam-
bién presumen de Interlomas sus villas italianas de setecientos cin-
cuenta metros cuadrados, “totalmente amuralladas, brindándole los
servicios que se tienen a nivel de primer mundo, aunado a la plusvalía
que se tiene al vivir aquí”.
Por cierto, una residencia “con seguridad máxima, cuatro recáma-
ras, cinco y medio baños, estudio, cuarto de juegos y cochera para seis
automóviles”, en ochocientos treinta y siete metros de construcción,
tiene un valor promedio de un millón novecientos mil dólares.
Según la ubicación o el fraccionamiento residencial, se puede en-
contrar vivienda por un millón seiscientos mil dólares. O una más
sencilla, de tres recámaras y tres y medio baños, respetando la coche-
ra para seis automóviles, por un millón de dólares. O un departamen-
to por quinientos noventa mil dólares. En abril de 2004, Jaime Enrí-
quez Félix, vecino de la zona y presidente del consejo del PRD del

190
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 191

Estado de México, observó: “Aquí [en Interlomas] viven los más ri-
cos del país”.
Y tenía razón. En ese entonces, los dieciocho fraccionamientos re-
sidenciales de Interlomas —hoy son treinta y uno— albergaban a unas
cincuenta mil personas. En aquel abril de 2004, Rebeca Jiménez Jacin-
to escribió en El Universal: “Junto a Interlomas ha crecido un Manhat-
tan con cerca de setenta edificios de veinte pisos cada uno; los depar-
tamentos se ofrecen (en preventa) por doscientos mil dólares en una
zona donde se concentran las mejores agencias de autos, tiendas de ar-
tículos de lujo y restaurantes de comida internacional. […] La zona se
está convirtiendo en el Tlatelolco de los ricos, donde la extensión pro-
medio de los departamentos es de trescientos metros cuadrados a un
costo cercano a cinco millones de pesos, en edificios con gimnasio, al-
berca cubierta, salón de fiestas y canchas de paddle y tenis. […] Huix-
quilucan es un municipio lleno de contrastes con tres zonas distintas:
la residencial con una población de alto poder adquisitivo; la rural, lle-
na de tradiciones con cientos de habitantes que viven en condiciones
de alta marginación, y las colonias populares, que crecen en la anarquía
y sin servicios públicos básicos. Uno de los mayores atractivos de Bos-
que Real, desarrollo inmobiliario de Carlos Peralta, Pablo Funtanet y
el grupo Frisa de Gaspar Rivera Torres, son sus tres y medio millones
de metros cuadrados de áreas verdes, más que la primera sección de
Chapultepec, que cuenta apenas con doscientas cincuenta hectáreas”.
Y en la exclusividad en la que el sentido común es el mejor dota-
do para la sospecha, desde hace varios años convergen narcotraficantes
sudamericanos, el Cártel de Sinaloa, y sicarios de La Barbie. A partir de
2008, en puntos estratégicos merodean comandos, narcomenudistas y
cobradores de La Familia Michoacana, Los Pelones y Los Zetas. La
violencia se ha vuelto rutinaria. Aun así, como argumento inverosímil
de una mala telenovela mexicana, el paisaje se transforma y hace a un
lado el flagelo del narcotráfico.
Huixquilucan es como muchos otros pueblos de la geografía me-
xiquense: histórico de las guerras de Independencia a la Revolución.
Antes, perteneció a la provincia tributaria de Cuahuacán y fue asiento
de las culturas otomí, nahuatlaca, tepaneca y matlatzinca. Desde 1585

191
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 192

tiene su parroquia secular, gracias a curas jesuitas y al interés personal


de Hernán Cortés. Pero hoy, al igual que muchos otros mexiquenses,
es un municipio pobre con gente pobre. Interlomas es, sencillamente,
de otro nivel. No tiene nada que ver con la historia, aunque, coinci-
dente e irónicamente, juega un papel que en ciertos aspectos hace re-
cordar pasajes de la Colonia.
Durante esa época se presentó en Huixquilucan “la separación de
capas sociales bien determinadas: una llamada de racionales. Eran
blancos y mestizos que ocupaban las mejores casas alrededor de la pla-
za y de la iglesia, buenos comerciantes y dueños de grandes extensiones
de tierra. Y, la otra esfera, la numerosa capa de indios, quienes vivían
fuera del poblado central y desempeñaban las labores más pesadas”,
como se documentó en una “semblanza histórica-económica de cada
municipio” que mandó editar y publicar el efímero y extinto goberna-
dor Mario Ramón Beteta Monsalve.
Hoy, en Huixquilucan aplica lo que alguna vez concluyeron los in-
vestigadores Christof Parnreiter, Karin Fischer, Johannes Jaeger y Pe-
tra Kohler en su estudio Convergencia y Divergencia del Desarrollo Metropoli-
tano y Globalización en la Ciudad de México y Santiago de Chile: “Ricos y
pobres se encuentran mezclados en espacios geográficos cada vez más
pequeños”, pero los primeros aumentan sus esfuerzos de separarse de
los otros, mantener distancia.
Junto con Coacalco, Huixquilucan parece el municipio mexiquen-
se con más policías cooptados por las organizaciones del crimen orga-
nizado y, en especial, algunos de los capos más sanguinarios, como Éd-
gar Valdez Villarreal, mejor conocido por sus alias de La Barbie o La
Muñeca Güera. Por ende, las contradicciones son más evidentes: mien-
tras se le considera el municipio ideal para vivir, los narcotraficantes lo
hacen cada día más inseguro y peligroso.
En La Herradura, un enorme fraccionamiento residencial, uno de
los más caros y exclusivos, no existen las calles públicas, sino sólo al-
gunos ejes viales transitables para todos pero que no permiten el acce-
so a ninguna colonia del lugar. El Centro Comercial Interlomas posee
restaurantes de comidas exóticas y boutiques inaccesibles para la ma-
yoría. Pero nadie se extraña de ello, ni de que las principales señaliza-

192
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 193

ciones públicas sólo den nombres de los fraccionamientos que confor-


man este enorme embudo de riquezas.
La ostentación, los desembolsos privados en seguridad, la circu-
lación de automóviles caros —Volvo, Mercedes-Benz, Audi,
BMW…—, especialmente las camionetas de lujo que cada día se em-
pezaron a notar más, dieron un nuevo orden al tejido urbano. La ca-
pacidad adquisitiva del capital que llegó a Interlomas fue como un
gran imán. Ello se refleja en sus setenta y siete edificios que, con al-
turas que van de los cincuenta a los ciento veinte metros, se recortan
deslumbrantes entre los cielos: símbolo de exclusividad y prosperidad
económica.
Para satisfacer la filosofía culinaria de sus habitantes y su disposi-
ción a comprar, llegó un nuevo concepto de mercado: el de City Mar-
ket. Si el mercado es el mejor lugar para conocer la cultura de un pue-
blo, City Market no es la excepción. De los placeres sensoriales y del
nuevo destino culinario in town dieron cuenta puntual periodistas de la
Ciudad de México como Kenya Ramírez, Rebeca Jiménez Jacinto,
Eréndira Espinosa o Arturo Ortiz Mayén. El día en que se hizo pú-
blica la noticia de la apertura de City Market hubo un gran revuelo.
Controladora Comercial Mexicana sorprendió en marzo de 2006
con City Market (CM) y su cultura gastronómica delicatessen. Los már-
moles de importación en los estrambóticos complejos residenciales
abrieron la puerta al lujo gastronómico. La muestra de la comida inu-
sual la dieron cada una de las notas, las crónicas o los reportajes que
escribieron los periodistas mencionados.
Se demostró que el dinero sí lleva a la felicidad, por lo menos la cu-
linaria. Comunes en otras partes del mundo, se hicieron familiares la car-
ne de canguro, jabalí o búfalo, los jugos de trufa o el caviar. El mercado
de novedad llegó con comida gourmet para llevar, congelada al alto va-
cío y consistente en más de doscientos platillos diferentes, un buffet gas-
tronómico de primer nivel: crema de queso brie, magret de pato, un buen
filete de cocodrilo, lomo de venado, langosta en salsa de frijol…
En su primera etapa City Market esperaba recibir a treinta y cin-
co mil clientes al mes. El pronóstico se cumplió y se superó. El nego-
cio va bien.

193
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 194

Si bien es cierto que se puede adquirir ahí la canasta básica a pre-


cios regulares de Comercial Mexicana, también lo es que se puede lle-
var un cuarto de queso azul por novecientos pesos, una botella de Vega
Sicilia (cosecha 1999) por ocho mil trescientos veintisiete pesos, o una
cosecha 2004 de Pétrus Pomerol (calificado como uno de los vinos
más apreciados y caros del mundo) por treinta y cuatro mil quinien-
tos pesos. Para el paladar de la otra población de Huixquilucan quedó
la feria de la nutritiva y deliciosa carne de conejo, y del pulque, la re-
conocida bebida de los dioses, como se promocionan cada mes de
marzo en la cabecera municipal.
Convertido el nuevo mercado en una visita obligada, aquel día
quedó claro que este suburbio es diferente. Ni en el Distrito Federal
había un City Market. Quedó claro que Interlomas goza de una prós-
pera actividad comercial y que es la zona del buen vivir. En una cróni-
ca que escribió para Diario Monitor, Ortiz Mayén asimiló el placer: “En
un país con más de la mitad de su población sumida en la pobreza ya
hay un supermercado donde se venden pescados, mariscos, carnes y
frutas desconocidos para muchos y cuyos nombres quizá nunca lle-
guen a escuchar. […] Es la cara buena de la moneda, la realidad inme-
jorable de un pequeño sector social”.
Los ricos asentados en Huixquilucan no han llenado páginas de
sociales de los diarios, pero lo han hecho las tiendas departamentales,
los magnocentros o los supermercados que se han acercado a su zona
para exhibir la otra visión del progreso mexiquense, los resultados de
la globalización o, como escribió Ortiz Mayén, “el sueño americano
en territorio mexiquense. […] Chocolates finos, quesos, langostas y
hasta jugos orgánicos son apenas algunos productos gourmet. Este su-
permercado, que se precia de tener bajo un mismo techo una amplia
gama de productos de la mejor calidad, es la punta de lanza de Grupo
Comercial Mexicana que apuesta a un sector social alto. […] ‘Tene-
mos platillos de más de veinticinco países y le garantizo que el sabor,
después de que lo caliente en el microondas, será igual a que si se lo
sirvieran en un restaurante’, dijo una de las chefs, quien hizo estudios
en Estados Unidos. […] Todos los alimentos de esta sección cuentan
con una tabla con valores nutricionales. Ensaladas, pastas y jugos na-

194
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 195

turales que si no se venden antes de seis horas son desechados para ga-
rantizar la frescura del producto”.
Una nota que apareció en la revista Chilango ofreció otro panorama
con la nueva realidad de una pequeña tentación de manjares y una ex-
periencia gastronómica global: “La experiencia gourmet está en jaque:
todo el romanticismo de comprar la fruta fresca de los mercados (y
distinguir el olor real de los productos) o comprar productos de cali-
dad artesanal en pequeñas tiendas de ultramarinos finos como La
Truffe o el Dumas Gourmet se enfrenta a la nueva y ambiciosa pro-
puesta de City Market. Un modelo de supermercado (en proporciones
y oferta) que reúne en un solo espacio toda una gama de productos
gastronómicos que pueden interesar lo mismo a un cocinero profesio-
nal que a las amas de casa”.
Sí: acá nada tiene que ver con el “nuevo mercado de los peces”,
como es conocido el Nuevo San Lázaro, los antojitos del mercado de
Coyoacán, el pozole, los quesos y las carnes frías del mercado de San
Juan, la fruta o la verdura fresca de La Merced o los tamales colom-
bianos en el mercado de Medellín. El pescado fresco de La Viga es una
historia que quedó atrás. Las aguas de sabores se han cambiado por
una Perrier refreshingly unique, de perfecta composición para satisfacer el
paladar.
En la modernidad y la globalización nada une a la “güerita” con
el “marchante”, pero la degustación de Ortiz Mayén en esta especie de
pequeño paraíso, donde se puede pensar en comer hasta reventar, es es-
pecial, va más allá de las carnes de venado o de codorniz, cuando prue-
ba “el feijoo o el kiwiano, que luego compiten con lácteos entre los que
destacan quesos provolone, mozzarella, marble, gorgonzola, y en otra área
los cafés colombiano, etiope y africano para llevar. […] La apuesta por
la comodidad en este súper es evidente desde la llegada. […] La ma-
yoría de los clientes son mujeres, algunas acuden incluso con sus hijos
en carriolas; son lugareñas de Huixquilucan que viajan en camionetas
familiares y que han escuchado lo nice. […] Algunos son jóvenes que
tras recorrer los pisos superiores donde están los cines, cafés y las tien-
das entran al supermercado en una suerte de curiosidad. […] Otros
más, como Karla, de veintisiete años, recién casada y vecina de La He-

195
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 196

rradura, se han convertido en clientes habituales del lugar, pues asegu-


ra que ya era tiempo de que en México hubiera un mall a la altura de
la ciudad. […] ‘En Estados Unidos este concepto existe desde hace
mucho y me parece fabuloso que ahora lo tengamos aquí a la mano
porque no tienes que ir a diferentes lugares para comprar los produc-
tos que regularmente no encuentras en uno solo.’ […] Para otros, so-
bre todo aquellos que trabajan en la zona y decidieron darse una vuel-
ta por el lugar, los precios son muy altos y ni pensar en llevar un
platillo gourmet para calentar en el microondas. […] City Market re-
presentó una inversión de ochenta y cinco millones de pesos”.

L LUVIA DE PLOMO

Por las calles y avenidas privadas de los barrios residenciales de Interlo-


mas no circulan autos compactos. Sólo camiones repartidores y camio-
netas de lujo conducidas en la mayoría de los casos por choferes par-
ticulares. Como se señaló líneas antes, es imposible entrar a cualquiera
de estos desarrollos habitacionales si no se vive allí o se visita a alguien.
Es territorio restringido, del que sólo se puede adivinar algo gracias a
las enormes casas que sobresalen de sus bardas periféricas, custodiadas
por guardias de seguridad privada equipada, vestidos con trajes sastre
que los hace ver incómodos, ridículos, caricaturas de sí mismos.
Aquí viven y conviven sin contratiempos algunos de los más ricos
del país, que no tienen necesidad de la miscelánea de la esquina ni de
autos de segunda mano, porque allí confluyen los más grandes trusts del
mundo, desde los que fabrican helados hasta los que diseñan aeronaves.
Por contraste en la zona pobre del municipio las construcciones
están en obra negra y han invadido los montes, las barrancas y las ca-
ñadas. Las distancias con los ricos son insalvables. La bonanza de és-
tos no se puede esconder. Los precios, prohibitivos para la clase me-
dia, sirven como filtro para el tipo de habitantes de aquellos lugares:
distinguidos, adinerados. Lomas de Tecamachalco, donde radica el ex
alcalde David Korenfeld Federman, titular de la Secretaría del Agua en
el gabinete de Peña Nieto, e Interlomas cierran el círculo de elite.

196
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 197

Fuera de esas murallas que pocos pueden cruzar, la tranquilidad


del municipio es muy relativa. A las siete y media de la tarde del vier-
nes 29 de enero de 2010, dos jóvenes mujeres fueron acribilladas den-
tro de la camioneta BMW negra en la que circulaban por una calle de
la colonia Jesús del Monte. Una de ellas era la turista brasileña Polilt
Melo Merida, de veinticuatro años de edad, que murió de inmediato.
Su acompañante, Alejandra Mesa Rodríguez, de dieciocho años, resul-
tó con heridas graves y fue internada en un hospital.
La camioneta recibió quince impactos de calibre .380. Agentes del
Ministerio Público, peritos e investigadores de la PGJEM llegaron al
lugar para levantar el cadáver y recabar elementos que pudieran ayudar
a identificar a los responsables del crimen.
El tema fue retomado por el Diario de Quintana Roo porque la BMW
de Polit Melo circulaba con las placas 2469-TLM de aquella entidad.
No obstante, el reportero Adrián González Calderón documentó que
eran sobrepuestas y falsas. “No están registradas en las bases de infor-
mación de la Secretaría de Hacienda ni en la Dirección de Tránsito de
Quintana Roo y tampoco se pueden hallar en el programa de seguri-
dad Plataforma México. […] Entre las hipótesis sobre este hecho hay
que incluir al menos una, relacionada con el narcotráfico. Policías fe-
derales asignados a la zona sur de Quintana Roo explicaron que la nu-
meración de estas placas no corresponde a esta región, porque inicia
con número y finaliza con letras, además de que la terminación TLM
es común en el Estado de México y en la zona fronteriza con Estados
Unidos. […] Los oficiales dijeron que cada vez es más común hallar
placas falsas en coches utilizados para actos ilícitos como el trasiego
de drogas y el tráfico de indocumentados. […] Personal de la delega-
ción de la PGR en Cancún ya investiga y, aunque no cuenta con infor-
mación sobre la lujosa unidad, ya ha obtenido algunos datos no ofi-
ciales en los que se indica que la hoy occisa vivía durante temporadas
en este polo turístico. […] En dichas indagatorias surgió la sospecha
de que era parte de una banda dedicada al tráfico de indocumentados,
principalmente de origen cubano, aunque en los últimos meses se supo
del arribo de grupos de brasileños, principalmente mujeres que eran
empleadas como meseras o bailarinas. […] Agentes federales informa-

197
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 198

ron que en el sistema de Clave Única de Registro de Población apare-


cen tres mujeres con el nombre de Alejandra Mesa”.
El sueño de la tranquilidad que se vive en los exclusivos fracciona-
mientos también aparece como un mito colosal: informaciones contra-
dictorias surgen por día, pero siempre emerge una realidad asociada a
palabras elementales como narcotráfico, capos, ejecuciones sumarias
selectivas, tráfico de armas y corrupción policial.
Si se analiza con detenimiento, hay una suma general: a las diez y
media de la noche del martes 27 de mayo de 2008, agentes de la po-
licía estatal fueron alertados sobre la presencia de tres sospechosos que
estaban a bordo de una camioneta Durango blanca con placas 206-
VHT, estacionada en la calle de Club de Golf casi esquina con Viali-
dad de la Barranca, en el fraccionamiento Lomas Country Club.
La historia se escribió de la siguiente manera: una llamada telefó-
nica de alerta parecía rutinaria y hasta exagerada, pero por tratarse de
la zona en la que estaban, una de las más exclusivas de Interlomas y
donde se supone que no circula ningún automóvil sin autorización, fue
enviada una partida de policías estatales —cincuenta, en quince patru-
llas— para iniciar una investigación o un operativo de inspección.
La llegada fue inesperada; los quince vehículos policiales rodea-
ron a la Durango. Los policías estatales estaban listos para evitar sor-
presas. En ese momento, en una unidad de la policía municipal de
Huixquilucan (la H0600) se presentó el jefe del Sector IV, el coman-
dante Fremiot Ramírez Cervantes, para interceder por los sospecho-
sos, argumentando que él mismo se había encargado de revisar el ve-
hículo, al chofer, al acompañante de éste —que viajaba en el asiento
del copiloto— y a un tercer pasajero que se hallaba en la parte trase-
ra de la camioneta.
La importancia del operativo se reflejó en un oficio enviado al día
siguiente por el gobierno mexiquense a la SIEDO en la avenida Refor-
ma del Distrito Federal, firmado por los oficiales Eliseo Nava Rodrí-
guez, jefe de servicios del Cuarto Agrupamiento (Interlomas); Iván
Alcántara Juan, jefe de servicios del Quinto Agrupamiento (Tecama-
chalco), y Elías Álvarez Vizuet, jefe de turno “B” del Quinto Agrupa-
miento (también de Tecamachalco).

198
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 199

La noche de ese martes, algo extraño, además del comportamien-


to de Fremiot Ramírez, alertó a los agentes estatales, quienes tomaron
una decisión: dominar a los tres sospechosos y al policía municipal.
“Se rompió el cristal (de la camioneta) y se hizo uso de la fuerza físi-
ca para someterlos, para no darles tiempo a que accionaran sus armas
en contra de nosotros, ya que se estaban resistiendo a abrir el vehícu-
lo.” En la parte delantera los agentes inventariaron dos fusiles AK-47,
uno de culata plegable horizontal, y en el asiento trasero encontraron
una escuadra Beretta calibre nueve milímetros, así como tres libretas
(una oficio y dos francesas) con anotaciones, chalecos blindados y ra-
dios de comunicación.
Al someter al comandante de la policía municipal de Huixquilucan,
los agentes estatales se llevaron una sorpresa: descubrieron en la patru-
lla, entre otros, “una pistola escuadra Smith & Wesson calibre nueve
milímetros; una ametralladora calibre nueve milímetros israelita; dos
cargadores para arma de fuego calibre nueve milímetros; otros dos car-
gadores para ametralladora Uzzi, noventa y ocho cartuchos calibre nue-
ve milímetros y cuatro cargadores para armas de fuego calibre 5.56”.
Los proyectiles de estas últimas, con una penetración altísima, no son
recomendados en combate urbano en un rango corto. Son de las llama-
das “matapolicías”.
La marihuana de la patrulla municipal también fue reportada al
Ministerio Público federal, pero, comparada con el pequeño arsenal
del comandante Fremiot, pasó a segundo término.
Nervioso, atrapado con las manos en la masa, uno de los tripulan-
tes de la Durango (el sinaloense Ignacio Sánchez López) confesó que
residían en un edificio de tres pisos en la calle Fernando Quiroz 84,
departamento trescientos cuatro, colonia Palo Solo, también en Huix-
quilucan —justo a tres cuadradas del bar Nuevo Atardecer, donde la
madrugada del domingo anterior tres pistoleros se habían enfrentado
a policías estatales tras ejecutar a una persona. En el enfrentamiento
murió un elemento de la ASE. Fremiot, se supo de inmediato, prote-
gía a los pistoleros, quienes formaban parte de una célula de los her-
manos Beltrán Leyva.
Algunos detalles del enfrentamiento del domingo 25 de mayo en el

199
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 200

Nuevo Atardecer se filtraron a la prensa un día después de la captura


de los tres presuntos narcotraficantes y el jefe policial de Huixquilucan:
la noche del sábado El Azteca, El Chelas y El Domi salieron a divertirse, a
tomarse unas cervezas “a un bar aquí a Palo Solo. El Chelas se picudeó con
un civil que lo hirió de un navajazo al interior del bar. El Azteca y El Che-
las se fueron a la casa, sacaron dos armas y regresaron a matar al civil.
Cuando iban saliendo mataron a un agente estatal y parece ser que uno
más está lesionado y los tres supuestamente estaban detenidos”.
Alias aparte, el pleito y el enfrentamiento posterior —en el que se
dispararon rifles de asalto AK-47, AR-15 y fusiles Galil— entre agen-
tes de la policía del estado y los pistoleros a sueldo dejaron un saldo
de dos personas muertas, cinco lesionadas y ocho detenidos. El co-
mandante de la ASE caído era Pablo Enrique Hernández, jefe del ter-
cer agrupamiento.
La versión de fuentes de la policía confirmó que el enfrentamien-
to se reportó al filo de las tres y media de la madrugada y que el pro-
blema había empezado en el interior del bar, ubicado en la esquina de
las calles Palo Solo y Sedesol, en la colonia Federal Burocrática. El pa-
rroquiano baleado se llamaba Carmelino García Barrera.
Una vez que lo mataron, los tres criminales salieron para darse a
la fuga y fue entonces cuando elementos de la ASE que viajaban en
una camioneta tipo pick up (05466) los interceptaron a la altura de las
avenidas del Pueblo y Secretaría del Estado. Agazapados en un mon-
tículo de arena, los sospechosos abrieron fuego. El vehículo de la po-
licía estatal recibió al menos cincuenta disparos, pero Pablo Enrique
alcanzó a solicitar apoyo. Superados en número, se entregaron los pis-
toleros Celestino Barrera Morales, el supuesto homicida; Luis Francis-
co Frías Pascual y Fernando Ismael Cruz Navarro, ambos de veintiséis
años de edad.
Según la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/192/2008, la no-
che del martes 27 de mayo, además de Fremiot —hermano de un co-
mandante de la policía de Huixquilucan— y Sánchez López, a los
otros implicados se les identificó como Juan Manuel Reveles Duarte
(originario de Tijuana) y, también de Sinaloa, Víctor Laurian Valen-
zuela, supuesto elemento en activo de la policía de aquella entidad.

200
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 201

Detenidos ya Juan Manuel, Ignacio y Víctor, el policía Fremiot


Ramírez Cervantes pidió a sus compañeros que dejaran ir a los sospe-
chosos porque se trataba de “gente muy importante”, pero también
fue aprehendido y puesto a disposición del agente del Ministerio Pú-
blico de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delin-
cuencia Organizada.
Los detenidos revelaron la ubicación de otras camionetas guarda-
das en el departamento de Palo Solo, también cargadas con armas y
cartuchos. Al final, en el departamento y los vehículos, el decomiso
impresionó: quince granadas calibre cuarenta, tres lanza granadas
M79, tres pistolas calibre cuarenta milímetros, una subametralladora
calibre nueve, dos escopetas calibre doce, tres fusiles, una pistola cali-
bre treinta y ocho súper bañada en oro, quinientos setenta cartuchos
útiles de distintos calibres, ciento cincuenta balas calibre 5.56, de las
llamadas “matapolicías”, siete rifles de asalto AK-47, chalecos blinda-
dos y radios de comunicación; además, cuatro tabiques de cocaína, de
un kilogramo cada uno. Derivada de la averiguación previa, el juez de-
terminó la medida cautelar por los delitos de delincuencia organizada,
contra la salud y los que resultaran.
El día posterior a la captura se dio a conocer que, en las tres libre-
tas decomisadas, los delincuentes detallaban, en clave, pagos semana-
les que hacían a policías municipales de Naucalpan, Tlalnepantla y
Huixquilucan para proteger a los negros o sicarios y operadores (entre
narcomenudistas, cobradores y lavadores de dinero) del Cártel de Si-
naloa, aparte de sus gastos a detalle en restaurantes, plazas comercia-
les y otros almacenes.

201
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 202

Capítulo VIII
Historia de una masacre

parecía inima-

U
N H O M I C I D I O C O L E C T I VO Y T R Á G I C O
ginable en el estado gobernado por el personaje más adelan-
tado en la carrera presidencial o, como otros lo llaman desde
que empezó su administración el 16 de septiembre de 2005, el joven
líder mundial de Davos que le sigue los pasos a Felipe Calderón e in-
tenta erigirse como su único sucesor. Un acontecimiento atroz de
magnitud histórica podía esperarse en Ciudad Juárez, en alguno de los
municipios de la Tierra Caliente de Guerrero o Michoacán, o en cual-
quier otro lugar. No en el Estado de México.
Sin embargo, circunstancias inevitables en la guerra interna de los
narcotraficantes e imágenes de ensañamiento innecesario se manifesta-
ron en suelo mexiquense el viernes 12 de septiembre de 2008. Ese día,
las organizaciones criminales mostraron por qué estaban convertidas
en un poder real paralelo al gobierno del atlacomulquense Enrique
Peña Nieto… Con severas huellas de tortura, atados de pies y manos,
vendados de los ojos algunos, amordazados, otros con la cara total-
mente cubierta, semidesnudos, todos molidos a golpes y con el tiro de
gracia, veinticuatro cadáveres fueron localizados en la zona boscosa del
parque nacional de La Marquesa, al poniente del Distrito Federal.
La prensa de casi todo el mundo habló sobre la que era una de las
tramas más obscenas y sanguinarias maquinadas por la delincuencia
organizada. Un despacho noticioso de la agencia española EFE infor-
mó: “El macabro hallazgo de veinticuatro hombres asesinados en el
bosque de La Marquesa, cerca de la mayor zona de recreo y merende-
ros al oeste de la capital mexicana, culminó la noche del viernes en el

202
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 203

día más violento del año”. El diario El Nuevo Nicaragua reprodujo una
nota amplia de El País: “Una de las cotidianas escenas de horror en
México, cuerpos salvajemente acribillados por sicarios del narcotráfi-
co. Lo primero que se sospechó es que fueran sicarios de un cártel de
la droga ejecutados por alguna organización rival. Luego se supo que
eran albañiles, pero tampoco ese dato los absolvió de la sospecha.
Ahora, y en virtud de la declaración de un narcotraficante detenido, se
sabe que su muerte fue ordenada por un lugarteniente de uno de los
capos más poderosos de México, Joaquín El Chapo Guzmán”.
Durante semanas, la noticia y la crueldad se esparcieron día tras
día, hasta volverse parte medular de la historia negra del estado más
rico del país: los cuerpos yacían en un paraje conocido como La Loma
de San Pedro Atlapulco —un poblado con menos de cuatro mil habi-
tantes—, en el municipio mexiquense de Ocoyoacac.
La gravedad de la matanza obligó al presidente Felipe Calderón a
convocar, para el sábado 13, a una reunión de emergencia del Gabi-
nete de Seguridad Nacional. Por la desconfianza en las policías mexi-
quenses, el mismo viernes se dio la orden de que la PGR asumiera el
control de las investigaciones y que se desmintieran las primeras y en-
gañosas versiones que ofrecieron los jefes policiacos mexiquenses, entre
ellos el procurador Bazbaz y Germán Garciamoreno, el comisionado
de la ASE.
Calderón ganó la jugada y le dio la vuelta a Peña Nieto. Por eso, el
domingo 14 investigadores de la SIEDO filtraron a la prensa la direc-
ción del domicilio en el que fueron recluidas las víctimas, después del
secuestro masivo, y algunos de los primeros nombres. El gobierno me-
xiquense quedó enredado en sus versiones. Sus peritos se dieron prisa
para aclarar la identidad de los cadáveres y asumir el control de daños.
Atrapado con los dedos en la puerta, Bazbaz reculó y declaró: “Lo im-
portante es identifcarlos. Cuando estén perfectamente identificados se
verán los otros temas”. Garciamoreno siguió el mismo camino: “Son
los más graves hechos que se puedan evidenciar de la delincuencia or-
ganizada. […] La PGR tiene las investigaciones”. Autoridades estatales
reconocieron después que el trabajo de los mexiquenses se limitó a le-
vantar y examinar los cuerpos y elementos balísticos.

203
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 204

Con profundo dolor, los familiares de veintiuna víctimas tuvieron


al menos el consuelo de darles “cristiana sepultura”.
Las imágenes desgarradoras de aquellos deafortunados hombres
fueron una afrenta brutal que obligó a mirar hacia atrás, hacia la otra
realidad del Estado de México, esculpida por la violencia.
Sobre los motivos de la masacre, desde el principio se plantearon
dos hilos conductores: el primero, que se trató de una venganza entre
cárteles rivales del narcotráfico; el segundo, que tuvo que ver con la
construcción de un narcotúnel en la frontera de Baja California en
la que supuestamente habían participado los ejecutados. No obstante,
da la impresión —por lo inexplicable del crimen, del nivel de violen-
cia, porque entre las víctimas había al menos cuatro homosexuales y
porque aún no hay nada claro— de que debió considerarse la posibi-
lidad de que la masacre hubiera sido obra de un escuadrón de la muer-
te, encabezado por policías, que realizaba una especie de limpieza so-
cial por encargo de algún capo.
Y es que, en efecto, en la matanza estuvieron implicados altos
mandos policiales. La batalla por las rutas, la distribución local, la ex-
pansión, el narcomenudeo y los negocios alternos al narcotráfico,
como el secuestro y el tráfico de personas, se hallaba fuera de control,
aunque con la protección policial. La masacre de La Marquesa exhibió
que la sangre derramada por sicarios era más abundante que nunca en
territorio mexiquense.
Los rumores sobre la dimensión del crimen comenzaron a correr
pasado el mediodía de aquel día 12. Y los hubo de toda clase. Se habló
hasta de decapitaciones, lo cual luego se desmintió. El silencio oficial
alimentó las especulaciones. La situación empeoró cuando, sin eviden-
cias, algunos jefes policiacos intentaron desligar al Estado de México de
esa escena macabra e incluso declararon a un grupo de reporteros que
las víctimas habían sido secuestradas en la población de Arcelia, en el
estado de Guerrero, a consecuencia de la guerra entre Los Pelones, si-
carios al servicio de El Chapo Guzmán, y Los Zetas, brazo armado del
Cártel del Golfo, y que los cadáveres habían sido sembrados en La
Marquesa. Los señalamientos se desecharon de inmediato por fantasio-
sos y porque trataban de desviar la atención de un crimen mayor.

204
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 205

Había razones para desconfiar de las versiones oficiales. “Lo úni-


co que tenemos es que todos tienen entre veinte y treinta y cinco años
de edad, corte de pelo militar y vestimenta adecuada a tierra caliente”,
informó el joven procurador mexiquense Alberto Bazbaz, quien pidió
a las autoridades de los estados vecinos de Michoacán y Guerrero, e
incluso de algunos países centroamericanos, informarle si poseían re-
gistros de un número similar de desaparecidos. Todavía insistió Ger-
mán Garciamoreno Ávila, entonces titular de la ASE: “Son de tez mo-
rena, de complexión media, y sus rasgos corresponden a pobladores de
municipios de Tierra Caliente”.
Por alguna extraña razón, los dos funcionarios se olvidaron, o
desconocían en forma abierta y les ganó el clasismo, que municipios
de Tierra Caliente como Luvianos, Tejupilco, Tlatlaya e Ixtapan de la
Sal pertenecen al Estado de México, que desde hace al menos una dé-
cada esas poblaciones fueron invadidas por el narcotráfico y que sus
habitantes, como los de la mayoría de los pueblos mexiquenses, enca-
jan en esa descripción de tez morena y estatura mediana. Sus raíces
son indígenas.
La verdad era otra. Aunque en algunos medios de comunicación la
fecha clave se marcó como la madrugada del 10 de septiembre, la lla-
mada “narcocacería” se puso en marcha entre la noche del lunes 8 y la
madrugada del martes 9 de septiembre en una zona donde son eviden-
tes la pobreza, el hacinamiento y los trabajadores del interior del país
en busca de empleo temporal. El recorrido sería preciso y corto. Las
víctimas, en su mayoría albañiles y jardineros, originarios de los esta-
dos de Puebla, Hidalgo, Oaxaca y Veracruz, serían secuestradas o levan-
tadas en cuartos humildes de una vecindad y de una casa, igualmente
pobre, ubicadas en el municipio de Huixquilucan: en el lote siete man-
zana veintidós en la avenida Jacarandas de la colonia El Olivo, y en el
número veintinueve de la calle Ana Rosa en la colonia San Fernando.
De allí los llevarían a los cuartos de tortura, y después, al sitio donde
serían sacrificados.
Sería ésta la peor matanza colectiva en el registro policial del país
que se haya atribuido a los capos del narcotráfico y a su guerra por el
control del trasiego de drogas. Y sería la muestra de los niveles que al-

205
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 206

canzó la escalada violenta en el gobierno de Peña Nieto. La masacre


de La Marquesa resultó inexplicable y con muchas implicaciones. La
principal: la de los cárteles no es una expedición nueva ni una irrup-
ción en solitario, sino una guerra a muerte por los consumidores y por
el control total de la plaza entre La Familia Michoacana, el Cártel de
Sinaloa, Los Zetas y los hermanos Beltrán Leyva.
El dominio de la zona poniente de la Ciudad de México o puerta
de entrada al Estado de México incluía la compra y el reclutamiento
de altos mandos de la policía del municipio de Huixquilucan, gober-
nado desde 2009 por Alfredo del Mazo Maza.
La matanza sólo fue equiparable a la del lunes 22 de diciembre de
1997 en el campamento Las Abejas del municipio de Chenalhó, en la
selva lacandona de Chiapas, cuando un comando paramilitar priista
asesinó y descuartizó a cuarenta y cinco personas que oraban en una
ermita. Se recordó el caso no tanto porque tuvo connotaciones políti-
cas enmarcadas en una guerra gubernamental de exterminio contra el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), sino porque el se-
cretario de Gobernación del presidente Ernesto Zedillo y, por lo tan-
to, el responsable de mantener la paz interna en todo el país era en ese
momento el ex gobernador mexiquense Emilio Chuayffet, actual dipu-
tado federal por Atlacomulco —aunque él sea toluqueño—, el pueblo
natal de Peña Nieto.
Asesinatos por encargo, por venganza o por cobro de deudas en
Ecatepec, Ciudad Nezahualcóyotl, Coacalco, Luvianos o Metepec
quedaron ensombrecidos para siempre, si bien el estado entero se es-
tremeció leyendo en la prensa o escuchando en la radio y la televisión
noticias de tierras “lejanas” como la del sinaloense Santiago Meza Ló-
pez. Conocido más por su alias de El Pozolero, adquirido en Tijuana,
Baja California, Santiago jamás disparó un arma de fuego, pero desa-
pareció cientos de cuerpos en la guerra de los cárteles.
Bajo las órdenes de Ismael Higuera Guerrero, El Mayén, de Marco
Antonio García Simental, El Cris o El 8-9, y de Teodoro Eduardo Gar-
cía Simental, El Teo, este matón a sueldo, de oficio albañil, disolvió en
ácido a cerca de trescientas víctimas enemigas del Cártel de Tijuana. El
mote de El Pozolero no fue una casualidad; había aprendido a cocinar

206
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 207

“pozole con una pierna de res, la cual puso en una cubeta, le echó un
líquido y se desapareció”.
Después de verter sosa cáustica sobre cadáveres depositados en
tambos, quedaban el líquido, los dientes y las uñas. Ya frío, el conteni-
do se vaciaba en bidones de plástico reforzado. Se llevaban a un lote
baldío, donde se tiraba el líquido, se le agregaba gasolina y se le pren-
día fuego. Así trabajaba, por seiscientos dólares semanales, El Pozolero,
también identificado por sus motes de El Chago, El Chaguito.
Otra historia que se quedó corta en comparación con la masacre
de La Marquesa fue la del jueves 28 de agosto de 2008, cuando a me-
dia tarde dos jóvenes humildes que se dirigían a sus viviendas en la co-
misaría de Chichí Suárez, al oriente de Mérida, capital de Yucatán,
descubrieron once cuerpos sin cabeza, semidesnudos, apilados unos
sobre otros, como costales de papa. Mérida, “la ciudad de la paz”,
nunca había visto antes un crimen parecido. Otro cuerpo decapitado,
de un adolescente de dieciséis años de edad, fue hallado en la zona ga-
nadera de Buctzotz, también cercana a Mérida.
El doble hallazgo recibió todos los calificativos y provocó toda cla-
se de reacciones: “de escena dantesca a estupor, asombro y desconcier-
to” o “hecho extraordinario”, como lo llamó Rolando Zapata, secre-
tario general del gobierno yucateco. La ejecución masiva, advirtieron
periodistas locales, se vinculaba con el narcotráfico y constituía un he-
cho inédito en el estado. Por eso generó alarma. Tres de los cadáveres
estaban esposados y la mayoría presentaba visibles huellas de tortura.
Dos eran de tez morena; los demás, de piel blanca. La edad de las víc-
timas fluctuaba de los veintidós a los treinta y cinco años. Dos eran de
complexión gruesa. La barriga de uno quedó pegada al suelo en posi-
ción “bocabajo, pero sin cabeza, y con un short color negro”.
El drama se vivió de todas las formas posibles: con imágenes de un
mensaje escrito en el que se acusaba al secretario de Seguridad Pública
de Yucatán, Luis Felipe Saiden, de no cumplir acuerdos con organiza-
ciones del crimen organizado. La página de Internet del Diario de Yuca-
tán difundió incluso un video, supuestamente grabado por los autores
materiales del crimen, en el que aparecían, en un salón, siete cabezas or-
denadas en hilera y varios cuerpos, algunos colgados de ganchos; el ro-

207
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 208

tativo explicó que las imágenes fueron tomadas de YouTube, antes de


que este portal las retirara; luego se descubriría que se usó un hacha en
las decapitaciones y que la mayoría de las víctimas estaban relacionadas
con el narcomenudeo en esa entidad.

EL COMIENZO

Con esos escenarios de trasfondo y la lista de los excesos o las peores


matanzas en la historia criminal del narcotráfico —aunque falten
otras, como la del 21 de diciembre de 2008, cuando siete militares y
un ex jefe policial en Guerrero fueron decapitados y abandonados con
dos lacónicos mensajes: “Ésta es una de cal por dos de arena” y “Por
cada uno que me maten les vamos a matar diez”—, la masacre de La
Marquesa dejó constancia de que algo anda mal en el Estado de Mé-
xico y que la entidad está atrapada en las conspiraciones de los capos.
La violencia se expande como pandemia: la barbarie en la ejecu-
ción de las veinticuatro personas en territorio mexiquense, que en los
siguientes meses sumaría otros escándalos mayores, manifestó (docu-
mentada) una conexión real y muy estrecha entre los narcotraficantes
—junto con sus asesinos a sueldo— de los cárteles de La Familia, Los
Zetas y de Sinaloa con policías de los tres niveles de gobierno: federal,
estatal y municipal.
Así pues, como se relató antes, la historia se fraguó la noche del lu-
nes 8 y la madrugada del martes 9 de septiembre de 2008: era preciso
actuar cuando todos dormían. Los secuestradores, en los hechos un es-
cuadrón de la muerte, dijeron ser policías federales que participaban en
un operativo antidrogas. Llegaron con pasamontañas y uniformes ne-
gros (como los de la AFI), empuñando armas de grueso calibre (luego
se supo que eran rifles de asalto, entre ellos AK-47 y AR-15). Irrum-
pieron mentando madres, pateando puertas, rompiendo vidrios, ame-
drentando a los moradores de cada una de las viviendas.
El asalto a la de la familia Zavala Cuecuecha empezó al filo del diez
para las seis de la mañana del día 9: la señora Emilia del Carmen Cue-
cuecha Alcántar lo recuerda porque programaba la alarma de su desper-

208
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 209

tador para que sonara a las seis de la mañana, hora en que a diario to-
dos se levantaban y ella preparaba el desayuno de los hombres de la casa
que salían a trabajar. La familia entera oyó cómo intentaban derribar la
puerta negra de metal a patadas y culatazos. La doblaron a golpes.
Los uniformados tomaron primero un pequeño y estrecho pasillo
desde donde controlaron las dos plantas. Dentro de la vivienda de dos
pisos, los impostores AFI, que no falsos policías, arrojaron al piso
cuantas cosas encontraron a su paso. Algunos vestían traje sastre. Uno
de los uniformados gritó:
—¡Estense quietos y cooperen!
A las mujeres les ordenaron callar y meterse de nueva cuenta en la
cama, con las manos sobre la nuca.
Primero entró un policía de pantalón de mezclilla y chaleco negro.
Portaba un rifle y en el brazo las iniciales AFI. Luego apareció una
persona de traje sastre oscuro, después un policía de elite con casco,
seguido por dos con pasamontañas. A continuación todo fue caos.
Daba lo mismo si eran siete, diez, una docena o más. Nadie se podía
oponer. Cada uno de los falsos agentes federales iba bien armado. El
comando se hizo acompañar por un “delator”, también esposado, que
nadie supo quién fue y si su cuerpo era uno de los tres que permane-
cieron en las planchas de la morgue en calidad de desconocidos.
De él salieron gritos nuevos:
—¡Aquí está, aquí está, es el jefe de la banda! ¡Sí, es él!
Se había equivocado, y reculó:
—Bueno, no es el jefe, pero anda con nosotros.
El señalado era Rubén Zavala Martínez, un hombre moreno, cor-
pulento, de un metro con sesenta y seis centímetros, de pelo entreca-
no, cara redonda, nariz chata, labios gruesos y boca grande, bigote re-
cortado negro, fino. No tuvo tiempo de vestirse. A golpes, puntapiés
y empellones lo sacaron de la casa, lo esposaron también y lo metie-
ron a una camioneta negra en la que ya llevaban otras presas.
Esto fue lo que su esposa Emilia del Carmen declaró al agente del
Ministerio Público. Ló único que le quedó fue el recuerdo de los ojos
color café, las cejas semipobladas, la playera amarilla, el short azul y la
frente espaciosa, bien marcada, de su esposo Rubén, un hombre de

209
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 210

cincuenta años de edad, trabajador (entre chofer y mandadero) de una


empresa de marketing en la colonia Nápoles del Distrito Federal.
Se lo llevaron descalzo. Y a esa hora de la mañana empezó otro cal-
vario para doña Emilia, para su hija Pamela Zavala Cuecuecha y para
su cuñada Rita Flores Chávez: a las siete de la mañana, cuando se re-
pusieron de la sorpresa y del miedo, y dejaron de oír los ruidos que
hacían los hombres armados y los vehículos en los que iba detenido
Rubén, se trasladaron a la Agencia del Ministerio Público en Huixqui-
lucan, pero nadie las tomó en cuenta. No les hicieron caso. Las auto-
ridades estatales se desentendieron.
Después se dirigieron al Ministerio Público federal en Naucalpan,
de donde, literalmente, las botaron “porque no les compete iniciar la
averiguación” y las enviaron a otras oficinas de la PGR, donde tampo-
co les resolvieron nada. Horas pasaron. Fueron de dependencia en de-
pendencia. La búsqueda fue inútil. Las regresaron a Naucalpan y ter-
minaron en la SIEDO.
Más de doce horas se perdieron hasta que las autoridades federa-
les aceptaron tomarle una declaración a doña Emilia y otra a su cuña-
da Rita. Les prometieron investigar. Si las tomaron en cuenta, los re-
sultados no lo indicaron así.

A media cuadra de un módulo abandonado de la policía municipal, en


la colonia El Olivo, se encuentra el lote siete manzana veintidós de Ja-
carandas, una calle en la que es prácticamente imposible la circulación
de vehículos en caravana. Pero allí, en una muy humilde vecindad —de
once cuartuchos de cuatro por cuatro metros cada uno, y sólo un par
de ellos con baño independiente— de tres niveles, donde los inquilinos
pagaban rentas de entre seiscientos y ochocientos pesos mensuales,
empezó a las tres de la mañana del martes 9 de septiembre el operati-
vo para secuestrar a por lo menos una docena de hombres, entre los que
había trabajadores de la construcción y dos jardineros. Nadie sabe con
precisión cuántas personas habitaban en cada cuarto porque el propie-
tario admitía hasta seis por cada uno —eso permitía a los humildes in-
quilinos, aunque vivieran hacinados, prorratear el alquiler, según infor-

210
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 211

mes del administrador de la vivienda (Óscar Barco Barco) asentados en


la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/302/2008—.
A los falsos agentes federales les tomó una hora amarrar, formar y
amontonar a sus víctimas en al menos dos camionetas. Los sacaron a
la calle casi encuerados, a rastras y a patadas a algunos, a otros a cula-
tazos. Todos estaban durmiendo cuando llegaron por ellos. Se los lle-
varon en calzoncillos y descalzos. Los hicieron caminar media cuadra,
hasta donde se hallaban las camionetas para su traslado.
Sin saberlo, habían sido sometidos a un juicio sumario. Por eso su
resistencia era inútil. De los levantados en nueve de los once cuartos de
la vecindad, Barco Barco, administrador y hermano del propietario, re-
conoció a ocho en su comparecencia ante el Ministerio Público Fede-
ral: “Francisco Mauricio, una de las personas que me pagaba la renta.
Se dedicaba a la albañilería y lo sé porque iba a mi negocio (una pe-
queña tienda de abarrotes) a comprar despensa. Y cuando llegaba, lle-
vaba la ropa llena de mezcla, cemento o cal. Me comentó alguna vez
que su hermano llegaría para llevárselo a trabajar a Estados Unidos.
Era uno de los pocos que vivían solos”.
Francisco Mauricio desconocía que sus sueños jamás se harían rea-
lidad porque alguien, sin saberlo él, lo había condenado a muerte. Nue-
ve cuartos eran alquilados por albañiles de Puebla, Veracruz e Hidalgo.
La mayoría trabajaba en obras cercanas de los fraccionamientos resi-
denciales de Interlomas o en la vecina colonia Vista Hermosa, en la de-
legación Cuajimalpa del Distrito Federal, donde también se construyen
condominios residenciales.
Luego Óscar Barco sorprendió a los investigadores cuando preci-
só sobre otros tres de sus inquilinos —declaraciones que se perdieron
para siempre en las fojas del voluminoso expediente—: “Vivían con
los homosexuales y también llegaban a la tienda sucios o manchados
de mezcla. Y del otro desconozco su nombre, pero iba a mi tienda a
comprar los abarrotes. Y los fines de semana se vestía con ropas de
mujer, pero también llegaba sucio con manchas de mezcla o cal, por lo
que pienso que era albañil”.
Las palabras de Barco se referían a La Santa, un homosexual de en-
tre veinte y veinticinco años de edad. Desde 2006, ese hombre flaco,

211
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 212

buena persona, medio-alto, de pelo negro muy lacio, moreno claro, de


ojos rasgados y negros, nariz recta y parlanchín ocupaba el primer
cuarto subiendo los escalones de la vecindad. La Santa vivía con un
compañero más joven que él, al que un día los inquilinos descubrieron
allí, haciendo trabajos de albañilería, y se quedó a vivir en pareja, has-
ta aquella madrugada en que lo levantaron con La Santa para llevarlos a
la muerte.
Desde esa madrugada tampoco se volvió a saber nada de la Chaquis
—por aquello de las imitaciones y el parecido con la cantante Shaki-
ra—, un albañil que, en casa, siempre vistió su falda negra y que en las
semanas anteriores al secuestro no podía caminar por un accidente de
trabajo. A su compañero Andrés, otro albañil, no se le vio más. La San-
ta y La Chaquis siempre contaron con la aprobación de sus vecinos
“porque nunca se metían con nadie”. Se les consideraba “personas
tranquilas y muy trabajadoras”. En la vecindad nadie los molestaba, ni
ellos a nadie. Su vida era privada.
A pesar de la saña con la que mataron a todos los secuestrados, ha-
bía una especie de consenso entre los vecinos: “Eran personas agrada-
bles, pueblerinas, trabajadoras”. Tenían plena confianza en ellos. En
otras palabras, “eran buenos y silenciosos vecinos que nunca dieron
problemas”.
Aquella madrugada, los comandos de la muerte levantaron casi
todo lo que se movía, incluidos el soldado raso Salomón López Gon-
zález, originario de Puebla, y los dos jardineros mencionados, paisanos
suyos: Leobardo Cortés Vélez y su hermano Marcelino, quienes esta-
ban a días de conseguir un empleo formal y permanente en una em-
presa de la construcción. Lo tenían prometido. Y la promesa llegó de
su jefa, la arquitecta. Justo el viernes 12 de septiembre debían entregar
los primeros documentos para iniciar los trámites de contratación. En
medio de la recesión, se sentían afortunados. También eran muy dili-
gentes, por lo que su trabajo era bien valorado.
Por eso, uno de los inquilinos de las humildes viviendas contiguas
a la vecindad se sorprendió con el operativo: “Escuché ruidos, pero
creí que era la televisión. Me asomé por la ventana. Parecían federales,
altos y corpulentos, vestidos de negro, con chamarras de la AFI, arma-

212
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 213

dos todos. Llegaron mentando madres. Dejaron una o dos camionetas


a media cuadra (cerca de la caseta abandonada de policía). Se escucha-
ba cuando rompían los vidrios, pateaban las puertas o botaban las he-
rramientas. Era imposible no escuchar”. No veía motivo para que en
su cuadra hubiera una irrupción de comandos armados. A su esposa y
a sus hijos les pidió no asomarse siquiera a la ventana. Los llevó a la
última de las recámaras al fondo. “Todos nos resguardamos con el te-
mor de que nos tocaran a la puerta.”
Otros de los desaparecidos de la vecindad de Jacarandas fueron los
albañiles Antonio Marcos Hernández, Marcos Hernández Hernández
y Herón Gutiérrez Hernández, originarios del poblado de Xochiati-
pan, en el estado de Hidalgo.
A Luis Guzmán Rodríguez, un jornalero que en agosto de 2008
se despidió de su esposa y de sus padres en el pequeño poblado de Tet-
zilquila, Puebla, como lo hacía cada dos meses, según las necesidades
económicas de la familia y la demanda de mano de obra para la cons-
trucción en la Ciudad de México o la zona limítrofe de la entidad me-
xiquense, también lo levantaron en ese operativo criminal.
La vecindad se convirtió en el blanco principal de la narcocacería.
De allí se llevaron a nueve familiares originarios del pueblo de Xotea-
pan, en el municipio veracruzano de San Andrés Tuxtla: Pedro Chigo
Sinta, Avelino Seba Polito, Santos Chigo Sinta, Melitón Temich Ma-
chucho, Santos Sinta Polito, Ángel Sinta Polito, Abraham Sinta Te-
mich, Eladio Sinta Escribano y Juan Carlos Seba Seba.
Isabel Álamo Mendoza se levantaba muy temprano todos los días.
A las seis y media de la mañana o antes ya estaba lista para servir el de-
sayuno a sus hijos, salir deprisa, dejarlos en la escuela e ir a trabajar. Su
rutina era similar de lunes a viernes, según algunos testigos y las decla-
raciones que rindió ante el Ministerio Público de la federación. Con el
tiempo hacía milagros. Ella, como todos los habitantes en la zona, te-
nía muy claro que vivía en una colonia pobre de Huixquilucan.
Antes de las seis de la mañana del martes 9 de septiembre, Isabel
y sus tres hijos ya estaban listos para salir. A los cuatro los había des-
pertado el operativo especial del escuadrón de la muerte. Tuvieron
suerte. A ella sólo le preguntaron si había un hombre mayor con ella

213
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 214

en su pequeño cuarto, a lo que respondió que no. La dejaron y no la


volvieron a molestar.
Pasó un rato antes de que intentara abrir la puerta de su humilde
vivienda y se atreviera a salir para empezar con su rutina. Pero lo hizo
porque escuchó que alguien tocó a la puerta de la vecindad. Su venta-
na daba a la calle. Vio una patrulla municipal estacionada al frente y a
un grupo de policías, entre seis y ocho, de Huixquilucan. Le hacían se-
ñas, pidiéndole que abriera, y así lo hizo.
Los agentes municipales, que no eran impostores, entraron a la ve-
cindad. Los cuartos (todos, excepto el que ocupaban Isabel y sus hi-
jos) estaban vacíos. La mayoría tenían la puerta abierta o rota. Estu-
vieron allí alrededor de media hora. Le pidieron no tocar nada. “Fue
cuando me di cuenta que las puertas —unas de lámina, otras de herre-
ría y algunas de madera de los otros cuartos— estaban rotas. Los vi-
drios también estaban rotos. Llevé a mis hijos a la escuela y me fui a
trabajar. Regresé después de las nueve de la noche, mis vecinos ya no
estaban. No los volví a ver más. Nadie regresó”. La policía de Huix-
quilucan tampoco.
Todavía es un misterio el número exacto de personas secuestradas
entre la noche del 8 y la madrugada del 9 de septiembre. El enigma se
complica más porque algunos testigos todavía reportaron levantones du-
rante la madrugada del miércoles 10 de septiembre. En un punto hay
acuerdo: en las horas posteriores al secuestro, las víctimas no salieron
de Huixquilucan. Todas fueron recluidas a unos cuantos kilómetros,
en dos residencias del exclusivo fraccionamiento Jardines de la Herra-
dura, ambas sobre Paseo de la Herradura, pero la principal era la del
número ciento setenta y ocho, a unos kilómetros de la avenida Jacaran-
das y de la calle Ana Rosa.
El primer domicilio de dos plantas servía también como casa de
seguridad y laboratorio clandestino para procesar drogas sintéticas
para la célula de los hermanos Beltrán Leyva que comanda el matón
Édgar Valdez Villarreal, La Barbie. Cuando lo catearon el 20 de octu-
bre, con una orden del Juzgado Tercero de Distrito en materia penal
con residencia en Naucalpan, peritos en balística, fotografía, química,
ingeniería, criminalística y arquitectura todavía encontraron trozos de

214
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 215

cinta canela con cabello humano, así como manchas de sangre (que no
resistieron una prueba simple de luminol) en la alfombra y en las pa-
redes de varias habitaciones.
El cateo, en el que intervinieron dos agentes del Ministerio Públi-
co y una veintena de policías e investigadores federales, se prolongó du-
rante casi diez horas. En este inmueble, cuya cochera medía al menos
ocho metros de largo por ocho de ancho, se localizaron refractarios con
residuos de cocaína, químicos base para la elaboración de drogas, ade-
más de éter sulfúrico, amoniaco y bicarbonato, recibos telefónicos, sar-
tenes también con residuos de droga, básculas “grameras”, ollas de do-
ble asa para cocinar cocaína en piedra, cuatro pares de botas de tipo
militar, una playera azul con la insignia de la AFI, una chamarra y cal-
cetines con manchas de sangre, además de una máquina contadora de
billetes, seis casquillos de cartuchos percutidos y varios juegos de pla-
cas de circulación vehicular.
La bodega se improvisó en el cuarto de lavado. Además de los quí-
micos, el calentador y el lavadero, los peritos recogieron de allí al me-
nos seis casquillos percutidos calibre .223 milímetros y cocaína. En un
anexo, un cuarto de tres por dos metros, los secuestradores adaptaron
una habitación de tortura. La prueba de luminol mostró que las man-
chas en la pared y en el piso eran sangre humana. Y en el piso halla-
ron al menos “un trozo de madera” manchado de sangre.
La conclusión fue simple en este amargo episodio: a los cautivos los
molieron a palos. Les querían quitar la vida lentamente quebrándoles
los huesos y reventándoles el corazón. La sangre, una mancha tras otra
en los pisos o en la alfombra, y los mechones de pelo arrancado a las
víctimas llevaron a casi todas las recámaras. No hubo clemencia para
ninguno. Los narcotraficantes favorecían la propagación del terror.
Fue una orgía de horror. Los tenían de pie, atados de manos, con
los ojos vendados, amordazados con cinta canela, con los pies amarra-
dos, pegados a la pared. En un baño contiguo, de cuatro por dos me-
tros, los narcotraficantes armaron su laboratorio clandestino: el día del
cateo, los peritos encontraron allí dentro los trastes para cocinar, quími-
cos esenciales y una “prensa metálica hidráulica”, que servía para dar
el último acabado a los tabiques de cocaína.

215
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 216

Las recámaras y el cuarto anexo al del lavado no fueron todo. En


el amplio jardín, los peritos localizaron una escalera en descenso que
conducía hacia un subterráneo: el pasaje a las amplias canchas de squash,
donde fueron retenidas otras de las víctimas. Por eso, “en virtud de las
evidencias localizadas en el inmueble, referentes a manchas hemáticas,
casquillos y residuos de narcóticos, se procede a decretar el asegura-
miento del mismo, toda vez que es utilizado como instrumento de deli-
to y hay la posibilidad, incluso, de ser adquirido como producto de las
ganancias de actividades ilícitas, relacionadas con el narcotráfico, ade-
más de ser usadas para privar de la libertad y la vida a personas”, con-
cluye el acta circunstanciada de la diligencia de cateo.
Sin embargo, lo que acaparó la atención de algunos investigadores
en el primer domicilio, porque la encontraron en una especie de ante-
sala apenas cedió la puerta principal, encima de una silla y al lado de
un “Árbol de la Vida” llevado desde Metepec, fue la terminal para tar-
jetas de crédito. Si la máquina bancaria tenía algún historial de clien-
tes frecuentes y recientes, ésea es otra cuestión que se sigue en la inves-
tigación criminal.
La segunda narcorresidencia, más una casa habitación, se compo-
nía de cuatro recámaras, estudio, sala, comedor y un amplio jardín que
daba acceso a la casa desde el estacionamiento.
En las habitaciones del número ciento setenta y ocho estuvieron en
cautiverio la mayoría de los secuestrados. Durante dos días, con sus
dos noches, los torturaron.
Por temor, los vecinos no se quejaron de los habitantes de esa re-
sidencia “porque a menudo llegaban autos de lujo y costosas camio-
netas escoltadas por patrullas municipales de Huixquilucan o con es-
coltas federales y porque, además, cuando hacían fiestas se escuchaban
disparos de armas de fuego”.

El miércoles 10 de septiembre, sin cerciorarse si de veras sus víctimas


en cautiverio pertenecían a algún cártel de las drogas, los criminales ra-
tificaron su determinación de matarlas y la zona de la ejecución. Esto
lo supo la PGR con la historia que en los primeros días de octubre les

216
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 217

contó un testigo protegido al que las autoridades federales dieron la


falsa identidad de Claudia.
Por sus años de servicio en la PGJEM, cuyo ingreso se documen-
tó a noviembre de 1994 como investigador de la Policía Judicial, los
puestos que ocupó —titular de la Dirección contra la Delincuencia
Organizada en la PGJEM y director general de Seguridad Pública de
Huixquilucan— y que le abrieron las puertas a las entrañas verdade-
ras del sistema policial mexicano, las declaraciones ministeriales de
Claudia se convertirían en uno de los hilos conductores para exhibir la
descarada y escandalosa corrupción de la policía mexiquense en sus
tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal.
Antes de entrar en acción, todavía en el transcurso del 11 al 13 de
octubre tres agentes federales —identificados por sus apellidos de Zava-
la, Pardo y González— hicieron trabajo de inteligencia con los prime-
ros informes de Claudia y documentaron que a esa residencia llegaban
“vehículos muy lujosos de reciente modelo, con vidrios polarizados” y,
“a las dos y media del día 13, llegaron dos patrullas de la policía mu-
nicipal. Se estacionaron por tres horas frente al domicilio. Luego se mar-
charon, pero regresaban cada treinta minutos. […] Y ninguno de los ve-
cinos se atreve a decirles algo, ya que son unas personas muy agresivas.
[…] Casi todos los fines de semana hacen fiesta. Llegan camionetas de
lujo, sin placas y, por la noche, se escuchan las detonaciones”.
Desdeñado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) la
primera ocasión que intentó contar su versión sobre la matanza y el in-
volucramiento de policías municipales, según contó al Ministerio Pú-
blico federal, Claudia delineó la ruta que la noche del jueves 11 y la ma-
drugada del viernes 12 de septiembre siguió el convoy que transportó
a las veinticuatro víctimas localizadas en el paraje de La Marquesa.
Palabras más, palabras menos, la historia la contó varias veces.
El siguiente relato de lo que ocurrió durante esos días está construi-
do con los testimonios que Claudia —un hombre con olfato, forma-
ción y memoria de policía— ofreció a los agentes del Ministerio Pú-
blico e investigadores adscritos a la SIEDO, según consta en las actas
correspondientes:
“El 10 de septiembre me fui a trabajar a mi oficina del Centro de

217
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 218

Justicia (de la Procuraduría estatal) de San Juan Ixhuatepec, en La Pre-


sa, a las dos y media de la tarde pasé a ver a Jorge Domínguez, de la
Procuraduría del Distrito Federal. Y al salir me fui a Metepec, a mi
casa. Me puse mis pants. Me recosté. Como a los veinte minutos sonó
un radio de los que me había dado Rafael Ramírez Jaimes.”
La primera pregunta se resolvió de inmediato: de cuarenta y seis
años de edad, Ramírez Jaimes era un viejo agente de la Procuraduría
estatal que en 2008 se encontraba ya bien posicionado como jefe del
Grupo de Aprehensiones de la Subprocuraduría de Justicia en Tlalne-
pantla, pero a quien se identificaba como uno de los judiciales que
brindaban protección a organizaciones del crimen organizado en el Es-
tado de México, en la zona limítrofe con el Distrito Federal.
También se supo que tenía un problema: era considerado un cha-
pulín, porque supuestamente brincaba de cártel en cártel. A las siete y
media de la mañana del miércoles 20 de agosto, dos personas tocaron
a la puerta de su casa y cuando abrió, sin saber quiénes eran, le hicie-
ron al menos ocho disparos, con armas calibres .380 y nueve milíme-
tros. Descritos como dos jóvenes de unos veinte años de edad, los vic-
timarios huyeron en un Volkswagen Golf. El comandante fue
internado en la clínica del ISSEMyM de la colonia Vicente Villada,
donde finalmente falleció.
La voz de la llamada de aquel 10 de septiembre a Claudia (en la ra-
dio que le entregó de mano Ramírez Jaimes) era de Antonio Ramírez
Cervantes, comandante de la policía municipal de Huixquilucan.
—¿Qué hace? —preguntó Ramírez.
—Descansando —respondió Claudia.
“Estaban en San Mateo Atenco, querían comprar unos zapatos,
que si los podía guiar. Dije que sí. Fui en mi patrulla, un Focus gris.
Los encontré frente al Palacio Municipal. Iban en una Grand Chero-
kee gris, blindada. Bajó un policía de Huixquilucan a quien conozco
como El Negro Campos Aldana. Me pidió que me subiera a la camio-
neta y que yo manejara. Él se llevó mi patrulla. Me arranqué. En la ca-
mioneta viajaban Raúl, El R, y Antonio Ramírez. Llevaban dos armas
largas, tipo R-15, con cargadores de bola. En la salida a San Mateo de-
jaron mi patrulla. Volvió El Negro. Subió con nosotros.

218
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 219

”Me preguntaron si conocía al director de Seguridad Pública y


Protección Civil de San Mateo [Antonio Careaga Ramírez].
”Lo querían matar porque había llamado al director de Seguridad
Pública de Huixquilucan, Pedro [Jaime] Chávez [Rosales] para pedir-
le que se alineara con La Familia Michoacana. Cuando dije que no lo
conocía, me pidieron que les ubicara la zona porque querían ir a ti-
rarle unos cuerpos. […] Raúl, alias El R, respondió que iban a que-
brar a unos cabrones.” Luego, algunas versiones advirtieron que, en
persona y de frente, Careaga hizo una amenazante súplica a Chávez
Rosales: “Te pido que colabores con La Familia”, y le solicitó “pen-
sarlo bien”.
Cuando finalmente Careaga Ramírez fue detenido el jueves 6 de
noviembre de ese 2008, bajo la averiguación PGR/SIEDO/UEIDCS/302
/308, la SIEDO dio a conocer que el ex funcionario era investigado
por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos de de-
lincuencia organizada. Ante los federales, Careaga aceptó recibir una
ayuda de entre veinte mil y veinticinco mil pesos mensuales de La Fa-
milia. También se le acusó de delincuencia organizada y delitos contra
la salud en su modalidad de colaboración bajo la causa penal 277/08.
El 24 de diciembre se le dictó auto de formal prisión.
El periódico Alfa de Toluca documentó: “Careaga es uno de los
más cercanos colaboradores del presidente municipal Santiago Zepe-
da González, relación que se consolidó desde los tiempos de campa-
ña, cuando trabajó como su asistente y responsable de seguridad per-
sonal. Asumido el poder, Zepeda lo asignó como responsable de su
seguridad personal y luego lo nombró director general de Seguridad
Pública y Protección Civil. Este último cargo lo abandonó por presun-
tas irregularidades administrativas, financieras y operativas en la cor-
poración. Sin embargo, el alcalde lo protegió y envió al área técnica de
su gabinete, donde desempeñaba labores de logística. Según datos pro-
porcionados por la PGR, San Mateo Atenco es uno de los mercados
más grandes en venta de drogas al menudeo y se tienen detectadas por
lo menos doscientas narcotienditas, desde la entrada al municipio y
hasta el recinto municipal, donde se distribuyen diversas drogas de di-
seño, sintéticas y naturales”.

219
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 220

C ONVOY DE LA MUERTE

La historia de la masacre de La Marquesa, del acercamiento de Claudia


con los federales y sus delaciones apenas comenzaba. Los relatos toma-
ron curso. Aquel 10 de septiembre este testigo protegido no regresó a
su casa en la Ciudad Típica de Metepec. Y aunque en la investigación
todavía hay vacíos, existen bases testimoniales para afirmar que estuvo
con El R y su comitiva la noche del jueves 11 de septiembre.
“Nos retiramos de San Mateo. Íbamos por mi patrulla, pero al lle-
gar a donde la habían dejado me pidieron que, mejor, cerrara bien por-
que los acompañaría. Fuimos a Interlomas. Yo manejé en todo mo-
mento, yendo a bordo, en el asiento del copiloto, Raúl, El R, quien
vestía un pantalón azul claro y una playera. Atrás de mí (es decir en los
asientos traseros) viajaban El Negro, el policía municipal de apellidos
Campos Aldana, y Antonio [Ramírez], vestidos de negro.
”Al llegar a la glorieta de Interlomas, a donde está Krispy Kreme,
pasando El Garabato [ese restaurante sobre bulevar Magno Centro que
se especializa en comida internacional], Raúl me pidió doblar a la de-
recha, a donde hay una glorietita y, de ésta, hacia la izquierda. [A par-
tir] de ahí me guiaron hasta Paseos de la Herradura. Llegamos a un
domicilio que está antes de la barranca. Ahí empieza a bajar la carre-
tera. De allí nos metimos a un garage no muy alto —cuyo pesado por-
tón café de unos dos metros de altura por seis de largo [eran ocho],
con el número al lado en hierro forjado, destacaba además de los am-
plios ventanales en la fachada blanca— [que] se abrió automáticamen-
te. Entramos y se cerró. Aún había luz del día.
”Aunque no me invitaron a bajar, me di cuenta que, del lado de-
recho de la camioneta, tenían a tres personas de complexión delgada,
con la vista hacia la pared, sin camisetas, maniatadas, y con una espe-
cie de vendaje hacia la altura de los ojos; era como un masking tape co-
lor plata o metal. [Los detenidos] eran sometidos por dos personas.
Les pegaban.
”Esperé [dentro de la camioneta] como dos horas. En eso se abrió
el garage. Se estacionó, queriéndose meter de reversa, una camioneta
blanca —Mercedes-Benz cerrada, tipo panel, de las conocidas como de

220
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 221

caja seca— como de tres y medio toneladas. Entró con las puertas ce-
rradas. Ya semi-adentro, porque no pudo ingresar completamente por
la altura que tenía, abrieron las puertas de atrás. Poco tiempo después
empezaron a meter a bastante gente dentro de la misma. Lo sé porque
lo vi, vi que debajo de las puertas se metían muchos pies. Se metían a la
caja de la camioneta. No supe cuántos cuerpos eran porque me lo im-
pedían las puertas.
”—Bájese comandante, me dijo Raúl.
”Cuando bajé de la Cherokee, me pidió que manejara la camione-
ta blanca —la misma en la que subieron a los secuestrados—. Había
bastante gente vestida de táctico negro con armas largas. Le dije que
no sabía manejar ese tipo de camionetas.
”—Arrímese a la orilla del asiento, ordenó El R.
” Dijo que me enseñaría.
”En medio de nosotros subió El Negro. En ese momento nos arran-
camos. Frente a nosotros se posicionó una camioneta negra, tipo Ex-
plorer, conducida por Antonio Ramírez Cervantes. Por la radio, El R
le pidió que nos guiara rumbo a La Marquesa, sin pasar por casetas.
Tomamos por Interlomas.”
Y lo hicieron por la zona popular de El Olivo. Rumbo a Huixqui-
lucan hay un camino muy angosto, sinuoso, de muchas curvas, poco
iluminado, que pasa por toda una barranca, no se puede circular a gran
velocidad —y de ese mismo lado, minas de arena, como las de la are-
nera La Estrella, antes de las vías del tren—, pero se evitan la autopis-
ta y las casetas de cobro. Por las noches ofrece un aceptable refugio
contra miradas curiosas. Da al pueblo de Huixquilucan, justo por atrás
de las instalaciones del DIF. Es una vialidad de dos carriles, ida y vuel-
ta, llamada hoy la carretera de la muerte porque por allí llevaron en su úl-
timo recorrido a los veinticuatro condenados. Nunca hay vigilancia.
Es una zona cuya seguridad corresponde a la policía de Huixquilucan,
pero con el comandante Antonio Ramírez escoltando al camión de la
muerte, no había problemas. Nunca llegaría por allí una patrulla, me-
nos un policía a pie.
De allí, la caravana —porque atrás de la camioneta blanca se for-
maron en posición de “estaca” al menos otras dos camionetas en las

221
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 222

que viajaban los hombres de táctico negro, armados, cubiertos con


pasamontañas— tomó rumbo a una carretera federal de dos carriles
(uno de ida y otro de vuelta). En caso de apagar las luces, se transita
a oscuras.
La “estaca” es una formación similar a la de una escuadra del
Ejército. La retomaron y la popularizaron Los Zetas. La explicación
siempre ha sido sencilla: se integra por un vehículo principal tripula-
do por hasta cinco elementos, distribuidos jerárquicamente, con un
copiloto de confianza, escoltado por otras unidades, con la misma
cantidad y distribución de elementos, que tienen capacidad de acción
en armas y movimiento. De presentarse problemas, abren una ruta de
escape al auto en el que viaja el patrón. La “estaca” es responsable de la
logística, aunque también tiene tareas definidas en secuestros y en el
trasiego de drogas. En Tamaulipas, por ejemplo, se conoce como Los
Estacas a una célula del Cártel del Golfo cuya responsabilidad única
es matar.
Claudia hizo un recorrido posterior al crimen, antes de intentar
entregarse a la Sedena y luego ponerse a disposición de la PGR, des-
de la residencia marcada con el número ciento setenta y ocho en Pa-
seo de la Herradura. “Al transitar por esos caminos se pasa por uno
o dos pueblos; de ahí agarra uno con dirección a La Marquesa. Es una
ruta completamente vacía —el camino federal a Chalma, uno de los
templos católicos más concurridos del país, en donde de noche ape-
nas es visible la brecha que usan los peregrinos que pagan mandas en
ese santuario— y se evitan los lugares de vigilancia. Por esos caminos
El R manejó para llegar al sitio a donde se ejecutó” a los veinticuatro
secuestrados.
La noche del 11 y los primeros minutos de la madrugada del 12
de septiembre hubo un momento en que estaban perdidos. Sentado
entre El R y Claudia, El Negro Campos corrigió siempre el camino, aun-
que la unidad guía era la Explorer manejada por el comandante Ramí-
rez. Parecía ser el único en conocer la zona, sus caminos y todos sus
atajos. Los sabía de memoria. Los conductores del convoy de la muer-
te manejaron al menos cuatro horas hacia el sur poniente del Distrito
Federal por caminos de terracería, llenos de curvas y angostas brechas,

222
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 223

para evitar cualquier tipo de vigilancia, revisión policial, poblados, ca-


seríos y rancherías, hasta encontrar la carretera Atlapulco-Xalatlaco,
porque allí quedaron marcadas las rodadas de los neumáticos de algu-
nas de las camionetas, a la altura del kilómetro cuatro, justo en la en-
trada al paraje de La Loma.
Peritos e investigadores adscritos a la PGR observaron en una de
las poco más de cinco mil fojas integradas a la averiguación previa
PGR/SIEDO/UEIDCS/302/08: “Se trata de una carretera debidamente
asfaltada, de aproximadamente siete metros con veinte centímetros de
ancho, de dos carriles de circulación divididos por una línea amarilla
continua, con circulación de oriente a poniente (y viceversa) en forma
descendente hacia el poniente, con cuneta hacia su extremo norte de
un metro con cincuenta centímetros de ancho.
”Sobre el asfalto se encuentra una leyenda ilegible en letras blan-
cas de ciento cuatro centímetros de ancho por veinte de largo. Y otra
con la leyenda de letras poco valorables (casi ilegibles) de un metro con
veinte centímetros de largo por veinte de ancho que señala hacia el
norte.” Esas marcas debió conocerlas bien Campos, quizá el hombre
más allegado a El R, porque se encargó de corregir el camino cuantas
veces erró el guía Ramírez, y llevar hasta ese punto al convoy de la
muerte.
Y justo en ese punto, del lado sur, a doce metros de la carretera
asfaltada, se encuentra un camino de terracería de cuatro metros de an-
cho. Por allí tomaron las camionetas hacia el sur. Las marcas de los
neumáticos todavía eran visibles cuando al menos ciento veinte ele-
mentos de la ASE, con todo y el titular de la corporación, Germán
Garcíamoreno Salgado, y dieciséis agentes de la policía municipal de
Ocoyoacac arribaron al lugar para resguardarlo y esperar a peritos e in-
vestigadores adscritos a la PGR.
La primera impresión de los neumáticos medía once y medio cen-
tímetros de ancho por ochenta de longitud. Las camionetas avanzaron
inicialmente unos cuarenta metros, hasta donde el camino hace una
curva. Luego lo hicieron por otros ochenta metros, hasta donde la
zona presenta un claro —a dos mil novecientos cinco metros sobre el
nivel del mar— de doce metros de largo por ocho metros de ancho.

223
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 224

Hay una precisión lacónica, pero ciertamente técnica, de los peri-


tos: “El terreno presenta las siguientes coordenadas de ubicación: die-
cinueve grados, tres minutos y treinta y dos (punto) seis segundos la-
titud norte y noventa y nueve grados, veintidós minutos y cincuenta
y ocho (punto) ocho segundos longitud oeste. […] A la vista se tie-
nen veinticuatro cadáveres del sexo masculino, de identidad descono-
cida, que presentan signos de muerte real y reciente, rigidez cadavéri-
ca inicial”.
En las horas siguientes, que se convirtieron en días, se confirmó
que todas las víctimas residían en el Estado de México. Veintiuna fue-
ron plenamente identificadas: el oaxaqueño Magdaleno Gaitán; Rubén
Zavala Martínez (cincuenta años), del Distrito Federal; los veracruza-
nos Santos Sinta Polito (veintitrés), Pedro Sinta Polito (veintiocho),
Ángel Sinta Polito (veintidós), Abelino Ceba Polito (veintiocho), Pe-
dro Chigo Sinta (veinticuatro), Santos Chigo Sinta (veintiséis), el me-
nor Abraham Sinta Temich (catorce), Eladio Sinta Escribano (veinti-
trés), Melito Temich Machuchu (treinta) y Juan Carlos Seba Seba
(veintiuno). A ellos se unieron los poblanos Salomón López Gonzá-
lez (veinte), Marcelino Cortés Vélez (treinta y cinco), Leobardo Cor-
tés Vélez (treinta y siete), Luis Guzmán Rodríguez (treinta y cuatro),
Marcelino Cortés Vélez (cuarenta y dos) y Salomón López González
(veintidós), además de los hidalguenses Hernán Gutiérrez Hernández
(treinta y cinco), Marcos Hernández Hernández (veinticuatro) y An-
tonio Marcos Hernández. Tres de las víctimas todavía permanecen en
calidad de desconocidas. Ni siquiera se sabe si también fueron levanta-
dos en la vecindad de Jacarandas y también se desconoce si, en los días
anteriores hubo otros ejecutados.
Nadie notó ni vio el paso de una caravana de cinco camionetas,
pero la gravedad del tema la mostró el periódico Reforma en una nota,
fechada en Huixquilucan, que publicó el 22 de octubre: “Aunque
pagó setenta millones de pesos por un sistema de videovigilancia po-
licial, que está listo para operar, el alcalde Adrián Fuentes mantiene
embodegadas las cuarenta y tres cámaras de video que compró. […]
En mayo de 2007, aseveró que el sistema estaría operando en un mes,
pero no ha sido reinstalado, a pesar de que en la localidad han sido

224
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 225

incautadas tres casas al Cártel de Sinaloa y se han detectado ligas en-


tre policías y narcos. […] ‘Tengo en bodega las cámaras; ya están ins-
taladas las torres, va a haber una red integral, un espectro de comuni-
cación […] no voy a romper un avance’. Uno de los grandes cánceres
en la política es la no continuidad, enfatizó el 5 de mayo de 2007.
[…] Sin embargo, cambió de opinión un mes después, y aseguró que
aunque pretendía instalarlas, en realidad no era una prioridad de su
gobierno”. Más tarde, el priista Adrián Fuentes, un hombre cercano
al senador Manlio Fabio Beltrones, llegaría a una diputación local a
través del PVEM.
Para el 16 de noviembre, el rotativo documentó: “El Estado de
México acumula promesas incumplidas para mejorar la seguridad pú-
blica, mientras que el número de ejecutados casi se triplicó este año
con respecto a 2007. […] La entidad reporta trescientos diecinueve
ejecuciones; en tanto, se registraron ciento once en 2007, con lo cual
se ha convertido en el cuarto estado más violento del país. […] Lue-
go de la masacre de La Marquesa, el gobernador Enrique Peña anun-
ció un reforzamiento de la seguridad con patrullajes del Ejército, so-
bre todo en el valle de México. Sin embargo, la presencia militar no ha
tenido el nivel de los despliegues como en Tijuana o Chihuahua”.
Las cifras oficiales finales mostraron la gravedad: 2008 cerró con
trescientas sesenta y dos ejecuciones —incluidas las de cincuenta y seis
policías—, con el estilo característico de los sicarios al servicio de los
barones de la droga.

225
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 226

Capítulo IX
En nombre del crimen organizado

AÚL, E L R, no impresiona a nadie. Es un hombre bajito, de

R un metro con sesenta centímetros de estatura. A sus cuarenta


y dos años de edad, sobre sus ojos color café sobresalen las ce-
jas pobladas que complementan una frente mediana, boca chica, labios
también medianos y barba siempre como de tres días sin afeitar. Aca-
so, en otro tiempo, destacaba su forma de hablar, porque sus allegados
le entendían poco. Dicen que quería parecer capo sinaloense y que se
esforzaba por ello.
A los agentes federales poco les decía la descripción de un hombre
de esa naturaleza (aunque chaparrito es también El Chapo Guzmán),
propietario de una empresa de seguridad que había tenido tratos y
contratos con la PGR. Esto último era a través de la empresa RAV
Corporación de Alta Seguridad Nacional, cuya sede, según el mismo
R, se hallaba en Ecatepec; se encargaba de custodiar instalaciones de la
PGR en hangares, juzgados y casas de seguridad de al menos dos es-
tados, además de empresas como Tequila Herradura y la constructora
Urbi, que le dejaban un millón trescientos mil pesos mensuales, aun-
que luego, enterado de que sus primeras declaraciones podrían incri-
minarlo en delitos de lavado de dinero porque lícitamente su compa-
ñía no ganaba ese dinero, se retractó, cambió la cantidad y la minimizó
en un millón trescientos mil pesos anuales.
Nada impresionaba a los federales, ni los trescientos hombres que
ese hombre de baja estatura empleaba, parapetados en la fachada legal
de su empresa. Ese hombre que manejaba siempre camionetas de lujo
con blindaje de máxima seguridad y que a todas partes iba con su es-

226
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 227

cuadra siempre al cinto. Eso sí, ninguno de los agentes estaba prepara-
do para lo que les esperaba aquella tarde-noche del 12 de septiembre
cuando llegaron al paraje boscoso de La Loma.
El impacto visual de la escena los horrorizó tanto como a los po-
licías estatales y municipales enviados, primero, a confirmar la denun-
cia que muy temprano hicieron campesinos y jornaleros de la zona so-
bre el hallazgo de al menos veinte hombres ejecutados a balazos; y
luego, a resguardar el área del crimen.
Al cadáver dos lo hallaron “decúbito dorsal con su cara dirigida al
poniente, las manos atadas entrecruzadas. Sobre el tórax le quedó el
miembro pélvico derecho en extensión y hacia el oriente. El izquierdo,
flexionado y hacia el suroriente”. En otras palabras, al cadáver dos lo
encontraron tendido de espalda, de cara al sol. Sobre el pecho le que-
dó la pierna derecha en extensión y hacia el oriente. La izquierda, do-
blada en sentido contrario. Aparte del calzoncillo y un short negros,
usaba una playera gris de manga corta con bordes negros. En el pecho
se distinguía todavía la imagen de dos bates cruzados, con dos bolas
blancas, letras mayúsculas, rojas, en las que sobresalía la palabra “Ari-
zona”. Además de una tortura salvaje, tenía siete orificios de bala. Al
menos tres balazos eran de los llamados “mortales por necesidad”.
Tenía también marcas de golpes en todo el cuerpo, pero sobresa-
lían los que recibió en las nalgas. Le dispararon al pecho, a las pier-
nas... El tiro de gracia que le dieron no hacía falta. El asesino sabía
cómo disparar y a qué punto. Estaba entrenado para matar.
Apenas se veía con claridad porque caía la noche cuando los pe-
ritos e investigadores federales llegaron a dicha zona boscosa de La
Marquesa, no obstante que desde el Distrito Federal el traslado dura
aproximadamente una hora y cuarto.
Seis disparos recibió el cadáver cuatro, el de la playera azul rey con
la palabra Oasis al centro, pantalón de mezclilla azul marca Wrangler
y trusa blanca con vivos de resortes azul marino. Se notaba que en vida
ese hombre había sido muy alto —de al menos un metro con ochen-
ta y dos centímetros de estatura—, corpulento, de tez morena, pelo
castaño, cara oval, cejas semipobladas, boca mediana y labios delgados.
La víctima marcada con el número seis también recibió seis balazos.

227
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 228

Y la ocho, cinco. Luego de contar las marcas y los orificios que presen-
taba cada uno de los veinticuatro cadáveres, los reportes forenses revela-
ron que el asesino realizó los disparos con la misma arma calibre nueve
milímetros. El hallazgo alteró para siempre el mapa criminal del Estado
de México, porque después se sabría que al asesino le tomó entre nueve
y diez minutos, a un ritmo frenético, completar su siniestra tarea.
A pesar de los señalamientos iniciales de los peritos que acudieron
a la zona, pocos dieron crédito a la versión inicial de uno de ellos que
habló de al menos setenta disparos. La información se escondió en
forma deliberada. Luego se manejó en la confidencialidad. Las autori-
dades mexiquenses intentaban ocultar la brutalidad del crimen. Por
eso durante las primeras horas en las que se descubrieron los cuerpos,
y en los días siguientes, se informó que cada víctima recibió sólo un
tiro, el de gracia. La verdad en actas era otra. A partir de la foja cua-
tro mil seiscientos noventa y una del grueso expediente del caso, se
asentaron detallados los informes de cada uno de los médicos foren-
ses que practicaron las autopsias.
“Media filiación: sexo, masculino, de identidad desconocida, de
aproximadamente de veinte a veintidós años. Estatura de un metro se-
senta y cuatro centímetros y complexión delgada. Tez morena, bigote
rasurado. Barba recortada, cabello castaño claro. Mentón oval, nariz
recta base ancha. Ojos café, frente mediana. Cejas pobladas, boca me-
diana y labios medios, sin señas particulares. Presenta las siguientes le-
siones: tres heridas por proyectil de arma de fuego. La primera, con un
orificio de entrada de forma oval, de seis por siete milímetros localiza-
da en la región parietal derecha de la línea media anterior, cinco milí-
metros por arriba del pabellón auricular derecho. […] Con zonas de
ahumamiento y con bordes de orificio invertidos. […] Quemadura
con orificio de salida en región preauricular izquierda.” Así pasó con
cada uno de los cadáveres, hasta que los forenses habían descrito en to-
tal los noventa orificios de bala que presentaban las veinticuatro vícti-
mas de La Marquesa.
Durante el 12 y 13 de septiembre, los agentes trabajaron toda la no-
che. Querían dar cierta tranquilidad a los mexiquense de La Loma de
San Pedro Atlapulco, además de que era necesaria la celeridad porque se

228
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 229

trata de una zona de mucho turismo doméstico. Para habitantes del Dis-
trito Federal y del valle de Toluca es un área de recreo y gran merende-
ro del fin de semana. Y ese día ya era viernes. Sólo un punto parecía cla-
ro: ninguna de las organizaciones criminales buscaba, en el Estado de
México, una salida civilizada a su guerra por el control del mercado. Co-
rrompidos y sometidos mandos policiales, esa guerra era a muerte.
“Fue algo con mucha pero mucha saña, un grupo que quiere dejar
un mensaje muy claro. Puede ser un solo sicario el que los mató, es
algo bastante fuerte, o también que entre varios se pasaron el arma
para ejecutarlos uno a uno, los mataron ahí en el lugar. […] Las inves-
tigaciones revelaron que por lo menos utilizaron tres camionetas para
transportar. […] A ese lugar sólo podía llegar alguien que conocía
bien el lugar”, explicaron autoridades de las procuradurías estatal y
General de la República, así como de la ASE, a reporteros del perió-
dico Reforma para su edición del martes 16 de septiembre de 2008.
Convertido en uno de los cerca de cuatrocientos testigos protegi-
dos de la PGR, Claudia continuó con su relato sobre la llegada al pa-
raje de La Loma y la ejecución múltiple en los primeros minutos de la
madrugada del día 12. Así empezó la matanza en un claro del bosque:
“Raúl le dio la vuelta a la camioneta, como para volver a salir. Ahí, en
una especie de basurero —luego se supo que era una pequeña hondo-
nada—, la detuvo completamente. Apagó las luces, abrió la portezue-
la y bajó. Yo bajé de inmediato. Caminé (en sentido contrario), me salí
de esa especie de basurero. Me encaminé hacia la salida del paraje.
”Al ir caminando escuché el grito de Raúl, El R:
”—Lo voy a hacer yo solo o me van a ayudar.
”A mi lado pasaron como cinco personas vestidas de negro, con
insignias de la AFI y armas largas. Seguí caminando y, a unos sesenta
metros de la camioneta me encontré con Antonio Ramírez.”
Y esas cinco personas, según se desprende de las declaraciones ju-
ramentadas de Claudia, presenciaron las atrocidades.
“—¿Por qué me trajeron? —le pregunté.
”—No pasa nada —respondió el comandante Ramírez.”
Y el comandante fue un poco más allá: “Me respondió que si esta-
ba contra ellos o con ellos. Y en eso se empezaron a escuchar las deto-

229
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 230

naciones de un arma de fuego, detonaciones que siempre fueron con el


mismo sonido y sólo una a la vez. El sonido no era muy fuerte. Era de
un calibre pequeño, o de un arma con silenciador. Las detonaciones se
escucharon por ocho o nueve minutos”.
El asesino había hecho un promedio de nueve o diez disparos por mi-
nuto. Claudia tenía bien desarrollado el sentido práctico de policía, lo que
le permitió grabarse en la mente los mayores detalles posibles. Quizá en-
tendió que su vida cambiaría para siempre a partir de ese momento.
“Se escuchó que encendieron la camioneta. La gente de negro se
había posicionado de ciertos puntos del caminito al paraje, y de otros
que después me di cuenta, como la carretera. Cuando llegó de nuevo
la conducida por Raúl (al punto donde me encontré con Antonio), me
subí otra vez. Me percaté que Raúl le pasaba un arma larga, con silen-
ciador, a El Negro Campos.
”Azul claro, el pantalón de Raúl estaba manchado de puntitos. Se-
guimos avanzando y, casi al llegar a la salida (de la brecha) para incor-
porarse a la carretera, la camioneta blanca se atascó. No la podía sacar.
Fue cuando descubrí que había más vehículos.”
En la caravana vio una pick up y dos camionetas, además de la tipo
Explorer que manejaba Antonio Ramírez, que escoltaban al camión de
la muerte.
“Raúl gritó a los tripulantes de esas tres camionetas que lo empu-
jaran. Se bajaron como seis sujetos. Empujaron hasta que salió la ca-
mioneta blanca, la Mercedes-Benz. Antes, cuando se atascó, las luces
de la pick up, que ya estaba sobre la carretera, le daban directamente (de
frente) a la Mercedes. Se iluminó el interior de la cabina y me pude
percatar que las manchitas en el pantalón de Raúl eran de sangre. Vol-
vimos a tomar el camino por el que llegamos. Un kilómetro adelante,
nos rebasó la Explorer. La seguimos.
”—¿Cómo ve esto, comandante? —soltó la pregunta Raúl—. Esa
gente era de La Familia y me quería chingar —el mismo R se respon-
dió. Ya no medijo nada”, cerró la boca, y se concentró en el volante y
en la carretera.
Desconocidas esas declaraciones que quedaron desde los primeros
días de octubre de 2008 en autos federales y declaraciones ministeria-

230
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 231

les, se formularon otras hipótesis, como la de la ejecución ordenada


por un narcotraficante sinaloense identificado como Román o El Patrón,
porque los albañiles reclamaban pagos por la construcción de un nar-
cotúnel en el estado fronterizo de Baja California, para el servicio de
El Chapo Guzmán.
Con información del grupo Reforma, en la primera semana de di-
ciembre Terra todavía difundió en su portal: “Víctor Hugo Martínez
Rocha, detenido el 18 de octubre en el Distrito Federal, declaró a
agentes de la PGR que un sinaloense identificado como Román o El Pa-
trón, y cuyo nombre verdadero puede ser Marco Tanil Martínez Mén-
dez, fue autor intelectual del crimen. […] Reforma publicó el viernes la
declaración de Martínez Rocha: ‘Todos ellos eran albañiles a quienes
se les contrató para que realizaran los trabajos de construcción de un
túnel en Tijuana y a quienes también se les había encomendado el mis-
mo trabajo en Ciudad Juárez; sin embargo, y derivado de la inconfor-
midad de estas personas por no haber recibido su pago, amenazaron
con denunciar estos hechos, siendo ésta la razón por la cual fueron ejecu-
tados, ejecución en la que no participé, pero sí lo sé por haber escucha-
do la orden. Y dicha orden la dio Román’ ”.
Antes, a finales de septiembre de 2008, Milenio Diario había publi-
cado: “Ni pelones ni zetas ni policías ni sicarios ni narcomenudistas: los
veinticuatro ejecutados de La Marquesa eran albañiles de comunidades
pobres que habían construido un narcotúnel en Mexicali para el Cártel
de Sinaloa, según avances de las indagaciones hechas por la PGR sobre
la matanza ocurrida hace una semana en Ocoyoacac, la mayor que se re-
cuerde en México. […] El pasado 2 de septiembre una operación espe-
cial encabezada por agentes estatales detectó en la capital de Baja Cali-
fornia un túnel clandestino de seis metros de profundidad y ciento
cincuenta de longitud que conectaría con Estados Unidos; la obra me-
día metro y medio de diámetro y contaba con sistemas de iluminación,
ventilación y aire acondicionado, además de elevador. […] La construc-
ción, perfilan las investigaciones, fue hecha por la mayoría de los vein-
ticuatro asesinados. La ejecución colectiva fue en represalia porque al-
gunos habrían revelado ‘los trabajos especiales’ hechos en la frontera
norte en los últimos meses”.

231
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 232

En su edición del domingo 21 de septiembre, la revista Proceso


aportó su versión: “Una de las líneas de la indagatoria, a cargo de la
Procuraduría mexiquense y de la PGR, sostiene que los veinticuatro
ejecutados, dedicados a tareas agrícolas y de albañilería, pudieron es-
tar relacionados con la construcción del llamado narcotúnel de ciento
veinte metros de longitud que fue descubierto el martes 2 en Mexica-
li, Baja California. Testigos de esa obra aseguran que eran decenas los
trabajadores que recibían sus pagos de personajes que traían el rostro
cubierto para no ser identificados. […] Tras el hallazgo del pasadizo,
presuntamente los albañiles y jornaleros fueron enviados a un refugio
para evitar que revelaran datos de los responsables de la obra, quienes
siguen desaparecidos. Las veinticuatro personas asesinadas vivían en
una vecindad de la colonia Los Olivos, en Huixquilucan”.
Sin embargo, hasta hoy no se ha aportado una prueba sólida de
que eran narcomenudistas ni de que hubieran construido algún narco-
túnel en Baja California.
Aquella madrugada del 12 de septiembre, el breve monólogo de
Raúl se perdió en las manchas de su pantalón azul claro. El resto del
viaje de regreso del paraje de La Loma se hizo en silencio. Al llegar al
pueblo de Huixquilucan, El R habló una vez más con Claudia:
“—Bueno, comandante, ahí lo van a llevar los muchachos. Y des-
pués a ver qué hacemos.”
Es difícil saber si a esas alturas Claudia había tomado la decisión
de acercarse a las autoridades federales y cobijarse en la figura de tes-
tigo protegido.
Claudia se bajó de la Mercedes. Antonio, el comandante Ramírez,
se había bajado de la Explorer. El R y Ramírez, acompañados por El
Negro Campos, se perdieron juntos en la camioneta de la muerte.
Claudia subió a la Explorer gris, en el asiento del copiloto. “En el
de atrás había otras dos personas, vestidas de negro.
”—¿A dónde? —preguntó el piloto.
”—A Toluca —respondió Claudia.”
Lo llevaron hasta su patrulla Focus. De allí, él manejó solo a su
casa en Metepec, adonde llegó al diez para las dos de la mañana. Los
cadáveres fueron descubiertos cinco horas después, al filo de las siete,

232
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 233

y a esa hora se recibieron los primeros informes, a modo de rumor, que


hablaban de una veintena de ejecutados en un paraje de La Marquesa.
La confirmación oficial sobre el hallazgo macabro no llegó sino hasta
las ocho de la noche, cuando ya era de conocimiento de todo mundo.
La policía municipal de San Mateo Atenco, por ejemplo, era un her-
videro desde el mediodía de ese viernes 12. Había versiones de que los
criminales iban ahora por el comandante Careaga.
Identificadas veintiuna de las veinticuatro víctimas, trazada la ruta
del convoy de la muerte, sellada y custodiada la vecindad de Jacarandas,
y Claudia a buen resguardo en la PGR, resolver el caso era cuestión de
tiempo. Sólo se requería hilvanar declaraciones con ciertos hechos. Ga-
nada la partida a la Sedena —que no supo o no quiso escuchar ni tuvo
una idea de lo que se guardaba este testigo—, la PGR armó parte del
rompecabezas con las palabras y los señalamientos de Claudia.
“Me pude dar cuenta”, relató, “de que entre Antonio [Ramírez
Cervantes] y El Negro Campos había una rivalidad por ganarse la con-
fianza de El R. Eran su brazo derecho y alguno quería tener el control
del manejo de las finanzas y de los negocios de El R. Dentro de las per-
sonas de seguridad que comandaba Campos, se encontraban todos los
elementos del Grupo Especial de Reacción Inmediata [GERI] de la
policía municipal.
”También había elementos de la Agencia de Seguridad Estatal
[ASE] y otros municipios, además de agentes de corporaciones de se-
guridad privada.”
Claudia entregó nombres, apellidos, alias y apodos a los investiga-
dores federales, que quedaron asentados en actas, como Falti, El Loco, El
Ricki y El Vicki. Sobre estos últimos, dijo el testigo: “[Los] ubico porque
siempre andaban juntos. Las veces que los vi, siempre estaban con El Ne-
gro Campos. Sé que tienen malos antecedentes y hablan de sus relaciones
con los mafiosos. Campos me comentó que en el levantón participó gen-
te de Guerrero, como la del McGyver, siempre dispuesto para apoyar, en
cuestiones de logística, a El R y [al comandante Antonio] Ramírez”.
Claudia fue uno de los testigos que, en la averiguación previa, des-
lizaron el nombre del comandante Falti Hurtado, un alto mando de la
ASE. Luego, el comandante se volvería una especie de fantasma.

233
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 234

S ANGRE FRÍA

Raúl, El R, el chaparrito siempre listo a desenfundar y disparar, y el


comandante Ramírez Cervantes aguantaron la presión de los siguien-
tes días, pero Claudia, un curtido policía que por un tiempo encabe-
zó el área contra el secuestro en la Procuraduría mexiquense, no. Al
otro día, valorada quizá la tragedia en toda su dimensión, se comuni-
có con sus compañeros de la aventura de terror que terminaría con-
virtiéndose en un suceso más, sólo que de alcance mediático mundial,
en la guerra por el control del Estado de México entre el cártel de los
Beltrán Leyva, Los Zetas y La Familia Michoacana.
Aquella tarde Claudia ya vivía con temor. Conocía los alcances y la
naturaleza del crimen. “Riéndose”, refirió, “Antonio me contestó que
me calmara, que no me preocupara, que nada pasaría porque esas co-
sas son así.”
La llamada también le sirvió para interrogar al comandante Ramí-
rez Cervantes sobre la desaparición de un agente estatal de la policía
ministerial asignado al área de Huixquilucan. La respuesta fue clara.
Hasta le pareció una amenaza a su escucha: “No se preocupe, coman-
dante, por ahí aparecerá en el Distrito Federal. Eso le pasa a los que se
les sale el aire”. En efecto, el agente estatal apareció, pero no solo: el
martes 16 de septiembre de 2008, autoridades judiciales de la Ciudad
de México identificaron al segundo de tres ejecutados, cuyos cuerpos
fueron abandonados dentro de una camioneta en Bosques de Las Lo-
mas, delegación Cuajimalpa. Hay elementos para advertir que el agen-
te desaparecido era Andrés Eli Arreguín Arroyo. Los judiciales del
Distrito Federal dieron a conocer que el cadáver portaba una creden-
cial que lo acreditaba como agente de la PGJEM, adscrito a la policía
ministerial en Huixquilucan. El segundo cuerpo pertenecía al de un
hombre identificado sólo como Juan Molina, supuesto elemento de la
ASE. De la tercera víctima no hubo información.
El sábado 20 de septiembre le amaneció más temprano a Claudia.
Algunos de sus conocidos le arreglaron una cita en la Sedena, donde
confesaría y delataría a El R, así como a los policías, y se acogería al
programa de testigos protegidos, de ser posible. Y a sus beneficios.

234
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 235

Según su relato, en la Sedena lo entrevistaron dos oficiales de gra-


do. Les contó algunas cosas porque aquéllos, sintió, fueron agresivos,
intimidantes y no le dieron confianza. Los militares le pidieron hablar
con el general, pero éste no se encontraba. Lo hospedaron una noche
en el hotel del Ejército, en las instalaciones de la misma Sedena, y le
prometieron regresar al día siguiente a las seis de la mañana. Llegaron
dos horas tarde. Al parecer, al general no le interesó la información o
no la creyó. Lo despidieron con la promesa de que tendría noticias del
Ejército en los días siguientes.
El acercamiento con las Fuerzas Armadas se murió en ese momen-
to. Claudia, como consta en sus declaraciones ministeriales, acudió a
personal de la escolta del procurador del Estado de México para con-
fiar parte de su deshonroso y terrible secreto. Por lo menos contó lo
de su visita a la Sedena y el hospedaje en el hotel del Ejército, pero des-
cubrió que ése fue un error de proporciones mayores: con el transcur-
so de los días, el comandante Ramírez Cervantes y Él R se enteraron
de sus esfuerzos por abrir la boca.
“El teniente”, señaló refiriéndose al supuesto escolta del procura-
dor mexiquense, “me dijo que tuviera cuidado, que el Ejército no era
de confiar; días más tarde, entrevistándome a bordo de un Volkswagen
Jetta gris con Antonio [el comandante Ramírez, que en los hechos es-
taba renuente a sostener nuevos encuentros porque la situación se ha-
bía salido de control], me pidió que no me preocupara.”
La foja marcada con el cinco mil seiscientos cuarenta y dos de la
averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/302/208 amplía las delaciones
de Claudia y hasta dónde estaba dispuesto a llegar: “Me dijo que no
había nada, que tenía un amigo comandante en la SIEDO. Marcó por
el radio y preguntó a una persona sobre mi asunto. Terminó la llama-
da. Comentó que el federal era muy amigo de Falti Hurtado [ex direc-
tor general de la policía municipal de Coacalco y, en ese momento, uno
de los altos mandos de la ASE], que lo había cuadrado por cien mil
pesos” mensuales.
Claudia todavía intentó un nuevo acercamiento con El R y con Ra-
mírez Cervantes. Los buscó. “Nos citamos a las siete de la noche del
lunes 6 de octubre en el Burger King de Interlomas. Raúl El R llegó

235
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 236

media hora tarde, a las siete y media, manejaba una Suburban negra,
blindada. Subí en el asiento del copiloto, atrás viajaba otra persona que
bajó frente al Hospital Ángeles de Interlomas. Allí se incorporó An-
tonio y los tres nos cambiamos a una camioneta blanca. Manejó El R,
con Antonio de copiloto.”
A solas, El R soltó un tema que le urgía tratar y le quemaba la gar-
ganta: “Se le acercó el teniente guardaespaldas del procurador” para
comentarle la estadía y la entrevista de Claudia en la Sedena para aco-
gerse a los beneficios del programa de testigos protegidos. Sabía El R
incluso que el viejo policía mexiquense había estado hospedado en el
hotel del Ejército.
La noche de ese día 6 y la madrugada del 7 de octubre, El R y el
comandante Antonio retuvieron a Claudia en la Suburban. Hubo un
largo interrogatorio. “Paseamos por todo Huixquilucan.” A pesar de
las dudas, Claudia fue liberado al filo de las siete de la mañana, según
consta en los expedientes ministeriales, porque El R y el comandante
Antonio desconfiaban del supuesto escolta del procurador.
En la averiguación previa, Claudia hace una precisión y señala que El
R recibió una llamada supuestamente del comandante Falti Hurtado,
quien le daba aviso del operativo especial para capturar a los asesinos
de La Marquesa. Por lo menos, dijo, así se despidió. Por eso era impor-
tante, a partir de ese momento, mantener un perfil bajo y resguardarse
en casa. Los federales ya andaban tras las pistas de los homicidas. Pero
nadie en ese momento se imaginó que el informante de la PGR era una
acompañante del convoy de la muerte. El copiloto de la camioneta que
transportaba la preciada carga.

El R no era un desconocido, ni su carrera criminal una improvisación,


aunque la matanza haya sido un error de primer año atribuida a su es-
píritu carnicero y a su necesidad de aterrorizar. Él lo ignoraba, pero
otros dos testigos protegidos que se guardaban los federales ya le ha-
bían puesto el dedo o lo habían delatado.
El primero fue Paco, un ex integrante de Los Zetas y del Cártel del
Golfo, quien lo asoció a La Familia Michoacana a través de Servando

236
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 237

Gómez, La Tuta, aunque en 2008 El R ya llevaba viviendo por lo me-


nos diez años en una de las exclusivas zonas residenciales de Huixqui-
lucan. Sólo Raúl sabe cuándo y por qué rompió con La Familia y qué
lo atrajo de La Barbie para cambiar de bando y servir a los hermanos
Beltrán Leyva. Intermitentes, eso sí, eran sus estadías en el Estado de
México.
Comisionado al puerto de Lázaro Cárdenas en 2006 por Miguel
Ángel Treviño, el L-40, en junio de ese año Paco terminó en Arteaga,
también en Michoacán, a solicitud —dijo— de Omar Treviño, o L-42,
para negociar un pacto de no agresión entre sicarios de La Familia y la
contraparte del Cártel del Golfo. Paco debía, además, lograr acuerdos
verbales para evitar malos entendidos y enfrentamientos cuando la dro-
ga pasara vía terrestre de Michoacán a Colima.
Para entonces, La Tuta aún estaba por debajo de José de Jesús Mén-
dez Vargas, El Chango Méndez, y de Nazario Moreno González, El Más
Loco o El Doctor, y le encargaban negociaciones de esa naturaleza. Las
rutas terrestres que parten del puerto de Lázaro Cárdenas y Manzani-
llo tienen los siguientes destinos: la primera va de Morelia a San Luis
Potosí, luego a Nuevo León y finalmente al estado de Tamaulipas. La
segunda parte de Manzanillo, se dirige hacia Guanajuato, y luego en-
fila a Chihuahua. Esta misma tiene otra ramal: avanza por Sonora y
termina en Mexicali y Tijuana.
Eso es lo secundario. Por ejemplo, la droga sintética (sobre todo
el ice) puesta en Baja California y Tamaulipas tiene un destino mayor:
del primero a California y del segundo a Atlanta. De allí, el problema
es de las autoridades gringas y de sus consumidores.
Un día de junio de aquel 2006, en Arteaga, Paco y La Tuta acorda-
ron, por fin, una entrevista. El encuentro se daría en un restaurante jus-
to frente a la glorieta principal del pueblo. La Tuta, el michoacano lle-
gó acompañado por uno de sus hombres de confianza, “encargado de
la guarda y protección de La Familia. Era el responsable de vigilar y
evitar intromisiones de extraños en el pueblo y se encargaba de los ope-
rativos contra la contra, como se conocía a sicarios y operadores del
Cártel del Milenio”. Ese hombre de confianza, responsable de la segu-
ridad de La Familia, fue identificado sólo como Raúl, más conocido

237
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 238

por su alias de El Rule, y cuya fotografía coincidía, sin temor a equivo-


caciones, con la de Raúl Villa Ortega, El R.
Antes de que La Tuta y Paco alcanzaran el acuerdo que les encomen-
daron El Más Loco y el L-42, empuñando su AR-15 El Rule se hizo pre-
sente para recordar su guerra personal contra el Cártel del Milenio,
con cuyos sicarios se había enfrentado en Colima y Jalisco.
En septiembre siguiente, Paco tuvo sus primeros acercamientos con
el matón número uno de La Familia. Ambos se pusieron de acuerdo
para coordinar una reunión secreta, en Lázaro Cárdenas, entre los al-
tos mandos de La Familia, Los Zetas y el Cártel del Golfo.
A bordo de su Jetta negro, con pistola al cinto y su inseparable
AR-15, ese día El Rule abrió la boca para confesar que una de sus ta-
reas fundamentales era la seguridad personal de La Tuta. El zeta corres-
pondió: él velaba por la seguridad del L-42, del Wuencho y de El Chicles,
un operador del Cártel del Golfo identificado como Manuel Juárez
Arredondo y quien para esa época fue enviado a tomar el control de
la plaza de Quintana Roo.
La puntilla sobre El R y su paso a matón al servicio de los herma-
nos Beltrán Leyva la dio otro testigo protegido identificado por la PGR
como María Fernanda. “Lo conocí”, aseveró; “era el responsable del Ae-
ropuerto Internacional de la Ciudad de México; es decir, era el encarga-
do de bajar las maletas de cocaína, de cincuenta kilogramos cada una,
procedentes de Venezuela; me lo presentó El Chayán, El Ingeniero o El Indio”,
como era conocido un narcotraficante cuyo nombre se asociaba a Gerar-
do Álvarez Vázquez, personal de confianza de Arturo Beltrán Leyva.
María Fernanda era también un desconocido, pero para entonces, y
de acuerdo con sus declaraciones ministeriales asentadas en la investiga-
ción sobre el multihomicidio de La Marquesa, tenía el mismo cargo que
El R, sólo que al servicio de El Chapo Guzmán. Ya con los beneficios de
testigo protegido, dio al Ministerio Público informes adicionales sobre
las andanzas de El R en la terminal aérea de la Ciudad de México.
“Hace unos tres meses”, precisó, “El R envió dinero al comandan-
te de la Policía Federal encargado de la zona de Cuajimalpa, de clave
alfil o cobra, pero éste lo rechazó porque tenía un acuerdo previo con el
Cártel de Sinaloa.” Más tarde, Raúl y el agente sostuvieron un diálogo

238
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 239

telefónico que terminó en un desastre, sin arreglo y con la palabra po-


licial de regresar el dinero, situación que se cumplió.
En la riña telefónica hubo gritos y amenazas por parte del narcotra-
ficante y matón. En ese momento, ambos tomaron la decisión de no ha-
blar nunca más. Rompieron. “A las dos semanas”, continuó María Fer-
nanda, “Raúl y un grupo de sicarios asesinaron en La Marquesa al
comandante de la Policía Federal con clave alfil o cobra. […] Al siguien-
te día, El R envió un mensaje a Puma, como se conocía al segundo del co-
mandante de Cuajimalpa, para hacerlo entrar en razón. Le dijo que si no
se alineaba le pasaría lo mismo que a su jefe. La respuesta fue la misma:
había un acuerdo previo con el Cártel de Sinaloa […] y El R trabajaba
para los hermanos Beltrán Leyva, que tenían en ese momento una alian-
za con Los Zetas y el Cártel de Juárez, el de Vicente Carrillo Fuentes.”
Y agregó: “Raúl es responsable de la policía municipal de Huix-
quilucan. Y la labor de los elementos de esta corporación es la de los
levantones. Los secuestrados son entregados a El R. Cada víctima de un
levantón —puesta en sus manos— representa cinco mil dólares ameri-
canos. A través de El Chayán [identificado en abril de 2010 como El In-
dio Gerardo Álvarez Vázquez] se reparte dinero en la zona de Chama-
pa, por donde circulan las caravanas con cargamentos de droga de los
hermanos Beltrán Leyva. Raúl y El Chayán ejecutaron [a los campesi-
nos] en La Marquesa. Y realizan estos asesinatos masivos para sembrar
terror entre la gente”.
Esa forma de matar era parte de la estrategia de La Barbie para im-
poner cuotas de protección a comerciantes y empresarios instalados en
municipios como Huixquilucan y el industrial Naucalpan. También,
comentó, se sabía que el delegado de la PGR en el Estado de México,
“de nombre José Manzur Ocaña, era muy corrupto porque lo mismo
aceptaba dinero de los michoacanos que de los sinaloenses o de Artu-
ro Beltrán Leyva”. Al tener a la vista las fotografías que le fueron mos-
tradas, el testigo protegido reconoció a Raúl Villa Ortega. Y María Fer-
nanda hizo una última declaración que asombró a la policía.
Explicaciones más, explicaciones menos, le informó que La Familia
envió un mensaje muy claro para El R y sus matones: “Pobres inocen-
tes a los que mataron, porque ni siquiera trabajaban para nosotros”.

239
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 240

E PÍLOGO
1) Miércoles 8 de octubre de 2008. Agentes federales capturan al em-
presario Raúl Villa Ortega, alias El R o El Rule, y al comandante Anto-
nio Ramírez Cervantes, como autores materiales e intelectuales de la
masacre de La Marquesa. Sobre el primero existían indicios sólidos de
que, en el paraje de La Loma, jaló el gatillo y ejecutó a todas y cada
una de las víctimas secuestradas en Huixquilucan. En cuanto al segun-
do, se conocía que escoltó al convoy de la muerte, además de que coor-
dinó y fue copartícipe activo del levantón de los jornaleros asesinados
por Villa Ortega.
Perdido, El R confesó pronto que formaba parte de una célula me-
xiquense de La Barbie, La Muñeca Güera o El Comandante, como se cono-
ce al matón texano Édgar Valdez Villarreal, jefe de sicarios y escuadro-
nes de la muerte de los hermanos Beltrán Leyva, quienes a principios
de ese año habían roto con El Chapo Guzmán.
Bueno y disciplinado alumno, desconocido hasta ese momento, El R
se sintió capo en serio y se dio vida de barón de la drogas. Sus camione-
tas de lujo con blindaje de máximo nivel y la renta de residencias en ex-
clusivos fraccionamientos daban cuenta de su importancia en la estruc-
tura criminal. Seguía el ejemplo de su jefe y usaba todos los métodos
necesarios para controlar la plaza: aniquilar a narcomenudistas ambulan-
tes y tienditas de cárteles enemigos, desaparecer a los rivales, secuestrar,
torturar y reclutar a policías en activo —municipales, estatales y federa-
les, además de delegados de la PGR; a finales de 2007 y en 2008 tenía
a su servicio a, por lo menos, uno de estos últimos—. También daba pa-
sos sólidos en el lavado de dinero. El terror era su arma.
Aparte de las veinticuatro víctimas de La Marquesa, quedó atrapa-
do en el eco de más muertes porque se le relacionaba con otros homici-
dios cometidos en meses previos. Entre estos crímenes que se le investi-
gaban destacaban los de dos agentes federales y un testigo protegido de
la PGR en La Marquesa (clave este último para derrumbar un narcoim-
perio levantado desde las oficinas estatales de la PGR), tres judiciales es-
tatales, el de Óscar Santana Gil (hermano de un ex regidor de Huixqui-
lucan), un comandante de Coacalco y un decapitado en Tecamachalco.

240
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 241

Si La Barbie tenía en Los Negros su cuerpo de seguridad personal, a


través de generosas sumas de dinero El R se había metido en las entra-
ñas de la delegación de la PGR, así como de las policías estatal y mu-
nicipal. El comandante Ramírez Cervantes era su brazo derecho y El
Negro Campos Aldana, otro policía municipal, su sombra. Con ellos
sembraba muerte y terror. Ramírez incluso daba sus primeros pasos en
el redituable negocio de blanquear dinero del narcotráfico.
Atrapados cuando circulaban sobre el bulevar Magnocentro, de la
colonia San Fernando La Herradura, en Huixquilucan, a bordo de una
camioneta Suburban blindada, a los dos se les responsabilizó de la ma-
tanza del 12 de septiembre. Villa Ortega también fue señalado como
propietario de una empresa de seguridad privada en el municipio me-
xiquense de Ecatepec que servía de pantalla para lavar dinero. Tenía in-
cluso contratos con la PGR. En ese contexto, fuentes de la Procura-
duría mexiquense revelaron que Javier García Carrasco, El Chácharas,
comandante de la policía ministerial, podría no ser el único judicial in-
filtrado por los cárteles de la droga.
2) Días antes, el viernes 3 de octubre, agentes federales arrestaron
a Marco Antonio Alvarado Serrano, comandante de zona de la poli-
cía de Huixquilucan, por su participación activa en el crimen organi-
zado. Y el martes 20 de enero de 2009, el Juzgado Tercero de Distri-
to en Tepic, Nayarit, dentro de la causa penal 04/2009, le dictó auto de
formal prisión como probable responsable de los delitos de delincuen-
cia organizada y contra la salud, en la modalidad de fomento para po-
sibilitar la ejecución de delitos contra la salud, respecto del estupefa-
ciente clorhidrato de cocaína.
A Alvarado se le atribuyó haber participado activamente con el cár-
tel de La Familia Michoacana, al que brindaba protección para la dis-
tribución y la venta de droga, y para evitar la captura de narcomenudis-
tas de la organización, valiéndose de la policía. También se le vinculó
con los hermanos Beltrán Leyva. Alvarado era considerado un chapulín,
porque brincaba de cártel en cártel, sirviendo siempre al mejor postor.
A dos años de distancia, la absurda ejecución colectiva en La Mar-
quesa parece un asunto más. El panorama luce desalentador en todo el
estado. La sangre derramada por las manifestaciones del crimen orga-

241
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 242

nizado se ha vuelto más abundante. Hasta antes de la masacre, un cri-


men colectivo de aquellas magnitudes era inconcebible en el Estado de
México.
Los familiares de las veinticuatro víctimas esperan que se castigue
a todos los involucrados directa o indirectamente en aquellos trágicos
acontecimientos. La hipótesis de que sólo hayan sido tres ha tenido
poca credibilidad.
Y sólo tres cabecillas enfrentan procesos penales: Villa Ortega,
alias El R, quien al momento de su detención portaba una pistola es-
cuadra calibre 5.7 con un cargador abastecido con veinte cartuchos
útiles, además de una camioneta Suburban en la que se le encontraron
dos cargadores extras, uno con veinte y otro con dieciocho cartuchos
útiles; dos radios Nextel Motorola, un radio Nextel Sanyo, un celular
Motorola, otro radio celular Samsung y un radio tipo Matra. El R es
dueño de la empresa de seguridad privada RAV Corporación de Alta
Seguridad Nacional S.A. de C.V, que, como se especificó antes, pres-
tó servicios de vigilancia y protección a los hangares de la PGR, en Ja-
lisco y Nuevo León.
También enfrenta proceso judicial el ex comandante Antonio Ra-
mírez Cervantes, a quien se le atribuye la participación activa en el le-
vantamiento de las víctimas y en su posterior traslado al lugar donde es-
tuvieron encerradas. El día de su detención se le decomisaron un radio
celular Kyocera y un Nextel, además de un Winchester calibre 5.56,
modelo Star quince con un cargador de disco Beta conocido como hue-
vo de toro, abastecido con cuarenta y nueve cartuchos calibre 5.56.
Ramírez Cervantes fue acusado de formar parte del grupo de Raúl
Villa Ortega, quien de acuerdo con informes de la PGR se encargaba
de las operaciones de los capos sinaloenses en los municipios mexi-
quenses aledaños a la zonas poniente y norte del Distrito Federal, sin
incluir Naucalpan y Huixquilucan, su cuartel natural. Enfrentan acu-
saciones por los delitos de homicidio calificado, delincuencia organi-
zada y delitos contra la salud.
3) Un poco antes, el viernes 30 de mayo de 2008, el Juzgado Dé-
cimo Sexto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federal otorgó arraigo por un término de sesenta días contra el co-

242
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 243

mandante Fremiot Ramírez Cervantes, con los otros tres detenidos


que protegía en Lomas Country Club de Huixquilucan, acusado por
delitos de delincuencia organizada, contra la salud y los que resultaran.
El apellido Ramírez Cervantes, pero en Antonio (hermano de Fre-
miot) saldría a flote ese mismo año, cuando Claudia daba a conocer
que Antonio fue extorsionado con un millón de pesos por un funcio-
nario de la PGR en Toluca —el delegado en el Estado de México, que
en ese momento era José Manzur Ocaña— para ayudarlo a salir de la
cárcel, a la que cayó cuando lo capturaron con cocaína.
La autoentrega de Claudia destapó en parte la descomposición de
la delegación de la PGR en territorio mexiquense. Este testigo decla-
ró a los investigadores de la SIEDO: “Después de que había llegado
como nuevo delegado el licenciado Manzur Ocaña recibí (a mi ofici-
na) una llamada de Fremiot Ramírez señalándome que a su hermano
(Antonio) se lo habían llevado detenido y que lo habían asegurado a
las afueras del Palacio Municipal de Huixquilucan. Me pidió que in-
vestigara quién se lo había llevado y de ser posible le contactara un
abogado. […] No lo encontré. […] Posteriormente recibí una llamada
de Fremiot, quien me dijo que su hermano estaba en la delegación de
la PGR en Toluca, que si podía mandar un abogado para que los ayu-
dara. […] Antonio ya tenía abogado. […] Dos días después, Antonio
se comunicó conmigo para vernos y lo hicimos en Toluca. Me dio las
gracias […] su asunto ya se había arreglado […] y que todo fue por-
que lo detuvieron con una pistola y una onza de cocaína. […] Pregun-
tándole yo que cómo lo había arreglado [y], refiriéndome que el chis-
tecito le había salido en un millón de pesos, pero que había servido
estar ahí porque se aprovechó para cuadrar al delegado, para que no se
metiera con ellos; esto es, que a cambio de dinero, la delegación de la
PGR no se metería en Huixquilucan y que si había operativos les avi-
saría”. El delegado era Manzur Ocaña, y Los Beltrán Leyva, el cártel
que operaba en esa zona.
4) Viernes 28 de agosto de 2009. Agentes de la PGR y la Policía
Federal practicaron tres cateos en inmuebles ubicados en las colonias
Bosques de las Lomas, en el Distrito Federal; Acapulco, Guerrero, y
Lomas de las Palmas, en Huixquilucan, donde desmantelaron una

243
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 244

banda internacional, encabezada por el colombiano Carlos White, de-


dicada al lavado de dinero procedente del narcotráfico para el Cártel
del Golfo del capo Osiel Cárdenas Guillén.
La fiscalía federal adscrita a la Unidad Especializada en Investiga-
ción de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Falsifi-
cación o Alteración de Moneda informó que las autoridades confir-
maron que Daniel de la Garza Ruiz —quien se hacía pasar por
mexicano, pero cuyo nombre real era Carlos White— fungía como el
cabecilla de una organización que triangulaba recursos a través de la
adquisición de inmuebles y el trasiego de dólares en efectivo.
De la Garza se mudaba de domicilio cada tres meses, pero sólo se
establecía en exclusivas zonas residenciales en las que llegaba a pagar
hasta siete mil dólares mensuales de renta, ocultándose bajo la facha-
da de un empresario del sector de bienes raíces. Desde el domicilio
ubicado en la calle de Fuente del Olivo, colonia Lomas de Las Pal-
mas, Huixquilucan, arrendando por el colombiano Diego Palacio
Cárdenas, se hacían las entregas de dólares producto del crimen orga-
nizado y los depósitos en bancos, y se concretaban nuevos contratos
de arrendamiento.
En noviembre de ese año, el Juzgado Cuarto de Distrito con sede
en el estado de Jalisco dictó auto de formal prisión contra White. En-
trevistado por el periódico La Jornada, su defensor Rogelio de la Garza
calificó la acusación como “endeble e inconsistente”, porque se le im-
putaban acciones delictivas a partir de 2008, “supuestamente en favor
de Cárdenas Guillén, quien fue detenido en 2004 y extraditado a Es-
tados Unidos en enero de 2007. ¿Cómo es posible que siga operando
desde una cárcel de alta seguridad estadounidense?”
5) Miércoles 19 de agosto de 2009. La lluvia amaina un poco. Da
un respiro a Interlomas. Sus calles soportan el paso de los autos, casi
todos camionetas blindadas y compactos de lujo. Nadie camina por
sus calles a las ocho de la mañana y los dueños del dinero en México
no abren tan temprano sus negocios. Un enorme edificio con la fran-
quicia de Toyota esboza apenas una pequeña puerta por donde entran
los empleados, que alistarán un día más en el municipio más dispar del
Estado de México.

244
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 245

Al otro lado, en el centro de Huixquilucan, burócratas municipa-


les recuerdan que, el día anterior, el rostro del alcalde priista Alfredo
del Mazo Maza mostraba una seriedad inusual. El martes se dio la or-
den de limpiar las calles del centro, hacerlas lucir bien, porque el señor
presidente municipal encabezaría su primera sesión de cabildo en ple-
no y abierto.
Del Mazo trataría un punto fundamental: “Autorización para so-
licitar coordinación con el Ejército mexicano. […] Esto quiere decir
que podamos estar en contacto permanente para coordinar acciones.
No se solicita la presencia del Ejército, es una autorización que se re-
quiere pedir al cabildo para que pueda establecer contacto y para que
pueda haber ese canal de comunicación abierta, que seguramente será
de gran utilidad”.
Desde el empleado de la limpieza hasta síndicos, directores genera-
les y regidores cumplen con su papel. El narcotráfico ha sometido a la
policía. Capos y sicarios se pasean abiertamente y retan a la autoridad.
Por eso, la solicitud del alcalde tiene connotaciones de otra naturaleza.
En el pueblo e Interlomas empieza el movimiento a las nueve de la
mañana. Caravanas de autos de lujo con sus escoltas, por un lado, y,
por el otro, atestados microbuses del deplorable servicio público. La
cabecera municipal luce su diario movimiento febril en estrechísimas
calles que nadie jamás planificó. En Interlomas, las tiendas pequeñas
pero de gran glamour dan señales de vida. Es lento el amanecer.
Policías bien planchados esperan al señor alcalde. Cuidan las en-
tradas y las salidas del austero y “encementado” Palacio Municipal. La
vigilancia es discreta. Pero, como dice uno de ellos, el ojo no se pier-
de ni cuando un despistado transeúnte sube algunos escalones de la
entrada para leer una placa gris, pegada a una de las paredes, que da
cuenta de la visita que El Hijo de El Santo hizo a la presidencia mu-
nicipal hace tiempo. El recuerdo ha permanecido allí.
Se mantiene vivo el recuerdo de aquel jueves 13 de noviembre de
2008, cuando agentes federales de la SIEDO interceptaron y detuvie-
ron, en su camioneta blindada, a Pedro Chávez Rosales, ex director de
Seguridad Pública, por presuntos nexos con el narcotráfico. Luego
vino su renuncia y sustitución por Abel García.

245
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 246

Más adelante Chávez salió libre, pero la policía de la que él era res-
ponsable estaba infestada por la corrupción e inserta en la nómina del
narcotráfico. Él saldría limpio a medias. Su suerte estaba echada o sus
días contados porque uno de sus comandantes —Antonio Ramírez—
escoltó el camión de la muerte, el Mercedes-Benz que transportó a las
veinticuatro víctimas para ser ejecutadas. Otros dos, Fremiot Ramírez
y Marco Antonio Alvarado Serrano, fueron vinculados con los herma-
nos Beltrán Leyva y La Familia. Ambos siguen presos. Entre octubre y
noviembre de 2008, testigos protegidos revelaron los pagos que esas
dos organizaciones criminales hacían a sus policías.
Hoy 19 de agosto de 2009 no es como otros días. Trabajadores y
funcionarios del Ayuntamiento salen de las deprimentes oficinas a to-
mar café, respirar y esperar. Con la atención puesta en la oficina del al-
calde, un grupo de policías se junta en una de las calles aledañas, ce-
rrada con patrullas y vigilada con elementos armados. Narran lo que
saben, aunque no revelan sus nombres. No están protegidos. “Aquí en
la cabecera municipal nosotros estamos bien. En esta parte de Huix-
quilucan todo está tranquilo. Quienes tienen los problemas son los
otros, a los que les toca cuidar la parte de los ricos, allá en La Herra-
dura”, dice uno de ellos mientras otro aguanta estólido.
Tiene razón. Del otro lado las cosas están peor y en aquel 2008
las esquirlas de la matanza de La Marquesa se resienten. Por eso, otro
policía en Huixquilucan remata todo: “Para qué se hace uno pendejo,
las órdenes vienen desde Toluca, nadie se puede zafar”. Una masacre
como la de los veinticuatro ejecutados se ve muy pocas veces. El mie-
do y la paranoia no solamente permean en Huixquilucan. También se
afincó en los parajes de La Marquesa, entre los vecinos del lugar, quie-
nes afirman que el número de ejecutados era mayor a los veinticuatro
reportados a la prensa.
Del Mazo Maza encabeza este 19 de agosto su primera sesión abier-
ta de cabildo e insiste que no es necesaria la presencia del Ejército, por-
que “tenemos un municipio en paz, un municipio que requiere de un
gran trabajo en seguridad pública, pero que es necesario que hagamos
un trabajo hacia el interior y hacer una revisión de lo que tenemos hoy
en día y cuáles son los principales frentes que tengamos que atender”.

246
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 247

Allá él con los narcomuertos regados que bañan la historia recien-


te local.
6) Cabos sueltos hay muchos en la confabulación de los capos,
pero una historia de este pueblo de Huixquilucan, fechada en la popu-
losa Tlalnepantla, quedó pendiente y sólo apareció publicada en la edi-
ción del viernes 14 de noviembre de 2008 del periódico Reforma: La
detención del ex director de la policía de Huixquilucan, Pedro Chávez
Rosales, “también derivó de una investigación tras la detención de uno
de sus elementos, asegurado el 31 de octubre con equipo de comuni-
cación aéreo y uno y medio millones de pesos, quien se transportaba
del Estado de México a Veracruz en un auto que dijo era de la familia
del edil Adrián Fuentes. […] El oficio DEMX/SBSE/CHAL-I/DV/4219
/2008 reporta la detención en la autopista México-Puebla, a la altura
de Chalco, de un Mercedes-Benz blindado 1999 verde botella, placas
222-RFK del Distrito Federal, en el que viajaba Alejandro Castañeda
Mora. […] Castañeda Mora presentó una credencial expedida por el
Ayuntamiento de Huixquilucan como supervisor general de la policía
municipal y en sus declaraciones en el lugar dijo trabajar para el her-
mano del edil en turno Adrián Fuentes y que el vehículo era propie-
dad del padre (del edil). […] Se localiza una pistola calibre .9 mm con
quince cartuchos útiles al interior del vehículo y dos equipos de radio
aire-tierra, que permitían entablar comunicación con aeronaves, lo cual
permitía dar coordenadas de aterrizajes en pistas clandestinas, detalla
el informe. […] El documento también señala que los elementos po-
liciacos localizaron en el automóvil tres paquetes de billetes de cien
pesos con monto de quinientos mil pesos cada uno, que sumados die-
ron la cantidad de uno y medio millones de pesos. […] El asegurado
refirió tener como destino final el estado de Veracruz, lugar donde re-
alizaría la entrega del dinero y equipo, manifestando que no era la pri-
mera vez que le enviaban a realizar este tipo de entregas”.

247
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 248

Capítulo X
Los tres Manzur

de la ejecución de los veinticuatro alba-

D
OS AÑOS DESPUÉS
ñiles en un paraje de La Marquesa, el móvil aún no está claro.
Sin embargo, ese crimen desencadenó una serie de investigacio-
nes federales y obligó a exhibir otras anteriores que ofrecen pistas para
apreciar que, en 2007, hubo una negociación de los altos mandos de la
delegación estatal de la PGR con los cárteles de La Familia Michoacana,
Los Zetas, los hermanos Beltrán Leyva, de Sinaloa y con policías del Es-
tado de México con el propósito de controlar todos los ingresos del nar-
cotráfico, el tráfico de armas, la piratería (discográfica, audiovisual, de
ropa y de calzado), la venta de protección a empresarios de giros negros,
el secuestro, el paso de indocumentados centroamericanos por suelo me-
xiquense o el asalto a camionetas blindadas que dejaban (al delegado) in-
gresos cercanos a cinco millones de pesos semanales.
El hallazgo de los cuerpos el viernes 12 de septiembre de 2008 e
indagaciones posteriores contenidas en las averiguaciones previas
PGR/SIEDO/UEIDCS/302/2008, PGR/SIEDO/UEIDCS/304/2008 y PGR/
MEX/TOL/III/058/2008, o investigaciones internas de la Visitaduría
General de la PGR, como la DGII/072/MEX/2008, muestran que des-
de las oficinas de la PGR en Toluca —con apoyo y colaboración de
agentes de las policías estatales y municipales— se levantaba una po-
derosa mafia mexiquense, al estilo neoyorquino, que amenazaba con
expandirse de la mano de José Manzur Ocaña, dueño de uno de los
apellidos ilustres de la política mexiquense, formados bajo el ala po-
derosa del Grupo Atlacomulco.
Las investigaciones federales avanzan lentamente, entre otras razo-

248
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 249

nes porque Manzur Ocaña, ahora prófugo de la justicia, desapareció


del Estado de México, aunque, según el “pliego de ejercicio de la ac-
ción penal” de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/304/2008,
iniciada el 22 de junio de 2009 e instruida contra “José Manzur Oca-
ña, Marco Antonio Alvarado Serrano, Javier García Carrasco y/o Ja-
vier Carrasco Huerta —pero bien conocido por su alias de El Chácha-
ras, agente de la policía ministerial estatal—, Ángel Jardón Cervantes,
Luis Alberto Huerta Galván, Jumar Maldonado Mondragón, Rafael
Gil Salgado, José Samuel Rojas Gutiérrez, Camerino Colín Vallejo, El
Chino Silverio Romero Varela y Francisco Rojas Romero”, se encuen-
tra sujeto a proceso por “delincuencia organizada” y otros delitos.
Así es la historia: los Manzur eran tres y todos figuras públicas. Uno
hizo carrera en el sector público estatal, trabajando primero con Arturo
Montiel Rojas y luego con Enrique Peña Nieto, como subsecretario “A”
de Gobierno, y hoy es diputado local, además de próspero empresario a
través de su negocio concesionado, el de las Grúas Manzur.
El otro ocupó menos cargos, siempre fue agente del Ministerio
Público (federal en varios estados y del fuero común) y más tarde es-
caló a delegado de la PGR en el Estado de México, y éste es el más
conocido de los tres. Desde septiembre de 2008, su nombre es habi-
tual en páginas de los grandes diarios de circulación nacional y en re-
vistas especializadas como Proceso, o locales como el diario Alfa y Nues-
tro Tiempo Toluca.
Los dos primeros se llaman igual. El tercero, como se detalla en ca-
pítulos anteriores, fue asesinado al filo de las diez de la noche del 12
de diciembre de 2008, en plenos festejos por la aparición de la virgen
de Guadalupe, en la principal avenida del municipio de Coacalco de Be-
rriozábal, donde trabajaba en el Ayuntamiento como secretario técnico
de Gobierno y colaborador principal del entonces alcalde priista David
Sánchez Isidoro. El lujoso auto en el que viajaba Eduardo recibió más
de cien impactos de armas de grueso calibre. En el cuerpo del extinto
funcionario se contabilizaron al menos veinte, de balas de alto poder.
Eulalio Victoria, corresponsal del periódico Milenio Diario, advirtió
en una de sus notas: “El asesinato del funcionario provocó nerviosis-
mo y desconcierto al interior del gobierno local, lo que devino en un

249
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 250

hermetismo informativo por parte del Ayuntamiento priista, de tal


forma que la oficina de Comunicación Social canceló el envío de un
boletín para abordar el suceso; en su lugar, hizo públicas las noveda-
des policiacas de las últimas veinticuatro horas, documento que abor-
da el tema en un sólo párrafo”.
El martes 24 de febrero de 2009, cuando el caso ya era federal, la
Procuraduría estatal dio a conocer la captura en la colonia Rancho La
Palma, Coacalco, de dos presuntos delincuentes —Francisco Calderón
Ceja, El Riata, y Pedro Flores Palma, El Acapulco, El Peter o El Costeño—
integrantes de una banda relacionada con algunos levantones y homici-
dios, entre los que destacaba el de Eduardo Manzur Ocaña. La Procu-
raduría no informó por qué fue asesinado Eduardo ni a qué organiza-
ción criminal pertenecían los detenidos, “para no entorpecer los
trabajos de investigación”, pero afirmó que los sujetos confesaron su
participación en el asesinato.

EL PRIMER J OSÉ
La historia prosigue. Los tres son bien identificados como los medio
hermanos Manzur: José Manzur Quiroga, conocido como el Millona-
rio José o el concesionario de Grúas Manzur; José Manzur Ocaña, El
Archi, El Güero de Lentes, El Delegado o El Eterno Agente del MP, y por último,
el mencionado y asesinado Eduardo Manzur Ocaña. Los tres fueron
hijos de José Manzur Mondragón, y nietos de José Manzur Botalla. Su
árbol genealógico está muy enraizado en el antiguo pueblo minero de
El Oro, y es bien conocido por las familias viejas (la Del Mazo, la Fa-
bela, la Peña, la Montiel, la Sánchez Colín, la Velasco y la Nieto) que
habitan el pueblo de junto: Atlacomulco. Los Manzur tienen fama,
aunque ahora su cuartel general se encuentra en Temascalcingo.
El primer José (Manzur Quiroga) se desempeña como legislador
local. Representa al distrito décimo segundo con cabecera en el muni-
cipio de El Oro. Hasta la última semana de marzo fungió como sub-
secretario “A” de Gobierno o el poderoso subsecretario general en la
administración de Enrique Peña Nieto.

250
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 251

Entre las posiciones clave que ha ocupado en los últimos años, su


ficha curricular destaca su nombramiento como subsecretario en el se-
xenio montielista. En septiembre de 2005 fue ratificado en el cargo
por Peña, hasta septiembre de 2007, cuando lo sustituyó Luis Enrique
Miranda Nava, quien de ahí pasaría a ocupar la Secretaría General de
Gobierno, como operador de Enrique Peña y de Arturo Montiel. (Si
bien se puede trazar una larga línea de amistad e incluso camaradería
y compadrazgo entre Miranda y Peña, los lazos de la lealtad económi-
ca de Miranda Nava llevan más a la mano de Arturo Montiel Rojas,
quien enroló a los dos personajes —Miranda y Peña— en el grupo
conocido como los Golden Boys.)
En ese mismo septiembre de 2005, Manzur (Quiroga) cobró una
especial notoriedad, pues en su declaración patrimonial hizo público
lo que ya todo mundo, por lo menos todo el mundo mexiquense, sa-
bía… Aunque no escribió sobre cantidades en especial, dijo ser pro-
pietario de nueve casas, dos departamentos, cuarenta y siete grúas, y
ciento cincuenta y nueve autos, de los cuales noventa y nueve eran de
colección, ocho de servicio y cinco para uso diario. A fin de evitar sus-
picacias o dudas acerca de su honestidad, aclaró que parte de su for-
tuna se hizo con herencia familiar.
Luego de dejar su cargo en el gobierno estatal, se desempeñó como
delegado del PRI en el municipio de Naucalpan, función a la que re-
nunció en febrero de 2008 para buscar una curul en la Legislatura es-
tatal. En 2007, desde una galera de Temascaltepec, Santiago Pérez,
quien encabezó diversas luchas sociales en defensa de los recursos natu-
rales del sur del Estado de México, responsabilizó al entonces subsecre-
tario de Gobierno de la entidad (Manzur Quiroga) de su violenta de-
tención e ilógico encarcelamiento, ya que ordenó revivir un expediente
penal de 1999 en su contra, para acusarlo de secuestro equiparado.
Santiago se convirtió en el primer preso político de Peña Nieto,
aunque después de cuatro meses tuvieron que dejarlo en libertad por las
pifias del Ministerio Público, lo absurdo de su detención y porque, para
enviar un mensaje todavía más fuerte e intimidante a los luchadores so-
ciales mexiquenses, la administración peñista reprimió otros movimien-
tos y encarceló con penas descabelladas, superiores a cien años de pri-

251
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 252

sión, a diversos luchadores sociales, como los de San Salvador Atenco.


Luego también criminalizó las luchas sociales de habitantes de San An-
tonio La Isla, así como el del magisterio disidente del poderoso Sindi-
cato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM), el ma-
yor brazo operador del PRI.
Considerado un político del ala dura del priismo, el actual diputa-
do local es el principal accionista de la firma Grúas Manzur, que pres-
ta el servicio de arrastre y corralones en el Estado de México, sobre
todo en el valle de Toluca. En diversas ocasiones, a la empresa se le ha
acusado de abusos en contra de los automovilistas mexiquenses, pero
nunca se le ha investigado, por lo menos no se ha hecho público, y na-
die se atrevería a hacerlo tomando en cuenta la posición política del
principal accionista de la empresa. De acuerdo con versiones del pro-
pio funcionario, la concesión para operar el servicio fue conquistada
cuando él tenía catorce años de edad y siempre ha sido ratificada, por
lo que no incurre en tráfico de influencias.
Políticamente, Manzur Quiroga estuvo ligado al ex líder priista es-
tatal Isidro Pastor Medrano, feroz rival de Peña (y de su jefe Montiel)
en la guerra e imposición de la gubernatura a finales de 2004 y enero
2005, pero Montiel lo mantuvo a su lado y luego, en la administra-
ción de Peña, fue responsable de la inteligencia y la logística del go-
bierno estatal, no otra cosa sino la recopilación de datos (o espionaje)
sobre personajes importantes.
Este José mantiene su página de Internet en la que, entre diversas
curiosidades, subió fotografías en campaña al lado de otros poderosos
operadores políticos del gobierno mexiquense: Emilio Chuayffet Che-
mor, el ex gobernador y actual diputado federal por Atlacomulco, y
Gustavo Cárdenas, de una de las familias más adineradas de la entidad.

EL OTRO J OSÉ
Del homicidio de Eduardo, de su paso por dos administraciones en
Coacalco y de los millones del diputado federal Manzur Quiroga se
dice poco. No obstante, eso poco que se decía sobre ambos quedó en-

252
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 253

sombrecido en los meses de abril y mayo de 2008, cuando en el bajo


mundo empezó a difundirse un inquietante rumor sobre El Archi José
Manzur Ocaña.
Lo buscaba el jefe de La Familia en el Estado de México para co-
brar algunas deudas recientes. El Viejito, como se identificó a ese miste-
rioso personaje, se sentía engañado y burlado por Manzur Ocaña, en
ese momento delegado de la PGR en territorio mexiquense.
Después se supo que El Viejito le había comprado la plaza por un
millón de pesos semanales. Pero el día en que hizo el primer pago se
enteró de que en el mismo lugar de su encuentro con el funcionario
éste se había reunido con operadores de Los Zetas para hacerles la
misma venta y por la misma cantidad, así que la plaza tenía doble due-
ño, y Manzur dobles ingresos. Es un misterio conocer cómo pensaba
salir librado de esa doble negociación.
Desde entonces, de quien más se habla es del delegado (o ex) de la
PGR, conocido también como El Güero de Lentes, quien inició su carre-
ra laboral-ministerial el 1 de septiembre de 1988, cuando el entonces
procurador mexiquense Héctor Jiménez González lo nombró secreta-
rio del Ministerio Público investigador, adscrito al Hospital General
Adolfo López Mateos en Toluca, desde donde cuatro meses más tar-
de, y gracias a los apellidos, el 1 de enero de 1989 el procurador Luis
Rivera Montes de Oca lo removió de su cargo y lo integró a la Direc-
ción General de Averiguaciones Previas de la PGJEM como secretario
particular del titular de la dependencia.
Ambicioso e inquieto y bueno para los negocios como era, El Güe-
ro allí despegó. Nada estorbaba en la carrera ni ensombrecía el apelli-
do de este José Manzur Ocaña, quien renunció en noviembre de 1990
y en julio de 1991 se integró a la plantilla de la PGR como agente del
Ministerio Público federal en el sector central hasta que el 18 de fe-
brero de 1992 lo enviaron a la Agencia del Ministerio Público federal
en Chilpancingo, Guerrero. Acaso en este lugar sufrió un pequeño
traspié cuando, en situaciones todavía poco claras, lo hicieron presen-
tar su renuncia “voluntaria” en abril siguiente.
Firmado por José Octavio Ferrer Burgos, director de Prestaciones
y Relaciones Laborales de la PGR el 7 de abril de 1992, la Oficialía

253
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 254

Mayor le envió un inusual oficio (el número 1141/92) en el que le co-


municaba que, con fundamento en los artículos octavo fracción cuar-
ta, y trigésimo fracción sexta del Reglamento de la Ley Orgánica, se-
ría dado de baja —a partir del 28 de marzo— por haber faltado a sus
labores desde el 23 de marzo, “sin que haya justificado su ausencia o
haya dado aviso a sus superiores del motivo de su inasistencia”.
Trece días después, a las dos de la tarde del lunes 20 de abril, fue
obligado a comparecer en la oficina del mismo Ferrer Burgos. Justificó
sus ausencias por el accidente de un helicóptero de la PGR en el que
viajaba, ocurrido en la sierra guerrerense y del cual, según se desprende
del citatorio y la comparecencia, nadie tenía conocimiento, excepto
Manzur Ocaña. Firmó la renuncia el 31 de marzo y se le aceptó; sin
embargo, no representó ningún contratiempo en la carrera burocrática
de Manzur Ocaña porque varias veces entró y salió de la PGR.
Cercano al Grupo Atlacomulco a través de varios personajes, el
apellido siempre lo rescató: en abril de 1992 lo enviaron como agente
del Ministerio Público del fuero común adscrito al municipio de Ler-
ma, donde estuvo hasta septiembre, cuando se aburrió y renunció.
Pero otra vez el apellido lo salvó: en marzo de 1993 lo nombraron
agente del Ministerio Público federal, adscrito a la Dirección General
de Averiguaciones Previas de la PGR.
Nunca nadie entendió sus recaídas o su inestabilidad laboral, pero
de enero a abril de 1994 fue enviado como agente del Ministerio Pú-
blico federal al estado de Sinaloa. De mayo de 1994 a julio de 1995
se tomó un receso como abogado postulante, y de agosto a diciembre
de este último año fungió como asesor especial del delegado de la
PGR en Jalisco. Luego volvió a ausentarse de enero de 1996 a febrero
de 1997, cuando se acercó otra vez a la PGR, de donde en mayo de
ese año lo enviaron como agente del Ministerio Público a Tejupilco, un
municipio muy caliente en el sur del Estado de México, hasta agosto
de 1998, cuando lo nombraron fiscal especial en Atención a Delitos
contra la Propiedad Intelectual e Industrial.
En su paso por Guerrero, Sinaloa, Jalisco, Tejupilco y las oficinas
centrales de la PGR, Manzur Ocaña tuvo oportunidad de conocer por
dentro cómo opera el narcotráfico en todo el país y cómo se comercia

254
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 255

la piratería. Nada le era desconocido en el tema de delincuencia organi-


zada. Conocía cómo operaba cada cártel y hasta dónde abarcaban sus
áreas de influencia. En cuanto sus hábitos personales, según una hoja
—bajo el encabezado periodos de desempleo— que en marzo de 1993
entregó a la PGR, conocía las zonas fronterizas de Nuevo Laredo (Ta-
maulipas) con Laredo (Texas) y Ciudad Juárez (Chihuahua) con El Paso
(Texas), además de que gustaba de vacacionar en Las Vegas (Nevada).
Ingratas como a veces son las carreras políticas, de febrero de 1999
(cuando fungió como fiscal especial de la PGR para combatir delitos
contra la propiedad intelectual) a abril de 2007 se fue a la banca, a ejer-
cer como abogado postulante. Pero su regreso fue muy prometedor y
de meteórico ascenso. Para el mes de mayo —asociada siempre su ima-
gen al tres veces procurador (del Estado de México, del Distrito Fede-
ral y general de la República) y ex secretario general de Gobierno me-
xiquense Humberto Benítez Treviño, actual diputado federal— estaba
claro que la vida de este Manzur Ocaña daría un giro radical.
Para cuando su carrera federal se consolidó a sus treinta y nueve
años de edad, ya era poseedor de un buen capital, según consta en una
de las solicitudes de reingreso que tramitó a través de la Oficialía Ma-
yor en 2007. Declaró entonces una fortuna cercana a ocho millones de
pesos en propiedades, ingresos adicionales como comerciante por cin-
cuenta mil pesos mensuales, una cuenta de ahorros por tres millones
de pesos y una Lincoln Navigator 2006. Había tasado su vida en un
seguro de ING por cinco millones de pesos.
En otra solicitud que presentó a principios de la década de 1990,
ante la Dirección General de Personal, dependiente de la Oficialía Ma-
yor de la PGR, había reportado sólo la propiedad de su Dodge 1991,
además de su casa.
Aun cuando su medio hermano José Manzur Quiroga no era deter-
minante, el nombre importaba porque era uno de los burócratas con
más influencia en Peña Nieto, como lo fue con el tío y antecesor de
éste, Arturo Montiel Rojas. Es irrelevante si los apellidos Benítez Tre-
viño y Manzur Quiroga pesaron en el último momento, el hecho es que
desde abril de 2007 se le consideró prácticamente como delegado de la
PGR en el Estado de México, puesto que buscaba con afán.

255
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 256

Y era cierto: llegar a la delegación de la PGR en Toluca era cues-


tión de semanas, la tenía prometida. La mañana del viernes 22 de ju-
nio de ese año recibió, por parte de la Secretaría de la Función Públi-
ca, el oficio —firmado por Jaqueline M. Alvarado Gómez, directora
de Registro de Servidores Públicos— en el que se hacía constar que el
ciudadano José Manzur Ocaña no estaba inhabilitado para ocupar
ningún puesto en el gobierno federal.
Finalmente, en el transcurso del miércoles 4 de julio de 2007 la
clase política del Estado de México, al menos la que controla la vida
desde Toluca, estaba enterada de que el hombre fuerte de la PGR en
la entidad sería uno de los suyos, un hombre nacido en El Oro, muni-
cipio fronterizo con Atlacomulco, y que sería ratificado en los siguien-
tes días. En efecto, la mañana del miércoles 1 de agosto se hizo públi-
co el nombramiento de José Manzur Ocaña como nuevo delegado de
la PGR. Ocho años tardó en llegar a ese puesto. Además de agente del
Ministerio Público en varios estados, para 1997 Manzur había servi-
do como asesor especial del subprocurador de Procesos de la PGR
(1991) y del delegado de la PGR en Jalisco (1995).
Un documento interno —CeDH/06453/07—, firmado por Roge-
lio López Maya, del Centro de Evaluación y Desarrollo Humano de
la PGR y dirigido a Víctor Corzo Cabañas, titular de la Subprocura-
duría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo, daba el
visto bueno a Manzur Ocaña para ocupar la delegación del Estado de
México. El oficio es breve: “En respuesta al oficio número SCRPPA/
CA/05/029/2007 me permito comunicar a usted el resultado de las eva-
luaciones generales practicadas por este Centro de Evaluación y Desa-
rrollo Humano, de acuerdo a lo establecido en los artículos setenta y
cinco fracción sexta y ochenta, y seis fracción sexta, del Reglamento de
la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, de la per-
sona canalizada por esa área a su digno cargo”.
Abajo, en la misma hoja tamaño carta, había un lacónico subraya-
do. Nombre: Manzur Ocaña José. Resultado: Apto. Cargo: Delegado.
“Sin más por el momento, aprovecho la ocasión para enviarle un cor-
dial saludo. Rogelio López Maya.” En su Formato Único de Personal,
la PGR ofrecía otros datos nada desdeñables: Sueldo base: dieciséis

256
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 257

mil setecientos sesenta y dos pesos con ochenta centavos, con una
compensación (mensual) garantizada de ciento dos mil novecientos
siete pesos con cincuenta y siete centavos, para hacer un salario men-
sual promedio de ciento diecinueve mil seiscientos setenta pesos con
cuarenta y cinco centavos. Y el nombre del delegado saliente: Carlos
Albert Herrera Flores.
La carrera, pues, de este segundo José Manzur lucía intachable e
impecable, por lo que, oficialmente, el procurador Eduardo Medina-
Mora ordenó para el miércoles 1 de agosto de 2007 darle posesión
como nuevo delegado de la PGR en el Estado de México, mientras su
medio hermano, el primer José, despachaba en la Subsecretaría Gene-
ral de Gobierno del Estado de México, y su hermano Eduardo conso-
lidaba una carrera político-policial en el municipio de Coacalco de Be-
rriozábal. Eran tiempos felices para la familia. Eduardo, agente federal
con licencia, consolidaba su carrera como jefe policial en Coacalco. A
pasos agigantados se encaminaba a un puesto directivo en la Agencia
de Seguridad Estatal.
La llegada de este segundo José fue altamente significativa por el
apellido que portaba y porque, por eso mismo, tendría más posibilida-
des de interactuar con los altos mandos de las policías estatales y las
municipales. Y así parecía. Además, Manzur Ocaña mantuvo un idilio
con la prensa y una política de puertas abiertas. “El nuevo delegado de
la PGR en Edomex declara la guerra a la corrupción”, publicó Eduar-
do Alonso en la edición del domingo 14 de octubre de El Universal.
Y continuó: “En los últimos cien días, la delegación de la Procu-
raduría General de la República ha destituido e iniciado proceso pe-
nal por diversas ilícitos cometidos durante su desempeño contra nue-
ve de los sesenta y ocho ministerios públicos federales que operaban
en territorio mexiquense. […] Manzur Ocaña precisó que las irregu-
laridades en las que incurrieron los agentes federales van desde co-
rrupción hasta contra la administración de justicia. […] Algunos fue-
ron renunciados, otros han sido consignados, de otros se están
llevando a cabo procesos, otros están por ser consignados. […] A me-
diados de agosto, Manzur Ocaña fue nombrado nuevo delegado de la
PGR en sustitución de Carlos Herrera Flores, y sólo unos días des-

257
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 258

pués de asumir el cargo iniciaron los procedimientos administrativos


y jurídicos contra funcionarios operativos de la delegación. […] El
delegado explicó que con el fin de evitar que haya más actos irregula-
res decidió la rotación constante de los agentes del Ministerio Públi-
co adscritos a la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo. […]
‘Pretendo hacerlo cada dos meses a efecto de no crear compromisos
de agentes del Ministerio Público con algunas personas.’ […] Añadió
que en el estado existen muchos focos rojos relacionados con actos de
narcomenudeo. […] ‘No tendría una estadística precisa, a mí me gus-
ta combatir no con números sino con acciones; pero el estado es muy
grande, tenemos algunos casos de narcomenudeo en la zona del valle
de México, la propia Toluca y el sur, por lo que estamos trabajando
muy fuerte.’ […] Precisó que la madrugada del viernes hubo un ope-
rativo en Metepec, donde aseguraron a dos mujeres con ciento seis
envoltorios con cocaína, junto con armas cortas y largas. […] Res-
pecto a los cateos de la PGR en coordinación con la Secretaría de la
Defensa Nacional, en municipios de la zona sur, adelantó que en las
próximas horas estarán ingresando a otras alcaldías de esa región, con
el mismo propósito: detectar armas y drogas”.
El viernes 23 de noviembre convocó a los medios de nueva cuen-
ta para dar a conocer que la delegación de PGR había asegurado más
de seis toneladas de productos apócrifos entre discos compactos y pe-
lículas en formato DVD, aunque los agentes no detuvieron a ninguna
persona-vendedor porque se “echaron a correr”, en el pasaje de la cen-
tral de autobuses en Toluca, una de las zonas más céntricas y comer-
ciales de esta ciudad.
Pero quizá el recuerdo más grato fue el de aquel lunes 10 de sep-
tiembre de 2007 en el Colegio de Policía del Valle de Toluca, cuando,
en un acto llamado “Fomento a la Legalidad”, José Manzur Ocaña
apareció al lado del secretario general de Gobierno del Estado de Mé-
xico —el segundo hombre con más poder en la administración estatal
y considerado por muchos, con y sin bases, como uno de sus padrinos
políticos—, Humberto Benítez Treviño; ya luego descubriría que, en
política, los amigos son de a mentiras y los enemigos de a de veras.
Acompañados por el procurador Abel Villicaña Estrada y el comi-

258
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 259

sionado de la Agencia de Seguridad Estatal, Héctor Jiménez Baca,


convocaron a la prensa en pleno para hacer pública la destrucción de
al menos cuarenta toneladas de mercancía apócrifa, así como la desac-
tivación de uno de los principales distribuidores de discos musicales y
audiovisuales.
La presencia de los alcaldes de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez Gó-
mez, y de Almoloya de Juárez, Jorge Álvarez Colín, sirvió sólo para la
fotografía, lo mismo que los cuatro tractocamiones que destruyeron el
material pirata decomisado.
“Logrando la unidad dentro de la pluralidad, se pueden dar estos
resultados. […] La coordinación entre instituciones es una forma de
combatir a la delincuencia, resaltando que este acto representa un acto
de fomento a la cultura de la legalidad”, precisó Benítez Treviño. “Este
logro de la colaboración interinstitucional federal, estatal y municipal
es igualmente propicia para despertar la conciencia social, de que en
sus manos está la posibilidad de poner fin a la comercialización de los
productos apócrifos”, señaló por su lado Manzur Ocaña.
Nada podía ir mejor en esa relación interinstitucional, aunque los
levantones, las matanzas y el tendido de las narcorredes en el estado, que
permitían a los capos una amplia movilidad territorial, eran cada vez
más visibles y se desplegaban como una hidra por cada rincón. Los re-
sultados oficiales del combate al crimen y a la delincuencia organiza-
da estaban a la vista, publicados en notas de esa naturaleza. Pero de
pronto algo cambió.
Sin avisos de por medio ni escándalos y con un muy bajo perfil in-
formativo, la mañana del lunes 7 de julio de 2008, a tres semanas de
cumplir Manzur Ocaña un año en el cargo, la PGR oficializó el nom-
bramiento de Pedro Guevara Pérez como nuevo titular de su delega-
ción en el Estado de México. Manzur Ocaña sería reasignado a las ofi-
cinas centrales. Sin explicaciones, en los hechos lo habían renunciado
y echado por la puerta de atrás.
Desde ese día de su despido, ofertado como un cambio de ads-
cripción que pocos creyeron porque hasta hoy no se ha hecho públi-
ca, la tierra literalmente se tragó a El Güero de Lentes. Así es: la PGR se
guardó muy bien el nuevo lugar de adscripción y el área de las ofici-

259
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 260

nas centrales en las que le daría nuevas tareas. A Guevara Pérez, con-
vertido en una especie de personaje desde que se le atribuyó la captu-
ra de uno de los hermanos Arellano Félix, lo habían llevado con ca-
rácter de urgencia desde la delegación en el estado de Aguascalientes.
Ese inesperado nombramiento encendió alarmas en el gobierno del Es-
tado de México.
En el transcurso de ese lunes, en forma extraña, y aunque pasaron
casi inadvertidos, quizá por casualidad, también se hicieron públicos
varios movimientos en el interior de la PGJEM. El titular de la depen-
dencia, Alberto Bazbaz, designó a Eduardo Cruz Gómez como nuevo
director de la Visitaduría, y a Manuel Cavazos Melo como titular de
la Coordinación Interinstitucional. Bazbaz movió a otras de sus pie-
zas: Jaime García Maldonado pasó de la región Cuautitlán Izcalli, don-
de fue relevado por Alfredo Castillo Cervantes, a la Subprocuraduría
de Justicia en el populoso municipio de Ecatepec.
El cambio sorpresivo federal tuvo sus primeras interpretaciones en
las ediciones del martes 8 de julio en Toluca, las cuales empezaron a
insinuar que algo andaba mal en las oficinas de la PGR en la capital
del estado. Agustín Germán Márquez escribió: “Intempestivo cambio
del delgado de la PGR. […] El hermano de José Manzur Quiroga no
pudo contener el embate del crimen organizado. […] Trascendió que
la ineficacia del ex funcionario generó dicho cambio, toda vez que el
número de ejecuciones, y el posicionamiento de diversos cárteles en la
entidad, se volvió una constante. […] En su momento, el hoy ex dele-
gado entró en conflicto con los alcaldes del valle de México y de la
zona oriente, al negar que se tuviera un mapa delincuencial de la re-
gión. […] Los ediles sostenían que sabían en qué lugares se vendía la
droga al menudeo y que dicha información había sido depositada en
las oficinas de Manzur. […] Manzur dijo entonces desconocer el nú-
mero de tienditas, por lo cual, incluso, solicitó apoyo de los repor-
teros para hacer públicos los sitios que les señalara la sociedad, como
lugares donde se expende droga, para que la PGR inicie las investiga-
ciones y desmantele esos sitios. […] Otro punto en contra fue su afir-
mación de que no había operación alguna del grupo criminal de Los
Zetas en el sur; no son Los Zetas, ni se han detectado guerrilleros, sino

260
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 261

la operación de delincuencia tiene que ver con el narcomenudeo”. La


realidad era otra: todo el sur presenciaba y resentía la guerra a muerte
de Los Zetas con La Familia.
Durante las siguientes semanas, que se prolongaron hasta marzo de
2010, dio la impresión de que la llegada de Guevara Pérez a la delega-
ción de la PGR en el estado puso en marcha una cuenta regresiva ine-
vitable para conocer el nivel de infiltración del narcotráfico en las cor-
poraciones de seguridad y justicia mexiquenses y el tendido de las
narcorredes estatales.
El 15 de noviembre de 2008, una nota del periódico Reforma dio
cuenta de la situación: “El nivel de infiltración del narcotráfico en las
corporaciones de seguridad y justicia del Estado de México abarca
desde agentes y directores de tránsito, comandantes y agentes policia-
cos, hasta militares, incluso la delegación de la PGR. […] Además, al
menos cincuenta policías han sido ejecutados este año y ciento cin-
cuenta y siete han sido consignados o dados de baja por diversos deli-
tos, incluso secuestro”. En este contexto se desataron un narcoescán-
dalo mayor y el asesinato múltiple de La Marquesa, que les quemó las
manos a Manzur Ocaña y a la delegación de la PGR.

LA CAÍDA

Lo inexplicable de la sustitución, el sigilo con que se dio el nombra-


miento de Guevara Pérez y las especulaciones generadas pusieron en
una posición muy incómoda a las corporaciones policiacas de los tres
niveles de gobierno en la entidad. Ni siquiera hubo tranquilidad cuan-
do la destitución de Manzur Ocaña se atribuyó a una serie de quejas,
anónimas algunas y hechas a través de Internet, de agentes federales del
Ministerio Público dados de baja o encarcelados entre agosto de 2007
y junio de 2008.
La más conocida era la de Marco Antonio Gómez Hernández, ex
agente del Ministerio Público federal, quien la primera semana de abril
de 2008 denunció a Manzur Ocaña ante la PGR, la Secretaría de la
Función Pública y la Presidencia de la República por los delitos de

261
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 262

abuso de autoridad, violación a las garantías individuales y fabricación


de cargos de delitos contra la salud.
En otras palabras, Manzur Ocaña habría ordenado fabricar prue-
bas y sembrar cocaína en el auto de Gómez Hernández para consig-
narlo, junto con su esposa, ante un juez federal y encarcelar a ambos
en el penal de Santiaguito en Almoloya de Juárez. Al final, Gómez
Hernández y su esposa Karina González Cruz fueron absueltos en el
Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales, a cargo de
Octavio Bolaños Valadez, debido a la gran cantidad de inconsistencias
en la averiguación previa PGR/MEX/TOL-III/058/2008.
De acuerdo con los señalamientos de Bolaños Valadez, desmenu-
zados en el oficio DGII/2555/2008 y el expediente de investigación
DGII/072/MEX/2008: “En autos no obra el mínimo razonamiento ni
indicio de por qué se les atribuye a los inculpados la posesión del ener-
vante, lo cual permite arribar a la conclusión de que éstos no la tuvie-
ron dentro de su radio de acción y ámbito de disponibilidad; más aún,
no se establece, ni con meridiana claridad, que alguien haya poseído la
droga”. Resultaba ocioso continuar analizando los elementos objeti-
vos, pues se carecía de constancia alguna que avalara tales hechos.
Sin pruebas, y de acuerdo con la denuncia de Gómez Hernández,
su esposa Karina González Cruz estuvo detenida cinco días, primero
en instalaciones de la PGR y después en las de Santiaguito, a pesar de
que se hallaba en estado de embarazo de alto riesgo. Sin embargo, na-
die creía que esa acusación tuviera la fuerza para derrumbar a un Man-
zur como este segundo José que conocía todos los rincones del Minis-
terio Público.
Luego se supo que la tormenta apenas empezaba, porque los días
jueves 17 y viernes y 18 de abril de ese año la PGR recibió varias de
las denuncias anónimas a través de Internet, en las cuales se pedía in-
dagar la actuación de Manzur Ocaña y su posible relación con bandas
de la delincuencia organizada. Seguramente dichas denuncias conte-
nían información verídica, o por lo menos con suficiente peso y co-
nocimiento de causa para abrir una investigación, porque en mayo si-
guiente fueron canalizadas a través del oficio UEIDCSPCA/0697/08.
Integrados a la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/304/2008,

262
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 263

los correos electrónicos debieron salir desde una persona que conocía
desde dentro las entrañas y los secretos de la PGR. La primera denun-
cia fue: “El delegado estatal tiene nexos con Los Zetas y ustedes lo sa-
ben, sobre todo la SIEDO, que integra una averiguación previa en con-
tra [de Manzur]. De la captura de Los Zetas en Toluca, ellos declararon
que su contacto era el licenciado Manzur Ocaña”. La segunda recorda-
ba a las autoridades la siembra de pruebas al agente del Ministerio Pú-
blico Marco Antonio Gómez Hernández y a la esposa de éste, Karina
González Cruz.
La PGR todavía dio entrada a otras denuncias a través de su co-
rreo electrónico, pero la más llamativa fue la del 10 de octubre de
2008, que recibió Enrique Esteban Zepeda Vázquez, director general
de Inspección Interna de la Visitaduría General de la PGR, a nombre
de un grupo de agentes del Ministerio Público federal adscritos al Es-
tado de México.
A través del oficio CG/FECCI/936/2008, el correo —con el nombre
y la dirección del agente que redactó la denuncia, avalada por los otros
agentes— se envió a la oficina interna de Combate a la Corrupción.
Los agentes se inconformaban “por probables conductas irregulares”
atribuibles al licenciado José Manzur Ocaña, y precisaban: “Nos diri-
gimos a usted para manifestarle nuestro repudio a los actos de corrup-
ción que se dan en la Delegación del Estado de México, por conducto
de un seudo-servidor público, José Manzur Ocaña. De dicha persona
recibimos constantemente amenazas, intimidaciones y vejaciones, trato
inhumano y degradante. […] El licenciado Manzur no tiene la menor
idea del área en la que se encuentra, menos de la materia jurídica, es una
persona nefasta que sólo sabe robar. Ésa es la palabra correcta. […] Vea
nada más lo siguiente: es amigo de los Beltrán Leyva, tiene el control de
las narcotienditas en el Estado de México, por lo que recibe más de un
millón de pesos por semana, controla la venta indiscriminada de pira-
tería —que le deja más de un millón y medio de pesos por semana—,
tiene trabajando gente de Sinaloa, cuenta con operativos carreteros para
decomisar droga, armas, partes robadas, camionetas blindadas que no
pone a disposición de las autoridades correspondientes, para robar, y
por esto recibe más de dos millones de pesos por semana”.

263
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 264

Pero muy pocos sabían que, al cúmulo de denuncias anónimas y a


la del ex agente encarcelado Marco Antonio Gómez Hernández, se ha-
bían sumado otras informaciones. A éstas tuvieron acceso accidental-
mente agentes de la SIEDO; se relacionaban en forma directa con
Manzur Ocaña y la supuesta participación activa de éste en el crimen
organizado del estado, incluida la expansión real de La Familia Michoa-
cana y la consolidación del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
Aunque las autoridades estatales se negaban a ver la realidad, la pe-
netración del crimen organizado y las dimensiones que había tomado
la violencia, para julio de 2008 en la entidad estaba bien definida la
presencia de cinco organizaciones con jerarquía interna, disciplina para
matar, flujo constante de recursos (armas y efectivo), potencial delic-
tivo, nivel de peligrosidad, además de capacidad para mover sus ganan-
cias y blanquearlas: La Familia Michoacana, Los Zetas, Los Pelones,
los hermanos Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa. Desde 2005, todas
habían visto la posibilidad de expandirse y consolidar sus actividades
en suelo mexiquense.
Levantones y ajusticiamientos diarios daban cuenta de que, en la en-
tidad, no había reglas ni códigos secretos, que los cárteles tenían am-
plias conexiones, redes de informantes y células en direcciones de Se-
guridad Pública municipales, así como colaboradores de alto nivel en
la policía al servicio de la PGJEM. Los ejemplos más sobresalientes
surgían en municipios como Coacalco, San Mateo Atenco, Cuautitlán,
Huixquilucan, Luvianos, Cuautitlán Izcalli, Tejupilco y Ecatepec.
En noviembre siguiente se sabía que las redes del crimen organiza-
do eran tan extensas que la Procuraduría estatal ejerció acciones pena-
les contra cuatrocientos cuarenta y ocho policías municipales y al me-
nos noventa elementos de la policía estatal.
Todavía, el martes 9 de febrero de 2010, después de que a la seis
de la tarde sicarios de un grupo criminal tiraron en la vía pública —en
la esquina de las calles 18 y Cielito Lindo en la populosa Ciudad Ne-
zahualcóyotl— los cuerpos de tres personas a las que remataron ahí
mismo, el procurador Bazbaz se vio obligado a declarar que al menos
diez comandantes estatales se hallaban sujetos a investigación por su
probable participación en alguno de los cárteles de la droga.

264
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 265

Pero toda esa información sobre el nuevo mapa del narcotráfico


formaba parte de los elementos generales y no aclaraba nada en espe-
cífico sobre la apresurada sustitución de José Manzur Ocaña ni sobre
los porqués de la llegada de un nuevo delegado.
Las personas que más habrían podido aportar a la cadena de he-
chos que propiciaron la caída de Manzur Ocaña y su posterior silen-
cio, los hermanos Ahiezer Noé y Mizraím Jonathan Sánchez Avenda-
ño, cabecillas de la banda conocida en Toluca como Los Mizraínes,
estaban muertas. El primero fue asesinado violentamente en la tarde-
noche del miércoles 20 de agosto de 2008 en la zona de La Marque-
sa. El segundo había sido secuestrado por sicarios al servicio de La Fa-
milia Michoacana en la tarde del sábado 21 de junio del mismo año.
Hay indicios para establecer que, por esos días, sus captores lo asesi-
naron y que las policías ya no querían a ninguno de los dos.
La extraña relación entre temas aparentemente desconectados en-
tre sí, como eran los de Manzur, Ahiezer y Mizraím, la empezó a es-
tablecer el periódico Reforma en su edición del viernes 19 de septiem-
bre de 2008, cuando la masacre de La Marquesa obligó a la PGR a
darle celeridad a los trabajos de las averiguaciones previas PGR/SIEDO/
UEIDCS/302/2008 y PGR/SIEDO/UEIDCS/304/2008.
Una nota del rotativo destacó: “Acusan nexos con narco de ex de-
legado en Edomex. […] El ex delegado de la PGR, José Manzur Oca-
ña, fue señalado en declaraciones ministeriales como presunto protec-
tor de actividades del narcotráfico por un narcomenudista local
convertido en testigo protegido, confirmaron fuentes federales. […]
El testigo protegido, de nombre Noé, fue asesinado y su cuerpo apa-
reció en La Marquesa el pasado 21 de agosto junto con otros dos
agentes federales. […] Según las declaraciones ministeriales, Manzur
Ocaña y funcionarios locales del gobierno del Estado de México esta-
rían involucrados en el cobro de protección a integrantes de grupos
como Los Zetas y La Familia, que han repuntado su actividad en las
últimas semanas. […] Manzur dejó de ser delegado de la PGR hace
dos meses. Había sido nombrado en agosto de 2007. Según fuentes
federales ahora está ilocalizable. Un mes después de que Manzur Oca-
ña fuera nombrado delegado de la PGR, su medio hermano José Man-

265
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 266

zur Quiroga renunció a su cargo de subsecretario de Gobierno estatal.


[…] Fue sustituido por Luis Miranda, quien ha sido investigado por
la PGR por presuntos delitos cometidos durante la administración del
gobernador Arturo Montiel y quien tiene además una denuncia ante
la Procuraduría mexiquense acusado de abuso de autoridad y coalición
de funcionarios contra la disidencia magisterial. […]
”Los Manzur son conocidos por sus amplias relaciones políticas y
personales con personajes mexiquenses, principalmente del denomina-
do Grupo Atlacomulco. Gozan de gran cercanía con el actual secreta-
rio de Gobierno, Humberto Benítez Treviño. […] De acuerdo con re-
portes federales, la red de protección federal y estatal al narcotráfico
quedó al descubierto cuando un distribuidor de droga del valle de To-
luca, de nombre Noé, decidió colaborar con la PGR y abandonar sus
complicidades con el narco. […] Noé era el responsable de cobrar la
renta a todos los narcomenudistas del valle de Toluca y, según su di-
cho asentado ministerialmente, entregaba el dinero a Manzur Ocaña y
a policías y funcionarios locales, cuyos nombres no están revelados.
[…] El testigo protegido dijo también que, cuando en agosto de 2007
Manzur llegó a la Delegación de la PGR, repuntó la presencia en To-
luca de Los Zetas. Incluso mencionó que un personaje desertor del
Ejército de nombre Jaime González mantenía tratos con Manzur. […]
Entonces, según el declarante, Los Zetas mantenían relación con la
agrupación conocida como La Familia. […] A partir de este año, Los
Zetas fueron echados del Estado de México y La Familia tomó en
control de todos los negocios ilegales en la entidad, lo que provocó
una guerra entre los dos bandos que ha llegado hasta fechas recientes.
[…] Al testigo colaborador le pidieron pruebas de sus dichos y éste
informó los domicilios exactos de veintiún tienditas en el valle de To-
luca. […] Con su información, se armó el Operativo Tornado, que el
20 de junio pasado tuvo un saldo de quince detenidos en Toluca, Ler-
ma y Tenango del Valle, además de que fueron asegurados cincuenta y
cinco envoltorios de marihuana, quinientos cuarenta envoltorios de co-
caína y un arma calibre .25 con cinco cartuchos útiles. […] El pasado
28 de agosto dos colaboradores de Manzur fueron levantados en la en-
tidad. Se trata de Milton Guerrero Cristóbal, jefe regional de la AFI,

266
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 267

y Pedro Felipe Magaña Vázquez, titular del área de Control y Super-


visión Operativa de la corporación, quienes tenían el antecedente de
haber sido recientemente los jefes de la AFI en Michoacán.”
Noé —aunque en realidad para la PGR el nombre designado era
Sergio Pérez— en la figura de testigo protegido encerraba las claves para
aclarar la caída de Manzur Ocaña. Cinco días después del secuestro de
Mizraím Jonathan, el jueves 26 de junio de 2008 su hermano Ahiezer
Noé Sánchez Avendaño tomó la decisión de entregarse a la SIEDO y
contarles todo lo que sabía del negocio de las drogas. Antes de que lo
mataran en La Marquesa junto con los dos agentes federales que le
asignó la PGR para su seguridad personal, tuvo casi dos meses para
delinear, ante agentes del Ministerio Público federal, el mapa de las
narcorredes en la entidad.
A las declaraciones de Ahiezer, la denuncia del encarcelado agente
del Ministerio Público federal y las acusaciones anónimas sobre las re-
laciones de Manzur Ocaña con los cárteles de la droga se sumaron las
de otros testigos protegidos como Claudia, ex titular de la Dirección
contra el Crimen Organizado en la PGJEM y ex director general de
Seguridad Pública en Huixquilucan.
También se sumaron las declaraciones ministeriales de Fernando
Reyes Sánchez, El Cóndor, un ex subteniente de Aerologística de la Fuer-
za Aérea Mexicana, egresado del Colegio del Aire, quien, una vez cap-
turado en Toluca, confesó su participación como jefe de informantes de
La Familia Michoacana en el valle de Toluca. Relató los secretos sobre
este grupo, su participación en el mercado de las drogas y la piratería
hasta terminar con la participación de El Güero de Lentes, la venta de la
plaza, algunos secuestros, ejecuciones significativas y los apodos de los
verdaderos jefes de La Familia en el estado.
Y las de Emilio, nombre en clave de testigo protegido, quien el 30
de diciembre de 2008 advirtió que Marco Antonio Serrano Alvarado,
comandante de la policía municipal de Huixquilucan, y José Manzur
Ocaña, delegado de la PGR, recibieron por lo menos en una ocasión
generosos apoyos en efectivo de parte del cártel de La Familia Michoa-
cana. Señaló: “El Gato me hizo separar la cantidad de doscientos cin-
cuenta mil pesos para cada uno, dinero que les fue entregado en sus res-

267
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 268

pectivas oficinas, Comandancia Municipal y Delegación en Toluca de la


PGR, cantidad que amparaba la protección a La Familia Michoacana
en el Estado de México […], pero también en septiembre se me dio
la orden de levantar y ejecutar al comandante Serrano por su chapulineo
o su cambio de bando de La Familia a los hermanos Beltrán Leyva”.
A Emilio no le alcanzó el tiempo para cumplir la última orden de
su jefe El Gato, a quien sólo se identifica por su alias, porque se lo im-
pidieron los madrinas de Serrano Alvarado y porque luego cayó en ma-
nos de la policía, lo mismo que el comandante Serrano.
Manzur tuvo todo el tiempo del mundo para planificar su desapa-
rición. Hay quienes afirman que huyó a Canadá. En julio de 2010
hubo rumores persistentes en el sentido de que lo habían asesinado al
término de una pelea de gallos en un palenque de Jalisco, pero hasta
hoy nadie sabe nada.

268
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 269

Capítulo XI
La verdad está en el cementerio

Q U E L J U E V E S 26 D E J U N I O D E 2008, cuando se entre-

A gó a la SIEDO para denunciar el levantón de su hermano Miz-


raím Jonathan, confesar delitos de narcotráfico, delatar al
hombre poderoso que le cuidaba la espalda, acogerse al programa de
testigos protegidos y cambiar su nombre al secreto de Sergio Pérez,
Ahiezer Noé Sánchez Avendaño ya era un muerto viviente en toda la
extensión de la palabra.
Apenas abrió la boca para relatar los pormenores del extraño levan-
tón con visos de sentencia a muerte para su hermano, Ahiezer —inves-
tido en la personalidad de Sergio Pérez— no se guardó ninguno de sus
secretos como soplón, madrina o ayudante de agentes judiciales estata-
les, ni ocultó cómo un policía federal, viejo amigo de su padre, lo in-
trodujo al hombre de apellidos honorables que lo llevó a las alturas
máximas del mundo de la mafia en el Estado de México, a quien le
hizo parte de los cimientos del imperio del narcotráfico que, dijo, se
levantaba desde las oficinas de la delegación de la PGR.
Si las declaraciones ministeriales de testigos protegidos como Emi-
lio y Claudia o las anónimas de agentes del Ministerio Público se toma-
ron con reservas, las delaciones de Ahiezer o Sergio Pérez —como se dijo
antes, cabecilla de la banda de narcomenudistas Los Mizraínes, tam-
bién dedicada al lucrativo negocio del secuestro en el valle de Toluca—
parecieron tan confiables que la SIEDO le garantizó el estatus de tes-
tigo protegido y le asignó una escolta integrada por dos agentes fede-
rales: Luis Cruz Ruiz, de treinta y tres años de edad, y César Noé Nava
Gómez, de treinta y cinco.

269
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 270

En los días siguientes a su entrega, agentes de la SIEDO también


descubrieron que Ahiezer se entregó dispuesto a colaborar porque el
mediodía del 21 de junio creyó ver la mano de José Manzur Ocaña en
el secuestro de Mizraím. Ya luego, en lo que pareció una comedia de
enredos, tendría tiempo de enterarse de que Mizraím había sido levan-
tado por un error garrafal, que el blanco real era él (Ahiezer) y que si-
carios en la nómina de La Familia Michoacana tenían la orden de sa-
carle los álbumes con nombres y direcciones de las narcotiendas de
Toluca y municipios circunvecinos, para después silenciarlo.
Según se creía en el mundo criminal, Ahiezer también tenía en su
poder una lista con los nombres de cada uno de los agentes federales
y estatales que recibían generosos apoyos por dar protección a los nar-
comenudistas del valle de Toluca y garantizar la expansión de las cé-
lulas de los cárteles de La Familia Michoacana, Los Zetas y los her-
manos Beltrán Leyva. Por ello, su autoentrega a la SIEDO había
desencadenado una preocupación policial generalizada.
Ahiezer estaba convencido de que nunca le entregarían vivo a su
hermano ni pagando el rescate en efectivo que le exigían los secuestra-
dores por el ridículo monto de medio millón de pesos, negociado lue-
go como una señal de muerte en aún más ridículos cuatrocientos vein-
te mil, tomando en cuenta el papel que ocupaba en la estructura del
narcotráfico y la protección que recibía desde la delegación de la PGR.
Así que la tarde del jueves 26 de junio entró a la SIEDO para presen-
tar la denuncia penal por el secuestro y rendir allí mismo su primera
declaración ministerial como “testigo colaborador”.
Con su experiencia y conexiones en el bajo mundo, debió saber
que la más insignificante delación o sospecha de que había revelado al-
guno de los secretos de la narco-mafia se pagaba con la muerte.
Por tal razón, la denuncia y las delaciones que empezaron ese día
lo convirtieron en un muerto viviente. Fue asesinado el miércoles 20
de agosto de 2008 en la zona de restaurantes de La Marquesa. La
ejecución de Ahiezer —atribuida a su socios y amigos Silverio Ro-
mero Varela, mejor conocido por su apodo de El Chino, y Alexis
Aguilar Trujillo, alias El Kiko—está indisolublemente ligada a la his-
toria de la expansión de La Familia, a las oficinas delegacionales de

270
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 271

la PGR en Toluca y a las delaciones que hizo a la SIEDO en el Dis-


trito Federal.
Entrada la noche de aquel miércoles 20 de agosto y en los prime-
ros minutos de la madrugada del jueves 21, en las oficinas centrales de
la SIEDO hubo alarma y movilización cuando se supo que tres su-
puestos agentes federales habían sido ejecutados con armas de fuego y
dejados sus cuerpos en el interior de un vehículo a la altura del kiló-
metro treinta y siete de la carretera México-Toluca.
Fueron habitantes de la zona quienes reportaron a la PGJEM el
hallazgo de la camioneta con las víctimas. Agentes de la Policía Fede-
ral sector Caminos y Puentes, apoyados por policías municipales de
Ocoyoacac y de la ASE, acordonaron la zona. Los peritos encontraron
en la minivan Chrysler Voyager gris, sin placas de circulación, tres ar-
mas cortas calibre nueve milímetros, pasamontañas, chalecos tácticos,
esposas y credenciales de la PGR a nombre de los agentes investigado-
res Luis Cruz Ruiz y César Noé Nava Gómez.
Abandonado el vehículo a dos metros de la entrada del restaurante
Cabaña Ilse, eran visibles, recostados en los asientos traseros, dos de los
cuerpos, los cuales presentaban disparos en el pecho y el tiro de gracia.
Se dio a conocer que un comando que viajaba a bordo de una camio-
neta de la que no hubo mayores datos había ejecutado a los agentes,
quienes iban bien armados pero no pudieron repeler el ataque.
El tercer cuerpo en realidad no quedó dentro de la Voyager, sino
tirado a un lado. Horas después se sabría que pertenecía a un valio-
so testigo protegido, el cual había hecho una serie de revelaciones es-
candalosas que amenazaban con poner en jaque a la clase política
mexiquense.

Ricardo Ravelo reconstruiría para la revista Proceso en febrero de 2010


cómo El Chino y El Kiko lograron sacar a su compadre Noé, no otro
sino el mismo Sergio Pérez, del búnker en que lo mantuvo la PGR du-
rante casi dos meses y cómo “sus conexiones llegaron muy alto, tan-
to que, antes de ser asesinado, administraba quince tienditas, se ligó
a Los Zetas y, de acuerdo con su declaración ministerial rendida

271
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 272

como testigo protegido de la PGR (expediente PGR/SIEDO/UEIDCS


/280/08), el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto,
permitió el posicionamiento del cártel de La Familia en toda la enti-
dad y ordenó echar a Los Zetas del territorio mexiquense, lo que de-
rivó en disputas y muertes. […]
”Antes de ser asesinado, y en su calidad de testigo protegido, Noé
Sánchez escribió una carta que pretendía enviar a Televisa. ‘Noticieros
Televisa: Siendo originarios del Estado de México nos dirigimos res-
petuosamente a usted para denunciar la problemática del narcotráfico
en la entidad mencionada. […] Somos un grupo de personas las cua-
les nuestros hijos han caído en las promesas (de) gente dentro del ga-
binete del señor gobernador Enrique Peña Nieto (que) tiene nexos con
el narcomenudeo y además reclutan (a) jóvenes que por la ansiedad de
ganar dinero fácil caen en esa red que ellos controlan y dirigen. […]
Quienes no se someten o aceptan pagar renta o protección policiaca,
llámese ministerial, municipal o federal (AFI, PFP, PGR), ahora han
coludido sus actividades delictivas uniéndose a otra organización cri-
minal llamada La Familia Michoacana, quienes se encargan de tortu-
rar, secuestrar, matar y amenazar a los demás jóvenes reclutados que
desobedecen a ese grupo delictivo. […] Hacemos mención de algunos
nombres de ellos: José Manzur (ex delegado de la PGR en Toluca),
Humberto Benítez Treviño, Pedro Guevara, Faustino Piña, comandan-
te Huerta, comandante Ingaes (Ingals)… Todos ellos son algunos de
los que controlan y brindan protección a los narcomenudistas y distri-
buidores en las localidades de Metepec, Zinacantepec, Lerma, San
Mateo Atenco, Calimaya, Lerma, Ixtapan de la Sal y Tenango’.”
Así pues, puede presumirse que la ejecución de Ahiezer Noé o el
testigo protegido Sergio Pérez también permanecerá amarrada a las con-
fesiones que hizo, en las cuales no sólo involucró en el tráfico de dro-
gas a José Manzur Ocaña, delegado de la PGR, sino que contó toda
una turbia historia sobre cómo este hombre era la base para desplegar
un nuevo tendido de las narcorredes en territorio mexiquense.
La llegada de Ahiezer al cuartel general de la SIEDO en aquel
mes de junio de 2008 fue como una aparición. Era él una fuente in-
formativa sobre la que pesaba una condena a muerte, ya que podía na-

272
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 273

rrar cómo el Estado de México estaba transformándose en una plata-


forma alternativa de la distribución de cocaína colombiana y otra
drogas que entraban desde municipios michoacanos y guerrerenses de
Tierra Caliente.
Delaciones de testigos protegidos, como Sergio Pérez, o de crimina-
les capturados, como el subteniente Fernando Reyes Sánchez —un de-
sertor del Ejército egresado de la Escuela del Aire—, dan sustento
para advertir que, con estructuras estables, sofisticadas en algunos ca-
sos, técnicas sanguinarias y muertes selectivas, municipios como Me-
tepec, Huixquilucan, Luvianos, Tejupilco, Ixtapan de la Sal y Ecatepec
se convirtieron a partir de 2005 en un enclave de capos de mayor en-
vergadura, y un territorio propicio para el blanqueo de dinero.

C ONFESIONES A MEDIAS

Palabras más, palabras menos, ésta es la historia por dentro, según la


contó en su denuncia penal por secuestro Ahiezer Noé Sánchez Aven-
daño, y luego, ya como el testigo protegido Sergio Pérez. Así dio su ver-
sión sobre cómo se sentaron las bases en la delegación de la PGR para
levantar un narcoimperio mexiquense que sería controlado desde el
valle de Toluca.
“Ayer, 25 de junio de 2008, aproximadamente a las diez de la ma-
ñana, mi hermano Mizraím, comerciante de veintiocho años de edad,
de complexión robusta, tez morena oscura, de un metro sesenta y sie-
te centímetros de estatura, de cabello color negro, que actualmente tie-
ne rapado, cara ovalada, ojos negros chicos, nariz respingada, labios
gruesos y barba partida, recibió una llamada telefónica en uno de sus
[dos] celulares procedente de un número con clave lada setecientos
veintitrés.
”Era la voz de una persona del sexo masculino. Necesitaba verlo a
la una de la tarde en la tortería La Selva, en la avenida Lerma, a la al-
tura de Plazas Outlet —sobre la carretera México-Toluca—, con la fi-
nalidad de dialogar sobre un secuestro en el que estábamos involucra-
dos mi hermano Mizraím Jonathan, Silverio Romero Varela (a quien

273
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 274

conozco desde hace cinco años, ya que me lo presentó Betzi Esmeral-


da López Flores, domiciliado en la colonia Cápula del municipio de
Sultepec), además del hijo de este último, Sergio Rojas Varela, su so-
brino Francisco Rojas Romero y yo.
”La persona que llamó —y de la cual daré mayores datos en de-
claración por aparte—, señaló que contábamos con una orden de
aprehensión que podíamos arreglar. En compañía de Mizraím y un
amigo de nombre César López Tenorio, me trasladé a ese lugar. Íba-
mos en un Volkswagen Bora gris de mi hermano. Llegamos al filo de
las doce y media de la tarde, treinta minutos antes de lo pactado.
”Nos estacionamos unos diez metros antes de la tortería. A la una
de la tarde con cinco minutos llegaron una Liberty roja, sin placas de
circulación, y una camioneta Suburban negra, también sin placas. De
la primera unidad bajó una persona del sexo masculino, de entre vein-
tisiete y treinta años de edad, pelo negro, pero sólo a los lados y calvo
de la parte superior, tez morena clara, delgado, de un metro setenta de
estatura, que vestía traje negro.
”Si lo tuviera a la vista lo podría reconocer. Al estar fuera del ve-
hículo llamó de nueva cuenta [por el celular] a mi hermano. Estaba en
la Liberty roja. Preguntó a Mizraím a dónde se encontraba.
”—Necesito verte para lo del secuestro —dijo la voz por teléfono.
“Nos percatamos de eso porque nos encontrábamos metros atrás
y nunca se dieron cuenta de nuestra llegada. Mizraím decidió ir solo.
Nos pidió esperarlo en el auto. Quería saber de qué se trataba, qué
querían y quiénes eran esas personas.”
Lo que siguió fue muy rápido. No les dio tiempo de reaccionar.
Los ocupantes de las camionetas llevaban un plan muy concreto y es-
tudiado. Además, los sobrepasaban en número y capacidad: “De la Su-
burban negra bajaron ocho sujetos. No me pude percatar de sus carac-
terísticas físicas, pero todos vestían traje, portaban armas de fuego,
cortas y largas, amagaron a mi hermano y lo subieron a la Liberty”. Ni
Ahiezer ni el amigo supieron cuántas personas viajaban en la Liberty
porque ésta tenía los vidrios polarizados.
Arrancaron, “tomaron por la vía rápida con dirección a Toluca.
Marqué al Nextel de mi hermano y a sus dos celulares, pero ya esta-

274
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 275

ban apagados. Estuvimos en ese lugar hasta las seis de la tarde. Miz-
raím nunca regresó, pero a esa hora recibí una llamada a mi celular
—con clave lada del Distrito Federal—. Era la voz de una persona de
sexo masculino, quien manifestó que al lado de La Selva me dejaría los
dos celulares de mi hermano y que no me lo entregarían. Eran de La
Familia, una organización no formalizada, la cual no permitía secues-
tros, robos ni violaciones. Respondí que nunca habíamos estado invo-
lucrados en algo así. Pero no me lo iban a regresar. Dijeron que espe-
rara hasta el día siguiente para negociar.
”Regresé a recoger los aparatos de comunicación de mi hermano.
Me retiré de ese lugar. Permanecí a bordo del vehículo, dando vueltas
hasta que decidí acudir a denunciar los hechos. En ese tiempo recibí
tres llamadas, procedentes del mismo número, hechas por una sola
persona que se identificó como El Cura, quien me exigió, para empe-
zar a negociar la liberación, quinientos mil pesos. Lo repitió en cada
una de sus llamadas. Respondí que trataría de juntar esa cantidad.”
Cabe señalar, sin embargo, que ese relato tenía una pequeña y sig-
nificativa variación: la fecha del levantón. Ahiezer afirmó que lo repor-
tó un día después, pero hay elementos para advertir que se perpetró
cinco días antes de la denuncia —al mediodía del sábado 21 de ju-
nio— y que en ese lapso de días perdidos intentó en forma desespe-
rada negociar la liberación de su hermano, aunque sabía que era una
labor infructuosa.
A Ahiezer no le alcanzó el tiempo para enterarse de que Franky,
Chiquilín, Traka, Cuate y El Cóndor formaban parte del comando que le-
vantó a Mizraím en La Selva. Tampoco que el último de ellos, el ex ofi-
cial egresado de la Escuela del Aire de la Fuerza Aérea Mexicana, era
el chofer de la Liberty roja. Ni que antes de ser enviado al municipio
de Tejupilco, donde fue ejecutado, su hermano fue llevado a una casa de
seguridad de La Familia en el municipio de Lerma, a escasos minutos
de la tortería.
Los secuestradores tomaron la carretera a Toluca, pero fue una ac-
ción engañosa porque en realidad avanzaron menos de un kilómetro.
A los treinta segundos, a su lado derecho entraron al pueblo de Ler-
ma. Con eso despistaron a Ahiezer, un malhechor con experiencia que

275
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 276

conocía, como él mismo lo afirmó, a toda la delincuencia de Toluca. Y


prácticamente con toda estaba relacionado.
El 11 de octubre de 2008, un informante y ex pagador de La Fa-
milia precisó en sus declaraciones ministeriales que ese operativo fue
un error. Su explicación fue sencilla: “Respecto al levantón de Mizraín
[Mizraím], fue de la siguiente forma: la orden directa la dio Jefe Terry o
Jefe Cuervo al Jefe Pony o Jefe Caballito. Éste, a su vez, la hizo saber al Pre-
sidente Clinton y al Comandante Enero, XR o La Rana, por lo que éste se en-
cargó de planear el secuestro.
”Clinton llamó telefónicamente, pero nosotros ignorábamos que
respondería Mizraím. Creíamos que a quien estaban citando era a Ai-
sier [Ahiezer], ya que el número lo teníamos registrado a este nombre.
Se le citó en Lerma, en la tortería La Selva para platicar. Alrededor de
la una de la tarde nos trasladamos a bordo de una Liberty roja. Yo con-
ducía. Franky iba a mi lado derecho, en el asiento del copiloto, y en la
parte de atrás iban Chiquilín y Traka.
”Llegamos a la hora convenida, estacioné la Liberty en el estacio-
namiento de la tortería, le marqué. Pensábamos que era Aisier. Vestido
de traje, descendí del vehículo para darle confianza, lo invité a subir
[…], me dirigí a una casa de seguridad ubicada en el mismo lugar de
Lerma, ahí lo bajamos, permaneció diez minutos. De ahí, El Maldito Sea,
al volante de la misma camioneta, Franky, Traka y Chiquilín lo traslada-
ron a Tejupilco, allá lo dejaron. Ya que estuvo en Tejupilco se supo que
[la víctima] no era Aisier.
”Cuando se supo que quien estaba en Tejupilco era el hermano
Misraín [Mizraím], se hicieron las primeras llamadas telefónicas a Aisier
a fin de de pedirle una cantidad en efectivo supuestamente para soltar
a su hermano, pero la intención real era levantarlo a él también.”

Establecidos los primeros contactos, Ahiezer y los secuestradores ha-


blaron al menos en veinticuatro ocasiones y aquél intentó involucrar a
su padre, Rubén Noé Sánchez Flores, en las negociaciones. En uno de
los oficios de la averiguación previa, la PGR precisa: “mediante la pre-
sente diligencia se procede a verificar el contenido de audio de un dis-

276
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 277

co compacto, el cual tiene la leyenda escrita ‘Veinticuatro llamadas ex-


traídas de un teléfono celular marca Sony S5002i’ ”.
Y parte de las transcripciones dan cuenta de la negociación:
“—Entonces, la situación es que andan sobre varias cabezas, acá
también en el estado.
”—Ajá.
”—Hay algunos cambios, Fabián dice que Pepe Manzur, el licen-
ciado, se iba para el Distrito Federal […] y los presentaron hoy. Ya les
marcaron un arraigo, aunque es domiciliario. Él está muy bien, el pedo
es que tu hermano, bueno, pues habló también mucho. Y lo puso pero
gacho a él y a varios.
”—Ajá… Ajá.
”—La cosa es desafanar la bronca y que se desafane la mayoría.
”—Sí, sí, sí.
”—¿Conociste a Guevara?
”—No, no lo conocí.
”—Son gente que viene de… Si platicaste con él, hay gente que
está viniendo. Y hay gente del Ejército.
”—Ajá.
”—entonces te lo vuelvo a repetir, es de huevos, a tu carnal se le
va a liberar.
”—Ajá.
”—Pues mira, ya que si negocias, que si te ponen campana [agen-
tes federales encubiertos], no me interesa detenerte.
”—Qué pasa, canijo. Mira, ya hablé con mis papás. No se pudie-
ron trasladar acá a la Ciudad de México. Yo estoy aquí, sí. Me dijeron
que mañana ya se venían. De hecho te marqué. Hace un ratito, pero lo
apagaste. Ya platiqué con ellos. Y me dijeron que sí, que no hay nin-
gún problema que ya mañana vienen a platicar conmigo. Les manejé
más o menos que voy a tomar una determinación, que pues nada más
quiero que aprueben. No, ellos dijeron que sí, que no hay ningún pro-
blema, que mañana vienen a ver lo más temprano que puedan para pla-
ticar. Y no hay ningún problema, qué te parece.
”—Bueno…
”—Pues tú dime. ¿Quieres que lo hagamos ya el día de mañana?

277
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 278

No sé, en la tarde o el domingo, tú dime, no hay ningún problema. Ya,


lo hacemos en corto, pero oye, una preguntota, qué onda, la neta de
cabrones, mi hermano ¿está vivo o muerto?”
Por eso también hay elementos para advertir que, al cuarto día, un
asesino a sueldo de La Familia Michoacana le hizo una llamada a Ahie-
zer para darle a conocer la “pena” y el “dolor” que embargaban a la or-
ganización criminal de La Familia por el fallecimiento de Mizraím en
una casa de seguridad en el municipio de Tejupilco. Finalmente se lo hi-
cieron saber porque Ahiezer era uno de ellos, ciertamente de otro ban-
do, y porque querían sacarle aquellas listas con nombres de los respon-
sables de las narcotiendas y los agentes, federales y estatales,
involucrados en la delincuencia organizada.
Ahiezer tomó como un mensaje personal de sentencia de muerte
esa “pena” y ese “dolor”, expresados en la voz de Cachorro. Él también
sabía que lo buscaban por lo de las listas.
Sin conocer esa situación, el padre de Los Mizraínes no sospecha-
ba que sus hijos andaban en malos pasos y, menos, metidos en el nar-
cotráfico, aunque desconfiaba de su repentina prosperidad.
Cuando en febrero de 2010 platicó con la revista Proceso y el pe-
riodista Ricardo Ravelo le preguntó a qué se dedicaban sus hijos, la
respuesta fue clara: “El mayor, Noé, era técnico radiólogo del Hospi-
tal San Juan, en Toluca, y el otro se dedicaba al comercio, vendía ropa
en tianguis. […] A mi esposa y a mí siempre nos llamó la atención su
rápida prosperidad, pero nos decía que trabajaba para un licenciado
cuyo nombre no conocimos sino hasta tiempo después.
”—¿Quién era ese licenciado? —preguntó Ravelo.
”—Era José Manzur, el delegado de la PGR en el Estado de
México.”
Y en las transcripciones de las llamadas que se hicieron como par-
te de la averiguación previa, Ahiezer se sabía hombre muerto:
“—Mira, tú sabes, así de cabrones y te lo voy a decir. Tú sabes
que yo no puedo levantar un acta. O sea, tú sabes que yo no puedo ir
con la policía. Si ellos ya saben mi corrido, imagínate, yo voy a ir a
entregarme solo, pues no soy pendejo. Yo no puedo estar del lado de
la policía porque ahí me ensartan, y tú lo sabes bien. Yo no puedo lle-

278
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 279

gar y decirles sabes qué es esto y esto, porque me iniciarían una inves-
tigación, y ahí me rompen la madre. Yo soy consciente. Si tú me di-
ces mira, ahí está tu hermano, mira vamos a hacerla así de cabrones,
yo te doy doscientos mil pesos más. Tú dame a mi hermano, yo te en-
trego la maleta y me boto a la verga con él, no necesito estar en el Es-
tado de México, si sé cómo está ahorita el pedo. Ni siquiera puedo
acercarme ahí. Ahorita toda la judicial quiere que yo me acerque para
romperme la madre.”
Ahiezer tenía claro que entregarse a los federales era un último ca-
mino que sólo le alcanzaría para comprar unos días de vida. Conocía
la peligrosidad de los agentes de la policía ministerial al servicio de los
capos, temía a los funcionarios mexiquenses que involucraría en sus
declaraciones, conocía el alcance de los federales adscritos al Estado de
México que controlaban el negocio y, además, ya tenía un acercamien-
to a los métodos de La Familia Michoacana para eliminar a la compe-
tencia, más si había comprado la plaza y estaba en proceso de expul-
sar a Los Zetas.

EL ENGANCHE

Con ese vacío de cinco días que no contó a los federales, durante los
cuales quiso negociar con los secuestradores, el día 27 Ahiezer porme-
norizó la historia que más interesaba a los agentes de la SIEDO y a los
altos funcionario de la PGR, encabezados por su titular Eduardo Me-
dina-Mora.
Viernes 27 de junio: “En enero de 2006 acudí al edificio de la
Procuraduría General de Justicia del Estado de México para tramitar
mi carta de no antecedentes penales. En ese lugar me encontré con Sa-
muel Rojas Gutiérrez, a quien se le conoce con el sobrenombre de Ro-
jas, mi compadre, un policía ministerial en ese tiempo adscrito al área
de secuestros.
”Después de platicar un rato me preguntó si conocía a personas
que se dedicaran a vender drogas, piratería o robo de autopartes, con
el fin de que se los pusiera; es decir, que se los señalara para que pu-

279
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 280

diera detenerlos y extorsionarlos. Me ofreció una cantidad que depen-


dería del asunto. Por mi necesidad, acepté la propuesta.
”Empecé a estudiar a las personas que se dedicaban a vender dro-
ga, piratería, cristaleros, a todos los que se dedicaban a cometer deli-
tos. Esta información se la proporcionaba a Rojas. Éste, en compañía
de otros policías ministeriales, entre los que recuerdo a El Comandante
Neto, y otros conocidos sólo como Ingals, El Gato, Bringas y El Trini, en
general todo el grupo de secuestros, detenía a las personas, las extor-
sionaban. Del dinero que recibían me entregaban una parte.
”Eso me permitió relacionarme con otros elementos de la policía
ministerial adscritos a los grupos de Robo de Vehículos, Aprehensio-
nes y Combate a la Delincuencia —entre ellos El Rogelio, Huerta, Jardón
y Osorio—. Después de trabajar unos seis meses con estas personas, en
agosto de 2006, en una de las calles de Toluca me encontré con Juan
Climaco Velázquez, a quien conocía desde seis años atrás porque es
amigo de mi papá Rubén Noé Sánchez Flores. Estudiaron juntos en la
primaria.
”Trabajaba como agente federal de investigación y estaba adscrito
a la SIEDO. Me preguntó en qué trabajaba; le expliqué que jalaba con
la del estado como ayudante. Platicamos de varias cosas. Finalmente
intercambiamos número telefónico. Quince días más tarde, recibí una
llamada de Juan Climaco Velázquez. Me pidió verlo en su domicilio,
en la colonia Rincón de Independencia en Toluca. Lo vi como a las
seis de la tarde de ese día.
”Le expliqué de nueva cuenta que conocía a las personas que ven-
den droga, piratería y en general a casi toda la delincuencia de Toluca.
Entonces, me dijo:
”—Mira, te voy a presentar a una persona para que le lleves los
jales a él.
”Así me podía ganar una lana más.
”—Sí —fue una respuesta inmediata.”
Investido en su personalidad de Sergio Pérez, según las declaraciones
ministeriales de Ahiezer, Climaco “le habló entonces a esa persona y
nos fuimos a la colonia Lomas Altas, en la avenida Circunvalación.
Llegamos al estacionamiento de una tienda Oxxo. Fue en ese lugar a

280
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 281

donde me presentó al licenciado José Manzur Ocaña, persona que


cuenta con la siguiente filiación: cuarenta a cuarenta y cinco años de
edad, un metro con ochenta centímetros de estatura, promedio, com-
plexión robusta (gordo), pecoso, nariz ancha, cara redonda, ojos chi-
cos, entrecerrados, color de piel blanco, pelirrojo, le apodan El Archi.
”Una vez que expliqué a Manzur Ocaña qué hacía con la policía
ministerial, me contó que tenía relación con todas las corporaciones
policiacas federales, estatales y municipales, que él podía coordinar
todo lo de la venta de droga en tienditas, piratería y el robo en gene-
ral, para que me brindaran protección y no fuera molestado.
”Recuerdo a las personas que tenían tienditas en Lerma, San Ma-
teo Atenco, Zinacantepec, Toluca, Tenango del Valle, Almoloya de Juá-
rez, Cacalomacán y Tlacotepec: El Pix controlaba tres tiendas; El Dinky,
una; El Rulas, seis; El Kiko, seis; Pepe la Perra, dos; El Gato, una; Mike, una;
Galindotm, una; Aquiles, una; Camerino, una; El Checo, cuatro; El Brody, una;
Carlos el de la Zona, una, y Los Manitas, tres móviles.
”A esas personas las conocí por las funciones que me encomenda-
ban los elementos de la ministerial. Yo pasaba a recoger las rentas. Con
relación a la piratería, yo acudía con José, uno de los mayores distribui-
dores en Toluca.”
Reconocido como cobrador y dealer confiable, Ahiezer incluyó a su
hermano menor Mizraím y pactó con Manzur Ocaña para realizar las
mismas actividades. Pero Ahiezer ocultó que él mismo tenía ya sus
tiendas y sus distribuidores ambulantes, y que Mizraím conocía todo
el ramo de la piratería en el valle de Toluca.
Luego de varias entrevistas en las que Ahiezer entregó información
sobre las tiendas que controlaban los agentes de la policía ministerial,
además de los ingresos que entraban por la piratería, el robo de auto-
partes y el cruce de indocumentados, sobre todo de centroamericanos,
también se elaboró una lista de los agentes estatales y federales meti-
dos en el negocio.
“Del licenciado Manzur recibía protección y seguridad de las di-
ferentes policías. Inclusive me mandaba al comandante de la UMAN
[la hoy desaparecida Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo],
Javier Carrasco García, alias El Chácharas, en un vehículo oficial y, en

281
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 282

ocasiones, a dos ministeriales. Después, con el comandante Carrasco,


me presentaba ante cada una de las personas que mencioné. Les decía
que si querían trabajar tenían que arreglarse. Se les dejaba un número
de teléfono para que se comunicaran. Pactado el trato, se les pedían
tres fotografías del local, con la dirección atrás. Se elaboraban tres ál-
bumes, uno se le dejaba al comandante de la AFI y otro al licenciado
Alfonso Benítez Luna, agente del Ministerio Público de la federación,
adscrito a la UMAN. El álbum contenía también el nombre de la tien-
dita y del dueño del local, para que no hubiera confusión.
”El trabajo lo hacía con Mizraím. Y lo realizábamos de la siguien-
te forma: él llamaba por teléfono a la persona y se le citaba en algún
lugar. Pero siempre diferentes lugares y sobre la calle, ahí nos entrega-
ban el dinero en efectivo y lo depositaban en una bolsa. Todo este tra-
bajo lo coordinaba Manzur, y ésta era la persona quien me transmitía
las órdenes. Me indicaba que recogiera el dinero y me indicaba el lu-
gar en donde se lo debía entregar. Para eso utilizábamos un radio Nex-
tel —yo con el número 52*235141*25 y Manzur Ocaña utilizaba los
números 52*11*3384 y 52*11*4955—.
”Una vez que tuve el apoyo de Manzur Ocaña, empezamos a co-
brar una cuota inicial de quince mil pesos por semana a las tienditas y
de treinta mil pesos semanales a la piratería. […] Al de la piratería se
le citaba en el mercado Juárez, el de Paseo Tollocan en Toluca. Nor-
malmente cobraba en el transcurso de la mañana de los días miércoles
de cada semana, y le entregaba el dinero al licenciado Manzur los jue-
ves por la mañana, en el Oxxo de Circunvalación.
”La forma en la que depositaba el dinero era siempre en fajillas de
diez mil pesos, cada una. Las primeras veces que entregaba el dinero
me acompañaba el agente Juan Climaco Velázquez. Una vez que Man-
zur recibía, me pedía que lo acompañara a la Normal Superior, en la
calle Isidro Fabela, antes de llegar a Lerdo, ahí citaba al comandante
Osorio, en ese tiempo coordinador de la policía ministerial, y a otro
comandante conocido como El Tiburón, del grupo de Combate a la De-
lincuencia, ambos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de
México. En ese lugar Manzur personalmente le entregaba a cada uno
la cuota correspondiente. Después nos dirigíamos a la PGR, en la ex

282
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 283

hacienda La Magdalena. En el estacionamiento le entregaba a Yanqui,


el de la AFI.
”Tiempo después se subieron las cuotas a las tienditas y a la pira-
tería, hasta que se juntó un millón de pesos a la semana. Recogía el di-
nero en la forma que ya expliqué, y, con mi hermano Mizraím y Juan
Climaco Velázquez, se lo entregaba al licenciado José Manzur Ocaña.
En ocasiones en su domicilio en la colonia Lomas Altas, un inmueble
de tres niveles, de color blanco. Tiene sistema de cámaras con portón
para estacionamiento y una puerta de acceso. Esta casa se encuentra a
treinta metros del Oxxo, en donde también le entregaba dinero. Inclu-
sive llegaba caminando. Casi siempre acudía solo o en ocasiones con
El Tiburón. Eran entre treinta y treinta y cinco tienditas, y se les cobra-
ban veinticinco mil pesos, a cada una, por semana. El resto del dinero
se juntaba de la piratería.
”Recuerdo que en octubre de 2006, Manzur se encontró con el
comandante Javier Carrasco García, El Chácharas, a quien conocía por-
que fue elemento en Toluca. Y por lo del negocio de grúas que tiene
Manzur también conocí al licenciado de nombre Alfonso Benítez
Luna, El Costeño, un hombre de un metro setenta y cinco centímetros
de estatura, cabello chino, medio gordo, color de piel blanca y ojos
normales café. Esta persona era el Ministerio Público de la federación,
adscrito a Toluca. Cuando se formó la UMAN de Metepec, adscribie-
ron a Benítez Luna. Como una atención del licenciado Manzur Oca-
ña, éste le regaló a Benítez una Cherokee dorada, modelo 2004; he-
chos que le constan al declarante ya que estuvo presente y fue en el
estacionamiento del Oxxo de la calle Circunvalación en donde le en-
tregó la unidad.
”Una vez que llegaron a un acuerdo: Manzur Ocaña les entregaría
las cuotas de las tienditas y la piratería. Carrasco y Benítez Luna em-
pezaron a coordinarlas, siempre en común acuerdo con Manzur. Esto
siguió así hasta abril de 2007, cuando a Manzur lo nombraron dele-
gado de la PGR en el Estado de México.” (Desde ese tiempo se espe-
raba el nombramiento aunque, como se explicó en el capítulo anterior,
no se oficializó sino hasta el 1 de agosto de 2007.)
El nuevo puesto de Manzur “no ocasionó ningún cambio en la re-

283
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 284

lación, ya que el declarante le seguía entregando directamente un mi-


llón de pesos a la semana, por concepto de las tienditas y la piratería.
A los tres meses de que José Manzur Ocaña tomó cargo, de delegado,
nombró a Benítez Luna subdelegado en Toluca. Para esto, Manzur y
Benítez Luna me citaban en el edificio de la delegación de la PGR en
la ex hacienda La Magdalena, para que les entregara el dinero de las
tienditas y la piratería. Mismo que siempre entregaba en compañía de
Climaco Velázquez.
”La forma en la que ingresábamos al edificio era la siguiente: lle-
gábamos al estacionamiento que utilizan los trabajador, ahí hay un
módulo. El policía de guardia permite el acceso por instrucciones de
Manzur y Luna. Y cuando algún policía preguntaba a dónde íbamos,
salía Luna con un: déjalos pasar. Una vez en el interior, caminaba has-
ta donde están las mesas de trámite de los agentes del Ministerio Pú-
blico. Ahí existe una puerta que conduce a la oficina del delegado,
donde le entregaba personalmente el dinero, siempre en bolsas y pre-
guntaba si iba completo. Decía luego les llamo y nos retirábamos.”
Por esa razón, Ahiezer pudo contar otros secretos que compartían
Benítez Luna y Manzur: “Formaron una mesa fantasma —del Minis-
terio Público federal—, que ellos identificaban como la cinco. Ésta co-
nocía todo tipo de delitos y la coordinaba Benítez Luna, que trabaja-
ba con un AFI efectivo y tres ayudantes o madrinas. La forma de operar
era la siguiente: establecían retenes en la carretera Toluca-Morelia, se
montaba el operativo, revisaban vehículos, aseguraban algún tipo de
droga o arma de fuego y a los detenidos los trasladaban a Toluca”, a
la mesa número cinco.
Desde ahí, contó Ahiezer, “los hacían hablar por teléfono con sus
familiares y les daban instrucciones para que acudieran a las oficinas y
preguntaran por la mesa cinco, a donde les darían los informes. Lue-
go se entrevistaban con Benítez, éste les pedía cierta cantidad. Una vez
que era entregado el dinero, liberaban a los detenidos.
”Otra ocasión, por ejemplo, la policía municipal de Toluca detuvo
a unas personas que fabricaban billetes falsos, inclusive los pusieron a
disposición con las máquinas que utilizaban para la elaboración de bi-
lletes. Y de esos asuntos conoció la mesa cinco, atendida por Benítez

284
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 285

Luna, quien a pesar de que era subdelegado trabajaba los asuntos, re-
cibía dinero y dejaba en libertad a esas personas, como a los falsifica-
dores toluqueños.
”Otra de las funciones que desempeñaba la mesa cinco consistía
en hacer cateos a las tienditas puestas; sin embargo, sólo lo hacían para
aparentar trabajo, y para que la gente pensara que no tenían compro-
misos. Llegando a las oficinas liberaban a los detenidos. Al otro día és-
tos seguían vendiendo droga las veinticuatro horas del día. Benítez
Luna daba cara como Ministerio Público y no como subdelegado. Bai-
laban a los familiares y soltaban a los detenidos sin registrar averigua-
ción previa, por órdenes de Manzur Ocaña. Todos los asuntos en los
que se podía sacar dinero los trabajaba Benítez Luna. Se los quitaban
a otras mesas.
”Manzur es propietario de aproximadamente treinta vehículos, en-
tre ellos una Hummer, un BMW X5, un Mustang y una Equinox blin-
dada, que guarda en un rancho de su propiedad (ha sido descrito como
ostentoso y de malos gustos por quienes han estado allí invitados por
el propietario), ubicado en la colonia Aviación de Toluca, sobre la ca-
rretera Toluca-Atlacomulco, al cual acudí en varias ocasiones, y a don-
de conocí a su esposa e hijos.
”En los meses de agosto y septiembre de 2007, Carrasco me
acompañaba para recolectar las rentas, para que estuviera al tanto del
movimiento. Posterior a ello, en octubre de 2007, Manzur dijo que era
tiempo que me retirara del negocio, con Mizraím. Dijo que no era ne-
cesario que siguiéramos realizando tales actividades.
”Me fui a Coacalco, a trabajar con un amigo de la Policía Judicial,
de apellido Hurtado, a quien auxiliaba ubicando tiendas para la venta de
cocaína, sujetos que se dedicaban al robo o a la piratería. Pero en ene-
ro de 2008 recibí una llamada de Manzur, quien me amenazó en el
sentido de que no me estuviera pasando de pendejo. No quería que
trabajara para ninguna otra corporación policiaca. Di las gracias al co-
mandante Hurtado y me dediqué a trabajar en la venta de carros y en
el empleo que tengo en el IMSS.”
Luego, Ahiezer afirmó que en mayo de 2008 —cuando estaba de
regreso y se empezaron a documentar sus incursiones, solitarias prime-

285
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 286

ro y luego a través de acercamientos con células locales de Los Zetas,


en el tráfico de cocaína— descubrió que las tiendas de narcomenudeo
pasaron a ser controladas por La Familia, “encabezada por X-R Lobo1
[…] porque el licenciado Manzur Ocaña había vendido la plaza. […]
Estos hechos y las circunstancias que me constan, porque cuento con
un expediente en el que asenté datos de los domicilios de las tiendas,
personas vinculadas, servidores públicos involucrados y demás datos
que proporcionaré. La presente declaración la rindo en términos de ley
y de manera libre y espontánea, sin mediar ningún tipo de coacción fí-
sica ni moral, respetando en todo momento mis derechos humanos y
mis garantías individuales. Previa lectura de mi dicho, lo ratifico en to-
das y cada una de sus partes y firmo al margen y calce, estampando las
huellas dactilares de mis dedos pulgares de ambas manos, firmando
los que en ella intervinieron para los efectos legales que haya lugar”.
El Ministerio Público federal e investigadores de la SIEDO apro-
vecharon esa joya en bruto. Si ya les había relatado detalles, esperaban
todavía mucho más. Luego de darle un respiro para dormir, comer y
descansar, el mismo 27 de junio lo volvieron a sentar para ampliar sus
declaraciones ministeriales, ya con el nombre falso de Sergio Pérez.
Ahiezer no estaba dispuesto a pisar la cárcel y, según parece, pensó
que en la SIEDO tenían capacidad para protegerlo de veras de los sica-
rios de La Familia que buscaban las listas completas de los narcomenu-
distas en Toluca, incluidas las quince de Ahiezer y las que en forma di-
recta controlaba Manzur Ocaña. Operadores de los narcotraficantes del
estado de Michoacán se habían enterado de que en el territorio mexi-
quense había por lo menos diez mil tiendas fijas para la distribución de
todo tipo de drogas. De este número, cinco mil habían sido localizadas
en los municipios aledaños a la Ciudad de México.
También confió en que su estatus de testigo protegido lo pondría
a salvo de una eventual venganza de los policías federales adscritos al
Estado de México a los que estaba dispuesto a delatar. Y, por último,
pensaba que por lo menos encontraría los restos de su hermano y, con
sus conexiones en el bajo mundo, terminaría descubriendo quién dio la
orden directa para ejecutarlo y quién jaló el gatillo para quitarle la vida.
Ahiezer había regresado a Toluca para engancharse en las células de Los

286
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 287

Zetas. Desde su destierro en Coacalco vio ésa como una de las pocas
posibilidades de reincorporarse al lucrativo negocio de las drogas.
Rota la relación con su protector Manzur Ocaña, secuestrado su
hermano y ya con la declaración ministerial de que entró al negocio
a sabiendas de la actividad delictiva a la que se dedicaría y de los pe-
ligros que corría, Ahiezer confesó cómo fueron algunas de las nego-
ciaciones que intentó hacer con los responsables del levantón de su her-
mano en la tortería La Selva y cómo pasó a La Familia el control de
la plaza.
“La distribución de drogas en Toluca se encuentra controlada por
La Familia. Hace aproximadamente un mes pasaron a las tiendas y de-
jaron un teléfono en el cual les informan que tienen que reportarse con
ellos, que son La Familia Michoacana, y para ello han señalado a una
persona de nombre Felipe, un hombre de unos treinta y cinco años de
edad, moreno claro, de un metro con sesenta y siete centímetros de al-
tura, delgado, medio calvo.
”Se encarga de proveer a los dueños de las tiendas, como Raúl, Mike,
El Gato, Aquiles, El Came, El Pits, El Checo y Kiko. Y cada uno realiza sus
grapas. Les brinda protección a través de los arreglos que se tienen con
los servidores públicos. Felipe trae regularmente droga consigo y es cus-
todiado por tres vehículos con personas fuertemente armadas. Los ve-
hículos que usa tienen placas sobrepuestas, entre los que se encuentran
una Liberty roja y una Nitro verde.
”Para que una tienda se establezca en Toluca y municipios circun-
vecinos se requiere que La Familia, a través de Felipe, lo autorice. Cual-
quier tiendita que no se reporte, la revientan y levantan al propietario.
Son muy peleadas y tienen buenas ganancias, al grado de poder pagar
una cuota semanal de veinticinco mil pesos. Esto lo sé porque fui el
encargado de recoger esas cuotas, juntando hasta un millón de pesos
por semana.
”Para identificar una tiendita de droga en Toluca y sus alrededores
es muy sencillo: regularmente se encuentran en locales comerciales en
los que se acondiciona un enrejado, o una ventanita, y se ponen cajas
de refresco para simular la venta de este producto. Tales condiciones
no se reproducen en una tienda lícita y normal.

287
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 288

”Aunque en ocasiones se realizan diligencias de cateo en algunas


de estas tienditas, no se aprehende a los dueños porque éstos no están
físicamente en esos lugares de venta sino en sus domicilios, a donde
guardan la mercancía y acondicionan las grapas. Fácilmente rentan un
nuevo lugar, en la misma área geográfica, y vuelven a montar la tiendi-
ta de droga. Hay ocasiones que incluso dejan letreros del lugar al que
se cambiaron.”

E RA L A FAMILIA
Durante sus diálogos telefónicos, Ahiezer consumió varios días por-
que, al parecer, creyó que podía convencer a los secuestradores, hasta
que descubrió horrorizado que en el nuevo ciclo de la delincuencia or-
ganizada que empezó con la consolidación y expansión de La Familia
Michoacana en el Estado de México nadie lo quería vivo y que lo ha-
bían atrapado con algunos secretos.
En una de las conversaciones transcritas e integradas a la averigua-
ción previa eso le quedó claro, como claro le quedó que había nuevos
jefes en la región.
“—Hablamos contigo y nos llega la información de que habían
pedido un millón de dólares por tu hermano y, además…
”—Pues la neta fue así. Y yo te digo una cosa, hablé con El Cura
y con Felipe. Sí, y ya, al chile, le(s) di una cantidad y me dijeron no, no
hay pedo. Ya mañana vemos el pedo. Me comunicaron al Clinton. No
sé quién sea, pero me comunicaron [a] un señor al que le dicen Clin-
ton. Entonces Clinton me dijo: ‘Ni madres, a la verga. No hay trato, no
quiero lío. No quiero nada’.
”Luego me habló El Cura… y me habló Felipe. Ajá, sí. Y te lo digo
en su cara de Felipe, que no se haga pendejo, me pidieron seiscientos mil
pesos, los mismos que les di y no me regresaron a mi hermano. Sí, en-
tonces… pues entonces aquí no sé ni qué pedo. La neta, ¿sabes qué?
Ellos me dijeron ‘No hay pedo, ya nada más va a pasar una semana car-
nal y yo te entrego a tu hermano’.
”Sí, eso me hicieron. Ellos me dijeron textualmente,. el Cura y Fe-

288
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 289

lipe agarraron [el dinero]. Y se comunicó conmigo El Cura y se comu-


nicó el Felipe. Y Felipe me dijo ‘No, no. Ten el número del Cura y tráta-
lo con él’.
”¡Ah!, bueno, pues órale. Pidieron seiscientos mil pesos, nunca me
regresaron a mi hermano. Me dijeron en una semana. Me dijeron ‘Al
chile, no te lo podemos regresar de un día para otro, aguántate una
semana güey, no hay pedo’. Ya aguanté una semana, ya aguanté vara y
no me lo regresaron. La neta de cabrones, así te lo digo. Sí, es más. Tú
conoces al Felipe…
”Así fue, así pasó con El Clinton. Me dijo así, al chile, no hay tra-
to. ‘¿Tienes un millón de dólares?’ Le dije ‘No, no manches, ni que fue-
ra El Chapo Guzmán’. ‘Bueno, sabes, no hay ni madres, no hay trato. Es
más, no me des ni madres. Ya no hay trato, ya no hay nada.’ ”

Nadie tenía la certeza entonces de quién era Clinton, más tarde cono-
cido como Presidente Clinton, que en octubre de 2009 sería identificado
por su nombre de Abel Valadez Oribe, de treinta y cinco años de edad.
Pero todavía el martes 27 de octubre de ese año, capturado en la ca-
rretera de Zapotlanejo, Jalisco, cuando se dirigía al palenque de las
Fiestas de Octubre en Guadalajara a bordo de un automóvil con pla-
cas sobrepuestas, se veía como jefe de operaciones de La Familia Mi-
choacana en el Estado de México.
Ésa era una verdad a medias y una creencia errónea. La SIEDO
ya conocía muy bien la estructura de ese cártel en territorio mexi-
quense. En los primeros días de octubre de 2008, la captura de Fer-
nando Reyes Sánchez, conocido como El Cóndor, le dio acceso libre a
los secretos de esa organización que había llegado al Estado de Mé-
xico presionando y aniquilando a sus rivales a través de los munici-
pios sureños de Luvianos, Tejupilco e Ixtapan de la Sal, colindantes
con el estado de Michoacán, y de los de Tlatlaya, Sultepec, Zacual-
pan y Amatepec, vecinos del estado de Guerrero. O Villa Victoria.
Capturado el día 9 de ese mes a bordo de una camioneta Honda
Pilot blanca 2007, desde luego robada y con placas sobrepuestas, en
la que llevaba un sobre con algunos mensajes confidenciales y cifrados

289
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 290

para el Presidente Clinton, El Cóndor no era un personaje cualquiera: egre-


sado de la Escuela del Aire de la Fuerza Aérea Mexicana con el grado
de subteniente en Aerologística, era un desertor del Ejército que en
menos de siete meses —según sus confesiones incompletas y su coo-
peración voluntaria con la justicia federal para aminorar su pena— ha-
bía escalado hasta posicionarse como jefe de informantes de La Fami-
lia y convertirse en el brazo derecho de Abel Valadez Oribe.
El Clinton era ciertamente uno de los criminales más buscados por
la justicia mexiquense, pero que fuera la cabeza de la organización en
el Estado de México estaba en tela de duda. Y aquel desertor de la
Fuerza Aérea Mexicana, matrícula B-4055378, que alguna vez estuvo
destacamentado en la Vigésima Zona Militar con sede en Manzanillo,
Colima, de donde se separó en 1987, conocía parte de la historia.
En manos de la justicia federal, El Cóndor habló. Todavía en 1987,
antes de desertar del Ejército era el responsable de descifrar los men-
sajes que llegaban a la Vigésima Zona Militar provenientes de la Sede-
na y relacionados con el tráfico de narcóticos.
“Deserté”, dijo, “por temor a que me mataran.” Se había relacio-
nado con un grupo de narcotraficantes que controlaba aquella zona. Y
aún estaba el recuerdo de la caída de algunos de los viejos capos de la
época: Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo, conocido más
por su alias de Don Neto, y El Vampiro Miguel Ángel Félix Gallardo.
“Una ocasión [esos narcotraficantes] me pusieron a la vista un
Lamborghini. Era un regalo. Y me preguntaron si quería una casa, y en
dónde la quería. Además, me darían una cantidad de dinero como
pago por mis servicios.” Y el subteniente Fernando Reyes Sánchez sólo
tendría un compromiso: entregar a los narcotraficantes, antes que al
general comandante de la zona, todos los mensajes cifrados que llega-
ran desde la Sedena.
Así que a ese acercamiento peligroso con la delincuencia organiza-
da en el estado de Colima el subteniente atribuyó la decisión de deser-
tar. “Y me trasladé de regreso a esta ciudad de Toluca, donde busqué
trabajo en el ramo en el cual me desempeñé en el Ejército.” Pero nunca
consiguió nada por el convenio entre autoridades civiles y militares de
no dar empleo a personas que hubieran cometido el delio de deserción.

290
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 291

Su destino fueron, primero, algunas fábricas de la zona industrial.


Fue obrero hasta 1991, cuando se cansó y optó por dedicarse al co-
mercio. Según sus declaraciones ministeriales, vendió de todo, hasta
que a principios de 2008 cambió de oficio y se hizo taxista, “activi-
dad de la cual se derivó mi ingreso a La Familia Michoacana”. Y lo
hizo apenas empezado el mes de marzo de este último año a través de
Lobo, uno de los operadores de la organización en Toluca.
“A principios de marzo de este año dos mil ocho”, recordó, “al en-
contrarme trabajando como chofer de taxi conocí a un sujeto que des-
pués supe respondía al apodo de Lobo, que me solicitó un servicio en
la colonia Nueva Oxtotitlán, para trasladarlo al centro de la ciudad.”
Y en el trayecto hicieron plática, una de esas charlas informales en-
tre pasajero y conductor. Pero no hablaron del clima, de política ni del
tráfico que ya ahoga a la zona centro toluqueña. “Me preguntó acerca
de la situación del taxi; si lo que ganaba me alcanzaba para vivir.”
El “no” contundente que respondió Reyes Sánchez animó a su in-
terlocutor, quien lo invitó a trabajar. Sólo le dijo que se dedicaba a dis-
tribuir droga. En ese momento nada se habló de La Familia Michoa-
cana. Eso vino después, poco a poco, hasta que el taxista se ganó la
confianza. Primero serviría como informante. Y la labor consistía en
reportar cualquier tipo de movilización policiaca o retén, “para que
sus muchachos no pasaran por dichos lugares con su mercancía”.
En ese momento se enganchó de nueva cuenta. Aceptó trabajar
para Lobo. Y nunca nada de nombres. Había una justificación: “Nadie
era conocido por nombre, sino por apodo”. Así terminó el encuentro
de esa tarde en el centro de la capital mexiquense. La propina de cien
pesos que recibió el taxista sirvió como esperanza de un mundo me-
jor. La suerte estaba por cambiarle. Se acabarían las penurias desde que
desertó de la Zona Militar de Colima. Ahora descifraría mensajes para
los narcotraficantes.
A las diez de la mañana del día siguiente sellaron su naciente re-
lación laboral. Sostuvieron un encuentro por el rumbo de las faculta-
des de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM),
que se encuentran en el cerro de Coatepec. Se entrevistaron en la es-
quina del paseo Vicente Guerrero y la avenida Universidad. Y “en esa

291
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 292

ocasión me hizo entrega de un teléfono celular nuevo, con el cual es-


taríamos en contacto”.
Esa mañana, el taxista aprendió sus primeras claves y las únicas que
manejaría durante semanas: tope, cuyo significado derivaba en retén u
operativo de la policía en algunas calles de Toluca. Y chiclero, por infor-
mante. “Mi paga sería la cantidad de mil quinientos pesos a la sema-
na, y mi semana comenzaba a correr a partir de ese día. Los días de
paga serían los sábados”. Los encuentros que sostendrían serían siem-
pre en el mismo lugar: el kiosco de la colonia Casa Blanca en Mete-
pec. En los días siguientes, Fernando Reyes Sánchez se enteraría de
que era integrante de una organización delictiva conocida como La Fa-
milia Michoacana en la Plaza Toluca.
Y esa plaza “comprende los municipios de Toluca, Xonacatlán,
Temoaya, Santiago Tianguistenco, San Mateo Atenco, Ocuilan, Ca-
púlhuac, Huixquilucan, Mexicaltzingo y toda la zona conurbada —in-
cluidos Metepec, base éste para tender una amplia red de casas de se-
guridad, Almoloya de Juárez, Calimaya, Tenango del Valle, Lerma, San
Antonio La Isla, Tenancingo y Santa María Rayón—, cuya actividad
es la venta, distribución y pago de peaje de droga, así como de pirate-
ría en general, como es la venta de discos, ropa y calzado”.
“Por mi buen desempeño llegué a ser jefe de informantes. Era el
contacto entre mis superiores y los chicleros, todos ellos a bordo de ve-
hículos proporcionados por la organización. Y, por precaución, todos
robados.” De esa forma, si hay necesidad de abandonar algún vehícu-
lo, se puede hacer sin riesgo alguno. Se evita que las autoridades pue-
dan rastrear al comprador o propietario de la unidad. Igual de impor-
tante es que así se evitan pérdidas económicas.

Ese año, La Familia tomó otra decisión: eliminar a algunos jefes de las
policías mexiquenses relacionados con Los Zetas y que se habían de-
dicado a reventar las tiendas de droga de la Plaza Toluca, que capos
michoacanos habían comprado en una extraña negociación por varios
millones de pesos a la delegación de la PGR.
El primer objetivo fue un policía pariente del gobernador Enrique

292
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 293

Peña Nieto: el comandante Cuitláhuac Ortiz Lugo, en ese momento


alto funcionario de la PGJEM, a quien incluso se había involucrado en
el robo de un cargamento de precursores para producir drogas sintéti-
cas, armas y tres millones de dólares de la casa de seguridad de un cár-
tel que operaba en la zona residencial de Ciudad Satélite, Naucalpan,
aunque nunca hubo ninguna investigación oficial. El tema terminó por
enterrarse y se acabó de tajo cuando Ortiz Lugo murió en un muy ex-
traño accidente automovilístico en las primeras horas de la mañana
—como se relató en capítulos anteriores—, saliendo de su residencia
en el municipio de Atlacomulco.
Desde septiembre de 2008, la revista Proceso había investigado:
“Reportes de inteligencia consultados indican que cuando el goberna-
dor Peña Nieto habilitó a Cuitláhuac Ortiz, su sobrino político, como
director de la policía ministerial, en poco tiempo este funcionario co-
menzó a controlar los puntos de venta de droga. […] Las investigacio-
nes de la PGR establecen que Ortiz, actualmente en funciones, opera-
ba al amparo o en complicidad con José Manzur Ocaña, quien hasta
el 6 de julio pasado era delegado de la PGR […] y es ahijado de
Humberto Benítez Treviño”.
Sin embargo, La Familia modificó sus planes porque, por tratarse
de un personaje cercano a Peña —se enteraron de que era familiar di-
recto—, la seguridad de Ortiz Lugo exigía planear un atentado sobre
otras bases y llevaría más tiempo. Así, los michoacanos decidieron eli-
minar al guardaespaldas del comandante Ortiz Lugo, el policía minis-
terial Braulio Nicolás Hernández Zúñiga.
Por llamarle de alguna forma, fue esa la presentación más especta-
cular de La Familia Michoacana en el valle de Toluca. Así estaba dis-
puesta a intimidar para que nadie metiera una tacha ni un gramo de
droga ni un disco pirata en el territorio comprado. La responsabilidad
de planear, ejecutar el atentado y asesinar a Hernández Zúñiga se dejó
en las manos del Comandante Enero, un aspirante a capo grande, identi-
ficado más adelante por el nombre de René Calderón López.
Ex policía él mismo a quien gustaba rodearse de otros agentes mi-
nisteriales estatales para que le sirvieran como muro o escoltas, Calde-
rón López era responsable de la Plaza Toluca para el control de la pi-

293
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 294

ratería en todas sus áreas: discográfica, audiovisual, ropa y calzado, así


como del cobro de cuotas de piso y seguridad (extorsión en su más
amplio significado) a propietarios de bares, cantinas, centros noctur-
nos, giros negros y palenques.
“Presidente Clinton se desempeña como encargado de la Plaza Tolu-
ca por lo que respecta a la venta, distribución y pago de peaje de dro-
ga, pero en específico de cocaína, que entra por el estado de Tamauli-
pas”, precisó El Cóndor en su declaración ministerial. Y el contacto de
este alias presidencial en las policías mexiquenses fue identificado por el
ex militar como el comandante ministerial Javier García Carrasco, alias
El Chácharas.
El Cóndor recordó su primera reunión con El Chácharas en junio de
2008: se lo presentó personalmente Presidente Clinton “en el restauran-
te Toks de Plaza de Las Américas en Metepec”. Ese encuentro de pre-
sentación e intercambio de tarjetas fue atestiguado por Cachorro. “Gar-
cía Carrasco nos dijo que tuviéramos cuidado porque andaban cerca
de nosotros, incluso nos mostró unas fotografías de ambos (Cachorro y
El Cóndor), diciéndonos que la policía nos tenía bien ubicados.
”En esa fecha se llegó a un acuerdo de trabajo con García Carras-
co para que nos informara sobre operativos de la Procuraduría, y pro-
porcionara características detalladas del policía ministerial conocido
como Nico —por Braulio Nicolás Hernández Zúñiga—, para facilitar
su ejecución.”
En los primeros días de julio siguiente en un Jetta negro, acompa-
ñado por Pelón y Cachorro, El Cóndor concretó una cita con El Chácharas
García Carrasco en el McDonald’s de Paseo Tollocan y Díaz Mirón
para recibir información sobre un narcomenudista independiente que
operaba en San Mateo Atenco, aunque el objetivo central fue recoger
información específica y detallada sobre Nico.
Y en el Jetta, con El Cóndor al volante, llegaron en quince minutos
hasta el domicilio del narcomenudista en San Mateo Atenco. Además
del domicilio, “nos proporcionó su media filiación, así como las ca-
racterísticas del vehículo en el cual trabajaba para alinearlo a nuestra
organización”.
En el trayecto de regreso, El Cóndor le entregó en mano cincuenta

294
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 295

mil pesos, en billetes de quinientos y doscientos pesos, a El Chácharas,


“como pago por sus servicios de informante respecto de los operati-
vos que pudiera llevar a cabo la Procuraduría, y por información res-
pecto de todos y cada uno de los movimientos que realizaba Nico, para
poder llevar a cabo su ejecución; es decir, nos llevó y señaló su domi-
cilio particular.
”Nos proporcionó su media filiación, nos informó a qué hora sa-
lía y regresaba a su casa, a qué hora llegaba y a qué hora salía de la Pro-
curaduría, así como a dónde se dirigía y en qué vehículos se movía. In-
cluso nos proporcionó las placas. Con esa información se planeó la
ejecución de Nico.”
Para que no hubiera problemas ni equivocaciones, en el trayecto de
ida y vuelta a San Mateo Atenco, El Chácharas entregó una descripción
de Braulio Nicolás Hernández Zúñiga y una lista completa sobre sus
hábitos. “Nos informó que era de una estatura aproximada de un me-
tro noventa centímetros, complexión robusta, pelo cano, tez morena
clara. Y la ejecución se llevó a cabo a los tres días siguientes, el fin de
semana, la madrugada del sábado 12 de julio.
”Incluso, García Carrasco intervino como informante las horas
previas a la ejecución de Nico. Al encontrarse en las instalaciones de la
Procuraduría se comunicó vía telefónica con el Comandante Enero para
informarle el momento en que Nico salió de la Procuraduría.”
Desde una de las oficinas de la Procuraduría, El Chácharas pidió al
Comandante Enero que esperaran en la casa de Nico porque éste llegaría
un poco tarde, ya que tenía un compromiso en un bar cercano. Y para
la ejecución se preparó personal que viajaría en tres vehículos y una
motocicleta.
El primero, una camioneta Ford Escape gris, en la cual viajaban
Comandante Enero en el asiento del copiloto, llevando consigo un rifle de
asalto AR-15; Soldado, con un rifle de asalto AK-47, y Gris, armado
con una pistola calibre nueve milímetros, mientras que El Cóndor se
apropiaba del asiento del conductor, con una pistola calibre nueve mi-
límetros entre las piernas.
La segunda unidad, un Jetta negro, fue asignada a la mano precisa
de Garibay, a quien le gustaba tener a la mano un rifle de asalto AR-

295
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 296

15, y Pelón, que al cinto cargó con una pistola calibre nueve milímetros.
Y “como encargados de la logística iban Kalín, en una motocicleta Ka-
wasaki blanca, y Cañas, a bordo de un Corsa color vino”.
Estos últimos “no iban armados porque los encargados de la lo-
gística nunca llevan armas, únicamente se encargan de programar las
posibles entradas y salidas del lugar al cual acudamos para hacer más
fácil la llegada, así como la retirada, la fuga. Ubicado el domicilio par-
ticular del policía ministerial conocido como Nico, en la calle Gloria
Unidad Victoria en Toluca, llegamos aproximadamente a las ocho de
la noche del viernes 11 de julio”.
El comando se estacionó cerca del domicilio señalado por El Chá-
charas. Tenía tiempo suficiente para esperar. Y la espera fue larga. Las
luces del Interceptor negro de Nico anunciaron su llegada al filo de las
dos de la madrugada del sábado 12 de julio. “Supimos que era él al
observarlo después de haberse bajado del Interceptor, el cual estacio-
nó frente al domicilio que nos fue señalado. Al bajar Nico, circulé a baja
velocidad en la Ford Escape, con las luces apagadas, con dirección a él.
Atrás de mí circulaba el Jetta negro.
”A una distancia aproximada de treinta metros antes de llegar al
lugar donde estaba Nico parado debajo del Interceptor negro, de la
Ford Escape bajó Comandante Enero, llevando consigo su AK-47 cuerno
de chivo y Gris con su pistola calibre nueve milímetros. Avanzaron pie a
y, en enseguida y a distancia, abrieron fuego contra el cuerpo de Nico.
”Al mismo tiempo descendieron del Jetta negro, que iba de muro,
Garibay con su rifle de asalto AR-15 y Pelón llevando consigo una pis-
tola calibre nueve milímetros. También dispararon a distancia contra el
cuerpo del policía ministerial, a quien observé desde la Ford Escape
que conducía. El chofer del vehículo que va a ejecutar siempre se debe
quedar a bordo con el motor encendido para facilitar la fuga.”
Atacado por dos flancos, Nico hizo todavía el intento de abordar
el Interceptor. Pero no lo pudo hacer: “Comandante Enero, Soldado y
Gris, así como Garibay y Pelón, en todo momento dispararon sus ar-
mas hasta quitarle la vida”. El fuego duró unos tres minutos. Coman-
dante Enero regresó a la Ford y, de la parte de atrás, “sacó una cartu-
lina blanca con letras de las cuales no recuerdo el color, sin recordar

296
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 297

el texto original pero recuerdo que decía que lo habían matado por
creerse Superman”.
El texto original que registró la PGJEM precisaba: “Con La Fa-
milia no se juega, vayan preparando el traje con el que se van a morir”.
Pero en realidad, de acuerdo con las declaraciones ministeriales de El
Cóndor, era un aviso de advertencia con nombres de otros funcionarios
como el comandante Cuitláhuac para que lo tomaran en cuenta y no
se siguieran oponiendo a la voluntad de La Familia Michoacana y trai-
cionaran a Los Zetas.
“Dicha cartulina fue elaborada por puño y letra del Comandante
Enero, cuatro días antes de la ejecución, en una casa de seguridad ubi-
cada en la colonia Lázaro Cárdenas en Metepec.” Y El Cóndor insistió
en la intervención de los verdugos de Nico: “Mi participación como
chofer de la camioneta Ford Escape fue quedarme a bordo de la mis-
ma con el motor encendido para facilitar la fuga, así como estar al pen-
diente en caso de ser necesario para prestar seguridad externa.
”Una primera ráfaga, cada uno con su arma, realizada por el Co-
mandante Enero, Soldado y Gris caminando a distancia y por la parte pos-
terior del Interceptor negro; una segunda ráfaga, a corta distancia,
Comandante Enero, por el lado del chofer del vehículo a la altura de la
puerta trasera; es decir, le tiró por la espalda a Nico; Soldado, con su
arma, por el lado del copiloto a la altura de la puerta delantera, y Gris,
en primer lugar por la parte frontal del vehículo del lado del chofer a
la altura del parabrisas y, en segundo lugar, por el mismo lado del
chofer a la altura de la puerta delantera. Garibay y Pelón dispararon una
sola ráfaga a distancia, por la parte trasera del Interceptor, a la altura
del medallón.”
En otras palabras, también dispararon por la espalda. Cinco gati-
lleros contra uno. Nico no tenía una oportunidad. Ya lo querían muer-
to. Después de ejecutarlo, “cada uno regresó a su auto asignado y po-
sición en que llegamos, retirándonos, y circulando en punta los
encargados de la logística: Kalín en su Kawasaki y Cañas en el Corsa co-
lor vino. Ellos nos señalaron la ruta de salida hasta llegar a una casa de
seguridad en la colonia Lázaro Cárdenas de Metepec, una vivienda de
dos pisos, con un zaguán viejo de dos hojas de madera rústica”.

297
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 298

Era una casa cualquiera: entrando, dos cuartos al lado derecho, un


patio grande y al fondo la casa principal que se compone, en el primer
piso, de sala comedor, baño y una recámara, así como una pequeña chi-
menea junto a las escaleras de caracol que llegan al segundo piso, en
donde hay dos recámaras, un hall para televisión y un balcón. En la par-
te posterior, dos cuartos medio empezados de tabicón. La casa se ubi-
ca en una calle cerrada de terracería.
Llegaron por la avenida Las Torres, con dirección a la Ciudad de
México, hasta la avenida Asunción, donde dieron vuelta hacia al sur
hasta llegar al domicilio, cerca del Conalep. Allí pasaron la noche. Al
día siguiente, cada uno —excepto Cañas y Kalín, quienes se quedaron
por órdenes superiores— tomó rumbo diferente. Regresaron tres días
después para enterarse de las novedades y del éxito del operativo. La
prensa local había destacado la ejecución de Nico y algunos reporteros
incluso supieron lo de la cartulina con el mensaje de La Familia.
Conocida la preparación y capacidad de El Cóndor, un soldado en-
trenado por la Fuerza Aérea Mexicana para descifrar los mensajes y las
claves de las organizaciones criminales mexicanas, la SIEDO lo sentó
de nueva cuenta para ampliar su declaración ministerial. Tenían miedo
de que La Familia lo mandara a ejecutar, así que querían sacarle el ma-
yor provecho posible.
El subteniente desertor retomó el tema de la ejecución de Nico,
pero también hizo otras delaciones. Las principales, los apodos o alias
de los verdaderos cabecillas de La Familia Michoacana en el Estado de
México —y no precisamente Presidente Clinton ni el Comandante Enero—,
y parte de la participación del licenciado José Manzur Ocaña en la de-
lincuencia organizada mexiquense.
Comandante Enero y Presidente Clinton eran los operadores. Pero “ten-
go conocimiento que sus jefes superiores son en primer lugar un suje-
to apodado Pony y, por encima de éste, El Terry. El Terry es el número
uno y Pony el número dos de la organización”.
Sobre la sinceridad de su colaboración y el alcance de su partici-
pación en La Familia y la confianza ganada en la organización, El Cón-
dor quiso dejar constancia: “Terry es de una edad aproximada de cin-
cuenta y cuatro años, estatura aproximada de un metro ochenta y cinco

298
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 299

centímetros, complexión robusta, tez morena clara, pelo quebrado ne-


gro, frente mediana, cejas semipobladas, ojos medianos café, nariz cha-
ta con base ancha, boca mediana, labios regulares, mentón oval y está
cachetón. Y Pony tiene como cincuenta y dos años, mide un metro se-
senta centímetros, es de complexión robusta, tez blanca, pelo lacio ne-
gro, frente mediana, cejas semipobladas, ojos medianos café oscuro,
nariz recta, boca mediana, labios regulares, mentón oval y sin señas
particulares”, aunque ninguno de los dos superaba en personalidad y
presencia al Presidente Clinton.
Arriba de ellos, según consta en las declaraciones ministeriales de
El Cóndor, se encontraba “Papá Gordo, que opera en el estado de Tamau-
lipas. Es el máximo dirigente de la organización a la cual pertenezco
como brazo derecho del Presidente Clinton en lo que se refiere a la admi-
nistración de la empresa. Me gané ese puesto por mi buen desempeño
y mis conocimientos en administración. Incluso, por algunas semanas
tuve a mi cargo la nómina de la empresa”.
Papá Gordo tenía veinticinco operadores en la Plaza Toluca, “tra-
bajando todos y cada uno de nosotros en vehículos robados, propor-
cionados por Comandante Enero y Presidente Clinton”. Y El Cóndor confe-
só un salario quincenal de ocho mil pesos cuando ascendió de jefe
de informantes a cobrador de las rentas en las tiendas de droga ali-
neadas a la empresa, “que por lo regular eran de veinticinco mil pe-
sos a la semana y de diez mil pesos semanales para los narcomenu-
distas móviles”.
Pero algo no cuadraba en las rentas de La Familia en el valle de To-
luca: apenas juntaban un promedio de quinientos mil pesos semanales,
contra el millón que la venta de drogas le dejaba a Manzur Ocaña y a
Benítez Luna a través de Los Mizraínes, según los documentos minis-
teriales. Por eso, a los michoacanos les urgía entrevistarse con Ahiezer.
Él tenía la lista y la clave de las narcotiendas.
En los primeros días de junio, La Familia también contaba ya con
nueve casas de seguridad en el valle de Toluca, que coordinaba desde
la Ciudad Típica de Metepec, el municipio más rico del estado y el de
mejor calidad de vida. “La primera en Quintana Roo Sur casi esquina
con calzada Al Pacífico en la colonia Ocho Cedros, Toluca, una casa

299
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 300

de dos pisos; la segunda en la calzada Al Pacífico en Capultitlán, de


dos pisos color blanco”, cerca de la primera porque daba a los sicarios
mayor seguridad de movimiento.
La tercera se ubicaba “en Paseo Tollocan Baja Velocidad. Pasando
el puente de Pilares, primer puente a la derecha a cuadra y media, en
Pilares Metepec, de un piso con dos portones de color verde; la cuar-
ta en el fraccionamiento Santa Elena, San Mateo Atenco, una casa de
un piso; la quinta en Lerma, a un lado del Conalep. Era de dos pisos
en color anaranjado con un portón café.
”La sexta se encontraba en La Asunción, Metepec, en la Privada
de San Joaquín, la tercer casa del lado izquierdo, de un piso; la sépti-
ma en Xonacatlán, en la entrada, en donde hay un puente y una base
de taxis a mano derecha, segunda calle de nuevo a mano derecha apro-
ximadamente trescientos metros, con una entrada en común para tres
casas, junto a un frontón, siendo una casa de dos pisos sin recordar el
color; la octava en Villa Cuauhtémoc, apenas en la entrada principal,
llegando al semáforo a mano derecha aproximadamente de doscientos
a trescientos metros, en una calle de terracería y enseguida a doscien-
tos metros más al lado derecho, una casa tipo rancho de un piso con
bardas de adobe y un zaguán de madera de dos hojas, y la novena en
la colonia Lázaro Cárdenas, Metepec, de dos pisos con un zaguán vie-
jo de dos hojas de madera rústica, en una calle de terracería cerca del
Conalep.”
El Cóndor también hizo una confesión que llamó la atención de los
agentes federales en pleno: “Hace tres días, el martes 7 de octubre de
este dos mil ocho, el Comandante Enero me contactó con un elemento
de la Agencia de Seguridad Estatal [ASE], a quien no conocí por nom-
bre ya que mi contacto con él fue a razón de que me vendió tres ra-
dios de comunicación en doce mil pesos.
”Dichos radios tienen las frecuencias de la propia Agencia de Se-
guridad Estatal [ASE], de la Gubernatura del Estado de México, del
área de Logística, de Ayudantía, Giras y Eventos Especiales del gober-
nador, así como de los relámpagos (los helicópteros propiedad del go-
bierno estatal mexiquense), que ignoro en dónde se encuentran.”
Y de El Cóndor salió la confirmación que atribuyó al Presidente Clin-

300
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 301

ton el asesinato material del alcalde de Ixtapan de la Sal —Christopher


Salvador Vergara Cruz, el 4 de octubre de 2008—.
Pero este último cometió un error de primer año: involucró en el
crimen a su amante Érika Michel Enríquez García, en cuya estética se
planeó la ejecución. Érika se encontraba entre los primeros catorce cri-
minales capturados por agentes de la PGJEM, relacionados con el ase-
sinato del presidente municipal, un político muy cercano a Enrique
Peña Nieto.
A sus treinta y cuatro años de edad, Vergara Cruz formaba parte
de la nueva generación de Golden Boys que preparaba Arturo Montiel
Rojas, a la sombra del gobernador Peña Nieto y del secretario del Tra-
bajo, Ignacio Rubí Salazar. Sin embargo, Vergara se metió en el ánimo
de Peña y el 11 de enero de 2007 éste fungió como testigo de honor
en la boda del alcalde con Denisse Muñoz Hernández.
Aquel año de 2007, Montiel tenía una mansión en el fracciona-
miento Gran Reserva en Paseo de la Cima, y Peña mantenía una resi-
dencia en el mismo lugar pero en Paseo de la Cantera. En aquella zona
desfilaban, en los campos de golf, los personajes más importantes del
mundillo político estatal: de Ricardo Aguilar, presidente del PRI me-
xiquense, a David Korenfeld, secretario del Agua; de Alfredo del Mazo
Maza, hijo de Alfredo del Mazo González y actual alcalde de Huix-
quilucan, al empresario inmobiliario Javier Barrios y la poderosa fami-
lia ixtapense San Román.
Preparado por la Fuerza Aérea para desempeñar labores de inteli-
gencia militar, El Cóndor no era un eslabón oculto y aislado en La Fa-
milia, aunque él confesara a los agentes del Ministerio Público federal
que apenas tenía siete meses metido en el crimen organizado cuando
fue capturado, en octubre de 2008.
Hoy es catalogado como un testigo clave en las investigaciones fe-
derales para encontrar las puntas de la madeja en el tendido de las re-
des del narcotráfico en el Estado de México. El desertor Fernando Re-
yes Sánchez dio a las autoridades los nombres de al menos dos
personas que estaban en la lista de condenados a muerte por La Fami-
lia, pero sobresalía un nombre sin apellidos: Esmeralda, que era una de
las supuestas lideresas de los comerciantes del mercado Palmillas.

301
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 302

“Hemos fotografiado su domicilio particular y de su hermana en


San Pablo Autopan, Toluca. La íbamos a levantar y seguramente matar
por no dejarnos trabajar y cobrar muy caro el derecho de piso en di-
cho mercado […], llega a cobrar hasta trescientos cincuenta mil pesos
por un pedazo.”
Y confesó un crimen no registrado por las autoridades locales:
“También participé en un levantón de cuatro personas del sexo mascu-
lino que se dedicaban a la venta de efedrina en el Distrito Federal, de
quienes Comandante Enero consiguió su teléfono haciéndose pasar por
comprador y los citó en Plaza Sendero.
”El día de la cita acudimos a bordo de una camioneta Mazda
CX9 blanca, robada. Íbamos Comandante Enero, Cuco y Chiquilín. En el
Volkswagen Passat gris llegaron cuatro personas del Distrito Federal,
todos ellos socios. Para cerrar el trato los trasladamos a nuestra casa
de seguridad en la colonia Lázaro Cárdenas de Metepec, donde los
levantamos.
”Pasaron el resto de la tarde y la noche en ese lugar. Al día si-
guiente, como a las tres de la mañana, los trasladaron a Tejupilco en
dos camionetas, la Mazda CX9 y otra Mazada pero CX7 color gris,
en donde fueron entregados a otro grupo armado de la misma orga-
nización. Entregada la mercancía, regresamos de inmediato a Toluca.
El Passat se quedó unos días en la casa de seguridad de la colonia Lá-
zaro Cárdenas.”
Entre palabra y palabra, porque no lo querían callado, el 11 de oc-
tubre de 2008 Fernando Reyes Sánchez repitió lo mismo en declara-
ciones ministeriales que rindió ante el agente del Ministerio Público
del fuero común de la PGJEM, que ante los investigadores federales
de la SIEDO en el Distrito Federal: “El delegado de la Procuraduría
General de la República de apellido Manzur tenía más de quince tien-
ditas de distribución de drogas en la ciudad de Toluca, y en los muni-
cipios aledaños.
”Manzur con los hermanos Misraín [Mizraím] y Aisier [Ahiezer]
controlaban la venta y distribución de droga, en concreto cocaína, pero
en mayo de 2008 el Presidente Clinton concretó la compra de la Plaza
Toluca a Manzur”, aunque, para mantener las apariencias, el mismo

302
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 303

Manzur coordinó operativos especiales para reventar algunas de las


tiendas cuando pasaron al control de La Familia, según las delaciones
de El Cóndor.

Después de la entrega de Ahiezer nadie estaba a salvo. Aunque en prin-


cipio se dio como un enfrentamiento, a la seis de la tarde del jueves 3
de diciembre de 2009, un comando atacó con granadas de fragmenta-
ción y ráfagas de rifles de asalto la Unidad Mixta de Atención al Nar-
comenudeo (UMAN) de Coyuca de Catalán.
El ataque tenía un objetivo: El Costeño Alfonso Benítez Luna, agen-
te del Ministerio Público federal, quien murió en ese lugar. También
falleció Armando Mota Cortés, comandante de la policía ministerial
federal. Dos agentes estatales resultaron heridos de gravedad.
Minutos más tarde, en un enfrentamiento en la comunidad de Las
Cruces, cayeron muertos dos de los criminales que atacaron la sede de
la UMAN y el policía estatal José Cortés Molina.
Tras la caída de Manzur Ocaña, Benítez Luna fue sacado de Tolu-
ca y al menos en dos ocasiones la PGR ordenó su traslado, pero has-
ta Guerrero lo fueron a cazar. En esta última entidad, Benítez Luna
buscaba un abogado defensor porque le habían entregado informes
confidenciales sobre las investigaciones de la SIEDO contra su ex jefe
Manzur Ocaña.
El 27 de junio de 2008, Ahiezer también exhibió y entregó al Mi-
nisterio Público una hoja con fotografías y nombres de algunos de los
agentes de la policía ministerial del Estado de México que recibían una
parte de las rentas por permitir la distribución de droga en el valle de
Toluca y proteger a los dealers. En las declaraciones de la averiguación
previa destacan los nombres de Javier García Carrasco, Ángel García
Cervantes, Luis Alberto Huerta Galván, Rafael Gil Salgado y Samuel
Rojas Gutiérrez.
En sus negociaciones telefónicas con los secuestradores, Ahiezer
todavía confesó una última conversación con Manzur Ocaña: “La
verdad, ese licenciado es un cabrón. Nada más va por la feria. Y, de
huevos… si yo cuánto dinero no le entregué. Le pedí el favor, que me

303
Tierra narca PRIMERAS 8/8/10 12:35 PM Página 304

hiciera el favor de hablar con ustedes, al que le vendió la plaza, al jefe


de ustedes”. Pero el licenciado Manzur Ocaña José abandonó a sus
viejos socios.
Mizraím nunca volvió. El jueves 26 de junio de 2008, cinco días
después del secuestro y de las apuradas negociaciones de su hermano,
ya estaba muerto. Ahiezer se presentó ese día en el cuartel general de la
SIEDO, hizo la denuncia por el levantón, se acogió al programa de tes-
tigos protegidos y habló. Poco menos de dos meses después, la noche
del 20 de agosto, él también estaba muerto, y nadie sabe con certeza
quién lo mandó matar.

C OLOFÓN
Los principales socios, testigos y delincuentes que podían testificar
contra el prófugo ex delegado Manzur Ocaña, aportar datos precisos
sobre las cantidades que se recibía de los cárteles de la droga, la pira-
tería, las extorsiones o cobro de seguridad y otros delitos conexos del
fuero común y delincuencia organizada, además de cómo se levanta-
ba el narcoimperio mexiquense, están muertos. Poco a poco los han
eliminado.
Además de Ahiezer, Mizraím y Benítez Luna, fueron ejecutados
Milton Guerrero Cristóbal (jefe Regional de la AFI) y Pedro Felipe
Magaña Vázquez (titular del área de Control y Supervisión Operativa
de la AFI); Braulio Nicolás Hernández Zúñiga (agente de la PGJEM),
y Arturo Cuitláhuac Ortiz Lugo (primo de Peña). En 2009 también
desapareció el narcomenudista Jumar Maldonado Mondragón.

304

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy