Matrimonio Igualitario

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TICAS POSIBLES: LA INFANCIA EN LAS DELIBERACIONES SOBRE EL MATRIMONIO IGUALITARIO EN ARGENTINA 1

Andrea Viviana Martnez Dorr Sueldo Universidad Nacional de Rosario, Argentina

Resumen: Argentina sancion durante 2010 la primera Ley de Matrimonio Igualitario en Latinoamrica. El punto ms lgido del debate en la Cmara de Senadores fue la posibilidad de que parejas del mismo sexo, coadoptaran nios/as o decidieran ser padres/madres a travs de mtodos cientficos como la inseminacin artificial, donde los lazos de consanguinidad no definiran la parentalidad, sino que sta estara avalada por la institucin matrimonial. Los fundamentos filosficos de algunos discursos pronunciados en estas deliberaciones, son analizados tomando como referencia los desarrollos de Dardo Scavino sobre las ticas posibles en este fin de siglo. Palabras clave: Matrimonio igualitario, infancia, tica, filosofa.

Abstract: In 2010, Argentina passed the first law of Egalitarian Marriage (same-sex marriage) in Latin America. The debate reached its climax when the Senate discussed the possibility of same-sex couples adopting children jointly or deciding to be fathers/mothers through scientific methods such as artificial insemination; cases in which parenthood would not be decided by the bonds of consanguinity, but rather validated by the institution of marriage. Following Dardo Scavino's ideas on possible ethics for the end of the century, this work analyzes the philosophical foundation for some of the speeches delivered during the debate.

El presente artculo se basa en la obra de Dardo Scavino La filosofa actual. Pensar sin certezas, donde se analiza minuciosamente el pensamiento de los autores ms relevantes de la filosofa contempornea. Merecera otro trabajo contrastar la afirmaciones de Scavino con las obras originales de Agamben, Badiou y Vattimo, autores relevantes para este artculo cuyas obras se detallan en la Bibliografa. Por cuestiones de tiempo el presente trabajo no abord dicha contrastacin.

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Key words: Same-sex Marriage-Egalitarian, Marriage-Infancy, Ethics, Philosophy. Recibido: 03/05/2013 Aceptado: 29/05/2013

INTRODUCCIN
Durante el ao 2010 Argentina se convirti en el primer pas en Latinoamrica que promulg una Ley de Matrimonio Igualitario. Despus de ser debatida en la Cmara de Diputados y Senadores, el 15 de Julio se aprob el dictamen de modificacin de la Ley Civil de Matrimonio, permitiendo el matrimonio entre personas del mismo sexo. La votacin en el Senado fue de 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones. Durante el debate, se registraron opiniones encontradas en todos los partidos polticos representados en la cmara alta. El tema fue ampliamente mediatizado por militantes de organizaciones LGBT, y cont con manifestaciones pblicas a favor y en contra desde diferentes instituciones y sectores sociales. Uno de los ejes ms relevantes de estas manifestaciones fue el respeto a las diferencias, pero qu presupone tal respeto?, cmo se dirime esta proposicin cuando est en juego el vnculo de parentalidad no heterosexual? En lo que respecta a las disquisiciones sobre los efectos de la Ley en nios y nias aparecieron una serie de interrogantes que se vieron reflejados en los medios de comunicacin. Tal como seala Diario Uno de Mendoza: Luego de que la Cmara de Diputados diera media sancin a la normativa que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de que esas parejas puedan adoptar nios, las dudas que ahora dividen aguas y que seguramente el Senado lo tratar con profundidad cuando lleve este tema al recinto son: la adopcin de nios por parte de parejas gays, podra causar algn tipo de trastorno psicolgico en el chico?; cmo influira en la mente del nio que su figura materna y paterna est representada por personas del mismo sexo?; es cierto que los chicos que son criados por parejas homosexuales tienen grandes chances de inclinarse por la misma orientacin sexual de sus padres?; con slo amor y valores personales firmes, alcanza para adoptar nios ms all de las inclinaciones sexuales de sus padres? y puede un chico

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educado por una familia gay ser en el futuro un adulto ms feliz que uno proveniente de un heterosexual? 2 Estos interrogantes que plantea la noticia citada, dan cuenta de una de las caractersticas del contexto cultural de este fin de siglo, donde las relaciones entre nios, nias y adultos se encuentran en un momento de profunda crisis en el marco ms general de las complejas relaciones sociales producidas por el capitalismo tardo. Sandra Carli, nos propone como hiptesis de exploracin de estas relaciones en la actualidad, analizar esta simetra (en lugar de a-simetra) que se produce entre nios y adultos como una dislocacin y/o inversin de las posiciones de los sujetos en la cadena generacional o del cuestionamiento de sus fundamentos, en un perodo atravesado por debates referidos a la crisis de autoridad en la familia, en la escuela y en la sociedad en general, remarcando fenmenos como el aumento de la violencia en los vnculos intergeneracionales, el crecimiento del trabajo infantil y hasta la expansin de la pedofilia en el pas(Carli, 2010: 355). Las alusiones a la infancia fueron centrales en discursos parlamentarios a favor y en contra de la ley. En el recorrido planteado en este artculo, analizar los argumentos esgrimidos por los Senadores representantes de distintos partidos polticos, tomando como referencia el exhaustivo anlisis realizado por Dardo Scavino en su libro La filosofa actual: pensar sin certezas. El debate por la Ley de Matrimonio Igualitario ha planteado al menos dos de los tres problemas que parecen ser dominantes en la filosofa de nuestra poca segn Scavino. La crtica de la verdad objetiva, universal y necesaria en favor de la mltiples interpretaciones, y paralelamente, la crtica de un concepto universal de Bien que aplaste la pluralidad de opiniones y formas de vida en favor de ciertos criterios ticos de convivencia pacfica (Scavino, 1999). Ahora bien, estos problemas, que en el debate por el matrimonio igualitario se expresaron claramente en las distintas argumentaciones en relacin a cmo vivir la vida con otros, implican diversas respuestas que Scavino indaga en lo que llama el retorno de la moral. Si ya no existe una verdad que sea vlida para todos, se pregunta cmo podran ponerse de acuerdo los individuos? con qu criterios decidir lo que est bien y lo que est mal? Si ya no existe un criterio objetivo no se impondra simplemente la Ley del ms fuerte?(...) El vaco dejado por la desaparicin de las (supuestas) verdades universales, esas que valan para todos igual, ms all de sus valores y de sus costumbres, deber ser ocupado por una tica
2

Nota Diario Uno de Mendoza (2010) Adopcin de nios por parte de parejas homosexuales: qu dice la psicologa, 2010) Consultado el 30 de octubre de 2011, en

http://www.diariouno.com.ar/mendoza/Adopcion-de-nios-por-parte-de-parejashomosexuales-que-dice-la-psicologia-20100508-0003.html

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de la convivencia, del respeto del otro, del diferente, del que vive y piensa distinto. (Scavino, 1999:18) Dardo Scavino sostiene que uno de los principales problemas en torno al cual van a girar los debates filosficos de este fin de siglo es el del estatuto de la verdad, a partir de las discusiones sobre el denominado giro lingstico. Este giro implica, de manera general y en trminos filosficos, que el lenguaje deja de ser un medio que estara entre el yo y la realidad y se convertira en un lxico capaz de crear tanto el yo como la realidad (Scavino, 1999:12). Las teoras cientficas o los discursos metafsicos no descubren, entonces, la realidad sino que la crean. Scavino rastrea estas discusiones en la filosofa contempornea, problematizando lo que llama la tica de la convivencia que con diferentes variantes sostiene el relativismo cultural, como consecuencia de estas preguntas sobre el estatuto de la verdad. Sin embargo veremos cmo este tipo de ticas presentan contradicciones entre el relativismo y el universalismo, tornndose muchas veces ambiguas y conservadoras.

MATRIMONIO O UNIN CIVIL?: LAS ENCRUCIJADAS TICAS DEL RELATIVISMO CULTURAL


Como sealaba anteriormente, este tpico del respeto a las diferencias, conlleva supuestos filosficos que podemos rastrear en las argumentaciones de algunos de los legisladores que debatieron la Ley de Matrimonio Igualitario. El caso de la Senadora Negre de Alonso, del Partido Justicialista, elocuente legisladora que encabez el rechazo de la Ley de matrimonio en favor de la figura de la unin civil, resulta interesante para analizar los complejos mecanismos que a partir de este tpico tan contemporneo, aparentemente no-absoluto, hiper-democrtico y pluralista, reactualizan supuestos epistemolgicos de raz metafsica y profundamente conservadores. La Senadora Negre de Alonso comienza su exposicin, justamente, reivindicando su recorrido por las provincias debatiendo sobre el proyecto de Ley y recalcando la participacin de los ciudadanos, en lo que llama la fiesta de la democracia:Pensamos hacer llegar a cada Senador el material que corresponde a sus provincias, porque varios me lo han pedido. Incluso, algunos me han comentado que a raz de esto han conocido a jvenes de grandes valores, comprometidos y con compromiso cvico, que participaron de estas jornadas. Precisamente, eso es lo que quiero rescatar: la fiesta de la democracia.3

Senadora Negre de Alonso (2010) .Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 18.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.

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Luego, realiza un anlisis donde pretende determinar para quin se est legislando: Indudablemente estamos legislando para un Estado laico, pero esto no significa borrar las convicciones que cada uno de los ponentes tuvo en el momento de hacer pblicas sus posiciones. Por qu? Porque ya sea que se hablaba desde la fe, como en algunos casos, o se hablaba desde otra conviccin que tambin es una fe, como puede ser el atesmo o el agnosticismo, todos indudablemente abordaban la temtica en base al inters pblico que crean estaba en juego en una Ley como sta. 4 En estas afirmaciones, la Senadora parte del presupuesto de que cualquiera de los argumentos que all se esgrimen son vlidos, son representativos de una parte de los ciudadanos que viven en Argentina, ms all de que Argentina sea, efectivamente, un Estado laico. Esta tesis entonces, basada en el respeto al que piensa diferente relativiza esta universalidad laica, que pretende acallar las voces religiosas. Consecuentemente, de ninguna manera se puede marginar uno u otro anlisis, contina la Senadora-, pasando inmediatamente a una suerte de pensamiento mtico sobre la identidad del estado moderno: De hecho, algunos argumentaron a partir de la fe o de una militancia en distintos cultos y, por la otra parte, quizs exista la recriminacin en el sentido de que estbamos legislando para un Estado laico. Pero en realidad, en la historia judeocristiana, esto est sumamente vinculado. Si nosotros nos queremos olvidar absolutamente de la religin o mirar desde el positivismo las limitaciones y las regulaciones, veremos que en casi todos los cdigos penales del mundo estn penados el hurto, el homicidio, la violacin, los abusos sexuales. De hecho, si vamos al origen de la religin judeocristiana, los Diez Mandamientos no hacen ni ms ni menos que penar: no robars, no cometers adulterio, no violars, etctera. O sea que por ms que queramos separarlos llega un momento en que por nuestra misma historia y nuestra misma tradicin tienen un argumento en comn. En consecuencia, el pasaporte al debate es la razonabilidad intrnseca de los argumentos. No en nombre del liberalismo podemos destruir las propias libertades sino que, desde las convicciones de cada uno, en el mbito pblico debemos verter nuestros argumentos inteligibles al hombre comn para que los comprenda y para que la comunidad en su conjunto pueda caminar hacia la construccin del bien comn. 5 En estos argumentos, que apelan por un lado a la historia y la tradicin, pero fundamentalmente a que la comunidad construya un bien comn y que en nombre

4 5

Ibidem.

Senadora Negre de Alonso.(2010) Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 19.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.

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del liberalismo no se destruyan las propias libertades, aparece lo que Scavino denomina tica de la diferencia. Si el sujeto absoluto, universal y libre era slo una ilusin que dejaba paso a sujetos relativos y ligados a contingencias histricas y determinaciones culturales, Scavino se pregunta para qu hablar de tica, si segn la crtica culturalista nada existe fuera de las interpretaciones?. La tica se convertira entonces en la simple tolerancia de las diferencias individuales y comunitarias, porque slo existen interpretaciones relativas, tal como lo plantea la legisladora en este discurso, donde pide no marginar ningn anlisis. Pero como sostiene Scavino, al invocar una tica, que es en definitiva una norma determinada, la nica interpretacin intolerable es la no relativista o universalista. No toleremos a los intolerantes, parece decirnos. Con lo cual el derecho a la diferencia se ve bastante reducido, ya que el diferente -dice el relativista-, debe adherir a mi tica relativista. () Como dice Alain Badiou, los promotores de una tica de la diferencia estn visiblemente horrorizados ante toda diferencia un poco sostenida. Para ellos -contina este filsofo-, las costumbres africanas son brbaras, los islamismos temibles, los chinos totalitarios y as sucesivamente. En verdad, este famoso otro slo es presentable si es un buen otro, es decir el mismo que nosotros. (Scavino, 1999:152) Negre de Alonso deja entrever en las bases de su argumentacin, las grietas de un relativismo cultural que, planteado como la deconstruccin total, deja estos argumentos al servicio de un nuevo universalismo. Pues un mismo hecho puede ser interpretado desde perspectivas diferentes, en este caso objetando al estado laico en pos de las injerencias religiosas en la vida privada y pblica de los ciudadanos, y como segn la crtica culturalista nada existe fuera de esas interpretaciones ya no puede recurrirse a ninguna objetividad de los hechos para decidir cul sera la interpretacin adecuada y cul la inadecuada (Scavino, 1999:152). Vemos entonces cmo este tpico del respeto de las diferencias, tal como plantea Scavino, puede resultar bastante ambiguo. En las argumentaciones, aparece la idea de un pacto de convivencia basado en las realidades que observan algunos legisladores y que no pueden negar, e incluso aceptan como uniones formales. Negre de Alonso, no niega que dos hombres o mujeres vivan juntos, que reciban herencia u obra social: Si esas uniones que estn motivadas en una atraccin sexual, estn motivadas en una necesidad de asistencia y de compartir, adems, lo econmico, lo que cuenta es ajeno al derecho que hoy tenemos. Por lo tanto, ese

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tema tambin fue planteado y lo escuchamos en el interior del pas, o sea, la necesidad de que ingresemos en un pacto de convivencia 6 Scavino seala las consecuencias morales del discurso relativista. Aqu es interesante pensar que el autor vincula la patria nacionalista con la eticidad o el espritu del pueblo hegeliano, donde este espritu del pueblo, el ethnos de los griegos se convierte en el nico fundamento vlido para pensar los valores morales y las Leyes estatales. Los nacionalistas vinculan el bien, lo bello y lo verdadero con una pre-interpretacin a la cual los individuos no pueden sustraerse, desde el momento en que renuncian, en fin, a la idea de un pensamiento universal (Scavino, 1999:156). El autor plantea que los nacionalistas pueden ser pensados como relativistas culturales ya que aceptan perfectamente que los valores franceses no eran los nicos ni los mejores para todos los hombres, sino que son los mejores para los miembros de esa comunidad (Scavino, 1999:156). Basndose en estos supuestos filosficos, podemos pensar en la raz nacionalista de este discurso, donde la integracin slo es posible a partir de la figura de la unin civil, que excluye la posibilidad de co-adoptar o tener hijos con derechos. Es decir, la premisa de estas argumentaciones se basa en la no mezcla, en este caso no entre razas sino entre personas de diferente orientacin sexual. En sntesis: que vivan, que caminen por la misma calle pero que no usen nuestras palabras para nombrarse esposo o esposa -si as lo decidieren- y mucho menos padre o madre. En palabras de la Senadora Hilda Gonzlez de Duhalde, del Peronismo Federal: Se habl hasta el cansancio de la discriminacin. No tenemos que discriminar. Por supuesto que no tenemos que discriminar la eleccin sexual de un hombre o de una mujer; por supuesto que no. La homosexualidad es ms vieja que el mundo, pero ahora estamos hablando de otras cosas. Estamos hablando del matrimonio, que es algo muy diferente. 7 El discurso de los representantes de la derecha actual, retoma este tpico del respeto a las diferencias cobrando representatividad en su aparente pluralidad al invocar a todas las voces, incluso las religiosas, en el reconocimiento de ciertos derechos en la figura de la unin civil. Sin embargo, en las argumentaciones podemos observar, detrs de las aparentes intenciones democrticas y pluralistas, un avance en polticas conservadoras y de segregacin.

Senadora Negre de Alonso (2010). Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 20.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.
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Senadora Gonzlez de Duhalde (2010) Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 81.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.

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Scavino analiza en su recorrido, otro intento por resolver las aporas del relativismo cultural: la tica de la comunidad, que encuentra entre sus representantes a MacIntyre. Este autor sostiene que la moral debe ser pensada en cada situacin social. En este caso, esto que existe, las parejas del mismo sexo, seran parte de esta comunidad histrica. Esta tica aboga por que cada individuo cumpla el rol social que depende de la divisin social de actividades, de la organizacin econmica, social y estatal de esa comunidad... podemos ver enseguida las consecuencias profundamente conservadoras de esta moral. En efecto, cumplir con el libreto que la sociedad escribi para cada uno de los roles y hacerlo lo mejor posible, no slo significa dejar in cuestionada la existencia de estos roles sino que adems implica ponerse al servicio del sistema (Scavino, 1999:162). La diferencia entre matrimonio y unin civil parece ser sutil. Para la tica de la comunidad, las aspiraciones modernas a una universalidad liberada de toda particularidad resultan una ilusin, y el individuo est obligado en cada caso a respetar ciertas reglas de juego de acuerdo con la situacin en la que se encuentre y el papel que le haya tocado jugar en ella: profesor si se trabaja en una escuela, juez, obrero, patrn, etc. En este caso, esposo o esposa para la heterosexualidad y conviviente para los homosexuales. No se trata en esta tica de respetar las diferencias sino de darle a cada uno lo que le corresponde, tal como sostiene en su argumentacin el Senador Luis Carlos Petcoff Naidenoff, de la Unin Cvica Radical: S, estoy de acuerdo con que tiene que haber un instituto diferenciador, pero no estoy de acuerdo con algunos artculos del proyecto (dictaminado). (No hay que) descontextualizar este debate, con fundamentalismos religiosos y polticos. En el medio hay personas. Pero en el medio, el avance pasa por la igualdad y la no discriminacin. En este caso, no discriminar es tener un instituto diferenciador como la unin civil, respetando el matrimonio. 8 Esta tica de la comunidad pasa del relativismo a una suerte de universalismo que no es el de la Ilustracin, (no funda su universalismo moral en el aspecto universal de lo social, la cooperacin, como Spinoza o Marx) sino en su aspecto particular y relativo: una moral conservadora basada en la sumisin del individuo a un orden establecido en la tirana de la tradicin. McIntyre sostiene que lo que Aristteles llamaba phronesis, la sabidura o facultad moral segn la cual un individuo hace lo que debe hacer en cada caso de acuerdo con su personaje social es el principal elemento de la tica. La phronesis estaba compuesta de tres virtudes: el coraje que en este caso sera aceptar las reglas de

Senador Petcoff Naidenoff (2010)Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 94.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.

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juego establecidas en una situacin social, la justicia que permite reconocer qu le corresponde a cada uno de acuerdo con el papel que le haya tocado interpretar, y la honestidad como aceptacin de los propios errores en el desempeo de ese rol. Esta phronesis y sus tres virtudes son principios bsicos para todas las sociedades (Scavino, 1999). Este concepto de justicia, disociado de la igualdad, puede ser rastreado en los argumentos de la legisladora Josefina Meabe, del Frente de Todos: Siempre en cada uno de mis discursos he invocado a Dios y la providencia. En consecuencia, creo en la existencia de un orden natural. Lo he palpado a lo largo de aos de haber vivido en el campo, con una naturaleza que me consustanci con ella para hacerme ver las cosas que Dios puso en nuestro camino. Ese orden natural me indica que no todo es lo mismo. Y que la familia, clula bsica de la sociedad, y que a pesar de todos los pesares todava subsiste, es la unin de un hombre y una mujer que tienen un proyecto comn, la procreacin de la especie, y que se completa con la llegada de los hijos. Igualdad de derechos no significa uniformizacin de derechos, no se puede igualar aquello que no es igual. 9 El sentido de la justicia, en la tica de la comunidad consiste en darle a cada uno lo que le corresponde en funcin del rol social que encarna; la justicia no tiene que ver con la igualdad. Es una justicia que mantiene los privilegios de las clases y de las partes de la sociedad. Adems, esta supuesta igualacin traera aparejada la afectacin de derechos a terceros. Al posibilitar la adopcin de menores a parejas del mismo sexo, no estaremos afectando los derechos de los nios? Los nios s tienen derechos a ser criados por un hombre y una mujer, y formar as su personalidad en la diversidad que ello trae aparejado. Hombres que cumplen su funcin de padres y forman a sus hijos; mujeres que cumplen su funcin de madres y educan a sus hijos. Son dos cosas distintas. El padre forma, la madre educa. 10 Analizando los argumentos en contra del matrimonio igualitario y a favor de la unin civil, podemos ver cmo sigue vigente en la escena filosfica contempornea un discurso religioso que segn Vattimo (1997:87) regresa hoy de dos maneras distintas y hasta opuestas: como discurso del Padre y como discurso del Hijo. Como discurso del Padre, esta vuelta est relacionada a una experiencia del Mal y un fanatismo de la Ley: Esta forma de retorno de lo religioso que se expresa en la bsqueda y en la afirmacin a menudo violenta de las identidades locales, tnicas,
Senadora Meabe (2010)Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 64.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf. Senadora Meabe (2010)Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 64.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.
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tribales, se remite tambin en la mayor parte de los casos, a un rechazo de la modernizacin como causa de la destruccin de las races autnticas de la existencia (Scavino, 1999:183). Para quienes creemos en Dios, como es mi caso y, presumo, la conviccin ntima de quienes al darnos la Constitucin invocaron a Dios, fuente de toda Razn y Justicia, la distincin transciende las bancas, toda banca. Y si la fe se ha perdido o nunca la tuvimos, la Naturaleza, sabia o caprichosa as lo ha querido. Somos distintos, en tanto la unin de un hombre y una mujer puede generar vidaEs que en un matrimonio -como hoy lo entiende el mundo (es cierto, hay algunas excepciones, menos de diez y, ninguna, como pases en este continente)-, hay una matriz y una virtud procreadora. No importa que el matrimonio heterosexual pueda o quiera procrear, es un hecho contingente, lo esencial es que esa unin implica la posibilidad -virtud-, de ser generadora de vida. 11 De esta forma, los nios y nias pasan al centro de la escena en las preguntas sobre la Ley, la Verdad y el Bien, no slo en relacin a la procreacin o a los cuestionamientos a la maternidad y paternidad tradicionales sino tambin en cuanto a la transmisin de la diversidad social a las nuevas generaciones. Es as como la Senadora Negre de Alonso destaca que lo que ms le preocupa es lo que ocurrir en las escuelas, donde a partir de la Ley habr que ensearles a los nios y nias roles diferentes a los asignados: Esto es lo que ms me preocupa de este proyecto de Ley: qu va a ser la educacin sexual a partir de ahora. Porque ahora no hay una sola sexualidad. Ahora vamos a tener que ensearles tambin a nuestros nios qu es el lesbianismo, qu es gay, qu es bisexual, qu es transexual. Les vamos a tener que ensear eso a los nios. Ya no les vamos a ensear nicamente hombre y mujer. No cmo nacemos hombre y mujer sino que les vamos a ensear, a partir de esta Ley y de lo que est en este manual del Ministerio de Educacin, que el sexo es una construccin cultural 12 As, asociada a un sentimiento de falta, en este caso esa fe perdida, esta religiosidad se aferra a la Ley de los ancestros, a las viejas costumbres, a los mandatos de las escrituras sagradas identificando la Ley con la Verdad o con el Bien, apelando al modelo natural de familia nuclear como clula bsica de la sociedad.
Discurso de la Dra. Marilina Hotton, Asesora de la H. Cmara de Senadores de la Nacin acerca del proyecto del llamado matrimonio homosexual y sus implicancias en la tercera audiencia ante la comisin de Legislacin General del Senado, 8 de junio de 2010, http://www.youtube.com/watch?v=Wfkmeo6V0ks&feature=related. Consultado el 30 de octubre de 2011
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Senadora Negre de Alonso (2010)Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 25.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.

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Consecuentemente, la visibilizacin de personas de una orientacin sexual diferent,e que desean ser padres o madres, se convierte en un peligro que hay que combatir, ya que atenta contra los mandatos ms sagrados.

EL PENSAMIENTO MTICO, LA RAZN ILUSTRADA Y SU DECONSTRUCCIN


En cuanto a la cuestin de los nios y nias, en los discursos de los Senadores que votaron a favor de la Ley aparecen indicios relativos al rechazo de un pensamiento mtico a favor de una racionalidad moderna. En algunos casos como el del Senador Torres del Frente Renovador Misiones, se apela a argumentos cientficos que demuestran que al estudiar la naturaleza, ya aparecen conductas homosexuales e incluso homoparentalidades animales y vegetales: No hay que asustarse. Por eso deca que es algo natural, porque la misma variacin sexual que se da en los seres humanos se da en el reino vegetal y en el reino animal. Por eso, con todo respeto lo digo, lo que planteaba la Senadora Meabe no es tan as en los animales con relacin a macho y hembra. En efecto, segn estudios cientficos, hay 1.500 especies que tienen comportamientos homosexuales y en 400 especies se han comprobado actos homosexuales, desde animales ms evolucionados a animales ms primitivos, incluso aves. 13 Y en relacin a la crianza de la descendencia, el Senador recurre tambin a un ejemplo cientfico: Incluso, hay una ancdota muy simptica de una experiencia cientfica con un par de pinginos homosexuales. Trataron de separarlos juntndolos con otras hembras, pero no dio resultado. Esta pareja de pinginos, en determinado momento, empez a empollar una piedra semejante a un huevo. Los cientficos sacaron la piedra y la cambiaron por un huevo frtil de pingino. De ese huevo naci una pinginita. Este par de pinginos homosexuales la criaron hasta que lleg a su edad adulta y se independiz 14. En definitiva, los argumentos cientficos, ligados a la razn iluminista, rebatieron las afirmaciones que anteriormente ubicamos como pensamiento mtico y discurso del padre para pensar nuevas conformaciones familiares y parentalidades. Podemos ver aqu cmo se expone de algn modo la dialctica de la Ilustracin: la racionalidad moderna se constituye gracias a una exclusin del discurso mtico o tradicional pero al mismo tiempo crea el mito de la historia cuyo hroe era ese sujeto absoluto y racional.

Senador Torres (2010). Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 76.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.
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Ibdem.

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En otros casos como el del Senador Filmus, del Frente para la Victoria, se alude expresamente a la ciencia como garante del acceso a la igualdad: finalmente, la abrumadora mayora de estudios realizados en los ltimos 40 aos en varios pases demuestra que no hay ninguna diferencia sustantiva entre nios y nias que han sido criados en un hogar homoparental u heterosexual. Las principales asociaciones profesionales emitieron, adems, resoluciones que convalidan estas conclusiones y apoyan la legalizacin de los matrimonios entre parejas del mismo sexo. En esta cuestin, las pruebas que aporta la investigacin emprica son unnimes. Pero, por si se tratara solamente de un problema de los cientficos argentinos, he rastreado todas las investigaciones que existen sobre este tema. (...). Muchas de las que se publican internacionalmente, por ejemplo, en Estados Unidos, que fueron recopiladas por la Academia Americana de Pediatra, muestran que no hay ningn tipo de diferencia. (...) Por lo tanto, la Academia Americana de Pediatra apoya los esfuerzos legislativos y legales para proveer la posibilidad de la adopcin del nio por el segundo padre o co-adoptante en estas familias. 15 De esta forma, si bien la razn ilustrada sustituye los relatos particulares del pensamiento mtico-tnico, tal vez la visin iluminista de la historia no haya logrado sustraerse a la dimensin mtica que pretenda conjurar (Scavino, 1999:143). Es as que los fundamentos de gran parte de los discursos a favor del matrimonio y la homoparentalidad, al mismo tiempo, o realizan minuciosas argumentaciones basadas en la deconstruccin de los valores etnocntricos. Tal como apunta Scavino sobre el deconstructivismo propuesto por Derrida, la deconstruccin se converta entonces en una suerte de etnologa de los mitos filosficos 16 Detrs de las pretensiones de universalidad se esconde para Derrida un oscuro instinto de dominacin que trata de imponer a los enemigos considerados otros, extranjeros, brbaros, valores supuestamente superiores. Esto es visible en varios discursos como el de la Senadora Stenssoro, del Frente Amplio Progresista: Para terminar, quiero decir que cuando hablamos de matrimonio y familia estamos hablando de algo ms amplio, que en antropologa se llama sistemas de parentesco. (...) No hay una familia natural ni un sistema natural. Los distintos sistemas tienen que ver con la cultura, la religin, las creencias. Son convenciones culturales y sociales que se van modificando y adaptando justamente para que perdure la familia, pero la familia a medida que evoluciona esa sociedad. Hoy en da existen distintos tipos de sociedades. Hay sociedades que son monogmicas, como la nuestra, pero tambin hay sociedades poligmicas que a
Senador Filmus (2010) Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 125.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.
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Ibdem, pg. 145

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nosotros nos parecen muy raras. Hay matrimonios por amor, como ocurre en nuestra sociedad, pero en la India los matrimonios son por convencin, por conveniencia. (...) Tambin existen sociedades matriarcales, donde la Ley es la Ley de las mujeres, y la figura del padre ni siquiera existe. () Y en esta comunidad de la China, Mosuo, no existe la figura del padre. Los hijos son de las madres. Las mujeres tienen hijos con hombres y muchas veces no saben quin es el padre de sus hijos. Los hombres viven en la casa de su madre y de sus hermanas; no tienen grandes responsabilidades ms que ayudar a las mujeres. 17 Scavino seala que de arma para liberarse de los prejuicios tradicionales y las creencias religiosas, la Razn pasa a convertirse en smbolo de opresin, sexismo, de racismo, de represin del deseo o de normalizacin social. El Hombre, el hroe de la mitologa iluminista, se haba vuelto el modelo en funcin del cual podan culpabilizarse todas las diferencias entendidas ahora como desviaciones o anormalidades(Scavino, 1999:146). En sntesis, hasta aqu, los argumentos a favor del matrimonio y la crianza de hijos por familias homoparentales se basaron en fundamentos que, por un lado, rebaten el pensamiento mtico y, por otro lado, nuevamente relativistas, apelan a la deconstruccin de la filosofa occidental en pos de la liberacin de las minoras oprimidas por occidente.

EL DISCURSO DEL HIJO: FAMILIAS DIVERSAS, UN ACONTECIMIENTO


Scavino desarrolla en la ltima parte de su libro, lo que llama las ticas de la poltica, sealando que justo en el momento en que la universalidad de la razn iluminista parece derrumbarse, al menos en un plano tico; la religin a travs de las figuras de lo sagrado y la fe, permitira pensar hoy, segn muchos filsofos una nueva universalidad. Una universalidad que, precisamente, no se confunda con la defensa ciega de ciertas costumbres locales o de ciertas leyes particulares, como sucede con los discursos integristas (Scavino, 1999:188). A partir de aqu Scavino analiza las ticas planteadas por filsofos como Badiou, Agamben y Negri, que reelaboran un universalismo posible reconsiderando las relaciones entre Ley, Bien y Verdad. Scavino se refiere al retorno de la religin en dos vertientes. Por un lado el discurso del Padre, que como ya vimos en las argumentaciones en contra del

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Senadora Stenssoro (2010) Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 137.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.

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matrimonio igualitario y la homoparentalidad, iguala la Ley con la Verdad, aferrndose a los ancestros y tradiciones. La otra vertiente del retorno de lo religioso en la filosofa de fin de siglo, es lo que Vattimo denomina el discurso del Hijo. A diferencia del discurso del Padre, el discurso del Hijo parece coincidir en un principio con el nihilismo del propio giro lingstico: todo es vanidad, ilusin, interpretacin, opinin, incluso las leyes y las costumbres ancestrales, incluso los valores aparentemente ms sagrados (Scavino, 1999:184). Sin embargo, hay algo que excede dichas interpretaciones. Ese hecho que existe para invertir el lema nietzscheano y que se llama acontecimiento o advenimiento. Es en esa promesa de salvacin, de perdn, de redencin que asentara la religiosidad del Hijo, en lugar de los fundamentos contra la corrupcin generalizada que sostiene el discurso del Padre. Badiou nos plantea en su tica de la verdad, que si existen unos derechos del hombre no son los derechos de la vida contra la muerte, son los derechos del Inmortal; se trata de la fidelidad de un Sujeto a una Verdad que siempre excede el lenguaje de una situacin, de las opiniones o del sentido comn de una poca. No existe para Badiou una tica a secas, sino siempre y en cada situacin un tica de las verdades ya que es gracias a ellas que el sujeto puede sustraerse a su propia finitud como ser histrico y cultural. Propone, entonces, un nuevo universalismo que ya no se sostiene en una norma universal como en los casos anteriores, sino en algunas verdades universales: tica de la ciencia, de la poltica, del arte y del amor. Desde el momento en que excede cualquier situacin, cualquier mundo, la Verdad no depende de las diferencias culturales. Si la tica basada en el respeto de las diferencias se enfrentaba, tarde o temprano, a contradicciones insuperables, se deba a que dominada por el relativismo del giro lingstico, no aceptaba la existencia de tales verdades universales y necesarias. De manera que la tica ya no debera preocuparse por lo diferente sino por lo mismo, por esa verdad que es la misma ms all de las diferencias culturales o tnicas (Scavino, 1999:175). Tomemos ahora otros argumentos que se fundamentaron en lo que podramos pensar como tica de la verdad, basados en la transformacin de las familias y la necesidad de legislar acorde a dichas transformaciones. Estos argumentos implican un cuestionamiento a la familia nuclear tradicional y la posibilidad de otorgar derechos a una parte de la poblacin infantil del pas que no vive de acuerdo a los preceptos de aquella familia: (...)Estamos en presencia de modelos de familia diferentes a los que tenamos hace 30, 40 50 aos. Hay un nuevo modelo de familia que demanda una nueva legislacin. Hay nuevas familias que responden a cambios sociales, culturales, polticos y econmicos, que dieron paso a la sociedad moderna; plantearon un nuevo modelo que convive con las llamadas familias tradicionales. (...) Hay familias compuestas por madres o padres solteros, parejas de

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hecho con y sin hijos, familias ensambladas con integrantes de uniones anteriores y parejas o familias de gays, lesbianas o transexuales que hoy son una realidad y no tienen una normativa que pueda garantizar sus derechos. El dato de esta realidad es que no cuentan con un sistema de derecho que los incluya. 18 De alguna forma, estos argumentos, se basan en el acontecimiento que se produce en la sociedad occidental a partir de la proliferacin de experiencias de familias distintas a las tradicionales, entre ellas las homoparentales. Tal como afirma Elisabeth Roudinesco, la multiplicacin de estas familias hacia 1975 en Estados Unidos transgrede un orden procreativo que desde haca dos mil aos se basaba en el principio del logos separador y la diferencia sexual. Pues la institucin familiar, apenas poda en esa poca, escapar a su principio fundador: el acoplamiento carnal entre un hombre y una mujer. En este aspecto, la invencin de la llamada familia homoparental corra el riesgo de reavivar el gran terror a una posible borradura de la diferencia sexual que, como se recordar, haba surgido a fines del siglo XIX en el momento de la declinacin de la antigua autoridad patriarcal (Roudinesco, 2003:196). Analizando estos argumentos, podemos decir que las familias homoparentales han modificado desde su aparicin el consenso establecido por su poca, enfrentndose a las creencias prevalecientes. Los argumentos de algunos Senadores, justamente, se basan en este acontecimiento que constituyen las familias homoparentales: con respecto al tema del ejercicio de la paternidad y de la maternidad por parte de las parejas del mismo sexo, creo que lo ms importante es hacer una distincin entre lo que significa ser progenitores y ser pap o mam. Progenitores son quienes engendran biolgicamente y aportan el vulo y el espermatozoide para dar origen al embrin. Madres y padres son quienes asumen el rol activo en la tarea de educar, nutrir y guiar. (...) Ser madre o padre no es solamente un hecho biolgico como ser progenitor, sino un proyecto de vida originado en el deseo y en el compromiso. Actualmente, una porcin considerable de la poblacin homosexual ya tiene hijos. Por ende, la demanda de igualdad, ms que la posibilidad de tener hijos, implica que estos nenes y nenas que ya existen tengan los mismos derechos que el resto de los nios y nias de mi pas. En cuanto a la adopcin, cabe sealar que la ley argentina permite que cualquier persona pueda adoptar sin discriminar su sexo ni su orientacin sexual. Han podido hacerlo hombres y mujeres solteros. Entonces, si una persona individualmente lo puede

Senador Morales (2010) Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 157.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.

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hacer y generar un vnculo de familia entre adoptante y adoptado, qu impedira que lo haga una pareja homoparental? 19 El acontecimiento es un hecho que existe a pesar de las interpretaciones dominantes, ya que las agujerea. As, los hechos responden a Leyes pero el acontecimiento es lo que se sustrae a las Leyes de una situacin, es decir al todo. Contrariamente al discurso del Padre, Badiou en su tica de la verdad, no cesa de contraponer Verdad y Ley. La Verdad, afirma este autor, no es una Ley es lo que se sustrae a la vanidad del todo. Es as que el Bien o Verdad ya no se confunde con la Ley sino que tiene el estatuto de un acontecimiento, existe a pesar de las interpretaciones o las representaciones, y siempre tiene algo de revolucionario. La sancin de la Ley, que finalmente fue aprobada en julio de 2010, despus de extensas argumentaciones de las cuales expuse slo algunos fragmentos, abre una serie de interrogantes filosficos en relacin a lo que Scavino seala como los nuevos universalismos propuestos por pensamientos postmetafsicos que exigen repensar el sujeto de fin de siglo y su tica. La efectivizacin de esta Ley, y con ella el otorgamiento de derechos a nios y nias de parejas del mismo sexo, puede ubicarse en el debate tico sobre la singularidad y la identidad, que ya no son esencias estables sino que se transforman, mutan, se reinventan. Segn Agamben, la tica es posible justamente porque no hay ninguna esencia, ni vocacin histrica, ni destino biolgico que el hombre deba conquistar o realizar. Es decir que no existe ningn gran relato ni mito histrico que le diga al hombre cul debe ser su destino o que ordene sus actos, sus decisiones ticas o polticas en funcin de una meta a la que debera llegar: la tica debe cuidarse, por sobre todo, de proponer modelos normativos o ideales yoicos (Scavino, 1999:190). Scavino retoma aqu a Aristteles y su metafsica para pensar cmo a menudo la historia ha sido concebida como el volverse humano del hombre, en el sentido de la finalidad que tiene cada cosa como pasaje de la potencia al acto. As, el fin de la historia sera la realizacin de hombre como sujeto racional y emancipado, siendo el progreso un paso de la niez a la madurez. Sin embargo, para Agamben, rechazar esta teleologa no significa que el hombre no sea o no deba ser algo, que est condenado a la nada y pueda, por otro lado, decidir voluntariamente ser o no ser, atribuirse tal o cual destino (nihilismo y decisionismo se reencuentran en este punto) (Scavino, 1999:191). Agamben, a diferencia de Badiou y Sartre, sostiene que lo que se distingue de la cosa, no es la nada sino el ser en potencia; el sujeto es entonces pura posibilidad y en esto
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Senadora Rojkes de Alperovich (2010) Versin taquigrfica (provisional) Cmara de Senadores de la nacin, Reunin N 14, Sesin ordinaria N 9, 14 y 15 de julio de 2010, pg. 40.Consultado el 11 de septiembre de 2011 en http://www.senado.gov.ar:88/9078.pdf.

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consiste su deber, en continuar siendo lo que es: potencia de ser y de no ser como dira Aristteles (Scavino, 1999:192). La potencia, entre el ser y el no ser carece de identidad y no es representable ya que no forma parte de ningn conjunto definido por un predicado: x es obrero, x es empresario. Pero para qu quieren casarse los homosexuales si el matrimonio es una institucin burguesa y patriarcal en decadencia? Es una pregunta que recorri el debate sobre la Ley en los sectores ms progresistas. Como sealbamos en el anlisis de las argumentaciones a favor, se trata de acceder a derechos que mejoran la calidad de vida de las personas no heterosexuales. Y tambin, paradjicament,e esta representatividad legal podra promover ciertos cambios sociales, lejos de normativizar. En ese mismo orden de ideas se expresa Didier Eribon, quien seala: La pregunta no debera ser: por qu quieren casarse los homosexuales? Siempre lo han [querido]. Sino ms bien: qu alteracin produce en el orden social y sexual el hecho de que ahora reclamen poder hacerlo en el marco de las parejas del mismo sexo? (Castelar, 2010:52). Si para Agamben, la poltica de la singularidad es aquella cuya comunidad no se inscribe en una identidad o un conjunto (ser vasco, obrero, gay), para Scavino, pensar en una singularidad que rechaza toda identidad nos deja entonces ante una disyuntiva bastante pesimista: si el Bien toma el poder, si se convierte en Ley, no puede sino mutarse en su contrario, el totalitarismo o el Mal; si se mantiene fiel a su singularidad, resto irrepresentable o sin identidad, est destinado a ser eliminado por el Estado o a autodisolverse(Scavino, 1999:195) Justamente, esta representatividad, de las familias homoparentales a partir de la sancin de la Ley, lejos de convertirse en moralizante, concibiendo a la moral como aquella que pretende que el sujeto se convierta en algo definido y permanente, en una entidad previsible, permite a estas familias reinventarse y filiar a su descendencia, produciendo efectos sobre el modo de pensar la familiaridad de los lazos sociales, interpelando a la sociedad en su conjunto sobre las ticas de convivencia posibles, sobre los vnculos de proteccin y cuidado deseables entre adultos, nios y nias. Castelar (2010:54) analiza los efectos de la diversidad sexual y la homoparentalidad sobre una serie de atributos asignados por tradicin a la familia como unidad social: la filiacin de la descendencia, la distribucin y el aprendizaje de roles, la disposicin para enfrentar el cambio y la provisin de afecto. En cuanto a la filiacin de la descendencia, el autor seala que, tradicionalmente, esta filiacin tuvo que ver con la figura paterna, y se transform durante el siglo XX en una filiacin compartida, debido a numerosos cambios, entre ello,s los derechos compartidos entre los padres, la paulatina independencia legal de la esposa, la supervisin de la familia por parte de los organismos de control y el ingreso a la casa de las instituciones que regulan las relaciones con los hijos, entre otros.

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De hecho, uno de los argumentos ms comunes para mostrarse en contra de la homoparentalidad (que se puede llevar a cabo mediante diversos mecanismos como: la adopcin, la reproduccin asistida, el uso o alquiler de vientres, la multiparentalidad, etc.) es el temor frente al lugar simblico que tendr este hijo o hija con respecto de sus padres. El patrn legal heterosexual implica regular el acceso a la ciudadana plena separando los hijos afiliados de los que no lo son. As se sustenta el rechazo a las formas de parentalidad diversas. La asignacin de un nombre y de un apellido, ms que un proceso de simbolizacin, surge de la bsqueda de estatus social mediante el reconocimiento legal. As, el esquema patriarcal se impone por sobre las posibilidades de diversidad que eluden su control apelando a argumentos naturalizados (la sangre, lo simblico) y rechazando aquellos procesos alternativos nacidos en pequeos grupos, que se acercan a la dinmica afectiva familiar. Y, por esta misma razn, la homoparentalidad (como acto simblico o como vnculo legal) podra incidir en esta mirada jerrquica y tradicionalista que excluye y minimiza a muchas personas (Castelar, 2010:54). Scavino complejiza a travs de los aportes tericos de Toni Negri, este concepto de absolutidad no representable que plantean Badiou y Agamben. En Badiou sera la no-parte, no-clase, no-identidad; en Agamben lo que est en potencia, lo que an no se ha definido. En ambos, el deber del sujeto sera mantenerse en ese todava, en esta identidad siempre en suspenso. Scavino formula que Toni Negri les pregunta a Agamben y a Badiou si esta absolutidad, bajo esta forma, es otra cosa que el absoluto de una ausencia, de un vaco infinito, o de un pleno pero de posibilidades puramente negativas. Para Negri, en cambio la potencia es la capacidad de actuar y padecer; esto implica que una potencia se actualiza cuando un cuerpo o un individuo se encuentran con otro, cuando entran en relacin con otro cuerpo. Es por eso que la metafsica aristotlica es substancial, mientras que la de Spinoza es relacional, es decir, ya no piensa en un elemento que se sustrae a todas las clasificaciones sino que se refiere a los vnculos reales entre esos elementos (Scavino, 1999.) En relacin a estas nuevas familias podemos pensar Qu complejidades y efectos trae la sancin de la Ley, los debates previos y posteriores en la reelaboracin de las relaciones entre adultos y nios?, tal como se interroga Didier Eribon: qu nuevos modos de subjetivacin, qu nuevas estructuras cognitivas se forjarn en este nuevo espacio social, familiar, cultural, que est crendose ante nosotros, libre del Edipo como Ley, de la heterosexualidad como sistema social y como sistema simblico?(Eribon, 2005: 16) Negri vuelve a la definicin de Spinoza sobre la singularidad, a diferencia de Agamben que prefiere una concepcin medieval y cristiana: Si varios individuos

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cooperan en una sola accin de tal manera que todos sean a la vez causa de un solo efecto, los considero a todos ellos, en este aspecto, como una sola cosa singular, deca en su tica. Scavino seala que la singularidad sera la cooperacin productiva de Marx o el poder constituyente de Negri; lo que no puede ser eliminado por el Estado ya que todo proviene de ella, aun cuando sea irrepresentable o carezca de identidad definida (Scavino, 1999: 197). La legalizacin de estas familias, nos conmina a pensar en la tica del poder constituyente que implica no ya una ruptura con la sociedad sino una socializacin que rompa con la serializacin subjetiva, con los mecanismos panpticos, individualistas y moralizantes instituidos por el poder, ya que remiten a un deseo de comunidad. Para Negr,i la tica de la singularidad sera una tica de la solidaridad que permite superar la falsa disyuntiva entre egosmo y altruismo, entre deseo personal y respeto del otro. Scavino describe esta moral de amor al prjimo como inscrita en una tradicin hobbesiana que concibe al otro como limitante de los deseos individuales. La Ley, bajo su forma kantiana o habermasiana, es la inscripcin institucional o estatal de ese lmite. Vivir en sociedad segn esta moral, significa renunciar de uno u otro modo a ciertas aspiraciones personales y se trata de un gesto casi sobrenatural, ya que el individuo, por naturaleza sera esencialmente egosta (Scavino,1999: 197). Si no se hubieran movilizado numerosos actores sociales, si no hubieran militado por la aprobacin de la Ley de Matrimonio Igualitario, haciendo pblicas historias de vida y familiaridad invisibilizadas, seguramente la Ley social hubiera continuado operando para que una parte de la sociedad renunciara a sus deseos en pos de una convivencia aparentemente pacfica, renunciando tambin a una vida pblica y ms an al deseo de una familia; lo que Roudinesco seala como el nico valor seguro al cual nadie puede ni quiere renunciar, los hombres, las mujeres y los nios de todas las edades, todas las orientaciones sexuales y todas las condiciones la aman, la suean y la desean (Roudinesco, 2003:214). Scavino contrapone a la moral del amor al prjimo, la tica de la solidaridad y del deseo, donde el otro ya no es un lmite sino la condicin misma para la realizacin de mis deseos: si mi potencia de hacer, lejos de disminuir, aumenta con la cooperacin, entonces la solidaridad no es un imperativo altruista sino la condicin para que mi deseo se realice. La tica de la solidaridad es una tica del deseo, desde el momento en que ste resulta, en ltima instancia, deseo de comunidad (Scavino, 1999:198). Por qu esta Ley fue tan resistida, tan militada para su no aprobacin? Pocas son las manifestaciones masivas que tengan como eje la situacin de las infancias en nuestro pas, que incluyen situaciones terribles, como mencionbamos al principio, producto de polticas inadecuadas, que se plasman en fenmenos como el aumento

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de la violencia en los vnculos intergeneracionales, el crecimiento del trabajo infantil y hasta la expansin de la pedofilia, sin mencionar las alarmantes cifras de nios pobres (Carli, 2010). Una hiptesis es que justamente la Ley no tiene slo una dimensin jurdica (Minicelli, 2008:3), sino que, recuperando su valor en trminos de la escritura de la configuracin subjetiva, la aprobacin de la Ley de Matrimonio Igualitario, que reconoci finalmente el estatuto legal de las familias con padres/madres gays, lesbianas o trans, oblig a la sociedad en su conjunto a debatir sobre las responsabilidades que, como adultos, tenemos en la filiacin de nios y nias. Si bien esta ley no garantiza necesariamente un cambio en las relaciones cotidianas entre nios/as y adultos en estas nuevas conformaciones familiares 20, que un grupo particular de adultos se revele contra la privacidad de los lazos familiares y la imposibilidad de ejercerlos en los mbitos pblicos como escuelas, hospitales sin ser necesariamente progenitores biolgicos de estos nios, ya sea por adopcin o por va cientfica, interpela a los adultos en su conjunto como responsables del ejercicio de los derechos de nios y nias. Estas nuevas familias ponen en juego la figura del adulto como el responsable ms all de ser varn o mujer- de las funciones de cuidado y proteccin, brindando una comunidad de afecto. En todo caso, estas nuevas configuraciones familiares constituyen una grieta en el camino de pensar cmo sustituir la moral de la identidad tnica o grupal 21, por una tica de la amistad, de la solidaridad, desafiando los roles previstos en pos de filiar a nios y nias en una sociedad ms justa y solidaria.

BIBLIOGRAFA
AGAMBEN, Giorgio (1996) La comunidad que viene. Valencia: Editorial Pre-textos. BADIOU, Alain (1990) Manifiesto por la filosofa. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visin.

Este argumento, muchas veces esgrimido durante el debate de la Ley, tiene que ver con estudios que demuestran que nios y nias criados en familias homoparentales son ms tolerantes y respetuosos de la diversidad, o ms sociable y tolerantes. En la publicacin Matrimonio para todas y todos. Ley de igualdad, de la Federacin Argentina LGBT se citan numerosos estudios espaoles al respecto, pginas 48 y 49. La identidad tnica o grupal implica para Negri una pseudo amistad y provoca ambivalencia afectiva: el individuo quiere que lo consideren uno de los suyos pero al mismo tiempo siente temor ante la mirada de los dems que lo vigilan para saber si es o no uno de los suyos, en definitiva es al mismo tiempo una enemistad, un sistema de vigilancia y persecucin mutuas.
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CARLI, Sandra (2010). Notas para pensar la infancia en la argentina (19832001):Figuras de la historia reciente. Educao em Revista, Belo Horizonte, 26 (1), pp. 351-382. CASTELAR, Andrs (2010). Familia y homoparentalidad: una revisin del tema. Revista de Ciencias Sociales, (5), pp. 45-70. MINICELLI, Mercedes (2008). Escrituras de la Ley en la trama social. Ensayo sobre larelacin entre dispositivos, ceremonias mnimas y prcticas profesionales. Revista Pilquen, 10 (5). ROUDINESCO, Elisabeth (2003). La familia en desorden. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica. SCAVINO, Dardo (1999). La filosofa actual. Pensar sin certezas. Buenos Aires: Paids. VATTIMO, Gianni (1997). La huella de la huella. Fractal, 4 (2), pp. 87-108.

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