Virgilio 2
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La Eneida (fragmento)
Tuvo una formación cuidada. Estudió no solo en Roma, sino que también en la ciudad
de Atenas. Podemos suponer que leyó textos anteriores, tanto griegos como romanos,
hecho que queda evidenciado en las influencias presentes en su obra
(Lucilio, Píndaro,...). El primero de los mencionados tuvo una gran importancia
para Horacio en lo concerniente a las sátiras.
Se posicionó en el bando contrario a Cayo Julio César tras el asesinato del mismo y fue
nombrado tribuno militar. Luchó de esta manera contra los fieles al dictador y,
culminado e conflicto bélico, tuvo la oportunidad de alcanzar una plaza como secretario
en el palacio de Augusto, que rechazó al momento, siendo su verdadera vocación escribir.
¿ES EL AMOR UN ARTE?
No se trata de que piense que el amor carece de importancia. En realidad, todos
están sedientos de amor; para la mayoría de la gente, el problema del amor
consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, para alcanzar ese
objetivo, siguen varios caminos, para los hombres es tener éxito, ser poderoso y
tener buena posición social, por las mujeres consiste en ser atractivas, por medio
del cuidado de cuerpo, la ropa, etc.; lo que para la mayoría de la gente de nuestra
cultura equivale a digno de ser amado es, en esencia, una mezcla de popularidad
y sex-appeal, es la suposición de que el problema del amor es el de un objeto y
no de una facultad.
" Lo que a vosotros toca, ciudadanos, es defender vuestras casas, como antes dije, con
guardas y vigilantes, que en cuanto a la ciudad, ya he tomado las medidas y dado las
órdenes necesarias para que, sin turbar vuestro reposo y sin alboroto alguno, esté bien
guardada. Todas vuestras colonias y municipios, a quienes ya he dado cuenta de la
correría de Catilina, defenderán fácilmente sus poblaciones y territorios. Los gladiadores,
con quienes Catilina proyectaba formar el cuerpo más numeroso y seguro, aunque mejor
intencionados que algunos patricios, serán contenidos en nuestro poder. Quinto Metelo,
a quien, en previsión de lo que pasa, envié al Piceno y a la Galia, o vencerá a ese hombre
o le atajará en sus movimientos y designios. Respecto a lo que falta ordenar, apresurar o
precaver, daré cuenta al Senado que, como veis, acabo de convocar.
En cuanto a los que permanecen en la ciudad y dejó en ella Catilina para la ruina de
Roma y de todos vosotros que habitáis en ella, aunque son enemigos, como nacieron
conciudadanos nuestros, quiero hacerles y repetirles una advertencia: mi lenidad, que
acaso haya parecido excesiva, ha esperado hasta que saliera a luz lo que estaba encubierto.
En lo sucesivo no puedo olvidar que ésta es mi patria; que soy cónsul de éstos, y que con
ellos he de vivir o morir por ellos. Nadie guarda las puertas de la ciudad, nadie les acecha
en el camino; si alguno quiere salir, yo puedo tolerarlo. Pero el que se proponga alterar
el orden en Roma, el que yo sepa que ha hecho o proyecta hacer o intenta algo en daño
de la patria, conocerá a costa suya que esta ciudad tiene unos cónsules vigilantes,
excelentes magistrados, un Senado fuerte y valeroso, armas y, finalmente, cárcel, que para
el castigo de estos grandes y manifiestos crímenes la establecieron nuestros antepasados.
Y todo esto se realizará, ciudadanos, haciendo las más grandes cosas con el menor ruido,
evitando los mayores peligros sin alboroto alguno y terminando una guerra intestina y
doméstica, la mayor y más cruel de que los hombres tienen memoria, sin más general ni
jefe que yo, un hombre de toga. Y me he de gobernar en esta guerra de tal modo,
ciudadanos, que, si es posible, ni uno solo de los perversos sufra en esta ciudad el castigo
de sus crímenes. Pero si la audacia, acudiendo públicamente a la fuerza, o el peligro
inminente de la patria me impiden continuar en la vía de clemencia a que mi corazón se
inclina, haré, al menos, una cosa que en tan grande y traidora guerra apenas parece que
se puede desear, y es que no muera ninguno de los buenos y que con el castigo de unos
pocos se logre al fin salvar a todos vosotros. "
" En el consulado de Cornelio Caso y Publio Asinio Agripa, fue acusado Cremucio
Cordo de un nuevo y nunca oído delito: de haber en sus anales, que sacó a la luz, loado
a Marco Bruto y llamado a Cayo Casio el último romano. Eran los acusadores Satrio
Secundo y Pinario Nata, ambos favorecidos de Seyano; calidad perniciosa para el reo,
como también el ver que César comenzó a oír con disgusto la defensa de Cremucio. El
cual, certificado ya de su muerte, habló en esta substancia: A mí, padres conscriptos, me
hallan de manera inocente en obras, que vengo a ser acusado de solas palabras; y éstas
no contra el príncipe ni contra su madre, que son los comprendidos en la ley de
majestad, mas por haber loado a Bruto y a Casio, cuyos hechos, habiendo sido notados
por muchos autores, ninguno ha dejado de honrarlos ni engrandecerlos. Tito Livio,
clarísimo entre todos los escritores, de elocuencia y fidelidad, celebró con tantas
alabanzas a Cneo Pompeyo, que Augusto le llamaba pompeyano, sin que por esto se le
mostrase jamás menos amigo. Y cuando hace memoria de Escipión, de Afranio, de este
mismo Casio, de este Bruto, no se hallará que los llamase ladrones o parricidas, como
los llaman ahora, sino muchas veces varones ilustres y señalados. De los mismos hacen
honradísima memoria los escritos de Asinio Polión. Mesala Corvino llamaba a boca
llena su emperador a Casio, y el uno y el otro vivieron largos años llenos de riquezas y
cargados de honras. Al libro de Marco Cicerón, en el cual levanta hasta el cielo las
alabanzas de Catón, ¿qué otra cosa hizo el dictador César que responderle con una
oración, como si estuvieran ante los jueces? Las epístolas de Antonio, las oraciones de
Bruto, contienen grandes vituperios de Augusto, aunque llenos de falsedad y malicia.
Léense hoy en día los versos de Bibáculo y de Catulo, llenos de oprobios de los
césares; y con todo eso, el mismo divo Julio, el mismo divo Augusto, no sé si con
mayor ejemplo de mansedumbre o de prudencia, sufrieron estas cosas y las dejaron
pasar sin hacer caso de ellas, porque las mismas injurias, que menospreciadas se
desvanecen, mostrando que nos causan enojo, nos confesamos por culpados de ellas. "
Obra[editar]
A pesar de que toda su obra está prácticamente perdida - sólo se
conserva alrededor de un centenar de versos dispersos -, Andrónico es
citado por los autores latinos posteriores como el introductor en Roma de
géneros literarios griegos tan diversos como la poesía épica, la tragedia,
la comedia e incluso la poesía lírica. Así, Aulo Gelio XVII 21, 42 y XVIII 9,
5; Cicerón, Brutus 18, 71 ss., y Tito Livio, Ab urbe condita Vll 2, 8, y XXVII
37, 7.
EnnioLibros
Medea
Tieste
Andromaca prigioniera
Achille
Annalen
Fragmentos
Obra[editar]
Obras[editar]
Las Bucólicas
La Eneida
Las Geórgicas
Un conjunto de obras menores conocido, desde que Escalígero le dio
ese nombre en su edición de 1573, como Appendix Vergiliana,
atribuida a Virgilio en la Antigüedad, pero de cuya autenticidad dudan
bastantes especialistas modernos, en la que se recogen poemas
como Culex, Dirae, Aetna, Ciris, Catalepton, Cataleptum, Moretum, C
opa, Elegiae in Maecentatem
En el Culex ("Mosquito"), este alerta en un sueño al pastor que lo
mató de que al picarlo le salvó la vida, y por eso el mosquito se ve
honrado con una tumba por el pastor.
Las Dirae o "Maldiciones" son pronunciadas por el amante de una
tierra que ha debido abandonar (arrebatada por unos veteranos del
ejército romano); su enamorada Lydia se es honrada por un poema
de amor que lleva su nombre y un elogio del campo donde ella vivía.
El Aetna, consagrado al volcán Etna
El Ciris: evocación de la metamorfosis en pájaro (Ciris) de Escila, hija
del rey de Megara.
El Catalepton, manojo de poemas cortos, de los cuales algunos
parecen auténticas obras de juventud de Virgilio.2
En una fase posterior, se han añadido aún a esta colección:
La Copa: poema que lleva el nombre de una bailarina siria que invita
a un viajero al placer de verla bailar en su casa.
Las Elegiae in Maecentatem: pieza necrológica que refiere las últimas
palabras de Mecenas, benefactor de Virgilio, dirigidas al
emperador Augusto.
El Moretum: poema gastronómico que describe con detalle la
preparación de este plato local de la Cisalpina.
El perfecto verso de Virgilio fue elogiado y considerado ejemplar tanto
entre sus coetáneos como en la Edad Media, el Renacimiento, y
siguientes, al tiempo que la Eneida era desmenuzada como un tratado de
filosofía y política, cuando no considerada la obra de un vidente. El
esfuerzo de los renacentistas por unir el cristianismo con la cultura clásica
encontró en Virgilio su principal referencia.
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Poco sabemos de la vida de Lucrecio, pero su obra, "De rerum natura", constituye
un legado de capital importancia tanto para el mundo de las letras como para la
filosofía. La intención del autor en este poema es dar a conocer la doctri...
Obra[editar]
Su obra poética no se redujo al subgénero de la lírica, sino que también
tocó otros aspectos del conocimiento. Los críticos proponen dos periodos
de su producción.
Un primer período en el que compuso las Sátiras, poesía crítica con
abundantes elementos autobiográficos que persigue un fin moral y
los Epodos, composiciones de carácter lírico en las que tampoco está
ausente la crítica social. El epodo es una composición de origen griego
destinada al insulto y al improperio. Algunos de los epodos de Horacio
conservan este carácter, pero otros son de carácter eminentemente lírico.
Destaca aquel cuyo comienzo, Beatus ille, ha dado nombre a un tema
literario, la alabanza de la vida en el campo.
En el segundo periodo escribiría las Odas y las Epístolas. Las odas son
composiciones de carácter lírico que constituyen la obra cumbre de la
lírica latina. Son cuatro libros con un total de 104 odas. En ellos se jacta
de haber sido el primero en trasplantar al latín la lírica eolia en su
conjunto, imitando los temas y los metros líricos griegos, sobre todo de
Alceo, Safo y Anacreonte. Horacio tiene conciencia de que sus odas son
lo mejor de su obra y afirma que serán más duraderas que el bronce.
En las Odas el componente fundamental es el lírico. Podemos agrupar las
odas en varios grupos temáticos: alabanza de Augusto, elogio de la
amistad, tema filosófico y moral, el amor, y finalmente el campo y la
naturaleza. Expone el poeta su filosofía de la vida: hay que saber hacer
uso de las riquezas y ser generoso; no hay que dejarse abatir por la
adversidad y debe uno gozar de los bienes presentes, que son precarios;
lo mejor para ser feliz es la «áurea medianía» («aurea mediocritas»). Hay
una invitación a gozar del momento presente, ya que el día de mañana es
incierto: «carpe diem». Este tema tendrá gran fortuna en la literatura
universal.
Las Epístolas son la poesía de la reflexión moral y filosófica. Entre éstas
últimas destaca Epistula ad Pisones, más conocida como Arte poética, en
la que sienta principios de preceptiva literaria que han tenido durante
siglos pervivencia en nuestra cultura.
Influencia[editar]
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